Ore no Imōto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai (NL)

Volumen 14: RUTA ALTERNATIVA DE AYASE II.

Capitulo 4: La Sonrisa Dibujada en el Rostro de mi Hermana

Parte 3

Moví mi mano desde mi ojo izquierdo hasta mi pecho. Una vez había terminado mis propias preguntas y respuestas, me juré a mí mismo lo siguiente;

—¡Puedo hacerlo!

—¡Definitivamente lograré que Kirino reconozca la relación entre nosotros!

—Hay algo que quiero confirmar primero. Con un tono engreído, Kirino preguntó;

—¿Ustedes dos en verdad están saliendo?

—Así es, estamos saliendo.

—… ¿De verdad…? ¿De verdad están saliendo…? ¿No es una mentira? Es que… es imposible que tú y Ayase estén saliendo… ¿No se trata de una broma para sorprenderme…? De eso se trata, ¿no?

Casi como esperando que fuera toda una mentira. Kirino nos increpaba con una voluntad fuerte y frágil a la vez.

Ante la implícita súplica de mi hermana, yo—

①Decir: “No es una mentira”-

②No decir nada.

—No es una mentira. Ayase y yo estamos saliendo.

—Estás bromeando, ¿no…?

Con una voz que denotaba sarcasmo, Kirino sonrió.

—Lamentamos no habértelo dicho…

—… tch… ¿es en serio, Ayase…?

Casi como suplicándole que no fuera así, le preguntó a Ayase.

—Así es…

No recibió la respuesta que esperaba.

—Estoy saliendo con Onii-san.

Con una voz baja, Kirino expresó;

—A-Así que era verdad…

—Teníamos pensado ir a decírtelo todo el día de hoy.

Seguramente nos escuchaste, ¿no? Porque justamente cuando hablábamos de eso, llegaste. Tratando como de despejar su mente, Kirino se dio unas pequeñas palmadas en sus mejillas con ambas manos.

Nuevamente volvió a observarme con unos ojos totalmente serios.

—¿Y…? ¿Desde cuándo? ¿Desde cuándo están saliendo?

—Empezamos a salir desde aquel día en que… de regreso de la Comiket de verano… Ayase me confesó sus sentimientos…

—……….

Kirino entrecerró sus ojos y mordió sus labios. Por un momento no dijo nada, se quedó callada.

Por unos instantes parecía que diría algo, abriendo su boca, pero se detenía, repitiéndolo una y otra vez. Hasta que finalmente pudo expresar algo;

—… Para empezar, ¿para qué fueron ustedes dos a la Comiket de verano?

—Ayase estaba preocupada por querer comprender más acerca de tus gustos, es por eso que la llevé conmigo.

—No puedo aceptarlo…

—¿Qué cosa…?

—Que haya declarado sus sentimientos por ti en la Comiket de verano… ¿Eso no significa que desde antes de eso le gustabas? ¿Por qué pasó eso, Ayase?

Kirino dirigió una gran pregunta y una fuerte mirada a Ayase.

—Ayase… ¿Acaso no odiabas demasiado a este tipo…? ¡Siempre decías que era un siscon y un pervertido, ¿no?!

En un inicio, poco a poco su enojo podía entreverse en sus palabras, pero ahora… ese enojo fluía sin parar.

—Aun así… ¿cómo es posible que estén saliendo juntos? Eso es demasiado extraño… ¿Eso significa que estuviste mintiéndome todo este tiempo, Ayase…?

—¡Te equivocas! 

Reaccionando rápidamente ante lo anterior, Ayase gritó al inicio, pero después su voz subía y bajaba mientras hablaba.

—¡No es así… Kirino…!

—No culpes a Ayase. ¿Por qué te enojas…?

Sin poder quedarme de brazos cruzados, expresé lo anterior.

—¡¿Eh?!

Expresó con una voz llena de enojo.

……………….

…. Algo se me hace extraño. Siento que en algún momento la plática había perdido su rumbo.

¿No se supone que Kirino se sentía frustrada porque Ayase estaba arrebatándome de sus manos? Actúa así porque siente celos, ¿no?

Entonces… ¿por qué ahora Kirino se está enfocando demasiado en culpar a Ayase de

todo…? ¿Será una coincidencia…?

Quizás se deba a las emociones por las que está pasando ahora, pero Kirino comienza a respirar con mayor fuerza. Subiendo y bajando sus hombros, mientras trataba de regular su respiración, sin resultado alguno, continuó hablando sin cuidado con sus palabras;

—…. ¡¿La seriecita sabe sobre esto?! ¡¿Sabe ella que tú y Ayase están saliendo…?!

—No le digas así…

—¡¡Te estoy preguntando si Mana-chan sabe sobre esto…!!

—Tranquila…

Con decir “Mana-chan” se refiere a Manami. Tamura Manami… mi amiga de la infancia. También es la amiga de la infancia de Kirino.

Creo que… desde muy pequeña, Kirino llamaba “Mana-chan” a aquella chica que era de la misma edad que su hermano mayor.

¿Todavía Kirino recordará eso…? ¿O será que… repentinamente recordó un nombre del pasado…?

—Manami sabe que Ayase y yo estamos saliendo.

—… ¿En serio…? 

—Así es. Incluso nos está apoyando.

—¡Mentira! ¡Eso no es verdad!

—Ya te dije que no es mentira. Mejor dicho, ¿por qué sacas a Manami ahora? No tiene nada que ver, ¿o sí?

—¡Claro que sí!

Expresó lo anterior con un grito de gran enojo.

Negaba casi todo lo que decíamos, casi como si tuviera una gran confianza en sus palabras.

—Es obvio que ella tiene que ver con esto… porque… porque…

—Kirino… mira esto…

Ayase le acercó su celular a Kirino.

—¿Eh…?

—Ahora mismo… tengo una llamada en curso de Manami-san…

Tanto Kirino como yo, al mismo tiempo, abrimos nuestros ojos en señal de sorpresa.

… En cierto momento… mientras me concentraba en la conversación con Kirino… no me había dado cuenta de ello…

—¿Por qué hiciste eso, Ayase…?

Kirino se encontraba más sorprendida que yo, tomó el celular con sus temblorosos dedos, y lo acercó a su oído.

—¿Bueno…? Soy yo…

……………….

Por un momento, parecía que Kirino estaba escuchando sin decir nada lo que le decía Manami.

—¿Eh…?

La reacción que tenía, denotaba más ser de sorpresa que de enojo.

—Espera, ¿cómo así…? Es mentira, ¿no?

¿Qué plática estarán teniendo Kirino y Manami…? No puedo ni imaginármelo…

—…………….. 

La expresión de Kirino parecía llenarse de enojo.

—…. ¡¿Cómo puedes ser tan amigable con las personas…?! No puedo creerlo…

Las expresiones en su rostro cambiaban seguidamente entre enojo, sorpresa y decepción.

—….. ¡Tch….!

Dejó salir un pequeño grito. Con una expresión que denotaba casi estar a punto de llorar…

—¡Entonces, haz lo que quieras, estúpida! ¡Siempre, siempre estás entrometiéndote…!

¡¡Te odio, te odio demasiado!!

—Eso dolió…

¡Kirino me había golpeado con el celular en la frente! Seguidamente lo recogí y lo acerqué a mi oído.

—¿Bueno…? ¿Manami…?

—Sí…

No hay duda alguna. Esa era la voz de mi amiga de la infancia, Manami. Aun estando en una situación como esta, puedo sentirme algo aliviado.

Denotando un gran alivio, pregunté lo siguiente;

—¿Qué fue lo que hablaste con Kirino…?

—Es un secreto.

Sentí como si me dijera, “definitivamente no te diré nada”.

—Escucha, Kyou-chan.

—¿Sí?

—Siempre estaré de tu lado, Kyou-chan.

—Así que, da tu mejor esfuerzo.

Esas fueron las últimas palabras que escuché de mi amiga de la infancia por el celular. Colgué la llamada y cerré el celular. Cerré mis ojos y pensé… Manami…

…. Si… Si los papeles estuvieran invertidos… ¿habría sido capaz de decirte las mismas

palabras que me has dicho, Manami?

—¡Por supuesto que daré lo mejor de mí!

Apreté fuertemente el celular.

Volvió a abrir mis ojos, Kirino y Ayase se encontraban confrontándose a una distancia cercana.

—Kirino… escucha lo que tengo que decirte.

—Cállate, no me hables.

El ambiente que se percibe era casi igual de peligroso al que sentía en aquel momento… no, mejor dicho, era un peor a la de aquel momento…

Eso era lo que percibía ahora mismo—

—¡Hagas lo que hagas, no reconoceré esto!

Expresó;

—¡Definitivamente no reconoceré que ustedes dos estén saliendo!

—¿Por qué?

—¡¿Eh?!

—Si tienes alguna razón, ¿por qué no la dices?

—¡Eso no tiene gran importancia!

—¡Te equivocas!

Hasta hace unos momentos, Ayase se había mostrado con un perfil bajo y una voz débil, pero había elevado el tono de su voz, y contestado a Kirino con una voz fuerte.

Ante ese reaccionar, Kirino se mostró titubeante por un momento, pero respondió enojadamente;

—… ¡Solamente estoy en contra de que estés saliendo con un hombre tan pervertido como ese!

—¡No digas mentiras! ¡¿Cómo es que puedes decir ese tipo de mentiras a estas alturas?!

—¡¿Por qué dices que miento?! 

—¡La verdad es que tú…!

Por un momento, Ayase no completó lo que iba a decir. Respiró profundamente una y otra vez… Después, casi como si fuera a liberar todo lo que había tenido consigo por un largo tiempo, exclamó;

—¡La verdad es que tú no quieres que te arrebate a Onii-san, ¿no es así?!

—¡Te equivocas! ¡No digas estupideces!

La reacción de Kirino fue dramática.

—¡Te equivocas! ¡Te equivocas, te equivocas, te equivocas! ¡No es así! Yo…yo…—

Negaba rotundamente todo una y otra vez, notándose en su rostro algunas lágrimas.

—¡Odio a mi hermano! ¡Lo odio demasiado! ¡En verdad lo odio demasiadoooooo!

Hasta que finalmente, terminó gritando con la voz quebrada en llanto.

—¡Pero, es mi hermano…!

Había dejado salir un sentimiento que venía de lo más profundo de su alma.

—Luego de tanto, tanto tiempo… pude llegar a hablar bien con él…

Por primera vez hasta ahora, había podido expresar en un grito ese sentimiento.

—¡No pienso dejar que alguien más me lo arrebate una vez más…! ¡Ese ese mi verdadero sentir! ¡¿Tienes alguna queja contra eso?!

—Ki-Kirino…

Escuché sus fuertes exclamaciones con escepticismo. Tanto mental como corporalmente, había experimentado un gran impacto por lo anterior.

—Haaa… Haa…. Haa… Tch…

Ni siquiera mi hermana menor podía contener sus jadeos, su rostro se encontraba lleno de lágrimas, seguidamente ella me observó.

—¿Qué ocurre…? ¿Hay algo que quieras decirme…?

Por mi mente, pasaron innumerables recuerdos entre nosotros.

Aquellos momentos en los que, aun cuando vivíamos en la misma casa, nos odiábamos mutuamente, aun cuando nuestras miradas se cruzaban, no intercambiábamos palabra alguna.

De aquellos días en los que seguía involucrándome con ella y su sonrisa, tras haber conocido acerca de su secreto y haber recibido una inesperada petición de un consejo de vida.

Han pasado muchas cosas entre nosotros. En muchas ocasiones nos avergonzamos juntos, en muchas ocasiones lloramos y reímos juntos.

Durante toda su vida, Kousaka Kyousuke ha dado lo mejor de sí para llegar hasta aquí. Fueron unos días realmente ajetreados, aun cuando realmente amaba tener una vida pacífica.

Así fue como empezó la historia entre un simplón y pacífico hermano mayor con su hermana menor insolente y maleduca, con un consejo de vida.

Es por eso que, ante la pregunta de mi hermana menor de si tengo algo qué decir al respecto, es más que obvia la respuesta, ¿no?

①Es imposible que mi hermana menor sea así de linda.

②Dejaré a Ayase.

—…Claro. Pienso que, si alguna vez fueras a conseguirte un novio, tendría la misma reacción que tienes ahora, Kirino.

—¿Eh…? 

—Aprovecharé esta oportunidad para decirte algo con sinceridad. ¡Yo también te odio a ti! ¡Siempre, siempre te he odiado!

—Tch… No me importa.

—Pero… eres mi hermana menor. Con quien pude volver a tener una buena relación, mi querida hermana menor. Tampoco me gustaría que algún otro hombre fuera a arrebatarte de mi lado. Solo de pensarlo, hasta me dan ganas de matarlo.

Tras haber visto una gran sinceridad por parte de Kirino, ¿cómo podría yo no al menos corresponderle con lo mismo?

—Escúchame bien, Kirino…

—¡Me quiero demasiadooooooo!

Ante mi inesperado grito, ambas reaccionaron;

—¿Eh…?

—¿Uh…?

Kirino y Ayase abrían y cerraban sus ojos al mismo tiempo.

—¡¿EEEHHHHH?!!

Y gritaron al unísono.

—¡O-Oye…!

Kirino había comenzado a sonrojarse hasta las orejas.

—¡Eso no concuerda con nada de lo que dijiste hace unos momentos…!

—¡Cállate! ¡Te quiero, pero a la vez te odio! ¡Ni siquiera yo lo entiendo! ¡Lo siento!

Contrario a lo que esperaba, había gritado con la voz que denotaba algo de enojo. Claro, me siento avergonzado, pero es mejor decirlo todo de una vez.

—¡Pero, es que estoy realmente alegre por haber podido ser capaz de llevarme así contigo, cuando en un inicio ni siquiera nos llevábamos bien! No podía soportar tanta alegría. ¡Me alegra haber sido de gran ayuda para ti… en los consejos de vida! Cuando te fuiste al extranjero, me sentí realmente solo, me sentía tan solo que pensé que iba a morir…

—Uwaah…

Quizás se deba a la manera en la que estaba confesando todo lo anterior, pero los labios de Kirino, se movían en señal de confusión. ¡No me importa qué esté pensando de mí! ¡Ahora mismo estoy totalmente preparado para esto!

—¡Me gustas! ¡Me gustas hasta el punto en que, no podría vivir sin ti a tu lado!

¡Definitivamente no quiero que otro hombre te lleve a su lado! ¡Hasta el punto en que, me casaría contigo!

—… Ah… Uuh… Faaah…

—Pero…

—¡También quiero a Ayase, tanto como a ti!

—¡!

—¡Me gustas tanto, tanto…! ¡Que podría decir que te amo!

Seguidamente, llegué a la siguiente conclusión.

—Es por eso que no la dejaré. No importa qué es lo que digas.

—… Oye… ¿sabes las grandes estupideces que acabas de decir hace unos momentos…?

—Claro. Esos son mis verdaderos sentimientos. Sentimientos que podrán parecer no tener sentido o realmente estar locos.

¡Al fin he podido sacar todo! ¡Ahora me siento libre! ¡Tanto que pude haberme gastado toda la vergüenza de una sola vida! ¡No creo que haya algo más vergonzoso que lo que acabo de hacer ahora!

Kirino agachó su cabeza, cerró sus ojos, parecía estar pensado en decir algo. Seguidamente, levantó su mirada;

—… En ese caso… 

Como si se hubiera dado por vencida, sonrió;

—¿Por qué simplemente no haces lo que quieras…?

La sonrisa en su rostro no era como las que anteriormente había tenido, sonrisas vacías, era una sonrisa llena de determinación.

—Si me dices que no te importa lo que diga… entonces no tendrá sentido decir algo al respecto…

—Kirino…

Ayase pretendía decir algo, pero Kirino se le adelantó y expresó;

—Además, tú lo quieres a él, ¿no es así, Ayase?

—Sí, lo quiero mucho.

Ayase inmediatamente respondió.

—Lo quiero tanto como a ti, Kirino.

Seguramente, esas palabras, era la máxima expresión amorosa, para Ayase.

—Pero… algo como eso… realmente me pone en problemas…

Al fin todo había quedado aclarado, parecía que Kirino había aceptado las cosas.

—Sea como sea, ya he entendido todo. No me interpondré. Después de todo, aun cuando sigan saliendo, no dejaré de ser tu hermana menor, ni la mejor amiga de Ayase.

—… Gracias, Kirino.

—Solamente quiero comprobar algo.

Preguntó Kirino, dirigiéndose a mí. Era una pregunta muy importante.

—Si… Si yo no fuera tu hermana—

—¿Qué está ocurriendo…?

—Seguiría pensando y sintiendo lo mismo que dije hace unos momentos. 

—Entiendo… Bien, ese caso no hay problema.

La sonrisa dibujada en el rostro de mi hermana, era como una fuerte y refrescante brisa que, parecía haberse llevado algo consigo.