Ore no Imōto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai (NL)

Volumen 14: RUTA ALTERNATIVA DE AYASE II.

Capitulo 1: Un Arcoíris Que Parecía No Tener Fin

Parte 4

Mientras Ayase, quien estaba totalmente sonrojada, me daba unos pequeños golpecillos en el costado con su codo, me dispuse a seguir caminando.

Esa tienda se encontraba en el primer piso inferior, dentro de un edificio de locales conjuntos en un callejón.

El nombre de esa tienda, se encontraba escrito en un extraño cartel, colocado a la orilla del

camino. La entrada es parecida a la de un bar. Aunque… jamás he entrado a un bar.

—Hemos llegado.

—Aquí es, ¿eh…?

Echamos un pequeño vistazo al piso inferior. En aquel oscuro espacio, se veía una entrada algo inusual.

Daba la impresión de ser un subterráneo al cual, unos estudiantes de preparatoria o secundaria, no estaban acostumbrados a ver normalmente.

Esto es un pensamiento meramente mío, pero este es el momento perfecto para la cita de “un estudiante que quiere avanzar más allá”. Di un paso al frente hacia las escaleras que no tenían barandal y rápidamente acerqué mi mano a la de Ayase, haciéndolo ver natural.

—Ah…

Ayase se mostró sorprendida por un momento, pero…

—Muchas gracias, Onii-san.

Mostrando algo de vergüenza, tomó mi mano.

Fue entonces, cuando me di cuenta de la situación un poco tarde.

—¡Su mano! ¡He tomado su mano!

—¡uwaaaah! ¡No me había dado cuenta…! ¡Son tan suaves…!

Haa… haa… pensé que llegaría a caerme de las escaleras…

Mientras experimentaba una gran conmoción en mi mente, me aseguraba de bajar con cuidado escalón a escalón.

Después de todo, estoy tomado de la mano de Ayase. Si llegara a caerme, terminaría llevándomela conmigo.

—….

Un hombre casado debe dejar de enfrentarse a los peligros— puede que eso signifique “ir a la segura”, ¿no? Aaah… Todo por estar así de conmocionado, he comenzado a tener ese tipo de pensamientos tan vergonzosos y extraños…

No importa cómo lo vea, esto para mí, es una gran aventura.

Fue así como, tras bajar las escaleras, llegamos a la tienda de las adivinaciones. Para este momento, ya había otras dos parejas esperando su turno.

—Era verdad eso de que era algo popular esto…

—Al contrario, llegamos a buen tiempo, no hay mucha gente. ¡Qué suerte tuvimos!

—Tienes razón.

Nos quedamos esperando por un momento en un pequeño lugar, mientras leíamos revistas.

Los tiempos de las adivinaciones varían según las personas, la primera pareja tardó cerca de unos pocos minutos, pero la segunda pareja tardó bastante, fueron cerca de 20 minutos lo que tuvimos que esperar, hasta que finalmente fue nuestro turno.

—¿Vamos…?

—Claro… Pero, me siento algo nerviosa.

—Hahaha… Yo también.

Giré la perilla y abrí la puerta. “Tilín”, se escuchó un lindo sonido de la campanilla de la puerta.

El interior de aquel lugar, estaba completamente hecho de concreto. Una tenue luz color morada, iluminaba el oscuro cuarto. Había innumerables decoraciones de telas color carmesí, lo cual, limitaba nuestra vista.

Se podría decir que era todo un establecimiento digno de adivinaciones, con un toque único, misterioso y mágico. Mi corazón empezó a latir fuertemente, quizás eso se deba a que, estaba tomando a Ayase de la mano.

—Sean bienvenidos, queridos clientes.

Repentinamente, la voz de una mujer se escuchó en el lugar.

—Ahora mismo se encuentran entre el Paramita2 y el Saha. El límite entre los sueños y la realidad. El tiempo está distorsionado, el sentido de “lugar” no existe, un mundo desconocido.

Seguía fluidamente con su discurso.

—Por favor, avancen al frente, así como están los dos juntos, por favor.

—….

Ayase y yo volteamos a vernos, y reímos al mismo tiempo.

Manteniendo unidas nuestras manos, avanzamos nuestro paso de acuerdo a su petición. Detrás de una tela que se encontraba arremangada, se encontraba la adivinadora al frente.

Una gran capa negra digna de un mago, cubría su cuerpo enteramente, tenía sobre su cabeza una capucha y estaba sentada.

Frente a ella, se encontraba una gran mesa, en ella se podía observar una bola de cristal, una libreta de dibujo y cartas de tarot, entre otras cosas.

Cercanas a la mesa, de nuestro lado, se encontraban varias sillas con gran estilo. Este lugar, sin duda es un establecimiento digno de una adivinadora.

—Siéntense, por favor.

Eso fue lo que nos pidió la adivinadora, moviendo hacia arriba la palma de su mano. Siguiendo su orden, Ayase y yo nos sentamos, uno frente al otro.

—Este…

Comenzó Ayase a hablar…

2 Paramita y Saha son términos de la religión budista.

—Esta es nuestra tercera… No, quiero decir, apenas hemos comenzado a salir, es una

primera cita.

—Fufuh… ¿Qué les parece si trato de ver algo que llene de emoción su primera cita?

—¡Sí, por favor!

Sorprendentemente, Ayase contestó muy entusiasmada.

La adivinadora tocó su barbilla con su dedo índice, parecía como si estuviera pensando algo. Finalmente, con una voz baja mencionó;

—Normalmente, tengo muchos tipos de servicios, pero, ya que me están dejando tomar las riendas de esto, en esta ocasión especial, les haré la adivinación por un descuento especial.

—¿Eh…? ¿En serio?

Para empezar… Por ningún lugar de la tienda está escrito el precio de las adivinaciones,

¿Acaso es que siempre les dirá a todos sus clientes algo como que les ofrecerá descuentos especiales?

Aun así, Ayase es demasiad o sincera, demasiado amable. Ese lado de ella me agrada.

Mientras me encontraba absorto en mis pensamientos, el tema del precio ya había terminado. El precio establecido no era nada extraño, así que nos dejamos llevar por la corriente.

—En ese caso, comencemos.

Mostrándose con gran confianza en sí misma, la adivinadora tomó las cartas del tarot y las empezó a barajar.

—Por lo que escuché, ella nos hará una adivinación que incluya un dibujo, ¿verdad?

—Así es, fufufuh… De eso se trata el negocio de este lugar principalmente. Tratará de ver algo con la bola de cristal y las cartas del tarot, seguidamente dibujará el resultado y nos lo dará.

Y, parece ser que así será.

—Ya veo… Ya estoy ansiando verlo, ¿y tú, Ayase?

—¿Podría quedarme… con el dibujo del resultado… como recuerdo de aniversario?

—Claro.

Tras pensarlo un poco, me di cuenta de que los deseos de Ayase tenía dos razones en particular. La primera, es quedarse con un recuerdo. La segunda… creo que no hace falta decirlo. Seguidamente, me dispuse a preguntar:

—¿Qué es lo que nos adivinará?

—¿Qué les parece si trato de ver… su futuro como pareja… si formarán una familia…?

—¿Nuestro futuro…?

No sé qué se habrá imaginado Ayase tras haber escuchado que adivinaría sobre nuestro futuro, pero sus mejillas se pusieron completamente rojas y giró su vista hacia abajo.

¡Genial! ¡Esta adivinadora hace un gran trabajo! Agradecí en mi mente a la adivinadora y seguidamente acepté su propuesta.

—Sería genial. Que sea sobre eso, por favor.

—¡O-Onii-san…!

—¿Por qué te avergüenzas tanto? ¿No era lo que esperábamos?

—P-Puede que asís sea, pero…

—Fufuh… Se llevan muy bien. Qué envidia me dan.

—Bueno, que sea eso, por favor.

—Ooh… Me impresiona que lo aceptes con tanta firmeza. Estoy a punto de obtener el primer resultado de la adivinación.

Mientras hablábamos, la adivinadora diestramente movió sus manos y colocó las cartas del Tarot sobre la mesa.

Al final, con un fuerte movimiento, sacó una carta de todo el montón y la movió hacia nuestro lugar.

Era la carta del Dios de la Muerte.

—Este… ¿Qué significa esa…?

—Claro, permítanme preguntarles algo… ¿es usted, el novio?

—¿Yo?

—Parece que pronto morirá.

—¡¿Uooh?!

¡Eso fue demasiado directo! ¡¿Cómo que voy a morir?! Aunque, ciertamente, fue una carta algo siniestra.

—Para ser más exacta… Ha salido que su destino será: “serás asesinado dentro de este

mes”.

—¡¿Solo me queda medio mes de vida?! ¡¿Y encima de ello, seré asesinado?!

¡Espera, se supone que un adivinador, se debe preocupar por sus clientes, ¿no?! ¡¿Cómo es que puede decirles a sus clientes tan fácilmente algo como que: “morirás”, “serás asesinado”?!

¡Hasta llegó a especificar que moriré dentro de este mes! No creo en las adivinaciones, pero esto me hace sentir algo de miedo. Espera… ¡Es posible que pueda fallar en las adivinaciones del futuro, ¿no?! ¡Pero, realmente no tengo mucha confianza en los resultados de la adivinación!

A diferencia de mí, que me encontraba preocupado, Ayase estaba tranquila. Dirigiéndose a quien acababa de hacer una adivinación algo rara, en nuestro preciado día de aniversario, Ayase preguntó con una voz tranquila:

—¿Adivinadora…? ¿Dijo que mi novio “morirá dentro de este mes”? Hmmm… ¿A qué se

refiere?

—L-Lo siento mucho. Se suponía que vería sobre su futuro, pero… Jamás imaginé que

saldría un resultado como este… ¿Eh…? Es extraño, ¿no…?

A pesar de que no conocía la verdadera naturaleza de Ayase, ella parecía comportarse como si le tuviera mucho miedo.

—Uuh… Y si así fuera… ¿por quién fue asesinado?

¿Podrían no hacer como si realmente hubiera sucedido?

Pero, si por así decirlo, la adivinación fuera real, ¿acaso no podría la adivinadora ver detalles

como esos…?

—Vaya… Decían que acertaba muy seguido en sus adivinaciones… Seguramente Kirino se equivocó en lo que decía. ¿Nos vamos, Onii-san?

Luego de expresarlo con una voz disgustada, Ayase se levantó. Seguidamente, la adivinadora levantó su mano para tratar de detenerla.

—¡E-Espere, por favor!

Ayase volteó a verla,

—¿Nos pedirá que compremos un amuleto para protegernos de infortunios o males extraños?

—¡Por supuesto que no lo haría!

—¿Entonces…?

—¡Una más! ¡Denme una oportunidad más, por favor! ¡Les aseguro que veré más

detalles…!

Juntando sus manos, le imploró la adivinadora a Ayase. Parecía dar su mejor esfuerzo para hacerla cambiar de opinión. Quería evitar hacer enojar a Ayase a toda costa. Así era como se comportaba.

… Espera, ¿acaso no le importa a la adivinadora tirar a la basura esa aura de misterio que la

rodeaba en un inicio?

—¿Qué piensas al respecto, Onii-san?

—Pienso que deberíamos hacerlo de nuevo, ya hemos venido hasta aquí para eso.

Además, si nos vamos así, me quedaré con esa sensación de miedo por mucho tiempo.

—Hmm… Está bien. En ese caso, le daremos una última oportunidad… Por favor.

—¡Muchísimas gracias! ¡Daré mi mejor esfuerzo para esto!

Uff, mi vida ha sido salvada por casi nada… Era como si su expresión estuviera dibujada en mi rostro. Mi sensación de miedo, seguía en aumento. Todo se debía a la actitud de la adivinadora. ¿No se supone que, gracias a sus adivinaciones, pude ver el futuro? Me da la impresión de que, tuvo el presentimiento de que algo malo ocurriría si hacía enfadar a Ayase.

Ese pensamiento vino desde lo más profundo de su mente. Eso significa que… yo voy a…

Como si estuviera intentando cambiar el ambiente del lugar, pero manteniendo un pavor hacia Ayase, la adivinadora exclamó:

—¿Saben? En mis adivinaciones, los resultados solo muestran uno de los múltiples paraderos de su destino. En el punto actual, podría decirse que, fue uno de los tantos futuros a los que se pueden llegar.

—¿Eso significa que no son totalmente certeras?

—¡Así es, el destino puede cambiarse!

Ayase se mostró indistinta ante la adivinadora, quien se notaba realmente animada.

—Eso me parece una gran excusa que usan los adivinadores.

—Ustedes deciden si creer o no, pero escúchenme, por favor. Hay muchos tipos de destinos y también pueden cambiar. Es posible que uno mismo los cambie. El propósito de mis adivinaciones… se centra en poder ayudarles a cambiar, aunque sea un poco, por el bien de que tengan un mejor futuro.

—Ya veo, ¿y luego?

Ayase está enfadada… Sé muy bien que está enfadada por lo que me ha dicho la adivinadora,

eso me alegra, pero…

¡De que da miedo, da miedo!

Seguidamente, la adivinadora se dirigió hacia mí.

—Tu estado actual, puede ser cambiado por un montón de elecciones que tienes a la mano. Puedes llegar a tener múltiples resultados al hacer una elección diferente, al preferir cambiar una sola elección, eso hará que cambie tu estado actual.

Si Kirino escuchara esto, sin duda alguna, diría algo como: “Ah, eso es como un Eroge”.

Los caminos a elegir, son como los de un eroge. Podrá parecer absurdo, pero en cierto punto, tiene algo de sentido.

—Lo mismo sucede con el futuro.

—¿Quiere decir que, puedo cambiarlo con mis elecciones?

Quizás sea por la manera tan amigable con la que me está tratando, quizás sea por el fuerte impacto que me causó la adivinación, pero mi tono de voz iba cambiando.

—Así es. Lo que importa ahora mismo, es una elección que tendrá que hacer pronto. Señor cliente… novio… ¿Tiene alguna idea de cuál “elección podría hacer que muriera” en este mes?

¡Por supuesto que no! O eso quisiera decir, porque… no es como si realmente no tuviera una idea en mente. Tras percatarse de que la estaba volteando a ver, Ayase giró su cuello tiernamente.

—¿Onii-san? ¿Qué ocurre? ¿Por qué me ves así?

—No, no es nada…

Puede que esa “elección de muerte”, sea lo que acabo de hacer, pero será mejor que no digas nada extraño. Entiéndelo, adivinadora. Si sigues diciendo cosas extrañas, terminarás exaltando demasiado a Ayase, ¿sabes?

Casi como si hubiera comprendido lo que quería decirle tras haber hecho contacto visual con ella, la adivinadora asintió fuertemente y giró sus manos, seguidamente expresó:

—He intentado ver los “múltiples futuros” a los que puedes llegar hasta finales de este mes.

—Ya veo. ¿Qué ha visto esta vez?

—Solamente puedo ver la muerte.

—¡Si sigues con eso, definitivamente te matará!

—¡Lo sé muy bien—! ¡Pero, no estoy mintiendo!

Reaccionando demasiado, la adivinadora gritaría:

—¡¿Por qué tiene que ser solamente un destino mortal?! ¡¿Acaso lo único que te espera en esa ruta actual es casi la muerte?!

—¡Eso lo que me gustaría saber a mí! ¡¿Realmente voy a morir?!

¿Es porque estoy saliendo con Ayase? ¿Será por eso? ¿Acaso por haber logrado que ocurriera el milagro de ser amado por Ayase, mi destino se ha acabado?

—Dijo “casi” la muerte, ¿verdad? ¿Eso significa que puedo sobrevivir?

—Es posible, será mejor que te esfuerces al máximo.

—¿Qué debería hacer concretamente?

Mis respuestas se estaban volviendo instintivas. Las adivinaciones no son totalmente certeras, pero ahora que me ha dicho eso, por mucho que no crea, de todos modos, termino pensando así.

—Uuh… Cuídate, por favor. Es lo único que puedo decir… Por ahora, dentro de este mes… será mejor que cuides mucho todas las “elecciones mortales” que tengas, aun cuando creas o no en lo que te dije. Eso es todo de mi parte.

—¿Me dejará así de preocupado? Ya no podré regresar tranquilo a mi casa después de

haber tenido mi primera y divertida cita…

—¡Creo haber dicho en un inicio que, trataría de hablarle de un buen futuro sobre su novio,

¿podría perdonarme, por favor, Señorita?! ¡Desde hace un momento no ha parado de golpear el suelo con sus pies, eso da mucho miedo, ¿podría dejar de hacerlo?!

Desde hace unos momentos, mientras estaba sentada, Ayase se encontraba moviendo

demasiado sus pies… Sé muy bien qué pasa.

Ante cualquier imprevisto, no puede contener sus ganas de lanzar patadas sin contenerse.

—Quisiera pedirle que nos dibuje un “buen futuro”…

—¡C-Con mucho gusto!

La adivinadora tomó su cuaderno de dibujo, haciendo un estrepitoso ruido, la colocó en la mesa y se dispuso a dibujar. Movió rápidamente su pluma.

—Wow…eso es impresionante.

Parece que, está improvisando al dibujar “nuestro futuro”. A simple vista, parecía estar muy familiarizada con hacer eso, tanto así que, haría pensar a cualquiera que ese era su negocio principal. Hasta que…

—¡Terminé!

Tan pronto como terminó de hacerlo, se lo entregó a Ayase. Ella se encontraba enojada, pero al ver el dibujo, abrió sus ojos.

—¿Esto es…?

—A ver, a ver…

Yo también, intenté observar el dibujo a un lado suyo.

Lo que estaba dibujado, era demasiado tierno. Una pequeña niña. Tenía un cabello negro, que se parecía demasiado al de ella.

—Ella es su hija. ¡Su hija! ¿Qué les parece? Es muy linda, ¿no?

Casi como si tuviera mucha confianza en su dibujo, alardeó en voz fuerte su orgullo.

—Ah… bueno, sí es linda. Pero, también pienso que el dibujo lo es.

Rasqué mis mejillas y expresé mi pensar. Al hacerlo, una pequeña parte de la cara de la adivinadora que podía verse, denotaba estar molesta.

—¿Hay alguna queja?

—No es eso, sino que… se parece demasiado a Ayase.

—Obviamente, es su hija.

—¿Y dónde quedó mi genética?

—Quién sabe… pero, ¿no es bueno que haya heredado la belleza de su madre? Al contrario, es lo mejor que pudo pasarle.

—¡Qué grosera! ¡Eso ha lastimado mi corazón! ¡Seguramente la dibujaste tomando como inspiración a Ayase!

—Al contrario, eso es grosero de tu parte. No hice nada así.

Haciendo un berrinche, dirigió su vista hacia otro lado.

Maldita sea… ¿Qué ocurre con ella? ¿Cómo puede hablare así a un cliente…?

¡Espera! ¡Ahora debo preocuparme por Ayase! ¡No sé si haya sido capaz de contener su enojo con este dibujo o no! Volteé a verla, para comprobar su estado de ánimo, pero Ayase estaba…

—¿Esta niña… es… la hija que tendremos… entre Onii-sama y yo…?

Estaba toda roja y se veía perpleja.

—Ehehe… Esto me hace sonreír…

La expresión de Ayase se relajó y mostró una gran sonrisa. Mientras miraba el dibujo, su expresión no denotaba ni amor ni vergüenza. ¿Será que ella siempre ve a todos los niños de esa misma manera y con esa misma expresión?

—Aah… Es cierto…

Pienso que, aun cuando la adivinación no fue muy buena… me alegro de haber venido, ya

que, pude ser capaz de ver aquella expresión en el rostro de Ayase…

—¿Le ha gustado…?

Ante una pregunta que denotaba preocupación, Ayase respondió amablemente: “sí”.

Un ambiente pacífico, se esparció por todo el lugar.

—Ayase… ¿por qué no preguntamos más detalles de eso?

—Sí… ¿por qué no…?

—Así será entonces.

Habiendo regresado a tener la compostura anterior, la adivinadora nuevamente giró sus manos en la bola de cristal. Pensé por un momento e hice una pregunta, que seguramente alegraría a Ayase.

—Si tendremos una hija… ¿eso significa que nosotros nos casaremos en el futuro?

—Así es.

—Hmm…