Kajiya De Hajimeru (NL)

Volumen 1

Capítulo 2: Primero Fueron Dos

Parte 4

—Soy Eizo. Vivo en la Bosque Oscuro. No me preguntes por qué —bromeé—. Puedo dejar la mercancía una vez a la semana. Si mi viaje se retrasa, te avisaré. ¿Qué te parece?

—¿Vives así de lejos? Con tus habilidades, podrías elegir… —Camilo hizo una pausa y reconsideró sus palabras—. No, no importa. Eres un nórdico con un pasado, ¿eh? No voy a entrometerme. Incluso tienes una Bestial y una Enana como compañeras. Un trío bastante raro. Tus condiciones me parecen bien.

—Me alegro de oírlo —dije—. Ahora que nuestras negociaciones han concluido, yo también tengo que pedirte un favor.

—¿Qué es?

—Me estoy quedando sin mineral de hierro y carbón vegetal, así que estoy buscando un proveedor. ¿Conoces a alguien?

—Ya veo. Preguntaré por ahí y te aseguraré una línea de suministro —él prometió.

—¿No es demasiada molestia?

—En absoluto. Descontaré el costo del precio de la mercancía que me entreguen. ¿de acuerdo?

—Eres un salvavidas.

—En cualquier momento.

Volvimos a estrecharnos las manos enérgicamente y, sin más, nos pusimos manos a la obra.

Le di diez cuchillos y cuatro espadas largas de la provisión que había traído hoy, así como un modelo de élite de cada uno, y me pagó a cambio. Me quedé con cuatro cuchillos y dos espadas largas para venderlos en mi propio puesto. No podía dejar que se desperdiciara el espacio que ya había conseguido.

Al final del día, había vendido dos cuchillos y una espada larga. Esta última fue comprada por uno de los compañeros de guardia de Marius. El negocio fue más lento de lo habitual. Mi teoría era que la mayoría de la gente que estaba interesada en mis espadas ya había comprado una. Me preocupaba que los artículos que le había dado a Camilo se vendieran bien, pero sólo podía contar con que él lo hiciera lo mejor posible.

Mientras yo atendía el puesto, Samya y Rike hacían recados. Trajeron tubérculos secos, sal y productos de trigo. Al salir, quise dar las gracias a Marius, pero no volvimos a encontrarnos con él. Tendré que verlo cuando volvamos, en algún momento de la próxima semana.

El viaje de vuelta fue rápido, ya que apenas llevábamos equipaje. Incluso nos ahorramos media hora de viaje a casa. Todos estábamos cansados de un día de trabajo, así que después de guardar la comida y refrescarnos del viaje—aunque fuera de un día—nos fuimos a la cama temprano.

◇ ◇ ◇

Al día siguiente de nuestro viaje a la ciudad, pedí a Samya y Rike que rellenaran el agua y trabajaran en las ampliaciones de la cabaña. Quería que se construyeran las nuevas habitaciones porque me daba pena que Samya y Rike hubieran estado compartiendo habitación todo este tiempo. Sin embargo, a ninguna de las dos pareció importarle.

Rike, en particular, procedía de una familia numerosa, por así decirlo, ya que todos los enanos que componen un taller suelen vivir como una unidad familiar. En realidad, mis dos compañeras del hogar parecían más preocupadas por mí y por el hecho de que hubiera estado durmiendo en el escritorio del estudio. Por eso estaban de acuerdo con mi propuesta. Por supuesto, a mí no me importaba en absoluto tener una cama, pero en cualquier caso, al menos nuestros objetivos estaban relacionados.

Hoy no iba a trabajar con Rike y Samya. En su lugar, me encerré en la Forja nada más despertarme.

El objetivo del día era probar lo rápido que podía trabajar. Tenía previsto hacer tres cuchillos, tres espadas cortas y tres espadas largas—todos ellos modelos de élite—para un total de nueve piezas. El proceso para hacer cuchillos y espadas era diferente, pero incluí esta variación intencionadamente como parte de la prueba de velocidad. Era un trabajo, claro, pero también parecía un juego. Después de todo, no hay nada malo en divertirse de vez en cuando.

Primero hice los moldes para los dos tipos de espadas y los llené de hierro fundido. Mientras esperaba a que se enfriaran, trabajé en los cuchillos. Al final del proceso, lo enfrié todo y pulí las hojas. En total, me llevó todo el día forjar todo. Dudo que hubiera podido hacer tantas cosas en un solo día, si mis habilidades no hubieran sido tramposas.

Después del trabajo, me reuní con Samya y Rike.

—No estaba segura de sí debía buscarte para comer o no —dijo Samya—. Parecías tan concentrado.

Hubiera preferido que no se lo pensara tanto… Debería haberme llamado a si sin más.

—No puedo creer que hayas hecho tantos artículos de alta calidad en tan poco tiempo —dijo Rike—. Los herreros de todo el mundo estarían humillados, sabes.

No intentaba competir con nadie. Todo lo que quería era vivir mi vida en paz.

Al día siguiente, también hice algunos objetos de nivel básico. Había descubierto que podía aumentar mucho mi ritmo de forja cuando me lo proponía. Así que, por el momento, mis prioridades eran:

1) Hacer productos lo más rápido posible y…

2) ¡Terminar de construir las dos habitaciones!

◇ ◇ ◇

Pasaron dos días. Acababa de terminar mi trabajo. Mientras limpiaba y encendía el fuego, Samya se me acercó y dijo:

—¿Has terminado por hoy?

—Sí —respondí—. Hice todo lo que quería.

—Bien. Ven conmigo entonces.

—Claro.

Estaba alegre y animada mientras me guiaba por el dormitorio; yo iba a paso ligero detrás de ella. Cuando llegamos al salón, me detuve. Había algo que no encajaba. No había nada nuevo en la habitación, sino que parecía que faltaba algo.

—Oooh —dije cuando finalmente me di cuenta. En la esquina de la habitación, junto al dormitorio, había una nueva salida. Ese cambio era el culpable de mi malestar inicial—. ¿Los han terminado?

Había estado concentrado en mi trabajo de herrero todo este tiempo, así que no había prestado atención a la nueva parte de la casa.

—Sip —confirmó—. Las dos habitaciones y el pasillo al menos.

—¡Increíble!

Sabía que la construcción iba avanzando sin problemas, pero no me había dado cuenta de que estaría terminada hoy.

—Hemos estado trabajando hasta el cansancio las 24 horas del día, sólo tomando descansos para comer —explicó Samya—. ¡Hoy también!

Me guio por el pasillo y vi a Rike de pie en el otro extremo del pasillo.

—¡Buen trabajo, Rike!

—No, no, todo fue gracias a Samya —replicó ella, humilde como siempre.

El vestíbulo se abría a las dos habitaciones, e incluso habían terminado el tejado. Sin embargo, a las habitaciones aún les faltaban las puertas, los muebles y los colchones para las camas, así que sólo estaba completa la estructura. Por otro lado, eso significaba que las habitaciones estarían listas para ser utilizadas en cuanto instaláramos las puertas y las amuebláramos. Calculé que no tardaríamos más de dos o tres semanas si éramos eficientes.

—Todavía tenemos que construir las puertas y los muebles, ¿eh? —reflexioné en voz alta. Para mi sorpresa, Rike preguntó:

—¿Vamos a instalar puertas? —su expresión parecía confusa, como si yo hubiera dicho algo completamente extraño. Solté un sonido inquietante.

—Por supuesto que sí… Son habitaciones para mujeres.

—Bueno, en mi casa, solo existía dos habitaciones que tenían puertas: las de los invitados y la del jefe de la casa y su esposa.

Ya veo, ya veo. Así son las cosas. Había empleado el sentido común de mi mundo anterior y había hablado sin pensar. Menos mal que Rike supuso que yo había sido parte de una familia prestigiosa.

—Puede que sea así normalmente, pero esta cabaña nunca ha sido normal. Ya es extraño que una simple cabaña de herrero tenga un dormitorio y un estudio separados, ¿no? —razoné—. De todos modos, puede que sólo sea mi capricho egoísta, pero quiero que las habitaciones de mi familia y de mi aprendiz tengan puertas adecuadas.

—No tengo ningún problema, por supuesto —dijo Rike—. ¿Y tú, Samya?

—No me molesta. De todos modos, no es que haya vivido antes en una casa de verdad.

—Claro, claro… —respondió Rike.

—Está decidido entonces. Serán puertas simples, pero al menos haré algo con bisagras —con eso, di por terminada la discusión.

Usando mis habilidades tramposas, haría un trabajo rápido con las puertas, pero supuse que el trabajo iba a requerir un poco más de delicadeza que hacer armas o artículos agrícolas. Esta era la oportunidad perfecta para ver hasta dónde podían llevarme mis habilidades… Ese era mi motivo oculto para construir las puertas.

Después de la cena, llegó la hora de acostarse. Yo dormí en el estudio, como siempre, y las mujeres ocuparon el dormitorio. Por desgracia, las habitaciones recién construidas aún no eran utilizables.

Mañana volveríamos a la ciudad, pero sería un viaje diferente al habitual. Iba a pasarle mi mercancía a Camilo, y si él ya me había conseguido un proveedor, podría usar el dinero de mis productos para pagar más mineral y carbón. Con la emoción en el pecho, me dormí lentamente, sintiéndome casi como un niño de primaria en la noche anterior a una excursión.

◇ ◇ ◇

A la mañana siguiente, después de rellenar nuestro suministro de agua, Samya, Rike y yo nos preparamos para el viaje del día a la ciudad.

—Hoy dejaremos las mercancías a Camilo y luego repondremos el mineral y el carbón. También necesitamos comprar algo de sal, pero por lo demás, podemos volver a casa después de eso. A menos que… ¿hay algo más que quieran hacer? —pregunté.

—No tengo planes —respondió Rike.

—Yo tampoco —dijo Samya—. Prefiero estar en el bosque—me resulta más fácil relajarme aquí que en la ciudad.

—Si ustedes dos lo dicen… De acuerdo, entonces volveremos en cuanto terminemos con los recados, y podremos hacer algún trabajo extra en la casa y el taller en su lugar.

—Sí, eso sería preferible. Será una buena oportunidad para aprender, jefe.

—Mmhmm —Samya tarareó de acuerdo.

Estas jóvenes preferían quedarse en casa a pasar un día en la ciudad… Casi quería llorar. Desde mi punto de vista—de un anciano consumido, por así decirlo—parecía un poco preocupante. Pero ellas lo habían dicho, no yo, así que nos íbamos a casa.

Rike y yo nos repartimos la mercancía. Como enana, Rike era muy fuerte a pesar de su aspecto infantil. La mitad tigre de Samya también la hacía fuerte, pero no la hicimos cargar nada; como nuestra guardia, necesitaba tener las manos libres.

Los tres nos adentramos en el bosque oscuro. Esperaba que nuestro viaje fuera tranquilo como lo había sido antes, pero Samya tuvo que detenernos dos veces después de percibir lobos cerca. Durante un tiempo, el camino no fue fácil, pero finalmente nos detuvimos para tomar un descanso.

—Hoy nos hemos encontrado con una cantidad sorprendente de lobos —le dije a Samya.

—Sí, nos acercamos a la temporada en la que nacerán sus cachorros —explicó.

—¿Así que están fuera para asegurar la comida para las madres?

—Sip. El próximo mes, empezarás a ver lobos con crías. Son muy lindos. No puedes acercarte a ellos, pero puedes observar mientras no intentes nada.

—Los lobos de por aquí parecen bastante dóciles —dijo Rike.

Ya había pensado lo mismo. Al principio, había asumido que los lobos irían tras cualquier humano en el bosque, pero en realidad, no atacarían a menos que se les provocara.

—Mmhmm —afirmo Samya—. Entre los ciervos árboles, los conejos de hoja de hierba y otros animales, hay muchas presas que los lobos pueden cazar. Y es fácil acorralar a las presas por lo densos que son los árboles. En definitiva, la caza es un paseo para los lobos en este bosque. Además…

—¿Además?

—Eizo y yo somos muy fuertes. ¿Tal vez tú también, Rike? Sin embargo, un humano promedio, como los del pueblo, serían los objetivos perfectos porque, francamente, son las presas más débiles. He dicho antes que los lobos no suelen atacar a nada que lleve olor a humano, pero eso sólo se aplica a la gente que vive en los alrededores de este bosque.

—Ya veo. Así que sería mejor para mí no aventurarme sola —concluyó Rike.

—Así es. Siempre llévame a mí o a Eizo contigo si sales.

Aunque Rike era dura y audaz, eso no significaba necesariamente que fuera una buena luchadora. Tenía sentido que Samya o yo la acompañáramos en caso de que tuviera un encuentro con un lobo.

—En cualquier caso… ¿tomarse la molestia de conseguir comida para una madre embarazada? Los lobos del bosque son bastante nobles, ¿no? —comenté.

—Son inteligentes —dijo Samya—. Algunos eruditos de la capital afirman que una facción de los Bestiales Lupinos que vivían en el bosque se separó y volvió a su vida como lobos. Esos lobos son los ancestros de los lobos del bosque que conocemos hoy, o eso dicen.

—¿Será cierta esa historia? —pregunté.

—Claro que no —respondió encogiéndose de hombros—. Pero el hecho de que la gente lo crea es una prueba de lo inteligentes que son los lobos del bosque. Los lobos que viven en las llanuras no son comparables. Al menos, eso es lo que he oído de otros viajeros.

—Que interesante.

Era sorprendente que estos lobos fueran tan inteligentes, aunque sus presas fueran fáciles de capturar… ¿o era lo contrario? No tenían que dedicar mucho tiempo a la caza, así que tenían tiempo para avanzar en sus conocimientos. Las consecuencias del fracaso eran moderadas. De lo contrario, no podrían permitirse experimentar. Este aspecto de la vida en un mundo nuevo me pareció infinitamente fascinante.

Seguimos charlando mientras avanzamos por el bosque. Una vez que estuvimos en la carretera principal, todo fue muy fácil. No hacíamos el viaje muy a menudo, sólo una vez a la semana, pero aun así, me resultaba milagroso que no nos hubiéramos encontrado ni una sola vez con ningún bandido. Además, no había visto a ningún Bestial o Demi-humano maltratado, incluidas Samya y Rike. Este mundo estaba más desarrollado y progresista de lo que había imaginado inicialmente. Tal vez fuera diferente dentro de las murallas de la ciudad, pero no tenía intención de averiguarlo.

◇ ◇ ◇

Marius no estaba hoy en la entrada, pero ya había conocido al guardia que estaba de guardia. Fue a él a quien Marius arrastró a comprar mi espada larga, así que parecía que ya había tenido la oportunidad de comprobar la calidad de mi trabajo. Le dije que vendía espadas largas de élite a través de Camilo, y me dijo que llevaría a Marius más tarde para que lo comprobara.

Llegamos enseguida a la tienda de Camilo. Era espaciosa y grandiosa, mucho más de lo que me había imaginado; incluso tenía un segundo piso. Rike se quedó mirando el escaparate.

—Qué tienda tan grande.

—Sí, a mí también me sorprende el tamaño —dije.

¿El inventario de alguien como yo era realmente apropiado para una tienda como ésta?

En el interior, había una gran variedad de mercancías que se alineaban en las paredes, tal y como Camilo había dicho que harían. Le dije a alguien que parecía un empleado que estábamos aquí para ver a Camilo y que queríamos entregarle alguna mercancía. El empleado salió corriendo a buscarlo y nosotros nos quedamos mirando.

La tienda ofrecía artículos de primera necesidad—vajillas y cestas, condimentos como la sal (por supuesto), el azúcar y diversas especias—así como artículos de lujo. También vendía vino, licores y cerveza. Mis armas estaban expuestas más atrás. En los estantes había dos cuchillos y dos espadas largas, que representaban los dos tipos de modelos—el modelo básico y el de élite.

—Estas hojas parecen realmente productos legítimos a la venta cuando están alineadas de esta manera —dijo Samya en apreciación.

—Sí, conozco la sensación —tuve que estar de acuerdo—. Tirarlos en un mostrador en el Mercado Abierto no es comparable.

Personalmente, no tengo ningún sentido estético para la exposición. Sin embargo, incluso yo podía decir que este arreglo estaba hecho con buen gusto.

Estuvimos paseando un rato antes de que Camilo saliera a recibirnos.

—¡Sean bienvenidos! Acompáñenme. Vamos a hablar arriba.

—Muy bien —dije, y los tres nos agrupamos detrás de él.

Nos llevaron a una habitación cercana de las escaleras del segundo piso. Era espaciosa y estaba amueblada con una mesa grande y varias sillas, que parecían preparadas específicamente para reuniones y negociaciones. Camilo nos invitó a sentarnos y ocupó la silla de enfrente.

Una vez que todos estuvimos cómodos, inicié la conversación.

—Hoy hemos traído más cuchillos y espadas largas, junto con un par de espadas cortas también. ¿Cuántas quieres?

—¿Eh? Oh, estoy feliz de tomar todo lo que has traído —dijo Camilo—. Son productos muy populares.

—¿Ah, en serio? Eso es genial —respondí—. Por cierto, ¡esta tienda es enorme! No me habías dicho que fuera tan buena.

—Ah, bueno, el negocio es lo que es. Aquí atendemos a todo el mundo, no importa si es un viajero, un pueblerino o un comerciante, así que tenemos que tener una gran variedad de productos. El tamaño de la tienda fue un producto natural de esa filosofía.

—Creo que me hago una idea.

La tienda de Camilo era como uno de los grandes almacenes de mi antiguo mundo. Tenían algo para todo el mundo, tanto si el cliente era un profesional como si era un ciudadano medio. Puede que Camilo esté a la cabeza de una revolución del comercio minorista aquí, y yo quería que tuviera éxito. Sería un honor para mis productos ayudarle a conseguir sus objetivos.

—No te preocupes por eso. Tengo algo más para ti —dijo Camilo con una expresión austera.

¿Quizás no había podido encontrar un proveedor de mineral?

—¿Qué es? —pregunté—. Está bien si aún no has encontrado más mineral. Podemos volver en cualquier momento, así que no hay que preocuparse.

—No, no es eso. En realidad, tenía una petición de un cliente—quieren que forjes una espada personalizada, y me he estado preguntando qué hacer —confesó.