Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 18

Capitulo 6: Almuerzo Gastronómico

Parte 1

Aquí Satou. En la televisión se ven muchos programas de viajes y variedades con temática gastronómica. Ver a un reportero disfrutando de una comida te hace querer empezar a buscar el lugar y planear un viaje, aunque no tengas tiempo de ir allí, ¿no crees?

“Gracias a todos por reunirse hoy en este almuerzo privado.”

El Primer Ministro saludó jovialmente a todos desde el asiento de honor.

Yo era una de las aproximadamente doce personas reunidas en un comedor del castillo real.

Mi asiento estaba cerca del del primer ministro. Quizá se basara en los títulos de nobleza; aparte del propio primer ministro, la mayoría de los presentes no parecían tener rangos muy altos.

“Hoy he seleccionado sobre todo platos del suroeste, especialmente del Reino de Blybrogha. Disfrutando de su cocina, espero que podamos profundizar nuestra amistad con su delegación.”

Revisando los materiales que tenía en Almacenamiento, me enteré de que el Reino de Blybrogha era una pequeña nación gobernada por leprechauns en la parte suroeste del continente. La fila que vimos al llegar a la capital real era una delegación de ese reino.

“De aperitivo, tenemos ensalada de gambas Ukeu con salsa de leprechaun.”

El mayordomo que servía la comida nos explicó su contenido mientras nos la ponía delante.

Nuestro primer plato fue una ensalada con gambas cocidas.

Fui con cautela, ya que el dúo de gourmets formado por el Marqués Lloyd y el Conde Hohen me había advertido de que las cenas del Primer Ministro solían consistir en platos estrambóticos que sólo eran “gourmet” de nombre, pero evidentemente no tenía nada de qué preocuparme.

Pero justo cuando di el primer bocado a lo que supuse que era una ensalada perfectamente normal, me sorprendió la rareza del aliño.

Lo que yo creía que era un aliño corriente para ensaladas era en realidad una salsa transparente a base de miel…

La verdad es que funcionó extrañamente bien con las gambas y acabó sabiendo bastante bien. Sin embargo, como tenía un aspecto tan aparentemente ordinario, fue un pequeño shock para el sistema.

“¡Mmmgh!” “¡¿Qué…?!”

La mayoría de los asistentes parecían igualmente sorprendidos. “Mm-hmm. Delicioso.”

Aunque el primer ministro comía con cara seria, le conocía lo suficiente por el tiempo que había pasado con él como Nanashi como para reconocer que, sin duda, estaba disfrutando con nuestras sorprendidas reacciones.

“El segundo plato es una sopa fría a base de judías de leprechaun.” A continuación, una sopa blanca suave como la seda.

Olía a sopa de maíz, pero sabía que no debía bajar la guardia.

Aprendiendo la lección del primer plato, sólo probé una gotita…

¡Ay! ¡Qué ácido!

Aunque el regusto no era malo, sería difícil de vender para alguien a quien no le gustaran los sabores agrios.

Efectivamente, uno de los funcionarios sentados más abajo en la mesa de mi fila salió corriendo de la sala, con las manos aferradas a la boca.

“El primer abandono, ¿eh…?”

Mi Audición Aguda captó un murmullo del Primer Ministro mientras sorbía delicadamente su sopa.

Al parecer, en estas cenas era habitual que la gente abandonara si la comida no se ajustaba a sus gustos.

“¿Le gusta esta cocina extranjera?” Me preguntó el Primer Ministro cuando nuestras miradas se cruzaron.

“Sí, es sorprendentemente deliciosa.”

Lo digo sinceramente, no de dientes para afuera.

Con suerte, después del almuerzo, podría reunirme con el cocinero y preguntarle cómo se preparaban algunos de estos platos.

“En efecto. Bueno, hay mucho más por venir. Por favor, disfruten a gusto.”

El menú cargado de sorpresas del pícaro Primer Ministro produjo algunos abandonos más a medida que avanzaba.

Aunque todos los platos tenían un aspecto que desmentía su sabor, seguían estando deliciosos, así que no me quejaba.

Seguí respondiendo inofensivamente a los temas de conversación del Primer Ministro mientras disfrutaba del tour culinario.

Y pronto…

“Aquí está el plato principal de hoy, asado entero Blybrogha de monstruo gigante gusano cornudo.”

El plato principal era una oruga asada del tamaño de un cochinillo.

Su sola aparición hizo que dos de los valientes guerreros que quedaban se retiraran en el acto.

Quedábamos cinco, incluidos el Primer Ministro y yo. Dos de ellos estaban tan pálidos que parecía que iban a desmayarse en cualquier momento.

“Qué aroma tan delicioso.”

De verdad, olía a cerdo teriyaki.

Lo dije en un intento de mantener la paz en la sala, pero los dos comensales, de aspecto pálido, me miraron incrédulos.

Mientras tanto, los camareros seguían a lo suyo sin inmutarse, evidentemente acostumbrados a este ambiente.

Cortaron en rodajas la piel del gusano y dispusieron los trozos de forma atractiva en el plato, cubriéndolos con la espesa sustancia viscosa de las entrañas a modo de salsa. El tono extraño y antinatural de la salsa daba una imagen bastante vívida.

“¡Y-Yo no puedo más!”

Con un fuerte estruendo, uno de los pálidos asistentes huyó del comedor.

El otro simplemente se desmayó en su silla. Supongo que la visión y los colores de las entrañas usadas como aderezo eran demasiado para soportar.

¿No habría sido mejor emplatar la comida antes de servirla?

Supongo que eso formaba parte de la travesura del Primer Ministro.

Sin embargo, cuando llegué a este mundo, me resistía a probar la carne de rana asada. Había recorrido un largo camino, si me permitía decirlo. Después de todos los platos basados en monstruos que había comido en nuestros viajes y laberintos, este tipo de cosas apenas me asustaban.

Además, estoy seguro de que esto también estará delicioso.

Confío en sus papilas gustativas, Primer Ministro.

Me armé de valor y seguí la indicación del camarero de cortar un trozo de piel del tamaño de un bocado y mezclarlo con la salsa antes de metérmelo en la boca.

… Vaya, sabe bien.

La piel exterior crujiente y el interior jugoso le daban una textura agradable.

Su salsa agridulce también era deliciosa. Si se pudiera mejorar su aspecto, este plato podría convertirse en la próxima gran moda de la capital real.

“… Tú pasas.”

El Primer Ministro dijo algo bastante siniestro. Su mirada estaba clavada en mí.

“Parece más que cualificado.”

“En efecto. A diferencia de los nobles que comen cosas en silencio sean deliciosas o horribles, él parece disfrutar genuinamente cada bocado. Magnífico.”

Según mi pantalla AR, el hombre de rostro hosco sentado frente a mí era el Ministro de Asuntos Exteriores.

“Vizconde Pendragon, usted es consciente de que una delegación del Reino de Blybrogha está de visita en este momento, ¿verdad?”

“Sí, lo he oído.” Respondí.

“Esta noche, estamos organizando un banquete para la delegación.

Nos gustaría que asistiera.”

“Disculpas. La cocina del Reino de Blybrogha puede ser bastante inusual, como has visto. Hay pocos aquí que puedan comerla con apariencia de disfrute, incluso dentro de nuestro ministerio de asuntos exteriores.”

Ahhh, así que el almuerzo gourmet también había sido una prueba.

Aunque no me importaba mezclarme con peces gordos, intentar evitar cualquier paso en falso en un entorno diplomático sonaba difícil.

Me siento mal por el primer ministro y todo eso, pero tendré que declinar…

“Me han dicho que el jefe de cocina de la corte real del Reino de Blybrogha está con la delegación y preparará una comida especial para la ocasión.”

“Eso sí que suena emocionante.” Cambié de opinión en un santiamén.

Aunque algún día visitara el Reino de Blybrogha, las probabilidades de que llegara a probar un plato especial preparado por el jefe de cocina de la corte real eran escasas.

Decidí dejarme vencer por el apetito.

“Sí, estaré encantado de asistir.”

“Excelente. Pensé que dirías justo eso.”

El Primer Ministro asintió satisfecho a mi respuesta.

Eso está muy bien, pero ¿cuándo viene el postre?

***

“Parece que el plan va sobre ruedas.”

Después de comer el postre, decidí visitar la Compañía Echigoya antes del banquete de la noche.

Por cierto, el postre de la tarde era un postre helado de color rojo intenso y textura crujiente, hecho con sangre de una paloma zorro de Blybrogha. Se utilizaron hierbas para disipar el sabor de la sangre, haciéndolo relativamente normal.

“¡Sí, justo esto! Todo gracias a los productos que nos preparó, Lord Kuro.”

Escuché el último informe de la gerente.

El plan en cuestión era nuestra estrategia para conseguir que nobles ricos y mercaderes agotaran sus reservas de dinero en efectivo para que pudiéramos ganar el Anillo de Oración en la subasta.

“No conocemos la cantidad exacta de la riqueza del Duque Ougoch, pero ha comprado incluso más Espadas Mágicas y herramientas de las que esperábamos. El Duque Vistall aún no ha reaccionado con fuerza a ninguno de los productos que hemos traído; es posible que necesite esos fondos para hacer frente a la rebelión. Pero los mercaderes ricos de la capital real, especialmente la Compañía Ghookuts, ¡están teniendo unas fase de compras compulsivas!”

Suponía que había sido Arisa quien le había enseñado una frase como esa.

Añadió que las gemas mágicas fabricadas con Magia de Tierra estaban siendo especialmente populares entre la esposa del virrey de la ciudad comercial.

“Las mayores amenazas de las que hay que preocuparse son la familia real, el virrey de Ciudad Laberinto —el Marqués Ashinen— y quizá el Vizconde Pendragon.”

Oh, hey, ese soy yo.

“¿Por qué el chico Pendragon?”

“Es el propietario de la Compañía Comercial Dragonpen, dirigida por el segundo hijo del Marqués Ashinen, aunque no son muy públicos al respecto. Debemos tener cuidado con la gran fortuna que se dice que ha adquirido en la ruta del azúcar, por no hablar de la riqueza que ha amasado en el laberinto.”

“¿Una gran fortuna?”

No pensaba revelar al público los tesoros que rescataba de los naufragios…

“Sí, ha regalado varios veleros de varios tamaños a la Compañía Comercial Dragonpen. Debe tener una enorme fortuna para proporcionar tales cosas.”

No, no, sólo eran barcos que había encontrado a la deriva o confiscados a piratas que habían estado guardados en mi Almacenamiento.

“Ya veo. Bueno, me debe algunos favores. Yo me encargo.”

“Gracias, Lord Kuro. Si me perdona la insolencia, el Vizconde Pendragon y su vasalla Lady Tachibana han prestado un gran servicio a la Compañía Echigoya…”

“Lo sé. Haré los arreglos con delicadeza.” La Gerente inclinó la cabeza agradecida.

Por estúpido que me pareciera hacer arreglos conmigo mismo, era una molesta necesidad de vivir una doble vida.

La Gerente Eluterina y Tifaleeza eran de fiar; quizá pudiera decirles pronto que Kuro y Satou eran la misma persona.

“¿Y el Marqués Ashinen?”

“Sí, es difícil calibrar su riqueza, ya que es el virrey de Ciudad Laberinto. Es más, ni siquiera reaccionó a las Espadas Mágicas que una vez buscó tan desesperadamente. Creo que su objetivo es…”

“El Anillo de Oración no. El Marqués Ashinen quiere un elixir. Por lo que he oído, lo necesita para curar a su subordinado, el antiguo Conde Poputema.”

“¡Eres increíble, Lord Kuro!”

Me había enterado por el virrey directamente como Satou. “Perdóneme… Ah, ¿Lord Kuro?”

Al entrar en la habitación, una leve sonrisa se dibujó en los labios de Tifaleeza al verme.

“Acabamos de recibir una carta de Su Excelencia el Primer Ministro.”

Acepté la carta y la hojeé.

“Hemos conseguido permiso para desarrollar esos pueblos agrícolas y las minas.”

Definitivamente, no esperaba que esto último se diera tan fácilmente. Aunque consiguiéramos el permiso, pensé que tardaríamos un poco más.

“Pero ambos sólo están exentos de impuestos durante cinco años…”

“¿Eso es un problema?”

“Sí, al menos para las minas, cinco años no parecen suficientes.”

Explicó que, al desarrollar una mina en medio de las montañas infestadas de monstruos, lo normal era estar exento de impuestos durante diez años como mínimo.

“Está bien. Mientras tengamos gente suficiente, podremos ponerlo en marcha en un mes.”

Con mi magia, podría preparar una mina en cuestión de días. En el peor de los casos, poner en marcha los sistemas de drenaje y ascensor sería un poco engorroso.

“¿Un mes?”

Los ojos de la Gerente se abrieron de par en par.

“Lord Kuro puede hacer cualquier cosa.” Murmuró Tifaleeza, y luego pasó al tema del trabajo. “Entonces empezaré a reclutar trabajadores para las aldeas agrícolas y las minas de inmediato.”

“Bien. Usa las mismas calificaciones que discutimos antes, por favor.”

“Entendido.”

Tifaleeza salió enérgicamente de la habitación.

Fue genial lo rápido que trabajó, aunque no necesitara halagarme tanto en el proceso.

“… Casi lo había olvidado.”

Tifaleeza volvió corriendo a la habitación, con las mejillas ligeramente sonrosadas.

“El chico que hizo esa herramienta para encender fuego, Aoi Haruka, está aquí.”

“¿Oh? ¿Te las arreglaste para contratarlo?” “Sí, esa parte no fue un problema.”

Tifaleeza asintió con la cabeza, balanceando su melena plateada. “¿Esa parte? ¿Hay algún otro problema?”

“Solicitó conocerlo personalmente, Lord Kuro.”

Me pregunto qué querrá.

“De acuerdo. Me reuniré con él.”

La mayor parte de mis asuntos en la Compañía Echigoya habían terminado por hoy, y aún tenía tiempo antes del banquete.

No estaría de más gastar un poco en este chico Aoi.