Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 18

Capitulo 5: Academia Real

Parte 3

“¡Hermana mayor Karina! ¡Por aquí, cariño!”

Aferrada a mi brazo con una mano, la Princesa Menea saludaba alegremente con la otra.

Sherin también estaba con nosotros. “Vaya, Satou, ¿por qué estás con Menea?”

“Nos encontramos en una clase de Canto.” Respondí. “¡Eek!”

Un pequeño grito atrajo mi atención detrás de mí, donde Nana había levantado a Sherin de su asiento para abrazarla con fuerza.

“Amo, ¿quién es esta larva? Pregunto.” “Es la hija de Sir Gouen.”

Después de responder a su pregunta, ordené a Nana que bajara a Sherin.

“¿Qué tal la clase?”

“La clase era bastante aburrida, respondo.”

“Para una clase de esgrima, había mucho más énfasis en la etiqueta que en la batalla.”

Nana y Liza, que habían acompañado a la Srta. Karina a la escuela de caballeros, no parecían impresionadas.

“Así que para los aventureros de mitril, incluso el estilo de esgrima formal del Reino de Shiga debe parecer mera teatralidad, ¿eh?” La Princesa Menea rio entre dientes.

“… Todas tienen mucho talento.”

Sherin miró a todas con ojos desesperanzados.

“No deseo que mi duro trabajo se reduzca a la palabra talento, protesto.”

“Estoy de acuerdo. Hasta que el Amo me educó, no era más que un usuario medio de lanzas.”

Aunque estaba de acuerdo con Nana, tenía la sensación de que Liza siempre había tenido habilidad con la lanza, sólo que su nivel había sido bajo al principio.

“¿Eso es cierto?”

“Ah, sí. Mi padre me dijo que no estaba hecha para ser guerrera.” Recordó Liza.

“¡También el mío!” Gritó Sherin. “U-Um… ¿crees que yo también podré ponerme fuerte como tú?”

“Por supuesto. Mientras siempre te aferres a tu deseo de hacerte más fuerte, seguro que lo conseguirás.”

Sherin asintió, mirándome con ojos ardientes.

Ah, supongo que ahora que Liza dijo: “Hasta que el Amo me educó”…

“¡Por favor, hazme tu aprendiz!”

Um, espera, no sé nada de eso…

“¡Un momento! ¡No se precipite, jovencita!”

Una voz gritó desde lejos. Era Arisa, que se acercaba con las chicas más pequeñas y Lulu a remolque.

“E-Erm, ¿y tú eres?”

“¡La super jefa de personal del Amo, la caballero honoraria Arisa Tachibana!”

Arisa había dudado hasta el último momento si adoptar el apellido Watari, como su hermana Lulu, o Tachibana, su apellido en su vida anterior, pero al final eligió este último.

“¡Solicitar ser aprendiz del Amo de la nada es como si un lagarto recién nacido intentara desafiar a un dragón adulto! Por ahora deberías estudiar con alguien de tu tamaño.”

Arisa tiró del brazo de Lulu.

“Por eso, la mejor candidata para ser tu primera maestra no es otra que mi hermana mayor, Lulu, ¡que hasta puede mandar a volar demonios!”

“¿A-Arisa? ¿De qué estás hablando?”

Ignorando la confusión de Lulu, Arisa la empujó hacia Sherin. “Quiero decir, parece una jovencita protegida. Si dejamos que el

Amo o la Srta. Liza le enseñen y se pasan, podría salir muy lastimada.” “Eso no es…”

Lulu empezó a objetar, pero luego se interrumpió.

Liza no había entrenado a tanta gente, pero como estaba acostumbrada a trabajar con gente como Pochi y Tama, tendía a ser extremadamente rigurosa.

“Hmm…”

Aunque no veía ninguna razón por la que tuviera que ser un miembro de nuestro grupo quien entrenara a Sherin, quizá se trataba de una oportunidad fatídica.

No sería tan malo ofrecer un pequeño rayo de esperanza a una chica cuyo futuro probablemente estaría lleno de dificultades debido a la situación con su padre.

“… Sí, Lulu podría encajar perfectamente. ¿Te importaría, Lulu?” “Si puedo ser útil, haré lo que pueda…”

Lo confirmé con Lulu antes de proceder.

“Sherin, una vez que Lulu te enseñe a aumentar la resistencia, podrás aprender lo básico en la escuela de caballeros.”

Probablemente lo mejor para ella era aprender el estilo de espada estándar si quería ser un caballero.

“Gracias. Espero trabajar con usted, señora.” “¡Muy bien! Haré lo que pueda.”

Sherin inclinó la cabeza y Lulu hizo varias inclinaciones frenéticas.

Es adorable cuando está nerviosa.

“Ni siquiera se sabe quién se supone que es el profesor.”

Arisa suspiró y yo le di un golpe en la cabeza antes de concretar los detalles.

En el proceso, me enteré de que a Sherin sólo se le permitía ir a la academia real y volver directamente a la villa, lo que no dejaba mucho tiempo para entrenar después de clase.

“Luego te enseñaré algunos estiramientos y ejercicios para aumentar la resistencia que puedes hacer en casa.”

“¡S-Sí, Srta. Lulu!”

Lulu, que parecía avergonzada de que la llamaran “Srta. Lulu”, empezó a explicar unos sencillos estiramientos.

Sherin tenía aún menos aguante del que pensaba: Cuando terminó una ronda de estiramientos bajo las instrucciones de Lulu, ya estaba jadeando de cansancio sobre manos y rodillas.

“¿Por qué soy tan débil…?”

“No te preocupes. Arisa y yo también nos quedábamos sin aliento muy rápido cuando empezábamos.”

Lulu tranquilizó suavemente a la llorosa Sherin. “Amo, ¿no va a subir de nivel a esa chica?”

“No, quiere convertirse en caballero, un Caballero Sagrado, de hecho.”

El Nivelado de Poder, un método para subir de nivel a una persona de nivel inferior haciendo que otra mucho más fuerte luche a su lado, era sin duda una forma rápida de mejorar las estadísticas de alguien y ayudarle a adquirir habilidades. Pero por lo que había observado en el crecimiento de mi grupo, el aumento de estadísticas se basaba en sus números actuales.

Si hacia eso con Sherin, era posible que sólo subiera de nivel y que sus estadísticas físicas no fueran lo suficientemente altas como para convertirse en caballero.

“Amo, también deseo participar en el entrenamiento de la larva, lo solicito.”

“¿Quieres ayudar a Lulu?”

“¡Sí, Amo!”

Asigné a Nana el papel de ayudante de Lulu para que pudiera repeler a cualquier imbécil que intentara acosar a la pareja.

“¡El Reino de Shiga no se construyó en un día! Vamos, sigamos intentándolo.”

“¡Sí, señora! Lo daré todo.”

Parecía que Lulu había conseguido animar a Sherin.

***

“¡Hice una nueva amistad, sir!”

“¿También Tamaaaaaa?”

Antes de cenar, Tama y Pochi nos contaron sus hazañas en el preescolar.

“¡Vaya, no es maravilloso! ¿Qué clase de persona? Dímelo.” La Srta. Karina había vuelto de la Academia Real con ellas. “¡Se llama Cyna!”

“¿Es como una bonita princesa?”

“¡Su padre es el Sr. Marky Tenten, sir!”

Arisa hizo más preguntas sobre la chica, y Pochi y Tama se mostraron encantadas de dar más detalles.

¿Quizá “Marky” debía ser “Márquez”?

Buscando en mi mapa una “Cyna” de una familia de marqueses, obtuve un resultado: Cyna Kelten.

Según las notas nobiliarias de mi Almacenamiento, era nieta del Marqués Kelten, ministro militar.

“¿Sus volantes rosas son demasiado genial para la escuelaaaaa?” “Nos salvó de unos matones malvados, señor.”

“Oui oui, es muy geniaaaaaal…” “¡Pronto le enseñaré mis novelas, sir!” “¿Y también mi arteeeeee?”

Por su excitación, estaba claro que se llevaban bien con la Srta.

Cyna.

Como Arisa parecía curiosa, le conté los resultados de mi búsqueda.

“Eso está muy bien. Si tienen a la nieta de un marqués en su corte, los otros estudiantes no serán tan estúpidos como para meterse con ellas.” Arisa hizo una pausa. “Aunque me preocupa un poco que sea de la familia de un ministro militar…”

Mientras las chicas no sufrieran acoso, me parecía bien.

“Escucha.”

Mia se sentó en mi regazo.

Supongo que también quiere hablar de su día en la academia.

“Fuiste a la escuela de magia con Arisa, ¿verdad?” “Mm, profesora.”

Mia parecía presumida.

“¿Has conocido a una buena profesora?”

Intenté adivinar el significado de la breve declaración de Mia, pero ella negó con la cabeza.

“Profesora.” Volvió a inflar el pecho. Perdido, pedí ayuda a Arisa.

“Se hizo profesora.” “… ¿Qué?”

¿No fue allí a tomar clases?

“El profesor a cargo de nuestra clase era el director. Resulta que es un gran adorador de los elfos, y le rogó a Mia que diera una lección.”

“Mm. Intenso.”

Mia asintió con la cabeza, un poco desanimada.

Parecía que el director era una persona bastante inusual.

“Así que Mia intentó enseñar, pero como explicaba a su manera habitual, nadie podía seguirle el ritmo.”

“Mrrr. Lentos.”

Estaba seguro de que, o bien se explicaba con frases de una sola palabra, o bien soltaba una de sus raras y largas peroratas.

“Y así cayó sobre los hombros de tu amada Arisa…”

Arisa deslizó el tirante del vestido hacia un lado y empezó a hacer una pose rara, así que le di un ligero golpe en la cabeza para que siguiera hablando.

“… Siendo la intérprete de Mia, por supuesto.” “Hábil.”

Mia asintió con la cabeza.

“Y supongo que a la gente le gustó la clase, porque el director nos pidió a Mia y a mí que fuéramos profesoras, al menos durante el curso de las clases especiales.”

“Naturalmente.”

Arisa se rascó la nuca en un alarde de orgullo, diciendo cosas como: “¡Cielos!” y “¡Tengo tanto talento que casi da miedo!” Estaba bromeando, pero tuve que darle la razón.

“Está bien, ¿no? No afectará a mi asesoramiento en la Compañía Echigoya ni a mi ayuda a la Srta. Nina.”

“Sí, por supuesto. Sólo recuerda no enseñarles nada peligroso.”

No quería que nos metiéramos en problemas por filtrar información secreta que habíamos aprendido en la aldea de los elfos.

“¡Pero por supuesto! Hasta yo lo sé.”

“Sólo hechizos comunes.”

Arisa y Mia asintieron. Supongo que no hacía falta advertirles. “Todo lo que dijimos en clase fue el tipo de cosas que encontrarías

en el diccionario de Jibby.”

El ejemplo al que se refería Arisa era el diccionario de términos mágicos del profesor Jibcloud, un libro de texto que encontramos en la biblioteca de la academia real. Era un gran libro con incluso más detalles que los apuntes de Trazayuya el sabio elfo que yo llevaba en Almacenamiento.

“Enseñar fue ciertamente divertido, pero también disfruté de las mediciones de poder mágico y la prueba de alcance de tiro mágico antes de eso.”

“Mm. Nuevo récord.” “Vaya, es increíble.”

Me daba miedo preguntar qué récord habían batido.

“Rompimos accidentalmente el aparato de medición que utilizan para los nuevos estudiantes al sobrecargarlo. Tuvieron que conseguir un dispositivo de medición de poder mágico original hecho por el rey ancestral del castillo real para probarnos.”

Los dispositivos de medición del poder mágico medían el poder mágico de un usuario encendiendo cristales de estrella en el dispositivo. El número de ellas determinaba el rango del usuario: los novatos solían tener una o dos estrellas, incluso los profesores tres, y sólo el director y algunos altos cargos de la escuela de magia tenían cuatro.

“Cinco estrellas.”

“Tengo cuatro estrellas, que supongo que es por tener más de 500 PM. Mia tiene un cincuenta por ciento más de PM que yo, así que cinco estrellas deben ser más de 1000 PM.”

Mia hinchó el pecho con orgullo mientras Arisa le explicaba los detalles.

“¡Y luego, y luego!”

También dominaron en el campo de tiro mágico, dijo Arisa; dejó boquiabierto al profesor al disparar a los diez blancos de una sola vez con el hechizo de Magia de Fuego Danza de Fuego Múltiple, mientras que Mia llenó de agujeros el gólem de hierro hecho con Magia de Tierra del profesor usando su hechizo de Magia de Agua Aguja Salpicante.

“Sí, realmente nos hartamos de todas las bondades de la escuela de magia…”

“Mm, satisfecha.”

Arisa y Mia parecían encantadas.

Me alegraba que disfrutaran de su vida escolar, siempre que no terminaran desbocándose.

“¿Y Karinaaa—?”

“¡Quiero oír lo que vivió en la akademia de kabayeros, sir!”

Tama y Pochi se centraron en Karina, que había estado escuchando las historias de gloria de las demás.

Pochi probablemente estaba tratando de decir academia de caballeros. Si no recuerdo mal, allí fue donde Karina fue junto con Liza y Nana.

“Me temo que no encajaba muy bien, si quieres saberlo.” Karina apartó la mirada, enfadada.

Como no parecía querer hablar de ello, le hice señas a Liza y le pregunté en voz baja qué había pasado.

“Las espadas…”

Eso era todo lo que necesitaba oír.

Al igual que en la academia de exploradores de Ciudad Laberinto, su fuerza sobrehumana asistida por Raka había quebrado múltiples espadas.

El resto del grupo miró a Karina con afecto.

“¡Sólo rompí tres! ¡El resto sólo se astillaron o se doblaron un poco!”

Sonaba como si hubiera arruinado mucho más que tres espadas. “Karina, toma unos dulces, sir.”

Pochi le dio una palmada en el hombro a Karina.

“Cuando pasa algo malo, hay que comer mucha comida rica, sir.” “¿También quieres cecinaaaaaa?”

“Pochi… Tama… ¡Muchas gracias a las dos!”

La Srta. Karina las abrazó con fuerza y atiborró sus mejillas de galletas y cecina.

Mientras observaba a las tres amigas merendando, les pedí que me contaran más cosas sobre la academia. Hikaru volvió en medio de todo esto y también se unió a la divertida charla. Las historias se sucedieron hasta la hora de cenar.

En cuanto a la conferencia sobre las runas de retraso a la que asistí con la Princesa Sistina al día siguiente, todo el contenido después de la explicación básica era tan avanzado que muchos estudiantes abandonaron a mitad de camino. Sin embargo, yo iba muy preparado y conseguí aprender la mayor parte de la información necesaria. Pensaba intentar incorporarla pronto a algún hechizo.

Arisa y Mia también querían asistir, pero la sala de conferencias estaba llena hasta los topes. Impedí que la Princesa Sistina invocara sus privilegios reales para hacerlas entrar, ya que no eran pocas las personas que parecían haber hecho cola durante la noche para presenciar la conferencia.

Me separé de la princesa en la escuela y fui al día de los padres en la clase de Tama y Pochi, vi a Lulu ayudando a las jóvenes nobles en una clase de cocina en la escuela de señoritas, etcétera.

Cuando volví, me enteré por Arisa de que durante una demostración de magia conjunta con los Treinta y Tres Bastones de Shiga, la Protectora de Sakura, Atenea, retó a Mia a un enfrentamiento, sólo para perder de tal manera que acabó llorando.

“Creo que te has pasado un poco.” “Mm. Arrepentimiento.”

Arisa cacareaba, mientras Mia asentía con gravedad.

No había mucho que pudiera hacer, ya que sus niveles eran muy diferentes. Con suerte, Atenea seguiría tratando de ponerse al día sin dejar que eso la desanimara.