Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 18

Capitulo 5: Academia Real

Parte 2

“Me siento como si estuviera de vuelta en mis días de escuela.”

El último día de la reunión real terminó antes de la tarde, así que fui a la academia a ver cómo estaban mis chicas.

Aunque la conferencia que esperaba con impaciencia no era hasta mañana, tenía tiempo para matar hasta el banquete de clausura de la reunión real de esa noche.

También podría decirse que me refugiaba en la academia: Los peces gordos seguirían con sus maniobras y negociaciones hasta la noche, y yo no tenía ningún interés en meter las narices en eso.

Me había puesto un traje más ligero en el carruaje de camino hacia aquí, ya que mi elegante atuendo de la alta nobleza para la reunión real quedaría muy fuera de lugar cuando no estuviera en el castillo real.

“¡Hikaru!”

Divisé a Hikaru en la plaza frente a las puertas de la escuela, mirando una estatua de su fundador.

“¡Ah! Ichi… Satou.”

Sus ojos brillaron un instante antes de corregirse con un poco de tristeza.

“¿También estás aquí por una conferencia?”

“Que va. Se podría decir que estoy teniendo un pequeño paseo por el carril de la memoria.”

Desde su punto de vista, como acababa de despertar de un criosueño mágico de varios cientos de años, probablemente era como si se hubiera ido a dormir una noche y se hubiera despertado para descubrir que casi todos sus conocidos habían muerto. No podía culparla por sentirse melancólica.

“Entendido. ¿Conocías también al fundador de la escuela?”

“Ajá. Melbon nació en una familia de granjeros. Mientras viajábamos juntos, aprendió todo tipo de cosas de mí y del resto de nuestros amigos y acabó volviéndose muy inteligente. Fue un gran ayudante del primer ministro cuando me convertí en rey, y siempre decía que quería fundar algún día una escuela en la capital real.”

“Parece que hizo su sueño realidad.”

Era obvio con sólo echar un vistazo a los estudiantes que caminaban entusiasmados: Esta era una buena escuela.

“Ajá. Estoy muy orgullosa de él.” Hikaru seguía contemplando la estatua.

Me fui sin decir nada más, no quería interrumpir su ensoñación.

“¡Prepárate para   la clase especial   gratuita de   ‘Canto’, requisito indispensable para la escuela de magia! La clase está casi completa.”

Después de caminar un rato, oí a una chica con toga que llamaba a los futuros estudiantes.

Esa sí que era una clase que debería ver.

“Disculpe, me gustaría asistir a la clase de ‘Canto’…” “¡Genial! Por aquí.”

De alguna manera, me recordaba a la camarera de una taberna o de un restaurante familiar.

Debí de tomar el último asiento, porque la chica que me guiaba — una alumna de la escuela de magia— dejó lo que estaba haciendo para llevarme directamente a la azotea donde se impartía la clase. Me senté en el asiento más alejado y la clase comenzó de inmediato.

¿Ah, sí?

En el asiento delantero estaba Sherin, la hija del Sr. Gouen, que escuchaba atentamente la explicación del profesor.

Ella debe estar tomando el curso porque los Caballeros Sagrados, y por lo tanto los Ocho de Shiga, requerían la habilidad de usar Magia de Luz.

“■, este es el canto para el hechizo de Magia Cotidiana Brisa. Si lo enuncias más despacio, es un canto largo que empieza con ‘lyuu-lyu liaru-lonea…’ Ahora, este canto…”

Había oído esta explicación de Zena, Arisa y otros innumerables veces, así que la ignoré distraídamente.

Esperaba aprender algún truco secreto, pero en realidad no era más que un largo discurso del profesor de magia del tipo: Si sigues practicando, un día de repente serás capaz de hacerlo como si hubieras recibido una revelación divina.

Supongo que las habilidades como Canto se activan en la mayoría de la gente una vez que acumulaban suficiente EXP, probablemente funcionaba así, pero aun así…

Terminada la conferencia, comenzó la práctica del “Canto” de los alumnos.

La sesión práctica la dirigieron los alumnos de la escuela de magia que habían estado ayudando al profesor; una vez formados los grupos, el profesor los puso al mando y se marchó enseguida.

La práctica de “Canto” se centró en cantos cortos y sencillos como el hechizo de Magia Cotidiana Brisa y el hechizo de Magia Práctica Señal.

“▼Brisa Soyokaze.” “◆Señal Shingou.” “▲Brisa Soyokaze.”

Los demás estaban más o menos al mismo nivel que yo.

Seguí cantando al compás del corto bastón que agitaba el alumno profesor.

“■Brisa Soyokaze.”

Oh, parece que alguien tuvo éxito.

Me di la vuelta y vi a un chico sonriente en bata, rodeado de colgados.

“¡Basta, Barry! ¡No estorbes!”

“Oh, vamos. Sólo estoy mostrando a estos novatos cómo suena un verdadero ‘Canto’.”

La alumna que me instruía regañó al chico.

“¡Sí, exactamente! Los cantos de Sir Zorgon son los mejores de su clase.”

“¡Basta ya! Me estás avergonzando con todos esos elogios.” Sus secuaces aumentaron la sonrisa del chico.

“Ignórenlos. Sigan practicando.”

“▼Brisa Soyokaze.” “◆Señal Shingou.” “▲Brisa Soyokaze.”

A instancias del profesor-alumno, volvimos a practicar.

El chico sonriente se paseaba entre los estudiantes como si fuera un instructor, dando consejos inútiles como: “Te has retrasado medio compás”, “te has equivocado en el Canto” y otros comentarios que molestaban tanto a los estudiantes como a su instructor.

“¡Barry, deja de distraernos!”

“Sólo estoy dando instrucciones.” “¡Y eso distrae!”

La misma alumna que había protestado la primera vez volvió a reprenderle, pero él la ignoró por completo.

“¡Sinceramente! Primero ese tonto de Merkray finalmente se fue,

¡¿y ahora tú, Barry?!”

Al darse cuenta de que no llegaba a ninguna parte, la chica salió corriendo a buscar al profesor.

El “Merkray” que mencionó era probablemente la misma familia noble cuyo nombre había surgido durante el incidente del ropa roja. Su hijo, que había estado asistiendo a la escuela de magia, evidentemente también era un niño problemático. Por lo que oí en el salón, toda la familia Merkray estaba en arresto domiciliario en su mansión hasta que terminara la investigación.

“¿Oh? ¿No eres tú ese fracasado que no paraba de recibir palizas en la clase de la escuela de caballeros?”

El chico sonriente empezó a acosar a Sherin, que estaba en el grupo junto al mío.

“En ese caso, ¿renunciaste a ser caballero?”

“▲Luz Hakkou.”

El chico frunció el ceño mientras Sherin le ignoraba y seguía practicando.

“¡Hmph! No es que una chica que renunció a ser caballero a los tres días vaya a ser mejor maga.”

“Sí, es imposible que una perdedora como tú lo logre.”

“De todas formas, a nadie le gustan esas chicas de escuela de magia que huelen a hierbas.”

“Tu cara no está tan mal. ¿Por qué no vas a la escuela de señoritas y tratas de conseguirte un hombre con perspectivas?”

A medida que el chico sonriente acumulaba insultos, sus secuaces también se unían.

El alumno que trataba de instruir a Sherin parecía demasiado asustado como para hacer otra cosa que agitarse nerviosamente.

“¿Te importaría dejarla sola?”

No podía quedarme al margen por más tiempo. “¿Tú otra vez?”

“¿Otra vez…?”

Entonces me acordé. Era el mismo chico maleducado que se había peleado con Sherin el día anterior.

“Vaya, ¿no eres un poco mayor para no conocer ‘Canto’?”

“Sir Barry, debe ser algún noble o mercader indigente. Apuesto a que no recibió una educación adecuada.”

Cuando el chico se puso a sonreír y a insultarme, sus secuaces siguieron su ejemplo.

Como me había puesto ropa más ligera antes de venir a la academia, parecían haberme confundido con un noble menor, en el mejor de los casos.

“Soy perfectamente consciente de que no tengo talento para usar ‘Canto’.”

Barry se echó a reír.

“Pero sabes.” Continué. “No estoy seguro de que me guste que unos mocosos se burlen de mí por ello.”

A pesar de lo que parecía, llevaba casi un año practicando “Canto”. “¡¿Perdón?!”

La cara de Barry se torció de rabia. Quizá no esperaba que me enfrentara a él.

“No está permitido que nos llames ‘mocosos’.”

“¡Sí, sí! ¡Sir Barry es el segundo hijo del Barón Zorgon, sabes!”

Sus allegados parecían ser vasallos o nobles menores al servicio de su familia.

“¡Es suficiente, Barry!”

La puerta de la azotea se abrió de golpe y regresó la estudiante.

Pero no fue el profesor quien apareció detrás de ella. Era la princesa de cabello rosa del Reino Lumork.

“¡Princesa Menea! ¡¿Qué está haciendo aquí, Su Alteza?!”

“¡No pude encontrar al profesor, así que traje a la Princesa Menea en su lugar!”

La estudiante lanzó a Barry una mirada triunfante. La Princesa Menea se volvió hacia nosotros.

“S-Su Alteza, sólo estaba—” “… ¡Sir Satou!”

Ignorando el intento de excusa de Barry, Menea vino corriendo y me abrazó.

Seguía tan susceptible como siempre. “¡¿Princesa Menea?!”

Todos los alumnos se quedaron estupefactos ante el inesperado comportamiento de Menea.

“¿Cómo conoces a este patéti… a este tipo?” “El Vizconde Pendragon es mi am—” “¿Vizconde?”

Barry y sus amigos ahogaron el resto de la frase de la princesa Menea.

“Este tipo… quiero decir, ¿este caballero es un vizconde?”

“Por supuesto.” Respondió Menea con frialdad. Luego se volvió hacia mí con un sugerente: “Si necesitas ayuda con ‘Canto’, estaría encantada de darte clases particulares…”

“¡Clases privadas con la princesa!”

Barry y varios de los otros alumnos instructores soltaron gritos estrangulados; la Princesa Menea debe de ser popular en la escuela de magia.

“Uh-oh, esto son malas noticias.”

“Nos reímos del jefe de una familia de vizcondal…” “Será mejor que nos disculpemos, Sir Barry.”

“… No quiero.” Barry se negó obstinadamente a las súplicas de sus amigos. “Un enclenque que probablemente no sepa ni sostener una espada no es digno de la Princesa Menea.”

Me fulminó con la mirada.

Parecía más que estuviera celoso de que la princesa se aferrara a mí que de que realmente me odiara en concreto…

Ah, lo que es ser joven.

“¿Oh? Vaya, pero Sir Satou es un candidato para los Ocho de Shiga.”

“¡¿Los Ocho de Shiga?!” Barry se sobresaltó.

“¿Fue invitado al cuartel de los Caballeros Sagrados, creo?”

“Sí, a finales del año pasado. Pero técnicamente, desde que decliné oficialmente, ya no soy candidato a los Ocho Espadachines de Shiga.”

“Oh querido, ¿es eso cierto? ¿Entonces Liza también declinó su nominación?”

“Lo hizo.” Asentí a la Princesa Menea.

“¡Un momento, he oído el nombre de este vizconde!” “¡¿Pendragon, como ‘el Intocable’?!”

“¡R-Realmente lo estropeamos, Barry!”

Evidentemente, los seguidores habían oído mi nombre con anterioridad.

Barry también palideció.

“Lord Vizconde, le pido disculpas por mi grosería.” “¡Lo sentimos mucho, Lord Vizconde!”

Barry se arrodilló e inclinó la cabeza casi hasta el suelo, y los demás chicos siguieron su ejemplo.

Eso sí que fue un rápido cambio de actitud. Al parecer, los niños nobles de la capital real aprendían las costumbres del mundo desde muy pequeños.

“Señor Zorgon, ha olvidado disculparse con alguien.” “… ¿Quién, ella?”

Señalé a Sherin, de quien Barry parecía haberse olvidado.

“Lo siento, señorita. No debería haberme reído de su falta de talento.”

¿Llamas a eso una disculpa?

Me aclaré la garganta y el chico se corrigió, dándose cuenta de que no era una disculpa de verdad.

“No, de verdad, lo siento. Retiro mis insultos y pido disculpas. Me equivoqué.”

“¡Yo…! ¡Yo…!”

Sherin dudó un momento y luego tomó la palabra.

“Puede que no tenga el mismo talento natural que mi padre.

Pero…”

Su voz burbujeó como el magma que se ha ido acumulando bajo la superficie de la tierra.

“¡Pero aun así no renunciaré a ser un caballero! Estoy tomando esta clase porque un Caballero Sagrado necesita ser capaz de hacer magia!”

“O-Oh, ya veo…”

Barry pareció sorprendido por la feroz determinación de Sherin.

Después, Sherin y yo aceptamos sus disculpas, y Barry y sus amigos salieron corriendo del tejado con el rabo entre las piernas.

“Más tarde se lo diré a los profesores, ¡lo prometo!”

La alumna nos aseguró que los profesores de ambas escuelas los regañarían a conciencia, ya que Barry era alumno tanto de la escuela de caballeros como de la de magia.

“Ahora, volvamos a practicar ‘Canto’…”

Antes de que pudiera terminar la frase, sonó un timbre que indicaba el final de la clase.

Parecía que se nos había acabado el tiempo.3