Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 18

Capitulo 2: Hikaru

Parte 2

“¡Ichirou, Ichirou, Ichirooou…!”

Hikaru prácticamente voló a mis brazos.

Me abracé a su delicado cuerpo junto con el torrente de emociones vertidas en la forma en que pronunció mi nombre.

Hikaru berreaba como una niña pequeña; decidí acariciarle la cabeza y dejarla llorar hasta que se calmara. Al fin y al cabo, aunque para mí solo había pasado un año, para ella había sido mucho más tiempo.

“¡Por fin nos volvemos a encontrar!”

Hikaru me miró, con los ojos hinchados por las lágrimas.

Era mayor que la chica que yo recordaba, pero aún más joven que yo antes de venir a este mundo.

Su verdadero nombre era Mitsuko Takatsuki. “Hikaru” era un apodo basado en uno de los kanji de su nombre de pila; lo había elegido ella misma cuando era joven, declarando que Mitsuko “no era lo bastante genial”.

“Así que la gran deidad tenía razón.”

Con eso, Hikaru volvió a enterrar su cara en mi pecho.

“¿Deidad? ¿Te refieres a la que estaba dedicado el santuario de tu familia?”

“Ajá, Ama-no-Mizuhana-hime. Cuando terminé mi papel y Lady Parion iba a enviarme a casa, la deidad de nuestro santuario me dijo que no podría verte si volvía a mi antiguo mundo.”

En su lugar, explicó que había cancelado su regreso a casa y había seguido el consejo de la deidad del santuario, entrando en un criosueño mágico hasta la era actual.

“Ama-no-Mizuhana-hime, huh…”

Cómo desprecio ese nombre. Los dioses celestiales temían mi poder de otra tierra, y por eso me nombraron así para que sólo me adoraran como dios del agua en lugar de dios dragón.

Un recuerdo de mi juventud pasó por mi mente.

Hikaru lo había dicho cuando éramos niños, inclinándonos hacia el viento que soplaba desde el santuario.

En aquel momento, me habían llamado la atención sus impresionantes dotes interpretativas. Sin embargo, después de oír lo que acababa de decirme, no pude evitar preguntarme si realmente había sido poseída por una deidad en aquel momento.

“Tal vez se apiadó de mí porque una vez fue separada de su amado por la muerte, y no quería que yo también me separara de ti.”

“¿Lo sabías, pequeño Ichirou?”

Mientras Hikaru hablaba, también recordé las palabras de otra persona.

“Ama-no-Mizuhana-hime, la deidad de este santuario, se casó hace mucho tiempo con un joven humano. Pero como su amante era humano, murió mucho antes que ella. Antes de morir, le hizo una promesa. ‘Un día, juro que renaceré y volveré contigo’. ¿No es romántico, querido?”

Creo recordar que era un adulto el que me hablaba, probablemente la madre o la tía de Hikaru.

“¿Pero la gente realmente renace?” Pregunté entonces.

Ella me había dicho que era verdad. “Pero los dioses y los humanos tienen vidas diferentes, así que aunque renaciera, volverían a separarse.”

Recuerdo que parecía triste mientras hablaba.

“Entonces, ¿por qué no acaba de hacer la persona que le gusta en un dios?” Le pregunté.

“Ni siquiera los dioses pueden conceder la divinidad a quien les plazca.”

Había olvidado esta conversación hasta ahora. “¿Ichirou?”

Hikaru me miró a la cara.

Ups, creo que me perdí en los recuerdos. 

“Voy a llevarnos a otra parte, Hikaru.”

Vi que algunos Jinetes de Wyvern se acercaban desde la capital real, así que nos transporté junto con el grifo a la base secreta que había hecho en el territorio de los monstruos.

En lugar de Retorno, usé Despliegue de Unidades. Aunque le había prometido a Arisa que no abusaría de la habilidad, no podía llevar al grifo a ningún sitio donde hubiera puesto una pizarra de sello.

“Teletransportación… No, no era ese hechizo, ¿verdad? No sentí la sensación habitual de Magia Espacial. ¿Era una de tus Habilidades Únicas?”

“Sí, así es.”

“Eres increíble como siempre, Ichirou. El único poder que tengo es hacer muchos amigos.”

Hikaru me sonrió.

“Ah, es verdad. ¿Fueron bien las cosas en la oficina, Ichirou?”

Después de movernos y dedicar otro momento a celebrar nuestro reencuentro, Hikaru sacó un tema inesperado.

“¿La oficina?”

¿De qué está hablando?

“Desde que de repente me invocaron como héroe, abandoné totalmente FFL en medio de una marcha de la muerte, ¿verdad? Siempre me sentí mal por eso.”

“¿Cómo sabes lo de FFL?”

Ese era el título del juego que había estado terminando antes de venir a este mundo, sustituyendo a Junior, un trabajador más nuevo que había desaparecido.

“¿Qué quieres decir con cómo? ¿Porque yo era el programador principal de ese juego, obviamente?”

Hikaru me parpadeó.

“No, ese era el trabajo de Junior…” “Sí. Ya sabes, yo.”

Hikaru se señaló a sí misma.

A menos que me estuviera volviendo loco, Junior era alguien a quien le gustaba el manga shojo, definitivamente no Hikaru.

“El Sr. Tubs empezó a llamarme así, ¿recuerdas? Leyó mal mi apellido como kouhai, y cuando le señalé su error, se enfadó y me dijo:

¡Pues ahora tu apodo es Junior! Aunque fui yo quien le puso el apodo de Sr. Tubs, así que supongo que estamos en paz.”

No, era una chica del departamento de ventas. Si no recuerdo mal, se emocionó mucho porque una chica le había puesto un apodo por primera vez e incluso fue por ahí diciéndonos a los demás que también le llamáramos: “Sr. Tubs”.

Se lo transmití a Hikaru.

“¿Eh? No, era yo, no una chica de ventas. Recuerdo que el Sr. Tubs se entusiasmó.” Hikaru parecía desconcertada. “¿No te acuerdas? Tú me entrenaste y todo.”

Parecía a punto de llorar otra vez.

“Siempre me decías que no anidara cosas sin motivo, y que no usara variables locales para múltiples propósitos, y cosas así.”

“Ahora que lo mencionas…”

La imagen de Hikaru trabajando toda la noche en la oficina pasó por mi mente.

“… No, eso no puede estar bien.”

Junior y Hikaru eran dos personas diferentes. Por un momento, casi dejo que la insistencia de Hikaru sobrescribiera mis recuerdos con otros inventados.

Eché un vistazo a mi registro sólo para estar seguro, pero no vi ningún tipo de ataque de Magia Psíquica.

“¿Ichirou?”

Hikaru me miró ansiosa.

Aunque recordábamos las cosas de forma diferente, sin duda era la misma Hikaru que yo conocía.

Entonces, ¿por qué…?

En el fondo de mi mente, recordé los rostros de los dos japoneses que habían sido convocados a la casa de la Princesa Menea, en el Reino de Lumork.

Así es. Habían sido convocados desde versiones paralelas de Japón, como el Gran Imperio Insular de Japón o la Federación del Sur de Japón.

En cuyo caso, la Hikaru que tengo ahora delante podría ser de un Japón distinto al que yo conocía.

“… Hikaru, escucha atentamente.”

Me dolía decirle esto después de haber sido invocada como Héroe, haber fundado el Reino de Shiga al final de una terrible guerra contra un señor demonio y haber esperado media eternidad para reunirse con Ichirou Suzuki, pero tampoco me parecía justo simplemente ocultarlo.

“¿Qué pasa?”

“Yo… no soy tu Ichirou.” “¿Eh? ¿Qué quieres decir?”

“Creo que probablemente soy de un Japón diferente, un mundo paralelo, al Ichirou Suzuki que conociste.”

Procedí a explicar las incoherencias entre mis recuerdos y los suyos.

“¡Pero… eso no puede ser!”

Hikaru cayó de rodillas y empezó a sollozar.

Sin palabras de consuelo que ofrecerle, lo único que pude hacer fue abrazarla con fuerza y acariciarle suavemente la espalda.

Al final, se durmió por agotamiento emocional y la llevé a la cama de invitados.

Mirar su rostro adulto de perfil me trajo a la mente el rostro de otra persona.

Al mismo tiempo, volví a recordar la conversación sobre Ama-no- Mizuhana-hime.

“Pero, ¿realmente renace la gente?”

“Lo hace.” No podía recordar su expresión cuando dijo esto. “Pero renacer no es suficiente. Los dioses y los humanos tienen vidas diferentes. Volverían a separarse.”

“¿Entonces por qué no convirtió en dios a la persona que le gusta?”

“Ni siquiera los dioses pueden conceder la divinidad a quien les plazca.”

Esta vez, la recordé apartando con tristeza un mechón de su cabello verde claro.

“El alma de una persona no es suficiente. Necesitarías entrelazar muchas, muchas más…”

Ama-no-Mizuhana-hime, la deidad de este santuario, se casó hace mucho tiempo con un joven humano. Pero como su amante era humano, murió mucho antes que ella. Antes de morir, le hizo una promesa. ‘Un día, juro que renaceré y volveré contigo’. ¿No es romántico, querido?”

Creo recordar que era un adulto el que me hablaba, probablemente la madre o la tía de Hikaru.

“¿Pero la gente realmente renace?” Pregunté entonces.

Asintió, con aire sombrío. “Pero los dioses y los humanos tienen vidas diferentes, así que aunque renaciera, volverían a separarse.”

Recuerdo que me asusté un poco al oír las palabras que murmuró al final.

***

“¿Ichirou?”

Hikaru se incorporó en la cama, gritando mi nombre.

La había llevado a una habitación de invitados en nuestra mansión de la capital real para que durmiera su agotamiento emocional.

Liberé al grifo cerca de la base secreta, presumiblemente para que regresara a su nido. Arisa y Mia pasaban el tiempo con la Princesa Sistina, como estaba previsto, mientras yo fingía estar enfermo para excusarme del primer día de la reunión del reino.

“¿Te sientes mejor?”

“¡Ichirou!”

Al oír mi voz, la cara de Hikaru se giró hacia mí y luego se arrugó de tristeza.

“Oh, así que no fue un sueño…” “Escucha, Hikaru.”

Me había dado cuenta de algo mientras vigilaba su forma dormida. “¿Qué?”

“¿Te dijo la deidad que podrías conocer a tu Ichirou Suzuki?”

“Ajá. Ella dijo: Si quieres reunirte con tu amado Ichirou, quédate en ese mundo.”

Me lo imaginaba.

“Eso significa que no serías capaz de ver al Ichirou Suzuki de tu antiguo mundo aunque volvieras a él, ¿verdad?”

“S-Sí, creo que sí.”

“Lo que significa que el Ichirou Suzuki de tu mundo también podría estar en este.”

La línea temporal no tenía mucho sentido, pero recordé haber leído muchas novelas de ciencia ficción en las que el tiempo en mundos paralelos no transcurría al mismo ritmo.

“¿De verdad lo crees…?” Asentí con firmeza.

“Supongo que aún no puedo rendirme…”

Aunque aún tenía lágrimas en los ojos, Hikaru volvió a sonreír. “Si no tienes adónde ir, puedes quedarte en mi casa.”

“¿Estás seguro?”

“Por supuesto. Aunque seas de otro mundo, para mí sigues siendo mi querida amiga de la infancia.”

“Ichirou… Espera, ¿está bien que te siga llamando así?”

“Me parece bien. Puedes llamarme como quieras. Aunque aquí me llamo Satou, así que llámame así delante de los demás, por favor.

¿Debería llamarte Mito?”

“No, Hikaru está bien. Como aquí siempre me han llamado Yamato y Mito, creo que estaría bien que me llamaran por mi nombre de Japón. Mitsuko también está bien, pero… Hikaru es mejor.”

“En ese caso te seguiré llamando Hikaru.” “Perfecto…”

Por un momento se hizo un silencio incómodo entre nosotros. Pero como Hikaru tenía tendencia a soltar cosas como Arisa, esos silencios no duraban mucho.

“… Hey, ¿por qué eres tan joven?”

¿Te acabas de dar cuenta ahora?

***

“Dios, eso suena bastante loco.”

Le estaba haciendo a Hikaru un breve resumen de los acontecimientos desde que llegué a este mundo hasta que me convertí en noble.

He omitido las partes sobre la lluvia de meteoritos y la matanza de dioses, ya que podrían complicar innecesariamente las cosas.

“¿Entonces no fuiste convocado como Héroe?”

“Sí, de acuerdo con el Héroe actual, es posible que sólo sea una persona normal que fue convocada por el Reino de Lumork.”

“Hmm. El Reino de Lumork, ¿eh? El joven rey de cabello rosa de allí se parecía a Shiga de Teni X Hero en su día…”

Teni X Hero era un extraño manga shojo que le gustaba mucho a Junior cuando estaba en Japón. Trataba de un señor demonio de cabello azul y un héroe de cabello rosa que se enfrentaban en el tenis por alguna razón. Supongo que a Hikaru le gustaba la misma serie.

Pero si no recuerdo mal…

“Hikaru… ¿el nombre Yamato Shiga viene de los protagonistas de

Teni X Hero?”

“¡Jee-jee, es lo primero que me vino a la mente! Es el nombre que siempre usaba en los juegos.”

No podría juzgarla, ya que mi nombre aquí también proviene de mi nick de juego.

“Pero cuando digas mi nombre completo, di Shiga Yamato, por favor. El orden es importante.”

Explicó que introdujo su nombre como Shiga Yamato, pero al analizarse descubrió que salía como Yamato Shiga, para su frustración. Al parecer, esta distinción era muy importante para las fangirls del shipeo.

“Entonces, ¿cómo fue para ti cuando llegaste a este mundo, Hikaru?”

“Bueno, estaba en una habitación blanca y Lady Parion me ofreció un poder. Le dije que no quería luchar y elegí un poder llamado [Camaradería] que me permite hacerme amiga de cualquiera, y eso debió de hacer que la capacidad de mi alma fuera enorme o algo así.”

En la lista de habilidades de Hikaru había una Habilidad Única llamada [Camaradería].

Era una elección típica de ella, ya que siempre odió los conflictos.

“Pero debido a eso, los peces gordos me trataron como a un Héroe inútil y me quitaron mi Espada Sagrada y mis Herramientas Sagradas, y luego se aprovecharon de mi inventario ilimitado para usarme para transportar suministros al frente y cosas así.”

Evidentemente, había otros tres Héroes en el Imperio Saga además de Hikaru en ese momento.

“Y entonces la aeronave en la que me transportaban fue derribada por un ataque sorpresa del Señor Dorado, y me convertí en prisionera de los orcos… ¡Pero no te preocupes! Aun así guardé mi pureza para mi querido Ichirou.”

“No estaba preocupado por eso.”

Ah, claro, no se refiere a mí. Aunque apuesto a que el Ichirou del mundo de Hikaru diría lo mismo.

Aunque por supuesto me alegré de que no la agredieran de esa manera.

El Señor Dorado que mencionó era probablemente el señor demonio con el que había luchado bajo la antigua capital, el Señor Jabalí Dorado.

Hikaru continuó explicando que había utilizado su Habilidad Única [Camaradería] para convertir a los orcos en sus aliados e incluso se había hecho amiga del señor demonio.

Pero no duró mucho: El señor demonio usó demasiado su Habilidad Única en la batalla, se vio superado por su Fragmento de Dios e inició una guerra con las dos grandes potencias de la época: el Imperio Flue y el Imperio Saga. A partir de ahí, las cosas fueron cuesta abajo.

“¿Una guerra, eh…?”

“Ajá. Fue una batalla terrible.”

Muchos señores demonios y múltiples héroes habían luchado en este espantoso enfrentamiento.

Los demás héroes, además de Hikaru, perdieron la vida en aquella batalla, el orgulloso poder del Imperio Flue cayó y el mundo entero se sumió en el caos, prosiguió Hikaru.

Entonces, Hikaru, liberada de su cautiverio en el Imperio Orco, fue al Valle de los Dragones, adquirió un compañero dragón celestial y varias Armas Sagradas, y se sometió a la trascendental tarea de eliminar a los señores demonios.

Sin embargo, la propia Hikaru parecía arrepentirse de haber acabado con enemigos como el Señor Jabalí Dorado y los orcos, y desde luego no parecía orgullosa.

“¿Así que recibiste ese mensaje de la deidad después de derrotar a los señores demonio?”

“Así es. Elegí volver a casa enseguida para poder volver con Ichirou, pero en mi camino de vuelta a Japón, la deidad de nuestro santuario me dio un mensaje divino… que no podría volver a ver a Ichirou en mi viejo mundo…”

Hikaru se interrumpió y me miró a los ojos. “¿Conociste a Ama-no-Mizuhana-hime?” Pregunté.

“No, la verdad es que no. Sólo oí su voz… O más bien, recibí una serie de imágenes que ni siquiera estaban completamente formadas en palabras.”

Hikaru había confiado en esas imágenes y había regresado a la antigua capital.

Fue tras estos sucesos cuando fundó el Reino de Shiga con sus amigos y seguidores de entonces.

“¡En serio, ser rey fue duro!”

Aun así, consiguió poner en orden a algunos vasallos y señores y sentar las bases de lo que sería el actual reino de Shiga.

Cuando la capital se trasladó de la antigua capital a la actual capital real, aprovechó esa oportunidad para nombrar un nuevo rey y viajó por el mundo como Mito: corrigiendo entuertos, cultivando pociones de eterna juventud de los cofres del laberinto, etc.

Entonces recibió otro mensaje divino e instaló una cámara mágica de criosueño en unas instalaciones al pie de las montañas Fujisan, donde entró en un largo letargo.

Hace poco la despertaron las hermanas de Nana y alguien llamado John.

Justo entonces, vislumbré una peluca morada.

Cierto, olvidé disculparme con ella.

Le expliqué cómo había hecho una máscara de disfraz que se parecía a su cara para servir como identidad de Nanashi el Héroe y cómo el rey aún tenía la impresión de que yo era el Rey Ancestral Yamato. Entonces hice una propuesta.

“Si quieres ver cómo están tus descendientes, puedes pedir prestada esta peluca y conocerlos como la reencarnación del Rey Ancestral Yamato.”

“¡Te lo dije, protegí mi castidad! El segundo rey era mi hijo adoptivo. Era el hijo ilegítimo del último gobernante del Imperio Flue. Un chico tan bueno y trabajador, ese Sharorik… Siempre estaba diciendo: Debo hacer lo correcto por el apellido Shiga y cosas así.”

Tenía el mismo nombre que el actual tercer príncipe… no, supongo que era al revés. El tercer príncipe debió heredar ese nombre del segundo rey.

“… Aunque eso es interesante. Podría ser divertido conocer al nieto de Sharorik.”

Hikaru sonrió suavemente.

Saqué de Almacenamiento una peluca morada sin usar y un disfraz de Nanashi y se los presenté a Hikaru.

“Oh, será mejor que también devuelva esto.”

A continuación, saqué la Espada Sagrada Claidheamh Soluis y la vacié de mi magia antes de dársela a Hikaru.

“¿Estás seguro? Será realmente difícil vencer a un señor demonio o demonio mayor sin una Espada Sagrada, ya sabes.”

“Está bien. Tengo otras.”

Sin mencionar mi carta de triunfo, la Hoja Divina.

“No me culpes si luego te pasa algo.”

Hikaru recargó suavemente la Espada Sagrada y acarició su hoja, susurrando: “Bienvenida de nuevo.”

Una luz azul brilló desde el orbe de su empuñadura, como si saludara a Hikaru en respuesta.