Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 18

Capitulo 2: Hikaru

Parte 1

Aquí Satou. A veces, los recuerdos de tu infancia pueden cambiar con el tiempo sin que te des cuenta. Cuando, años más tarde, te reencuentras con un amigo de la infancia, te sorprendes al ver que cada uno recuerda las cosas de una manera diferente.

“No hay tantos carruajes como ayer.” “Mm, de acuerdo.”

Arisa y Mia miraron por la ventana mientras nuestro carruaje se acercaba de nuevo al castillo real.

Hoy estábamos aquí por invitación de la Princesa Sistina. Como de costumbre, envió la carta de citación esa misma mañana, obligándonos a prepararnos e irnos a toda prisa.

“Eso es porque los únicos que usan este camino hoy son los nobles que participan en la reunión del reino.”

Como me había convertido inesperadamente en vizconde en la ceremonia de audiencia real del día anterior, ahora también debía asistir a la reunión del reino.

Planeaba dejar a Arisa y Mia en la habitación de la Princesa Sistina, y luego dirigirme directamente al salón de actos para la reunión del reino, que tenía lugar desde hoy hasta el día cinco del mes.

¡PYWEEEE!

A lo lejos, oímos lo que parecía el grito de un ave rapaz. “¿Mrrr? ¿Águila?”

“¿Quizás la familia real tiene una como mascota?” “Puede que viva en las ramas del Árbol de Sakura Real.”

Mientras   charlábamos   sobre   esto,   los   caballos   empezaron   a relinchar frenéticamente y el carruaje se balanceó.

“¡Whoa!”

“¡Mrm!”

Alcancé a la pareja que chillaba justo cuando el carruaje volcó de lado y se salió de la carretera.

Como también amortigüé a ambas con Mano Mágica, nadie resultó herido, incluido yo, por supuesto.

“Arisa, Mia, ¿están bien?” “S-Sí…”

Los ojos de Arisa volvieron a enfocarse cuando le toqué la mejilla.

Mia seguía allí sentada, mareada, haciendo un simpático “¡Meep!” como respuesta.

“¿Qué acaba de pasar?”

“Parece que los caballos perdieron el control y el carruaje se cayó.”

Dejé a las dos chicas en el suelo, abrí de un empujón la puerta que ahora estaba justo encima y eché un vistazo al exterior.

Además del nuestro, otros carruajes se habían salido de la calzada y otros habían volcado o chocado contra el arcén.

“¿Qué demonios…?”

Al no ver ningún punto sospechoso en mi mapa, lo cerré y empecé a abrir mi mapa.

En ese momento, algo sobrevoló la arboleda cercana con un silbido.

¡PYWEEEE!

Al otro lado de los árboles, pude ver más carruajes que se habían estrellado, mientras el culpable sobrevolaba en círculos.

La parte superior del cuerpo de un águila y la inferior de un león.

Era el soberano de los cielos, la bestia mítica conocida como grifo.

En el puñado de libros que había leído que los mencionaban, todos decían lo mismo: si alguna vez ves uno, huye.

¡PYWEEEE!

El grifo chilló mientras miraba al suelo.

“¡Se supone que los grifos deben graznar!” Bramó Arisa. Debe haber sacado esa idea de alguna novela de fantasía. “… ¿Hmm? ¿No es eso…?”

“¡Eh, miren! ¿Hay alguien montado en el lomo del grifo?” Arisa se dio cuenta al mismo tiempo que yo.

Aferrada al lomo del grifo había una mujer de larga cabellera negra y túnica blanca.

Utilicé Mira Telescópica para ver más de cerca. “¡Esa idiota…!”

En cuanto me di cuenta de quién era, solté un insulto. “¿Amo?”

“Arisa, una vez que Mia se despierte, por favor ocúpate del carruaje.”

“¿Eh? ¡E-Espera!”

Usé Retorno para teletransportarme a la glorieta del castillo real, dejando atrás a una confundida Arisa. Allí, me transformé en Nanashi el Héroe y volé hacia el grifo.

“¡Vamos, Griffy! ¡Cálmate!”

Cuando me acerqué al grifo, mi Audición Aguda captó los gritos de la chica que se aferraba a su lomo.

“¡Mito!”

Cuando grité su nombre, el grifo emitió un chillido y envió una hoja de viento hacia mí.

Lo esquivé con Carrera Destellante y usé Armadura de Poder Mágica en mi puño para romper el ataque.

“¡Cálmate!”

Me subí al lomo del grifo y utilicé Equitación y Adiestramiento de Animales para detener las embestidas de la bestia.

“¿Tú eres… Nanashi el Héroe?”

Al ver su cara de cerca, estaba aún más seguro de reconocerla como mi amiga de la infancia.

Creía que llevaba el santuario de su familia en el campo de mi antiguo mundo. ¿Cómo podía haber sido convocada como heroína hace cientos de años en el Imperio Saga? ¿Tan diferente era el flujo del tiempo en un mundo paralelo?

“Hikaru, soy yo.”

Me quité la máscara y el disfraz facial que llevaba debajo. “… ¡I-Ichirooooou!”

Los ojos de Mito se abrieron de par en par al ver mi verdadero rostro y exclamó mi verdadero nombre.

Tal y como pensaba, realmente era mi amiga de la infancia Hikaru.