Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 17

Interludio 3: La Herejía

“… ¡¿QUÉ has dicho?!”

Una voz iracunda resonó en la oscuridad.

“¿Las autoridades han incautado las herramientas mágicas que sirven como claves de activación?”

“Estoy profundamente avergonzado.”

El siervo bestial presionó su frente contra el suelo mientras se arrastraba.

“¡Pero utilizamos el almacén de un mercader que no tenía ninguna relación con nosotros ni con los artesanos de herramientas mágicas que silenciamos! ¿Cómo han podido encontrarlos sólo dos días después de que experimentáramos con la activación de los monstruos de crecimiento acelerado? No es como si las autoridades del Reino de Shiga tuvieran los ojos de los dioses que todo lo ven.”

El hombre golpeó con furia su puño sobre la mesa.

“Puede ser un pequeño consuelo, pero parece que los oficiales sospechan de los Merkray, una familia militar con conexiones con el comerciante. Nuestra única opción es buscar una alternativa a las herramientas mágicas que las autoridades han confiscado mientras están distraídos.”

En lugar del siervo que se acobarda ante la ira de su señor, el jefe del grupo de trabajo presentó una sugerencia concreta.

“Haces que parezca tan sencillo.” Espetó el criado. “¡La ceremonia es mañana! ¿Cómo vamos a producir docenas de herramientas mágicas en tan poco tiempo?”

“¡¿Entonces vamos a dejar pasar la ceremonia sin más?! No subestimes nuestra determinación, ¡después de que incluso nos excomulgamos para pisar esta tierra!”

“¡La determinación por sí sola no puede llevar a cabo un plan! Hay que trabajar duro.”

“Hmph, ¿y llevar a cabo experimentos en el lugar de las pintadas de esos bufones es tu idea de trabajo duro?”

Al decir “las pintadas de esos bufones”, se refería a las runas inventadas dibujadas con piedras de maldición por el grupo casual amante de lo oculto Viento de Libertad.

“¿O tal vez te refieres a la creación inútil de las llaves mágicas de activación como instrumentos y a que los esclavos las utilicen bajo la apariencia de artistas callejeros?”

“¡El descaro! ¡Belicista obsesionado con la batalla!”

“Pero por supuesto, la batalla es mi objetivo. Veré que se logre, incluso si debo caer en la herejía para hacerlo.”

“La herejía, ¿eh…?”

El hombre interrumpió la discusión de sus subordinados para expresar su nueva idea.

“¿Es posible algo así…?”

“Sí, ese método podría teóricamente desencadenar un levantamiento de nuestros monstruos de crecimiento. Será a menor escala que el plan original, pero…”

“Bien. Mejor eso que cancelarlo por completo.”

Con esto, el señor envió a su siervo bestial a reunir los elementos necesarios para el nuevo plan.

“Alguien estaba husmeando en los túneles, pero me encargué de ello.”

El jefe del grupo de trabajo susurró al oído del señor.

“Me enteré de eso. Era un espía de la facción del Imperio Comadreja que apoya al hermano del emperador.”

Se referían a Siporohhoy, el mago de la Compañía Sahbe que Satou y los demás encontraron muerto en los túneles.

“¿También iban detrás de las Semillas de Monstruos?”

“Son una herramienta útil para incitar al caos.”

El hombre asintió.

“Bueno, no importa. Para cuando la información llegue a su facción, el Reino Shiga habrá desaparecido. Es más.” Continuó. “El demonio que teníamos haciendo las Semillas de Monstruos ha sido destruido.”

“Por un héroe, ¿verdad?”

“No lo sé… Pero dudo que haya muchos, aparte de los héroes o los miembros de los Ocho Espadachines de Shiga, que puedan derrotar a un demonio intermedio tan fácilmente.”

“¿Pero aún no nos han descubierto?”

“Creo que es seguro asumirlo, a juzgar por cómo fueron aplastadas nuestras otras bases.”

Cuando sus bases dentro del Reino Shiga fueron recientemente destruidas, todo fue en el mismo día, aunque estaban en múltiples ciudades.

“En ese caso fue sabio hacer que el fundador nos excomulgara.”

“Aprecio su duro trabajo.”

“Apenas somos dignos de tales elogios.”

Creían que sus bases se habían encontrado gracias a un analista cuyos poderes superaban los de sus herramientas mágicas de reconocimiento.

Por ello, hicieron excomulgar de antemano al líder del grupo de trabajo y a varios otros y los enviaron a infiltrarse en el Reino Shiga una vez que dejaron de ser considerados miembros de la Luz de la Libertad.

“Mañana, finalmente comienza. Asegúrate de que los perros del reino no te descubran.”

“Por supuesto.”

El jefe del grupo de trabajo se inclinó ante las palabras del hombre. “Todo es para guiar a los no iluminados con la Luz de la Libertad.” Las palabras del hombre resonaron en la oscuridad.