Yahari Ore no Seishun (NL)

Volumen 12

Interludio 2: Cosas Lindas

Es cierto que amo acomodar cosas. Aunque no soy muy buena haciéndolo. Y aun así, me gusta.

Cosas que se han caído, que se han roto o que se han dejado para el olvido; amo acomodarlas a todas y ordenarlas.

Porque, cuando lo hago, me hace sentir bien.

Sólo quedamos nosotras dos en el cuarto. Después de tener una breve conversación sobre por dónde empezar a acomodar, ella dijo que iría a traer algunas cajas vacías y bolsas de basura. Quedé sola en el cuarto, esperándola.

Al mirar en este cuarto, pude ver que era bastante ordenado. Ordenado hasta el punto donde no había necesidad de ordenar algo más. Era diferente de mi habitación. Se sentía como si no hubiera nada allí que no tuviera un propósito.

Sin embargo, en la esquina de este cuarto, había un pequeño espacio al lado de la cabecera de la cama que parecía estar más vivo que el resto del lugar.

Peluches, objetos relacionado a gatos; todos estaban allí porque era un espacio de cosas importantes para ella. Todo estaba elegantemente acomodado allí.

En este cuarto con colores monótonos mezclados con colores más vivos, como el azul, el verde o el plateado, sólo aquél espacio mostraba la dulzura de una chica.

Hallé ese detalle bastante lindo, así que sonreí y comencé a jugar con el panda de peluche.

Entonces, vi una bolsa de plástico que estaba debajo de aquél peluche. Aquella bolsa de vinilo era de color negro, los que me hacía pensar que quizás no pertenecía a este espacio lleno de cosas lindas.

Tuve la sensación de que había visto aquella bolsa antes, en algún lugar, así que la alcé sin pensarlo. La abrí un poco, sólo para poder ver el interior. Parecía que había una foto de recuerdo allí. Yo había tenido una igual antes también. Era una foto de recuerdo que te daban al bajarte de las atracciones del parque. Yo había ido a uno con toda mi familia.

Yo sabía que no debía mirar, pero abrí la bolsa de todas formas. Las dos personas en la fotografía me resultaban familiares.

Lucían algo asustados, algo ridículos, pero definitivamente lucían felices.

Entonces mi cuerpo se enroscó, mis ojos se cerraron fuertemente para ocultar mi existencia, pero mi mano se apretó fuertemente en un puño.

«…Ah, justo como lo pensé.». Eso fue lo único que pude pensar.

Siempre me había preocupado sobre sí habían hablado apropiadamente o no en aquél entonces. Aun así, ahora mismo, lo único que podía pensar era: «¿No es esto genial?».

Qué lindo. No sólo esta foto, pero también el esfuerzo de guardar la foto con cuidado y también el acto de ocultarla.

Por lo tanto, puse el sobre lentamente de donde lo había sacado. En ese espacio, donde pertenecía.

Debo olvidarlo.

Debo pretender que nunca lo vi.

Aunque no puede pretender que esto nunca pasó, puedo, por lo menos, no acordarme de ello. Ahora que lo pienso, ella probablemente esté haciendo lo mismo.

Sin ningún tipo de decoración, simplemente guardado en el fondo de sus tesoros.

Ella mantuvo sus sentimientos guardados aquí, sin ni siquiera pensar en  cómo expresarlos en palabras, ni de cómo ponerlos en hechos y acciones.

Quizás deba preguntarle sobre ello. Preguntarle en un tono de broma primero, como si estuviera jugando. Entonces luego decirle que tiene mi apoyo, que yo estaré apoyándola. Debo decirlo con una sonrisa en el rostro.

Aunque quizás, si hago eso, todo se acabará.

Si le preguntara, ella probablemente diría que no es así, seguido de un «Eso es imposible» para que no pregunte más del tema, y últimamente, hundir el asunto en el silencio.

Sin admitirlo, sobrepasándolo, dejándolo pasar, y finalmente, perdiéndolo. Es por eso que, definitivamente, no voy a preguntarle.

Es jugar sucio que escuche sus sentimientos. Es jugar sucio que confiese mis sentimientos.

Pero, eso es debido a que da miedo saber los sentimientos de él.

Echarle la culpa a ella sería la jugada más sucia del mundo. Para ser honesta, ya lo sabía desde hace mucho tiempo.

Había un lugar al que no pude entrar. Cada vez que me paraba frente a la puerta, sentía que no debía molestarlos, que debería sólo espiarlos por la cerradura de la puerta, que debería escuchar a escondidas.

Para ser honesta, ya lo sabía desde hace mucho tiempo. Yo sólo quiero ir allí.

Eso es todo lo que quiero.

Es por eso, que la verdad es… Algo genuino…, nunca lo quise.