Yahari Ore no Seishun (NL)

Volumen 12

Capítulo 3: Sorpresivamente, Hikigaya Komachi Empieza de Nuevo

Parte 1

Me desperté en medio de un ambiente frío.

Cuando miré por la ventana con mis ojos todavía somnolientos, pude ver a unos débiles rayos de sol entrando por la ventana. El tejado de las casas de al lado reflejaban una luz suave.

El clima de hoy estaba ligeramente nublado. Mis pensamientos todavía seguían sin  claridad, apropiados para esta clase de clima.

Miré hacia el reloj. Normalmente, a esta hora, entraría en pánico y saltaría de la cama tan rápido como pudiese. Afortunadamente, creo, gracias a los exámenes de ingreso de la preparatoria, hoy tenía día libre. Mi cabeza todavía se sentía mareada y mis párpados pesaban por lo que opté por dejarme llevar por el sueño.

Sin embargo, en ese momento, aquellas palabras volvieron a mi mente y recorrieron mi cabeza una vez más.

¡Exámenes de ingreso! ¡Claro! ¡Hoy es el segundo día del examen de Komachi! Mis padres probablemente ya habían salido así que yo tendré que despacharla…¡por lo menos!

Salté enérgicamente de mi cama. ¡Estoy listo, con ganas y totalmente despierto! Así que, con ese ánimo, salí corriendo de mi habitación y bajé las escaleras haciendo ruido. Cuando llegué a la sala, suprimiendo un bostezo, vi a una linda y somnolienta Komachi que estaba a punto de marcharse.

Mi amada hermanita levantó su mano al verme. Estaba usando su horquilla favorita y vistiendo su uniforme de manera apropiada.

—Oh. Buen día.

—Hola.

Pasé a través de la mesa cuando la saludé. Encima parecía estar lo que debía ser mi parte del desayuno, tapado, junto con una taza de café.

Después de nuestros saludos apresurados, Komachi miró el contenido de su bolsa. Quizás estaba revisando sus cosas una vez más antes de irse. Parece que solo llevará algunas cosas para escribir y su ticket para el examen. Cuando terminó, golpeó levemente su bolsa para acomodarla.

La bolsa, que por cierto parecía no pesar sobre su hombro, lucía un poco triste. Debido a esa sensación, me di cuenta que los exámenes, al menos por la mayor parte, ya habían acabado.

Los exámenes escritos habían terminado ayer, por lo que el plan para hoy debe ser la entrevista. Debido a eso, no debía haber motivo para llevar cosas como libros de referencias y cosas por el estilo.

Las entrevistas no tienen un gran valor para ellos. Lo que importa aquí en el sistema público de escuelas de Chiba es el conocimiento académico.

Por lo tanto, podría decirse que el juego ya había terminado basado en los resultados de ayer.

Komachi probablemente debió también traerse su hoja de preguntas completada con respuestas para revisar su propio examen, como cualquier estudiante lo haría. Por supuesto, sería mejor si sus resultados ya estuvieran allí, pero, para no crear una situación donde no pueda concentrarse en la entrevista porque está preocupándose de sus errores en el examen, es mejor dejarlo así.

Preocupado por eso, decidí preguntarle indirectamente.

—¿Cómo te sientes?

Cogí la taza de café que estaba en la mesa. Mientras la bebía, me aseguré de preguntar en un tono relajado, y usé palabras que sonaron amables, motivadoras en el mejor caso, pero ambiguas.

Komachi me miró con ojos en blanco. Entonces se tomó la barbilla con sus dedos e inclinó un poco la cabeza para pensar.

—Uhm… Bueno, no mal. Incluso si me preocupara ahora, ya no se puede hacer nada. El tono de su voz, que tenía algunas señales de una sonrisa, se oía bastante tranquilo.

Su actitud era sorprendente. Ella seguiría calmada incluso si le decían que el fin del mundo estaba a punto de llegar. Probablemente estaba tan calmada como una muñeca de cera. Ahí tienen a Seikima-II. En todo caso, Komachi lucía tranquila, así que me calmé también.

Sin embargo que esté calmada no significa para nada que ya haya ganado.

—Además, los resultados ya más o menos están definidos.

Detrás de esas palabras, ella tenía una sonrisa algo torcida que daba una sensación de incomodidad. Quizás con el tiempo, ella se dará cuenta de algo que la llevara a un estado de paz. Ahora mismo, Komachi es como la superficie del agua, aparentemente calmada, pero que con el más mínimo viento, se convierte en una ola.

Es por eso que debo hablar sobre algo que no tenga que ver con el tema, incluso si es para escapar de la realidad, e incluso si es para no enfrentar a lo que estaba frente a nosotros. Pues sé que mostrar la realidad en la cara de la gente no estaba bien.

—Cuando termines, ¿quieres comer algo?

—¿Oh? Eso suena bien.

—¿Verdad?

—¡Sí, sí!

Cuando sonreí, Komachi juntó la palma de sus manos. Entonces puso esas manos en mis mejillas. Como si lo estuviera haciendo apropósito, empezó a jugar conmigo.

—¡Pensar que onii-chan va a pagar! ¡Si va a ser así, entonces Komachi siente que va a dar lo mejor de sí! Uy, uy. ¡Eso tuvo muchísimos Komachi-points!

—No voy a pagar yo. Y además, eso tuvo poquisímos Komachi-points.

Ya me había gastado el dinero de ayer… Pero, incluso si era una broma, si ella decía que iba a dar lo mejor de sí, entonces puedo recompensarla de alguna manera.

—Bueno, ya que es una cita con mi hermanita, buscaré una forma.

Se lo dije en tono de broma, con una confianza finjida. Cuando estaba a punto de mostrar mi dinero, el rostro de Komachi se volvió abruptamente frío.

—Eh, no. Si dices que es una cita entonces no quiero realmente. Pero, si dices que vas a pagar el transporte, entonces puedo tolerarlo.

—Para, para. Para con esa mirada toda seria… ¿Qué rayos? ¿Tolerarlo? Eso rompe corazones sabes. Era sólo una broma inocente de tu onii-chan… Sólo te digo cosas así a tí, Komachi, ¿así que está bien, no?

—Uwaah, esa parte de ti es bastante desagradable.

Komachi me dio el último golpe, como para que me ponga a llorar, con una voz que parecía extremadamente irritada. Eso es duro… Quiero decir, antes de que te diera cuenta, no sólo estaré pagando por la comida, pero por el transporte también… ¿Cómo es que sabes toda esa terminología en primer lugar? ¿Qué estás en esa edad donde aparentas ser un adulto? Oh no, Komachi algún día va a volver un adulto…

Cuando miré, Komachi estaba riendo. Se acomodó el bolso en su hombro de nuevo, luego sacó su teléfono mientras se iba.

—De acuerdo, te llamaré cuando todo termine.

—Okay. Mientras esperas por tu entrevista, para matar tiempo, piensa en que quieres comer.

De cierta forma, le dije indirectamente que no se preocupe demasiado. Realmente estaba algo nervioso por saber si ella había captado el mensaje o no, por lo que la seguí hasta la puerta.

Komachi se había puesto sus mocasines, y, como si los revisara, piso el suelo con ellos. Entonces se dio la vuelta.

—…De acuerdo, haré eso.

Ella estaba tranquila y tenía, de cierta forma, una sonrisa madura en su rostro. Entendí sin que me lo diga, ella era la única persona en todo este mundo que me podía entender sin decir o pedir nada en concreto, y yo sabía que eso era una satisfacción para mí mismo.

Komachi dejo de sonreir de la manera que lo había estado haciendo, entonces inhaló profundamente y se despidió de manera rápida.

—Bueno entonces, ¡iré yendo!

—Ya. Cuídate.

Vi a Komachi irse. Ella giró sobre sus talones y comenzó a correr.

Bueno y ahora… mientras reviso casualmente el Tabelog, quizás sea hora de que me prepare para salir también.

***

Cuando el mediodía se estaba acercando, me dirigí a la estación cerca de la escuela y caminé por allí un momento.

No podía adivinar a qué hora iban a terminar los exámenes de Komachi. En todo caso, lo único que había para hoy eran las entrevistas. Los postulantes podrían irse a casa ni bien terminaban su entrevista. Aunque, la hora a la que acabará Komachi todavía me preocupa porque no sé qué número tenía en su ticket.

Y más importante aún, los estudiantes tenían un montón en que pensar gracias a los exámenes así que no serían capaces de saber a qué hora terminarían.

Si las cosas van a ser así, entonces está claro lo que debo hacer.

Me quedaré esperando cerca de la escuela. Hachiman tendrá que quedarse  esperando horriblemente como Aming y Yuming. Hago un buen trabajo en pretender ser lindo.

Aunque, se siente un poco incomodo que tenga que esconderme bajo la sombra de un árbol y luego salir de allí gritando «¡Komachi por aquí!» o emboscarla de una manera que sólo la hermana de Hoshi Hyuuma lo haría. Eso es particularmente bullicioso. El hijo de la familia Hikigaya está rondando de nuevo por el barrio, se darán cuenta pronto. ¡Nuestra símbolo son las ropas negras!

¿No nos gusta demasiado la ropa negra?

Debido a esa noción, sería tonto que me reporten por hacer eso. Así que para matar algo de tiempo, decidí hacerlo en algún lugar cerca.

Es por eso que estoy aquí, en Marinpia, ¡bien al lado de la estación Inagekaigan!18. Estoy por Aeon, que antes se llamaba Jusco, e iba a pasar hasta una librería.19 Luego, después de comprar los libros que quería, iré a matar más tiempo en el Saizeriya cerca de la estación, que por cierto es mi principal objetivo. ¡Definitivamente será Saize! ¡Ir solo también está bien!

Además, ya que el Saize en Inagekaigan se encontraba en el segundo piso del edificio del frente, el flujo de peatones estaría bien. Lo sé, ¡es el plan perfecto para atrapar niños vistiendo uniformes escolares cuando terminen sus exámenes!

Quizás, deba ser considerado un genio por permitirme matar tiempo aquí en Chiba… Mientras temblaba de miedo por mi propio talento, fui hacia afuera.

Debido al frío viento que me daba la bienvenida a la calle que daba a la playa, temblé involuntariamente. Incluso si hay una diferencia entre ambas temperaturas, este viento es medio que… bueno, terminé poniéndome mi bufanda y sumergí mi cara dentro de ella.

Entonces, en ese preciso momento, desde la esquina de mi visión, vi algo familiar. Directamente al lado de la salida de Marinpia se encontraba un San Marc Café que daba a la calle, y en el asiento con vista hacia fuera, que es al otro lado de la ventana, vi una cola de pelo de color negro azulado.

Al verla, hice un sonoro «¿uhm?» por curioso. Parece que esa cola de caballo estaba junto a una niña con el mismo color de pelo, pero con coletas. Ella estaba jugando, meciéndose mientras alguien le limpiaba la boca y le sonaba la nariz.

Sólo una persona se me viene a la mente cuando veo a esa niña. Es Kawasaki Keika. Entonces, la persona que está cuidándola debe ser… cierto, ¡Kawa-algo-san!

Aun así, ¿esas hermanas sí que se llevan bien, eh? Muy diferente de las otras  hermanas que conozco. Miré a las hermanas Kawasaki involuntariamente, justo cuando estaban en su agradable momento. Al otro lado de la ventana, un par de ojos parpadearon cuando nuestras miradas chocaron. Keika abrió su boca y me apuntó. Entonces empezó a mover su boca enérgicamente. Oh, no, ¿qué es eso? Es lindo

Con eso, ahora no es tiempo de ser tentado con la kawaiosidad de Keika, porque Kawasaki de seguro ya me había clavado los ojos encima.

Ambos intercambiamos saludos,y, con eso, nuestros cuerpos se endurecieron. Era como si nos hubieran puesto en hora Jizou.

Si nos manteníamos como un Jizou por mucho tiempo, entonces quizás nos darían sombreros geniales, quizás incluso hasta ofertas. Esta hora Jizou es un momento para pensar decente. Puedes resolver puzzles y cuestionarios.

Ahora, está es la cosa. ¡¿Qué es lo que debes hacer cuando te encuentras con un compañero en la ciudad?! ¡Piensen! Ganas si tienes siete respuestas correctas, equivocarse tres veces conlleva a la descalificación. ¡Eso es Nanamaru San Batsu!

En este caso, ignorar a esa persona sería lo correcto; actuar como si no habláramos mucho. Por lo tanto, si ese compañero de clases no es tan cercano, sería sensato sólo saludarse y luego irse.

Por otro lado, si era un amigo cercano, ya que podemos vernos en cualquier momento, y porque no hay una necesidad de charlar, entonces irse también sería lo correcto.

Qué rayos. Basicamente la respuesta correcta es irse a casa sin importar a quién veas en la calle.

Y, con esa clase de pensamientos, me propuse irme, entonces todo estaría bien. Pero esta es Kawasaki. Comencé a pensar sobre qué clase de relación teníamos y eso hizo que mis pies se detengan.

Quizás, debido a eso, incluso si estaba al otro lado de la ventana, pude ver que Kawasaki se sentía incómoda. Esta sensación de distancia era similar a la de toparse con un gato fuera de tu casa. Era una delicada distancia donde si avanzabas un poco, te empujaría totalmente hacia él.