Yahari Ore no Seishun (NL)

Volumen 12

Capítulo 6: Repentinamente, Yuigahama Yui se Preocupa por el Futuro 

Parte 5

Yukinoshita estaba observando fijamente sus manos que tenía sobre su regazo. Después de un momento, Yukinoshita decidió comenzar a hablar calmadamente aún en esa postura.

—Quiero probarle a todos que puedo hacer esto yo sola. Por eso… Hikigaya-kun, ya no tomaré prestada tu ayuda. Perdóname por pedirte algo tan egoísta pero… Por favor, deja que lo haga yo sola.

Después de decir eso, Yukinoshita elevó su rostro. Igual que su tono de voz compuesto, la expresión en su cara era pura y gentil.

Sin embargo, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas cuando nuestras miradas se encontraron. Había estado expresando una débil sonrisa todo este tiempo, pero sus labios ahora habían comenzado a temblar haciendo sentir el dolor en su expresión. Después de suspirar sutilmente, la voz con la que comenzó a hablar era temblante.

—Si no lo hago sólo terminaré peor de lo que ya estoy. …Lo sé, sé que dependo demasiado de los demás. Sé que siempre termino dependiendo de otros a pesar de que digo que no lo haré, tanto de ti como de Yuigahama.

Yukinoshita había hablado vacilante pero sin perder sus palabras con un tono de voz cada vez más deprimido.

Yuigahama había bajado su mirada al piso mientras escuchaba sus palabras en silencio. Hiratsuka- sensei cerró sus ojos en silencio mientras que Isshiki miraba hacia otro lado incómoda mientras parecía ponerse tensa. Haruno-san había estado mirándonos con una mirada fría, pero comenzó a relajar su expresión nuevamente después de suspirar brevemente.

Yo, sin embargo, no podía quedarme sin decir nada. Sin importar que lo que fuera a decir fuera algo hueco sin ningún significado, no podía quedarme callado sin negar esas palabras.

—Estás mal… Te equivocas totalmente.

Puedo a duras penas formar esas palabras. Sin embargo, Yukinoshita movió su cuello ligeramente en negación.

—No estoy equivocada, siempre termina ocurriendo lo mismo. Siempre pienso que podría hacerlo mejor la próxima vez, pero a las finales nada nunca cambia… …Por eso, por favor.

Sus ojos me observaban llenos de lágrimas, su voz me lo anunciaba efémeramente mientras me observaba con una sonrisa débil.

Observar eso me hace detener mis palabras. Solo podía suspirar.

—Hikki…

Yuigahama había jalado de mi manga. Después de suspirar profundamente para contener mi cuerpo temblante, pude finalmente asentir a sus palabras. Había respondido para hacerle entender que había entendido lo que me había dicho, pero no sabía si me habría escuchado. Al parecer, sin embargo, sí me habían escuchado.

Después de sonreírme y asentir en respuesta, Yukinoshita se puso de pie lentamente.

—Regresaré al consejo estudiantil y pensaré como lidiar con lo que venga.

Yukinoshita comenzó a caminar después de darle una reverencia a Hiratsuka-sensei. Sus pasos no contenían ningún tipo de duda ni desconcierto, había salido del salón sin mirar atrás. Isshiki de igual forma se puso de pie y comenzó a seguir a Yukinoshita después de despedirse también.

Tras la partida de ambas, Hiratsuka-sensei suspiró totalmente cansada y volvió a prender el fuego de su tabaco.

—Hikigaya. Volvamos a hablar en otro momento. Por ahora regresen a casa. Tú Yuigahama y Haruno también.

Hiratsuka-sensei había hablado con una expresión un poco dolorosa y cansada después de votar el humo de su boca.

—…Eso haré.

Presiento que yo también estaba haciendo una cara similar mientras respondía. Una cara muy cansada y demasiado dolorosa.

Ponerme mi abrigo era muy molesto, por lo que solo tomé mi mochila y me puse de pie después de despedirme de Haruno-san. Sentía que si no me forzaba a moverme, me hubiera quedado con este lugar por el cansancio y el abatimiento.

Yuigahama estaba a mi costado preparándose para salir. Volteé hacia su dirección y, de ser posible con mi voz más amable y mi mejor sonrisa, me despedí de ella.

—…Bueno, nos vemos.

—Eh… Ah, sí. Nos vemos…

Yuigahama parecía haberse sorprendido por un instante al levantar su cara, pero rápidamente parece haber entendido mi intención y me respondió con una sonrisa.

Dejándome llevar por esa gentileza, asentí sin fuerza mientras salgo del salón de recepción.

No tenía la confianza de que pudiera hablarle bien a Yuigahama ahora mismo. De hecho, hubiera sido mejor no hablar nada con ella a cometer algún tipo de error y decirle cosas que no debería decir.

Me dirigí hacia el parqueo de la escuela después de salir del edificio, arrastrando mis pesadas piernas. Después de quitar el seguro, empujé de mi vieja y oxidada bicicleta hasta la entrada de la escuela. Mis piernas no eran las únicas cosas pesadas que sentía, la bicicleta, mi cuerpo, todo era muy pesado. Podía sentir hasta mis hombros poniéndose pesados rápidamente.

Repentinamente, después de voltear por la sensación de alguien jalándome, puedo observar a Yukinoshita Haruno con una de sus manos en mi hombro respirando cansada tal vez por haberme perseguido corriendo.

—Te alcance~ Acompáñame un rato.

Haruno-san se alineó a mi lado y comienza a caminar después de mencionar esas palabras después de hacer el gesto forzado de limpiarse el sudor en su rostro. Ya me encontraba tan cansado que no tenía ni las fuerzas para negar su petición.

—¿Hasta la estación?

—Sí. Pensaba regresar junto a Gahama-san también, pero se me escapó cuando traté de invitarla. Es muy perspicaz después de todo.

—¿La mayoría no trata de huir de ti?

—La mayoría no puede huir de mí.

Reí con una sonrisa ronca mientras hablaba sarcásticamente para  que Haruno-san  sonría en respuesta y me regrese el sarcasmo.

Ciertamente, una persona torpe como yo había sido atrapada fácilmente mientras se podía decir que Yuigahama había sido muy perspicaz al escapar de ella. Haruno-san también parecía sorprendida, ya que había comenzado a suspirar admirada.

—En verdad es muy perspicaz. Lo entiende todo. Lo que piensa Yukino-chan, sus verdaderas intenciones y todo.

Me detuve y volteé a mirar a Haruno-san involuntariamente después de parecer escuchar algo que no podía ignorar. Haruno-san sonríe en respuesta a mi acción.

—No, supongo que no solo es perspicaz. Tiene un rostro bonito, una buena personalidad y una bonita figura. …En verdad es una buena chica.

—Tu entonación parece llena de maldad.

Pude sentir algo de malicia en sus palabras debido a la forma en la que había resaltado intencionalmente sus últimas palabras y sonreído a propósito mientras las decía. Haruno-san sin embargo, a pesar de escucharme decir eso no parecía temerme mientras saltaba hacia el bordillo de la acera y volteaba a mirarme.

—¿Tú crees? ¿No es ese un problema del que escucha? Es culpa de la persona que lo percibe así.

—…Tienes un punto.

Probablemente sería innegable que las palabras de Haruno-san habían sido maliciosas de alguna forma, pero también podría decirse que era mi culpa por la mala costumbre que tenía de tratar de leer el significado oculto de las palabras de las personas siempre. Podía comprender su argumento.

Haruno-san aminaba por los bordillos como caminando por una viga de equilibrio mientras me apuntaba con uno de sus dedos.

—¡Así es! ¡Por eso Hikigaya-kun es un mal chico! No, creo que más bien un chico que piensa que es un mal chico. Un chico que siempre piensa que está equivocado. …Como ahora mismo.

Haruno-san saltó de las bordillas a la acera después de sonreír como burlándose de mí.

—Y entonces, Yukino-chan es…

Repentinamente Haruno-san elevó su rostro hacia el cielo naranja del atardecer mientras hablaba. Sus ojos se habían cerrado un poco como siendo quemados por ese brillo.

—Una chica normal. Le gustan las cosas bonitas, le gustan los gatos, le tiene miedo a los monstruos y los lugares altos. Se preocupa constantemente sobre quién es y qué hacer… …Es como una chica normal que existe en cualquier lugar.

«¿Lo sabías?» Haruno-san inclinaba su cuello como haciéndome esa pregunta. Yo también le respondí inclinando mi cuello como un «¿Pues ni idea?» ya que ella tampoco me había hablado realmente.

No sabía si era adecuado llamar a Yukinoshita Yukino una chica normal. Probablemente no terminaría si me pusiera a listar sus puntos favorables como su bonita cara y figura, además de su conocimiento literario y atlético, entre otras cosas. Probablemente solo un súper demonio perfecto como Yukinoshita Haruno podría llamar a alguien así una chica normal. Estoy seguro que para la mayoría de los humanos, Yukinoshita Yukino se veía como una existencia distinta.

Por lo menos yo nunca había pensado que Yukinoshita Yukino era una chica normal.

Al parecer la súper demonio perfeccionista de Haruno-san se había evidentemente molestado conmigo y mi respuesta muda a su pregunta muda, ya que había comenzado a hacer un puchero con su rostro. Haruno-san comenzó a aproximarse hacía mi mientras me observa molesta.

—Yukino-chan es una chica normal. …Bueno, Gahama-chan también.

Haruno-san y yo nos observamos cara a cara tan solo con el timón de la bicicleta interponiéndose entre nosotros. Probablemente lo había olvidado, pero yo también era un chico normal que se ponía nervioso al tener el rostro de una onee-san tan bonita tan de cerca. Pude sentir mi cara llenándose de calor, por lo cual la volteo hacia otro lado. Es en ese instante que Haruno-san susurra.

—…Y a pesar de ello, cuando los tres se juntan cada uno comienza a actuar su papel.

No podía saber cuál era su expresión ahora mismo ya que había volteado hacia otro lado. A pesar de ello, podía sentir compasión y dolor en su voz. Regresé mi mirada hacia su rostro al sentir esa voz llena de soledad y gentileza, pero sólo puedo observar el exoesqueleto mecánico fortificado de la súper demonio perfeccionista de siempre. Estaba sonriendo burlonamente con su terroríficamente linda cara.

—Entonces, aquí está la pregunta. ¿Cómo llamarías esa relación que mantienen entre los tres?

Haruno-san se puso delante de mi bicicleta y colocó uno de sus brazos sobre el manubrio. Haruno- san me miraba con sus ojos desde abajo, como  diciendo que no me dejaría ir hasta  que le respondiera después de haber bloqueado mi ruta de retirada de atrás o adelante.

—……Una chica buena, una chica normal y un chico malo. ¿El Imo-Kin Trio?

—Puh~ Respuesta incorrecta. Te pregunte de la relación que tienen los tres.

A pesar de haberme equivocado, igual había respondido a su  pregunta, pero Haruno-san no mostraba signos de querer liberarme o decirme la respuesta. …¿No me dejará regresar hasta que le diga la respuesta correcta? Más bien, ¿no me dejará volver a casa hasta que le responda lo que quiera escuchar? ¿Tal vez es la continuación de la pregunta que nos hizo en el salón de recepción?

Si tan solo Haruno-san me diera alguna pista de esas que le gustaban tanto hacer, no sería tan difícil saberla.

El problema mismo estaría en decir esa respuesta. Por eso tomo mi tiempo hasta estar preparado para hablar. Todo ese tiempo que había tomado Haruno-san había estado observándome fijamente, lo cual lo hacía todo esto más difícil de decir. Gracias a ello cuando finalmente llega el momento de hablar, volteé mi cara hacia otro lado y alcé una voz ronca.

—…¿Tri-Triángulo amoroso?

Haruno-san quedó sorprendida al escuchar mi respuesta. Su boca se había quedado media abierta como diciendo ¿Ah? Pero después de un momento inclinó su cuello como habiendo pensado algo antes de comenzar a reír. Había comenzado a reír estruendosamente.

—¡Ahahahaha! ¡Así que eso es lo que piensas! Ahaha, ¿No crees que decir eso tú mismo es algo bien curioso? ¡Ahahahaha! ¡Ah~ esto es malo me duele el estómago y mis entrañas están retorciéndose ahahahaha!

—Estás exagerando…

Haruno-san quitó su mano del volante mientras contenía el dolor de su estómago aun riendo. Soy atacado por unas ganas inmensas de regresarme a mi casa mientras mi orgullo y autoestima se van destruyendo poco a poco. No puedo evitar sin embargo, preguntarle algo antes.

—Uhmm, ¿Cuál era la respuesta correcta entonces?

—¿Eh? ¿Respuesta correcta? Ah~ La respuesta correcta… Pues la respuesta correcta es…

Haruno-san limpió las lágrimas de los contornos de sus ojos y movió su mano como invitándome a acercarme. Seguidamente, Haruno-san puso esa misma mano en su boca. Probablemente estaba indicándome que le preste mi oído. Incliné mi cuerpo un poco hacia adelante mientras cuestionaba la necesidad de hablar en  secreto. Al hacerlo, Haruno-san  también  aproximó  su rostro. Pude sentir un aroma como el néctar de una flor en el aire mientras el suspiro de sus suaves y sonrientes labios acariciaba mis mejillas.

Traté de voltear mi cara involuntariamente al sentir un cosquilleo en mi rostro. Sin embargo, Haruno-san no me dejaba hacerlo ya que había tomado mi quijada con su otra mano. Incapaz de voltear o huir, Haruno-san aproximó sus brillantes labios hacia mi oído y susurra.

—Se le dice codependencia.

Su susurro se había sentido como un frío helado muy realista.

Comprendía un poco el significado en sí de la palabra. Había leído en un libro una vez que era un estado que ocurría cuando alguien se hacía dependiente en la relación que llevaba con otra persona en particular y sentía una especie de adicción en el hecho de ser un prisionero de esa relación.

—Te lo había dicho, no era nada parecido a «tenerse confianza»

Haruno-san parecía reír contenta por un momento, para luego continuar hablando con una sonrisa maligna en su rostro.

—¿Se siente bien que ella dependa tanto de ti, verdad?

Un escalofrío corrió por mi cerebro cuando su encantadora voz entra en contacto con los lóbulos de mis oídos. Gracias a ello es que pude recordarlo claramente. Había algo más escrito en aquel libro que había leído. Lo que hacía que una dependencia sea llamada una codependencia, también se daba por el hecho de que la dependencia no sólo aparecía en la persona que dependía de otra, sino también en la persona  en  la que  recaía esa dependencia. Básicamente, la otra  persona encontraba significado en su existencia al sentirse necesaria para los demás, lo cual le otorgaba un sentimiento de satisfacción y seguridad.

Puedo comenzar a sentirme un poco mareado mientras más relaciono la imagen formada por sus palabras con la realidad.

Me lo habían dicho muchas veces. Me Habían preguntado si no estaba consciente de que engreía mucho a alguien. Me habían dicho que me veía contento cuando dependían de mí. Todas esas veces había alardeado que se trataba de mi disposición como hermano o porque era parte de mi trabajo.

Siento ganas de vomitar por la vergüenza y odio hacia mí mismo. Qué cosa para más horrenda y miserable. Debería haber un límite para algo tan repulsivo como creerse independiente pero no sólo sentir satisfacción de ser necesario para alguien, sino también alegría que encima era usada para fortalecer el significado que alguien podía darle a su vida. El placer inconsciente de sentirse necesitado y perseguir ese placer vulgarmente que era camuflado en una tristeza falsa cuando alguien no buscaba eso de mí. Ese carácter tan vil y bajo era increíblemente despreciable.

Por sobre todo lo que más asco me daba era estar criticándome de esta forma para tratar de excusarme. Podía sentir mis oídos adormecerse mientras la saliva se acumulaba excesivamente en mi boca. Comencé a respirar irregularmente después de tragarme esa sensación de alguna forma.

Sí, ciertamente la relación que tenía con Yukinoshita podía ser llamada una codependencia. Dejando de lado si era Yukinoshita la que dependía de mí, mi actitud y situación actual se veía hasta anormal de verla como el yo de hace un tiempo. Si ahora mismo me pusiera a marcar una lista de cosas que demostraran esa codependencia, seguramente terminaría llenando muchos de esos espacios en blanco.

Haruno-san comenzó a caminar después de mostrarme una sonrisa burlona. Después de seguirla lentamente, finalmente terminamos llegando a un pequeño camino al costado de un  parque ubicado en medio de la estación y la escuela. Haruno-san susurró al elevar su rostro y observar los desolados árboles aún sin brotar ni hojas ni flores.

—Pero esa codependencia ya debería terminar. Yukino-chan se hará independiente sin problemas y se volverá una adulta.

Pude sentir una familiaridad al observar a Haruno-san hablar sobre su hermana un poco orgullosa, con un tono de voz contento pero una cara de perfil un poco solitaria. De igual forma en una noche un poco más fría que la de ahora, ella había dicho algo similar también.

Igual que ahora, ella había caminado un par de pasos hacia adelante mientras había hablado determinada.

Recordaba claramente las palabras que ella me había dicho aquella vez. Pretendía ignorarlas en broma cuando las recordaba, o dar una excusa impertinente para sacarlas de mi mente, aunque a las finales nunca podía olvidarlas.

La ciudad comenzaba a hundirse en el atardecer mientras el sol se ocultaba. Al percatarme, el camino por el cual habíamos venido ya había terminado y la calle principal frente a la estación ya había comenzado. La calle frente a la estación del atardecer estaba bulliciosa por la gente que caminaba a través de ella apresurada por volver a sus hogares.

—Hasta aquí está bien. Nos vemos.

Haruno-san comenzó a caminar galantemente después de decir eso y sacudir una de sus manos.

—Uhmm…

Detengo a Haruno-san con una voz ronca mientras obserbava sus pasos.

Haruno-san volteó hacia mí antes de continuar dando un paso hacia adelante. Estaba esperando la continuación de mis palabras con una sonrisa alegre mientras inclinaba un poco su cuello.

Me quedé sin aliento por un instante al observar su gentil mirada.

—Ella… ¿Qué tendrá que dejar atrás para convertirse en una adulta? La sonrisa en su rostro similar a la de esa chica se retuerce en tristeza.

—…Probablemente muchas cosas, al igual que yo.

No habiendo dicho nada específico, pero aun así dejando una respuesta increíblemente clara, Yukinoshita Haruno caminó hasta desaparecer entre la congestión de personas.