Yahari Ore no Seishun (NL)

Volumen 12

Capítulo 3: Sorpresivamente, Hikigaya Komachi Empieza de Nuevo

Parte 2

 

 

Esta precaria situación se volvió un tiempo muerto y me hizo dar ganas de gritar por ayuda como Tsutsumi Shinichi lo haría. ¡Alguien por favor…!

Entonces, mientras le estaba pidiendo ayuda a Akusa Direct, la que me terminó ayudando no fue Akusa, sino Keika.

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Sonriendo felizmente, me hizo señas para entrar. Si me hubieran invitado normalmente, lo habría rechazado diciendo «Ah, iría si pudiera», pero terminé aceptando la invitación de esta pequeña niña pues así es como soy yo.

Sin embargo, ¡esta chica es una menor! ¡qué problemático! Sin importar que tanto me tiente, ¡si no tengo el permiso de su guardian, seré arrestado!

No sé si deba obtener el permiso de su guardián. Cuando miré dentro, Kawasaki seguía hablando con Keika sobre algo con una cara incómoda, entonces empezó a gritarle. Sin embargo, Keika hizo unos pucheros y miró hacia el otro lado. Al hacer eso, provocó que Kawasaki dejara salir un pequeño suspiro.

Por lo tanto, apartando sus cosas en el asiento que tenían al lado, ella me envió una mirada que parecía que me estaba mirando de reojo. Creo que sus labios estaban temblando por un momento, pero luego abrió su boca un poco y susurró algunas palabras.

Leyendo sus labios, supe con temor que decían «¿Vienes?» Luego ella apartó la mirada, así que no pude ver bien.

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Bueno, si tengo su permiso, entonces estoy extremadamente encantado. Iré y empezaré la conversación casualmente con un mipyo, kopyoko por unos momentos y luego combinaré pikyo, pikyo, komupyoku, pikyo.

Cuando entré a la tienda, dejé salir un suspiro de alivio.

Creo que el motivo de eso fue debido a la temperatura y la humedad, pero, personalmente, pienso que lo hice por la feliz sonrisa que tenía delante. Eso era porque la personalidad alentadora Kawasaki Keika era alentadora.

—¡Es Haa-chan!

—Hola. Hace tiempo que no te veo. Ah, no, nos vimos el otro día. ¿Cómo estás?

Sentía que ya habían pasado dos años desde la última vez que nos vimos… Mientras estaba con mi nostalgia por dentro, acaricié suavemente el cabello de Keika. Ella rió enérgicamente y golpeó con su mano el asiento de al lado.

Parecía que me estaba invitando a sentarme allí. Qué inteligente, delicada y fantástica manera de invitar a sentarte… Uhm, uhm. ¿Quizás este chico es guapo? Debido a que mi reputación es la de un chico amargo, acepté la invitación y me senté a lado de Keika.

Quiero decir, no tenía otra opción. O, quizás, sentarse al lado de Kawasaki da un poco de miedo.

¡Mi corazón se hubiera paralizado si nuestros hombros se hubieran tocado un poco! ¡No! ¡Denme un descanso de las peleas y los asaltos! Bueno, sé que Kawasaki no es el tipo de persona que asaltaría a otra. Desafortunadamente, hay momentos donde su apariencia es seriamente terrorífica. No se le puede hacer nada, creo.

Por esa razón, mientras me sentía seguro en la zona neutral y desarmada de Keika, empecé la conversación.

—Así que… ¿qué hacen aquí?

Ya que no teníamos nada en común, puedo, en teoría, introducir un tema común que no hace daño es inofensivo en una situación como esta. Además, preguntarle directamente porque vino hasta el Aeon cerca de la preparatoria en su día libre es algo raro, okay. Usualmente, los estudiantes de preparatoria en Chiba se quedarían dentro de sus casas, o pasarían todo su día libre en Destiny Land… ¿Ehh, ehh? ¿Es quizás esta chica, una rarita? Uhm, aunque yo soy algo parecido…

No sé si ella podía adivinar que estaba pensando, pero Kawasaki me mostró rápidamente su bolsa de compras que tenía cerca de sus pies.

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—Vinimos… a comprar, pero estábamos tomando un pequeño descanso. Desde la bolsa, pude ver cebollas verdes y cosas por el estilo.

Pero, ¿por qué vendría hasta aquí durante su día libre? Pensé que los supermercados quedaban cerca de la vecindad de Kawasaki… Uhm, alguna de las impresiones que ya tenía cambiaron un poco, y debido a eso, algunas palabras salieron de mi boca.

—Uhm. ¿Por qué tan lejos hasta aquí?

—Porque compramos aquí todo el tiempo.

Kawasaki, que estaba inquieta y lucía avergonzada, dijo eso mientras evadía la mirada. Cuando hizo eso, Keika, que estaba al lado mío, levantó su mano de la nada.

—¡Point Card!


Riendo y sonriendo, Keika gritó y levantó una carta con un perro impreso en ella.

Ahh, uhm, ¿es esa la cosa que ladra cuando pagas con ella? Kawasaki, que estaba ligeramente sonrojada, calló con una voz baja a la pobre Keika, que estaba totalmente animada. Si, bueno, a los niños normalmente les gustan cosas como presionar botones y sacar cartas… Parece que es el trabajo de Keika el sacar esa clase de cartas en la familia Kawasaki. Quizás se van de compras después de recogerla de la guardería.

Aunque pensándolo bien, ya que existen varias tiendas Aeon en otros lugares, ¿no sería algo problemático venir a esta tienda en específico? Incliné un poco mi cabeza mientras procesaba todo eso, y, viendo que me empezaba a dar cuenta de la situación, Kawasaki se me adelantó.

—…Y también, por Taishi. Hoy, bueno, hoy terminan los exámenes. Ella no me miró cuando dijo eso, sino fuera de la ventana.

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Ah, ya veo. Así que ese es tu motivo. He oído antes sobre el hermano menor de Kawasaki, Kawasaki Taishi. Él también iba a dar el examen de ingreso para la Preparatoria Sobu. La preocupación de Kawasaki probablemente había aumentado ya que involuntariamente estaba mirando a mis pies. ¿Eh…? ¿Qué pasa?

—Oye, eso sí que es bro-con. Eso está mal. Es medio enfermo.

—¿Ah? No quiero oír eso si viene de ti.

—Agh.

Ella me miró ferozmente, así que involuntariamente me encogí. Aunque sabía que ella era una buena persona, como esperaba, a veces daba miedo cuando mostraba su agudeza. Entonces, mientras mis hombros temblaban un poco, noté el frío.

La efectividad de la calefacción cerca de la ventana no era muy buena, pues podía sentir la brisa fría viniendo de afuera a través de la ventana. En este frío escalofriante, junto con esta conversación desagradable, no hallé manera de sentirme cómodo.

Me preguntaba si Kawasaki se sentía igual al estar sentada cerca de mí, a veces miraba afuera de la ventana, a veces me miraba a mí, y al lugar de Keika. Naturalmente, mi mirada tendía en dirección a Keika.

Keika sostenía con ambas manos una taza para niños, llena de jugo de naranja con una frutilla. Más temprano que tarde, terminó su bebida y dejó salir un suspiro satisfecho.

Cuando miré, pude notar que la taza de Kawasaki se había vaciado. Parece que Kawasaki estaba esperando que Keika termine su bebida. Si ese es el caso, entonces ambas se irían a casa pronto…

Tan pronto como me preguntaba eso, Kawasaki me miró.

—Uhm… ¿Y qué hay de ti?

Su pregunta ciertamente era justificada, pero sentí que estaba implicando que se iban a ir. Si ese era el caso, entonces quizás debería tomar esta oportunidad para irme también.

—Ah, pensaba en ir a buscar algo de comer.

—Ya veo…

Oyendo eso, Kawasaki respondió como si estuviera agotada. Entonces bajó la mirada hacia Keika y le acarició la espalda.

—Haa-cha… Ehm, el Onii-san dice que ya se tiene que ir.

Ella tuvo dificultades para encontrar las palabras correctas y se corrigió a tiempo. No, bueno, ya que Keika me llama Haa-chan, entonces no debería haber mucho problema. Pero ser llamado Onii- san por parte de Kawasaki era un poco… embarazoso. Así que, mientras me retorcía interiormente en agonía, sentí que algo me jalaba de la manga.

—Ehh, ¿ya te vas?

Cuando miré a mi lado, Keika estaba mirandome desde abajo con una cara triste. Antes de que me diera cuenta, ella ya había tomado firmemente de mi ropa. Hacer eso me dificulta levantarme de mi asiento… Se siente como si me preguntaran «¿Ya te vas tan pronto?» en mi primer trabajo en una empresa.

Mientras me preguntaba que debía hacer, Kawasaki, que vio mi interacción con Keika, frunció el ceño. Parecía como si fuera a llamarle la atención a Keika en cualquier momento. Incluso cuando algo parecido había pasado cuando hicimos dulces para San Valentín, esto de ahora definitivamente daba mucho más miedo.

Sintiéndome culpable por Keika, me propuse a decir algo aleatorio e intervenir. Volverme una barra de luz  y Hirai Ken  es mi especialidad. No, espera, mis detalles faciales no  están  tan definidos.

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—…¿Quieren venir conmigo? Estaba pensando en ir a Saize.

Kawasaki abrió sus ojos ampliamente por un momento, y abrió y cerró su boca repetidas veces.

—¿Q… Qué? N-No creo que podamos…

—Claro que no, ¿verdad?

Lo sabía. Estaba escrito por todo el internet que las chicas odiaban ir con los chicos a Saize. El internet ciertamente que es grande; cualquier información de la que no estuvieras al tanto podría ser sacada de allí. Me levanté después de sobar a Keika sobre su cabeza. Al hacer eso, una débil voz me llegó.

—…Ah, espera.

Me volví a ver mientras dejé salir un sonoro «¿Sí?». Las mejillas de Kawasaki estaban teñidas de rojo y hacía algunos pucheros de forma no amigable. Sus ojos miraban hacia abajo y entonces susurró avergonzadamente:

—…B-Bueno, podemos tomar algo de té aquí.

—¿Eh? Ah, sí. Eso estará bien. Si sólo es té…

Mis palabras se volvieron inesperadamente amables, y me volví a sentar sin dudar en mi asiento. Keika se puso contenta y se apoyo en mí.

Rayos, perdí mi oportunidad de irme… Si esta situación va a ser así, entonces debo ordenar algo también.

—¿Quieres tomar algo?

Mientras me pare de mi silla preguntando, Kawasaki volvió en sí y miró hacia las manos de Keika.

—Ah, eh, b-bueno, cocoa caliente… y café helado.

—Entendido.

Como era de esperarse de la onee-chan, Keika va primero antes que ella. Ver eso casi me hace sonreír, así que, para ocultarlo, me dirigí rápidamente hacia la caja.

Cuando terminé de ordenar y de recibir mis pedidos, los llevé con ánimo hacia el  mesón de madera.

Lo que había encima de la bandeja, era cocoa caliente, café helado y un latte caliente. Accidentalmente, también terminé comprando un croissant de chocolate.

Cuando volví, Keika miró al croissant con ojos brillosos. Y como Sonny Chiba, dejó salir una voz de admiración con un sonoro «waaah». Como esperaba de un  niño débil por  los dulces. Tengo experiencia con los niños, así que sé cómo manejar sus sentimientos. De cierta manera, soy master de niños.

Es por eso que dejé salir las palabras que Keika quería que dijera.

—…¿Quieres un poco?

Los ojos relucientes de Keika miraron en mi dirección. Heh, parece que mi plan fue todo un éxito… soy como un político que de repente predica sobre como le importa la gente mayor y promete resolver los problemas de las pensiones, justo antes de las elecciones. Un hombre que puede obtener fácilmente popularidad sin sentirse culpable.

Además, soy un hombre cuya apariencia dice que está metido con politicos y que está apuntando a colaborar con los adultos de la tercera edad para la próxima campaña. ¿Están viendo esto ministerio de asuntos internos y comunicaciones?

Keika, quien no tenía idea sobre mi estrategia, se encontraba muy animada.

—¡Comeré un poco! ¡Es por eso que amo a Haa-chan! Cuando dijo eso, tocó mi brazo.

—Haha, claro, claro. Por cierto, de la manera en la que casualmente me tocas, nosotros los chicos lo malinterpretamos rápidamente, así que no lo hagas con otros…

—¡De acuerdo! ¡Sólo lo haré con Haa-chan!

Oh no, esta niña. Ella ya entiende el poder de las palabras que mueven el corazón de un hombre. Que miedo… Llegará el día del cual me advirtieron tanto, hombres por todo el mundo serán exterminados, y Keika se volverá una asesina de masas que pasará a la historia para siempre… El primero que estará en el monumento memorial seré probablemente yo. Por el bien de la paz mundial, debo hacer algo con esta niña terrorista en potencia y su poder de mujer.

Y mientras estaba planeando mi misión, la persona detrás de la niña terrorista en potencia, dejó salir un suspiro.

—¿Qué le estás enseñando a una niña?


Poniendo su mano en su frente, Kawasaki chasqueó su lengua frenéticamente y estiró su brazo alrededor de la espalda de Keika, empujando con fuerza mi manga. Entonces, me hizo señas, poniendo su rostro sobre la cabeza de Keika y dejando salir un susurro como si estuviera hablando de un secreto.

—Quiero decir, uhm… lo que estás haciendo es problemático.

—¿Eh?

¿Cuál es el problema exactamente? Ya sé. Quizás estés pensando que intento sacar mi propia version de Hikaru Genji al tratar de ganarme la confianza de Keika para que pueda convertirla en una mujer correcta. ¿Será eso? Yo diría que es más como ser bienvenido en medio de un Colón frenético obteniendo todas las buenas críticas.

Mientras estaba con esos pensamientos, Kawasaki miró por la ventana hacia afuera, hacia el sol que seguía subiendo.

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—Todavía no es medio día…

—Ah, ahh…

Ya veo. Los estómagos de los niños son una cosa pequeña. Si se pusieran a comer a una hora como esta, no podía comer su almuerzo después. No sé qué van a comer esas dos, pero no podía convertirme en un problema para su hermana. Decir eso en inglés sería «No ninja»

Pero… pero, está es la cosa, ¿okay? Yo compré este croissant de chocolate para ganarme a esta pequeña chica… Después de pensarlo un poco, se me ocurrió una idea. Moví disimuladamente la bandera donde el croissant de chocolate estaba y lo puse al frente de Keika. Le susurré al oído:

—…Lo compartiremos. Es un secreto y no le digas a tu hermana.

—¡Sip! ¡Es un secreto!

Cuando levanté mi dedo y dije «shhh», Keika también hizo lo mismo. Esta sociedad secreta no es mejor que hacer una promesa con un cómplice que tiene andanzas malvadas.

—Puedo verlos…

Mientras miraba complacientemente hacia Keika, que ya había empezado a comer su mitad del croissant por cierto, escuché un suspiro disconforme. Los ojos de Kawasaki transmitían un leve enojo mientras me miraba directamente.

—No la mimes mucho.

—…N-No, sólo hago esto a veces, ¿vale?

—¿Qué quieres decir con que «a veces» cuando siempre eres así?

—No es como si lo hiciera siempre… Keika es… especial. Komachi también.

—…No estás consciente de lo que pasa a tu alrededor.

Sus casi puntiagudos, ojos de hielo azules emitieron un aura más intensa que nunca. Ehh… vaya vaya, ¡se han vuelto más fríos! Oh, ¿no habría sido mejor decir que ella más bien es la que no se da cuenta de lo que pas a su alrededor? En serio no entiendo a las chicas.

Son como una pregunta complicada de «¿no sabes por qué estoy enojada?». No importa lo que diga, siempre estará mal.

Mientras estaba atascado con esa tontería en mi cabeza, me estremecí y quedé algo aturdido. Kawasaki había cambiado totalmente y bajo los ojos en señal de disculpa. Entonces, abrió su boca como si tuviera dificultad para hablar.

—Me alegro que te preocupes por Keika, pero debes también recordar que necesitas ser paciente…

—Sí, lo siento…

Me disculpé instintivamente. No, creo que es injusto que te pongas enojada y luego de calles totalmente… Si haces eso, no podré decir nada después…

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Y, de esa manera, parecía que Kawasaki no tenía más intenciones de regañarme. Debido a eso, dejamos pasar el tiempo en silencio.

Sospechando porqué nuestra charla se había parado, Keika levantó su cara llena de chocolate y nos miró incómodamente.

—¿No peleen, si?

—No estamos peleando. Ven aquí, Kei-chan.

Cuando ella sonrió, Kawasaki sacó una toalla húmeda de su bolsa y limpió las mejillas de Keika unas cuantas veces. Luciendo mejor, Keika dirigió su atención de vuelta hacia el croissant de chocolate.

Bueno, no es como si Kawasaki estuviera realmente enojada. Esta persona podría dar mucho más miedo si estuviera enojada en serio… Cuando Yukinoshita y Miura tuvieron una discusión, pensé que ambas eran delincuentes.

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Sin embargo, mi impresión de ella se había suavizado.

En el pasado, espadas de madera, cadenas, y quizás algo como un yoyo le quedaban bien; pero ahora, bolsas de compras y cebollas verdes definitivamente lucían bien en ella. Por cierto, ¿no creen que esta chica luce familiar solo porque tiene una bolsa de compras?

Está matando tiempo con una chica que luce increíblemente similar a ella aquí en San Marcos, así que definitivamente se debe sentir como una Yanmama. Aunque Yanmama es una palabra bastante obsoleta…

Y, gracias a eso, me di cuenta que, si me incluía a mí mismo, parecíamos una familia. En esta clase de situación, si manejara un minivan como el ELGRAND y el ALPHARD, este mall rural se volvería una escena clásica. Estoy a punto de decir cual son mis mangas favoritos, que son One Piece y Naruto, y estoy cerca de retorcerme gracias al olor del cáñamo en el espejo trasero. Me dieron escalofríos cuando me imaginé dichas cosas.

Keika estaba comiendo su chocolate silenciosamente y Kawasaki reposaba su barbilla en su mano mientras veía a Keika y sostenía una toalla húmeda con la otra. Sentí que podrían verme como un enfermo si seguía mirando.

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