Isekai Ryouri (NL)

Volumen 12

Interludio 1: El Mismo Camino Que Tú

En este día en particular, Lala Ruu había estado de mal humor desde el momento en que se despertó por la mañana.

Se levantó al amanecer, se bañó con sus hermanas, lavó los platos en el mismo lugar y se fue al borde del bosque a recoger hojas de pico y lilo. Y ella apenas había dicho una palabra en todo el tiempo, así que en el camino de regreso, Sati Lea Ruu preguntó en un tono preocupado, “¿Qué te pasa, Lala? Pareces bastante deprimido hoy”.

Sati Lea Ruu estaba casada con el hermano mayor de Lala Ruu, Jiza Ruu. Ella era mayor que las hermanas de la niña y actualmente miraba a Lala Ruu con una mirada increíblemente gentil en sus ojos. Volviéndose, Lala Ruu simplemente respondió: “No es nada”.

“Pero no has dicho una palabra en toda la mañana, ¿verdad? Si no se siente bien, debe tomárselo con calma en lugar de esforzarse”.

“¡Me siento bien! Y reuní aún más hojas de pico que tú, Sati Lea Ruu,” respondió Lala Ruu debido a su mal humor. Lamentó eso por un momento, hasta que notó que la sonrisa de Sati Lea Ruu no había cambiado ni un poco.

“Es verdad. Ciertamente eres impresionante, considerando que todavía tienes nueve años, Lala. ¿Pero realmente no te sientes mal en absoluto…?

¿O hay algo que te molesta?”

Parecía que sus mentiras no podían vencer la sabiduría de Sati Lea Ruu. Pero aun así, Lala Ruu respondió obstinadamente, “No”, con un movimiento de cabeza. “Realmente no es nada. Y hemos terminado con el trabajo, así que apresurémonos en volver”.

“Ya veo…” fue la única respuesta que recibió. Sati Lea Ruu no siguió con el asunto.

Mientras caminaban por el borde del bosque, sus hermanas charlaban alegremente. Dado que la más joven, Rimee Ruu, se había quedado en casa, el grupo estaba formado por Lala Ruu y sus dos hermanas mayores, y también Sati Lea Ruu. Y por la fuerte luz del sol que entraba a través de las ramas en lo alto, parecía que el sol se acercaba a su punto máximo.

En poco tiempo, la giba comenzaría a despertarse en el bosque y los cazadores se pondrían a trabajar.

Ese pensamiento hizo que la sensación opresiva en el pecho de Lala Ruu se hiciera aún más pesada.

“Ah, bienvenido de nuevo. ¿Terminaste todo tu trabajo?” saludó su abuela Tito Min Ruu mientras salían del bosque.

Llevaba una gran hacha en la mano y había una gran pila de leña a sus pies. Ella debe haber estado cortándolo todo por su cuenta.

“Sí, tenemos mucho pico y lilo. También deberíamos ayudarte a cortar la leña…”, respondió la hermana mayor, Vina Ruu.

Tito Min Ruu respondió con una sonrisa: “No hay necesidad de tener tanta prisa. Estaba pensando que ya era hora de que yo también tomara un descanso. El sol alcanzará su punto máximo pronto, por lo que el resto puede esperar hasta que comamos un poco de cecina. Solo sigue adelante y almacena ese lilo y pico en la despensa primero”.

“Bien. Bueno, nos vemos luego… ”

Realmente fue un día perfectamente normal, como siempre.

Y, sin embargo, hoy fue especial. Después de guardar las hierbas que recogieron en la despensa, regresaron a casa, solo para escuchar algo de conmoción en la plaza como para probar ese hecho.

“¿Mmm? ¿Por qué están haciendo tanto alboroto?” Reina Ruu cuestionó con una inclinación de cabeza.

Lala Ruu se mordió el labio y luego se volvió hacia sus hermanas.

“Lo siento, pero tengo algo de lo que ocuparme. Ustedes sigan adelante, ¿de acuerdo?”

“Ah, ¿Lala…?” Sati Lea Ruu gritó preocupada, pero Lala Ruu la ignoró y salió corriendo hacia la plaza.

Ella ya sabía de dónde provenían esas voces. Había una multitud reunida frente a una sucursal no muy lejos de la casa principal. Pertenecía a Ryada Ruu, el hermano menor del padre de Lala Ruu, Donda Ruu.

Ryada y Shin Ruu estaban parados frente a la casa.

Y cuando los vio, Lala Ruu se mordió el labio de nuevo.

Shin Ruu llevaba una nueva capa de cazador que su familia debió haber hecho para él, y tenía una espada colgando de su cadera. Ayer había cumplido trece años, por lo que a partir de hoy participaría en la caza de giba como cazador en entrenamiento.

“Ah, realmente te ves bien”.

“Todavía eres un poco pequeña, pero te pareces a Ryada Ruu cuando era pequeño”.

“Estoy seguro de que te convertirás en un buen cazador, Shin Ruu”.

Las mujeres de las otras sucursales reunidas allí estaban charlando. Y Shin Ruu se quedó parado en silencio en medio de ellos, luciendo tan tranquilo como siempre.

Era aproximadamente una cabeza más bajo que Ryada Ruu. Y aunque su padre era delgado, Shin Ruu lo era aún más. Lala Ruu todavía era una niña a la edad de nueve años, pero solo había una diferencia de cuatro años entre ella y Shin Ruu. Entonces, incluso antes de considerar la espada, esa capa de piel gruesa ya parecía pesada para Shin Ruu como lo era ahora.

“Seguro que es algo. A partir de hoy, Shin Ruu finalmente es un cazador, ¿eh?” dijo una voz familiar justo al lado de Lala Ruu.

En algún momento, su hermano mayor, Ludo Ruu, se acercó, mirando a Shin Ruu mientras masticaba cecina.

“Hasta ayer jugaba con nosotros. Quiero darme prisa y convertirme también en cazador”.

Ludo Ruu tenía doce años, por lo que todavía le quedaba alrededor de un año entero hasta que fuera cazador. Era incluso más bajo que Shin Ruu y también delgado como una mujer.

“Pero cuando te conviertes en cazador, tienes que enfrentarte a giba en el bosque, ¿verdad…?” Lala Ruu respondió en voz baja.

“Por supuesto que sí”, respondió su hermano con una sonrisa. “Ese es el trabajo de un cazador, ¿verdad? Hombre, desearía que mi cumpleaños no estuviera tan lejos”.

“¿Pero por qué…? Tú y Shin Ruu sois tan pequeños. Si te enfrentas a un giba, podrías morir”.

“Si mueres en el bosque, ese es tu destino. No importa cuán fuerte pueda ser un cazador, aún pueden terminar teniendo su alma regresando al bosque a una edad temprana, incluso si son grandes”, dijo Ludo Ruu mientras sacaba la lengua y miraba al frente.

Lala Ruu estaba extendiendo la mano para golpearlo en la cabeza, pero en ese momento la multitud se separó y Shin Ruu se acercó.

“¿Entonces vinieron, Ludo y Lala Ruu? ¿Donda Ruu ya está levantada?”

“¿Quién sabe? Probablemente todavía esté dormido. O eso, o en casa masticando cecina”.

“Ya veo. Sin embargo, tendré que asegurarme de saludar al director de la casa principal antes de salir”.

Efectivamente, Shin Ruu seguía actuando igual que siempre. Y su rostro que casi nunca sonreía, tan elegante como el de una mujer, tampoco cambió.

Lo único que había cambiado era la capa del cazador en su esbelta figura y la gran espada colgando de su cadera. Pero eso por sí solo fue suficiente para que pareciera mucho más adulto.

Incluso si era pequeño, todavía era alrededor de una cabeza más alto que Lala Ruu, de nueve años, lo suficiente como para que fuera difícil saber si su cabeza le llegaba o no a los hombros. En cualquier caso, Shin Ruu la miró con la misma mirada tranquila de siempre.

“¿Están ustedes dos tomando un descanso? Supongo que ya es hora de que todos terminen de recolectar hierbas y leña”.

“Ah, supongo que ya no tienes que ayudar en la casa. Eso solo es suficiente para ponerme celoso “, dijo Ludo Ruu antes de que su hermana hablara, haciendo que Shin Ruu se volviera hacia él.

“Las tareas domésticas y la caza son igualmente importantes. No es bueno tomar eso a la ligera, Ludo Ruu”.

“Pero no hay nada divertido en recolectar hierbas y despellejar pieles. Es mucho más divertido tener competencias de fuerza contigo, Shin Ruu”.

“Cierto. Por favor, ayuda a mis hermanos menores a entrenar hasta que tú también cumplas trece años”.

“¡Tus hermanos son todavía pequeños! Puedes darles palos o lo que sea, pero aun así no darán una pelea decente”.

La pareja parecía realmente divertirse.

Incluso si no hubiera cambiado, Shin Ruu todavía se veía increíblemente orgulloso, y Ludo Ruu estaba claramente feliz por él. Eso era algo natural para las personas de su edad.

Pero en medio de todo eso, Lala Ruu todavía tenía el corazón apesadumbrado.

“Shin Ruu, ten cuidado de no lastimarte, ¿de acuerdo…?” Lala Ruu gritó, haciendo que Shin Ruu mirara hacia atrás, sus ojos vueltos hacia arriba se entrecerraron felizmente.

“Todo está de acuerdo con la voluntad del bosque, pero tengo la intención de esforzarme al máximo para seguir trabajando como cazador todo el tiempo que pueda. Y también deberías seguir esforzándote con tus quehaceres domésticos, Lala Ruu”.

Dado que las emociones de Lala Ruu todavía estaban cambiando, ni siquiera se atrevía a responder. Los ojos de Shin Ruu lo habían hecho lucir feliz, pero ahora parecía un poco preocupado. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, Ryada Ruu se acercó.

“Shin, deberías ir a visitar al jefe de la casa principal, Donda Ruu. Y si está a la altura, también debes saludar al anciano antes de dirigirte al bosque”.

“Bien, entendido,” Shin Ruu asintió, luego, después de mirar a Lala Ruu una vez más, se dirigió a la casa principal junto a su padre.

Y con eso, las mujeres de las casas sucursales volvieron a su propio trabajo, dejando solo a Lala y Ludo Ruu parados allí.

“¿Qué hay con vos? ¿Tuviste una pelea con Shin Ruu o algo? Estás actuando seriamente diferente de lo habitual”.

“Por supuesto que no…”

“Apuesto a que lo hiciste. Caray, este es un día importante para Shin Ruu, así que deja de preocuparte ya,” dijo Ludo Ruu, juntando las manos detrás de la cabeza y caminando hacia quién sabe dónde.

Después de soltar un suspiro, Lala Ruu notó que todavía había varias personas frente a la casa, por lo que se dirigió hacia allí. Allí, encontró a la madre de Shin Ruu, Tari Ruu, a su hermana mayor Sheera Ruu y a sus dos hermanos menores.

Los ojos de Sheera Ruu estaban mirando hacia abajo y llenos de preocupación, mientras Tari Ruu le daba palmaditas en el hombro para consolarla. Los dos chicos no parecían entender muy bien lo que estaba pasando, y solo estaban charlando y masticando cecina.

El miembro de su familia finalmente había sido arrojado al peligroso mundo de un cazador. No había forma de que lo único que sintieran al respecto fuera orgullo.

Y viendo lo preocupada que estaba la especialmente tímida Sheera Ruu, Lala Ruu sintió que finalmente había encontrado a alguien que pudiera relacionarse con lo que estaba sintiendo.

***

“Ya veo. ¿Entonces estabas preocupado por Shin Ruu?” Sati Lea Ruu preguntó mientras colocaban las hojas de pico que recolectaron esa mañana encima de un paño.

Mientras ayudaba con la tarea, Lala Ruu asintió en respuesta, “Sí”.

Incapaz de contenerlo por más tiempo, se había abierto a Sati Lea Ruu sobre lo que había estado sintiendo.

El sol ya había alcanzado su punto máximo y los hombres estaban en el bosque. Cuando recordó cómo Shin Ruu se veía tan sorprendentemente pequeño en comparación con los demás mientras se dirigían, Lala Ruu tuvo que contener las lágrimas.

“Te llevabas bastante bien con Shin Ruu, ¿no es así, Lala? Puedo entender cómo estarías preocupado. Cazar giba es un trabajo increíblemente peligroso, después de todo”.

“Cierto…”

“Pero ser un cazador en formación no debería ser tan malo, ya sabes. Al principio, estará acompañado por cazadores fuertes mientras aprende a ocultar su presencia y rastrear a giba, por lo que me han dicho”.

“Sin embargo, puedes ser atacado de la nada simplemente caminando por el bosque, ¿verdad? Un hombre de las casas sucursales hizo que su alma regresara al bosque no hace mucho así, ¿no es así?”

“Es verdad. Cosas así suceden, por supuesto. Pero todo está de acuerdo con la voluntad del bosque”.

Sati Lea Ruu le dio unas palmaditas en el hombro a Lala Ruu, como había hecho Tari Ruu con su hija un rato antes.

Mientras se secaba las lágrimas que se filtraban gradualmente con el dorso de la mano, Lala Ruu la miró.

“¿Cómo pueden mantener la calma, Sati Lea? Si su preciosa familia o esposo pierde la vida en el bosque, nunca los volverá a ver. No hay forma de que no te entristezcas al pensar en eso, ¿verdad?”

“Por supuesto. Por eso le rezamos al bosque todos los días para que eso no suceda”.

“Pero  día  tras  día,  el  bosque  nunca  responde  a  esas  oraciones…

¡Simplemente no puedo soportarlo!”

Si sus padres escucharan esas palabras, definitivamente la regañarían. Y así, Lala Ruu se aferró a Sati Lea Ruu en su lugar.

La mujer era incluso mayor que sus hermanas y también estaba casada. Pero todavía tenía diecinueve años, por lo que estaba más cerca de Lala Ruu que de sus padres. Si bien probablemente no era tan sabia y previsora como las mujeres mayores, Sati Lea Ruu siempre estaba tranquila y con una sonrisa amable, por lo que se veía más confiable que nadie para Lala Ruu en este momento.

“Tal como dices, perder a la familia o al marido es increíblemente triste. Incluso si es el resultado de la guía del bosque, nunca más podrás hablar con esa persona preciosa nunca más. No puedo pensar en un dolor peor que ese”.

“Cierto.”

“Un alma devuelta al bosque volverá a aparecer ante sus aliados, aunque su forma cambiará. Esas son las enseñanzas del bosque, pero no hay forma de entender eso realmente mientras aún eres joven… Te preguntas por qué, persiguiendo las huellas del que perdiste “, dijo Sati Lea Ruu, rompiendo de repente en una sonrisa. Sin embargo, era un poco diferente a la habitual, luciendo de alguna manera dolorida. “Lala, ya perdí a mis dos padres”.

“¡¿Eh?! P-Pero naciste en la casa principal de Lea, ¿no es así? Y sé que vi la cabeza del clan Lea en el último festival de la caza…”

“Originalmente nací en una sucursal. Pero perdí a mis padres a una edad temprana y me llevaron a la casa principal”, respondió Sati Lea Ruu, entrecerrando los ojos y mirando a la distancia. “Mi padre perdió la vida como cazador en el bosque, mientras que una enfermedad se llevó a mi madre. Y entonces pensé… Cuando alguien muere, las personas que quedan atrás solo los pierden, mientras que los que mueren pierden a todos a la vez. Pero aun así… Hasta el final, lo único que le preocupaba a mi madre era yo”.

Lala Ruu solo escuchó en silencio.

“Entonces, pensé… que no era bueno para los que se quedaron atrás seguir arrastrando esa tristeza con ellos. Las almas de mi madre y mi padre me cuidan junto con el bosque… Decidí creer esa enseñanza con todo mi corazón. De lo contrario, sería demasiado triste para mis padres, que fueron arrancados de todos…”

“No entiendo…”

Sin siquiera saber qué estaba impulsando sus sentimientos en ese momento, Lala Ruu finalmente rompió a llorar.

Todavía sonriendo, Sati Lea Ruu envolvió sus brazos suavemente alrededor de la cabeza de la niña.

“Todavía eres joven, por lo que puede ser un tema un poco complicado para ti, Lala. Lo que quería decir es que mi madre y mi padre parecían muy felices. En ese entonces todavía era pequeño, así que estaba inundado de tristeza, pero cuando crecí un poco, comencé a pensar que me gustaría vivir una vida feliz como ellos. Y luego, al final, mi alma podría regresar al bosque”.

“Cierto…”

“La muerte nos espera a todos. Pero esa es exactamente la razón por la que tenemos que vivir tan duro como podamos hasta el final. Concéntrese en la vida, en lugar de la muerte. Si puedes hacer eso, creo que podrás sentirte satisfecho cuando tu alma regrese al bosque, al igual que mis padres”.

Las palabras de Sati Lea Ruu realmente fueron demasiado para que la joven Lala Ruu las entendiera realmente.

Sin embargo, fue entonces cuando hubo una conmoción en la plaza detrás de ellos nuevamente.

Dándose la vuelta con sorpresa, Lala Ruu vio que varios cazadores habían regresado con giba. Aunque prácticamente no había pasado nada de tiempo desde que entraron en el bosque, ya habían cazado a dos de las bestias.

Lala Ruu se volvió hacia Sati Lea Ruu, con una mirada de urgencia en su rostro. Al ver su ansiedad, la niña mayor le dio unas palmaditas en la cabeza y sonrió gentilmente.

“Ve. Yo me ocuparé de las hojas de pico”.

Con un asentimiento, Lala Ruu una vez más salió corriendo hacia la plaza.

Había cuatro cazadores allí en total, llevando los dos giba en parejas. Y entre ellos estaba Shin Ruu, a quien Lala Ruu no podía dejar de reconocer incluso a la distancia.

“¡Shin Ruu! ¿Ya regresaste?”

“Ah, Lala Ruu… Sí, fuimos atacados por estos dos mientras estábamos en el camino para revisar las trampas que habían sido colocadas. No estábamos tan lejos del asentamiento en ese momento, así que nos dimos la vuelta para entregar estos giba primero”.

Las piernas del giba estaban atadas a un palo grigee y los cazadores lo llevaban sobre sus hombros. Era una buena giba, incluso más grande que Shin Ruu. Lo llevaba junto con su padre Ryada Ruu, mientras que los otros dos hombres pertenecían a una rama de la familia diferente.

“¿Fuiste atacado por giba? ¿Te lastimaste en alguna parte?” Lala Ruu preguntó con voz temblorosa.

“No,” Shin Ruu respondió sucintamente.

Era cierto que no tenía ninguna herida visible, y los dos también parecían llevar una giba tan grande con facilidad. Era una vista que mostraba claramente la fuerza que poseían los cazadores del borde del bosque.

“Mi padre Ryada asestó el golpe final, pero la flecha que le disparé le dio en la pierna e impidió que se moviera. Así que nos quedaremos con la piel de este giba”.

“Ya veo… Eso es asombroso, Shin Ruu.”

“Simplemente tuve suerte. Aun así, estoy contento de haber realizado mi trabajo”, respondió Shin Ruu, rompiendo en una sonrisa.

Era una sonrisa orgullosa, un tanto infantil, del tipo que el chico rara vez mostraba.

Shin Ruu estaba viviendo la vida al máximo. Y claramente se sentía orgulloso de vivir como cazador, más que nada. Por eso se atrevió a sonreír así.

Desde debajo de las dolorosas emociones que se arremolinaban en su pecho, Lala Ruu logró forzar un sentimiento completamente diferente.

No se estaba mintiendo a sí misma. En cambio, estaba expresando abiertamente sus propios sentimientos, habiendo sido aplastada bajo el peso de la tristeza y la duda.

Cuando Shin Ruu sonreía así, no quería ser la única en sollozar. Así que con esos pensamientos corriendo por su cabeza, sonrió con todas sus fuerzas.

“¡Felicidades! ¡También me alegra ver que le vaya tan bien en su trabajo!” Ante eso, Shin Ruu sonrió aún más alegremente.

Esa sonrisa de su amada amiga de la infancia era algo que Lala Ruu conocía bastante bien.

“Una vez que los hayamos guardado, nos dirigiremos de nuevo al bosque. Por favor, recen para que nos mantengamos a salvo en nuestra caza”.

“¡Claro! ¡Estaré esperando, junto con Sheera Ruu y todos!”

Animado por Ryada Ruu, Shin Ruu luego se dirigió de regreso a su casa.

Y mientras los veía irse, Lala Ruu una vez más se secó las lágrimas que brotaban de sus ojos.

Quiero darme prisa y crecer también.

En su próximo cumpleaños podría vestirse de mujer, y luego, cuando cumpliera trece, podría hacer el mismo trabajo que todos los adultos.

¿Sería capaz de entender correctamente lo que Sati Lea Ruu le había dicho entonces también?

No tenía idea, pero había algo que sí sabía.

Lala Ruu quería caminar por el mismo camino que Shin Ruu.

Quería vivir como debería vivir una persona del borde del bosque. Nunca dejar que su alma se pudriera como el clan Suun, nunca temer lo que otros pensaran, y seguir adecuadamente las enseñanzas de su gente … Y quería compartir su felicidad junto con las personas preciosas para ella. Esos sentimientos ardían intensamente en ella.

Con sus dudas disipadas, Lala Ruu se dio la vuelta y salió corriendo de regreso al lugar donde pertenecía.

-FIN DEL VOLUMEN 12-