Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 13

Prologo: Cuando el Sol Alcanzaba su Punto Máximo

Era el día quince del mes blanco.

Cuando me desperté con la salida del sol, lo primero que vi fue la adorable cara dormida de un niño justo frente a mí, lo que me tomó por sorpresa.

Su cabello era de un marrón amarillento, y sus rasgos eran suaves como los de una chica… Estaba mirando al muy familiar hijo menor de la casa principal de Ruu, Ludo Ruu.

¿Umm…?

Mientras miraba esa cara de querubín, rápidamente busqué en mis recuerdos.

Después de la cena con Zuuro Suun y todos, Ai Fa y yo fuimos a la casa principal de Ruu para pasar la noche, mientras Bartha se unía a la familia de Shin Ruu.

Hasta ayer todos habíamos estado usando la única casa vacía en el asentamiento de Ruu, pero habíamos decidido dejar que los antiguos miembros de la casa principal de Suun la usaran anoche.

Shin y Ryada Ruu deben haber estado turnándose para vigilar y vigilar a Bartha mientras dormía. Y el grupo de Gulaf Zaza que también se estaba quedando en el asentamiento de Ruu seguramente había hecho lo mismo por Zuuro Suun y compañía.

Luego, estábamos Ai Fa y yo.

La casa principal de Ruu no tenía habitaciones libres, así que Ai Fa dormía en la habitación de la abuela Jiba, mientras yo dormía en la habitación de los chicos.

Hasta ahora solo había dormido por separado de Ai Fa cuando tuve que sufrir el estar prisionera durante varios días, lo que provocó algunas noches realmente inquietas. Pero esta vez tenía un amigo como Ludo Ruu con quien charlar, y en algún momento aparentemente me había quedado dormido.

Actualmente, la suave luz del sol de la mañana entraba a raudales por la ventana. Aparentemente, a pesar de que era un madrugador en lo que respecta a los hombres, incluso Ludo Ruu no se levantaba al amanecer.

Su cara es realmente linda cuando está durmiendo… pensé en un sueño aturdido, habiendo finalmente arreglado las cosas en mi mente.

Ludo Ruu tenía un rostro andrógino para empezar, así que cuando soltó una sonrisa inocente, era tan lindo como una chica. Pero ahora que sus labios murmuraban como los de un niño mientras dormía pacíficamente, se veía positivamente adorable.

Sin embargo, si le digo eso, probablemente me pegaría.

Dejando ese pensamiento detrás de mí, rodé de modo que estaba mirando hacia arriba y me estiré mucho. Luego, casualmente, miré hacia el otro lado y una vez más me sorprendió.

Eso fue porque Darmu Ruu de todas las personas estaba acostado allí durmiendo.

Ahora que lo pienso, también es su habitación…

Dado que la familia principal de Ruu era tan grande, generalmente dormían dos por habitación. Y como estos dos eran los únicos hombres solteros en la casa, tenía sentido que se duplicaran.

Sin embargo, lo que valía la pena asombrar era cómo se veía Darmu Ruu dormido.

Naturalmente, sus ojos de lobo salvaje estaban actualmente ocultos. Y donde normalmente su rostro estaba tenso de una manera que lo hacía parecer inaccesible, ahora estaba perfectamente tranquilo. Incluso la forma en que su largo cabello negro caía suavemente sobre su mejilla y hombro de alguna manera se veía muy diferente a él.

Ahora que lo pensé, si sacaras de la ecuación esos ojos aterradores que recibió de su padre,

Darmu Ruu tenía una cara bastante hermosa, incluso para una persona del borde del bosque. Y realmente también era el hermano mayor de Ludo Ruu. Su nariz era alta, sus labios delgados, e incluso cuando sus mejillas estaban tensas, de alguna manera también tenían una curva delgada y suave.

Si bien no era tan andrógino como Ludo Ruu o Rau Lea, todavía tenía solo diecinueve años, un hecho que realmente me golpeó cuando vi lo gentil que parecía mientras dormía.

Siento como si estuviera mirando algo que no debería ver… No pude evitar pensar, solo para que los párpados de Darmu Ruu se levantaran lentamente.

Con una mirada medio despierta y turbia, me miró de cerca y en persona. “¿Qué estás haciendo…?”

“¿Eh? Ah, um… normalmente me levanto al amanecer”.

No pude evitar estallar en un dulce frío, pero afortunadamente los párpados de Darmu Ruu volvieron a bajar lentamente.

“Los hombres todavía estarán durmiendo ahora… Si estás despierto, entonces ve a ayudar a las mujeres o algo…”

“Correcto. Simplemente haré eso”.

Me levanté lentamente, luego abrí la puerta y salí mientras hacía el menor ruido posible.

Y luego, antes de que pudiera recuperar el aliento, la puerta vecina se abrió de golpe.

“Vaya, Asuta, ¿ya estás despierto…?”

“Buenos días, Asuta.”

Era la hermana mayor, Vina Ruu, y la segunda mayor, Reina Ruu. Aparentemente también se habían despertado junto con el amanecer.

“Puedes seguir durmiendo, ya sabes… Nosotros nos encargaremos del lavado…”, dijo Vina Ruu mientras reprimía un bostezo. Incluso tan temprano en la mañana, sus feromonas todavía estaban al máximo.

“No, soy del tipo que no puede volver a dormir una vez que me levanto, así que me encargaré de algunos preparativos de cocina o—” Me detuve en seco, recordando de repente que mi negocio en la ciudad postal estaba de descanso para hoy.

Después de todo, hoy fue finalmente el encuentro con Cyclaeus. “Por ahora, ¿supongo que salgamos…?”

Con eso, nos dirigimos hacia la plaza como un grupo de tres.

En el camino, nos encontramos con Ai Fa y Rimee Ruu saliendo del otro pasillo. Normalmente, la abuela Tito Min compartía una habitación con la abuela Jiba, pero como Ai Fa dormía allí, Rimee Ruu había pedido cambiar de dormitorio.

Y en poco tiempo, la abuela Tito Min y Lala Ruu también salieron de su habitación.

Mientras nos saludamos unos a otros en tono susurrado, todos salimos de la casa.

“Oh, Dios, veo que están todos juntos”, señaló Mia Lea Ruu, habiendo estado esperándonos allí cuando salimos.

Con eso, todas las mujeres de la casa principal, además de la esposa de Jiza Ruu, Sati Lea Ruu, se habían reunido. Debió haber sido excusada del trabajo matutino porque tenía que cuidar a su hijo de un año.

“Bueno, entonces Vina, tu grupo debería encargarse del lavado. Secaremos las hojas de pico y luego nos pondremos a trabajar en la leña”.

“¿Qué tal si ayudo a cortar leña, entonces?” Interrumpí, solo para que Mia Lea Ruu parpadeara sorprendida.

“Ah, cierto, tu negocio en la ciudad está de descanso por hoy. En ese caso, puede tomárselo con calma hasta que terminemos con nuestras tareas de la mañana. Entonces puedes unirte a nosotros para recolectar hierbas y madera, ¿verdad?”

“Les debo a todos por darme un lugar para dormir día tras día, así que me gustaría ayudar un poco si puedo”.

“Ya veo. Si realmente vas a insistir, supongo que tendremos que darte algo que hacer”.

Y así, todos nos dirigimos a la parte trasera de la casa juntos.

No importa qué tan importante sea un día, aún no puede permitirse omitir estas tareas diarias. En cuanto a lo que implicaba todo eso, en realidad no cambió entre las casas Fa y Ruu.

Lavar la ropa y los platos de la cena y sacar agua para empezar, recolectar hierbas y leña antes de que la giba se despertara cuando el sol alcanzaba su punto máximo, y luego cortar la leña, administrar la despensa y hacer cecina.

Todo tenía que hacerse, todos los días.

Eso no quería decir que había tanto que hacer que se volvió abrumador. Todas eran tareas importantes que no se podían posponer para más adelante.

Fue un trabajo relajado pero también solemne, emprendido mientras se construían gradualmente los lazos entre los miembros del clan. Así pasaban sus días las mujeres del borde del bosque.

Si nuestra relación con los nobles de Genos colapsara como resultado de la reunión de hoy, esta amada y pacífica rutina diaria se haría añicos. Y, sin embargo, todas las mujeres Ruu lucían las mismas sonrisas brillantes de siempre mientras trabajaban.

Tenía pocas dudas de que todos confiaban en Donda Ruu. No importa lo que ocurriera de aquí en adelante, creían que el hombre que servía como jefe de su clan y uno de los líderes de su pueblo elegiría el mejor camino posible para avanzar.

En la remota posibilidad… En serio, solo en la remota posibilidad de que la gente del borde del bosque termine teniendo que abandonar a Morga, entonces estoy seguro de que todos en el clan Ruu seguirán el camino trazado por Donda Ruu con el exactamente las mismas expresiones en sus caras, pensé mientras caminaba, solo para que Ai Fa se acercara con indiferencia.

“Ah, Ai Fa, ¿tuviste una larga y agradable charla con la abuela Jiba anoche?”

“Sí”, asintió con la cabeza, su mirada férrea por alguna razón.

“¿Qué pasa? Realmente no pasó nada importante por mi parte, ¿sabes?”

“Ya veo… ¿Ese segundo hijo no trató de hacerte nada?”

“No, Darmu Ruu se fue directamente a dormir. Ludo Ruu y yo solo charlamos un poco”.

“Ya veo,” repitió Ai Fa, pero su mirada permaneció fija en mí. “En serio, ¿qué pasa…? Pareces preocupado por algo”.

“Preocupado, ¿verdad?” Ai Fa murmuró, algo inusual para ella, y luego se acercó a mi oído. “Es solo que… dormir separado de ti me recordó esos días agonizantes de tu ausencia, que perturbaron mi descanso”.

Esa admisión me hizo dispararle a Ai Fa una mirada de asombro.

Y en respuesta, ella me devolvió el puchero. “Parece que pudiste dormir tranquilamente, sin las preocupaciones de esas preocupaciones”.

“No, yo también estaba exactamente igual anoche. Estaba demasiado avergonzado para decirlo…” Respondí en voz baja, solo para recibir un codazo en mi costado.

No estaba muy seguro de qué había hecho para ganarme eso. Pero en cualquier caso, todavía necesitábamos superar los eventos de hoy para poder recuperar nuestra vida cotidiana en la casa del Fa.

“Vaya, ¿tú también estás despierto?” Mia Lea Ruu de repente habló, sonando un poco sorprendida. Eso fue porque habíamos encontrado a Bartha ahí detrás de la casa. Su intimidante cara leonina se volvió hacia nosotros y nos lanzó su habitual sonrisa audaz.

“Ah, ¿ya se están poniendo todos a trabajar? Si estás cortando leña, te ayudaré”.

“Me alegra escucharlo, pero ¿Tari Ruu o alguien no está contigo?”

No estaba seguro de si era una orden o una solicitud, pero a Bartha le habían dicho que no deambulara por el asentamiento por su cuenta.

En respuesta, Bartha agitó su cabello, luciendo bastante disculpándose.

“El caso es que quería tomarme un tiempo para pensar, así que salí a dar un paseo. Pero no vayas a regañar a esa simpática señorita, ¿de acuerdo? Hice que me dejara irme”.

“¿Mmm?” Mia Lea Ruu murmuró con un ceño interrogante. “No es que nos preocupe que estés tramando algo. ¿Es esto algo que sintió que tenía que hacer?”

“Sí, lo fue.”

Hubo unos momentos de silencio, después de los cuales Mia Lea Ruu estalló en una sonrisa.

“Entendido. Hoy también será un punto de inflexión para ti, así que espero que te mantengas firme, Bartha”.

“Correcto. Gracias, Mia Lea Ruu”.

Después de asentir cordialmente, la matriarca Ruu se volvió hacia Ai Fa.

“Bueno, lo siento, pero ¿puedo pedirte que me ayudes a cortar leña en lugar de lavar, Ai Fa? A Bartha no se le puede dar un hacha sin que un cazador la cuide, después de todo. Y luego puedes unirte a nosotros más tarde para bañarte”.

“Muy bien.”

Con eso, las mujeres jóvenes se fueron con todo lo que necesitaba lavar, mientras que la multitud mayor se dispuso a secar las hojas de pico.

En cuanto a Ai Fa y a mí, nos unimos a Bartha cortando leña.

Después de entregarle a la mujer una gran hacha, el jefe de mi clan preguntó: “¿Te pasa algo, Bartha de Masara? Pareces preocupado. ¿Tiene algún tipo de preocupación sobre la próxima reunión con Cyclaeus?”

“Yo no diría eso. Solo tenía que trabajar en mi determinación. Para enfrentar a esos nobles que atraparon a mi esposo Goram, ¿sabes? Dijo Bartha, sonriendo tan ampliamente que se podía ver el blanco de sus dientes. “En la cena de anoche, pude ver cuán resueltos están todos. Así que pensé que necesitaba mejorar y estar listo para hacer lo que se necesita. Aun así, antes de todo eso, quería ver a ese hijo mío idiota al menos una vez…”

“¿Es por eso que vagabas solo por el asentamiento?”

“¡Eres una aguda! Pensé que podría mostrarse si no había nadie más cerca, pero parece que ese idiota ni siquiera se ha dado cuenta de que me invitaron aquí al borde del bosque”, dijo Bartha, con la mirada un poco distante. “Bueno lo que sea. No es como si nada cambiara si nos viéramos. Y tengo mi propio trabajo del que ocuparme… Por el bien de mi hijo idiota también”.

“Por supuesto. Si pudiéramos exponer los crímenes de Cyclaeus, las cosas finalmente deberían volverse pacíficas para nosotros. Todo lo que deseamos es volver a los días tranquilos que solíamos disfrutar”.

“Los días que solías disfrutar, ¿eh? Qué pensamiento tan maravilloso. Supongo que es algo por lo que vale la pena arriesgar la vida”.

La mirada de Bartha se volvió aún más distante cuando entrecerró los ojos.

Aunque su expresión permaneció perfectamente tranquila, en su voz pude sentir la fuerza titánica de su determinación.