Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 11

Epilogo: Confesión

“¡¿Eh?! ¡¿Había tanta gente en el borde del bosque en la ciudad buscándome todos los días?!” Le pregunté a Ai Fa mientras estábamos sentados en la casa de invitados en el asentamiento de Ruu.

Habiéndose cambiado a su atuendo habitual desde el borde del bosque, respondió: “Sí”, asintiendo con la cabeza mientras dejaba caer su largo cabello rubio.

Esto fue después de que terminé de informar sobre los últimos cinco días en la casa principal de Ruu. Ai Fa tenía muchas ganas de regresar a casa, pero Donda Ruu insistió firmemente en que nos quedáramos aquí por la noche al menos para protegernos de los nobles que intentaban vengarse.

Aparte de Darmu Ruu, que estaba ausente en ese momento, todos los miembros de la casa principal se habían reunido y estaban despiertos a pesar de lo tarde que era, incluida la abuela Jiba. Y como Rimee Ruu era demasiado joven para participar en la búsqueda, se aferró a mi lado todo el tiempo, llorando y sonriendo.

En cuanto a los miembros de las sucursales, visitaron por turnos y luego se fueron de mala gana. Incluso Dan Rutim entró irrumpiendo, y por un momento fue tan animado como un banquete.

“Mis disculpas. Mi padre Dan estaba realmente preocupado por ti, Asuta… Estaba bastante resentido de que yo no le cediera mi deber de dirigirme a la ciudad postal”, me informó Gazraan Rutim más tarde. Aparentemente Dan Rutim se había quedado en el borde del bosque junto con Jiza Ruu, donde fueron puestos a cargo de todos los clanes bajo el mando de Ruu.

“Por supuesto, más de la mitad de los miembros del clan alineados con Ruu se dirigían a la ciudad todos los días, por lo que los que se quedaron tuvieron que trabajar bastante duro”.

Los hombres Ruu estaban actualmente en un descanso del trabajo. Pero se consideró descuidado que todos se dirigieran a la ciudad postal, por lo que el grupo de búsqueda estaba compuesto por 30 hombres y mujeres cada uno. Los hombres restantes, mientras tanto, se protegieron contra un ataque enemigo mientras las mujeres realizaban su trabajo diario.

Aparentemente, también decidieron desplegarse de esa manera porque pensaron que dejar la búsqueda completamente en manos de hombres de aspecto tan intenso podría resultar problemático.

Después de todo, investigar mi paradero y las identidades de los secuestradores significaba hablar con la gente del pueblo y los guardias. Entonces, para no asustar demasiado a la gente  del pueblo y al mismo tiempo protegerse, se dividieron en parejas de un hombre y una mujer.

Quizás era obvio, pero el que ideó ese plan había sido Gazraan Rutim. Y bajo el estandarte de Donda Ruu como líder del clan, él mismo se había dirigido al frente y había corrido por la ciudad postal.

“Realmente no puedo agradecerles lo suficiente…” susurré con un torrente de emociones.

“¿Qué estás diciendo?” Ai Fa respondió secamente. “Es natural que hagamos todos nuestros esfuerzos cuando uno de los nuestros se enfrenta a tal crisis. No estás diciendo que te reprimirías si otro de nuestros camaradas tuviera la misma suerte, ¿verdad, Asuta?”

“Por supuesto no. Quiero decir, no hay forma”.

“Entonces deberías ver que no hay nada de qué preocuparte. En su lugar, siente gratitud”.

El rostro de Ai Fa estaba increíblemente tranquilo mientras se cepillaba el cabello que ahora estaba colgando.

Aun así, me resultó un poco difícil imaginarme a 60 personas del borde del bosque corriendo por la ciudad postal desde la mañana hasta la noche.

¿No causó eso realmente demasiada fricción con los guardias y la gente del pueblo?

“No fue nada serio. Nuestro objetivo para empezar era únicamente encontrar la ubicación de usted y los secuestradores sin alterar el orden en la ciudad. Al principio, los guardias nos gritaron que volviéramos al borde del bosque, pero luego Donda Ruu respondió con un rugido preguntando si podían encontrarte en ese caso. Después de eso, no escuchamos más quejas de este tipo”.

“Hmm ya veo…”

“Además, los Ruu están en medio de un período de descanso. Es tal como explicó Gazraan Rutim. Aunque había miembros de muchos otros clanes que se preocupaban por ti, necesitaban continuar con su trabajo de caza a pesar de la frustración que sentían. También estábamos cargando con sus pensamientos mientras nos dirigíamos a la ciudad postal, así que me gustaría que entendieras ese hecho también”, declaró Ai Fa, y luego dio un pequeño suspiro. “Entre ellos, fui el único en colocar mi trabajo de caza en segundo lugar. Sin embargo, afortunadamente, nadie me criticó por ese hecho”.

“Sí, entonces estoy realmente—”

“Para. No hay razón para que te disculpes. Y también, la gente del pueblo, además de los guardias, se calmó un poco una vez que pasaron dos días. Reina Ruu y los demás que siguieron haciendo negocios a su manera ciertamente tuvieron un impacto positivo”.

“Ah, ¿se las arreglaron para poner los puestos en funcionamiento el último día?”

“No, lo hicieron desde el día en que te secuestraron hasta hoy. Como no eran tan hábiles en el manejo de myamuu como tú, aparentemente solo vendían hamburguesas giba”.

Se suponía que mi contrato para los puestos terminaría hace tres días. Debieron haber logrado formar un nuevo contrato con Milano Mas y seguir vendiendo hamburguesas giba por su cuenta.

Aún más impactante, negociaron con Nail y Naudis y proporcionaron comidas a sus posadas. Pero una vez más no pudieron recrear los platos que había preparado, entonces Reina Ruu ofreció la sopa de giba con aceite de tau que se había convertido en su especialidad.

“‘Asuta definitivamente regresará. Y entonces, tenemos que hacer lo que podamos para mantener los lazos que formó en la ciudad postal’. Eso aparentemente es lo que dijo Reina Ruu. Y, por supuesto, también ayudaron con la búsqueda después de cerrar el negocio todos los días”.

“¿En serio…?”

“Con sus habilidades, eran los únicos que podían manejar esa tarea… Aunque Reina Ruu puede parecer infantil, tiene tanta fuerza escondida dentro de ella”, dijo Ai Fa pensativamente, con un brazo descansando sobre su rodilla levantada y apoyándose su mejilla. “En cualquier caso, buscamos en todo Genos excepto en la ciudad del castillo. La opinión de Gazraan Rutim había sido que si insistían en que no nos permitirían entrar a los muros del castillo, nuestra única opción era rechazarles en la cara el hecho de que esos secuestradores no se escondían en la ciudad postal, los campos o la tierra de Turan”.

“Seguro que es algo. 60 personas es mucho, pero Genos también es enorme, ¿verdad?”

“Por supuesto. Pero sabíamos cómo eran esos demonios, y tenían apariencias bastante distintivas. Y no parecía que los guardias estuvieran holgazaneando en sus trabajos tampoco, así que pudimos terminar nuestra búsqueda anoche. Con eso, pudimos afirmar con certeza que los villanos estaban dentro de la ciudad del castillo o fuera de Genos por completo”.

Cuando dijo eso, Ai Fa miró hacia abajo, como para ocultar lo que estaba sintiendo.

Eso debe haber sido involuntario. Pero en cualquier caso, sus puños cerrados también comenzaron a temblar ligeramente al recordar su frustración.

“Como dijo Gazraan Rutim, no importa cuán sospechoso pueda ser Cyclaeus, sin pruebas no teníamos más remedio que tomar esa ruta indirecta. Después de todo, también se había expresado la opinión de que se trataba de un complot de la gente del borde del bosque para pisotear las leyes de Genos. Y también que podría ser una trampa de alguien como Jeeda con rencor a cada lado para formar una brecha entre nosotros y Cyclaeus”.

Al final, resultó ser un capricho de la propia hija de Cyclaeus, Lefreya.

Nadie había podido anticipar las acciones de ese pequeño tirano. Quizás se podría decir que eran tan miopes e imprudentes que nadie podía imaginar a nadie haciendo algo tan tonto.

“En cualquier caso, por hoy el plan había sido que la mitad de nuestras fuerzas se dirigieran fuera de Genos mientras que el resto se dirigía a la ciudad del castillo. Nos hubiéramos negado a movernos hasta que los guardias nos permitieran cruzar la puerta”.

Pero entonces apareció Jeeda.

Al parecer, había esperado a lo largo del camino que conectaba el borde del bosque y la ciudad postal para entregar mi mensaje al grupo de Donda Ruu.

Con eso, la gente se dividió en opiniones de que debían entrar a la fuerza en la ciudad del castillo ahora que sabían dónde estaba, o que finalmente tenían que respetar la ley. Como estaban en medio de un debate sobre el asunto, Zasshuma se presentó para su registro regular.

“Y entonces ese noble de Polarth entró en escena, ¿eh? ¿Quién es él exactamente?”

“Sí, bueno… Ese hombre Zasshuma se refirió a usarlo como el ‘último recurso’. Kamyua Yoshu dejó instrucciones para confiar en él cuando Melfried no podía ser de ayuda”.

“¿Eh? ¿Entonces es un colaborador diferente, no relacionado con Melfried?”

“Por supuesto. Ese hombre Zasshuma parecía bastante reacio a usarlo. Pero como resultó en que regresaras a salvo, claramente fue la elección correcta”, dijo Ai Fa, y luego hizo una mueca como si estuviera un poco perdida en sus pensamientos. “Y creo que usó una palabra con la que no estaba muy familiarizado para referirse a Polarth, pero ¿qué era…?”

“Espera, eso suena muy importante, ¿puedes recordarlo?”

“Ah, lo tengo”, dijo Ai Fa, aplaudiendo de una manera que era bastante diferente a ella. “Ese hombre Zasshuma dijo, ‘Él está calculando, eso’. Calcular significa que uno a menudo está pensando en su propio beneficio, ¿no es así?”

“Sí. Y yo diría que generalmente se refiere a una obsesión codiciosa con el dinero”.

Aun así, esa palabra simplemente no parecía encajar tan bien con ese joven de aspecto inocente.

Además, ¿iría realmente un noble a buscar dinero y bienes de la gente del borde del bosque? El tipo de suma que podríamos preparar ciertamente no sería suficiente para justificar la pelea con Cyclaeus. En serio, ¿qué buscaba ese hombre?

“Monedas, ¿verdad? Ciertamente son preciosos, pero no pueden recomprar la vida de una persona. Y eso vale aún más para la vida de un camarada precioso”, dijo Ai Fa, acercándose sigilosamente a mi lado. “Eso debería ser todo lo que deseaba decirte. ¿Fue suficiente para satisfacerte?”

“Sí. Todavía hay muchas cosas que quiero saber, pero puedo esperar hasta mañana para preguntar”.

Ai Fa se detuvo ante mis ojos e inclinó la cabeza.

“¿Mañana? Exactamente, ¿qué es lo que pretendes hacer mañana, Asuta?”

“Hmm, Cyclaeus dijo que estaría ofreciendo una explicación cuando el sol alcanza su punto máximo, ¿verdad? No puedo seguir haciendo mi trabajo normal antes de escuchar los resultados de eso, pero antes que nada, al menos me gustaría disculparme con los dueños de la posada nuevamente”.

“Sí, bueno, primero tendrás que pasar eso por los líderes del clan líder. En cualquier caso, supongo que deberíamos dormirnos para poder descansar mañana. Después de todo, normalmente ya nos hubiéramos entregado hace mucho tiempo”.

Era cierto que hubo toda esa pelea después de la cena alrededor del atardecer, y luego regresamos al borde del bosque y dimos un informe detallado en la casa Ruu, y las cosas terminaron en una conmoción similar a un banquete… En este punto, tenían que haber pasado cuatro o cinco horas desde que se había puesto el sol. Realmente podría haber sido la primera vez que me quedé despierto tan tarde desde que vine a vivir al borde del bosque.

“Muy bien, vamos a dormir. Oye, Ai Fa… ”

“¿Qué pasa? Si es otra disculpa, entonces ya he escuchado suficientes de esas”, dijo Ai Fa con el ceño fruncido mientras abrazaba con fuerza mi brazo izquierdo. “Fue el guardia de Shin y Ludo Ruu quien te contrató. Entonces, si alguien falló en ese sentido, fueron ellos en lugar de usted”.

“Sí, pero prometí volver a casa sano y salvo, así que—”

“Y estás aquí sano y salvo, ¿no?” preguntó, abrazando mi brazo con más fuerza. “Está bien ahora. No me hagas hablar tanto de mis emociones. Si bajo la guardia, podría terminar mostrándote una vista indecorosa de nuevo…” Con eso, se inclinó contra la pared mientras todavía sostenía mi brazo, y luego apoyó la cabeza en mi hombro. “Bueno, entonces, vamos a dormir”.

“¿D-De esta manera?”

“Al menos por esta noche, no tengo ganas de dormir lejos de ti. Piense en ello como un castigo por preocuparme”.

“No, pero…” Traté de discutir en mi estado de desconcierto, solo para que los ojos de Ai Fa se abrieran de repente.

“Parece que hay algo de lo que debemos ocuparnos primero, aunque…”

Ai Fa agarró su espada y se levantó lentamente, la rabia y la animosidad ardían brillantemente en sus ojos.

“¿Q-Qué es? No podría ser—”

“Tenemos un visitante. No importa qué, no bajes la guardia, Asuta”.

A grandes zancadas, Ai Fa avanzó hacia la entrada, pasando junto a Gilulu, que dormía en una bola, y soltó violentamente el cerrojo. Parecía mucho más impaciente ahora que el otro día cuando apareció Jeeda.

“Me sorprende que te muestres tan descaradamente ante mí, tonto”, gritó ásperamente en la oscuridad.

Seguí apresuradamente a Ai Fa y miré por encima del hombro a nuestra visitante.

Una figura alta con una capa con capucha estaba parada allí discretamente… Esta era la primera vez que veía a Sanjura en varios días.

“Ha pasado algún tiempo, Asuta,” dijo, quitándose la capucha y revelando su largo cabello color castaño, inusual para alguien con rasgos de oriental, así como sus ojos marrón  rojizo. “Estoy seguro de  que debes estar bastante enojado. Antes de entregarme a la estación de guardia, quería venir, hablar contigo”.

“¿La estación de guardia, dices? ¿Así que te someterás a juicio por remordimiento por tus crímenes?” Ai Fa cuestionó, su voz extremadamente llena de rabia.

Mientras tanto, Sanjura la enfrentó con la misma sonrisa gentil de siempre.

“Mis crímenes… Mis disculpas, pero hay algo más precioso para mí que la ley. Y simplemente tenía que actuar de acuerdo con eso”.

“Silencio, tonto. Traicionaste la confianza y la amistad de Asuta…” Ai Fa respondió en voz baja mientras agarraba el mango de su espada. “Asuta también comparte algo de culpa por confiar tan a la ligera en un hombre como tú. Sin embargo, eso no hace que su traición sea un crimen más ligero”.

“No me importa, si decides odiarme. Pero creo que elegí el mejor camino posible. Mussel habría intentado secuestrar a Asuta, por cualquier medio necesario. Si no le hubiera prestado mi ayuda, las cosas podrían haber salido mucho peor”.

“Sanjura, ¿eres el sirviente de Cyclaeus…? ¿O quizás el de Lefreya?” Le pregunté por encima del hombro de Ai Fa mientras bloqueaba la entrada.

Con la misma sonrisa de siempre, Sanjura asintió un poco.

“Sí. Soy el sirviente de Cyclaeus. Pero el que es importante para mí, es Lefreya”.

“Ya veo… ¿Entonces realmente te acercaste a mí bajo las órdenes de Cyclaeus?”

“Sí. Me llamaron de Banarm hace diez días. Pero dado que mi brazo derecho estaba lesionado, tuve la tarea de vigilarte,” respondió Sanjura, levantando su brazo vendado. “Si no fuera por esta lesión, me hubieran dado, tareas más violentas… Por eso lo corté yo mismo”.

“¿Qué demonios? ¿Exactamente en qué estás pensando, viviendo una vida así?” Ai Fa preguntó enojado.

Sin dejar de sonreír, Sanjura respondió: “Solo pienso en Lefreya. Causé sufrimiento a Asuta, únicamente para concederle su deseo. Y por eso, me disculpo”.

“¿Pero por qué? ¿Por qué un hombre como tú sirve a alguien como Cyc—?”

“No puedo oponerme a Cyclaeus,” respondió Sanjura, con una tristeza sombría en sus ojos. “He pensado antes que él es el hombre al que más odio en este mundo. Pero no puedo hacerle nada. Así que dejé de odiarlo y decidí amar a Lefreya en su lugar”.

No tenía ni idea de lo que quería decir.

Sanjura, mientras tanto, sacudió levemente la cabeza y se subió la capucha de cuero.

“Veré el juicio, junto con Mussel. Sin embargo, no creo que vaya a perder la vida, al menos… Sin embargo, Cyclaeus seguramente habrá terminado conmigo, ahora que le he causado esta gran vergüenza. De ahora en adelante, vivo solo para Lefreya”.

“¿Qué demonios? ¡No puedo entender tus acciones en absoluto! Si odias a Cyclaeus, ¿por qué no cortar todos los lazos con él? Dejar a Genos debería ser suficiente para escapar de su alcance, ¿verdad?”

Parecía que Sanjura seguía sonriendo bajo su capucha. Esa misma sonrisa gentil que tanto me había gustado…

“Estoy seguro de que nadie me creería nunca, y el propio Cyclaeus nunca lo reconocería, pero te lo diré. Como disculpa por las cosas horribles que te hice, Asuta”. En ese punto, numerosas figuras aparecieron repentinamente alrededor de Sanjura. Pero en lugar de mirarlos, dijo en voz baja: “Soy el hijo de Cyclaeus. Aunque nuestras madres difieren, Lefreya es mi hermana menor. Por eso no puedo romper los lazos con ellos…”

“Qué…”

“Me dirigiré a la estación. Les pido que sus espadas no apunten a Lefreya. Y no tengo ninguna intención de pelear con la gente del borde del bosque. Después de todo, estoy muy encariñado con sus almas puras”.

“Un tipo como tú que nos quiere no es más que un problema…” intervino una de las figuras detrás de Sanjura, su voz temblando de rabia.

Fue Ludo Ruu.

Además, Shin Ruu y otros dos jóvenes también estaban en la oscuridad. Era todo el grupo de guardias que me había estado vigilando cinco días atrás.

“Vamos, ¿qué tal si tenemos un poco de ruido en lugar de que digas que te irás en silencio? Esta vez no puedo contener mi ira”.

“No tengo ninguna intención de pelear”.

Con eso, Sanjura sacó su espada todavía envainada y la dejó caer a los pies de Shin Ruu.

Cuando Shin Ruu lo recogió, sus ojos ardían aún más brillantes de rabia que los de Ludo Ruu.

Con un clic de su lengua, Ludo Ruu pateó el suelo.

“Te ataremos los dos brazos con una cuerda. Después de llevarte frente a mi viejo, te llevaremos a la estación en la ciudad… Asuta, Ai Fa, lo siento, pero ¿podríamos tomar prestado el carro de nuevo?”

Con eso, Ludo Ruu y compañía se fueron con Sanjura, desapareciendo de la vista.

Dando un pequeño suspiro, Ai Fa cerró la puerta de golpe.

“¿Qué pasa con ese hombre? Simplemente no puedes confiar en él”.

“Si pero…”

“No lo digas. Fue uno de tus secuestradores, lo que lo convierte en un enemigo”. Aunque la ira que ardía en sus ojos había disminuido, todavía estaban llenos de intensa emoción. “No vayas sintiendo lástima innecesaria, Asuta. Al menos por ahora, nuestro camino y el que recorrió ese hombre no se superponen en lo más mínimo”.

“Por ahora, ¿eh…?”

Entonces, ¿eso significaba que Ai Fa tenía sus propios pensamientos sobre el asunto?

En cualquier caso, estalló en otro puchero serio cuando volvió a abrazar con fuerza mi brazo izquierdo.

“¡Preocúpate por las cosas mañana! ¡Por esta noche, ya es hora de dormir!”

“¡Gyah!”

Como Ai Fa tiró excesivamente fuerte, terminamos cayendo al suelo.

Aun así, no soltó en absoluto su agarre en mi brazo. Y su cabello rubio de olor dulce se extendió salvajemente sobre mi pecho.

Podía sentir el calor y el peso de Ai Fa encima de mí. La piel de giba debajo de mi cuerpo se sentía rígida.

Mis ojos podían ver la llama parpadeante de la vela, así como las vigas de madera expuestas del techo.

Finalmente había regresado al borde del bosque… No sé cuántas veces se me había ocurrido ese pensamiento en este punto, pero lo estaba sintiendo con fuerza ahora.

“Aunque perdí a mi amado padre, ahora estoy aquí contigo, Asuta”, pronto susurró Ai Fa, la intensa emoción desapareció de su voz. “Entonces, incluso si tiene un padre detestable, mientras tenga una hermana a la que ama, entonces no es tan desafortunado después de todo…” agregó en voz baja, cerrando los ojos.

Y luego una voz tan débil que ni siquiera estaba segura de estar realmente escuchándola susurró: “La gente necesita a alguien a quien puedan sentirse cerca… Mientras tengas eso, puedes seguir viviendo con determinación, sin importar la adversidad puedes enfrentarlo.”

“Sí”, respondí en voz baja.

Incapaz de contener el impulso de hacerlo, palmeé mi mano sobre la cabeza de Ai Fa.

Con un suspiro de satisfacción de su nariz, apoyó la cabeza contra mi pecho.

Y así, estos largos, largos cinco días finalmente llegaron a su fin.