Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 2

Capitulo 3: El General Demonio Rajas

Parte 6

La idea de que luchar contra todos ellos iba a ser puesta sobre los hombros de solo unos pocos héroes convocados era simplemente irrazonable. Eso se aplicaba a Suimei, quien había sido convocado aquí también, pero más que por él mismo, estaba preocupado por Reiji y Mizuki, quienes en realidad habían aceptado el trabajo.

“Cuando luché contra Rajas en ese entonces, no podía hacer nada ante su poder. Nuestra unidad fue derrotada, y después de eso, esa demonio femenina… ”

“¿Mujer… demonio? ¿Paso algo?”

“No, es nada. Pero… es probable que el objetivo de Noshias sea más importante que solo su ubicación en la frontera”.

Esa fue probablemente su razón para decir que los demonios habían atravesado territorio humano para perseguirla. Y Suimei tenía una pista de lo que buscaban.

“¿La telesma?”

“¿Telesma?”

“Ah, lo siento, me refiero a tu poder. De donde vengo, así es como lo llamamos. ‘Telesma’.”

“¿Hay gente que tiene el poder como el mío incluso en el este?”

“No, nadie tiene un poder como el tuyo, pero bueno… Teníamos algo lo suficientemente cercano como para tener un nombre”.

Suimei inclinó la cabeza hacia un lado como si él mismo no estuviera seguro de lo que estaba diciendo. Eso pareció confundir a Lefille aún más, e inclinó la cabeza también con una expresión de desconcierto. Era natural. Es probable que en este mundo, la definición de telesma fuera diferente a la del mundo de Suimei.

Aquí no tenían la influencia de la naturaleza y la ciencia que empujaba contra lo místico, y ni siquiera tenían el conocimiento adquirido en diversos estudios de magia. Posiblemente no podrían tener mucha información sobre telesma, y ciertamente no estaban familiarizados con los detalles.

Lefille pasó un rato tratando de captar el significado de Suimei, pero salió con las manos vacías.

“No conozco esa palabra, pero es como tú dices. Lo llamamos el poder de los espíritus. En nuestro país, se dice que es un poder que se usó para oponerse a los demonios en épocas pasadas”.

“Ahora que lo mencionas, dijiste que tus técnicas de espada eran algo transmitido de generación en generación. ¿Es lo mismo?”

“Si. Mis antepasados nacieron de una mezcla de humanos y espíritus. Para que los humanos tuvieran una forma de enfrentarse a los demonios, parece que fue algo arreglado por la Diosa Alshuna. Mis técnicas de espada también nacieron en esa época, y parece que hace mucho tiempo, esta espada y poder también ayudaron a un héroe convocado”.

“¿Un héroe? ¿Qué, en serio?”

Al escuchar esa palabra inesperada de Lefille, Suimei murmuró en voz baja para sí mismo. No creía que los antepasados de Lefille hubieran ayudado a un héroe convocado en el pasado.

Ahora su descendiente viajaba junto con alguien que se había negado a acompañar al héroe. Ese fue un karma verdaderamente irónico. Lefille luego hizo una expresión de dolor y soledad mientras continuaba hablando.

“También quería usar este poder para proteger a las personas. Para salvarlos, eso es lo que pensé, pero al final, eso fue solo un sueño fuera de su alcance. Y ahora… aquí estoy”.

Mientras hablaba, Lefille miró abatida hacia abajo. Se había escapado de su tierra natal, se había convertido en una aventurera, había sido despreciada por calumnias sin fundamento y finalmente se había visto obligada al exilio y al aislamiento. Seguramente eso solo la hizo sentir aún más indefensa.

Tenía el rostro de una mujer a la que le habían aplastado sus sueños bajo el cruel peso de la realidad. Suimei podía verlo. Tenía el deseo de proteger a la gente. Ese era su puro y sincero deseo. Su deseo puro y sincero que fue negado injustamente por la malicia de los demás. Su rostro lo decía todo. Que había sufrido por todo y no se podía hacer nada al respecto. Se sentía como si la estuvieran castigando.

“Oye, Lefille, ¿qué son los demonios?”

“¿Esas cosas? Honestamente hablando, realmente no me conozco. Pero parece que nadie en todo el mundo lo sabe con gran detalle. Hay historias y cosas que se han transmitido, pero no es que haya formas de aprender sobre los demonios”.

“¿Y qué pasa con lo poco que se transmitió?”

“Hace mucho tiempo, estaba el Dios Maligno que peleó con Alshuna … del que hablamos antes … Ese Dios Maligno aparentemente se jactaba de un poder enorme, y al final, fue vencido ante Alshuna, los Elementos y los espíritus, y fue conducido al valle entre los mundos”.

Suimei asintió mientras pensaba. Durante la primera parte de su viaje, Lefille había hablado de estas cosas. Sobre todo recordaba lo que había dicho.

Y cuando ella habló sobre el valle entre mundos, asumió que probablemente se refería al espacio entre este mundo y el que está fuera de él, o en resumen, el pequeño espacio en los cielos llamado plano astral.

“Los demonios parecen ser siervos del Dios Maligno. Reciben protección divina de ella y buscan llenar el mundo con nada más que caos y muerte”.

El caos fue una gran manera de decirlo. Pero solo por el hecho de que fueron influenciados por un Dios Maligno, parecía obvio que la escala de sus asuntos era bastante grande. Quizás no eran muy diferentes de los adoradores del diablo. En ese caso…

“Dijiste protección divina, entonces, ¿la fuente de su poder es este Dios Maligno?”

“Sí, ahora que lo mencionas, creo que hay una teoría sobre algo así. Aunque realmente no lo recuerdo…”

“Hmph…”

“¿Qué pasa? Suimei-kun. ”

“¿Hmm? Nada. Solo estoy alimentando mi propia teoría sobre lo que realmente son los demonios”.

“¿Oh? ¿Una teoría? Suena interesante.”

“¿Quieres oírlo?”

“Has despertado mi curiosidad”.

Eso dijo, pero se rio al pensar en lo en serio que se estaba tomando esto. Pero al mismo tiempo, pensó que era encomiable. Ella esperaba escuchar algo interesante, pero en realidad no parecía esperar que él pudiera averiguar nada.

“Bien. Bueno, para empezar, tendré que seguir con este asunto del Dios Maligno…”

Suimei pensaba en los demonios y ángeles de su mundo cuando pensaba en   los   espíritus,   pero   fundamentalmente,   los   espíritus   eran   solo invenciones del plano astral que transmitían poderes, similares a los dioses. Se les dio nombres cuando fueron convocados, y solo entonces se manifestaron realmente como demonios y cosas por el estilo.

En los otros mundos, los espíritus eran generalmente una especie de existencias vagas con poder, pero sin forma o figura real. Pero los dioses, incluidos los dioses de este mundo, probablemente eran de un orden superior a los espíritus.

No eran existencias vagas o abstractas como espíritus, sino seres genuinos con una clara direccionalidad en su voluntad e inmenso poder. En otras palabras, la existencia conocida como el Dios Maligno sería―

“El Dios Maligno en el valle entre los mundos, en otras palabras, el plano astral, desea llenar este mundo de caos. Incluso ahora, está atento a la oportunidad de hacerlo desde el plano astral. Sin embargo, dado que su existencia está anclada allí, a diferencia de cuando se peleó con tu diosa hace mucho tiempo, no puede interferir directamente con este mundo. Por eso, en su lugar, los demonios que actúan como sus sirvientes se mueven por su voluntad. Se les prestó poder por su fe y ahora están tratando de llevar al mundo al caos”.

“Eh…”

“Bueno, es un pequeño cliché, pero por lo que he oído, probablemente sea algo así. Basado en esa historia, parece que están tratando de arruinar el mundo en lugar de recuperarlo, pero―Ups.”

Suimei no estaba seguro de si eso se aplicaba a todos los demonios, así que en el momento en que lo mencionó, se dio cuenta de que estaba empezando a descarrilarse y volvió a encarrilarse.

“Bueno, basta de detalles detrás de esto. Esos demonios que actúan como títeres son… Veamos. Comencemos con sus especificaciones… La fuerza física de sus cuerpos es sobrehumana, por lo que son seres que han seguido un camino evolutivo diferente, o tal vez ese Dios Maligno o lo que sea que los diseñó para que fueran de esa manera. No tengo suficiente para decir de una forma u otra, pero esa es la impresión que tengo”.

“Esa es de hecho una teoría interesante”.

“Gracias. De todos modos, ya que mencionaste la protección divina, supongo que una gran parte del poder que usan proviene de este tipo del Dios Maligno. Eso es lo que es ese aura de tono negro que brota de ellos”.

“… ¿No es solo un poder característico de los demonios?”

“Eso es lo que parece, pero ese no es un tipo de poder que los seres vivos deberían tener normalmente. Existe una especie de ley que estipula que el poder que inherentemente se opone al mundo no ocurre naturalmente dentro del mundo. Pensando en ello prácticamente, nadie crearía conscientemente algo que se autodestruyera, ¿verdad? Los mundos son de la misma manera. Así es como sabes que un poder como ese no es natural, por así decirlo. Eso significa que no podrían tenerlo a menos que lo obtuvieran de otro lugar, y ese otro lugar es…”

“El Dios Maligno, ¿eh?”

“En una palabra. El mismo hecho de que los demonios usen ese poder prueba la existencia del  Dios Maligno. Sin embargo, es una historia bastante aburrida”.

Al final, los demonios fueron una consecuencia del Dios Maligno. Esa fue la parte más problemática.

“Y entonces Alshuna o lo que sea es una existencia que contrarresta al Dios Maligno, por lo que es probable que tenga sus raíces en la fe de los humanos y semi-humanos de este mundo, lo que la marca como enemiga de los demonios”.

Cuando Suimei puso fin a su explicación, Lefille entrecerró los ojos como si estuviera examinando los detalles de lo que dijo. Parecía estar en medio de ordenar sus pensamientos. Finalmente, Suimei preguntó con calma sus pensamientos.

“¿Qué tal eso? ¿Crees que es una teoría sólida?”

“Ciertamente. Parece razonable. Es la primera vez que escucho de algo que toque la fuente de los poderes de los demonios. Basado en lo que dijiste y pensando en lo que he escuchado, parece bastante plausible”.

“Bastante bien, ¿eh?”

“Sorprendente, ciertamente. Hay bastante en qué pensar. Eres increíble, Suimei-kun”.

Cuando Lefille asintió demasiado serio como si estuviera admirando su obra cerebral, Suimei agregó una explicación complementaria.

“Por cierto, creo que la razón por la que los humanos pueden luchar contra los demonios es por la protección divina de Alshuna, tú lo excluiste. Es la razón por la que incluso los chicos normales tienen el poder de oponerse a ellos. Los Elementos también entran en la categoría de cosas que se oponen al Dios Maligno, por lo que la magia de los magos también es efectiva”.

Por eso, incluso los ataques físicos regulares podían lastimarlos. Debido a que la gente de este mundo tenía su forma de vida ligada a la fe, ese poder moraba naturalmente dentro de ellos.

Y además de eso, los magos de este mundo convocaron el poder de los Elementos que estaban fuertemente conectados con Alshuna y los espíritus, lo que les dio un poder efectivo adicional contra los demonios.

En cualquier caso, esa era la teoría de Suimei.

Debido a que los demonios tenían protección divina de su Dios Maligno, fundamentalmente, solo la magia de este mundo que se oponía a tal cosa realmente funcionaría en su contra. Sin embargo, mientras el Dios Maligno residiera en el plano astral, terminaría en la misma categoría que los dioses y demonios del plano astral.

En consecuencia, los demonios eran una línea de sangre de existencias malignas, y la magia también sería efectiva contra ellos. Y justo cuando Suimei estaba pensando esto para sí mismo…

“Suimei-kun.”

“¿Hmm? ¿Qué pasa?”

“¿Quién eres tú?”

Fue una pregunta honesta. En lugar de sospechar de su identidad, Lefille parecía sentir genuina curiosidad por saber quién era. Y en respuesta a eso, Suimei respondió sin rodeos.

“Me pregunto. Mejor aún, ¿no es hora de que busquemos un lugar para descansar?”

“… Tienes razón, sí. Vamos a hacer eso.”

Cuando el bosque comenzó a oscurecerse, Lefille miró hacia el cielo nublado que comenzaba a tornarse azul profundo y estuvo de acuerdo.

Suimei pensó por un momento que la vio encogerse de hombros con decepción por el rabillo del ojo. Y así, ahora con Lefille a su lado, Suimei una vez más comenzó a caminar por el bosque.

***

Más tarde esa noche, después de reunirse con Lefille, mientras se entregaba alegremente al aire fresco de la noche, Suimei estaba mirando el cielo estrellado de este extraño mundo solo desde una pared rocosa con una buena vista.

“Y es así…”

Extendiéndose ante un telón de fondo de violeta intenso mezclado con oscuridad, había un hermoso cielo estrellado. Era algo que nunca podría ver en su mundo moderno y contaminado. Y mientras admiraba la vista, Suimei estaba midiendo direcciones precisas usando adivinación de estrellas.

Suimei no sabía nada sobre las constelaciones de este mundo, pero después de haber pasado varios días aquí y haber mirado el cielo nocturno varias veces, al menos tenía una comprensión general de la posición de la luna y las estrellas. Había llegado al punto en que podía calcular su dirección básica sin ningún problema. Sin embargo…

Incluso si puedo usarlo, solo se trata de esto, ¿eh?

Cuanto más tiempo permanecía en este mundo, más dolores de cabeza encontraba. A pesar de lo que había logrado reunir por su cuenta, la adivinación de estrellas que Suimei podía realizar actualmente aquí era limitada.

Ciertamente podía identificar el espectro de las estrellas, en otras palabras, la luz que proyectaban las estrellas. De eso pudo inferir más o menos las categorías mágicas bajo las cuales caían las estrellas y qué atributos tenían, y eso hizo posible hasta cierto punto el uso de la magia.

Pero cuando se trataba de la adivinación estelar clásica, la adivinación y la aplicación más eficaz de la magia usando el poder de las estrellas, porque no podía hacer uso de los nombres de las estrellas o sus significados relacionados, y porque no podía ‘ Para corroborar la influencia de las constelaciones, no pudo manifestar todo su potencial en este mundo.

Para traer un ejemplo, Enth Astrarle sería un buen caso. De vuelta en su propio mundo, siempre que el tiempo y las condiciones se alinearan, era una magia de la que se jactaba de tener un poder destructivo diabólico.

Pero en este mundo, ni siquiera podría blandir la mitad de su máximo potencial. Y sabiendo que uno de los hechizos más poderosos en los que confiaba en la batalla se redujo a un estado tan humilde, Suimei no pudo evitar el suspiro abatido que escapó de sus labios.

Después de hablar de demonios con Lefille, había comenzado a oscurecer mientras se adentraban más en el bosque para buscar un lugar para acampar.

Se cruzaron con una manada de lobos, pero evitaron toparse con monstruos y lograron encontrar un abrevadero y una cueva que parecía lo suficientemente adecuada para evitar el rocío de la noche.

Para entonces, el sol de la tarde ya se había desvanecido a medias, y el manto del crepúsculo se arrastraba constantemente por el cielo sobre sus hombros derechos. Así que cuando cayó la noche, rápidamente terminaron de hacer el campamento y prepararon una comida. Después de comer, Lefille se había retirado y Suimei había salido a mirar las estrellas, lo que nos lleva al presente.

Mirando hacia el cielo estrellado, Suimei reflexionó sobre lo que le esperaba. Seguir su corazón y saltar a esto estaba bien, pero no sabía qué hacer a continuación. Con las cosas como estaban, parecía que estaba en otra batalla con el demonio llamado Rajas en el futuro.

“Ese tipo dijo que iba a traer amigos la próxima vez…”

Suimei midió sus pensamientos mientras recordaba al demonio general al que se había enfrentado esa tarde. Rajas le había dicho a Lefille que traería a sus subordinados.

Suimei no pensó que se presentaría con un ejército equivalente al del que había hablado Lefille, pero parecía que estaban planeando algún tipo de movimiento militar. Suimei tenía que estar preparado para enfrentar algo en esa escala.

Por eso lamentó mucho el hecho de que no podía utilizar completamente Enth Astrarle.

Era cierto que sólo determinadas magias eran efectivas contra los demonios, pero como había aprendido con la llama de Ashurbanipal, los hechizos funcionarían siempre que su poder destructivo superara el aura oscura que poseían los demonios. Podía más o menos abrumarlos con fuerza bruta mágica.

Así que no poder usar la máxima fuerza destructiva de su magia destinada a exterminar a los enemigos desplegados en un área amplia fue una desventaja desafortunada. Y cuando Suimei  dejó escapar un gran suspiro por los problemas que vendrían…

“¿Hmm? ¿Lefille?”

Ella había salido de la cueva sin que él se diera cuenta, pero alcanzó a vislumbrar su delicada figura mientras se alejaba. Parecía estar vestida solo con su traje de caballero y no con su armadura.

¿Qué estaba haciendo ella? Sus pasos parecían inestables y temblorosos. Como si estuviera siendo arrollada por un hilo, se internó más en el bosque.

¿Adónde iba tan tarde en la noche sin siquiera llevar su arma? Después de la cena, ella dijo que estaba un poco cansada y se adelantó a Suimei para descansar un poco. Entre la batalla con los demonios, el incidente con el cuerpo de comercio y su encuentro con los lobos, su fatiga probablemente la había alcanzado. Entonces, ¿qué diablos estaba haciendo ahora?

“Si mal no recuerdo, ese camino es…”

Lefille se dirigía en dirección al abrevadero: una pequeña cascada y un arroyo. Pero ya habían traído toda el agua que podían necesitar a la cueva, por lo que no debería haber ninguna razón para que ella se saliera de su camino para volver allí.

“…”

Una mala premonición recorrió la espalda de Suimei en forma de un escalofrío, y trató de frotar la desagradable sensación de la parte posterior de su cuello mientras reflexionaba sobre lo que vendría.

Había algo en la forma en que caminaba Lefille. Ella estaba inestable; no era normal. Además, iba desarmada al bosque. Definitivamente algo estaba pasando.

Y en ese caso, seguramente lo mejor sería ir tras ella.

Con ese pensamiento, Suimei saltó de la pared de la roca y siguió a Lefille, que se estaba abriendo camino hacia lo más profundo del bosque. Cortando los matorrales y pasando entre los árboles, llegó al abrevadero en poco tiempo. Cuando salió de la línea de árboles, su pie cayó sobre algo hecho de tela y rápidamente resbaló sobre él.

“Ups… ¿Qué es esto?”

Sin previo aviso, estaba a punto de estrellarse el trasero contra el suelo justo como cuando lo convocaron por primera vez a este mundo. Afortunadamente, sin embargo, se las arregló para contenerse en el último momento. Después de enderezarse, miró hacia abajo para ver en qué se había puesto. Se agachó, lo recogió con ambas manos y lo miró detenidamente.

“¡¿Huh—?!”

Suimei, sin saberlo, soltó un grito de sorpresa y su mente desconcertada se quedó un poco en blanco. Con lo que solo podría describirse como una mirada tonta en su rostro, miró confundido el objeto que estaba sosteniendo.

Sin duda era una prenda. No solo eso, era uno que Suimei había estado viendo con bastante frecuencia últimamente. De hecho, era el mismo traje de caballero que Suimei había visto usar a Lefille desde la cima de la roca.

“H-H-Hey, espera un segundo. Esto es…”

La razón por la que Suimei no pudo ni siquiera hablar correctamente fue la vista que se extendió ante él.

Su desconcierto y pánico fueron acelerados por su mente nerviosa, y todo lo que pudo hacer fue tartamudear para sí mismo. Había tropezado con la ropa desechada de una mujer con la que estaba cerca.

Eso solo fue suficiente para poner nervioso a casi cualquier hombre, pero cuando Suimei miró a su alrededor, su ropa interior también estaba en el suelo cerca. Eso solo puede significar una cosa.

“Ella no lleva ropa. Eso significa…”

Suimei, estupefacto, lo armó lentamente. La ropa de una chica en el suelo + su ropa interior = no. Y mientras trabajaba en las matemáticas del diablo en su cabeza, su mirada vagó hacia la orilla del agua como si fuera atraída por una fuerza invisible. Allí, sus ojos se posaron en el cuerpo desnudo de Lefille.

¡A-AAAAAAAAAAAH!

Una bomba llamada timidez estalló en el corazón de Suimei mientras gritaba internamente. Pero ¿qué pasa con la terrible premonición que había tenido antes? ¿Fue solo una sensación extraña en la parte posterior de su cuello? ¿Por qué había pensado que esto era algo horrible? Lamentando seguir su corazonada, la mente acelerada de Suimei se llenó de preguntas.

Incluso si se trataba de un simple malentendido, parecía que era un completo voyeur mirando a una chica que se bañaba. Si alguien lo viera aquí, no podría escapar o incluso discutir con ser etiquetado como un pervertido. Y más importante…

“¡No, espera, no mires, Suimei! ¡No puedes! En realidad, quiero mirar un poco… ¡Pero no! ¡Olvida ese impulso! ¡Olvídalo! Olvida todo lo que viste y vuelve―”

Mientras se ponía rojo brillante, Suimei hizo todo lo posible para negar algo dentro de sí mismo. Su mente estaba en tal caos que cualquier habilidad que tuviera para pensar con calma se había ido. Ni siquiera podía pensar en echar un buen vistazo o grabar la imagen en su mente.

Su cerebro estaba completamente dedicado a la magia y no tenía idea de cómo manejar una situación como esta. Su personalidad fundamentalmente seria se apoderó de él, declarando la guerra a pensamientos como “son grandes”, “está apretado”, “eso es bonito” o “qué figura”. Todos eran sus enemigos, y mientras los derribaba uno por uno, escuchó algo extraño.

“Ah, ah … Mmm, ah …”

“¿Eh …?”

El débil y fugaz sonido de una respiración dificultosa flotaba en el aire. Sin pensar en las consecuencias, Suimei dejó escapar una exclamación confusa.

Esa voz sin palabras que acababa de escuchar… ¿no sonaba como si estuviera gritando angustiada? Sonaba como un jadeo o un gemido. Era la voz ronca de una mujer angustiada. Sonaba como si estuviera sufriendo una fiebre insoportable. ¿Significaba eso que esto no era solo un simple baño?

Atraído por el sonido de su voz, Suimei miró una vez más hacia Lefille. Estaba tendida sobre una roca a la orilla del agua. Mirando de cerca, la luz desapareció de sus ojos.

En lugar de tomar un baño, parecía que estaba sufriendo. ¿Y los gemidos? ¿Qué angustia estaba causando que ella dejara escapar tales jadeos? Los ojos de Suimei se sintieron atraídos por una causa: una cresta malvada había sido grabada en su abdomen como si violara su cuerpo.

“Ah…”

Suimei sin querer jadeó un poco cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando. Su voz, sus brazos extendidos frente a él, sus ojos y su corazón tímido se hundieron.

Una maldición. Tan pronto como esa palabra pasó por la mente de Suimei, el nerviosismo que se había apoderado de él se aclaró en un instante.

¿Pero por qué…? ¿Por qué aquí también hay una mujer que sufre una maldición?

Mientras las preguntas se arremolinaban en su cabeza, su corazón temblaba ante emociones impotentes como la desesperación y la lástima.

De hecho, esto fue obra de una maldición.

Era la primera vez que veía uno como este, pero no había duda. La cresta del abdomen de Lefille, las curvas de color rojo oscuro talladas unas sobre otras que violaban su hermosa piel blanca, eran prueba de ello. Fue una maldición de otro mundo.

La cresta emitió débilmente un maná lúgubre cuando el jadeo y la agonía de Lefille se hicieron más fuertes. Su cuerpo se retorcía obscenamente, probablemente debido al calor abrasador de la fiebre provocada por esa vil cresta. ¿Quién había lanzado tal maldición sobre esta chica? ¿Y por qué?

“Tch…”

Lo que salió de la boca de Suimei fue una expresión de amargura incomparable. Conocía demasiado bien las maldiciones y los malditos.

Una vez le había suplicado alguien que deseaba ver derrotada esa maldición. Hubo una mujer que sufrió una maldición tan grave que la llevó a la ruina.

Por eso Suimei no podía soportarlos. Odiaba la mera idea de su existencia. Algo así no se puede perdonar. Un dolor tan irracional no debería permitirse en el mundo.

Y era por eso que el sufrimiento de la chica ante él desgarraba su corazón como si le estuviera pasando a él. Esos movimientos obscenos eran insoportables, sin importar lo que se hiciera a cambio de ellos.

Su dolor desbordó su corazón.

Esta noble chica fue presa de una terrible maldición y se vio obligada a consolarse, dejando a Suimei afligida por una indescriptible compasión por ella. Ardiendo con una fiebre ingobernable, dejó a un lado su propia dignidad y deseos y se vio obligada a realizar acciones tan vergonzosas. Si esto no fue un dolor abyecto, entonces, ¿qué fue?

¿Por qué las maldiciones solo mancillan a quienes intentan vivir honestamente? ¿Por qué solo aterrorizaron a las mujeres? ¿Por qué se deleitaban tan morbosamente bebiendo sus lágrimas?

La rabia y la lástima que burbujeaban dentro de Suimei lo llevaron a la acción. Se acercó a la chica sufriente.

“Lefille”.

Mientras jadeaba de angustia, Suimei la llamó y suavemente puso su mano sobre su hombro. Con eso, Lefille pareció recuperar una pizca de cordura. Ella lo miró con ojos nublados.

“Hngh, ¿hmm…?”

Su rostro sonrojado lo miró con sospecha. “Ah…”

Y luego pareció haber un momento de realización. Alguien la había llamado, pero no se consoló al reconocer al hombre que la miraba con ojos compasivos. Cayó en una desesperación inarticulada, su rostro se contorsionó en un desastre desordenado. ¿Por qué estaba él aquí? ¿Por qué tenía que verlo? Ella no quería ser vista así en absoluto, y mucho menos por él. Su expresión de dolor lo decía todo.

Sin embargo, incluso cuando se dio cuenta de que había alguien más presente, su cuerpo no se detuvo. Era como si estuviera siendo movido por un poder al que no podía oponerse. Como si la maldición le diera mente propia. Contra su voluntad, comenzó a frotarse contra la roca fría.

“Ah, hngh … Mmm, ah … No …”

Esos movimientos hechizantes eran la forma en que su cuerpo trataba de encontrar alivio del terrible calor que lo asaltaba.

“No… Por favor, no mires… Por favor…”

Su voz, ya débil por el sufrimiento de la fiebre, sonaba como si simplemente se desvaneciera en el aire. Pero ese grito silencioso para que él no mirara su vergonzosa figura fue un grito desde lo más profundo de su dolorido corazón.