Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 20

Capítulo 8: Adoración hacia los Héroes

 

“¿¡Qué!?” exclamé inmediatamente de la sorpresa, mirando hacia el otro Héroe del Escudo. Tal como Raphtalia había dicho, eso también me parecía imposible… pero que pudiéramos usar parcialmente los métodos de incremento de poder, que los niveles no se hubieran reiniciados incluso después de ser teletransportados, los monstruos que se creían extintos, y que Fohl y Melty reconocieran el paisaje—todos estos misterios repentinamente parecían tener mucho más sentido.

“¿Qué sucede?” preguntó Mamoru.

“Tú eres Mamoru Shirono, ¿correcto? ¿Del Japón moderno?” confirmé con él. “Sí, es decir, supongo que es moderno…” respondió él.


“Entonces tal vez puedas entender esto. Parece altamente probable que nosotros seamos de muy lejos en tu futuro, y que terminamos envueltos en una trampa que nos envió de vuelta al pasado,” expliqué.

“En otras palabras…” reflexionó él.

“Así es. Desde mi perspectiva, tú eres uno de los Héroes del Escudo que fueron invocados antes que yo, y que enfrentaron las olas hace mucho tiempo en mi pasado,” dije. Ante esta revelación, Mamoru miró hacia nosotros con desconcierto en su rostro.

“¿Del futuro?” Él ladeó su cabeza. “Aun así, en vista de que ya sabemos que ser invocado a mundos diferentes es posible, viajar en el tiempo…”

“No es tan descabellado, ¿cierto?” dije. Estaba feliz de que él entendiera tan rápido, pero todos los demás aún parecían estarlo procesando. Todos se estaban mirando entre sí, ladeando sus cabezas y preguntándose de qué estábamos hablando. Me hacía preguntarme cómo habíamos llegado a esto.


La ocurrencia de olas que fusionaban mundos también estaba enviando personas al pasado. Esta clase de tonterías temporales podían terminar muy mal.

“En fin, ¿podemos probarlo de manera concluyente?” preguntó Mamoru.

“Buena pregunta. Tal vez si podemos predecir algunos de los eventos futuros para ti, como en alguna clase de película… pero en nuestra época toda clase de documentos históricos han sido destruidos o han desaparecido. Tú no eres más que un personaje de cuentos, así que no podemos decirte nada aparte de los eventos más importantes,” expliqué. Este sería el momento de hablar con alguien que supiera mucho acerca de las leyendas de los cuatro héroes, pero gracias a aquel que se hace llamar Dios, era difícil saber si estas cosas eran hechos o solo ficción.

“Lo que podemos decirte es que, si tú eres el Héroe del Escudo de nuestro pasado, eventualmente fundarás una nación de semi-humanos llamada Siltvelt,” le revelé.

“Siltvelt…” dijo él.

“La única forma que tenemos de ganarnos tu confianza es compartiendo contigo lo que sea que sepamos,” dije.

“Muy bien,” accedió finalmente Mamoru. “Si ustedes no quieren luchar contra nosotros, nosotros tampoco tenemos la necesidad de hacerlo. Expliquen lo que puedan.” Él se detuvo. “Pero una cosa. Si ustedes realmente son del futuro, ¿no hay una posibilidad de que venir aquí cambie el mundo al que regresarán?”

“Ese es el asunto. Si todo lo que estamos haciendo ya es parte de nuestro pasado, incluyendo el hecho de venir aquí, entonces podemos hacer lo que queramos,” dije. La otra alternativa era ser capaces de hacer cosas como salvar personas que deberían haber muerto para hacer de nuestro futuro un mejor lugar. En cualquier situación, no íbamos a llegar a ninguna parte sin más información.

“Dime algo, predecesor (PC),” dije.

“¿Puedes no darme extraños apodos?” destacó él.

“No te preocupes. Una vez que confirmemos la verdad, removeré el (PC). Solo necesito que entiendas que, si usas la violencia, tratas de engañarnos o ponernos una trampa, o nos atacas por cualquier razón, no nos vamos a contener contigo,” le advertí. Tenía que mantenerme en alerta, pero las peleas no iban a resolver nada.

Necesitábamos descubrir la verdad de nuestra situación—y la única forma de hacerlo era hablar con estos sujetos y los demás en su aldea. “Recuerda que yo también soy un Héroe del Escudo, lo cual significa que sé dónde golpearte. Intenta algo y te lo devolveré diez veces más fuerte.”

“Sí que eres desconfiado,” respondió Mamoru.

“Bueno, tengo pensado enviar más que mis huesos de vuelta al futuro. He encontrado a muchas personas problemáticas en cada mundo que he visitado,” le dije.

“Lamento eso…” dijo Ren, bajando su cabeza. ¡No había tenido la intención de restregárselo en la cara! “Me dejé llevar demasiado como para ser de ayuda,” dijo él.

“Ren, esto no se trata de ti. Mantente fuera de esto,” le dije. Cuando él escuchó todo esto, una extraña mirada apareció en el rostro de Mamoru.

“Entiendo a qué te refieres,” admitió eventualmente él, asintiendo. Parecía ser que él había experimentado los mismos problemas. “Existen personas que quieren usar a los héroes para su propio beneficio o que quieren—como dices—engañarnos o tendernos trampas. Incluso los propios héroes no siempre toman las decisiones correctas.”

“¿Te has dado cuenta de que hay personas interfiriendo con las olas?” pregunté. Mamoru asintió. Ellos incluso en esta era lo entendían, y aun así esa información no había llegado al futuro. La Vanguardia de las Olas había estado haciendo muy bien su trabajo.

“Terminé envuelto en toda clase de problemas cuando fui invocado. Hay personas desagradables en todas partes,” dijo Mamoru. Desde mi perspectiva, todo el sistema se fue a la basura en el momento en que comenzaron a depender de las personas invocadas de otros mundos. Pero no quería que me saliera el tiro por la culata, así que me guardé esa opinión.

En fin, para entender mejor la situación, decidimos llevar a Mamoru y su grupo hacia nuestra aldea.

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***

 

 

“Definitivamente aquí no había una aldea antes,” dijo Mamoru, asintiendo mientras miraba a su alrededor. La línea límite que delimitaba toda la aldea era una prueba clara de que nosotros éramos los intrusos.

“Naofumi, bienvenido,” dijo Melty.

“¡Nii-san, todos! ¡Han regresado!” dijo Fohl, ambos viéndonos y corriendo hacia nosotros. Entonces vieron a Mamoru y sus aliados. Ellos miraron hacia mí con miradas de pregunta en sus rostros.

“Esas armas… si tenemos razón acerca de todo, él es el Héroe de los Guanteletes del futuro, ¿cierto?” preguntó Mamoru.

“Si es que tenemos razón,” confirmé.

“Nii-san, ¿quiénes son estas personas?” preguntó Fohl.

“La respuesta a eso es complicada,” dije. Procedí a presentar a Melty, Fohl, y todos los demás en la aldea a Mamoru y los otros, y después expliqué que tal vez habíamos sido enviados al pasado. “¿Alguien aquí sabe mucho acerca de las leyendas del Héroe del Escudo?” pregunté. “Eso podría darnos más pistas.”

“Hay mucho que solo se considera un cuento de hadas. Sin embargo…” Melty me hizo señas de que quería una discusión más privada. Susurrar entre nosotros podría crear una mala impresión en nuestros nuevos amigos, pero no podíamos preocuparnos por eso.

“De seguro hay algunos monstruos extraños en el futuro,” dijo Mamoru. “Raph,” dijo un monstruo de la especie Raph.

“¿Quiénes son ellos?” preguntó un filorial mientras Mamoru y sus aliados miraban hacia ellos. Él estaba junto a muchos semi-humanos, así que tal vez era un amante de los animales. Esta parecía la oportunidad perfecta para intercambiar algunas palabras con Melty.

“¿Qué es lo que quieres? ¿Algo que no puedes decir frente a ellos?” pregunté.

“Sé algo de los Héroes del Escudo invocados para luchar contra las olas antes que tú, Naofumi. Mi madre me contó mucho al respecto. Si ella estuviera con vida, estoy segura de que le habría gustado mucho ver esto,” dijo ella. Esto sonaba prometedor. Su madre había sido una amante de la historia. De tal reina, tal princesa.

“Hay numerosas historias que hablan del héroe más adorado en la creación de Siltvelt—acerca de cómo él le enseñó a los semi- humanos a luchar por su cuenta.”

“Si eso es verdad, significa que nos hemos encontrado con una verdadera celebridad,” dije. Nada estaba confirmado todavía. Ni siquiera estaba seguro de si seríamos capaces de probarlo. ¡Sin embargo, agregando eso a lo que Raphtalia dijo, este tipo sí que era querido!

“Naofumi, hay algo más que es mejor que sepas. Donde hay luz, también hay sombras. En Melromarc, el cual es el enemigo de Siltvelt, él era el más odiado de los Demonios del Escudo… el héroe conocido como el Rey Demonio,” continuó Melty.

Así era como me llamaban los tipos que me odiaban—tipos como los miembros de la Iglesia de los Tres Héroes. Y Armadura, el tipo que Itsuki había capturado y traído de regreso también me había llamado así.

“El Rey Demonio del Escudo, ¿eh?” dije. No había mucho que pudiera hacer al respecto ahora. Se resumía en la diferencia en el entendimiento de la justicia y el mal, ese importante tema del que Itsuki y Rishia siempre se preocupaban tanto.

Cuál lado estaba en lo correcto podía depender de los valores de la época—y el lado que escogieras convertía al otro lado en tu enemigo. Estos eran la clase de problemas que siempre surgían cuando te involucrabas con la autoridad.

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“Hay algo más que dijo madre. Si buscas a través de las leyendas de héroes de nuestro mundo en los países anteriores a Melromarc, el Héroe del Escudo aparece de repente en algún punto. Eso sugiere que él no existía hasta ese entonces,” dijo Melty.

Eso quería decir que cuando ocurrieron las primeras olas no había habido Héroe del Escudo, y había aparecido como un efecto de la fusión de mundos.

“¿Eso quiere decir que el lugar del que viene Melromarc es el mundo del que vienen los Héroes de la Espada y de la Lanza?” dije.

“Eso creo. Hay más leyendas de esos dos de las que hay del escudo y el arco. Además, rastrear el linaje de mi padre lleva al Héroe de la Lanza,” comentó Melty. Eso me recordaba algo que la reina dijo una vez acerca del nombre de Basura antes de casarse, algo como Lansarz o Lansarose. Eso probablemente explicaba de dónde vino su trato preferencial hacia Motoyasu.

“Tenemos que descubrir si realmente hemos venido aquí desde el futuro o no. Melty, ¿puedes compartir lo que sabes con Mamoru y los demás?” le pedí.

“Claro,” respondió ella. Eso finalizó nuestra conversación privada. Entonces miré hacia Fohl.

“Fohl,” lo llamé.

“¿Qué sucede, Nii-san?” preguntó él.

“Con tu linaje, podrías ser capaz de compartir algo de información en la que estos sujetos estarán interesados. ¿Puedes hablarles acerca del Héroe del Escudo junto con Melty?” le pedí. Fohl era un miembro de los hakuko, una de las razas representantes de Siltvelt. Ellos probablemente tenían algunas historias tribales o algo que haya pasado a través de las generaciones.

“Creo que puedo hacerlo…” respondió él. Mamoru y sus aliados todavía estaban distraídos con los monstruos de la aldea. Pero entonces les presenté a Melty y Fohl.

“Gracias por venir a visitarnos, Héroe del Escudo. Mi nombre es Melty Q. Melromarc, la reina de la nación de Melromarc.” Melty se presentó como la realeza, incluyendo una reverencia acorde. Ya la había visto de esta forma, pero era tan diferente de como normalmente la veía que todavía lo encontraba divertido.

“Su Majestad. Melromarc no es un nombre que haya escuchado antes,” respondió Mamoru.

“Es muy probable que la nación todavía no exista en esta época. Muy probablemente aparezca desde un mundo completamente diferente gracias a las olas,” dijo Melty.

“¡Ser la reina de una nación que todavía no existe significa que has sido degradada a solo una chica común y corriente, Melty!” bromeé desde un costado.

Ella me dio un codazo con toda su fuerza justo en mis costillas, lo cual tampoco fue muy de la realeza. Además, desafortunadamente para ella, yo era el Héroe del Escudo.

Algo así nunca me iba a doler. Pero probablemente no era la mejor actitud a tener en frente de los invitados—Mamoru ya se veía perplejo por esta interacción entre nosotros.

“Y él es Fohl, el Héroe de los Guanteletes. Él es una de las personas más sabias de nuestra aldea acerca de Siltvelt,” continué, presentado a Fohl a Mamoru y sus aliados.

“El Archiduque Naofumi Iwatani, a quien conocemos como el Héroe del Escudo, ya nos ha explicado los detalles de la situación,” dijo Melty, continuando con su actitud real y encaminando la discusión. ¡Ella incluso agregó Archiduque antes de mi nombre! Era genial sentirse noble en ocasiones. Aunque me estaba dando escalofríos. “Solo puedo esperar que esto funcione, pero seremos capaces de compartir con ustedes algunas historias de nuestra época acerca del Héroe del Escudo.”

“Eso me gustaría mucho. Nosotros también deseamos confirmar la verdad de esta situación,” dijo Mamoru. La discusión fue dirigida por Melty y Fohl. Comenzamos a hablar del Héroe del Escudo con Mamoru y sus aliados. El esquema básico era simple—Mamoru fue invocado como el Héroe del Escudo a la antigua nación de Siltvelt, la nación más débil del lugar.

Él les enseñó a luchar, enfrentó las olas para salvar el mundo, y después de muchos problemas y desafíos, logró asegurar la existencia del mundo.

La parte acerca de enseñar a los semi-humanos a luchar probablemente no era muy difícil de realizar, considerando las mejoras de héroe que él habría sido capaz de ofrecer. Aun así, él había enfrentado complicaciones a lo largo del camino, pero no había tiempo para compartir todas las historias en detalle.

Yo en realidad estaba un poco interesado, pero no había forma de saber si eran ciertas o no—en particular, había cosas que aquí aún no habían sucedido.

“Furioso por la invasión de las otras naciones, el Héroe del Escudo Mamoru combinó su fuerza con la de sus aliados para ahuyentar—” continuó Melty.

“Hay muchos registros de eso en esta época,” dijo Mamoru. “¿Entonces es verdad?” confirmó Melty.

“Sí,” respondió él.

“Bien, continuemos. Se dice que el antiguo Siltvelt estaba compuesto de aquellos que aprendieron a luchar del Héroe del Escudo. Las cuatro razas principales que se beneficiaron de esto fueron los hakuko, los aotatsu, los shusaku, y los genmu. El Héroe de los Guanteletes aquí presente es un miembro de una de estas razas, los hakuko,” reveló Melty, apuntando hacia Fohl para dirigir la atención hacia él.

“¿Hakuko?” dijo Mamoru, confundido. “¿No tienen esa raza?” pregunté.

“No, no creo que la tengamos,” respondió Mamoru. Me pregunto qué puede significar esto. Si este era el pasado, la raza hakuko también debería estar aquí. Tal vez era una raza que nació después de esto, pero antes de nuestra época.

“Eso suena a la clase de nombre que tú le darías a algo,” le dijo R’yne a Mamoru, mirando fijamente hacia Fohl con una sonrisa en su rostro.

“¡Eso fue grosero!” dijo Mamoru.

“De verdad creo que suena a uno de tus nombres, eso es todo,” se burló ella. “¡R’yne!” exclamó él.

“Tienes problemas para inventar nombres, ¿no?” pregunté. Así que este era el héroe que le había dado esos nombres tontos a todas las razas. “No son mejores que nombres sacados de un cuento infantil. Apuesto a que también le das apodos realmente simples a las cosas, ¿no? Como perrito a un monstruo del tipo perro.”

“Sin comentarios…” dijo Mamoru, mirando hacia otro lado.

“¡Bingo!” dijo R’yne, apuntando hacia mí como si me hubiera ganado la lotería. Tal como había esperado.

“Usted no tiene el derecho de hablar, Naofumi-sama. Usted solo agrega II a todo,” me regañó Raphtalia. ¡Estaba recibiendo fuego amigo! Y además fuego amigo que era difícil de esquivar, ya que era demasiado preciso.

“Esto no se trata de mí. Y tampoco es como si alguno de esos nombres fuera a permanecer en los registros históricos,” dije. Yo solo inventaba apodos para las personas que no compartían sus nombres con nosotros—principalmente nuestros enemigos.

“¿De verdad? ¿Niega haber llamado Chica del Valle a Wyndia y casi llamar a Ruft solamente como Primo debido a su parentesco conmigo? Si tenemos éxito en traer la paz al mundo, ¿puede decir con seguridad de que su apodo para Wyndia no quedará en la historia?” dijo directamente Raphtalia.

“Vaya, Raphtalia. Sí que has mejorado en esto,” dije.

“Bueno, nos hemos conocido por mucho tiempo. Y además ya hemos tenido estas discusiones antes,” dijo ella. Ambos casi miramos con ojos vidriosos hacia la distancia. Habíamos recorrido un largo camino—demasiado largo, para ser honesto. “Las personas que conocimos en el castillo de la Dragona Demonio no nos dieron sus nombres, ¿cierto? ¿Qué apodos les dio?” Raphtalia no lo iba a dejar pasar. Parecía ser que este hábito mío de verdad la había estado molestando. Ella misma era muy buena recordando nombres. Probablemente esa era la causa.

“Las personas geniales y frías obtienen el apodo de Ren II. Las personas con un fuerte sentido de la justicia, Itsuki II,” dije, decidiendo que ya no valía la pena ocultarlo.

“¡Oye! ¿Estás hablando acerca de las cosas que pasaron en el otro mundo? ¿Las cosas que me contaste ayer? ¿¡Le pusiste mi nombre a un enemigo!?” dijo Ren, repentinamente involucrándose.

“Tenía que ponerles algún nombre. Ellos no revelaban sus nombres, y había uno que era exactamente como tú solías ser,” respondí. Ahora Ren era un verdadero jugador de equipo y debido a su preocupación por sus aliados, él era una persona completamente diferente.

“Sé que yo era así, y me arrepiento, pero ¿por cuánto tiempo voy a tener que cargar con eso? La próxima vez que alguien como yo aparezca, lo vas a llamar Ren III, ¿no es así?” me acusó él.

“Por supuesto,” dije en respuesta. “Ya voy en el III con Motoyasu y Basura. Basura II terminó cortado a la mitad, y Basura III actualmente está encerrado después de volverse todo musculoso,” dije.

“Sé de quién está hablando. ¡Y Basura III es una mujer!” Raphtalia tenía su mano presionada contra su frente. Por cierto, Motoyasu III era Teresa. En ese momento Raphtalia de pronto miró hacia mí una vez más, aparentemente habiéndose dado cuenta de algo más. “Espere un momento. De hecho, ya había pensado en esto. Naofumi-sama, usted en realidad no conoce el nombre de Basura II, ¿cierto?” No iba a responder esa pregunta. Necesitaba cambiar de tema antes de que Raphtalia estuviera segura de ello.

Para ser completamente honesto, ¿a quién mierda le importaba un integrante de la Vanguardia de las Olas que Tsugumi una vez había amado? La propia Tsugumi de todas formas ahora estaba completamente obsesionada con Kizuna.

Por un momento, creí haber visto tanto a Kizuna como Tsugumi sacudiendo sus cabezas en lo profundo de mi mente, pero no, eso no podía ser posible.

Las dos básicamente estaban rozándose afectivamente cada vez que las veía. Agreguen a Glass a la mezcla y obtendrían una comedia romántica.

“Mmm,” reflexionó Eclair. “En el caso de Iwatani-sama, conocer al modelo del apodo podría ser una forma efectiva de entender qué clase de impresión dan estas personas. Podría ser una buena forma de recordar a las personas,” continuó ella. Esperaba que ella solo estuviera bromeando, pero eso parecía improbable en su caso.

“¿¡Eclair!?” dijo Ren, claramente sorprendido. “¡Esto no es algo que deberías copiar!”

“¿De  dónde  viene  Chica  del  Valle?”  preguntó  inesperadamente  Mamoru.  Wyndia también se veía hoscamente interesada en la respuesta.

“¿Te gustaría saberlo?” pregunté.

“Es solo un interés pasajero,” respondió él.

“Bien. Incluso aunque dices venir de Japón, nosotros ya sabemos que podrías no venir del mismo Japón que yo, así que no estoy seguro de si lo entenderás, pero aquí vamos.” Le hice señas al monstruo de la especie Raph de la aldea que originalmente había sido una oruga de tierra y le indiqué que se moviera detrás de Wyndia.

“Ahora toma tu forma de oruga,” le ordené. La oruga de tierra regresó a su forma original.

“Antes de ganarme la confianza de todos en la aldea, Wyndia y los demás viviendo ahí estaban criando estos monstruos y escondiéndolos de mí. Incluso cuando finalmente lo descubrí, ella hizo todo lo que pudo para esconder al monstruo parándose en frente suyo de esa forma, diciéndome que no había ningún monstruo.” Mamoru claramente se estaba imaginando la escena, ya que sus ojos se estaban entrecerrando. Parecía ser que él estaba recordando algo.

“A partir de esa reacción, creo que lo mismo existe en nuestros mundos,” dije. Había habido muchos ejemplos de otakus siendo seleccionados como héroes, así que tenía sentido—y en este caso, estábamos hablando de un anime de fama internacional.

Ha pasado mucho tiempo desde que vi ese anime, pensé melancólicamente. Esa era otra cosa que extrañaba.

“Bien, ya lo veo. Valle del Vien—” comenzó a decir Mamoru. Sí, él ya lo entendía. “¡No me gustan estas explicaciones que solo ustedes los héroes entienden!” intervino malhumoradamente Wyndia.

“Pregúntale a Ren y él te lo explicará,” dije.

“¡Eso tampoco me agrada!” dijo bruscamente ella. Wyndia realmente odiaba a Ren. “¿Tal vez uno de los otros héroes ya ha transmitido esta historia? Eso podría ayudarte a entenderlo,” dije.

“¿Sabes qué…? Creo que ya he visto algo así,” murmuró Melty. Después de todo, ella era de la realeza. Pudo haberlo visto en un juego o algo así.

“Oiga… si sigue con esto, entonces el nombre de Wyndia realmente quedará escrito en la historia como Chica del Valle. ¿Eso es lo que quiere?” preguntó Raphtalia. Ella tenía razón. Explicar el origen del nombre realmente podría convertirla para siempre en la Chica del Valle.

“¡Por favor, no permitan eso!” dijo enérgicamente Wyndia. “Bien, bien,” respondí.

“Si van a ser aliados de Naofumi-sama, por favor asegúrense de decirle sus nombres. Muchas veces si es necesario. De otra forma, ¿quién sabe lo que podría pasar?” declaró Raphtalia. Entonces parecía que a ella no le molestaba que les pusiera apodos a nuestros enemigos. La mayoría de ellos probablemente no compartirían esa información incluso si la pedíamos—o solo darían un nombre falso. Pero entonces los terminaría llamando Nombre Falso-sama o algo así si se daba la oportunidad.

“Nos estamos saliendo mucho del tema,” dije. “Ustedes no tienen hakuko, ¿correcto?” pregunté para confirmarlo. Mamoru permaneció en silencio. “Esto es algo que quizás no deberíamos estar diciéndoles,” continué. “Los hakuko pueden ser una nueva raza que todavía no descubres, como una raza poderosa que escoge ocultarse a sí misma de los demás.”

“También hay historias como esas,” dijo Melty, interviniendo para apoyarme. Tal vez algo así como el Estilo Hengen Muso, empujado hasta el borde de la extinción por las acciones de la Vanguardia de las Olas, pero de alguna forma sobreviviendo. Por supuesto, esto todavía era solo una suposición.

También podrían estar en un país como Q’ten Lo que se aisló a sí mismo del mundo exterior o podrían estar literalmente sellados en algún lugar. Tal vez Mamoru los conocería en algún punto después de esto y se ganaría su confianza—o quizás eran refugiados, usando las olas como medio para cruzar hacia este mundo.

Las olas habían torcido tanto la historia que en este punto era difícil discernir la verdad.

“Todavía no estoy seguro de creer algo de esto…” dijo Mamoru.

“El nombre suena muy parecido a los que usas tú, Mamoru. Yo lo creo,” dijo alegremente R’yne.

“No vamos a llegar a ninguna parte sin un poco de confianza, y ustedes no parecen querer luchar. Para ser honesto, pensé que ustedes simplemente nos iban a atacar entre todos,” admitió Mamoru. Si nosotros fuéramos invasores, esa podría haber sido una táctica a usar. Si usáramos a todos los presentes para lanzar un ataque con todo sobre Mamoru y los aliados junto a él, podríamos haber sido capaces de ganar.

“Yo podría decir lo mismo de ustedes,” contraataqué.

“Así es. He decidido que los aceptaremos como nuestros invitados y cooperaremos con ustedes en lo que podamos. Tenemos que encontrar una forma de ayudarlos a volver,” dijo Mamoru.

“Bien,” dije.

“Una cosa más. Estos monstruos con alas en sus espaldas, ¿qué son?” preguntó Mamoru. “¿Mm? ¿Los filoriales?” respondí.

“¿Así se llaman?” dijo Mamoru. Él estaba mirando hacia los filoriales con sus cejas fruncidas. Parecía estar muy interesado en ellos.

“A partir de tu reacción, parece que tampoco los tienen en esta época, ¿cierto? Ellos son monstruos bastante extraños a los que les gusta tirar de carros. En el futuro, los filoriales salvajes se encuentran en prácticamente cualquier lugar,” dije. Eran bestias versátiles, usadas para todo, desde el transporte hasta la comida. Desafortunadamente, Filo era la única que podía volar.

“Filoriales, ¿eh?” murmuró R’yne, también mirando hacia las aves. De nuevo estaba comenzando a sentir sospechas, pero no estaba seguro de lo que podía estar causándolo. Los filoriales se habían dado cuenta de la atención y algunos de ellos preguntaron lo que estaba pasando. “No hay nada de qué preocuparse,” dijo R’yne. “¿Puedo preguntarles algo? Ustedes han sido teletransportados a este extraño nuevo lugar, posiblemente el pasado… ¿no tienen miedo?” Los filoriales lo pensaron por un momento.

“No, estamos bien. Iwatani y los demás lo solucionarán. Si ellos no pueden, estoy seguro de que Kitamura vendrá a salvarnos,” dijo uno de ellos.

“Sí, tienes razón,” estuvo de acuerdo otro. Ellos eran tan despreocupados como siempre, prácticamente dejándole la responsabilidad a otros. Filos producidos en masa en su máxima expresión. Desafortunadamente para ellos, Motoyasu no iba a venir al pasado—o al menos yo no quería que viniera.

Lo aterrador era que él podría encontrar una forma de hacerlo.

“Creo que eso lo cubre todo. Por ahora vamos a asumir que tu conjetura es correcta,” dijo Mamoru después de escuchar lo que nosotros teníamos que decir.

“A mí también me gustaría preguntar muchas cosas, pero en realidad, solo queremos regresar a nuestra época tan rápido como sea posible,” dije.

En el pasado, antes de ser acusado, y si pudiera luchar—básicamente, si nada me contuviera—entonces probablemente habría disfrutado mucho terminar de esta forma en el pasado. Ahora el hecho de regresar a casa era mi máxima prioridad.

Habíamos sido golpeados por un ataque y viajado a través del tiempo. En nuestra época, estaba seguro de que la hermana de S’yne—y probablemente también Perra y sus secuaces—iban a atacar nuestra base. Tenía que hacer algo al respecto. Tenía que regresar lo más rápido posible y derrotarlos a todos.

“Naofumi, nos has explicado la situación amablemente. Quiero que ustedes también vean mi base de operaciones,” dijo Mamoru.

“Entiendo a lo que te refieres…” dije, deteniéndome. Miré hacia Melty y los demás en la aldea. La interrogante más importante era cómo demonios íbamos a regresar a nuestra época.

¿Tal vez podíamos negociar con el escudo o solicitar una transferencia a la katana de Raphtalia? Sin embargo, cuando comprobé esas posibilidades inmediatamente después de llegar aquí, ninguna había parecido muy prometedora.

Mientras reflexionaba acerca de estos problemas, vi a Rat viéndose bastante complacida consigo misma. Ella probablemente quería comenzar con la investigación de estos monstruos extintos. Podía hacerlo más tarde.

Aparté mi mirada de ella y la dirigí de vuelta hacia Mamoru y sus aliados.

“Espere, Archiduque,” dijo Rat, dirigiéndose a mí después de haberla ignorado. “¿No va a pedir mi ayuda?”

“Para ser honesto, cuando se consideran logros reales como leer textos antiguos, a los únicos que considero verdaderamente intelectuales dentro de mis aliados son a Rishia y Basura—y ninguno de ellos está aquí,” le dije directamente.

Según Rat, ella era una investigadora, pero trabajando para mí, ella había sido más una doctora/veterinaria, y no había mucho que pudiera hacer ahora.

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Además, ella se había estado tomando todo su tiempo para descifrar la tecnología que habíamos recolectado de otros mundos. Rat originalmente había estado llevando a cabo sus investigaciones en Faubrey, pero Takt había terminado con eso y por lo tanto se dirigió a Melromarc. Después de que derrotamos a Takt, me enteré de que ella había expandido sus instalaciones de investigación.

“Estás bastante confiada, incluso aunque no logras mucho,” dijo Wyndia, interviniendo inesperadamente para apoyarme. Rat entrecerró sus ojos y la miró con molestia. Sabía que ella era talentosa, pero Wyndia no se equivocaba en eso.

“¡Simplemente no me gustan las investigaciones que no tienen futuro—sin importar de qué se traten! La prueba de eso son todas las revisiones médicas que he estado realizando a la especie Raph, algunos de los monstruos favoritos del Archiduque. ¡Estoy trabajando tanto como puedo para reducir las complicaciones de una subida de clase entre especies!” dijo indignadamente Rat.

“Espera. ¿Ha habido complicaciones?” pregunté.

“Por supuesto. Archiduque, si todo su cuerpo tomara una nueva forma de la noche a la mañana, estoy segura de que usted tendría problemas para mover algunas partes o mantener su funcionamiento. Estoy ayudando a la especie Raph a adaptarse a sus nuevas circunstancias,” explicó Rat.

Entonces ella clamaba estar esforzándose tras bambalinas… pero todavía era difícil evaluarla en base a esta clase de resultados. Dicho eso, lo que ella estaba haciendo era digno de alabanzas, así que debía tener cuidado con mi respuesta. Ella continuó.

“También he estado al tanto de las cosas técnicas que usted le ha estado pidiendo a otras personas, Archiduque. Los textos traducidos por el Héroe de las Armas Arrojadizas, la chica Ivyred, también han pasado por mis manos—y los reportes acerca de las piezas que usted ha estado trayendo de regreso de otros mundos.” Ella estaba comenzando a parecer un comodín.

Tal vez debería estar llamándola Rishia II. Ella se especializaba en asuntos relacionados con los monstruos, pero también parecía saber una cantidad razonable acerca de otras cosas.

“Archiduque, usted debe estar al tanto de que la alquimia requiere una gran base de variados conocimientos. Después de todo, usted tiene sus propias habilidades, como la creación de accesorios y su cocina, así que debe entenderlo,” dijo Rat.

Ella tenía razón en eso. La sangre de la Dragona Demonio que yo había usado en la comida, por ejemplo, era más bien un material mágico si es que debías categorizarlo.

Rat tenía un conocimiento especializado, así que ella claramente creía que este era su momento de brillar.

“¡Raph!” se escucharon varios gritos. Los monstruos de la especie Raph se posicionaron alrededor de Rat. Supongo que significaba que estaba bien confiar y depender de ella. Después de todo, los monstruos confiaban más en Rat seguido de mí. Me gustaría ver cómo reaccionaría ella a la Dragona Demonio.

“Si tienes la confianza de la especie Raph, supongo que puedes venir. Rat, ¿qué es lo que tienes?” pregunté.

“No sé si me gusta la forma en la que lo está preguntando,” dijo Rat.

“Me provoca algunas dudas que la especie Raph esté recomendando esto. ¿Está seguro de seguir con esto?” preguntó Raphtalia. ¡Ninguna de ellas se veía muy feliz, pero la propia Rat me lo había pedido!

“Raphtalia, discutiremos esto más tarde o de nuevo vamos a salirnos del tema. En primer lugar, ¿crees que Rat no es de confianza?” le pregunté.

“No, por supuesto que no. Ella se asegura del bienestar físico de todos, y creo que podemos confiar en ella,” respondió Raphtalia.

“Eso lo decide. Rat, vamos a buscar pruebas junto a ti, ¿bien?” dije.

“No es mi especialidad, pero yo soy la mejor apuesta que usted tiene aquí, Archiduque. Y estoy muy interesada en este mundo del pasado,” dijo Rat. Entonces eso era lo que ella realmente quería. Una investigadora como Rat claramente iba a reaccionar a tener todos estos monstruos extintos a su alrededor. Ella quería obtener datos de ellos, sin importar lo que tuviera que hacer.

“Entonces te llevaremos con nosotros, Rat, pero también tenemos que fortalecer las defensas de la aldea. Si vamos en grupo y caemos en una trampa, será difícil escapar,” dije.

“¿Todavía no confías en nosotros?” preguntó Mamoru, frunciendo el ceño.

“No dije eso,” dije cuidadosamente—pero obviamente pensando que creer en alguien demasiado rápido solo podía conducir al desastre.

“Como un Héroe del Escudo anterior a ti, déjame recordarte algo. ¿Cuál es el método de incremento de poder del escudo? La confianza, ¿cierto?” dijo Mamoru. Gruñí en respuesta. Él ciertamente sabía dónde golpear. El método de incremento de poder del escudo podía incrementar las habilidades al confiar y que confíen en ti. La propia confianza podía convertirse en poder. En cierto sentido, el Héroe del Escudo podía ser llamado el héroe de la confianza.

“Entiendo, pero solo he sobrevivido gracias a haber sido cuidadoso,” le dije.

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“¿Qué tan oscuras son las cosas en el futuro?” dijo Mamoru, sacudiendo su cabeza. “Es como que te dijeran que todo por lo que estamos peleando aquí no tiene sentido.” No podía responder a eso.

Yo no tenía forma de calificar la diferencia que estaban haciendo sus acciones. Ni siquiera sabíamos en qué año estábamos exactamente.

Ciertamente no eran diez o veinte años en el pasado. Al menos estábamos hablando de cientos de años. Considerando la falta de recursos, incluso podían ser miles. ¿Hace cuántos años había sido fundado Siltvelt? Creo recordar haber escuchado un número… y había sido hace mucho tiempo.

“No creo que debamos preocuparnos mucho por eso,” dijo R’yne, dando lo que parecía ser una típica respuesta animada.

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“No hablo de rehenes, pero ¿por qué no dejamos a algunos de nuestros aliados aquí en la aldea, pero sin armas? Eso debería darles algún tipo de seguro,” sugirió R’yne. Algunos de los aliados de Mamoru inmediatamente bajaron sus armas y levantaron sus manos.

“Yo puedo hacerlo,” dijo el tipo que la Sombra había tomado como rehén. Un paso en falso y él habría estado muerto, y aquí estaba, ofreciéndose a sí mismo como rehén. Aparentemente confiaban en Mamoru tanto como para llegar a ese extremo.

“¿Qué te parece?” preguntó Mamoru.

“De acuerdo,” dije eventualmente. Si ellos iban a llegar tan lejos, no parecíamos tener más opción.

“Naofumi, yo también iré contigo. Soy la representante de este mundo. No puedo simplemente quedarme aquí,” dijo Melty, siendo extrañamente proactiva.

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Ella aún tenía que estar sintiéndose considerablemente ansiosa sin Filo presente. Supongo que eran sus instintos de la realeza en acción. “¿O crees que serás incapaz de protegerme?” preguntó ella directamente, poniendo en duda si yo sería capaz o no de proteger a mi reina, casi como una amenaza.

Me pregunto si debía tomar eso como un ejemplo de lo mucho que ella había crecido—o tal vez un ejemplo de cómo la educación de Basura estaba empujando su desarrollo en formas inesperadas.

“Bien, entiendo. Ruft, tú y Fohl se harán cargo de la aldea en lugar de Melty,” ordené. “¡Bien!” dijo alegremente Ruft.

Yo honestamente habría preferido dejar a Melty aquí con ellos, pero esa no era la situación en la que estábamos. Estaba bastante seguro de que Ruft podría encargarse de los aldeanos en lugar de Melty.

Todos bajo mis órdenes se estaban volviendo bastante habladores con el tiempo, pensé, sacudiendo mi cabeza. Solo esperaba que pudieran probarlo con acciones.

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“Melty, es mejor que te quedes a mi lado en todo momento,” le dije.

“Por supuesto. ¡De todas maneras, estar a tu lado es el lugar más seguro!” respondió descaradamente ella.

“¡Oye! ¡Melty, no es justo!” protestó Kiel, apuntando acusatoriamente hacia Melty. “¡No empiecen!” les advertí. “¡No sabemos lo que va a pasar aquí, así que necesito que ustedes sigan protegiendo la aldea mientras esperan nuestro regreso! No estaremos fuera por tanto tiempo. No se preocupen,” les dije.

“Yo también loz acompañaré,” dijo la Sombra, saludando educadamente hacia Melty. Él definitivamente podría ser de utilidad, tanto para espiar como de guardaespaldas, así que no podía quejarme.

S’yne no habló, pero ella parecía muy interesada en el héroe con la misma arma que ella y claramente quería ir. Incluso si yo le decía que no, ella probablemente me ignoraría.

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Así que decidí incluirla en el grupo. Eso significaba que seríamos yo, Raphtalia, Raph-chan, Melty, Rat, S’yne, y la Sombra quienes dejaríamos la aldea una vez más.

Tenía que admitir que no era la alineación titular. Al no estar Filo, la Sombra estando al descubierto, y Rat dejando su laboratorio eran lo más llamativo. Eclair había querido ir con nosotros, a causa de su preocupación por Melty, pero ella eventualmente decidió permanecer atrás por Ren.

“En marcha,” dijo R’yne, el Héroe del Conjunto de Costura. Después tanto Mamoru como R’yne nos enviaron invitaciones de grupo. También había límites a considerar en el número de personas que ellos podían teletransportar.

“¡Aguja Teletransportadora!” dijo R’yne.

“¡Escudo Portal!” dijo Mamoru. Todo parpadeó a nuestro alrededor y fuimos teletransportados a lo que parecía ser el patio de un castillo.

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