Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 1

Capitulo 3: El Que Busca Misterios

Parte 3

Una sonrisa audaz se deslizó por los labios de Suimei mientras pronunciaba su ejecución.

“Maga de la Corte. Prepárate para defender con todo lo que tienes”.

Felmenia ni siquiera protestó. Desplegó su mejor magia defensiva mientras se aferraba a su vida.

Y entonces… “Enth, Astrarle—”

[Oh cielo estrellado, cae—]

Con esas palabras clave como señal, pilares de luz se dispararon desde cada círculo mágico que cubría el cielo estrellado. Esos incontables pilares de maná y luz de las estrellas mantuvieron la direccionalidad y cayeron como una lluvia de lágrimas meteóricas.

Todo el sonido sobre el suelo fue destruido por el rugido atronador del acercamiento de la Parca. La muerte mostró sus colmillos a toda la tierra dentro de su alcance en un espectáculo magnífico.

Esos rayos, que parecían capaces de consignar incluso a las bestias enormes al olvido con un solo golpe, salían incesantemente de los innumerables círculos de magia en lo alto.

Todo lo que estaba directamente debajo, naturalmente, no tenía forma de defenderse de tal destrucción, y el suelo retumbó como si estuviera dando un toque de muerte mientras se derrumbaba bajo la luz despiadada. Esta era la estrella mágica Starfall.

Usando el poder de las estrellas mismas y la semilla dormida de poder durmiendo dentro de los humanos, se manifestó en concierto con las palabras dejadas por Pericles, “Enth Astrarle”. Fue una de las grandes magias de Yakagi Suimei.

Finalmente, la lluvia de estrellas se calmó. Y todo lo que quedaba, como si esa escena destructiva no fuera más que un sueño, era el Jardín de la Pared Blanca original en completa tranquilidad, Yakagi Suimei vistiendo su traje negro, y Felmenia con su túnica blanca pura, reducida a tales andrajos que podía confundirse con trapos.

“De ninguna manera…”

La primera en hablar fue Felmenia. Ella todavía estaba de rodillas, completamente desprovista de su dignidad habitual e incapaz de moverse mientras Suimei sostenía su katana de mercurio en su nuca.

“Llamo a esto mi victoria. ¿Alguna objeción?”

Mientras preguntaba por su victoria, le llegó una voz temblorosa.

“¿E-Eres un maldito monstruo…? ¿De quién era la boca que soltaba tonterías sobre cómo no podían luchar…? ¿Por qué te negaste a participar en la subyugación del Señor Demonio? Si fueras tú, incluso ese maldito Señor Demonio…”

“¿Podría ser derrotado? Eso es una mierda y lo sabes. Lo dije en la sala de audiencias, pero las peleas son por números. La historia lo ha demostrado. No importa cuán fuerte sea el individuo, no puede ganar contra números abrumadores. No hay precedentes de que una sola persona obtenga la victoria. Incluso si alguien es extraordinario, talentoso y duro, aún se ahogará en un mar de violencia lo suficientemente grande. Un individuo no está a la altura de la voluntad unida de muchos”.

Suimei sintió que había dejado claro su punto, pero no se detuvo allí.

“No solo nos estás pidiendo que derrotemos al Señor Demonio al que llamas Nakshatra o algo así, ¿verdad? Hay legiones de demonios debajo de este tipo. Ese calvo decía que el ejército que derrocó al país se llamaba Noshias o lo que fuera que se contara por millones, pero piénsalo. Seguramente esa no era toda su fuerza. Si reunieran a sus soldados de reserva, ¿quién sabe cuánto más grande podría ser?  ¿Es el  doble? ¿Triple? ¿Cómo ibas a sugerir que me enfrente a un millón de demonios, mucho menos a tres? Incluso con un plan sólido para eliminar a algunos demonios de élite para cambiar las tornas y sacudir la moral, no hay garantía de que logre superar la chusma. No importa lo que hagas, no puedes superar eso”.

“¿De qué diablos estás hablando? Se dice que la batalla es donde el valor individual de uno lo significa todo. Con tanto poder, nuestra victoria sería segura y la derrota sería imposible”.

“¿Eres una idiota? Digo que la cantidad y la calidad están en diferentes categorías cuando se trata de la guerra. No hay forma de que la calidad sea igual a la cantidad, ¿verdad?”

“Bastardo… ¿Cómo puede un hombre de tu fuerza decir una cosa tan cobarde?”

“¿Qué? ¿Yo? Para. No soy un mago de primera. Bueno, me han dicho que tengo un poco de talento, pero en casa, solo soy un mago de la clase media-baja en el mejor de los casos… Supongo que tienes razón en eso si realmente tuviéramos lo mejor de los mejores aquí, podrían hacerlo con una mano atada a la espalda. Por supuesto. Pero ese tipo de conversación no tiene ni un ápice de relevancia para lo que estamos hablando”.

“…”

Felmenia no pudo decir nada. No estaba del todo claro si era porque estaba aterrorizada por la gente del mundo de Suimei, o por él mientras se reía y se jactaba de ellos. Sin embargo, su mudez solo reafirmó la diferencia de poder entre ellos.

“Bueno, lo sabía antes de empezar, pero la magia aquí está bastante desactualizada, ¿eh? Hablando francamente, esto no fue tan divertido. De acuerdo, eso puede ser un poco duro para ti”.

Suimei habló con honestidad. La alegría de presenciar misterios que no conocía y desarrollar técnicas para lidiar con ellos, dando a luz a una nueva magia… Eso era lo que Suimei deseaba de la batalla como mago. No había sacado nada de eso de la pelea en este momento.

No había nada sorprendente, inesperado o digno de elogio en lo que acababa de suceder. La victoria de Suimei fue inevitable, negando todo el placer que debería haber tenido al ganar. Todo lo que había obtenido era arrojárselo en la cara a Felmenia.

“Muy bien, ya es hora de que bajemos el telón de este escenario, maga”.

Suimei adoptó un tono tan cruel que enviaría escalofríos por la columna vertebral de cualquiera que lo escuchara. Congeló su corazón. Su mirada estaba bajo cero. Estaba listo para terminar con esto. Felmenia estaba de rodillas y no intentaba levantarse. Esto fue todo para ella. Como si estuviera enfrentando el fin del mundo por su cuenta, su rostro estaba pálido como una sábana.

“¿V-Vas a matarme…?”

“Me pregunto. ¿Cómo crees que pondré fin a esta partitura?”

“S-Soy un mago de la corte…”

“Oh, entonces si eres un mago de la corte, ¿entonces no es gran cosa?”

Cada vez que Felmenia afirmaba su título, era un intento de avivar su valentía y armarse de valor, pero sus nervios le fallaron aquí. Con la katana de mercurio de Suimei en su garganta, ya no podía fingir ser audaz.

“Ah, ngh…”

Al escuchar el miedo vencer a Felmenia, Suimei la reprendió.

“No te apoyes en el miedo tan tarde, maldita sea, no sirve para nada. Todo lo que hice fue responder a su solicitud de la misma manera”.

“¡S-Silencio! Eres el bastardo que… a Su Majestad… ”

“¿Qué pasa con el rey?”

Cuando la interrogó bruscamente, el tono de Felmenia vaciló. ¿Por qué surgió eso de repente? ¿El rey Almadious tuvo algo que ver con su pelea?

“Estabas planeando dañar… Su Majestad el Rey…”

“¿Qué? ¿Estamos inventando excusas ahora? ¿Cuándo, exactamente, iba a lastimar a tu bondadoso rey? No tengo una sola razón para hacer ese tipo de tonterías, ¿verdad?”

“¿Eh…? Pero tu…”

“Hmph. Ya tuve suficiente de tu mierda”.

“-!”

Cuando Suimei la cortó brutalmente, un escalofrío recorrió la espalda de Felmenia. Y luego, burlándose con una mirada fría, le hizo una pregunta sombría.

“Un mago siempre está dispuesto a pagar sus acciones con su cuerpo, ¿no es así, mago de la corte?”

Un mago debe enfrentarse a todas las cosas preparado para las consecuencias. En el mundo del que provenía Suimei, eso era de conocimiento común. Pero la joven Felmenia no tenía tal resolución.

“¡P-Por favor! ¡Todo menos eso!”

Felmenia arrojó su orgullo al viento y se postró ante Suimei. Ella le suplicó en silencio que la perdonara y mostrara misericordia sin preocuparse por su apariencia. Incluso habría jurado no volver a desafiarlo nunca más. Pero Suimei no se divertía. Él se burló y comenzó a interrogarla con malicia.

“Vamos. No podías esperar para matarme, ¿pero ahora me estás rogando que sea suave contigo?”

“¡E-Estás equivocado! ¡Nunca tuve la intención de matarte! Solo… quería castigarte un poco…”

Felmenia negó con la cabeza vigorosamente hacia los lados, y Suimei lanzó una mirada sospechosa sobre ella como una manta mojada. A pesar de que no tenía nada en lo que apostar su vida, su falta de determinación era lamentable. Ella tenía el valor para tratar de eliminar a su oponente, pero claramente no había considerado cuál sería el peor de los casos para ella. Suimei consideró este su castigo.

Recordó haber oído que ella era una noble importante y, para bien o para mal, eso parecía haber tenido un efecto en su personalidad. Pero dejando eso a un lado, Suimei volvió a interrogarla.

“¿Es cierto que no tenías intención de matarme?”

“¡Así es! ¡Lo juro por la Diosa Alshuna, no estoy mintiendo!”

“No sé qué significa su nombre para ustedes, pero como japonés de otro mundo, no significa nada para mí”.

Suimei ajustó la katana y tintineó como si tuviera un protector. Como Felmenia no era japonesa, probablemente no sabía lo que significaba ese sonido, pero instintivamente pareció sentir que estaba mucho más cerca de perder la vida. Luego recurrió a una súplica dolorosa.

“¡P-Por favor! ¡No quiero morir todavía! No quiero morir… Por favor…”

Cualquiera habría podido ver que la había intimidado demasiado. Pero ahora que estaba tan desordenada, Suimei pensó que era hora de pasar al tema principal. Manteniendo el acto malicioso, comenzó a hablar en un tono decididamente aburrido.

“Entonces veamos… A cambio de perdonarte, ¿puedo hacer que aceptes mis condiciones?”

“… ¿C-Condiciones?”

“Así es. Primero, nunca le hablará a nadie de lo que ha sucedido aquí esta noche. En segundo lugar, nunca le dirás a nadie que soy un mago. Especialmente no Reiji o Mizuki. ¿Entendido?”

Mientras Suimei la presionaba por su consentimiento, Felmenia sacudió la cabeza de un lado a otro con todas sus fuerzas mientras temblaba de miedo.

“¡N-No, por favor espera! Reiji-dono y Mizuki-dono es una cosa, pero ya le he informado a Su Majestad que eres un mago. En ese caso, ¿qué hago…?”

“Hmm, qué inesperado. Me sorprende que alguien tan confiado como tú se hubiera molestado en hablar con alguien al respecto. Pensé que consideraría insignificante a alguien como yo, y estando seguro de que podría tratar conmigo en cualquier momento por tu cuenta, ni siquiera establecería ningún seguro en caso de que perdiera contra mí… Bueno, realmente no me importa mucho. En cualquier caso, nunca debes hablar de los detalles de este encuentro con nadie”.

Esquivando la bala de haber violado su pedido antes de que él siquiera lo hubiera pedido, Felmenia dejó escapar un suspiro de alivio. Suimei luego pasó a la condición final y más importante.

“Y tercero, en base a las dos condiciones anteriores, te pediré que firmes este documento”.

Con un gesto como si estuviera llegando al aire, una sola hoja de papel y un bolígrafo aparecieron en la mano izquierda de Suimei. El bolígrafo era el que siempre usaba y el papel tenía algún tipo de acuerdo escrito en un idioma extranjero. Naturalmente, Felmenia no pudo entender nada de eso.

“¿Qué es eso?”

“No es nada. Solo un contrato. Dice que mantendrás absolutamente tu palabra si acepta estas condiciones. Un acuerdo vinculante, por así decirlo. No te importa firmar algo como esto, ¿verdad?”

“…Entendido. Lo firmaré”.

Felmenia pareció encontrarlo un poco sospechoso, pero se apresuró a aceptarlo. Apenas sabía qué hacer con este extraño documento que se le presentó, pero teniendo en cuenta la coacción a la que estaba sometida, apenas tenía opción a firmarlo.

Después de escribir su nombre, lo selló con una huella digital en sangre. Después de supervisar esto, Suimei le informó descaradamente de lo que significaba todo.

“Además, me olvidé de mencionar esto, pero ahora que lo firmó, en caso de que rompa su promesa, morirá”.

“¿Q-Qué?”

“Hmph, probablemente estabas planeando decirle todo al rey después de esto, así que esto era un pequeño seguro para evitar que eso sucediera,

¿sabes? Tampoco quiero que las cosas se compliquen al hacer que le hagas un informe un poco extraño a nadie”.

“Espera, no hay forma de que puedas hacer algo así con solo…”

“Para un mago,  un maestro en la manipulación de los misterios del universo, nada es imposible”.

No era como si Felmenia estuviera tomando a la ligera lo que dijo, pero miró a Suimei con una expresión escéptica. Decidió demostrar su efecto de la forma más sencilla posible. Soltó su katana de mercurio por el momento, luego tocó el documento firmado con su dedo cubierto de maná. Mientras lo hacía, el dolor de Felmenia se apoderó de él.

“No seas ri… Hngh… ¡UAAAAAAAAH!”

“Funciona algo así. Es bastante difícil soportar la sensación de que te destrocen el corazón, ¿no?”

Suimei apartó el dedo del documento. Cuando lo hizo, Felmenia se liberó del dolor que estaba aplastando su corazón y comenzó a jadear en busca de aire mientras expresaba una queja sin ninguna fuerza detrás.

“Ack, aha… No dijiste nada sobre esto…”

“Dije o no algo, ahora tenemos un acuerdo. Y dije que nunca hablarías de esto, ¿verdad? Eso es todo al respecto. No es tan complicado, de verdad. Todo lo que tienes que hacer es mantener la boca cerrada. Sobre lo que pasó hoy y sobre cómo soy mago. Mientras pretenda olvidar todo eso, no sufrirá ningún daño. ¿No es un trato mucho más justo que ser vendido o tener una pelea con el Señor Demonio?”

Suimei se dio la vuelta mientras hablaba e hizo su última pregunta por encima del hombro. Pero no llegó ninguna respuesta. Descubriendo que eso era bastante desconcertante, miró detenidamente a Felmenia, que estaba inclinando la cabeza.

“Hngh… Hic, hic… Eres… tan malo… Waaah… Uwaaaaaaaah…”

Parecía que hasta el último orgullo que tenía se había ido. Todo lo que Suimei podía oír ahora eran los sollozos de Felmenia.

Hrm… ¿Me excedí un poco aquí?

Parecía que había hecho un trabajo exquisito al romperla. Acostumbrado a enfrentarse a los magos en su propio mundo, no podía imaginar tomar otra cosa que una actitud severa y de línea dura contra cualquiera que lo persiguiera como lo había hecho ella… pero no podía ocultar su desconcierto ahora.

No se trataba solo de magia. Parecía haber una brecha infranqueable entre su mundo y este cuando llegó a la madurez. Habiéndose dado cuenta de eso, ¿podría realmente seguir arrinconándola? Por un momento lo consideró, pero luego cedió. Suimei no era una persona cruel, después de todo, y en realidad estaba comenzando a entrar en pánico.

“B-Bueno, así es como es, así que cumple tu promesa, ¿de acuerdo? También sería malo para mi corazón si matara a alguien innecesariamente”.

Habló con un tono mucho más informal que antes. La simpatía se había apoderado de él. Nunca pensó que ella lloraría así. Y dado que ella siguió sin hacer nada más que sollozar, Suimei ni siquiera podía decir si lo estaba escuchando. Se rascó la cabeza con nerviosismo y luego se desvió de sus planes.

“Renovato, atque restituito… Ahí”.

[Restaurar y luego reconstruir].

Por lo menos, pensó que podría arreglar su ropa, así que lanzó su magia de restauración por ella. Cuando el círculo mágico se elevó desde el suelo debajo de la abatida Felmenia, su túnica fue restaurada sin problemas. Para cuando el círculo alcanzó la parte superior de su cabeza, no había un solo agujero, hilo deshilachado, marca de quemadura o mota de tierra a la vista.

Y luego, sin nada más que hacer, Suimei dejó a Felmenia sola y salió del jardín. Al final, resolvió todo dejándola ir. Dejando las consecuencias para más tarde, Suimei aceleró el paso mientras se alejaba.

Una pelea entre magos no era lo mismo que una pelea a muerte. Realmente, era bastante raro que un mago le quitara la vida a otro mago.

Ciertamente, nunca se mostró misericordia a aquellos que se entrometieron arbitrariamente en los talleres de otros, pero aparte de esos casos, los magos inherentemente tenían una cantidad de respeto mutuo entre sí. Eran hermanos y hermanas en sus búsquedas.

Hoy en día, la magia se había quedado en el camino gracias a la ciencia, y su desarrollo se había detenido debido a su declive. Con las cosas como estaban, la vida de todas y cada una de las personas que aspiraban a más magia era importante.

Entonces, para asegurar que el arte conocido como magia nunca fuera completamente borrado de la faz de la tierra, había un entendimiento implícito  de  que  los magos no debían  matar innecesariamente a otros magos, incluso si usaban estilos diferentes.

Con ese fin, el contrato que Suimei acababa de usar se empleó con bastante frecuencia.

A cambio de no matar a alguien, un mago podría usar el contrato para asegurarse de que no se les pueda infligir más daño. Y con un poder como ese, no había ninguna necesidad real de matar a nadie en primer lugar. Evitó que los magos se suicidaran y ayudó a mantener la proporción de los que estudian misterios en la era moderna.

Había excepciones, por supuesto, pero valía la pena tener en cuenta que un duelo entre magos era más una competencia que una pelea. Fue una oportunidad para mostrar lo bien que entendían los misterios.

En otras palabras, era un concurso de la precisión de su magia, la fuerza y la complejidad de sus hechizos, su conocimiento de la teoría y cualquier característica especial que pudieran usar. En cierto modo, fue una oportunidad para estudiar y aprender unos de otros, promoviendo mutuamente los objetivos de su oficio.

Pensando así, ¿qué pasa con la pelea de ahora? No hubo magia que lo hiciera involuntariamente ooh y aah de admiración. No tenía nada en lo que quedarse después de su victoria. No, solo me vino a la mente un pensamiento sobre el tema.

“Realmente están demasiado atrasados, ¿eh?”

Había dicho algo similar a Felmenia antes, pero ahora realmente lo estaba molestando. Después de todo, de aquí en adelante tenía que vivir en este mundo. Le preocupaba si había o no algún misterio aquí que hiciera bailar su corazón. Sin nada que lo estimule e inspire, él, o cualquier mago, se convertiría en un fósil. Para Suimei, que estaba siguiendo su tesis, esto fue un gran revés. En todo caso…

Sin intención de matar, cierto…

Lo siguiente que recordó fue lo que Felmenia dijo antes. ¿Cómo podía decir algo así después de preparar a ese violento golem? Pero aun así, no parecía estar mintiendo cuando lo dijo.

“Supongo que lo investigaré un poco”.

Felmenia también había dicho algo sobre que Suimei planeaba dañar al rey. Pensando en ello, no parecía una excusa. Si asumía que ella estaba bajo algún tipo de malentendido, probablemente había algo más en lo que estaba pasando. Al darse cuenta de que la cortina aún no había caído, Suimei refunfuñó para sí mismo.

Felmenia quedó completamente derrotada. Las cosas habían salido un poco fuera de lugar, pero su objetivo original se había logrado y eso reducía los riesgos potenciales para él. Siendo ese el caso, parecía un momento tan bueno como cualquier otro para hacer un movimiento. Y así Suimei abrió silenciosamente su abrigo negro y se fundió en la oscuridad a juego.