A Monster Who Levels Up

Capítulo 155: La Entrada (Parte 3)

– El orco y el humano, eso es. He disfrutado presenciando la destrucción de mi creación por tus manos.

“¿…?”

La cabeza de Kim Yu-Rin se inclinó hacia un lado.

Ella escuchó la voz del Señor muy bien, pero no entendió el significado de sus palabras. El Orco y el humano que el Señor Vampiro había mencionado – bueno, el humano estaba aquí, entonces, ¿Dónde estaba el Orco? Echó un vistazo detrás de ella, pero junto a la densa oscuridad, no existía nada parecido a un Orco cerca.

Mientras observaba los cambios en su estado de ánimo desde un lado, Sae-Jin se secó el sudor frío de la frente.

– ¿Y qué te trae a mi morada?

Afortunadamente para Sae-Jin, la voz digna del Señor cambió el tema con bastante rapidez. Sintiéndose apresurado ahora, Sae-Jin trató de moverse rápidamente hacia la dirección de la voz, pero Kim Yu-Rin no siguió su ejemplo. No, en cambio, extendió la mano y agarró la muñeca de Sae-Jin firmemente para detenerlo, antes de lanzar una pregunta al Señor.

“¿Qué quisiste decir con eso hace un momento?” (Kim Yu-Rin)

– ¿Sobre qué asunto?

“Justo ahora, dijiste ‘el Orco y el humano’. Los ‘humanos’ están aquí, pero ¿Dónde está este Orco que mencionaste?” (Kim Yu-Rin)

– Mmm…

El murmullo prolongado y bajo del Señor pareció pegarse a las paredes de la caverna como un pegamento pegajoso.

“Respóndeme.” (Kim Yu-Rin)

– Aunque no esperaba que te dirigieras a mi con honoríficos… Aún así, ¿no crees que tu actitud es un poco problemática, humana?

Parecía que al Señor no le importaba en absoluto la actitud de Kim Yu-Rin.

“……Hah.”

Su rostro se endureció con bastante frialdad. ¿Cómo se atreve a buscar el decoro después de haber llevado al mundo al borde de la destrucción? Apretó los dientes y sacó a Gungnir.

“En ese caso, permíteme darte una paliza y hacerte escupirlo. ” (Kim Yu-Rin)

– Como era de esperar, aunque el mundo puede ser diferente, los humanos siguen siendo arrogantes y vanidosos…

“Cállate. Vamos, maestro del gremio.” (Kim Yu-Rin)

Kim Yu-Rin gritó en tono de confrontación y tomó la iniciativa. Sae-Jin la siguió en silencio.

Entonces, las dos personas caminaron por el pasillo mientras atravesaban la oscuridad. Cuanto más caminaban, más fuerte se volvía la sensación de que el pasaje se ensanchaba.

Sin duda, el interior de la caverna estaba cambiando. Para ser más específicos, la forma estrecha y alargada del terreno se fue abriendo gradualmente.

Y deben haber caminado sin parar durante la siguiente hora más o menos.

Finalmente, los dos pudieron entrar en un enorme espacio abierto.

“Eh. De verdad, ¿Cuánto más debemos seguir caminando?” (Sae-Jin)

Sae-Jin se rascó la nuca y gimió. Kim Yu-Rin lo miró con una sonrisa gentil, luego le habló mientras inspeccionaba esta enorme área abierta.

“Pero aún así, me siento aliviada.” (Kim Yu-Rin)

“…..¿Acerca de?” (Sae-Jin)

“Al ver que el Señor está dentro de este pasaje, lo más probable es que nuestro camino sea el correcto. Y de todos en el equipo, somos los más fuertes, después de todo.” (Kim Yu-Rin)

Como se esperaba de Kim Yu-Rin y de su personalidad desinteresada, creía que era una suerte que se enfrentaran al fuerte y difícil oponente en lugar de a otros. Sae-Jin se rió y su mano se levantó automáticamente hacia su cabeza. Entonces, hizo un Ups y se detuvo en el medio. El viejo hábito del Héroe Orco, de dar palmaditas en la cabeza de vez en cuando, casi se desprende por error.

“¿Disculpe…?” (Kim Yu-Rin)

Y los ojos de Kim Yu-Rin mirándolo también se abrieron en tiempo real. Rápidamente retiró la mano y tosió con torpeza.

“Ah, mis disculpas… es por que eres un poco bajita.” (Sae-Jin)

… Y trató de darle la vuelta con un poco de humor.

“…. Mido 168 centímetros de altura. Si esto es demasiado bajo para ti, ¿Qué tan alta debe ser una mujer?” (Kim Yu-Rin)

Kim Yu-Rin entrecerró los ojos y se quejó. Pero al ver sus mejillas enrojecerse un poco, no pudo evitar preguntarse si le gustaba que la trataran como a una niña. Sin embargo, por supuesto, descartó esa idea con la suficiente rapidez.

Señaló hacia el otro extremo del pasaje y habló.

“Solo estoy bromeando contigo. De todas formas, apurémonos. No es bueno estar demasiado tenso, pero también es igualmente malo estar demasiado relajado…” (Sae-Jin)

¡¡KHUUOONG!!

Antes de que pudiera terminar su oración, todo el terreno se sacudió violentamente.

¡Kwahng! ¡Kwahng!

Inmediatamente después de eso, poderosas ondas de choque se esparcieron como si algo estuviera tratando de salir del subsuelo.

“¡Prepárate para la batalla!” (Kim Yu-Rin)

El hábito ocupacional de Kim Yu-Rin volvió a asomar la cabeza. Empujó a Sae-Jin detrás de ella y desenvainó la espada.

¡¡Kwajeeck!!

Al mismo tiempo, la superficie del suelo se abrió y algo enorme salió del hueco. Las primeras en aparecer eran dos manos del tamaño de una persona adulta, y justo detrás de esas manos enormes, se pudo ver un par de cabezas con sus propios pares de ojos rojos como la sangre.

Era un Ogro.

Por supuesto, estaba en un nivel diferente en comparación con un Ogro normal. Primero que nada, estaba la cosa con el número de sus cabezas, y luego, la forma de una de las cabezas que poseía. Una cabeza era la de un Ogro normal, pero la otra resultó ser la de un Cerberus, el guardián de la puerta del infierno.

“Parece que recibió una cabeza de un perro guardián molesto.” (Kim Yu-Rin)

La expresión de Kim Yu-Rin se arrugó. El Monstruo era realmente asqueroso de ver. Pero aún así, no podía pasar por alto su poder potencial, ahora que un Cerberus y un Ogro se habían combinado en uno. Agarró a su Gungnir con mucha fuerza mientras miraba al Ogro.

Shareureureuk-

Y mientras buscaba la debilidad del Monstruo, una energía transparente y parecida a un rayo de luz descendió sobre su cabeza.

“… ¿Mm?”

Incluso se olvidó de su nerviosismo y exclamó. Cuando esa luz espectral entró en su cuerpo, todo su ser se sintió mucho más liviano que antes, y el flujo de Maná dentro de sus vasos sanguíneos recibió un gran impulso.

Se volvió para mirar a la persona responsable de esto, Kim Sae-Jin. Él respondió a su mirada burlona con una cálida sonrisa que incluso la puso un poco nerviosa.

“Es un hechizo de mejora. Por favor adelante. Te apoyaré con magia desde la retaguardia.” (Sae-Jin)

Luego se transformó en la Forma Leviatán.

“Gracias.” (Kim Yu-Rin)

Un Leviatán la respaldaba, obteniendo la máxima confianza solo de ese hecho, Kim Yu-Rin se lanzó hacia el Ogro.

* Sonido del rugido del ogro *

El ogro rugió y movió violentamente su garrote negro azabache.

¡¡Khoung!!

La espada que emitía una brillante luz dorada chocó con un instrumento contundente irrompible hecho de metal negro. Una explosión indescriptible resonó desde el punto de contacto. Un enorme cráter se derrumbó en el suelo, y desde dentro de la espesa y asfixiante nube de polvo, semillas de llamas brillaron amenazadoras.

Solamente un solo golpe provocó una escena tan memorable.

Sin embargo, muy pronto, la nube de polvo se disipó y el resultado también quedó claro para que todos lo vieran.

Y ese era el Ogro y su brazo derecho perdido, su garrote de metal negro también desapareció para siempre.

Kim Yu-Rin se abalanzó sobre el sufriente Ogro que estaba en agonía después de perder su brazo. Todo su cuerpo se sentía como si fuera dos, no, tres veces más puro y rebosante de fuerza, gracias a la incomparable magia potenciadora de Sae-Jin.

Ese sentimiento, quería seguir sintiéndolo por el resto de su vida.

***

La aparición del Ogro de dos cabezas fue simplemente el comienzo. Pero podían derrotar a otros monstruos sin demasiados problemas. Según Kim Yu-Rin, aparentemente era debido a su ‘fantástico trabajo en equipo’. Nominalmente, fue un trabajo en equipo, pero en realidad todo lo que Sae-Jin hizo fue apoyarla con magia potenciadora.

Por supuesto, el nivel del hechizo de Sae-Jin era demasiado alto para etiquetarlo como una simple ‘magia de apoyo’. Como la ‘hechicería’ formó la base de este difícil hechizo de mejora, Sae-Jin tuvo que transformarse en la Forma Leviatán solo para mantenerlo. Y sus efectos también eran excelentes.

De todos modos.

Cuando eliminaron varias quimeras que intentaron bloquear su camino y continuaron adelante, finalmente se encontraron con una puerta de aspecto bastante sospechoso.

Incluso con una sola mirada casual, era una puerta pasada de moda y digna que gritaba ‘¡¡El jefe final está aquí!!’

Extrañas figuras pintadas en color blanco decoraban la puerta negra.

“….¿Deberíamos?” (Kim Yu-Rin)

Preguntó Kim Yu-Rin, y Sae-Jin sin decir ni una palabra agarró la manija de la puerta.

Sin embargo, ella quería abrirlo, Kim Yu-Rin se quejó ligeramente y asintió con la cabeza. Sae-Jin se rió levemente y abrió la puerta.

* Sonido del crujido de una puerta al abrirse *

La puerta emitió un chirrido desgastado al abrirse. Al pasar el umbral, lo primero que vieron fue a un anciano con una túnica negra que parecía hecha jirones y desaliñada. Luego, vieron sus hombros caídos sin energía y los ojos blancos que habían perdido la vitalidad hacía tiempo.

También era ciego.

“Sus ojos…” (Sae-Jin)

Solo entonces, Sae-Jin se dio cuenta de por qué el Señor no se mostraba a pesar de que los Nosferatus se rebelaban abiertamente, así como cuando Bathory mostraba signos de comportamiento sospechoso.

Un líder de la organización que no podía ser de ninguna ayuda para dicha organización ya no era reconocido como líder. Solo había dos posibles finales esperando a esa persona: uno, ser devorado por el retador, o dos, retirarse por su propia voluntad.

“Escuché que poseías ojos que podían ver todo.” (Kim Yu-Rin)

Kim Yu-Rin se burló y apuntó con la punta de su Gungnir al cuello del Señor.

El Señor los miró a los dos con esos ojos que no podían ver ni reflejar nada. Sin embargo, aunque podrían haber perdido sus funciones originales, seguro que sentía que sus ojos aún podían descifrar las verdades de todas las cosas independientemente.

“Como puede ver, mis ojos ya han perdido su claridad.” (El Señor de los Vampiros)

La voz cargada de flemas del Señor sonaba tranquila y estable, pero el tono indicaba que estaba amonestando severamente al par de intrusos que tenía delante. Eso era bastante evidente por la rabia latente escondida en su apariencia tranquila.

“… Eso significa que podemos deshacernos de ti con bastante facilidad, ¿no?” (Sae-Jin)

Esta vez, Sae-Jin habló. Agarró el regalo de Bathory con fuerza y ​​se preparó para abalanzarse sobre el Señor. Sin embargo, Kim Yu-Rin estiró su brazo y lo detuvo. Su rostro decía que de alguna manera se las arregló para recordar en ese momento la pregunta de la que casi se había olvidado.

“Hay algo por lo que tengo curiosidad.” (Kim Yu-Rin)

“¿Y que sería eso?” (El Señor de los Vampiros)

En ese momento, el rostro de Sae-Jin se tiñó de pánico. En realidad la pregunta que quería hacerle al Señor era bastante obvia. Obviamente…

“Dijiste claramente, el Orco y el humano cuando llegamos aquí. ¿Estás diciendo que el Orco también está aquí? ¿Y a qué Orco te refieres cuando dijiste el Orco?” (Kim Yu-Rin)

“………”

El Señor mantuvo su silencio. Mientras tanto, Sae-Jin volvió a cambiar a la Forma Leviatán. Estaba pensando en disparar el cañón de Maná y matar al Señor antes de que abra la boca.

Desafortunadamente, sin embargo, ese terminó siendo un mal movimiento de su parte.

“En efecto, un mísero humano con un Rasgo que le permite transformarse en muchas otras formas de vida. Viéndolo con mis propios ojos, es realmente interesante.” (El Señor de los Vampiros)

Las palabras del Señor parecían ser demasiado acertadas para un ciego.

“Oh, Dama Caballero, ¿de qué estás hablando? El Orco reside dentro de ese hombre. He recordado su apariencia especialmente, porque estaba en su forma de Orco cuando mató a mi Quimera. Por eso me he referido a este hombre como el Orco.” (El Señor de los Vampiros)

“……”

Instantáneamente, todos los movimientos de Kim Yu-Rin cesaron.

* Sonido de los vientos *

Un viento frío y siniestro sopló desde la puerta abierta de par en par. Como si esa frialdad la hubiera despertado, Kim Yu-Rin volvió la cabeza hacia la dirección de Sae-Jin. Dentro de sus ojos agrandados, varias emociones, como confusión, sorpresa, una sensación de traición, etc., etc., se arremolinaban locamente.

A pesar de que Sae-Jin podía sentir sus ojos mirándolo, continuó estudiando al Señor sin palabras.

A medida que el silencio fluía densamente entre los dos, el Señor finalmente abrió la boca de nuevo.

“¿Quizás ella no lo sabía? Me pregunto porque.” (El Señor de los Vampiros)

“…… ¿Qué significa esto?” (Kim Yu-Rin)

Finalmente abrió la boca también y preguntó. Sin embargo, el destinatario de esa pregunta no era el Señor de los Vampiros, sino Kim Sae-Jin.

Solo entonces, Sae-Jin volvió la cabeza hacia ella y la miró a los ojos.

Podía ver el reflejo del Leviatán dentro de sus pupilas temblorosas. De repente, pensó que se veía repugnante por alguna razón. Entonces, volvió a su apariencia humana.

Apretó los dientes y desvió su mirada hacia el Señor, y luego habló.

“Está intentando abrir una brecha entre nosotros. No te dejes engañar.” (Sae-Jin)

“¿Abrir una brecha? ¿A qué te refieres con eso?” (El Señor de los Vampiros)

Desafortunadamente, el Señor intervino. Con una sonrisa insidiosa y astuta en su rostro, además.

“Oh, Dama Caballero. La verdad siempre deja migajas de evidencia. Y a estas alturas ya deberías haber sido vagamente consciente de esas migajas de pruebas.” (El Señor de los Vampiros)

Los ojos de Kim Yu-Rin permanecieron fijos en Sae-Jin mientras las palabras del Señor entraban en sus oídos.

Y así, comenzó a recordar las cosas una por una.

Su sospecha previa respecto a la pequeña insignia colocada en las armas del Herrero Orco que Sae-Jin había fabricado, que también podía encontrarse en el arma del Héroe Orco; esa creencia extrañamente firme que el Orco era Kim Sae-Jin; esos hábitos que Sae-Jin exhibía inconscientemente y que eran tan, tan similares a los del Orco; y finalmente, su Rasgo en el que podía transformarse en un Monstruo…

Al mismo tiempo, todas las preguntas que tenía en su interior volvieron a salir.

Todas esas preguntas que había suprimido con el solo pensamiento, ‘no es posible’, salieron a la superficie una vez más.

“Señor maestro del gremio.” (Kim Yu-Rin)

El rostro de Kim Yu-Rin se endureció, pero no habló más. Usó el silencio para presionar a Sae-Jin.

¿Debería decirle la verdad? Pero honestamente, se sintió reacio a hacerlo. Después de todo, esas acciones que realizó sin pensarlo mucho, ya que el Orco sería visto como si la estuviera poniendo en ridículo desde la perspectiva de Kim Yu-Rin.

“Luego. Hay un trabajo más importante que debemos terminar primero.” (Sae-Jin)

Sae-Jin invocó la excusa de ‘luego’, para superar este momento crítico. Obviamente, tenían una misión que completar aquí; agarró el cuchillo de plata con fuerza y ​​comenzó a caminar hacia el Señor de los Vampiros.

“No.” (Kim Yu-Rin)

Pero Kim Yu-Rin demostró ser un cliente terco.

“La historia tardará demasiado en terminar. Tenemos algo que…” (Sae-Jin)

“Todo lo que quiero es una respuesta simple. No tomará mucho tiempo.” (Kim Yu-Rin)

Sus labios firmemente cerrados y sus ojos entrecerrados bruscamente, con una expresión tan grave y seria, algo que Sae-Jin nunca la había visto hacer antes, continuó con sus palabras.

“Tú, eres el Héroe Orco, ¿no? Tu Rasgo, puedes transformarte en otras Formas además del Leviatán, ¿no?”