Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 14

Capítulo 5: La Vida en la Ciudad Laberinto

Parte 1

Aquí Satou. A veces, cuando pasas tus días sin incidentes, comenzarás a imaginar vagamente que podría suceder algo especial. Pero cuando has experimentado una vida fuera de lo común, comienzas a atesorar mucho más los días ordinarios.

“No quiero volver a ir nunca más a una fiesta de té o un banquete.” Cuando regresamos a la mansión, Karina se dejó caer en un sofá.

“Eres la hija de un Barón, así que me temo que tendrás que seguir lidiando con la alta sociedad.”

“Bueno, no quiero.”

“¿Karinaaa?”

“Cuéntele a Pochi tus problemas, sir.”

Tama y Pochi se acercaron al lado de Karina.

Por alguna razón, Pochi parecía estar emitiendo el aura de un sacerdote que se ofrece a escuchar una confesión.

“Las mujeres nobles siempre se burlan de mí y los hombres siempre me miran.” Parecía que la cena después de la fiesta del té había sido bastante estresante para ella. “Toma unos pasteles de mielllll.”

“Cuando los tiempos sean difíciles, come dulces y olvídate de tus problemas, sir. Los dulces pueden incluso distraer la atención del dolor de no comer carne, sir. Carne, ah, Sr. Carne… La grasa que gotea de la carne asada, la ternura y el sabor del Sr. Hamburguesa, la simple delicia del shabu-shabu… Aaah, carne…”

Pochi trató de consolar a Karina, pero la segunda mitad de su discurso lo arruinó con su anhelo de carne.

“¿Pochi, babeaaaaa?”

“Oopsie-daisy, sir.”

Ante la observación de Tama, Pochi metió la mano en su Paquete de Hadas, sacó un pañuelo con un patrón de carne de dibujos animados y se secó la boca.

Vaya, ella está creciendo. No hace mucho, se lo habría limpiado con el brazo.

 Mientras estaba perdido en mis pensamientos, Pochi comenzó a masticar tristemente el patrón de carne en su pañuelo. Teniendo en cuenta que su castigo sin carne terminaría la noche siguiente, deseaba que aguantara un poco más.

“¡Te juro que iré al laberinto mañana!” Karina se levantó de un salto abruptamente y exclamó.

Parecía irritable porque Tama y Pochi se habían distraído de tranquilizarla.

“Eso no servirá, Lady Karina.” Reprendió su dama de honor Pina. “Más importante aún, deberías intentar seducir a Sir Caballero, ya que estás bien vestida.”

“¡Sí, tiene razón! ¡Intenta lucir ese escote un poco más!” Una de las otras sirvientas de Karina, la novata, intervino.

“¿S-Su escote? ¡Qué lascivo!” La otra doncella, Erina, declaró en una rara demostración de sentido común.

No pude evitar imaginarme brevemente a una Karina seductora. En ese momento, nuestras miradas se encontraron.

“¡Satou, pervertido!”

Con eso, Karina salió corriendo de la habitación.

Tama la persiguió, seguida apresuradamente por Pina y las otras sirvientas.

Miré a mi alrededor con torpeza para cubrir mi pequeño error y encontré a  Pochi mirándome desde abajo.

“¿Qué pasa?”

“¿Es usted un pervertido, sir?”

¿Cómo se supone que voy a responder a eso?

 “Ser un pervertido no es bueno, sir.”

Con eso, Pochi tropezó tras Karina y las demás.

“Creo que el castigo de no comer carne de Pochi podría estar afectándola demasiado.”

“Sí, tal vez deberíamos terminar un poco antes…”

Cuando comencé a responder a la preocupación de Arisa, Mia tiró de mi manga. “Está bien.”

Mia señaló la entrada de la habitación.

Echando un vistazo, mis ojos se posaron una vez más en Pochi, que me miraba desde el otro lado de la puerta.

A juzgar por la  forma  en que aceleró de inmediato, probablemente estaría bien si procediéramos según lo planeado.

“Esa chica no sabe cómo sellar el trato.” Murmuró Arisa.

Supongo que debe haber puesto la idea en la cabeza de Pochi para tratar de aliviar el castigo por lástima.

Arisa  fue  la  que  insistió  en  que  necesitaba  ser  castigada  adecuadamente,  pero probablemente fue su profunda empatía y amor lo que le impidió aguantar hasta el final.

Esa noche, hice el equipo para Karina como prometí y usé el resto del tiempo antes del amanecer para trabajar en experimentar con los clones de Raka para Pochi y Tama.

Pasar demasiadas noches sin dormir seguidas nunca es una buena idea, así que me aseguré de dormir algunas horas al amanecer.

***

La mañana después de la fiesta del té de la esposa del virrey, fui a las puertas del laberinto para despedir a Zena y al Cuerpo de Entrenamiento Élite de la Ciudad Laberinto Celivera.

“Satou, ¿viniste a despedirnos?”

“Sí, y para darte esto.”

Saqué una pequeña bolsa de mi Bolsa Garaje y se la di a Zena. “Es tan linda… ¿E-Espera, Satou, no me digas que esto es…?” Asentí con la cabeza a Zena, cuya sorpresa solo se duplicó.

La bolsa que le di era una especie de Bolsa Mágica.

Había adquirido varias de ellas cuando viajamos por los mares del sur; este era un modelo de pequeña capacidad que acababa de actualizar un poco, por lo que no debería ser un gran problema.

“Hay pociones adentro. Con esta bolsa, el impacto externo no afectará el contenido, lo que significa que no debes preocuparte de que se rompan mientras exploras… es muy conveniente.”

“Sí, ciertamente lo es, pero…”

Las pociones en el interior incluían cinco pociones de recuperación mágica intermedia y cinco de recuperación de resistencia, cinco antídotos para todo uso hechos de Piedra de Dragón Blanco y otras que incluyen curas para la parálisis y una buena cantidad de dos variedades de pociones diluidas.

También incluí una panacea del laberinto, por si acaso. Después de todo, nunca se sabe lo que podría pasar en un laberinto.

“Puede que no las necesites, ya que tu fuerza tiene su propia reserva de pociones, pero úsalas libremente si las llegas a necesitar.”

Los ojos de Zena se agrandaron ante la abundancia de pociones de grado intermedio.

Había escrito instrucciones y advertencias en las etiquetas, así que le sugerí que las revisara más tarde.

“Pero no puedo aceptar algo tan valioso.”

“Señorita Zena, siempre puede devolverlas si no las usas.” Zena vaciló, pero Iona la animó amablemente a aceptar.

“Así que supongo que no pude mostrarte la Ciudad Laberinto.”

“Lo siento; es mi culpa…”

No estaba tratando de culpar a Zena, así que interrumpí su disculpa para terminar mi declaración.

“… Así que tendré que mostrarte los alrededores cuando regreses del laberinto, si te parece bien.”

Ante eso, Zena sonrió.

“Una vez que regrese, te llevaré a un buen restaurante, así que por favor espéralo con ansias.”

“… ¡Lo haré!”

Zena respondió con la mirada de una doncella enamorada, lo que hizo que los espectadores cercanos miraran con ojos brillantes. Ni siquiera estaba tratando de cortejar románticamente a Zena con mi oferta, pero supongo que a las personas que nos rodean les pareció así. Supongo que debería tener más cuidado las palabras que uso en mis invitaciones.

“Zenacchi, parece que estamos a punto de salir.”

Lilio señaló detrás de nosotros, donde los miembros del grupo de exploradores Luz de Plata marchaban, vestidos con armaduras plateadas. Los que estaban en la parte de atrás llevaban una cota de malla.

Este grupo era único en el sentido de que rara vez usaban equipos hechos de materiales de monstruos, y los miembros eran todas mujeres nobles; a pesar de su gran tamaño, al menos una cuarta parte de ellas tenían insignias carmesí.

“¿Me oyen todos? ¡Las gente de Luz de Plata se unirán a nosotros! ¡Prepárense, estamos por partir!”

Un joven caballero que parecía ser el oficial al mando gritó órdenes, y los compañeros de Zena empezaron a recoger sus cosas y a caminar hacia la puerta oeste.

“Bien, Satou. Ya me tengo que ir.”

“Que tengas un buen viaje, Zena. Por favor, ten cuidado de no lastimarte.”

Deseaba poder acompañarla, pero lo dejé porque un extraño siguiéndola en una misión al laberinto para entrenamiento militar podría ser perjudicial para la reputación de Zena.

La gente de Luz de Plata eran veteranas, y dudaba que fueran a algún lugar demasiado peligroso, así que probablemente estaría bien.

“No te preocupes. Siempre he tenido buena suerte.”

No digas cosas que suenen como banderas obvias, por favor. 

Mantuve este pensamiento en mi cabeza mientras saludaba a Zena hasta que desapareció por la puerta oeste.

Había olvidado preguntar cuándo iban a volver, pero como dudaba que pasaran mucho tiempo en el laberinto en su primera excursión, decidí limitarme a reservar una mesa en el restaurante para todos los días hasta que tuviera que partir hacia la capital real.

En los días en que no podía ir a comer allí, podía simplemente enviar personal como Kajiro, Ayaume o Miteruna como agradecimiento por su arduo trabajo.

Ahora que lo pienso… 

Más tarde se me ocurrió que decir: “Una vez que regreses, te llevaré a un restaurante realmente bueno”, era una bandera bastante siniestra en sí misma.

Probablemente no había nada de qué preocuparse, pero decidí ver cómo estaba de vez en cuando con el hechizo de Magia Espacial Clarividencia por si acaso.

***

“Volví.”

“Bienvenido a casaaaa.”

“¡Bienvenido de nuevo, sir!”

Cuando volví de despedir a Zena, encontré a Tama y Pochi jugando una variación del clásico juego japonés Mira Para Acá con la señorita Karina.

Erina era la única sirvienta en la habitación, y Pina y la novata no estaban por ningún lado. “Bienvenido de nuevo, Satou.”

Karina me saludó con la cabeza colgando con tristeza, acababa de perder ante Tama.

“¿Karina está malllll?”

“¡Eso no servirá, sir! ¡Mírenos a Pochi y a mí pelear, sir!”

¡Tama y Pochi empezaron a jugar Mira Para Acá!

Las reglas habituales eran mirar en una dirección diferente a la que señalaba la otra persona, pero dado que estas dos miraban instintivamente hacia donde señalaba alguien, nuestras reglas de la casa para Mira Para Acá era que quien no pudiera seguir el dedo del otro perdería.

“Satou, estoy terriblemente aburrida.”

Incapaz de seguir a la pareja con los ojos, Karina me miró y frunció el ceño.

“Entonces, ¿te gustaría intentar cosechar papas y frijoles en el laberinto con Tama y Pochi?”

“¡Sí, me encantaría!”

Ante eso, Karina se puso de pie de un salto.

Hoy llevaba una camisa holgada de una boutique de ropa prefabricada, por lo que el rebote de su pecho fue especialmente dinámico de ver.

Las papas y los frijoles servirían como materiales para que los niños del orfanato privado practiquen la preparación de la cocina y los ingredientes para la cena.

“Está bien, pero por favor ve y cámbiate primero. Envié tu nueva armadura a la casa de huéspedes.”

“Muy bien. Erina, ayúdame, ¿quieres?”

“¡Sí, por supuesto!”

Karina y Erina salieron corriendo de la habitación.

Mientras esperábamos a que Karina regresara, Pochi y Tama continuaron con jugando Mira Para Acá, su batalla iba a una velocidad demasiado rápida para seguirla a simple vista.

“¡Esta espada ancha ligera es perfecta!”

Pasando por el almacén de armas que había establecido para la escuela de exploradores, Karina eligió una espada hecha con el brazo de una mantis de guerra.

Era considerablemente ligera para su gran tamaño, con una hoja densa y robusta que era perfecta para la práctica.

Al notar que sus criadas guardianas Erina y la novata, que la acompañarían en el laberinto, también parecían querer armas nuevas, les di espadas hechas con los brazos de las hormigas guardianas.

La dama de honor de Karina, Pina, se estaba quedando atrás, ya que no era tan hábil en la batalla como las otras dos.

“Raka, por favor asegúrate de que Lady Karina no mueva eso en el medio de la ciudad.”

“Entendido.” 

Karina podría ser incluso más descuidada que Pochi, así que le pedí a su Objeto Inteligente que la vigilara.

La mayoría de la gente se quejaría de eso, pero Karina no parecía particularmente molesta. “Amo, ¿está entrenando a Lady Karina?”

Cuando salimos de la escuela de exploradores, vimos a Liza, que regresaba de su trote por el perímetro de la Ciudad Laberinto.

“No exactamente. Le pedí ayuda en una pequeña misión, eso es todo.”

Mientras charlaba con Liza, Tama y Pochi salieron corriendo de la mansión preparadas.

Como no iban a ningún lugar muy peligroso, solo llevaban una armadura simple y cestas de madera atadas a su espalda.

“¡Ahora, pongámonos en marcha!”

“Aye, aye.”

“¡Roger! ¡¡SIR!!”

Al grito de Karina, Tama respondió con su habitual actitud relajada, pero Pochi fue mucho más ruidosa de lo habitual.

También había estado diciendo “sir” incluso más de lo habitual. ¿Quizás el estrés de no tener carne la estaba afectando?

Supongo que debería guardar este castigo sin carne solo para casos extremos en el futuro.

 “Haré un espectáculo de carne de plato completo para la cena esta noche, así que haz tu mejor esfuerzo.”

“¡GWAH! ¡Aye, sir!”

La luz volvió a los ojos de Pochi y ella apretó los puños con renovada energía. “¿Plato completoooo?”

“Así es. Tendremos tres tipos de rosbif para los aperitivos, luego shabu-shabu, pollo frito, teriyaki, estofado de ternera y un bistec grueso. Y, por supuesto, siete sabores diferentes de filete de hamburguesa. Habrá algunos camarones ligeros y cangrejo en el medio; luego lo terminaremos todo con sukiyaki.”

Con cada plato que nombraba, la cola de Pochi se movía cada vez más rápido. “Aah… Estoy tan emocionada que podría volverme loca, sir.”

“No puedo esperarrrr.”

“Eso ciertamente suena maravilloso. Tendré que luchar especialmente duro contra mis rivales hoy para abrir el apetito.”

Pochi y Tama comenzaron a girar para expresar su felicidad, mientras que la cola de Liza también comenzó a golpear el suelo.

¿De verdad les gusta tanto la carne?

 “Buena suerte.” Le dije con un saludo a las excitadas chicas bestia.

Karina y sus doncellas parecían un poco desconcertadas, pero les aseguré que también las invitarían al festival de carne y las animé a que hicieran lo mejor que pudieran.

***

Cuando regresaba de despedirme de Karina y compañía, pasé por el orfanato y vi a Mia en el jardín enseñando a los niños a tocar instrumentos.

Atraídos por su música, los pajaritos estaban sentados contentos sobre la cabeza y los hombros de Mia.

“Aah, qué canción más delicada.”

“Quiero pintar una imagen de Lady Mia tocando su música.”

“Entonces escribiré un poema sobre ella.”

Algunos niños y niñas hadas jóvenes revoloteaban alrededor de Mia con admiración. Su única respuesta a sus elogios fue un indiferente “mm”.

En todo caso, parecía disfrutar mucho más enseñando a tocar instrumentos a los niños. “Satou.”

“Oye, Mia. ¿Les está enseñando a los niños a tocar música?” Ya que Mia me vio, me acerqué para saludar. “Instrumentos.”

Mia asintió con la cabeza hacia los niños.

“¿Estás diciendo que te gustaría tener más instrumentos para que los niños puedan practicar?”

“Mm.”

Ella asintió con la cabeza, así que acepté proporcionar algunos. Más tarde podría pedirle a la señorita Miteruna que los ordene.

“Sí, muy bien. Endereza la hoja un poco más. Se necesita menos fuerza para mantenerla así.”

Cerca de Mia y compañía, algunas personas mayores estaban enseñando a algunos niños a trabajar la madera y tallar.

Estas personas eran artesanos jubilados y asistentes habituales a los conciertos junto al lago de Mia.

“Buenas tardes.”

“Vaya, ¿si no es el joven maestro?”

“Muchas gracias por complacer mi solicitud.”

“Bah, no hay necesidad de agradecernos.”

“Solo le estamos pagando a la muchacha por sus conciertos.”

“¿Cómo podríamos decirle que no a Lady Mia?”

A través de Mia, había solicitado que comenzaran a ofrecer capacitación o talleres de bricolaje para los niños para darles más opciones para futuros empleos.

Lo hacían como voluntarios, pero yo pensaba agradecerles con sake, pasteles, etc. Pasados los talleres, Lulu estaba dando clases de cocina.

“¿Han aprendido a usar el cuchillo? A continuación, les mostraré cómo descomponer una papa con lúpulo.”

Lulu y algunas de las sirvientas de la mansión les estaban enseñando a los niños cómo preparar papas con lúpulo.

La mayoría de los estudiantes eran niñas, pero también había una buena cantidad de niños. Todos parecían muy serios.

“¡Amo!”

Cuando terminó su demostración, Lulu se fijó en mí y esbozó una sonrisa brillante. “¿Necesitas algo para las clases?”

“Estamos bien, gracias.”

Una vez que confirmé esto con ella, elogié a los niños por su seriedad sobre la clase y… “Cuando sea grande, ¡voy a ser un chef como Lady Lulu!”

“Comenzare con un carrito de comida y algún día seré dueño de un restaurante!”

… Por alguna razón, empezaron a contarme sus sueños.

Me impresionó que ya tuvieran aspiraciones tan claras a su corta edad. Sus futuros se veían brillantes.

“¡Nanaaa!”

“Díganme, larvas.”

“¡Nana, juguemos con bloques de construcción!”

Una vez que dejé la clase de Lulu y entré al orfanato, encontré a Nana adentro rodeada de sus queridas “larvas”.

A pesar de su cara seria, parecía estar divirtiéndose mucho, así que me di la vuelta con cuidado para avanzar por el pasillo sin interrumpir.

En una esquina del espacio compartido donde Nana y los niños jugaban, se había formado una especie de fila.

Al averiguar un poco, supe que estaban esperando para cargar la herramienta mágica estilo ventilador eléctrico que les había dado.

“Je-je, mi turno.”

Los niños parecían disfrutar canalizando su poder mágico en la herramienta.

Parecía que girar rítmicamente como un ventilador eléctrico también se estaba convirtiendo en una moda.

Dado que aparentemente estaban cargando al ventilador con poder mágico como un juego, me había dado cuenta recientemente de que más niños estaban empezando a adquirir la habilidad “Manipulación Mágica”.

Como esa era una habilidad muy útil, también proporcioné al orfanato y a la escuela de exploradores herramientas mágicas tipo lámpara, espadas de madera fáciles de cargar, etc., con la esperanza de que aún más de ellos la obtuvieran.

“¡Cabra!”

Otro grupo de niños jugaba con cartas de práctica en el pasillo, usando los bancos como mesas.

“No, esa es ‘carne de cabra’.”

“¡¿Qué?! ¡Dije ‘cabra’, así que acerté!”

“¡Pero Pochi y Tama lo llamaron ‘carne de cabra’!”

Era lindo de ver, pero me preocupaba que memorizaran algo incorrecto, así que les informé cortésmente que “cabra” en sí mismo era correcto.

Cuando el niño que había creído a Pochi y Tama se veía con lágrimas en los ojos, agregué: “Si ves a Pochi o Tama, puedes decirles que estaban equivocadas.”

En otro banco cercano, un niño mayor leía lentamente un libro ilustrado a uno más joven. Claramente, la educación en el orfanato iba bien.

“¡Dámelo! ¡Quiero leerlo!”

“Espérate. ¡Aún no he terminado!”

Al escuchar a algunos niños discutir, miré dentro de una habitación y vi a dos niños mayores peleando por un libro en la biblioteca.

“¡Deténganse los dos!”

Una voz familiar interrumpió la pelea: Arisa.

“La regla es media hora por persona, ¿recuerdan? Hamuna, dale el libro a Ralin.”

“Biennn.”

“¡Yaaay, gracias, Arisa!”

Cuando el chico llamado Ralin tomó felizmente el libro, noté la portada.