Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 11

Capítulo 7: Clases De Exploradores Novatos

Parte 2

Podría haberme protegido de esto con Encanto: Protección Física, pero que las cebollas te hagan llorar es realmente parte de toda la experiencia.

“Eso es porque estás triturando las fibras. Si las cortas con suavidad, no te harán llorar.” Lulu amablemente les mostró cómo cortar las cebollas correctamente.

Todas las sirvientas murmuraron admiradas por las habilidades con el cuchillo de Lulu, que estaban a la par con cualquier maestro de cocina en este momento.

“Maestro, la operación de amasado va bien, le informo.”

Nana estaba en el proceso de amasar la carne de hamburguesa, con las mangas arremangadas hasta los codos.

Esta fue la parte más difícil, así que hice que la Señorita Miteruna y las nuevas sirvientas, Rosie y Annie, la ayudaran.

Mientras sacaban bolas de carne, las arrojé entre mis manos varias veces, luego las alineé en la placa de cocción con un espacio entre ellas.

“¿El joven maestro está jugando a un juego?”

“Se supone que no debes jugar con la comida, ¿sabes?”

“No, no. Ese es un truco de magia secreto para hacer que la hamburguesa sea más deliciosa.” Arisa corrigió el malentendido de los niños.

“¿Magia?”

“Oh sí. ¡Por eso llaman al maestro Chef Milagroso!”

Con aire dudoso, los niños se volvieron interrogantes hacia Mia.

“Mm. Verdad.”

“¡Vaya, es verdad!”

“El joven maestro es asombroso.”

“¡H-Hey! ¡¿De qué va todo eso?! ¡Crean un poco más en mí!” Arisa expresó su indignación con una jerga pasada de moda.

“¡Waaah, la Señorita Arisa está enojada!”

“¡Corran! ¡Da miedo cuando enloquece!”

Los niños chillaron encantados y huyeron, por lo que Arisa los persiguió, fingiendo enojo. Me alegré de tenerla para ayudarme a comunicarme con los niños.

“¡Señor, la placa de hierro está lista… quiero decir, la placa de hierro está lista, joven maestro!”

La joven sirvienta que había estado vigilando la placa de hierro encima de la estufa me llamó. Todavía tenían problemas con el lenguaje cortés, pero estaban mejorando día a día.

“Gracias. Esto luce bien.”

Cuando sostuve mi mano sobre la placa de hierro, mi habilidad “Cocinar” determinó que estaba casi a la temperatura adecuada.

Esperé el momento perfecto y comencé a alinear los filetes de hamburguesa en el plato caliente.

¡Chisporrotear! El delicioso sonido llamó inmediatamente la atención de las chicas bestias.

En poco tiempo, el olor de la carne cocida llenó el aire, haciendo que los otros niños miraran y sus estómagos comenzaran a gruñir.

“¡Todo el mundo! Ayudemos a que la cena sea más sabrosa.” Arisa llamó a los niños.

Mia comenzó a tocar algo de música para respaldar el discurso de Arisa, que probablemente habían planeado con anticipación.

“¿Cómo lo hacemos?”

“¡Vamos a animarlos!”

Arisa hizo un gesto dramático.

“¿Animar?”

“¡Al igual como cuando dices: ‘puedes hacerlooooooo’!”

“Tsk, tsk, tsk.” Dijo Arisa en voz alta, sacudiendo la cabeza. Luego señaló sus labios.

“¡Con una canción!”

Como una cantante galáctica que usa música para detener una guerra, Arisa extendió los brazos hacia los niños.

“Vamos a poner todo nuestro aliento en una canción y hacer que la hamburguesa sea extra, extra, extraaa sabrosas, ¡‘serán super hamburguesas’!”

“¡Whoa!”

“Suena divertido.”

Arisa parecía ser tan buena para inventar nombres como yo, pero admiré cómo ella estaba convirtiendo esto en un evento para que verme cocinar filetes de hamburguesa fuese llevadero.

“¿Qué tipo de canción?”

“¡Una canción del corazón! ¡Solo sigue mi ritmo~!”

Arisa comenzó a cantar una canción de apertura de anime que sonaba vagamente familiar, aunque cambió la letra a una parodia que enumeraba los pasos para cocinar filetes de hamburguesa.

Mientras Arisa cantaba con todo su corazón, los niños comenzaron a unirse uno tras otro.

Al escuchar voces familiares entre ellos, me volví para ver a Tama y Pochi, quienes habían terminado de moler la carne y estaban flanqueando a Arisa a ambos lados.

“Maestro, ayudaré con la cocina.”

“Gracias, Lulu.”

Las comisuras de los labios de Lulu estaban levantadas por el canto de los niños.

Si me preguntas, no es una mala forma de preparar la cena.

 “¡Mmmm!”

“¡Sabroso!”

“¿Tan buenoooooo?”

“Sir. La hamburguesa sigue siendo lo más delicioso y mejor de todos los tiempos, sir.”

“Sí, lo mejor.”

“Mmph. ¡Lo más delicioso!”

Vi como los niños se dedicaban a degustar los filetes de hamburguesa.

Había demasiados para hacer acompañamientos elegantes, así que con suerte me perdonarían por conformarme con champiñones salteados en mantequilla y papas fritas.

“¡Obviamente mi canción debe haber funcionado!”

“Vamos, te refieres a nuestra canción.”

Mi habilidad “Audición Aguda” se hizo eco de la conversación de los niños.

Los niños de corazón puro parecían tener dificultades para reconocer cuando Arisa estaba bromeando.

“Esto es delicioso.”

“No es de extrañar que Pochi y Tama estuvieran tan orgullosas de ello.”

Después de repartir las comidas para los niños, las sirvientas se sentaron a comer sus propios filetes de hamburguesa.

“Llámenlas Señora Pochi y Señora Tama, recuerden.” Las regañó la Srta. Miteruna mientras regresaba de la casa.

Había llevado platos de comida a la pareja de samuráis a cargo de la seguridad de la casa.

“Sus filetes de hamburguesa siguen asombrando, Maestro.” Liza cerró los ojos, masticando pensativamente.

Su cola se movía hacia adelante y hacia atrás, una señal reveladora de que se estaba divirtiendo.

“Ahhh… todavía no puedo estar a la altura del nivel del Maestro.”

“Lulu, tu ambición es admirable, te alabo.”

“Mm. Espera un momento.”

Lulu parecía complacida, aunque un poco amargada, mientras Nana y Mia la animaban.

Mia tomó media ración de filete de hamburguesa, junto con una montaña de champiñones salteados.

Sorprendentemente, la otra mitad del filete de Mia no estaba en los platos de las chicas bestias sino en los de Arisa.

“Oye, no me mires así.”

Sintiendo mi mirada, Arisa protestó de inmediato. Probablemente no quería que pensara que estaba siendo una glotona.

“¡Jugar con esos niños quema muchas calorías, sabes!”

“Sí, sí. Está bien.”

Mi novia en la universidad una vez me hizo unirme a ella en una dieta, así que supe lo estresante que podía ser.

Despidiendo a Arisa, noté un punto azul en mi radar, lo que indica que se acercaba un conocido mío.

“Oh-ho, un banquete al aire libre bastante rústico tienes aquí, ¿no?”

Era la Princesa Meetia del Reino Nolork, con sus cortas coletas en forma de taladro rebotando. Junto a ella estaba su estoica guardaespaldas, la dama caballero Ravna.

“Es un placer volver a verte, Princesa Meetia.”

“Me alegro de verte en buena salud, Sir Satou.”

La princesa miró alrededor en nuestro banquete al aire libre y asintió con seriedad.

No parecía mayor que Arisa, por lo que ver sus rasgos infantiles intentar formar una expresión madura siempre era encantador.

Aunque no podía decirle eso, no fuera a herir sus sentimientos, por supuesto.

“¿Hay algún asunto urgente en marcha?”

Todavía no era del todo el atardecer, pero aún era tarde para que una princesa diera un paseo.

“Hmm, escuché de Lady Reythel que estabas en algún problema, ¿no?”

Reythel era el nombre de la esposa del virrey, quien me había dado consejos sobre cómo ayudar a los niños.

“Vine a ver si podía ser de alguna ayuda, pero…”

La Princesa Meetia parecía haber deducido de la tranquila escena de la cena que el problema ya se había resuelto.

“Aprecio mucho eso.”

En lugar de disculparme por el viaje en vano, simplemente le agradecí que se preocupara por nosotros.

“Si no le importa tener la misma comida que los niños, ¿le gustaría acompañarnos? Serías más que bienvenida.”

“Hmm, ¿estás seguro? No estaré tomando la comida de otra persona, ¿no?”

Qué jovencita tan reflexiva es.

 “Sí, está bastante bien. Hice mucho más en caso de que alguien quisiera repetir. Lady Ravna, espero que también se una a nosotros.”

“Entonces aceptaré tu oferta.”

“Muchas gracias.”

Les pedí que les trajeran una mesa y sillas y les preparé una buena vajilla.

No podría darle a una princesa los mismos platos desechables que usamos para el comedor de beneficencia.

“Oh-ho, esta carne es notablemente suave, ¿no?”

Los ojos de la Princesa Meetia se abrieron como platos cuando le dio un mordisco al filete de hamburguesa.

Lady Ravna simplemente comió en devoto silencio. Su plato estuvo vacío en cuestión de momentos.

“Por favor, sírvanse más.”

“L-Lo aprecio bastante.”

Le ofrecí otro plato, que aceptó agradecida.

Los  filetes  de  hamburguesa  se  hicieron  en  porciones  de  tamaño  infantil,  por  lo  que probablemente no fue suficiente para un caballero bien formado como Ravna.

Ella acabo su segundo plato en poco tiempo, pero declinó más cuando vio cómo los niños escarbaban durante unos segundos.

La loca búsqueda de más comida que Tama y Pochi habían comenzado pronto llegó a su fin en la forma de innumerables niños con apariencia de peluche rellenos de tanto comer.

Quizás no debería haber empezado a hacer filetes de hidra cuando nos quedamos sin carne la mitad.

“Eso fue realmente delicioso, ¿no? Incluso yo, un miembro de la realeza, apenas he comido una comida tan notable.”

A juzgar por el tono de la Princesa Meetia, su elogio fue claramente genuino.

“¡Vaya, incluso a la princesa le gustó!”

“Bueno sí. ¡Estaba tan delicioso!”

“Je-je, realmente tenemos algo especial.”

Los niños parecían sorprendidos y complacidos de saber que la comida había sido excepcional incluso para un miembro de la realeza.

“Me pregunto si alguna vez podremos volver a comer así.”

“Probablemente no, ¿verdad?”

Al notar las miradas interrogantes de los niños, respondí.

“No podemos hacerlo todo el tiempo, pero lo intentaremos algunas veces al año, al menos.”

La directora del orfanato asintió, indicando que no sería un problema.

“¡Yaaay!”

“¡Hurra!”

“Ahora me pregunto cuándo lo comeremos.”

“No por un tiempo, estoy seguro.”

“¿Pero cuánto tiempo?”

“¡Sólo un rato!”

La conversación de los niños fue tan adorable como siempre.

Si les diera una fecha específica, tendría miedo de ver la expresión de sus rostros en caso de que rompiera mi promesa, así que evité cualquier declaración concreta.