Great Demon King

Libro 3: La Orden del Manto Oscuro

Capítulo 117: ¡Saqueenlos a Todos!

 

 

Al día siguiente finalmente llegaron al mismo claro en donde Han Shuo mató a la Arpía y también donde conoció al grupo de Aventureros por primera vez. Eso significaba que estaban muy cerca de la guarida de los Troll del Bosque, pero en una zona relativamente segura. Las lesiones de Odiseo ya se habían recuperado del todo gracias a la Esencia de la Gorgona e incluso parecía mucho más fuerte de lo que era originalmente, de modo que Han Shuo juzgó seguro continuar por su cuenta y los reunió a todos para despedirse con una sonrisa:

– ¡Amigos, ha sido un honor viajar con ustedes! Si bien he conocido a todo tipo de aventureros creo que nunca encontraré a personas tan nobles como para estar dispuestos incluso a arriesgar sus vidas por un desconocido al que no le debían nada. Pero todo lo bueno tiene que llegar a su fin y ya que nos encontramos aquí, parece el sitio apropiado para despedirnos. Pero sepan que no olvidaré lo que han hecho por mí durante este tiempo. Si alguna vez puedo hacer algo por cualquiera de ustedes, no duden en buscarme. –

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Los Aventureros asintieron con tristeza, pero entendieron que era el momento de tomar caminos separados. Han Shuo había sido como un hermano mayor en su mente y hasta pensaron en pedirle que se uniese a su grupo, pero sabían que alguien tan habilidoso sólo desperdiciaría su potencial con ellos, así que al final no dijeron nada al respecto. Odiseo sonrió con resignación y dijo:

– Muchas gracias por todo, señor Bryan. Nos has salvado la vida incontables veces e incluso arriesgaste la tuya para que pudiese volver a levantarme. Nunca olvidaré esto. Y si algún día necesitas ayuda, seré el primero en ofrecerte mi espada. Aunque con habilidades como las tuyas, dudo que esa situación se llegue a desarrollar. ¡Que los dioses te guarden en tus batallas! ¡Quiera el destino que volvamos a encontrarnos en el futuro! –

– Espero lo mismo, amigos. Por favor saluden a Nía de mi parte. –

El grupo se despidió durante un buen rato hasta que finalmente se marcharon usando el mismo sendero por el que vinieron y Han Shuo descubrió con sorpresa que realmente había llegado a apreciarlos sinceramente.

En el instante en que el sonido de sus pasos desapareció, Trunks se volvió hacia él para decirle:

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– Tus heridas han sanado y ya no necesitas protección. También es hora de que me vaya. –

Han Shuo lo miró con una sonrisa peligrosa y negó con la cabeza:


– Todavía tenemos algo pendiente. –

Trunks lo miró extrañado y preguntó: – ¿Qué sería eso? –

– El Gremio McGrady, claro está. ¡Esos miserables que trafican mercancías ilegales, fomentan la corrupción en los países y arruinan la economía de los negocios honestos! –

– ¿Y eso te molesta? ¿A ti? –

– Oh, a mí nada de eso me importa, solamente me sirve como excusa. El caso es que tienen que pagar por cada gota de sangre que me han hecho derramar. Cada maldita gota. –

– O sea que eres rencoroso. ¿Pero vale la pena tanto esfuerzo para desquitarte? – Preguntó Trunks alzando una ceja.

Han Shuo simplemente sonrió mientras negaba con la cabeza para dar a entender que no se trataba de un simple “desquite”, sino de algo más. Finalmente, su mirada se enfrió cuando volvió a hablar ya sin ninguna pretensión de burlarse: – Es cuestión de principios. Esos desgraciados nos atacaron de esa manera porque están acostumbrados a hacerlo, eso implica que al Gremio McGrady no le importa a quien maten sus hombres y hasta es posible que los inciten al saqueo para poder tener más productos a su disposición. Imagino que le hubieran comprado el Fruto de Dragmar a ese tal Leo sin siquiera preguntarle a qué pobre desgraciado habían tenido que matar para obtenerlo. –

Trunks alzó una ceja dando a entender que ya sabía todo eso, pero quería que Han Shuo fuera al punto y le dijera por qué tendría que ayudarle.

– Imagino por tus palabras que fuiste traicionado en algún momento, seguramente por tus propios camaradas, ¿no es cierto? Pues somos algo parecidos. – Dijo Han Shuo mirándolo con seriedad: – Yo fui esclavo Trunks. Mi propia familia me vendió por unas miserables monedas como si fuese un puto bulto del que quisieran deshacerse. Durante la mayor parte de mi vida he sido menos que un animal, porque hasta los perros estaban mejor valorados que yo. Mi libertad costó me mucho esfuerzo, varios sacrificios y bastantes cadáveres, pero conseguí volver a ser una persona. Desde entonces me hice un juramento absoluto: Nunca dejaré que otros me traten como basura desechable. –

– ¿Esperas que me conmueva o algo así? – Dijo Trunks burlándose, aunque la sonrisa realmente no llegaba a sus ojos.

– ¿Crees que no he notado que estuviste abandonando el campamento por la noche? –

– …. –

– Has estado buscando al Gremio McGrady para cobrar venganza tú solo. ¿No es verdad? Lo entiendo, los bastardos deben pagar. Pero si no tienes suerte te matarán… y lo sabes. Aun así, estás pensando en intentarlo, incluso si al final no ganas nada de valor por ello. –

Trunks abrió mucho los ojos por la sorpresa. Ya estaba acostumbrado a las increíbles habilidades de detección de Han Shuo, pero ahora se daba cuenta de que también poseía un intelecto considerable y era capaz de darse cuenta de las verdades que yacían debajo de las apariencias.

– Sabes que necesitas ayuda, pero no quieres deberle nada a nadie. – Continuó Han Shuo: – Tienes tu propio código, pero no piensas hacer que otros se involucren por eso. Lo entiendo, también prefiero merodear por mi cuenta. Pero esto no cae en la categoría de favor o ayuda, simplemente ocurre que nuestros principios coinciden, por eso es conveniente trabajar juntos. Si lo prefieres puedes decirte a ti mismo: el enemigo de mi enemigo es mi amigo. –

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Ambos se quedaron en silencio durante un buen rato. Han Shuo había entendido perfectamente la forma de pensar de Trunks porque era muy similar a la suya. Él mismo jamás suplicaría la ayuda de otros para una venganza personal y tampoco la aceptaría si se la ofrecieran, porque lo que más valoraban las personas como ellos, después de sus seres queridos, era su propio sentido de la dignidad y preferirían morir antes que perderlo.

Trunks nunca le pediría ayuda para atacar al Gremio McGrady cuando no había una ganancia potencial en ello y la posibilidad de morir era tan alta, sobre todo teniendo en cuenta la disparidad de fuerzas a las que se enfrentaban. Por eso Han Shuo decidió ser sincero con sus motivaciones, para convencerle de que atacar juntos era apropiado “de acuerdo a sus principios”.

Después de un buen rato el Cazador de Monstruos mostró una sonrisa salvaje parecida a la de un depredador. Esa era su verdadera cara la que, al igual que Han Shuo, había estado ocultando incluso a los Aventureros, ya fuese para no asustarlos o por otros motivos.


“El Enemigo de mi Enemigo es mi Amigo”. Esa es una buena frase, ¿cómo es que nunca antes la he escuchado? –

– Es de un reino muy lejano. – Respondió Han Shuo con ironía y por dentro pensó: “Muy, MUY LEJANO”.

– Pues es bastante buena. – Dijo Trunks antes de soltar una carcajada, después volvió a ponerse serio para decir: – Odio al Gremio McGrady precisamente porque se llenan los bolsillos con dinero sucio y luego andan creyendo que pueden tratar al resto del mundo como basura. Desde hace mucho que busco alguna excusa para destruirlos ¡y ahora ellos me han dado una en bandeja de plata! Como dices, es cuestión de principios, los míos al menos. –

– ¿Cuál era tu plan? –

– Si se enteran de mi identidad le podrán un precio exorbitante a mi cabeza e incluso yo tendría problemas para evadir a todos esos cazarrecompensas. No los puedo atacar de frente a no ser que pueda exterminarlos completamente y con mis poderes actuales eso es imposible. Por eso pensaba seguirlos durante unas cuantas semanas e ir reduciendo sus números con ataques nocturnos. Precisamente en unos días habrá una noche de Luna Nueva que es perfecta para realizar todo tipo de masacres. Luego pensaba desatar un incendio sobre las caravanas para destruir sus pertenencias y divertirme viendo sus caras desesperadas. Era un buen plan… pero hay un problema. –

– ¿Y ese problema es? –

– Tienen un Archimago, la pesadilla de todo Espadachín si no ha alcanzado el grado de Gran Maestro, porque pueden lanzar terribles ataques a distancia y mantenerse fuera de rango con esa maldita levitación. Si al menos estuviese en solitario podría intentar atacarlo rápidamente al inicio de la batalla, pero con tantos Espadachines Veteranos e incluso un par de Caballeros a su lado, eso es prácticamente imposible. –

– ¿Por qué no intentar un ataque sorpresa aprovechando la oscuridad? –

– Ahí está el detalle que arruinó todo mi plan. Es un Archimago Oscuro, todo un maestro en la materialización de las sombras, así que la noche no le oculta ningún secreto y además es el momento en que sus poderes son más peligrosos. –

Han Shuo entornó la mirada con preocupación. Un Archimago de la Magia Oscura era una temible fuerza a tener en cuenta, sobre todo para él, cuyos poderes dependían en gran parte de la Necromancia, que era considerada como una subcategoría. Quizá pudría obtener la ventaja usando los hechizos aprendidos en el Cementerio de la Muerte, pero en esos momentos apenas podía ejecutar una pequeña fracción de su verdadero poder y no quería arriesgarse a que alguien de los reinos humanos se enterase de que los conocía si algún mercenario conseguía escapar.

– ¿Qué tan poderoso es ese Archimago? –

– Bastante. No he conseguido verlo, pero es responsable de colocar las barreras en el campamento cuando están por dormir y jamás ha dejado un punto débil en sus defensas. Sólo eso es suficiente para estimar que es de primera clase incluso entre los Archimagos. –

Han Shuo cerró los ojos un momento para considerar los méritos y deméritos de continuar con su ataque, pero al final decidió que valía la pena intentarlo a pesar de todo. El Gremio McGrady seguramente trasportaba bastantes riquezas y él no estaría luchando en solitario.

– Tengo una forma de atraer la atención de los guardias, quizá incluso sacarlos de la ecuación. Pero no puedo manejar a un Archimago yo solo. Si me ayudas a combatir, quizá tengamos una oportunidad. –

– Tienen más de 300 guardias. Si a ellos le sumas los cargadores y otros acompañantes, estamos hablando de más de 500 personas. ¿Cómo piensas lidiar con tantos enemigos? ¿Con veneno? Seguro que tienen contramedidas para eso. –

– Deja que me ocupe de esos pequeños detalles. Lo único que debes hacer es seguir de cerca a la caravana del Gremio McGrady y esperar a que llegue el momento. ¡Entonces iremos directamente por el Archimago! –

– ¿Y cuándo exactamente será ese momento? –

Han Shuo mostró una sonrisa maliciosa y cargada de significados: – Oh, tú lo sabrás cuando lo veas. Por ahora síguelos como si fueses su sombra. ¡Pronto sabrán el precio que han de pagar por habernos atacado! –

Luego de estas palabras dio media vuelta para marcharse alegremente y dejando a Trunks intrigado.

***

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– ¡El Gran Datara ordena que convoques a todos los guerreros! – Exclamó Han Shuo con una mirada terrible y bastante intimidante.

Después de regresar a la aldea de los Troll del Bosque había convocado al Pequeño Esqueleto para dirigirse directamente al terreno sagrado. Desde ahí esperó hasta que una multitud comenzase a reunirse en torno a la plataforma del templo y cuando estuvo seguro de que había suficientes como para correr la voz en toda la aldea, comenzó con su discurso.

– ¡Escuchen las palabras del dios muerto, el incomparable Datara! ¡Que todos los Troll conozcan su divina voluntad! ¡Las estrellas se han alineado para consagrar nuestra cacería! ¡Hoy mismo el Gran Datara nos liderará en la batalla! –

Las palabras de Han Shuo arrancaron una exclamación emocionada a todos los troles presentes, que empezaron a gritar alabanzas a su dios mientras se arrodillaban en dirección al Pequeño Esqueleto. Este alzaba sus manos de cuando en cuando o movía la cabeza de acuerdo a las instrucciones de Han Shuo para mantener el acto.

Después de un largo rato, la emoción se calmó y el Viejo Chamán se adelantó para preguntar: – ¡Oh Adalid de gran dios! ¿Cuál es voluntad del divino Datara? ¡Debes decirnos, oh Adalid! –

Han Shuo consiguió aguantar la risa con grandes esfuerzos y mantuvo su expresión solemne para decir: – ¡Ustedes van a comprobar cuán poderoso es Datara! ¡Sus bolsillos se llenarán con oro del saqueo y la muerte de los débiles! ¡Escuchad mis palabras! Cerca de aquí hay una caravana mercante dirigida por unos ladinos humanos, que trasporta el que a partir de ahora es nuestro tesoro. Porque Datara ha decido entregárselos a ustedes. ¡Es suyo por derecho! Ahora tomen sus armas y llamen a cada guerrero dispuesto a luchar por lo que es nuestro. Datara ordena que roben, saqueen, destruyan y maten a todos esos malvados humanos. ¡Vamos guerreros Troll! ¡Sangre y gloria nos aguardan!¡Quítenles todo su oro! –

Hubo un pequeño momento de silencio… justo antes de que la algarabía se extendiese por todos los Troll presentes. Cada uno comenzó a gritar o cantar grotescos cánticos guerreros mientras extendían la noticia por todo el asentamiento. Cada macho, hembra o mocoso estaba bailando de alegría ante la idea de participar en un gran robo. En poco tiempo se formó toda una multitud de troles armados con cuchillos largos, hachas, espadas, grandes garrotes y escudos rudimentarios. Cada uno agitaba sacos de cuero gruesos junto con sus armas, con una euforia guerrera que rayaban en el paroxismo. Era evidente que esta raza llevaba el robo en la sangre y su naturaleza no podía ser cambiada.

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– ¡Gracias, oh gran Datara! ¡Gracias, oh Adalid! – Gritaba el Viejo Chamán lleno de alegría. Era evidente que quería decir más cosas, pero la emoción de la próxima expedición le impedía recordar las palabras en el idioma humano. Después de arrodillarse unas cuantas veces más, el Viejo Chamán comenzó a gritar instrucciones inmediatamente al Jefe de los Guerreros para que organizase a las tropas y en poco tiempo habían reunido un batallón de entre quinientos a seiscientos combatientes bastante curtidos, que se movían de forma ordenada en columnas.

Viendo que todo estaba dispuesto, Han Shuo sonrió y decidió que no había necesidad de decir mucho más. Dio una orden mental a su Pequeño Esqueleto para que saltase de un modo vistoso e impactante encima de la gran litera de madera que anteriormente habían usado para trasportarlo. Han Shuo se colocó a la derecha y el Viejo Chamán a la izquierda, justo en medio de la formación.

“Tengo que reconocer que, con el parche en el ojo, toda esta parafernalia y la imponente litera en la que va sentado… Si parece una deidad de los piratas o algo por el estilo” Pensó Han Shuo al verlo sentado en el trono, adornado con plumas, telas y todo tipo de ofrendas. Después de sonreír disimuladamente, miró su Anillo Espacial para extraer una capa con capucha de color negro que vistió rápidamente, poniendo cuidado en ocultar sus facciones. Finalmente dio una orden mental al Pequeño Esqueleto para que se levantase por un momento y sacudiese su cuchilla de hueso.

Tras soltar un rugido guerrero, todo el ejército trol comenzó a marchar por el túnel oculto para después adentrarse en la espesura del Bosque Oscuro. Durante el viaje las criaturas mágicas prefirieron evitarlos pues, aunque un Troll del Bosque individual no era gran cosa, cualquiera lo pensaría dos veces antes de enfrentar a casi seiscientos guerreros, sobre todo cuando no había nada concreto que ganar en ello. Tal era la fuerza del número.

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Sin embargo, el viaje fue bastante difícil. No había modo de desplazar a un ejército tan grande por el bosque sin que se produjesen algunos incidentes, sobre todo porque los troles estaban más acostumbrados a viajar en grupos de veinte a treinta integrantes. Más de uno tropezó accidentalmente y rodó cuesta abajo, rompiéndose una pierna; lo cual equivalía a una sentencia de muerte dentro del Bosque Oscuro, pues si ya no podía correr tampoco podía saquear y la tribu no estaba interesada en gastar sus escasas medicinas ayudando a alguien que ya no les servía para nada. Incluso Han Shuo pensó que esto era un poco cruel, pero no dijo nada al ver como los troles seguían adelante e ignoraban los gritos de auxilio del pobre desdichado que había quedado tullido, porque entendía que así era su cultura y él no podía hacer nada al respecto.

Otros tuvieron la imprudencia de separarse demasiado de la fuerza principal, cayendo víctima de los depredadores oportunistas que acechaban en la espesura esperando precisamente eso: que algún despistado se alejara de la protección del grupo. Tampoco faltaron aquellos que recogieron comida por el camino y les tocó la mala suerte de encontrar su muerte con una fruta envenenada o las esporas fatales de alguna seta.

Tales cosas eran inevitables. Han Shuo había pasado algo de tiempo en la biblioteca de Estudios Militares de la Academia y también prestó atención a las conversaciones ocasionales de sus amigos aventureros acerca de su experiencia en el Ejército. Descubrió con sorpresa que el número de efectivos que participaban en una batalla siempre eran un aproximado, porque en el camino se morían soldados por accidentes, peleas, ejecuciones por indisciplina o las vergonzosas deserciones. Ya era lo bastante bueno si un general conseguía llegar al campo de batalla con un número razonablemente cercano a la cantidad de soldados que tenía el primer día y por eso, incluso si un ejército no era completamente aniquilado, se podía decir que había sufrido una aplastante derrota si perdía más de un tercio de sus hombres, porque durante la retirada ocurrirían incluso más accidentes y deserciones que durante la marcha inicial. En el Imperio Itálico habían más de una quincena de generales activos todo el tiempo y al menos ciento sesenta aristócratas que cumplían los requisitos para ser nombrados, pero no serían más de cinco o seis los que poseían las habilidades junto con el prestigio militar necesario para conseguir que un ejército sobreviviese a un revés semejante y aún pudiese seguir combatiendo en una futura batalla.

“Claro que si alguien se atreviese a decir esta realidad en voz alta… Los aristócratas se lo comerían vivo. Todos esos hijos de familias con mil generaciones creen que descienden de los mismísimos dioses de la guerra a pesar de que cuando los cortan con una espada fluye la misma sangre roja que tiene cualquier esclavo y no el licor sagrado que se supone corre por las venas de los inmortales.” Pensó Han Shuo con algo de sorna mientras recordaba a Claude, Bach, Bella o el ridículo de Fitch; luego se puso serio y comenzó a hacer cálculos en su mente: “Por lo menos debemos llegar con suficientes guerreros para la batalla, pero también a tiempo para descansar. Es una suerte que la distancia no sea tan larga, porque nos da un margen para preparar una buena emboscada.”

***

 

 

Las predicciones de Han Shuo resultaron bastante acertadas y llegaron con dos días de ventaja al camino donde se encontrarían con el Gremio McGrady. Gracias a los Demonios Originales podía saber su ubicación exacta en cualquier momento, así como la disposición de sus tropas. Pero como él no estaba demasiado versado en tácticas militares le dio toda la información al Viejo Chamán como si fuesen revelaciones del dios Datara y esté se lo comunicó a líder de los guerreros.

Aunque se lo conociera con el nombre de Bosque Oscuro, en realidad esto se debía a la costumbre de los países sumado al hecho de que nadie lo había explorado por completo. Pero por su extensión, variedad de especies, terrenos, afluentes, cantidad de animales o vegetales y la impenetrabilidad que poseía, calificaba más para el apelativo de “Selva Mágica”.

A veces el terreno era plano otras veces montañoso, en ocasiones se podían encontrar marismas o pantanos como el de la Gorgona y enormes túneles subterráneos, lagos y ríos misteriosos, sabanas y valles; por no mencionar que nadie conocía cuán grande era en realidad.

No había caminos propiamente dichos sino más bien “rutas” por las cuales se podía transitar hasta cierto punto. Y cuanto más numeroso fuese el grupo que intentase recorrer el bosque, menos opciones se tendría. Los Troll sabían esto de forma instintiva, así que escogieron un sendero que discurría en medio de un terreno montañoso y lleno de una enmarañada maleza que les permitía ocultarse. Sabían que la caravana tendría que pasar formando una larga columna con pocos integrantes para poder avanzar, lo cual les dificultaría la defensa. También les daba a los Troll la ventaja de luchar en un terreno elevado.

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Sin que Han Shuo tuviese que hacer nada, los Troll comenzaron a reunir grandes troncos y rocas para hacerlos rodar cuesta abajo cuando llegase el momento apropiado, también las usaron para bloquear la ruta, obligando a la caravana mercante a detenerse en el lugar que ellos deseaban. Luego procedieron a ocultarse en ambos márgenes del camino, mimetizándose de un modo asombroso con la vegetación circundante. El propio Han Shuo no los hubiera podido detectar sin acercarse de no ser por los sentidos sobrenaturales de sus Demonios Originales.

Finalmente, tras dos días de espera, Han Shuo pudo ver a la caravana de Dragones Terrestres que trasportaban una enorme cantidad de paquetes, ayudados por un nutrido grupo de sirvientes o esclavos. Todos eran escoltados por una gran cantidad de guerreros profesionales que estaban bastante atentos a cualquier peligro que pudiera presentarse, algunos caballeros se destacaban por sus armaduras de acero pulido, junto con un número más reducido de magos. Entre los defensores pudo reconocer a dos rostros familiares que estaban entre el grupo que originalmente habían tratado de asaltarlo.

Los animales se veían obligados marchar en una columna estrecha por la morfología del terreno, por lo que se veían forzados a avanzar lentamente por precaución. Los Dragones de tierra eran bastante voluminosos, así que cada cierto tiempo tenían que detenerse para evitar que las ramas de los árboles se enganchasen en los paquetes que llevaban atados al lomo. El Gremio McGrady también había conseguido varios caballos de carga para llevar más mercancías y algunas criaturas mágicas semejantes a lagartos o tapires gigantes, que además trasportaban cómodamente a los mercaderes importantes, quienes eran escoltados personalmente por los caballeros más poderosos.

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Los Demonios Originales también descubrieron una serie de barreras mágicas de detección, desplegadas hábilmente para encontrar a cualquier enemigo oculto. Sólo por esto era evidente que el Archimago que protegía la caravana era bastante poderoso. Lo único positivo para Han Shuo radicaba en que mantener constantemente esas barreras tenía que agotar sus fuerzas en cierta medida, aunque no estaba claro si eso sería suficiente para reducir su rendimiento en combate.

Después de un tiempo también detectó a Trunks, que se desplazaba serpenteando entre las raíces de los árboles al lomo de su Mantícora, casi al ras del suelo para no ser detectado y a una distancia bastante prudencial. Era evidente que también temía que el Archimago lo detectase, así que no estaba corriendo ningún riesgo.

Tras media hora de marcha la caravana llegó finalmente a la zona más estrecha del camino y en ese momento los exploradores que avanzaban detectaron la barricada que los bloqueaba. Pero antes de que ninguno de ellos pudiese regresar para dar la alarma, los Troll soltaron un grito salvaje al unísono, a la vez que dejaban caer una avalancha de rocas o troncos rodantes sobre el grupo.

Sin embargo, las barreras mágicas de detección reaccionaros a tiempo e hicieron resplandecer brevemente los objetos que rodaban cuesta abajo. Gracias esto, la caravana no fue tomada completamente por sorpresa y muchos de sus defensores alcanzaron a reaccionar haciéndose a un lado a tiempo para evitar las amenazas más peligrosas. Aun así, sufrieron pérdidas considerables y el repentino ataque también asustó a algunos de los animales que intentaron darse a la fuga con desesperación, aplastando a muchos guerreros en el proceso o se derrumbaron violentamente por el peso de su carga.

Cuando todo terminó, los defensores descubrieron que estaban rodeados de obstáculos y a merced de enemigos desconocidos. De inmediato las barreras mágicas se extendieron e hicieron resplandecer brevemente la piel de los Troll del Bosque, revelando a los defensores que sus enemigos se ocultaban en las colinas.

Pero los barbáricos saqueadores ya no tenían ninguna intención de esconderse y salieron de entre los árboles gritando con voz viva, extendiéndose alrededor de la caravana para cortar cualquier ruta de escape. Luego comenzaron a arrojar una lluvia de lanzas y jabalinas sobre la caravana mientras proclamaban con gran algarabía.

– ¡Datara! ¡Datara! ¡Datara!… –

Los Troll estaban extasiados por descubrir que la presa que estaban acechando era en realidad mucho más grande de lo que ninguno de ellos esperaba y estaban seguros de que se trataba de un signo de la voluntad de su dios muerto, así que comenzaron a lanzar alabanzas frenéticas e incluso el Viejo Chamán olvidó por un momento a la carava para ir corriendo a arrodillarse frente a la litera del Pequeño Esqueleto y comenzó a pronunciar alabanzas de gratitud en su grotesco lenguaje.

– ¡Troles! ¡Nos atacan los Troles del Bosque! ¡Prepárense para la batalla! –

Los Caballeros, más acostumbrados a los asuntos militares y dirigir a los hombres, comenzaron a organizar la defensa a toda prisa. Los guerreros corrieron rápidamente entre las rocas y los troncos que les habían arrojado para posicionarse inmediatamente alrededor de la caravana, formando un muro de escudos y lanzas. Mientras que los magos se mantenían en el centro para preparar sus hechizos. Los mercaderes en cambio se ocultaban entre los paquetes desparramados, maldiciendo su suerte por caer en una emboscada, pero nadie tenía tiempo para preocuparse por los sirvientes o esclavos, que tenían que cuidar de sí mismos. Algunos pensaron en huir de inmediato, pero los caminos ya estaban bloqueados e incluso si lo conseguían no había modo de que sobreviviesen por su cuenta en el Bosque Oscuro.

La situación era bastante precaria para los defensores del Gremio McGrady.

En una batalla regular, los caballeros habrían abandonado sus monturas de inmediato, pues los caballos no servían de mucho cuando se trataba de pelear en un terreno montañoso y lleno de árboles. Pero sus poderosas armaduras aún podían defenderlos bien de cualquier arma arrojadiza. Ellos podían cargar directamente contra los Troles para desatar una matanza que redujese su ímpetu. Los Guerreros los habrían seguido poco después en formación de combate, aprovechando las aberturas creadas por los caballeros para matar a todos los enemigos posibles. Esto habría dado tiempo a los magos para terminar sus hechizos y darle la vuelta a la situación.

Pero estos hombres estaban en una misión de escolta, así que los caballeros no podían abandonar a los mercaderes sin correr el riesgo de que muriesen ensartados por una jabalina. Eso reducía considerablemente el número de maniobras que podían intentar, de modo que prefirieron crear un perímetro defensivo. Pero los magos necesitan distanciarse más para lanzar sus conjuros destructivos o corrían el riesgo de lastimar a sus propios camaradas.

La situación era aún más problemática porque era la primera vez que se enfrentaban a un ejército Troll tan numeroso, ya que estos jamás mandaban a todos sus guerreros para una sola emboscada.

En ese mismo momento ocurrió un misterioso fenómeno.

De pronto todas las sombras bajo los árboles que los rodeaban parecieron cobrar vida propia y comenzaron a serpentear por el suelo para reunirse rápidamente alrededor de la Caravana. Luego se elevaron hasta formar una enorme barrera circular que impidió todos los ataques de las lanzas, después se desvaneció generando una fuerte onda expansiva que forzó a los troles a dar varios pasos hacia atrás y sacudió las copas de los árboles.

“Parece que este Archimago sabe cómo hacer una entrada.” Pensó Han Shuo al ver esto.

No se equivocaba. Del interior de la multitud emergió una figura femenina vestida con una lujosa túnica negra y una capa con capucha que ocultaba parcialmente sus rasgos. Pero esto no bastaba para disimular la gran belleza de sus misteriosas facciones o su hermosa y curvilínea figura. Incluso la tenebrosa aura de magia oscura que la rodeaba solamente ensalzaba su fascinante belleza.

La mujer portaba un impresionante cetro mágico en su mano izquierda, que estaba decorado con piedras de obsidiana talladas con gran maestría. En los hombros de su túnica llevaba bordados los emblemas que representaban a tres símbolos del dragón devorando su propia cola, pero estos estaban inscritos dentro de un símbolo más grande, dando a entender que la mujer ya había superado a los magos expertos y entrado a formar parte de la elitista casta de Archimagos. Llevaba además un hermoso relicario de plata con un gran diamante incrustado, que confirmaba su rango y su posición social elevada.

Sus movimientos al avanzar eran bastante elegantes, como si los hubiese practicado durante toda su vida. Desprendía un aire de seguridad propio de alguien poseedor de un perfecto autodominio, pero además daba una peligrosa sensación de inteligencia, que la hacía aún más atractiva y al mismo tiempo peligrosa para sus enemigos.

– Saludos, raza de los Trol del Bosque. Hablen con nosotros y tendrán ganancias seguras. Peleen y quizá ganen, aunque también podrían perderlo todo. ¿Hablarán? –

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Todo su proceder fue perfecto. Primero demostró un poder abrumador para interrumpir el ímpetu de los troles, luego inició negociaciones con un tono de voz que no era lo bastante arrogante como para que la consideraran insolente, pero tampoco demasiado respetuoso como para que la consideraran débil. Sin embargo, en ningún momento descendió al nivel de los salvajes a los que se enfrentaba y en todo momento mantuvo el porte de una mujer de clase alta.

Han Shuo estaba verdaderamente impresionado. Él siempre se había considerado bastante bueno entendiendo las motivaciones de los demás y creía ser habilidoso en el arte de la manipulación, pero esta mujer ni siquiera había necesitado interactuar con los Troles para entender perfectamente su psicología. Bastaba con ver las confusas expresiones de sus feos rostros para saber hasta qué punto los había impresionado. No pudo evitar compararla con Fanny y Phoebe, las mujeres más extraordinarias que había conocido.

Fanny era una belleza intelectual, una maga con grandes habilidades y un corazón generoso, capaz de encontrar algo bueno hasta en las personas más desagradables e indignas. A pesar de sus limitaciones, siempre daba todo por aquello en lo que creía y por los que quería.

Al final su gran perseverancia e inteligencia superior le habían hecho llegar hasta su posición, incluso teniendo muchas cosas en su contra. Y lo logró sin corromperse, porque nunca tuvo malas intenciones a pesar de vivir en un entorno lleno de personas intrigantes, pero tampoco era ingenua o ciega a la maldad del mundo. Por eso Han Shuo la quería tanto, porque era totalmente opuesta a él y sabía que no la merecía, pero eso solo impulsaba aún más su deseo por hacerla suya.

Phoebe en cambio era valerosa, podía ser despiadada pero también compasiva. Era inteligente, visionaria y prudente, pero llena de una hermosa fragilidad interior, junto con una ternura realmente encantadora. Durante todas sus interacciones demostró tener una lealtad a toda prueba con sus amigos, a pesar de haber sufrido la traición de su propia familia. Ella tendría que ser la más desconfiada de las mujeres, pero en lugar de eso había obtenido el coraje de confiar a pesar de saber que podían traicionarla. Han Shuo la admiraba por eso, porque no sólo era una poderosa espadachín capaz de pelear a su lado; sino que además tenía la fortaleza para enfrentar dolores que a él le aterraba demasiado sufrir.

El haber estado en contacto con mujeres tan extraordinarias había tenido buenas consecuencias para Han Shuo, pero también tenía sus deméritos. El peor de todos era que inconscientemente había puesto a Fanny y Phoebe como un referente para comparar a todas las demás y por eso el resto chicas siempre le habían parecido estúpidas o poco interesantes. Su relación con sus padres había sido formal en el mejor de los casos, así que no tenía muchas experiencias interactuando con su madre. Por ese motivo, aunque sentía el impulso sexual que lo caracterizaba, nunca llegaba a apreciar las cualidades de las mujeres a su alrededor porque las despreciaba sin darse cuenta.

Pero esta Archimaga era diferente. Ella acababa de hacer un impresionante despliegue de perfecto autocontrol y dominio; esas eran cualidades que Phoebe solamente fingía y Fanny ni siquiera se molestaba en pretender poseer. Era algo extrañamente familiar para Han Shuo, pero al mismo tiempo diferente. Sentía que había escuchado sobre ello en algún sitio, aunque no podía recordar cuando. Esto lo fascinó al inicio, pero después lo llenó de incomodidad.

“Por algún motivo siento que necesito descifrarla… o que tengo destruirla por completo.” Pensó Han Shuo en su interior. “Pero es tan extraño. Me intriga y al mismo tiempo me preocupa. ¿Qué será lo que ella posee? ¿que la hace diferente? Es como si fuese de una categoría superior incluso a Fanny y Phoebe, como si viniera de una raza distinta de mujer. Tal vez sea mejor destruirla, pero no estoy seguro.”

Por primera vez en mucho tiempo Han Shuo estaba inseguro de cómo proceder. Dudaba.

– Adalid ¿qué hacer? ¿hablamos con hembra humana? – Preguntó el Viejo Chamán algo nervioso al ver que Han Shuo seguía en silencio, oculto detrás de la litera del Pequeño Esqueleto para permanecer fuera de vista.

“Primero necesito algo de tiempo.” Pensó Han Shuo y luego asintió al Viejo Chamán: – Ve y escucha lo que tiene que decir. –

El anciano obedeció de inmediato y se acercó las primeras filas para hablar con la mujer, pero inmediatamente se rodeó de un grupo de fornidos troles que lo escoltaron hasta una distancia prudente de cinco metros. Entonces gritó con viva voz:

– ¡Di tus palabras, hembra repugnante! –

La Archimaga había estado sonriendo tranquilamente, pero durante unos segundos su expresión se oscureció. Fueron apenas unos instantes antes de que volviese a levantar su fachada, pero Han Shuo pudo detectar esa pequeña reacción.

“Así que estás orgullosa de tu apariencia. Tiene sentido, eres hermosa y lo sabes. Pero es evidente que normalmente no te han tratado con desprecio. Eso significa que esta mujer no ha nacido en las clases bajas. Ya veo. Es posible que sea una noble. ¡Una auténtica aristócrata! ¡Por eso me pareció tan diferente de Phoebe y de Fanny! Ella no viene desde abajo, sino que nació en una familia de patricios, pero ha aprendido a fingir bien el comportamiento de los plebeyos, porque de otro modo no podría relacionarse con esos mercenarios. Ahora surgen más preguntas: ¿De qué familia proviene y porqué una aristócrata estaría haciendo el papel de escolta en una caravana? ¿Acaso su familia cayó en desgracia? ¿Quizá la carga de la caravana es importante para algún político?”

Con sus nuevas habilidades mentales, Han Shuo pudo deducir gran parte del misterio de la Archimaga únicamente a partir de un leve gesto. Esto lo tranquilizó y al mismo tiempo le hizo notar lo equivocado que estaba.

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Durante todo este tiempo había despreciado a los aristócratas considerándolos ridículos, pero esto se debía a que no había conocido demasiados. Pero ahora recordaba de pronto que Lawrence era un joven que jamás había podido descifrar, incluso teniendo la experiencia de dos vidas. Y ahora de pronto estaba frente a esta mujer que parecía tener un calibre semejante. Si existían más aristócratas como ellos, incluso si eran pocos, quizá realmente había motivos para que se considerasen superiores entre sus iguales.

“A fin de cuentas la realidad es que ellos son criados para gobernar desde su nacimiento y aprenden cosas que simplemente no están en los libros. Eso es algo que yo nunca podré igualar. Mi orgullo no debería impedirme reconocer esta realidad o podría terminar siendo destruido por subestimarlos, peor aún, por sobreestimarme.” Pensó Han Shuo, jurándose que nunca más volvería a despreciar a una especie tan peligrosa y al mismo tiempo característica en este nuevo mundo.

Pero la Archimaga comenzó su diálogo, así que Han Shuo guardó sus reflexiones en un rincón de su mente para analizarlas más tarde.

– Somos gente del Gremio McGrady y conocemos la ferocidad del pueblo Troll. No deseamos pelear una batalla en la que estamos en desventaja, así que podemos darte oro. Diez mil moneadas a cambio de que nos dejes pasar. Claro que puedes elegir pelear con nosotros, pero entonces lucharemos hasta la muerte y mataremos a muchos de ustedes, quizá incluso ganemos. Entonces no tendrás nada. ¿Lucharás o tomarás el oro? –

El viejo Chamán la miró de forma arrogante antes de responderle con su voz más raspada y fría:

– Asquerosa hembra. ¿No saber que nuestra raza tiene gran apetito? ¿Crees que conformamos con una parte cuando podemos tener todo? –

– Pero debes estar vivo para disfrutar tu oro. Tendrás diez mil monedas a cambio de no hacer nada, en cambio sí peleas podrías perder a la mitad de tu tribu. –

– ¡No usar palabras confusas, Asquerosa! ¡Arrgg! ¡Verte es desagradable, no digas cosas engañosas también! –

Para Han Shuo esta mujer tenía unos rasgos increíblemente hermosos y su figura era absolutamente deseable, tanto sexual como estéticamente. Aparte tenía el porte de una princesa de la clase más alta, lo que la hacía incluso más apetecible. Sin embargo, el Viejo Chamán de los Troll del Bosque debía tener estándares de belleza muy diferentes, porque la miraba como si estuviese viendo un montón de carne en descomposición o una enorme montaña de estiércol.

“Creo que recién entiendo eso de las diferencias culturales entre otras especies.” Pensó Han Shuo con sorna.

Después de todos esos insultos, la Archimaga había tenido que contener la respiración para mantenerse tranquila, pero su mirada ya no tenía una pisca de cordialidad, solamente reflejaba indiferencia. Entonces miró al anciano y dijo:

– Lo diré simple, entonces. Toma mucho oro, más del que nunca has tenido hasta ahora, luego márchate con todos los tuyos y disfruta tu dinero. O puedes pelear, pero quizá no vivir para el día de mañana. ¿Qué vas a hacer? –

El Viejo Chamán estaba a punto de abrir la boca para responder con más insultos, cuando de repente recordó la existencia de Han Shuo y dijo con una expresión dudosa: – Necesitó discutir. –

Luego regresó rápidamente con el resto de troles, que se apresuraron a reunirse en una multitud para ocultar de la vista la litera de Datara y a su Adalid. Entonces al anciano se acercó rápidamente y preguntó: – ¡Oh Adalid! ¿Qué hacer? ¿Qué querer Gran Datara? –

Han Shuo no contestó de inmediato. La presencia y el poder de la hermosa Archimaga habían sembrado dudas en su interior. Por un lado, él tenía la superioridad numérica de los Troll, junto con el hecho de que ni él ni Trunks habían sido detectados todavía. Por el otro, estaba esta mujer extremadamente poderosa que además parecía mucho más peligrosa de lo que originalmente creía. Esto, sumado al hecho de que una parte de él no quería realmente hacerse su enemigo, hacían que fuese difícil decidirse.

Entonces miró en otra dirección para aclarar sus pensamientos y quiso el destino que sus ojos reconociesen el rostro aturdido del mago de tierra Leo, que anteriormente le había atacado. Verlo le hizo recordar el dolor de sus heridas, pero sobre todo la humillación de ser atacado de ese modo. Todo lo que Phoebe le había dicho sobre el Gremio McGrady regresó de pronto a su mente, junto con su deseo de venganza. Así que cuando volvió a mirar el hermoso rostro de la Archimaga, lo hizo con una fría expresión luego de haber tomado su decisión.

– ¡La voluntad del dios muerto es clara! ¡La sangre será derramada! ¡Corten, roben y maten, tal cual manda la ley de nuestra tribu! ¡Saquéenlos a todos y acaben con cualquiera que se resista! –

Al oír estas palabras, el Viejo Chamán sonrió con gran alegría mientras comenzaba a gritar entusiasmado: – ¡Adalid es sabio y poderoso! ¡Adalid habla con la voz de nuestro dios! –

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Con una serie de rugidos guerreros, los troles volvieron a empuñar sus armas y comenzaron a cargar colina abajo, enloquecidos por la sed de sangre y riquezas. Al verlos Han Shuo sonrió mientras apreciaba los hermosos rasgos de la Archimaga una última vez, antes de prepararse para matarla.

“Aún no sé si quiero comprender a esta mujer o destruirla. Pero ante la duda… lo mejor siempre es atacar.”

***

 

 

Con un horripilante estruendo, dos hordas de troles se abalanzaron colina abajo hacia la caravana detenida. El repentino ataque sorprendió por un instante a los escoltas de la caravana, pero rápidamente empuñaron sus armas y se prepararon para recibir el impacto.

Cualquier rastro de una sonrisa desapareció inmediatamente de la hermosa y misteriosa mujer. En su lugar sus ojos se inundaron con una cólera fría mientras cambiaba el agarre de su báculo para sujetarlo un instante con ambas manos. Luego golpeó el suelo una vez sobre su propia sombra, que pareció extenderse por el suelo mientras adoptaba la forma de una media luna, abarcando casi todo el suelo alrededor de la caravana mercante.

La Archimaga hizo un gesto con la mano…. Y cientos de lanzas oscuras emergieron repentinamente de la sombra, materializándose mágicamente hasta ser más duras que el propio acero templado. Era como ver las agujas de un puercoespín o un erizo de mar aparecer de repente. Todas tenían el grosor de una gran estaca, pero parecían tener su propia conciencia, porque crecieron extendiéndose como unas bizarras serpientes, hasta atravesar por completo los pechos o estómagos de más de veinticinco troles.

Al ver a sus camaradas empalados por estas repentinas lanzas hechas con sombras, la carga de los Trol del Bosque se detuvo por un instante. Fue solo un momento, pero fue suficiente para que la Archimaga volviese a agitar su mano.

Las Lanzas de Sombras cobraron vida de repente. Esta vez parecieron terroríficos tentáculos que se elevaron junto con los cadáveres de los troles aún atravesados, arrojándolos a varios metros de distancia entre sus propios camaradas y derribando a varios al mismo tiempo. Pero el horror de los troles aún no se había terminado, porque de los cadáveres comenzó a brotar una extraña neblina grisácea que envolvió a los que se encontraban a su alrededor.

Los cuerpos de los troles muertos comenzaron a derretirse inmediatamente, como si los hubiesen expuesto a uno de los ácidos más corrosivos. Han Shuo miró asombrado, mientras recordaba el efecto del pantano invocado por Gene y Fanny cuando se defendían del ataque de los Orcos tras la Batalla de Drol, solo entonces había presenciado algo similar. Un segundo vistazo le permitió confirmar que todos los troles alcanzados por la neblina comenzaban a gritar mientras sus pellejos se derretían de un modo similar.

“La Enredadera de la Oscuridad” Pensó Han Shuo de inmediato. Había visto este hechizo cuando espiaba secretamente a los estudiantes de magia oscura en la Academia Babilonia, pero en ese entonces solo había visto materializar una pequeña maraña de púas negras, similar a una viruta, que a lo mucho podría ralentizar a un enemigo durante una persecución. Por supuesto que no tenían ningún efecto corrosivo.

La diferencia entre un Mago Licenciado y un Archimago era la misma que había entre un pequeño gatito con un león. No había punto de comparación con un simple Aprendiz.

La Maestra Fanny le había explicado las diferencias principales entre la Magia de la Oscuridad y de la Luz. Ambas funcionaban controlando la energía en su estado más puro, así que, aunque eran directamente opuestas, también eran fundamentalmente similares. La Magia de la Luz tenía un mayor poder destructivo que podía incluso superar el poder del fuego en cuanto a capacidad ofensiva y al relámpago en cuanto a la precisión. Su demérito era que consumía mucho poder del mago, también requería un mayor tiempo de concentración y normalmente se limitaba a ataques unidireccionales. La mayoría de los Magos de la Escuela de la Luz preferían materializar varias espadas luminosas para realizar ataques frontales, compensando de esa manera su falta de versatilidad con un mayor rango. Pero cuando un Mago de la Luz llegaba a obtener el control para dirigir el poder de la Luz en múltiples direcciones al mismo tiempo… ¡Era un oponente formidable!

En cambio, la Magia de la Oscuridad se destacaba por la gran variedad de formas a su alcance. Si bien su poder ofensivo era un poco menor eso no significaba que fuese inferior a su antítesis. Su mayor fortaleza radicaba en la versatilidad, que le daba un mayor abanico de ataques inimaginables, como el veneno corrosivo que poseía la Enredadera de la Oscuridad. La velocidad y cantidad de Fuerza Mental empleada también era más eficiente. Su demérito radicaba en la gran dificultad que implicaba desarrollar el grado de concentración para dominar todas y cada una de estas formas. Muchos magos simplemente carecían de la habilidad necesaria o requerían una gran cantidad de tiempo para conseguir aplicar su conocimiento en una batalla.

Lo que la Archimaga acababa de demostrar era una aplicación magistral de la Magia Oscura. El impacto fue tan aterrador que las primeras filas de troles se quedaron paralizados por unos segundos. Sin embargo, los troles eran una raza violenta y maligna, cuyo estilo de vida los llevaba a estar expuestos a escenas violentas con regularidad. Rápidamente se recuperaron de la impresión para volver a correr a toda prisa, pero el tiempo que se detuvieron permitió a los comandantes del gremio McGrady dar instrucciones rápidas y precisas.

– ¡Maten a esos cabrones de mierda! –

Los guerreros que usaban armas contundentes (como las alabardas, hachas o martillos de guerra) cargaron con ferocidad contra los troles, comenzando un violento enfrentamiento. Detrás de ellos, los lanceros se apresuraron a formar una falange circular para crear un perímetro seguro. Si un trol se acercaba, tenía que enfrentarse a un infierno de púas. Cuando un guerrero era herido, podía retirarse hacia el muro de lanzas, que se abría para dejarlo entrar y recuperarse. El perímetro también permitía que los magos empleasen sus conjuros con relativa seguridad, aunque no podían usar magias devastadoras porque el combate estaba demasiado cerca, pero podían erigir barreras o lanzar hechizos de protección para contratacar a los chamanes trol.

Great Demon King Libro 3 Capítulo 117 Novela Web

 

Por su parte los Caballeros comenzaron a organizar lo que quedaba de la caravana, reuniendo en un solo lugar a los mercaderes más importantes. Una vez que terminaron, una parte se quedó atrás para proteger a los civiles, mientras que la mayoría se apresuraba a unirse al combate. A pesar de ser escasos en número, la llegada de los Caballeros causó serios estragos entre los troles, que no tenían armas capaces de atravesar las armaduras de acero reforzadas con medios mágicos. Por su parte, los caballeros se concentraron en encontrar a los cabecillas que dirigían la horda para dejarlos sin comandantes.

A pesar del ataque inicial de la Archimaga, la batalla había comenzado con una clara ventaja para los Troll del Bosque gracias a su número y ferocidad. Pero la aparición de los Caballeros completamente blindados estaba equilibrando la partida a favor del gremio McGrady.

La Archimaga volvió a desatar sus poderes para convocar a su lado todas las sombras, de las cuales comenzó a emerger una enorme figura etérea pero completamente negra, indescriptible al principio, pero que fue tomando forma hasta transformarse en una especie de ser encapuchado que portaba una terrible guadaña, cuya afilada hoja era lo único que parecía reflejar la luz de día.

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“Eso es el Segador Oscuro” Pensó Han Shuo de inmediato. Uno de los ataques contundentes más famosos de la Magia Oscura que permitía invocar una especie de Ser Elemental hecho completamente de sombras. Lo más terrible de este ser era su condición etérea. No servía de nada atacarlo físicamente, porque lo único sólido en este ser era la cuchilla de su hoz, así que era perfecto para desatar verdaderas carnicerías entre los guerreros. La única forma efectiva de detener al Segador Oscuro, era interrumpir la concentración del mago que lo invocase, ya que se necesitaba un alto grado de control para poder ejecutar esta magia sin matarse accidentalmente o a los aliados.

Han Shuo estaba sinceramente admirado por esta magia, pero sus ojos se abrieron aún más cuando detrás del Segador comenzaron a aparecer otras dos figuras.

“¡¿Esa Archimaga puede controlar a tres de ellos?! ¡Qué extraordinaria!”

Como Necromante, Han Shuo sabía mucho sobre el control de criaturas mágicas. La regla general era que el grado de complejidad del ser invocado incrementaba la dificultad de invocación e incluso los profesores de la Academia Babilonia admitían que solamente podían invocar uno. Pero cuando lo hacían, era simplemente por motivos didácticos, porque solamente dos profesores eran capaces de afirmar haberlo empleado en combate de forma exitosa. El Segador Oscuro era un conjuro famoso, pero también extremadamente complejo. Aun así, esta Archimaga había logrado materializar a tres de estas entidades.

Los Segadores Oscuros levitaron lentamente hacia los Trol del Bosque, tomando diferentes direcciones, completamente en silencio y casi inmóviles. Pero cuando alzaron sus guadañas, lo hicieron con una velocidad aterradora, luego las hicieron girar con gran maestría mientras volaban sobre el campo de batalla, cortando cabezas, amputando brazos e incluso partiendo limpiamente los torsos de los troles que tuvieron la mala suerte de no tener equipada una armadura. Su presencia había cambiado por completo el flujo de la batalla.

Los troles lanzaron conjuros, flechas y jabalinas contra los Segadores Oscuros, pero todo era inútil. Ellos siguieron levitando por encima de sus cabezas, esperando el mejor momento para descender rápidamente y matar a casi media docena de troles antes de volver a elevarse para repetir su ataque. Pero el mayor impacto que los Segadores causaban era el psicológico, pues se veían como espectros aterradores e invencibles.

***

 

 

Justo cuando parecía que el pánico iba a apoderarse del ejército trol, se escuchó un estruendo terrible y aterrador. Se trataba de Trunks, que emergió de la espesura montando a su Mantícora para cargar directamente contra los lanceros del gremio McGrady, decapitando en su camino a unos cuantos guerreros con un par de tajos de su espada.

Antes de que nadie pudiese recuperarse de la sorpresa, la Mantícora desplegó sus alas para volar por encima del muro de lanzas. Las defensas mágicas reaccionaron para detenerlo, pero habían sido erigidas pensando en las jabalinas, flechas o hechizos menores de los Chamanes Trol; no pudieron con la fuerza combinada de la bestia mágica y el Aura de Batalla de su amo.

De inmediato Trunks apuntó a la Archimaga con una mano y su Mantícora sacudió la cola para disparar sus púas venenosas, pero estas fueron bloqueadas inmediatamente por una rápida sombra. Aun así, la Archimaga se distrajo por unos momentos para mirar a su atacante, causando que los Segadores Oscuros se detuviesen repentinamente, como marionetas flotantes que habían perdido a su titiritero.

Los Trol del Bosque se llenaron de alegría al notar esto, pues estaban convencidos de que Datara los estaba protegiendo y volvieron a cargar con mayor furia que antes. Mientras tanto, Trunks lanzó un grito guerrero y cargó con su Mantícora contra la Archimaga. Sabía que el ataque de los Troll del Bosque tendría algo que ver con Han Shuo, también estaba convencido de que este se hallaba presente en la batalla, aunque aún se mantuviese oculto. En cualquier caso, como la Archimaga estaba concentrada controlando un conjuro tan complejo y poderoso, era el mejor momento para matarla, así que decidió arriesgarse para cortar la cabeza del enemigo más peligroso.

Más aún distraída la Archimaga todavía tenía recursos. Rápidamente chasqueó sus dedos y una espesa neblina negra se extendió a su alrededor, ocultándola completamente. La neblina no duró mucho tiempo, apenas unos veinte segundos, pero era suficiente para salvarla.

– ¡Es el Cazador de Monstruos! ¡No permitan que se acerqué a mí o los troles recuperarán la ventaja! –

De inmediato algunos ballesteros dispararon contra Trunks, forzándolo a esquivar y cambiar de rumbo. Entonces los magos dispararon algunos conjuros, que lo obligaron a dar media vuelta. Pero una de estas magias, concretamente una bola de fuego, terminó impactando accidentalmente contra la espalda de uno de los lanceros que formaban la falange defensiva, matándolo instantáneamente.

La falange era una formación impresionante que permitía aniquilar a casi cualquier enemigo en un combate frontal, pero su debilidad era que los guerreros tenían que agruparse demasiado y no podían dar media vuelta en medio de una batalla, quedando muy vulnerables a un ataque por la espalda. Esta era la debilidad principal de la formación.

Trunks entendió de inmediato que había perdido la oportunidad de matar a la Archimaga, pero confiaba en las habilidades de Han Shuo, así que cambió su estrategia y decidió crear una abertura en la defensa de sus enemigos.

Rápidamente cargó con su Mantícora contra la retaguardia de la Falange, desatando una carnicería contra los lanceros parcialmente indefensos. Al ver esto los magos y arqueros lanzaron sus ataques al Cazador de Monstruos, pero Trunks ya estaba ordenando a su bestia alejarse para atacar otro lugar de la formación, de modo que los virotes y bolas de fuego terminaron echando más leña al fuego.

Magos y Arqueros lanzaron un suspiro de impotencia, pues ya no podían atacar sin perjudicar a sus propios aliados. Trunks por su parte siguió cargando contra la Falange a lomos de su bestia, causando terribles estragos que ayudaban a los Trol del Bosque. El único motivo por el que los defensores aun resistían, eran el ataque combinado de los Caballeros y los Segadores Oscuros, que ahora volvían a estar en movimiento.

Pero la situación no podía continuar por mucho tiempo de esta manera, así que los Caballeros que protegían a los ricos mercaderes decidieron que no había más opción que atacar a Trunks o arriesgarse a perder a sus lanceros.

El líder de los Caballeros hizo un gesto a sus compañeros y estos desenvainaron sus espadas inmediatamente. Los corceles de guerra estaban entrenados para permanecer quietos incluso durante el fragor de una batalla, así que no había escapado, pero había una gran cantidad de paquetes, animales muertos y otros obstáculos a su alrededor; así que renunciaron a sus monturas y cargaron a pie contra Trunks. Normalmente sería una locura intentar alcanzar a una bestia de este modo, pero estaban encerrados en el círculo defensivo y la distancia no era mucha.

Cuando los mercaderes vieron que los Caballeros los abandonaban, entraron en pánico y comenzaron a gritar maldiciones e insultos, pero fueron completamente ignorados. Los civiles usualmente no entendían nada sobre asuntos militares, así que los Caballeros no solían tomarlos en serio. En ese momento todavía estaban rodeados por los Troll del Bosque y si la falange defensiva caía, era posible que ninguno escapase con vida.

Por el rabillo del ojo, Trunks vio como los caballeros corrían hacia él. Eran al menos quince, demasiados para que pudiese manejarlos por sí solo, aún con la ayuda de su bestia. Pero una sonrisa maquiavélica se insinuó en sus labios, porque no tenían intenciones de vencerlos, sino de alejarlos.

Trunks ejerció todo el control sobre su bestia para que corriese rodeando el perímetro defensivo. Lo hizo de tal modo que el grupo de caballeros siempre estuviese entre él y los Magos, evitando que ninguno de ellos atacase por temor a herir a sus propios aliados. Cuando los enemigos estaban a pocos metros de distancia, lanzó un grito para que su Mantícora corriese con su máxima velocidad… hacia los ricos mercaderes que en ese momento estaban desprotegidos.

Algunos caballeros se dieron cuenta del peligro y emplearon su Aura de Batalla para incrementar su velocidad e interceptarlo. Otros se demoraron un poco más y gritaron con furia mientras lanzaban ataques a distancia con sus espadas. Los Magos y Arqueros también dispararon sus ataques, pero la velocidad de la Mantícora en ese momento era pasmosa, así que ninguno logró atinarle.

Trunks y su Mantícora llegaron junto a los mercaderes. Luego se introdujeron entre la multitud mientras lanzaban ataques a diestra y siniestra, porque de ese modo ninguno de los defensores no podría desatar ataques sin temor a herir a los civiles. Los Magos y Arqueros parecían aún más impotentes.

Todos los ojos dentro del muro de lanzas estaban completamente fijos en Trunks.

***

 

 

Mientras que todo eso ocurría, la Archimaga estaba completamente concentrada en controlar a los Segadores Oscuros, así que no prestaba ninguna atención a Trunks o lo que ocurría a su alrededor.

Los terribles elementales volvieron a la vida y desataron una sangrienta carnicería a su alrededor, destruyendo por completo la moral que los troles acababan de recuperar. En poco tiempo los forzarían a retroceder, reduciendo la presión sobre la falange defensiva y entonces Trunks estaría condenado.

Los Caballeros por su parte seguían arrasando a los enemigos en su camino, matando a todos los comandantes que encontraban. Si bien algunos habían muerto y otros ya daban muestras de cansancio, todavía no había señal de que fuesen a detenerse pronto.

– ¡Adalid! ¡Adalid! ¡¿Qué hacer?! ¡Qué deber hacer ahora?! – Preguntó aterrado el Viejo Chamán, viendo como un tercio de los troles ya habían caído en el combate, mientras que muchos otros ya estaban agonizando.

Han Shuo estaba contemplando los poderes de la Archimaga, mientras recordaba el día en que su Pequeño Esqueleto se enfrentó con Bella en la Academia Babilonia y soportó sus conjuros oscuros, como si no tuviesen efecto en él. Ahora su criatura era mucho más poderosa que entonces, pero no estaba seguro de que pudiese soportar los poderes de una maga tan poderosa.

Justo entonces notó un movimiento dentro de la falange defensiva. Con sus Demonios Originales pudo ver la maniobra de Trunks, que estaba atrayendo la atención de todos los defensores poderosos y supo que ese era el mejor momento para atacar.

– No temas anciano. El Gran Datara en persona nos llevará a la victoria. – Dijo Han Shuo para tranquilizar al Viejo Chamán, mientras señalaba al Pequeño Esqueleto que en ese mismo momento saltó de su litera para ir corriendo hacia el campo de batalla con una velocidad pasmosa.

 

 

 

Great Demon King Libro 3 Capítulo 117 Novela Web

Cómo están amigos, soy Acabcor de Perú, donde el calentamiento global se siente más fuerte… pero igual a nadie le importa.

¡Cuánto tiempo ha pasado! ¡Parecen mil años! Estuve muy ocupado y luego quise descansar. La verdad es que hubo muchos problemas con la traducción de este capítulo porque notarán que agregué muchas cosas. De hecho, siempre pensé que esta batalla fue un poco monse en el original y quise corregirla. Espero que me haya quedado bien.

La verdad es que personalmente siempre me encantaron los aristócratas. ¿Por qué? Por la elegancia. Hoy en día uno puede bueno o malo, justo o malnacido, honrado o corrupto…. Pero los aristócratas eran todo eso con elegancia. Creo que, por la influencia de Norteamérica, Francia y la unión soviética se ha tergiversado mucho el papel de las monarquías en la historia. ¿Cómo puede ser tan malo un sistema que imperó en el mundo durante más de 4,000 años… que sepamos? Tampoco digo que fuese perfecto, pero quise aprovechar el momento para hacer un tributo a estos antiguos gobernantes.

Por supuesto que modifiqué mucho los poderes de la Archimaga. El termino suena genial “¡archimago!”. Digo sé que significa Mago Antiguo u Ancestral, pero igual, ¿no deberían sus poderes hacerle justicia a ese nombre? Pues en el original su gran actuación era lanzar niebla… lo repito: niebla. Es cierto que era corrosiva, e incluso podría argumentarse que eso es mucho más efectivo en un combate real. Pero piénsenlo: “La gran archimaga de la oscuridad ataca con… niebla” No queda bien ¿verdad?

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Así que me quemé las pestañas tratando de encontrar poderes mágicos que se adaptaran mejor al personaje, pero que armonizaran con los eventos que ocurrirán en el futuro. Y creo que me quedó muy bien. Está mal que yo mismo lo diga, pero este capítulo realmente me gustó.

Un detalle que estoy perfeccionando es el de narrar la historia desde puntos de vista diferentes, en lugar de emplear el narrador omnisciente todo el tiempo. Durante un tiempo todo trascurre desde la perspectiva de Trunks, aunque aún es relativo. ¿Les parece que quedó bien?

También modifiqué la batalla para destacar el impacto de los caballeros y asignar roles diferentes para ciertos guerreros. Quería que se entendiese porqué los magos no masacraban a los troles con magia de fuego o tierra: El estrecho paso en el que estaban encerrados creaba el riesgo de un derrumbe devastador si la magia de tierra se activaba o incendio en el caso del fuego. Pero al final no sé si quedó claro, creo que quizá debí trabajar más esa parte.

Bueno quizá modifique este capítulo en el futuro.

Por último, quiero pedirles, como siempre, que me ayuden a detectar errores ortográficos o de otra índole, para corregirlos. Nos vemos en el siguiente capítulo.

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