Tate no Yuusha no Nariagari (NL)
Volumen 15
Prólogo: Un Problema con Bandidos
“¡Todos! ¡Formen una fila!”
“¡Bien!”
Mi nombre es Naofumi Iwatani. Soy originario de Japón, pero fui invocado a este mundo para ser el Héroe del Escudo. Como era de esperarse, todo eso conlleva una historia bastante larga, y en ese entonces realmente no tuve tiempo para repasar todos los detalles.
Acababa de terminar de tomar desayuno con el grupo de la aldea que estaba a mi mando y estaba a punto de entregarles mis órdenes. Finalmente habíamos logrado solucionar una serie de eventos que nos parecieron tanto una eternidad como un parpadeo. Y aquí estábamos.
Que el disturbio de Q’ten Lo llegara a su fin estaba bien y todo, pero eso luego había decantado en un disturbio más pequeño en Siltvelt involucrando el asunto molesto de tener que utilizar mi autoridad como el Héroe del Escudo. Por lo cual había tomado más tiempo del esperado regresar a la aldea.
Claro, había sido difícil, pero al final, varios problemas también habían sido encaminados.
“¡Que todos tomen sus puestos y completen sus deberes como siempre! ¡Eso es todo!” Utilicé mi mejor voz de autoridad.
“¡Entendido!” Las respuestas estaban llenas de energía. Los residentes de mi aldea ciertamente tenían mucha energía. Tal vez demasiada.
“Naofumi-sama, ¿cuáles son los planes de hoy?” Esta pregunta fue de parte de Raphtalia, una chica que yo trataba casi como mi hija. Ella era la representante oficial de la aldea, como también la Emperatriz Celestial—es decir, la reina—de Q’ten Lo, la nación que acabábamos de conquistar. ¿Ir de ser una esclava a la gobernante de su propia nación? ¡Qué manera de mejorar tu situación!
Sin mencionar que ella era la portadora de un arma muy especial—una katana de otro mundo—conocida como “arma vasalla”.
Maldición, quiero decir, repasando su historia completa, ella incluso podría ser vista como alguien mejor que yo.
Hoy, ella también estaba usando el traje de sacerdotisa que sirvió como el símbolo de nuestra invasión de Q’ten Lo, y realmente se veía muy bien.
“Sí, acerca de eso. También hubo todo ese problema en Siltvelt, ¿cierto? Estoy pensando en revisar todos los botines obtenidos de Q’ten Lo y Siltvelt,” le informé.
“¿Entonces simplemente deberíamos entrenar por nuestra cuenta?” preguntó Raphtalia. Esa parecía ser una muy buena idea, pero no podía evitar sentir que estaba olvidando algo… En ese momento, Ren, Itsuki, y Rishia, habiendo terminado sus comidas, se acercaron a nosotros.
“¡Naofumi!” Ren, quien estaba gritando mi nombre, era el Héroe de la Espada, y fue invocado de un Japón diferente del que yo provenía. Su nombre completo era Ren Amaki. El otro hombre junto a él, Itsuki, era el Héroe del Arco, y tal como Ren y yo, también había sido invocado de un Japón diferente. Su nombre completo era Itsuki Kawasumi. Rishia era una chica emocional con aires de heroína que siempre estaba al lado de Itsuki.
Ren continuó, “Naofumi, Eclair dijo que ella y la Princesa Melty tienen algo que discutir contigo.”
“¿Qué?” No tenía tiempo para eso.
“Parece ser que recientemente ha habido algunos problemas con bandidos,” explicó Ren.
“¿En serio?” Es la primera vez que escucho de eso.
“Sí. Mientras ustedes estaban fuera invadiendo Q’ten Lo, hicimos las ventas que ordenaste, Naofumi, así que mucha información nueva ha llegado a la aldea,” explicó Ren.
“Eso me recuerda,” reportó Kiel, como si fuera lo más normal del mundo. “Nos encontramos con bastantes bandidos que nos atacaron mientras estábamos haciendo las ventas.”
“¿Por qué estos reportes no me han llegado?” demandé.
“Habían estado tan lejos que no habían sido un problema importante. Y Naofumi, tú has estado bastante ocupado, ¿cierto?” dijo Ren.
“Mmm.” Supongo que eso tiene sentido.
“Aunque estos ataques están comenzando a aumentar, así que nos preguntamos si tú tienes alguna idea para solucionarlo,” continuó Ren.
Era verdad que nuestras ventas realmente habían aumentado este último tiempo. Los materiales de la Tortuga Espíritu se habían vuelto bastante populares, y conmigo a cargo del comercio de estos, la economía de Melromarc estaba comenzando a mejorar bastante. Ya que yo había estado fuera, muy probablemente todos se habían estado relajando con los reportes. Estos atacantes además acababan de llegar cerca de la aldea.
Esto me recordó al comerciante de accesorios en Zeltoble. Era un sujeto apasionado que me había explicado que, con la aparición de la Tortuga Espíritu, las personas ahora eran mucho más sensibles a la amenaza de las olas y mucho más dispuestas a gastar dinero en su propia protección. Él había jurado que actuar ahora era lo mejor para ganar dinero rápido.
Entonces, tal vez simplemente era normal que el éxito de los comerciantes como él también provocara el aumento de los bandidos que los veían como presas. Actualmente, los Cuatro Pilares Sagrados—el Gremio de Aventureros, el Sindicato, la Agrupación de Caballeros, y la Iglesia—se apoyaban entre sí y mantenían la economía. Mientras tanto, los ladrones y asesinos se estaban uniendo para atacar a los comerciantes y a las aldeas para ganar dinero. Manejar tal violencia de seguro estaba más allá de las manos de aquellos a cargo del comercio de esclavos y accesorios. Ellos tal vez tenían poder, pero en su núcleo no eran más que comerciantes de corazón negro, en oposición ferviente a aquellos que dependían solo de la violencia y que no escucharían razones.
Ellos probablemente tenían algunos planes en acción, pero aun así yo tendría que actuar.
De todas formas, lo que esto significaba era que la cadena de eventos desde la aparición de la Tortuga Espíritu había provocado una caída en la seguridad pública de Melromarc.
“Tendremos que ocuparnos de esto con todo. Acaben con todos ellos,” concluí.
“¿Pero cómo?” preguntó Ren.
“Tengo una idea,” dije, provocando la aparición de una sonrisa siniestra en mi rostro.
***
Ese mismo día, visité el lugar en el que había estado pensando—un lugar creado para la rehabilitación de criminales. Llevé conmigo a Ren, Raphtalia, y a cualquiera que pudiera ser de ayuda en una negociación.
“¿Ahora lo entiendes? Tengo un trabajo muy especial y conveniente solo para ti,” expliqué.
“¡N-no gracias! Ya lo he decidido. ¡Una vez que haya pagado mis crímenes, regresaré a casa y caminaré por el sendero del bien!” Esto lo dijo un bandido que, luego de varios encuentros conmigo, ahora estaba siendo castigado aquí por Ren. Yo estaba tratando de convencerlo de ser el pilar fundamental de mi plan. Sin embargo, tal vez lamentando verdaderamente sus errores pasados, el hombre continuó rechazando mi oferta.
“En realidad no tienes el derecho de negarte,” destaqué.
“¡Digas lo que digas, ahora mismo estoy esforzándome para tener una vida normal! ¡Por favor no me compliques las cosas!” El hombre en efecto se estaba esforzando. No podía negar su deseo de tomar un camino diferente.
Dicho eso, no me di por vencido en cuanto a tratar de convencerlo.
“No lo haré. No te preocupes. Pero al menos escucha lo que voy a decir. No te estoy pidiendo que hagas nada descabellado para mí—nada demasiado peligroso. También hay muchas cosas favorables para ti con esto.” Honestamente, le tenía bastante respeto a este sujeto. Él había sufrido, y mucho, y todavía siguió como un bandido.
Él de seguro tuvo mala suerte, pero también fue lo suficientemente afortunado para haberse librado de eso con su vida.
“Primero,” continué con mi discurso, “Voy a dejarte subir de clase, subir de nivel, y todo eso.” El castigo que este sujeto había recibido de parte del estado fue un reinicio de nivel y trabajar desarrollando la tierra. Eso significaba que él actualmente estaba en el nivel 1. Sin medios para luchar él no era más que un esclavo, simplemente expiando sus pecados.
Por supuesto, en vista de que él actualmente era un esclavo, si huía, su sello de esclavo se activaría y lo mataría. Así que también tenía que vivir con ese peso sobre sus hombros.
Todas estas cosas de seguro hacían que mantener a los criminales a raya fuera más fácil que en mi mundo.
“Segundo, ni siquiera sé de dónde provienes, pero enviaré algo de dinero a tu familia. Los ayudaré un poco. Después de todo, estás siendo contratado por el estado. Por una vez tu familia tendrá algo por lo que estar orgullosos.”
“¡Ugh!” Eso parece haber funcionado, al menos un poco. Él ahora me estaba prestando más atención. Un bandido sin habilidades ni conexiones tenía la oportunidad de recibir apoyo del estado. Por supuesto que él lo iba a pensar.
“Esta será una buena acción si sale bien.” Procedí a dar el golpe final. “Prometo una reducción significativa de tu condena.”
“Naofumi, de seguro pareces un criminal,” destacó Ren.
“Ya cállate. ¡Esto se llama negociar!” grité de vuelta.
“No creo que eso sea muy correcto,” me corrigió él.
“¿Entonces qué? ¿Mandamos a un señuelo a investigar?” respondí.
“¿Él es un señuelo?” Ren todavía no estaba convencido, ya que me estaba mirando con sospecha en sus ojos.
“Aprecio la oferta, pero—” Este bandido todavía no estaba convencido.
“Vamos, vamos, no tomes una decisión apresurada. Debes estar hambriento. Toma, permíteme alimentarte.” El platillo que preparé era, por supuesto, un tazón de arroz con carne famoso en Japón por su uso en los interrogatorios. Mis recuerdos pueden ser algo confusos al respecto. De todas formas, los ingredientes exactos no podían ser obtenidos en este mundo, así que lo había preparado con cosas que se parecían.
El bandido no dijo nada, pero su estómago habló por él. Mirando hacia la comida—mi carta del triunfo—él tragó saliva.
Después de todo, él había estado robando cosas para subsistir. Probablemente él nunca había probado una buena comida.
“No está envenenada,” le aseguré. “Adelante. Si quieres, haré que uno de mis esclavos la pruebe primero.” Había traído a Kiel con nosotros solo por esta razón. Puse algo del casi tazón de arroz con carne en un platillo pequeño e hice que ella lo comiera.
“¡Escudo Nii-chan! ¡Esto está delicioso! ¡Quiero más!” exigió ella.
“Espera un poco,” respondí. “Si él no acepta, podrás tenerlo todo para ti.”
“¡Es mejor que no aceptes, persona mala y desagradable!” bromeó Kiel rápidamente.
“¡Kiel!” Raphtalia la regañó. Sí, supongo que provocar al tipo para que rechace mi oferta debido a que Kiel quiere comer más era merecedor de una reprimenda.
“¡Me has convencido con eso! ¡Comeré! ¡Estoy comiendo!” Fiu. Y así, el bandido comenzó a comer el arroz con carne que había preparado para él.
“¿Q-qué es esto?” Él reaccionó inmediatamente. “¡Está delicioso! ¡No puedo parar! Es como solía prepararlo mamá, pero mucho mejor—” Kiel, la pequeña cachorra, miraba al bandido con ojos cargados de envidia, y con lágrimas saliendo de ellos mientras él se metía la comida a la boca.
Ren me estaba mirando con una expresión realmente extraña en su rostro. Como si me importara.
“Por supuesto, no hay razón para que seas tú específicamente. Estoy seguro de que aquí debe haber otras caras conocidas.” Puse algo de presión mientras el bandido terminaba su comida. Ahora que su estómago estaba lleno, él probablemente estaría más inclinado a escuchar lo que yo tenía que decir. Ahora solo tenía que cerrar el trato.
Esta clase de negociación era divertida. Parecía ser una buena forma de liberar algo de mi estrés acumulado.
“Si realizas el trabajo que te estoy pidiendo,” continué, “Me aseguraré de darte más comida.” Yo tenía todo el poder en esta negociación. Como ya había mencionado, si este sujeto no aceptaba, fácilmente podría encontrar a alguien más que lo hiciera.
“Sin importar lo que prometas, no puedo simplemente vender a mis camaradas—”
“Filo.” Llamé a mi arma secreta. Este bandido en particular tenía un trauma debido a haber sido atacado por esta supuesta “ave divina”.
Por supuesto, ella en realidad no estaba aquí. Filo actualmente estaba con Melty, quien estaba trabajando en la ciudad vecina.
“¡Bien, bien! Me liberarás si puedo realizar este trabajo, ¿cierto?” ¡Cielos, él se rindió bastante rápido! ¿Realmente estaba tan asustado de Filo?
“Por supuesto.” Yo era magnánimo al salir victorioso. “Creo que eso es justo.” Por supuesto, su libertad dependía completamente de que pudiera terminar el trabajo luego de comenzarlo.
“Naofumi.” Ren abrió la boca, como si tuviera algo que decir.
“¿Qué?” No tenía tiempo para eso. “Si luchamos contra todos estos bandidos un grupo a la vez, lo que podemos hacer es limitado, ¿cierto? Necesitamos solucionar esto de raíz.”
“Disculpe, pero…” Raphtalia, quien había estado en silencio hasta ahora, finalmente habló. “¿Realmente hará que alguien redima su pasado obligándolo a volver a hacer cosas malas?”
“No estoy seguro de llamarlas ‘malas’, sabes.” Sonreí.
Mi plan era usar a este individuo para investigar la verdadera razón por la cual los bandidos estaban aumentando en esta nación mientras al mismo tiempo mejorábamos la seguridad pública. Si los héroes iban a generar una luz de esperanza, era obvio que ellos también deberían lidiar con cualquier oscuridad creada por esa luz. ¿Cuántas personas había en este mundo? ¿Quién pensaría que uno de esos héroes estaba jalando los hilos de uno de esos bandidos?
Incluso si algunos lo sospecharan, no tenía nada que temer, ya que tenía conmigo a casi todos los héroes sagrados en mis fuerzas. Meditando en ello por un momento, comprendí que mi posición había cambiado de forma bastante dramática.
“Puedes comenzar reuniendo a aquellos camaradas de los que hablaste.” Comencé a explicar el plan. “Después comienza a expandir tus fuerzas. Por supuesto, no quiero que ataques a ninguno de mis comerciantes.”
“¿Cómo ganaremos dinero si no atacamos comerciantes? ¿¡Qué crees que hacen los bandidos!?” Había exasperación en su voz.
“¿Acaso dije que no ataques a nadie? De hecho, hay bastantes comerciantes a los que me gustaría que ataquen.” Dejé salir una sonrisa siniestra. Existían muchos comerciantes despreciables que no pertenecían al Sindicato y que ignoraban felizmente las regulaciones de los territorios. Dejando de lado las causas de este problema de bandidos, había escuchado que los comerciantes como esos estaban a la par de los bandidos. Y detrás de ambos grupos estaba un grupo de nobles moderados anti-escudo. Ahora que lo pienso, recuerdo a un montón de nobles arrogantes mirándome con desprecio.
“Exprime a esos comerciantes despreciables que ignoran las reglas,” ordené. “Hazlo y te proporcionaré apoyo monetario.”
Debería mencionar que, antes de venir aquí, fui hacia Zeltoble a través de un portal y completé las negociaciones con el comerciante de accesorios. Él había estado muy emocionado y dijo que definitivamente me nombraría su sucesor.
Realmente no entendía qué motivaba a ese tipo.
“¡No entiendo cuál es la diferencia!” dijo él, sonando desesperado.
“Confía en mí,” le aseguré. “Te mantendré completamente al tanto de las rutas tomadas por mis propios comerciantes y los demás que no deben ser atacados. Tú elije cualquier otro carro para atacar, y solo roba los bienes de los comerciantes despreciables.”
Y así nacieron los bandidos de la justicia—quienes solo robaban de hombres malos. Por supuesto, en esta ecuación los “hombres malos” eran determinados por el Héroe del Escudo.
Este plan debería mantener la paz al menos por un tiempo.
“¿Y luego? ¿Qué hacemos con las cosas que robemos?” preguntó mi nuevo líder de los bandidos.
“Buena pregunta,” lo medité mientras me acariciaba el mentón. “Podrías traérmelas, pero, por otro lado, sería una molestia si terminan siendo rastreadas hasta mí. Usa la mitad para pagar a tus subordinados y dale la otra mitad a las personas y aldeas pobres. Entonces el mundo entero no los verá como malvados. En cuanto al país… bueno, confía en mí.”
“¿Esto realmente es algo que un héroe debería estar haciendo?” preguntó él. ¡Que diga esto un bandido! Siempre había alguien jalando de los hilos detrás de cada gran organización. Así funcionaba el mundo. Uniría fuerzas con la reina si pudiera para también tratar de deshacerme de la basura ocultándose de mí.
“Haré que los héroes patrullen, para hacer parecer que nos estamos deshaciendo de los bandidos. Puedes sobresalir como un jefe astuto con un buen olfato a la hora de elegir objetivos. Si cualquiera de tus hombres se te opone o comienza a causar problemas, haz que ataquen a uno de mis comerciantes. Nos encargaremos de ellos por ti, sin que parezca demasiado sospechoso,” agregué.
“Tus condiciones no son malas. Tampoco es como si pudiera rehusarme. Muy bien,” respondió él.
“Entonces tenemos un trato.” Sonreí.
Y así fue como logré exitosamente convertirme en el jefe de un montón de bandidos.
“En serio tienes un corazón oscuro,” dijo Ren. “No tengo idea de lo que dirá Itsuki una vez que regrese a la normalidad.”
“Es por eso que lo dejé en la aldea, para que no viera esto,” dije de forma engreída. “Ren, viendo cómo estás trabajando junto a Eclair para mantener la paz, necesitas saber de estas cosas.”
“Muy bien,” gruñó él. “No es fácil ganar dinero, ¿o sí?”
“No estoy muy segura de que esa sea la lección de todo esto,” dijo Raphtalia, obviamente no feliz con este giro de los acontecimientos, dando como resultado que una nueva gran organización, el “Gremio de Bandidos Caballerosos”, si les gusta ese nombre, hubiera aparecido en Melromarc.
Si pudiéramos controlar a los bandidos en el plano nacional, sería lo mejor para todos. Simplemente significaba que otra capa había sido agregada a aquellas sombras que no podíamos discutir con las personas comunes.
***
Cuando terminaron nuestras negociaciones con los bandidos, regresamos a la aldea a través de un portal.
Pronto tendría que ir a darle un reporte a la reina de Melromarc. Con todo lo que había estado pasando, recientemente no la había visitado. Mientras consideraba estas cosas, miré hacia un libro de contabilidad que contenía los registros de nuestras ganancias y otros detalles de las ventas efectuadas durante nuestra invasión de Q’ten Lo.
“Vaya,” exclamé. Las ventas de Kiel eran increíbles. El monstruo que jalaba del carro que Kiel utilizaba para las ventas—una gran oruga de tierra—me estaba mirando. Ah, como sea. Decidí felicitar a Kiel.
“Mientras no estuvimos en la aldea, parece que has estado trabajando muy duro, Kiel. Buen trabajo.”
“¿Nii-chan?” preguntó ella.
“Naofumi-sama de pronto ha comenzado a felicitarte. Ten cuidado,” le advirtió Raphtalia.
“Lo tendré,” estuvo de acuerdo Kiel. Todo lo que se necesitó fue un cumplido de mi parte para que Raphtalia inmediatamente pensara que yo estaba planeando algo.
Supongo que cosechas lo que siembras. La mayoría del tiempo soy un individuo siniestro.
“Ella ha estado trabajando duro, así que simplemente la estaba felicitando. Incluso estoy pensando en darle una recompensa,” expliqué.
“¡Entonces cocíname algo, Nii-chan! ¡Algo incluso más delicioso que la comida de antes!” ¿La recompensa que quería de mí era comida? Eso también era lo que Filo siempre pedía.
“Muy bien,” estuve de acuerdo. “Quizás te prepare un postre delicioso.” Elegí un postre porque habíamos logrado la producción de miel usando especies mutantes de una bioplanta que Rat había estado investigando. Podría experimentar un poco mientras preparaba algo.
Si eso fallaba, usaría algunos de los costosos bocadillos que Siltvelt me había ofrecido. Los había probado, y había descubierto que eran un tanto únicos, pero definitivamente dulces.
Me dirigí a la cocina, y Kiel también entró para observar de forma emocionada. Una vez que comencé a cocinar, todos en la aldea terminaron igual.
“Eso huele muy bien. Se ve delicioso,” dijo Raphtalia.
“¡Nii-chan! ¿Qué estás preparando?” preguntó Kiel emocionada.
“Solo cierra la boca y observa,” respondí. “Ah, tengo que ajustar la temperatura… la necesito tan baja como sea posible.” Calenté la plancha y creé la masa al mezclar trigo obtenido de un intercambio con leche de monstruo de un rancho en la ciudad vecina que era manejado por Melty. También había separado la grasa de la leche para crear crema y la revolví. Agregué la miel a eso para hacerlo más dulce. Ah, también necesitaba algo de fruta.
Mientras continuaba cocinando, mis esclavos e incluso los monstruos comenzaron a reunirse, atraídos por el aroma.
¿Iba a ser suficiente?
“Bien.” Extendí la masa tan fina como pude sobre la plancha, volteándola rápidamente para cocinar ambos lados. Puse la masa terminada en una mesa aparte, la llené de frutas, le puse crema encima, y después la envolví sobre sí misma.
“Listo,” proclamé.
“Claro. Supuse que estabas haciendo crepas,” murmuró Ren al ver el platillo terminado.
“Sí. Tuve un trabajo de medio tiempo en un patio de comidas, así que sé cómo prepararlas,” expliqué.
“Un trabajo de medio tiempo, ¿eh? Ese concepto me trae recuerdos,” reflexionó Ren.
“¿Alguna vez tuviste uno?” pregunté. Después de todo, él había estado enganchado en los juegos de internet, lo cual significaba que probablemente había necesitado todo el dinero que podía conseguir para compras dentro del juego. Esa clase de juegos podían costar dinero para incluso jugar. Eso o podías progresar más fácilmente si pagabas. En el caso de los juegos más caros, no podías solo costearlos con tu mesada. Al menos necesitarías conseguir un trabajo de medio tiempo para conseguir el dinero.
“Nop,” fue su respuesta simple. “Aunque quería uno.” Después de todo, Ren era un estudiante de preparatoria. Su escuela, o quizás sus padres, probablemente no le permitieron trabajar. Mi hermano menor estaba asistiendo a una escuela que no permitía que sus estudiantes trabajaran.
¿Yo? Había estado trabajando sin descanso desde que estaba en la preparatoria, bastante desesperado por conseguir dinero. Supongo que saben por qué.
Y así, le entregué mi primer experimento a Ren. Este era un postre popular en Japón, así que Ren probablemente era el más indicado para evaluar el resultado.
“Delicioso. Es un poco diferente a lo que estoy acostumbrado, pero no lo suficiente para que me moleste,” fue el veredicto de Ren.
“¡Ah, ah! ¿Realmente está tan bueno?” Los ojos de Kiel estaban brillando mientras la miraba.
“Toma, esto es algo de mi mundo llamado crepa,” dije y le entregué la siguiente a Kiel.
“¿Una crepa? Nunca había escuchado de ella. Nii-chan, ¿es una comida de tu mundo?” preguntó ella mientras la olía con los ojos bien abiertos. En este momento ella estaba en forma humana. Ella recientemente había pasado bastante tiempo en su forma de perro. De acuerdo a ella, a pesar de que consumía magia estar transformada, mejoraba sus sentidos y la hacía más rápida de pies (¿o patas?), lo cual era conveniente para toda clase de cosas de la vida diaria.
Kiel le dio un gran mordisco a la crepa. “Nunca había probado nada como esto,” logró decir ella mientras tenía sus mejillas llenas. Ella continuó comiendo, sacudiendo su cola y moviendo sus orejas. “Está deliciosa.”
“Me alegra escucharlo,” dije. Gracias al comentario de Kiel, el resto de los aldeanos y los monstruos estaban mostrando el deseo de probar una.
Comencé a preparar más, pero entonces, “¡Está muy deliciosa! ¡Las crepas son lo mejor!” Kiel comenzó a hablar mientras corría por los alrededores.
“Ten cuidado de no caerte,” le advertí. ¡Pero casi en el mismo instante, Kiel se tropezó!
“Oigan. Creo que ya he visto eso antes,” comentó Ren.
“Qué coincidencia. Yo también,” comprendí. Ella derramó la crepa por todo el suelo. “Aunque creo que fue un helado.”
“En mi caso fue un raspado,” dijo Ren. “Ya está un poco pasado de moda, pero definitivamente lo vi.” Parece ser que la comedia clásica era la misma incluso en un Japón futurista y de otro mundo con juegos de VRMMO.
Kiel. El alma de la fiesta.
“¡Wahh! ¡La crepa que preparó Nii-chan! ¡Noooooooooo!” gritó Kiel mientras se tomaba su cabeza con ambas manos y miraba hacia la crepa desparramada, con lágrimas en sus ojos. Si quería tanto una, tendría que hacer algo al respecto. ¿Pero tenía los ingredientes suficientes?
Ni siquiera estaba seguro de que hubiera suficiente para todos los demás en la aldea.
Kiel estaba mirando intensamente hacia la crepa en el suelo. Otro esclavo semi-humano extendió un brazo para ayudarla a ponerse de pie, pero era casi como si ella no pudiera ver nada más.
Un momento después… ¿¡ella va a comérsela!?
Tal vez poseída por algo, Kiel cambió a su forma de perro y comenzó a comerse la crepa desde el suelo.
“¡Kiel! ¿¡Qué estás haciendo!?” Raphtalia se acercó y le dijo que se detuviera. Las demás personas de la aldea estaban apuntando hacia ella sorprendidas. “¡Te vas a enfermar!” Raphtalia estaba casi forcejeando con el perro.
“¡Suéltame! ¡Nii-chan las preparó para que nos las comiéramos! ¡No puedo dejar que se desperdicien!”
“¡Detente!” Raphtalia no se iba a rendir. “¡Él mismo te dijo que no comieras nada del suelo!”
“¡Aun así me la voy a comer! ¡Apártate! ¡Necesito comerme esta crepa! ¡Waaaahhhh!” Incluso mientras estaba siendo inmovilizada, los ojos feroces de Kiel todavía escaneaban sus alrededores mientras buscaba las partes esparcidas de la crepa.
Cielos. ¿Quizás por error puse algo adictivo en la mezcla? Tendría que decirle a Rat que la miel había sido un fracaso.
“¡Tranquilízate! Toma, puedes tener la mía,” ofreció Ren.
“¿¡De verdad!?” Kiel se calmó inmediatamente.
“Claro.” El acto desinteresado de Ren zanjó la situación. Yo todavía estaba teniendo problemas entendiendo por qué Kiel se había dejado llevar tanto. Al menos Ren parecía estar acostumbrándose bien a la aldea.
Ren eventualmente regresó a mi lado. “Naofumi, todos los niños de la aldea realmente te quieren, ¿no crees?” dijo él con una mirada ligeramente perpleja en su rostro.
“Nah, es por la miel. Debe tener un efecto narcótico,” expliqué. “Haré que se detenga su producción.”
“No creo que sea eso,” respondió Ren. “Por favor, no lo hagas. Todos te miran con tal emoción en sus ojos… ¡Por favor sigue produciéndola!” dijo Ren, inquieto mientras miraba hacia los esclavos. Todos ellos me estaban mirando; eso era verdad. Yo todavía sospechaba del efecto narcótico, pero eso no estaba confirmado. Muy bien.
“Algo huele bien.” Atraído por el aroma, el primo de Raphtalia entró acompañado de Wyndia. Wyndia era el guardián de un dragón llamado Gaelion. Ella amaba a los monstruos. Junto a Rat, ella estaba a cargo de cuidar a los monstruos de la aldea.
Para agregar información adicional, ella también fue la hija (bueno, hija adoptiva) de un dragón que Ren había asesinado. Pero ella no le guardaba exactamente rencor a Ren. De hecho, si Ren comenzaba a comportarse de forma pesimista, ella no se detendría a la hora de hacerle saber su molestia al respecto.
Mientras tanto, el primo de Raphtalia era el niño que había sido criado para ser el líder de las fuerzas enemigas en Q’ten Lo, la nación que recientemente habíamos visitado—y luego conquistado. Siendo de la misma raza que Raphtalia, él tenía un rostro que realmente me recordaba a ella cuando era pequeña.
Él supuestamente había sido ejecutado. Pero en realidad lo habíamos traído a la aldea. Era un problema que él todavía no hubiera aprendido el lenguaje de Melromarc, así que solo podía tener una conversación real conmigo, Raphtalia, los héroes, y aquellos que sabían los lenguajes de las naciones semi-humanas.
Cuando él era el Emperador Celestial, había sido un idiota, incluyendo hacer leyes peligrosas en contra de lastimar monstruos. Aunque, al final, las leyes estúpidas que él había proclamado en realidad nos ayudaron a conquistar Q’ten Lo mucho más rápido de lo esperado.
Aunque los verdaderos idiotas habían sido los políticos corruptos junto a él.
Una perra egoísta llamada Makina, aparentemente originaria de Siltvelt, era la que en realidad había tenido el poder en Q’ten Lo. Pero habíamos logrado derrotarla exitosamente.
En fin, volviendo al primo de Raphtalia, también le habían gustado cierto tipo de monstruos—los filoriales. Sin embargo, luego de aprender el verdadero terror que provocaban los monstruos, él llegó a lamentar sus acciones. Dicho esto, a él todavía le interesaban mucho los monstruos y en particular Raph-chan. Me pregunto si podría hacer un uso efectivo de Raph-chan para ponerlo de mi lado.
“Hola. ¿También quieren una?” les pregunté a ambos.
“Si.” El primo de Raphtalia recibió una crepa y comenzó a comer. La expresión en su rostro fue igual que la expresión de Raphtalia cuando le di comida de pequeña.
“¿Puedo saber por qué tiene una mirada tan gentil en sus ojos?” preguntó Raphtalia con el mismo tono que normalmente usa para hacer algún comentario sarcástico de mí. ¿Qué dije ahora?
“Solo estaba recordando cuando tú eras pequeña,” expliqué. “Me sentí como un padre en ese momento.”
“No estoy segura de si me gusta esa razón… por cierto, Naofumi-sama,” continuó Raphtalia con frialdad mientras ponía su mano sobre el hombro de su primo. “Ver a Wyndia me lo acaba de recordar. Usted sabe cuál es el nombre de mi primo, ¿verdad?” Por la mirada en sus ojos, pensarías que Raphtalia me estaba interrogando.
La razón de esto era que, por un largo periodo de tiempo, internamente había llamado “chica del valle” a Wyndia. Pero eventualmente se me había escapado, y ella había puesto la misma cara que estaba poniendo ahora.
Mi respuesta a su pregunta fue la siguiente.
“Ni idea.”
La única información que tenía del niño era que él fue el anterior Emperador Celestial de Q’ten Lo y el primo de Raphtalia. Nunca había escuchado su nombre y nos estábamos llevando bien sin él.
“¡Si no le dices tu nombre real, él va a darte un apodo estúpido!” Raphtalia intentó desesperadamente explicárselo a su primo.
“¡Es verdad!” se unió Wyndia. “¡Yo casi termino con el apodo de ‘chica del valle’!”
“Naofumi-sama,” Raphtalia se giró hacia mí. “¿Cómo lo ha estado llamando en su cabeza?”
“Primo de Raphtalia,” respondí inmediatamente.
“¡Ves! ¡Él ya solo te está describiendo! ¡Apresúrate o terminarás siendo nada más que ‘primo’!” Raphtalia estaba prácticamente en pánico.
“B-bien, mi nombre es… Ruftmila,” logró decir el niño. Su nombre era muy parecido a “Raphtalia”. Supongo que es debido a que vienen del mismo país.
“Está bien. Te llamaré Ruft,” me decidí. Yo todavía creía que “primo” sería suficiente. “¿Deberíamos usar un nombre diferente cuando estén presentes personas de Q’ten Lo?”
“¡Nada de apodos extraños!” Raphtalia estaba firme acerca de ese punto.
“Rafu,” dijo Raph-chan. Ignorando a Raphtalia, le entregué a Raph-chan mi mejor crepa. Y así, mi preparación de postres había terminado.
“Ah, lo olvidé. Esa mujer y Gaelion pidieron hablar contigo, Héroe del Escudo,” anunció Wyndia.
“Esa mujer” sería Ratotille, una alquimista experta en modificación de monstruos que se nos había unido después de irse de Faubrey. Como expliqué anteriormente, Gaelion era un dragón.
“Bien, no hay problema. De todas formas, necesito hablar con ellos acerca de administrar los suministros y otras cosas,” respondí. Ella podría haber completado su investigación del ecosistema único de Q’ten Lo y preparado los materiales acerca de ello en su laboratorio aquí en la aldea.
“En ese caso, Naofumi, yo iré a explicarle a Eclair y los demás lo que ha estado pasando. Solo llámame si me necesitas,” dijo Ren.
“Claro. También informales a Atla y los demás. Diles que parece que hoy voy a estar demasiado ocupado para ir a entrenar.” Mis deberes se acumularon, así que no tenía tiempo para eso. Por lo que era mejor desechar eso de inmediato.
“Claro. A pesar de que no puedo prometer que Atla no venga a por ti,” me advirtió Ren.
“Sé cómo manejarla. Provócala un poco. Dile que limpie su reciente pésima actuación con más entrenamiento,” sugerí. En Siltvelt, Atla había causado algunos problemas. Ellos habían sido engañados completamente por ilusiones creadas por un enemigo y no habían sido de mucha ayuda. Parecía estar molestando mucho a Atla en particular, por lo que ella estaba concentrándose en su entrenamiento en vez de acosarme. Eso debería alejarla de mí por un tiempo.
“Es una lástima que nosotros no estuviéramos ahí,” comentó Ren. Él y su grupo habían estado de viaje cuando ocurrieron los problemas. No había habido tiempo para llamarlo, pero tampoco es que valiera la pena preocuparse por eso ahora.
“En cualquier caso, necesitamos tomar algunas medidas para prevenir que eso vuelva a ocurrir,” dije. “Que tú e Itsuki no estuvieran ahí no fue el problema.” El problema fue que dejamos escapar a nuestro atacante, pero este no era el lugar para discutir eso. Aparte del Héroe del Escudo, los héroes sagrados eran bastante difíciles de controlar.
“Iré con Rat enseguida,” dije. “Nos vemos después.” Separándome de Ren, seguí a Wyndia y Ruft hacia el laboratorio de Rat.
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