Tate no Yuusha no Nariagari (NL)
Volumen 14
Epílogo: Crepúsculo
Dos días después de que completamos nuestra ocupación de la capital del este—
Fui a visitar a Shildina, quien ahora era una paciente en el hospital del este. Ella acababa de recuperar la conciencia. Yo estaba acompañado por Sadina, viniendo a visitar a su hermana valientemente, y el chico, disfrazado para ocultar su rostro y su cola. La grabación del cristal de vídeo protagonizado por Filo del otro día había sido esparcida por todo el país, y las personas creyeron que el Emperador Celestial había sido sentenciado a una muerte cruel. Honestamente, el odio hacia él se había acumulado tanto que esa parecía ser la única forma de apaciguar la ira de la gente.
Raphtalia, mientras tanto, estaba ocupada con sus deberes luego de la transición de poder, y Atla estaba liderando un grupo para erradicar a los últimos de nuestros enemigos. Filo se había ido a jugar, diciendo que se haría amiga de los niños de la ciudad. Ren e Itsuki estaban entrenando con Rishia.
Shildina lentamente abrió sus ojos con un gruñido y movió su rostro para mirar a su alrededor.
“Finalmente recuperaste la conciencia,” dije.
Shildina nos vio a Sadina y a mí en la habitación y trató de sentarse, pero ella no estaba totalmente recuperada y colapsó sobre la cama.
“¡Shildina!” Cuando el chico gritó, Shildina por un momento miró entre el chico y yo e inclinó su cabeza.
“En serio. Acabas de recuperar la conciencia, ¿y qué pensaste? ¿Que tendrías que volver a luchar contra nosotros inmediatamente?” Sacudí mi cabeza un poco sorprendido mientras le preguntaba esto a Shildina. Ella solo apartó su rostro, como expresando que no quería hablar.
“Realmente le regalaste algo absoluta e increíblemente importante a una persona que acababas de conocer, ¿no?” la regañé. Ella le dio una parte de su alma a una persona con la que había compartido unos tragos, y solo una vez. ¿En qué estaba pensando? Al final, ni siquiera había sido capaz de ayudarla. Raphtalia había sido la que la salvó.
“En realidad no. Tú fuiste el primer hombre que había conocido y que por primera vez pensé que era realmente agradable, así que te di una carta con una parte de mi alma sellada en ella. Era algo que pensé que nunca sería capaz de entregar,” admitió ella.
“Pensaste que yo era agradable—a partir de tu amor por el alcohol, asumo que eso fue porque me comí una fruta rucolu, ¿cierto?” pregunté. Shildina asintió.
“Yo amo a las personas que pueden resistir el alcohol.”
“¡Maldita sea! ¡Estas dos hermanas actúan casi de la misma forma!” grité. Un verdadero par de alcohólicas.
“Vaya,” dijo Shildina.
“También deja eso. Te pareces a la hermana que aseguras odiar tanto,” dije. Eso la silenció. En serio, sabía que la odiaba a partir de la forma en que hablaba, ¿pero por qué actuaban igual? ¿Su conexión sanguínea era tan fuerte?
“Pensé que eras agradable. ¿Eso está mal? Sentí como, bueno, amor a primera vista.”
“Y de todas las personas, tenía que ser el dios de Siltvelt, quien estaba del lado de la Emperatriz Celestial revolucionaria. Eso es demasiado,” me burlé. ¿Era extraño que yo fuera el que lo dijera?
“Pero, al final, eres el hombre de Sadina. Eso simplemente apesta.”
“Espera. ¡Cuántas veces tengo que decírtelo! ¡No soy el hombre de Sadina!”
“Vaya.” Sadina, por supuesto, aprovechó ese momento para tomarme del brazo.
“Lo siento, pero las cosas no son así entre nosotros.” La aparté mientras respondía.
“¡Vamos, diviértete un poco conmigo!”
“¡Deja de hacer esto más difícil!” En serio, esta hermana suya fue criada con un complejo increíble acerca de ella. ¡Desearía que dejara de aprovecharse de eso!
Sin embargo, Sadina estaba mirando hacia Shildina con una sonrisa gentil en su rostro, como para probar que yo solo estaba jugando al decir que nosotros no estábamos juntos.
“Si tú eres mi hermana, no te puedes rendir tan fácilmente. ¡Si te gusta el pequeño Naofumi, entonces necesitas ser más agresiva!” dijo ella.
“¡Ya deja de jugar!”
“Sigue así, hermanita. Al menos puedes convertirte en su amante. Podrías no ser capaz de derrotar a Raphtalia o Atla, pero reconozco que podrías tomar una posición, digamos, superior a la de Filo,” sugirió Sadina.
“¿¡De qué estás hablando ahora!?” grité. Atla era una cosa, pero Raphtalia era como mi hija. Tener pensamientos impuros sobre mi hija me convertiría en un pervertido. Tampoco es como si estuviera teniendo pensamientos impuros por Atla.
¡En cualquier caso, yo no tenía ninguna intención de enamorarme o formar una familia en este mundo!
¿Y Filo? Filo tenía a Melty, a pesar de que recientemente había habido algunos problemas con un acosador que porta una lanza.
“En fin. ¡Si sientes algo por el pequeño Naofumi, tendrás que darme una buena pelea! ¿O simplemente vas a huir?” Ante las palabras de Sadina, Shildina frunció sus cejas y la miró de forma desagradable. Ella parecía tener una amplia gama de emociones negativas, eso era seguro. Su estado mental era muy parecido al de las personas en la aldea que habían sido abusadas. Considerando su edad, quería ayudarla si es que podía. “Si solo te rindes, no es nada divertido.”
“Por favor, no juegues mucho con ella.” No pude evitar suspirar. Generalmente, Sadina era una persona bastante considerada, pero parecía que ella estaba teniendo dificultades a la hora de encontrar el enfoque adecuado hacia su hermana.
“Esa noche en el bar parecía que te estabas divirtiendo mucho. Todo lo que hicimos fue solo jugar cartas,” dije. En vez de responder, Shildina apartó su rostro hacia el costado, como si no quisiera hablarme en lo absoluto. Supongo que después de todo no iba a ser capaz de persuadirla. Liberarla de su retorcida familia realmente no iba a ser fácil. Pero aun así simpatizaba con ella.
Continué. “Tienes un terrible sentido de la orientación, pero si quieres jugar conmigo una vez más, entonces ve a buscarme. ¿Eso estaría bien para ti?” A ella parecía gustarle jugar cartas, así que ese parecía ser el mejor enfoque. S’yne estaba haciendo guardia afuera de la habitación, pero aun así me mostró algunas cartas.
A ella también le gustaban los juegos.
Para mí ella se parecía un poco a Raphtalia, habiendo sido lanzada a una situación terrible; ¿acaso solo era mi ego el cual me hacía querer ayudarla? Quizás no sería capaz de hacerlo. Aun así, si pudiera, todavía quería intentarlo.
“Hay algo más que debo decirte. Shildina, has sido relevada de tu posición como la sacerdotisa de la masacre. Si quieres, simplemente puedes permanecer como la sacerdotisa del dragón de agua. Debo mencionar que Sadina no tiene ninguna intención de regresar a la posición de sacerdotisa del dragón de agua,” expliqué.
“En efecto. Tengo una conexión con el Dragón de Agua, pero no quiero estar en esa posición de nuevo,” coincidió Sadina. Escuchando esto, Shildina miró hacia mí realmente sorprendida.
“La posición de sacerdotisa de la masacre también es importante, pero no hay razón para tener a alguien que la odia tanto realizándola. Si se necesita uno, un ejecutor puede ser contratado,” declaré. Todo ese sistema necesitaba algunos cambios exhaustivos. Que alguien hiciera el trabajo sucio para mantener el poder del Emperador Celestial era una idea despreciable. Si fuera necesario, debería ser alguien que pudiera considerarlo solo como un trabajo. “¿O quieres seguir haciéndolo? Si es así, no te detendré—¿pero estás bien con eso?”
“Estoy en el lado derrotado, ¿pero no vas a ejecutarme? ¿No estás planeando hacer que Sadina me mate?” se preguntó Shildina. Ah, entonces eso era lo que ella había estado pensando.
“Ciertamente no, nada de eso. En fin, Shildina, ¿me contarías más acerca de estos dos— acerca de nuestros padres? Me temo que no puedo soportarlo por más tiempo,” dijo Sadina. Ella claramente estaba enojada, liberando electricidad estática mientras interrogaba a Shildina. “Tal vez, ¿te gustaría venir conmigo? Estoy planeando regresar a casa y esparcir un poco, ya sabes, de terror absoluto. Necesito asustar a esos dos para asegurarme de que nunca más creen otra Shildina.” Los reportes indicaban que, como miembros de las fuerzas derrotadas, ellos ya estaban tomando medidas desesperadas. Parte de mí quería ver las caras de los idiotas que incluso el Dragón de Agua había abandonado. Pero si iba con ella, Sadina probablemente destruiría la aldea y luego me presentaría con sus padres, así que no tenía la intención de ir con ella.
“Si no quieres permanecer aquí, ven con nosotros. Al igual que este chico de aquí, no te trataremos mal,” le dije.
“¡Estoy segura de que juntas podremos divertirnos mucho! A pesar de que primero necesito ir y castigar a esos dos por todo lo que hicieron,” dijo Sadina, todavía con eso en mente, e indicando lo furiosa que estaba. A partir de la condición de Shildina, estaba claro que ellos habían estado haciendo algunas cosas bastante retorcidas.
“Pero—después de todo lo que he hecho—” Shildina miró hacia el chico de forma muy arrepentida, y luego miró hacia abajo.
“Shildina,” dijo el niño suavemente.
“¿Entonces cuál es la relación entre ustedes dos?”
“E-ella fue alguien que me protegió, como una hermana mayor. Alguien diferente de aquellos tratando de usarme. Una amiga,” dijo él, mirando hacia mí.
“Eso es genial. Él dice que eres una amiga,” dije. No parecía que ella le tuviera mucho respeto, así que había una gran probabilidad de que todo el asunto de amigos solo estuviera en la mente del chico. Shildina miró hacia él, con sus ojos completamente abiertos de la sorpresa.
“Mi Emperador Celestial-sama. No solo fallé en controlar al dios del pasado, sino que me rebelé en contra de Makina-sama y los demás cercanos a usted, derrotándolos con mis propias manos. No soy digna de tales palabras de usted.”
“Hmm, acerca de eso. ¿Qué tanto recuerdas de lo que pasó?” le pregunté. Para ser bastante honesto al respecto, su fracaso y la posesión de la Emperatriz Celestial del pasado habían contribuido enormemente a que la invasión de Q’ten Lo fuera tan fácil.
“No podía moverme, pero lo recuerdo todo. Me resistí, pero lastimé a muchos—a Makina- sama, a los guardias…” Shildina se cubrió el rostro con sus manos, como tratando de evitar perder ante la locura. “No puedo creer que Makina-sama dijera tales cosas.”
“¿Qué dijo? ¿Dijo algo antes de que llegáramos ahí?” pregunté. Shildina asintió ante mi pregunta.
“Fue cuando estaba tratando de liberarme en frente de Makina-sama, bajo el control de ese extraño patrón. Cuando pensé que iba a morir—”
Su historia decía que, justo antes de que nosotros llegáramos, Shildina—poseída por la Emperatriz Celestial del pasado—había arrinconado a Makina cuando los patrones en su cuerpo la habían reducido y hecho colapsar. Mientras ella estaba resistiendo el control de la Emperatriz Celestial del pasado, tratando de evitar que ella matara a Makina, Shildina terminó incapaz de moverse temporalmente.
***
“En serio,” había dicho Makina, escogiendo ese momento para escupir algunas palabras cargadas de veneno, pensando que había ganado. “¡entonces esto es lo que se siente ser mordida por tu propio perro! Si solo hubieras permanecido en tu lugar, te habría mantenido a salvo hasta el momento indicado. ¡Todas esas palabras dulces que dije las creíste muy fácilmente! Eres una chica demasiado estúpida. ¡Mira que levantarme una mano! ¿Acaso no hay límites para tu estupidez?” Las otras figuras importantes también se habían burlado de la caída Shildina. “¡Fue tan difícil contener la risa al ver que creías en mí, y que incluso me protegías! ¡Confiabas en mí tan ciegamente que habrías muerto por mí! Qué juguete tan maravilloso fuiste.” Riéndose ante las dificultades de Shildina, Makina había continuado. “¡Esa es! ¡Esa es la cara que he estado esperando ver! ¡Jajaja! ¡Es tan divertido que podría vomitar!” había declarado Makina escalofriantemente hacia la conmocionada Shildina luego de otro ataque de risa. Ella se estiró, incapaz de creer lo que estaba pasando. “Dicho eso, no necesito a un pescado que se atreve a llevarme la contra, y que se atreve a atacarme. ¡Así que muere! ¡Eres tan repugnante que quiero escupir!”
***
Qué comediante. Llamar pescado a la forma de teriántropo de Shildina, ja.
Luego, mientras ella trataba de darle el golpe final a Shildina, su cuerpo había sido poseído por la Emperatriz Celestial del pasado, y eso resumía las cosas hasta que aparecimos.
“Qué perra. Solo escuchar la historia me hace enojar,” resoplé. Después ella fue asesinada y tuvo la audacia de intentar tomar el cuerpo de Shildina. Si hubiéramos llegado ahí un segundo más tarde, ella podría haber tenido éxito y escapar.
Era como escuchar las hazañas de la misma Bruja. Ella era alguien más, ¿cierto? Casi no podía creerlo, pero, por supuesto, las fechas no concordaban en lo absoluto.
Supongo que simplemente significaba que podías encontrar perras en cualquier lugar.
Miré hacia el chico, que tenía sus propios ojos alicaídos, y puse una mano sobre su hombro.
“Ella intentó huir, dejándote atrás, y nuestras investigaciones sugieren que ella estuvo bastante involucrada en el asesinato del anterior Emperador Celestial. No tienes que sentirte mal por esto—a pesar de que sé que eso es de poco consuelo,” le dije y miré hacia Sadina.
“Yo la recuerdo. Ella fue realmente desagradable conmigo. Me gustaría saber más acerca de estas “palabras dulces” que ella supuestamente usó,” destacó Sadina.
“En el pasado he encontrado a alguien muy parecida a ella. Ella debe haber pensado que podría aprovecharse de las personas,” declaré. Después de todo, Sadina era una persona bastante observadora, así que esta perra venenosa debe haber pensado que era demasiado arriesgado intentar hacer eso con ella.
“Suena a que hablas a partir de la experiencia,” me dijo Sadina.
“La hermana de Melty tiene exactamente la misma personalidad,” admití.
“Ah, ya veo.” Ella lo entendió rápidamente, y después di la vuelta de nuevo hacia Shildina y el chico. “En realidad solo puedo imaginar el dolor en sus corazones, provocado por enterarse de la verdadera naturaleza de alguien importante para ustedes. Sin embargo, tengo un gran entendimiento a la hora de ser engañado,” les dije. Después de todo, yo había sido inculpado por un crimen que no había cometido. Eso definitivamente me permitía simpatizar con los sentimientos de haber sido engañado. “Si ella los había engañado por tanto tiempo, ustedes deberían escuchar cómo terminó y ser felices por ello. Darle un buen ‘toma eso’, ¿saben?” Yo quería encontrar a Bruja y darle el mismo trato.
“Luego de eso, ¿la Emperatriz Celestial del pasado que invocaste la remató? ¿Eso es correcto?” pregunté. Shildina asintió ante mis palabras.
“Cuando la había invocado por primera vez, cuando yo era mucho más joven, ella había tratado de tomar mi cuerpo e ir a matar a los ministros y Makina-sama. Logré mantenerla bajo control, y convertirla en mi carta del triunfo. Ahora que lo pienso, todo este tiempo ella estuvo tratando de decirme quiénes eran mis enemigos,” explicó Shildina.
“Entonces era tu peligroso último recurso, que podría potencialmente causarte perder el control,” resumí. Por suerte, ella también había probado ser buena, intentando extraer el pus corrupto de esta nación. Repasando de nuevo su lucha contra Raphtalia, desde la perspectiva de uno podría ser considerada una forma extrema de entrenamiento. Como si hubiera estado tratando de enseñar a su inexperimentada tataranieta algunas habilidades útiles.
“Significa que las enseñanzas de la Emperatriz Celestial del pasado no estuvieron equivocadas. El chico no está muy molesto de que la hayas asesinado, ¿cierto?” dije.
“Si. Yo creía en Makina, pero ahora que lo pienso, hubo muchas cosas extrañas,” admitió él. Realmente parecía que el chico simplemente no sabía mucho pero que entendía rápidamente las cosas cuando se las explicaban—que la bruja Makina había creído que lo estaba engañando, pero que él todo el tiempo había tenido una idea de lo que estaba pasando. Él ahora no tenía un lugar al cual regresar, así que quizás lo tomaría bajo mi cuidado y lo educaría en mis tierras.
Él podría llegar a ser otra Raphtalia.
“Shildina, no tienes nada de qué preocuparte. Alza la vista. Q’ten Lo está a punto de cambiar para mejor. Ya no queda nadie que pueda complicarte las cosas. Quiero que vivas tu vida libremente,” dijo el chico y luego miró hacia mí e inclinó su cabeza.
“Ustedes parecen ser unas personas bastante leales. Cualquier error del pasado será olvidado. Realmente quiero que vivan como mejor les parezca,” les informé.
“Pero—”
“Dicho eso, podrías encontrar eso difícil si no corregimos tu sentido de la orientación,” dije.
“Vaya,” exclamó Sadina. Fue mínimo, pero la expresión de Shildina pareció haberse iluminado.
“Si solo has visto Q’ten Lo, podrías no llegar a comprender la escala real de las cosas. Ven con este chico y trata de vivir en mi aldea y país por un tiempo. Puedes tomar las decisiones importantes después de eso. Todavía tienes tiempo,” continué.
“Muy bien. ¿Beberás conmigo una vez más? ¿Y jugar cartas?”
“Sí, en la aldea hay muchas personas que adoran los juegos. Ellos jugarán contigo si les ensañas. Por supuesto, si tengo el tiempo, yo también me uniré.”
“Bien. Entiendo,” dijo Shildina, saliendo de las sábanas. ¿Ya se había recuperado? Entonces ella era fuerte, igual que Sadina.
“¿Entonces cómo debería llamarte? ¿Hermanita? ¿O solo Shildina? Ahora bien, es hora de que te unas a tu hermana mayor para ir a castigar a aquellos que comenzaron todo este alboroto,” anunció Sadina.
“¿Ah?” Con una expresión confundida en su rostro, Shildina fue arrastrada hacia afuera por Sadina.
“¡Vaya!”
“Sí, vayan a cortar las relaciones sus tus estúpidos padres. No tengo la intención de dejar que esta nación olvide las tradiciones que tu clan ha estado siguiendo,” les dije.
“¡Entendido! ¡Pequeño Naofumi, volveremos enseguida! ¡Cuando tengas algo de tiempo, a nosotras nos gustaría que fueras a visitar la aldea en la que nacimos!” anunció Sadina.
“Claro, claro.” Quizás terminaría visitando un cráter humeante luego de que esos dos demonios hubieran terminado.
“¡Ah! ¡Dulce Naofumi! ¡Vaya! ¡Suéltame!” Shildina estaba protestando mucho mientras era arrastrada, pero las dos parecían estar llevándose bastante bien—tal vez con demasiada animosidad entre ellas.
“¡Shildina! Más tarde vamos a tener un concurso de bebidas. Ah, ¿quizás necesitas emborracharte un poco para comenzar a divertirte? Entonces este es un pequeño brebaje que recomiendo.”
“Vaya—¡glup, glup!” Sus voces se estaban alejando, pero claramente podía imaginármelas en sus formas de teriántropo y riendo juntas.
“Bien. Nosotros vamos de regreso al castillo,” le dije al chico.
“Si. Le agradezco mucho por todo,” me dijo él.
“Oye, no hay necesidad de ser tan formal, chico. Hay montones de niños en mi aldea. Solo comenzaré a tratarte como uno de ellos.” Regresé al castillo, con S’yne y el chico detrás de mí. Habiéndole tomado cariño al muñeco usado por S’yne, el chico se llevó una muy buena impresión durante el viaje de regreso al hablar con él felizmente.
***
La mayoría de los cambios habían sido completados, y estaba afuera en la terraza más alta del castillo, mirando hacia la antigua capital junto con Raphtalia. S’yne y todos los demás estaban dentro, descansando a su propia manera.
Finalmente, tuve la oportunidad de hablar a solas con Raphtalia.
La puesta de sol se veía especialmente hermosa, tal vez debido a que el aire era bastante limpio.
La ciudad estaba celebrando lo que parecía ser un festival, una vez más, por nuestra victoria en batalla y por derrotar a las fuerzas del Emperador Celestial. A estas personas realmente les gustaba celebrar.
“Fiu. Finalmente hemos terminado este molesto conflicto,” suspiré.
“Si. Naofumi-sama, la batalla ha terminado, pero, ¿qué planea hacer a continuación?”
“¿Ah? Estoy planeando dejar el país a Raluva y a los otros líderes de la revolución de este lado y regresar directamente a la aldea. Prácticamente hemos terminado de reducir a las fuerzas del niño Emperador Celestial, así que a partir de ahora no deberían tener ningún problema mayor.” El lado derrotado todavía estaba causando alborotos ocasionales, pero eran pocos en número. Con la existencia del reloj de arena del dragón, Raphtalia podía mostrarse cuando era necesitada, y el país podía dirigirse a sí mismo el resto del tiempo.
“Fiu. Esta fue una gran conmoción,” comentó ella.
“¿No estás feliz? Has aprendido mucho acerca de tus padres. Sin mencionar que lograste convertirte en toda una reina, con el trono y todo,” dije. Ahora no había nadie que pudiera amenazar la posición de Raphtalia. Ella se había convertido en la representante más importante de Q’ten Lo, una tierra que incluso Siltvelt había dudado en invadir. Reflexionando acerca de la cadena de eventos, realmente fue una historia bastante exitosa. Ella había ido de ser una simple chica de aldea a la reina de todo un país.
“Quiero aprender más acerca del país en el que vivieron mi madre y mi padre. Aunque, para mí, no es necesario ser la Emperatriz Celestial de Q’ten Lo. Ser una chica de esa aldea, la aldea en la que todos viven, y luchar como su espada, Naofumi-sama—eso es suficiente para mí. Solo ser Raphtalia.”
“No deseas poder, ¿cierto?” pregunté.
“Mire quien habla, Naofumi-sama. ¡Usted es el dios de Siltvelt!” Sí, buen punto. Ciertamente yo tampoco deseaba poder. Yo solo hacía uso de todo lo que podía usar y no tenía ni la más mínima intención de convertirme en el rey de Siltvelt.
Raphtalia se sentó frente a la ventana y miró la puesta de sol.
“Al venir a Q’ten Lo, he aprendido todo tipo de técnicas y formas de usar mi fuerza. No puedo evitar sentir la necesidad de volverme más fuerte, mucho más fuerte, para sobrevivir a las batallas futuras,” meditó ella.
“Sí, lo sé,” suspiré. Cuando pensaba en ello ahora, Raphtalia parecía haberse hecho más fuerte a lo largo de esta batalla. “Además, como dijo Sadina, ahora finalmente puedo hacer que uses ese traje de sacerdotisa sin causar más problemas.” Mientras inflaba mi pecho orgullosamente, Raphtalia casi se cae por la ventana, y yo casi me estiro para afirmarla. ¡Caer desde esta altura no sería agradable!
“Luego de todo esto, ¿eso es lo que le importa?” jadeó ella.
“¡Es muy importante! Raphtalia, es la ropa que te queda mejor.” Obligar a Raphtalia a usar ese traje había sido el comienzo de todo esto, pero yo al final pensaba que las cosas habían resultado bastante bien. Habíamos castigado a la basura que simplemente había observado a Raphtalia sufrir y como resultado habíamos salvado a Q’ten Lo de su corrupción podrida. Además, tanto el pariente de Raphtalia como Shildina parecían, por ahora, estar tomando una dirección para mejor.
“Bueno, eso significa—je je je—¡que ahora tanto Siltvelt como Q’ten Lo me pertenecen!” dije.
“No, eso tampoco es lo que quiero decir,” se quejó ella. Sí, ya lo sabía. Pero incluso si no íbamos a convertirnos en los gobernantes supremos, habíamos creado conexiones en Siltvelt y Q’ten Lo. Cuando estuviéramos enfrentando un momento difícil, seríamos capaces de pedir la cooperación de ellos. “En serio, Naofumi-sama. Usted avanza con tanta fuerza y tan rápido, que es realmente difícil seguirle el ritmo.”
“Ese es un gran cumplido.”
“Me estoy cansando de corregirlo. Eso es suficiente por ahora.”
La puesta de sol era realmente hermosa. Pensando eso, continuamos observando al sol ocultándose.
“En fin, Raphtalia, más tarde vamos a darle un vistazo a las posesiones de tus padres. Sus recuerdos y objetos. También quieres verlos, ¿cierto?”
“Si. Sadina y los demás de Q’ten Lo me han contado historias, así que ahora quiero saber más sobre mis padres.”
“Entonces tomémonos un pequeño descanso. Todo ha sido bastante alocado, así que este parece ser el momento perfecto para descansar un poco. Y además aquí hay aguas termales.”
“Naofumi-sama, si puedo descansar junto a usted, entonces felizmente lo haré.” Pétalos de lumina de sakura volaron suavemente dentro de la habitación. El castillo mismo estaba fabricado usando madera de lumina de sakura, y algunas veces parecía brillar de un rosa suave en respuesta a Raphtalia.
“¡Maestrooooooo! ¡Prepáreme su comida especial!” Otra molestia ruidosa regresó. Aunque le hice esa promesa.
“Oiga, Naofumi-sama, Filo le está pidiendo algo. Por favor, hoy prepárele su comida especial.”
“Bien, bien. La prepararé para celebrar que Raphtalia finalmente va a ser capaz de usar el traje de sacerdotisa sin ningún problema.”
“¿¡Por qué está mencionando eso de nuevo!?”
Y así, dejamos la habitación. Aunque, mientras lo hacíamos, logré captar un destello de algo—pero solo debió ser una travesura de la puesta de sol. Por un momento, pensé haber visto a un hombre parecido a Raphtalia, y a una mujer de aspecto amable que también se veía muy similar a ella, despidiéndola gentilmente mientras ella se iba.
Después, comencé a caminar hacia la cocina para preparar comida para todos, con Raphtalia siguiéndome de cerca.
– FIN DEL VOLUMEN 14 –
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