Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 15

Capítulo 4: La Petición de Fitoria

Era alrededor del momento en el que el sol había comenzado a ocultarse.

“Bien. Esta noche saldremos a encargarnos de la petición de Fitoria,” anuncié. Tenía que admitir que estaba un poco ansioso al respecto. ¿A quién sería mejor llevar? Fitoria había dicho que Filo y yo seríamos capaces de manejarla sin muchos problemas. Si ese era el caso, ¿realmente necesitaba preocuparme tanto por el grupo que lleve? Aun así, me preocupaba un poco.

“¡Naofumi-sama! Quiero ir con usted,” levantó la voz Atla.

“¡Rafu!” dijo Raph-chan. Por supuesto, ella ya estaba incluida. En cuanto a Atla, no iba a ser tan peligroso, así que probablemente estaba bien llevarla—incluso si eso significaba llevar también a su hermano como parte del conjunto.

“Entonces Atla y Fohl van…” comencé a decir.

“En este momento Fohl no está aquí,” me corrigió Raphtalia.

“En efecto, Onii-sama se fue luego del desayuno con la maestra del Estilo Hengen Muso,” confirmó Atla.

“¿Qué? ¿A qué lugar pudo haber ido que es más importante para él que estar cerca de su hermana?” pregunté, de forma un poco maliciosa.

“Bueno, parece que mi victoria abrumadora sobre Atla usando a la especie Raph de la noche anterior lo dejó tranquilo,” explicó Raphtalia. “Así que él salió para aprender los secretos más profundos del Estilo Hengen Muso.” ¿Qué estaba pensando ese cabeza de músculo? No me digan que nuestra pequeña plática de anoche lo había motivado. Sonaba a que quizás él estaba olvidando lo importante en su deseo para simplemente volverse más fuerte que su hermana.

Bueno, como sea. Si él no estaba aquí, que así sea.

Gaelion sin lugar a dudas se quedaría. Después de todo, el asunto involucraba a los filoriales. Wyndia también estaba fuera de cuestión. Podía llevar a algunos de la aldea, como Kiel, pero realmente no quería pensar que necesitaríamos a tantas personas.

“Es una lástima que las hermanas ballenas asesinas no estén aquí,” comenté.

“Ellas todavía están afuera en algún lugar,” confirmó Raphtalia.

“Ellas no solo están perdiendo el tiempo las dos solas, ¿verdad?” me pregunté. ¿Podría ser que ambas en realidad se llevaban bien?

Tenía que pensar en mi promesa, así que dejaría atrás a Atla.

“Bien, Atla, tú te quedas,” decidí.

“No gracias. Yo voy con usted, sin importar lo que pase,” declaró ella de forma desafiante. Incluso si la dejaba atrás, ella probablemente nos seguiría. Muy bien. Para un trabajo como este, debería estar bien llevarla.

“¿Dónde está S’yne?” pregunté.

“Ella estaba cansada luego de entrenar con Atla más temprano, así que ya se fue a la cama,” reveló Raphtalia. Enseñar las técnicas de fuerza vital claramente era una gran carga. Recientemente S’yne se veía bastante cansada.

No quería llevarla solo para que colapsara. La batalla contra el Fénix estaba muy cerca, así que por ahora simplemente la dejaría descansar. Si ella despertaba, solo comenzaría a vigilarme una vez más.

“Bien. Tal parece que este es el grupo,” dije. Melty había traído con ella tanto a Filo como a Ruft. Dejarlo ver el lado más violento de los filoriales lo encaminaría totalmente al lado de Raph-chan.

“Naofumi-sama, ¿por qué siempre pone esa sonrisa conspiradora cuando mira a Ruft?” preguntó Raphtalia, pero la ignoré.

Y así, el grupo terminó formado por Raphtalia, Raph-chan, Atla, Filo, Melty, Ruft, y yo. Una composición muy parecida a la que teníamos cuando estábamos huyendo, con un par de nuevas adquisiciones para todos los gustos.

Y yo todavía estaba un poco preocupado de que este grupo fuera capaz de manejar lo que sea que nos encontráramos.

***

“¿Era por aquí?” pregunté. Ahora era de noche, un periodo de tiempo en el cual no quería estar mucho afuera.

La luna estaba en lo alto del cielo, y nosotros estábamos en la región montañosa de Melromarc, un lugar con muchos senderos de montaña. Filo estaba trotando sobre uno de esos senderos, tirando de un carro. Solo era un carro normal usado en la aldea. Después de todo, el carro original de Filo había sido robado por Motoyasu, y el carro que habíamos usado en Siltvelt y Q’ten Lo había sido demasiado grande como para traerlo de vuelta con nosotros. Podría haber sido posible traerlo de vuelta si lo desarmábamos en partes más pequeñas y hacíamos que todos los héroes se trajeran piezas, pero vamos. ¿Acaso eso no sonaba como una verdadera molestia?

“Naofumi-sama, viéndolo usar esa armadura, se siente como si finalmente hubiera regresado a ser usted mismo,” me felicitó por mi apariencia Raphtalia.

“¿Tú crees?” pregunté.

“Se ve genial.” Ruft también asintió estando de acuerdo. ¿Quizás ambos compartían gustos similares?

“Aun así, tener que hacerle favores a una filorial… ¿Acaso me veo como un lacayo?” me quejé.

“Lo postergaste por tanto tiempo, ¿y ahora te estás quejando por eso?” Esta estocada fue de Melty. Bien, lo admito, ya era hora de encargarse de esto.

“Aquí es donde destruimos a los filoriales, ¿verdad?” Atla sonaba lista para liberar todo su poder.

“No vamos a destruir nada, solo vamos a detener sus travesuras,” la corregí. ¿Qué la hacía tan violenta?

“Rafu,” comentó Raph-chan.

“Probablemente va a ser alguna clase de competencia, quizás una batalla entre carros. Solo los traje a ustedes como un seguro,” clarifiqué.

“Honestamente, estoy más preocupada acerca del problema que el poder de estas armas pueda causar,” se quejó Raphtalia.

“Esperemos que ese sea el único problema que tengamos,” respondí. Con un grupo de este tamaño, quería pensar que todo saldría bien.

Sin embargo, siendo una petición de Fitoria, las probabilidades de eso parecían bastante bajas. O eso esperaba.

En cualquier caso, continuamos un poco más por el sendero de montaña.

“No ha pasado nada,” comentó eventualmente Raphtalia.

“Ya me di cuenta,” respondí. “Básicamente estamos esperando que los bandidos nos encuentren, así que no puede evitarse.” Aparentemente este era el lugar correcto. ¿Quizás se estaban tomando la noche libre?

“¿Tienen alguna clase de escondite? Es decir, si son filoriales, ¿quizás un nido?” me pregunté.

“Ni idea,” respondió Melty. En serio, qué inútil. Iban a ser filoriales, ¿cierto?

Mientras pensaba eso, algo como una luz de antorcha apareció en la distancia y comenzó a dirigirse en nuestra dirección. Trotando, ellos se acercaban a una velocidad razonable, dirigiéndose en nuestra dirección desde las distantes montañas.

Era muy amable de su parte que se hicieran notar de esa forma para nosotros. Nosotros también estábamos usando una lámpara, para que ellos así pudieran vernos. Probablemente eso era lo que habían visto.

Muy bien. Es hora de ver quién aparece.

¿Qué? ¿Qué era esto?

Miré hacia los bandidos acercándose y no pude evitar levantar mis cejas.

El polvo se despejó, revelando al grupo que había sido calificado como bandidos de montaña, y también calificados como filoriales, pero ahora se veían como alguna clase de carro—o más bien como una caravana decorada de una forma descabellada—brillando de un color verde oro y decorado con imágenes de Filo.

Además, estaba flotando. Claramente flotando. No había visto nada así desde mi llegada a este mundo.

Se sentía tan extraño como un OVNI apareciendo en una historia de fantasía.

Aquellos tirando de esta caravana sin sentido se detuvieron en frente de nosotros. Pude ver a tres niñas. Una tenía las plumas rojas, otra azules, y la última verdes. Mientras tanto, en el asiento del conductor estaba—

“¡Ha pasado un tiempo, Padre! ¡Yo digo que soy yo, Motoyasu, el corredor callejero!”

Era el Héroe de la Lanza, hondeando una bandera con su lanza y llamándose a sí mismo un “corredor callejero”.