Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 7

Capítulo 6: El Pueblo de los Cazadores de Monstruos (Parte 1)

Parte 2

— ¿Qué es eso?

Era nuestro tercer día en el barco, la mañana después de haber estado atrapados en el interior todo el día debido a la fuerte lluvia, cuando vi algo en el sureste.

— ¿A qué te refieres? No hay ni una nube en el cielo.

— ¿Hilo de arañaaa?

— Es delgado y elástico, nano desu.

Arisa no podía verlo, pero Tama, Pochi y yo, vimos lo que parecía ser un hilo blanco y delgado.

— Árbol del Mundo —murmuró Mia.

— ¿Eso es…?

— Mm.

Mia asintió hacia mí.

Sabía que ella no mentía, pero no vi nada parecido a un árbol en esa delgada línea.

Si acaso, era como un ascensor espacial de ciencia ficción a la distancia.

¿Este es un mundo de ciencia ficción, no de fantasía?

Dudas surgieron en mi mente, pero supuse que se volvería más claro cuando llegáramos al Bosque Bolenan, así que puse esos pensamientos a un lado por el momento.

A la tarde del día siguiente, llegamos a Couka, la ciudad más al sur a un lado de la ciudad puerto Sutoandell, para cambiar a un barco que nos llevaría río arriba por un brazo del río.

El único lugar con barcos suficientemente grandes para sostener un carruaje estaba en Kuuche, río arriba de Couka, así que empezaríamos nuestro viaje por tierra desde ahí.

Este camino estaba abandonado y cubierto con hierbas, con muy poco tráfico. Por lo que podía decir, los residentes locales preferían moverse en pequeñas embarcaciones similares a canoas.

Couka y Kuuche eran ciudades divertidas y animadas a pesar de su pequeña población.

— Maestro, ¿crees que el dragón negro que mencionaron en esa ciudad esté en estos alrededores?

Arisa miraba por la ventana hacia el paisaje con una expresión preocupada.

Escuchamos historias mientras pasábamos a través de Kuuche, acerca de un dragón negro que había atacado la ciudad, así que probablemente estaba un poco nerviosa por eso.

Debido a que la pared exterior estaba un poco carbonizada, no quemada, creo que debe haber sido un semi-dragón.

Busqué en mi mapa por semi-dragones arriba del nivel 30 en el área. Además de la gran cantidad de Wyverns en las Montañas del Dragón Negro, había una lamia en el noreste del ducado, unas cuantas hidras en el borde occidental, y un dragón de mar en el océano al sur.

Por supuesto, no había dragones reales en el territorio.

El marcador que puse en el dragón negro estaba en otro mapa más al sur.

— No hay ningún semi-dragón cerca, ¿quizá confundieron a un Wyvern o a una gran serpiente monstruo con un dragón?

— Wyverns son aterradores también… ¿Lulú estará bien en el asiento del cochero? ¿Y los caballos?

—No te preocupes. Siempre estoy a la búsqueda de enemigos.

Acaricié la cabeza de Arisa, y finalmente me dio una sonrisa aliviada.

— Maestro, el pueblo adelante parece estar en un estado bastante raro.

— Maestro, recomiendo los preparativos de batalla.

Liza y Nana estaban totalmente armadas sobre sus runosaurios mientras se acercaban para reportar.

Habíamos vendido nuestros excelentes caballos en la vieja capital, así que solo teníamos los cuatro que estaban tirando del carruaje y los dos runosaurios.

Así que las cuatro niñas más jóvenes y yo, viajábamos en el carruaje que Lulú dirigía.
— Liza, ven conmigo.

— Entendido.

Llamé a Nana, tomé prestado su runosaurio, y me dirigí hacia el pueblo con Liza.

Este pueblo estaba posicionado entre un brazo del rio y la carretera, así que estaban especializados en la pesca y agricultura.

— ¿Tiene algún asunto en nuestro pueblo? Están montando runosaurios, pero no están vestidos como ladrones o salvajes del este.

Un hombre mayor quien probablemente era el jefe del pueblo se quedó esperando en el cruce que llevaba al pueblo, junto con diez o más pobladores armados.

Las armas que tenían eran increíblemente primitivas, incluso para una situación de último minuto, desde palos con extremos afilados hasta lanzas hechas con fragmentos de obsidiana. Sus ojos estaban llenos de odio y miedo.

— No, no tenemos ninguna intención en particular de pasar por aquí. Mi frívola respuesta no hizo nada para relajar su vigilancia.

Cuando vi el estado del pueblo detrás de ellos, entendí por qué estaban siendo tan cautelosos.

— Parece que algunos edificios se han quemado ahí. ¿Fueron atacados por bandidos?

Al menos la mitad de los pobladores tenían quemaduras en la cabeza y pies, y el resto tenía otras lesiones. No me había dado cuenta en un comienzo debido a las andrajosas vendas de tela enrolladas alrededor de ellos.

— No, mucho peor que eso. Fue un noble y sus amigos. —Uno de los jóvenes hombres junto al jefe del pueblo escupió furiosamente.

Sentía ojos mirándome desde el interior de las casas distantes.

No parecía que fuéramos bienvenidos aquí, así que pensé que sería mejor dejarlo una vez que consiguiera la información que necesitaba.

— ¿Ese noble era de por aquí?

— No, nunca lo había visto antes.

— Sí, no reconocí la cresta.

— Ellos nos preguntaron si habíamos refugiado a alguna persona bestia, y cuando les dijimos que no sabíamos de qué hablaban, usaron magia para quemar nuestras casas.

— Un hombre sostuvo una bola de fuego frente a mi rostro y exigió una confesión.

Los más jóvenes respondieron a mi pregunta uno por uno.

Un noble usando fuego, rastreando personas bestia…

Eso sonaba demasiado familiar.

Mis sospechas fueron directo al noble pirómano quien trató de usar Magia de Fuego en la subasta oscura en Muraas.

Con una rápida búsqueda en el mapa, descubrí que se encontraba en Puta, la ciudad a la que nos dirigimos a continuación.

Y las personas tigre que busca estaban escondidos en una esquina de la misma ciudad.

Esto huele a problemas.

Podíamos técnicamente simplemente evitar quedarnos en esa ciudad para permanecer fuera de peligro, pero era la ciudad más cercana a las Montañas del Dragón Negro, y estaba esperando reunir información acerca de la cordillera para nuestro viaje.

Por ahora, solo añadí marcadores a todos ellos para ayudarnos a evitar problemas.

— Lamento escuchar eso. Seremos cuidadosos de no mezclarnos con ellos. Por favor, tome esto como agradecimiento por la información.

Alcancé un compartimento del carruaje, sacando algunos ungüentos y cinco pociones que funcionaban bien en quemaduras, y se las entregué a uno de los jóvenes hombres.

— Estas son muy eficaces con las quemaduras. Quizá pueda usarlas para las señoritas del pueblo.

Parecía atónito al principio, pero cuando escuchó las palabras eficaces con las quemaduras, prácticamente se tiró al suelo para agradecerme. La razón por la que le di cinco era debido a que había cinco chicas en el pueblo con la condición [Quemaduras: Leve]

En este punto, el carruaje nos alcanzó, así que intercambié con Nana y volvimos al camino.

— Bueno, que generoso.

— Hice esas con una receta especial, así que son bastante baratas. El costo podría ser incluso menor a una de cobre por vial.

— Vaya, ¡que barato!

Eran pociones diluidas con agua que hice mientras consultaba el manual del sospechoso alquimista que compré en la subasta oscura. Estaban almacenadas en viales baratos para pociones comprados en una tienda, así que su vida útil no era muy larga.

Fueron hechas diluyendo mis pociones mágicas caseras a una vigésima parte de su fuerza original, pero todavía estaban a la par de las pociones menores compradas en una tienda.

El líquido diluido no requería ningún núcleo mágico para su producción, pero esa era la única diferencia, así que, considerando el tiempo y esfuerzo, era probablemente más rápido que producir pociones normales en masa.

Sin embargo, las pociones diluidas con agua eran de bajo costo y de bajo efecto, así que eran útiles para vender o regalar a las personas.

Esas pociones también contenían polvo de flor congeladora del incidente del dragón negro, así que deberían sanar las quemaduras sin dejar rastro.

Después de esto, pasamos más pueblos que habían sido atacados por el noble pirómano.

En algunas ciudades, dijeron que un dragón negro apareció justo después de que el noble lo abandonara, haciéndolos temer por su supervivencia.

Repentinamente, recordé cómo la Princesa Menea había descrito la Vara Carmesí del noble pirómano: Un bastón maldito que atrae monstruos de fuego.

Quizá este dragón negro estaba persiguiendo al noble pirómano.

— ¿Filoso filoso?

— ¡Las Espadas Mágicas del maestro son increíbles, nano desu!

— Esta espada es tres veces más afilada que hojas ordinarias, yo reporto.

Dejé que el grupo de vanguardia enfrentara a un naga de nivel 20 que estaba oculto en las montañas para probar sus nuevas armas, y terminaron ganando aún más fácil de lo que esperaba.

Un naga resultó ser un gran monstruo con forma de serpiente, alas de murciélago y cuatro patas.

Debido a que estábamos probando armas de combate cercano esta vez, le corté las alas antes de dejar que las chicas la enfrentaran.

— Parece que no me necesitan para esta batalla.

— ¿Muy fácil?

— Somos invencibles, nano desu.

Las palabras de Liza tocaron las fibras sensibles de Tama y Pochi, quienes rápidamente asumieron una pose de victoria.

— Tomen asiento, ustedes dos. Escuchen…

Antes de que pudiera decir algo, Liza le dio al par un buen regaño por su orgullo, así que no había necesidad de que interviniera.

En el medio de la noche, me escapé para eliminar a cualquier monstruo peligroso que estuviera arriba del nivel 30 o tuviera veneno, petrificación, o cualquier otra cosa que pudiera presentar una amenaza para mis compañeras. Sin embargo, creo que debería haber dejado algunos oponentes más fuertes para ellas.

— Dime, ¿Crees que ese naga sea el dragón negro del que hemos escuchado?

— Marrón oscuro.

Mia sacudió la cabeza ante la teoría de Arisa.

También pensé que ese malentendido era una posibilidad, pero tal como Mia dijo, las escamas de los naga eran marrón oscuro. Más importante, no respiraban fuego.

Los pueblos que pasamos eran una cosa, pero la ciudad de Kuuche definitivamente tenía marcas de quemaduras.

Y pronto…

— Lo encontréee.

— Está volando sobre la cima de la montaña, nano desu.

Tama y Pochi apuntaron al sur desde su lugar en el asiento del cochero.

Mas allá de las montañas bajas cercanas, podía ver el contorno de las Montañas del Dragón Negro.

Cerca de la cumbre blanca había algo como un alambre enrollado alrededor.

No podía decirlo con certeza, debido a que estaba en un mapa diferente, pero estaba en la misma dirección que el marcador que había puesto en el dragón negro, así que probablemente eran el mismo.

— Gran trabajo, ustedes dos.

Le di a Pochi y Tama una palmada en la cabeza, alabándolas por darse cuenta de algo a tan larga distancia.

Habíamos visto un verdadero dragón negro, pero probablemente no estaba relacionado con esos incidentes. Si algo tan grande hubiera estado volando en los alrededores, creo que hubiera hecho un daño mucho mayor al terreno.

Expliqué este razonamiento a la preocupada Arisa, luego volví a evaluar el nuevo equipamiento.

— Las balas del mosquete no parecían funcionar.

— Mm. No.

— Lo lamento; no soy buena tiradora…

— No es tu culpa Lulú. El arma no es suficientemente fuerte.

Usaba balas normales de bronce, pero parece que el circuito mágico de disparo simplemente no era lo bastante fuerte.
Además, a diferencia de un arco y flecha, el poder de una pistola tenía poca relación con la fuerza del usuario.

Tranquilicé a Lulú, luego llamé a nuestro tanque, Nana.

— Nana, déjame ver tu escudo.

— Sí, maestro.

— Eh… Sin un rasguño.

El gran escudo fue hecho al estirar piel del gran pez monstruo sobre un marco de madera del Árbol-Montaña.

Era considerablemente más resistente que el escudo que hice con la corteza de la fruta Ironshell antes.

Estaba feliz de que pareciera seguro.

Por cierto, la carne de naga era deliciosa cuando la asaba en salsa de soya. Decidí cazarlos cada vez que los veía.

Mas tarde, fuimos convenientemente atacados por ladrones cerca de Ciudad Puta, así que probamos el efecto Aturdimiento Suave de mis Espadas Mágicas hechas a mano.

Sería un dolor llevarlos con nosotros, así que solo los amarramos a un árbol cercano.

No estábamos lejos de la ciudad, así que supuse que podríamos pedirles a los guardias que fueran a recogerlos.