Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 8

Capítulo 14: Retorno del Rasgo de Dragón

“¡Esto acaba de llegar! ¡Vengan a ver!” gritó un hombre en las calles, agitando lo que parecía ser un diario.

Los ciudadanos se detuvieron a su lado, tomaron algunos diarios, y los miraron con los ojos completamente abiertos.

Yo también tomé uno, y se lo mostré a Kizuna.

“¿Puedes leer esto?”

“Veamos… dice que el portador de la katana de las armas vasallas fue encontrado pero que fue capaz de escapar. Ahora todo el país lo está buscando.”

“¿Aquí hay una katana como arma vasalla?”

¿Una katana? Hm… Las katanas son geniales. Había visto a muchas de ellas en mangas shonen a través de los años. Probablemente eran una de las tres armas preferidas de los protagonistas.

En el mundo del que vengo, una de las armas sagradas era un espada, pero Ren la usaba, lo cual había arruinado el encanto de la categoría.

Cualquiera de este mundo que usara una katana probablemente sería realmente condescendiente y presumido. No estoy seguro por qué me los imaginaba de esa forma, pero así era.

Sería mejor tener cuidado para evitar cualquier problema innecesario.

“Siempre había escuchado que nadie había sido elegido para blandir la katana de las armas vasallas. Está almacenada bajo una gran seguridad en un edificio del gobierno en la capital. Las personas pueden mirarla, pero aparentemente es muy difícil incluso el ser considerado para la selección de blandirla.”

Considerando lo importante que eran las armas vasallas, tenía sentido que estuviera protegida cuidadosamente.

No sabía cómo Glass y L’Arc terminaron consiguiendo sus armas vasallas, pero imaginé que era un proceso muy complicado. Seguía imaginándola como la espada en la piedra—la cual solo sería retirada por personas especiales.

¿…?

¿No los héroes de las siete estrellas eran como los portadores de armas vasallas de este mundo? Si había un equivalente de las armas vasallas en nuestro mundo, era mucho más probable que fueran los héroes de las siete estrellas, especialmente debido a que solo las personas elegidas eran capaces de blandirlas.

Ost había dicho algo acerca de eso.

No era como si cualquiera pudiera usar las armas, pero, aun así, si alguien en malos términos con el gobierno ponía sus manos en un arma vasalla, ellos probablemente podrían provocar mucho daño. Ese era el por qué el gobierno tenía que protegerlas.

“La katana aquí también es un símbolo nacional de fuerza. Parece que estaban persiguiendo a quienquiera que la tenga.”

“Hm…”

Quienquiera que fuera, debe haber sido escogido por el arma vasalla, ¿entonces por qué estaba huyendo?

“Me parece extraño.”

“¿Cómo?”

“Casi parece que todos los detalles acerca de la persona con el arma vasalla han sido omitidos intencionalmente. No dice si esta persona está sola o acompañada, si es un hombre o una mujer… No dice nada. ¿Son dos hombres? ¿Dos mujeres?”

Eso podría explicar la persecución. Tal vez la persona que tomó la katana ni siquiera era de este país, así que estaban tratando de recuperarla cruzando las fronteras de otro país. Era la clase de incidente que detonaría una guerra.

Recordé a la reina de Melromarc diciendo cuánta tensión fue causada por la invocación y el manejo de los héroes sagrados. Cualquier país que pudiera controlar a los héroes, o tenerlos de su lado en un conflicto, como resultado sería mucho más poderoso.

Si alguien con intensiones nefastas o políticas era elegido por el arma vasalla, era normal que trataría de escapar con ella.

“¿Hm?” Tanto Rishia como Filo inclinaron sus cabezas.

Ah, olvidé mencionar que yo estaba sosteniendo a Raph-chan, y ella estaba apuntando constantemente en la dirección que deberíamos ir. Ella era tan linda y tranquila. Continuamos en la dirección que nos indicaba, y llegamos hasta un punto de control.

“¡Deténganse justo ahí! Hay criminales buscados pasado este punto. Nos disculpamos por el inconveniente, pero por favor tomen un desvío,” dijo un hombre parecido a un samurái que bloqueaba el camino con una lanza.

Fui sorprendido por un segundo, pero comprendiendo que lo mejor sería evitar cualquier conflicto innecesario, hicimos lo que nos dijeron y tomamos un desvío. Pero cuando lo hicimos, Raph-chan comenzó a apuntar en una dirección diferente. Eso lo aclara—debemos haber estado rodeando el área donde estaban Raphtalia y los demás.

Estuve aliviado inmediatamente, pero comencé a preocuparme rápidamente, debido a que parecían estar en un lugar atrapadas junto a criminales—como si hubieran sido atrapadas en el ojo de una tormenta. Aún peor, estaba la posibilidad de que Glass y sus amigos fueran atrapados por el conflicto con el portador de la katana de las armas vasallas.

Mi corazón comenzó a saltar en mi pecho, me volví hacia Kizuna y le pregunté, “¿Qué deberíamos hacer?”

“¿Acaso tenemos alguna opción? Nos escabullimos por sobre los tejados.”

“Espera. Hay otras opciones.”

“¿Cómo cuáles?”

“Filo.”

“¿Qué?”

Filo ahora era un halcón cantor—eso significaba que ella podía volar. ¿Podría haber una forma mejor de evaluar la situación?

Ella en este momento estaba sobre mi hombro, el cual ahora era su lugar favorito para sentarse. Ella parecía preferir permanecer en su forma de monstruo estos días, probablemente debido al trauma que había sufrido estando en forma humana.

Cuando íbamos a una ciudad nueva, ella permanecía en forma de monstruo y nunca trataba de dejar mi hombro. Entre ella en mi hombro y Raph-chan en mis brazos, me veía más como un domador de monstruos que como un Héroe del Escudo.

“Vuela alrededor por un momento y ve si puedes encontrar a Raphtalia ahí dentro.”

“Pero… Pero ¿qué tal si me capturan?” dijo, claramente asustada.

Considerando que se veía como un ave normal, ella probablemente tenía una razón para estar preocupada. Un cazador podría derribarla del cielo con una flecha.

“Estarás bien. Te ves como cualquier otra ave en el cielo. Además, hace mucho tiempo que dejamos el país que te capturó.”

“¿Lo promete? ¿Promete que estaré bien? ¿Si alguien me ataca, usted me salvará?”

“Por supuesto que lo haré. ¿Alguna vez te he mentido?”

“Um… ¡Sip!”

“Bien, supongo que lo hice. Pero ahora no estoy mintiendo. ¿Harías eso por mí?”

Ella ni siquiera tenía que ir muy lejos. Podía quedarse dentro de nuestra vista. Solo quería que volara para ver desde un punto de vista más ventajoso. No debería haber ningún problema.

Incluso si fuera atacada, lo sabríamos inmediatamente.

“¡Bien!”

Antes de mandarla hacia el aire, decidí revisar el hechizo de esclavo una vez más. Abrí el menú, y casi no pude creer lo que vi.

Raphtalia ya no estaba enlistada.

¿Qué demonios estaba pasando?

Comencé a sudar frío, y un escalofrío recorrió mi espalda. Algo estaba mal.

Qué tal si… ¿Qué tal si estaba muerta?

“¿Rafu?”

Abracé a Raph-chan muy fuerte e intenté calmar los latidos de mi corazón.

No… sabía que no era verdad. Podía sentirlo. Ella estaba viva, y estaba cerca.

“Rafuuu…” Raph-chan puso sus palmas en sus mejillas como si estuviera avergonzada.

Le acaricié la cabeza.

“Maestro, ¿qué está haciendo?”

“Nada, todo está bien. Ve hacia arriba y revisa la situación. Raph-chan, tú sigue apuntando hacia Raphtalia.”

“¡Rafu!” respondió ella, y apuntó de nuevo en la misma dirección que antes.

Eso significaba… Cierto—Raphtalia todavía estaba con vida. Tenía que haber una explicación distinta de por qué ella había desaparecido del menú del hechizo de esclavo. El hechizo debe haber sido removido de alguna forma.

Cierto. Esa es la explicación a la que decidí aferrarme hasta que escuchara algo distinto.

“Bien, Filo, vuela.”

“¡Bien!” dijo ella, agitando sus alas y elevándose hacia el cielo sobre nosotros. La vi hacerse más pequeña mientras se alejaba del suelo.

Ella parecía estar segura. Todavía no había ninguna flecha volando hacia ella.

Eventualmente, ella regresó hacia nosotros.

“Um… ¡Parece que algunas personas están siendo perseguidas!”

“¿Quién? ¿Quién está siendo perseguido?”

“Estaban usando capuchas, así que no pude ver. Iba a acercarme un poco más, pero estaban siendo perseguidos por monstruos aterradores, así que volé de regreso hasta aquí.”

“¿Monstruos aterradores?”

¿Qué estaba pasando? ¿Había monstruos en esta ciudad? Era improbable que fueran salvajes. Probablemente eran como Filo—sirvientes de alguien.

“Entonces supongo que es mejor que entremos, al menos para revisar si son nuestros amigos los que están siendo perseguidos.”

Kizuna agitó el cebo de su caña de pescar y lo enganchó en un tejado cercano y luego lo usó para subir. Fue un proceso muy rápido.

“¡Escudo de Ataque Aéreo! ¡Segundo Escudo! ¡Tercer Escudo!”

En cuanto a mí, usé mis habilidades para formar una escalera improvisada y la subí para alcanzar el tejado.

“Rishia, vamos”

“Fueh…”

Una vez que todos estuvimos en el tejado, rápida y tranquilamente nos alejamos de los guardias que estaban bloqueando el ingreso a la ciudad. Mientras nos abríamos paso por sobre los tejados, Raph-chan y Chris lentamente comenzaron a apuntar en una dirección diferente. Finalmente, llegamos a un terreno vacío, donde había una gran distancia que teníamos que cruzar para llegar hasta el próximo tejado.

Decidimos primero bajarnos y luego subir del otro lado.

Saltamos hacia el suelo y nos preparamos para cruzar el terreno, pero había un grupo de personas en túnicas esperando por nosotros.

“Maldición…”

¡Deberíamos estar buscando a Raphtalia! No teníamos el tiempo para lidiar con estas personas. No quería terminar encontrándome con quienquiera que estaba persiguiendo a estos tipos. Al menos habíamos cubierto nuestros rostros con máscaras antes de entrar en la ciudad.

Tal vez deberíamos escapar con el Escudo Portal hasta que pensáramos en un plan mejor.

Preparé mi escudo para una lucha, pero entonces…

“¡Rafu!” exclamó Raph-chan, apuntando enérgicamente hacia una de las personas ante nosotros.

Chris estaba haciendo lo mismo, apuntando su ala hacia el grupo de personas en túnica.

“Naofumi, no crees que…”

“¿Qué?”

“¿Podría ser?”

Lentamente removí mi máscara para dejarlos ver mi rostro. Kizuna y Rishia hicieron lo mismo.

Luego, como si las personas en túnicas hubieran perdido completamente la voluntad de luchar, ellos bajaron sus armas y dieron un paso al frente.

“¡Niño! ¿¡La que está contigo es Kizuna!?” el hombre alto en frente del grupo gritó mientras se removía su capucha.

Era L’Arc.

Luego se quitó su túnica para revelar su ropa que parecía ser del Shinsengumi. Él debe haber estado intentando mezclarse con el resto de personas de este país.

Aparentemente las ropas de tela simples en los alrededores aún tenían estadísticas de defensa decentes. Los patrones azul claro en el haori de hecho le quedaban muy bien. Podía verse bien con cualquier moda que usara.

¡Pensar que L’Arc y los demás eran los que estaban siendo perseguidos! Quiero decir, sabía que era una posibilidad, pero había intentado no pensar en eso.

¡Y solo nos los encontramos en la calle! ¡Qué coincidencia!

Una persona detrás de L’Arc vino corriendo hacia Kizuna y gritó, “¡Kizuna! ¿¡Dónde has estado todo este tiempo!? ¿¡Y qué estás haciendo con Naofumi!?”

Era Glass. Ella se sacó la capucha y su túnica para revelar las lágrimas en sus ojos. Luego abrazó a Kizuna con fuerza.

Era increíble. Glass siempre había sido tan seria y fría. Nunca la habría imaginado haciendo una demostración tan emocional. Por supuesto, todos tenían a alguien o algo que les importaba, pero todavía se sentía extraño ver a una persona tan fría verse tan feliz.

“Estoy muy feliz de verlos de nuevo, pero nuestros perseguidores pronto estarán aquí. ¡Manténganse en guardia!” dijo Teresa, removiendo su túnica. Ella estaba usando un hakama cubierto en un patrón sugestivo de piedras preciosas.

¿Estaba hecho de aizome? Tal vez no… (Nova: Aizone, se refiere a un compuesto orgánico traducido como colorante añil, el cual ahora es usado en su forma sintética, especialmente en los jeans azules)

Cada vez que se movía, el patrón mismo parecía moverse con ella. ¿Lo estaba imaginando?

Todavía quedaba una persona usando su capucha. ¿Era Raphtalia?

La persona vino corriendo hacia mí—y Raph-chan le estaba apuntando.

“¿Ra…Raphtalia?”

“Si.”

Ella se sacó su capucha y su túnica para mostrarme su cara. Era ella—Raphtalia.

Ella tenía orejas rizadas y redondas, un cabello suave y largo, ojos profundos en los cuales podrías perderte y una cola abultada que exudaba belleza.

No la había visto en mucho tiempo—ella estaba más hermosa de lo que recordaba.

Ella también debe haber estado feliz de verme, ya que vino corriendo con una gran sonrisa en su rostro. Estaba vestida como una sacerdotisa, en una túnica roja y blanca.

Sentí algo inesperado cuando la vi—algo como una descarga eléctrica.

La miré de nuevo. Las ropas de sacerdotisa eran muy simples. Había ropa blanca alrededor de sus hombros, resaltada con franjas rojas que casi parecían formar un arco. Pero lo rojo no interfería para nada con la ropa blanca—era tan delicado que de alguna manera enfatizaba qué tan blanco era el blanco.

Debajo de eso ella usaba un hakama de un rojo profundo. El traje le quedaba muy bien.

También parecía haber sido hecho especialmente para acomodar su cola abultada.

Usaba medias blancas y sandalias de paja de estilo japonés.

Si… Ella se veía realmente, realmente bien en ese traje.

Cuando derrotemos a Kyo y regresemos a nuestro mundo, esperaba que siguiera usándolo.

Casi no podía creer la forma en la que estaba reaccionando. No me gustaban las sacerdotisas más que a un otaku promedio, pero apenas podía quitar mis ojos de ella.

“¡Naofumi-sama, finalmente está aquí!”

“Siento que haya tomado tanto tiempo.”

“No… sé lo difícil que debió haber sido… ¿Estuvo bien? ¿Tuvo algún problema?”

“En su mayoría. Pasaron muchas cosas.”

Fuimos lanzados a un laberinto inexpugnable. Salimos para terminar en territorio enemigo. Luego fuimos hacia la capital, arremetimos hacia los guardias de seguridad…

Si… mucho había pasado.

“Ese traje se ve bien en ti.”

“¿Un cumplido? ¿De usted? Se siente un poco extraño.”

¿Realmente no le hacía cumplidos?

“Deberías seguir vistiéndote así una vez que regresemos al mundo del que venimos.”

“¿Le gusta tanto?”

“Creo que se ve bien en ti.”

Ella se sonrojó. Debe haber estado avergonzada.

Supongo que todavía era una niña.

“¿Cierto? ¡Yo pensé lo mismo!” gritó L’Arc. Me pregunto si él fue quien eligió ese traje. Claramente sabía lo que hacía—su lado pervertido le había ayudado bien.

Estábamos tan atrapados en nuestra reunión que el aullido de una bestia acercándose fue necesario para recordarme dónde estaba.

Nos habíamos relajado por demasiado tiempo.

“Kizuna, usa el ofuda.”

“Espera,” dijo ella, poniendo un ofuda en su frente y concentrándose.

Pero…

“No funcionará. Algo está bloqueando la señal. Tendremos que salir de aquí para llamarlo. Y tampoco parece que L’Arc y los demás serán capaces de usar la Transcripción de Retorno.”

“¿Deberíamos usar el Escudo Portal?”

“¿Podemos?”

“Podría haber muchas personas.”

Nunca había comprobado cuántas personas podían usar el Escudo Portal al mismo tiempo. Pero este no era el momento para estar preocupándome por eso.

Primero le envié una invitación de grupo a Raphtalia.

“Escudo…” Antes de que pudiera terminar de decirlo, algo se sintió extraño. Y no era solo yo. Todos también lo estaban sintiendo.

Un icono parpadeó en mi campo de visión.

Teletransportación no disponible.

¿Qué? Esta era la primera vez que había sido incapaz de usar el Escudo Portal desde que desperté en este mundo. Hubo solo una vez anteriormente que tuve este sentimiento extraño—cuando estuvimos luchando contra la Tortuga Espíritu.

“Bueno, bueno… ¿Realmente creyeron que iban a escapar de mí? Hm… parece que hay algunos más de ustedes que antes…”

Miré hacia la fuente de la voz para encontrar a quien había estado persiguiendo a Raphtalia y la horda de monstruos que estaba controlando.

“¡Tú! ¡Debe ser el destino que nos hayamos encontrado aquí! ¡Te haré pagar por la última vez!”

Quienquiera que fuera nos habló de forma condescendiente.

Ya lo había visto antes.

Así es, era el supuesto científico genio que nos habíamos encontrado cuando usamos el reloj de arena del dragón para teletransportarnos fuera de la capital.

“Ah sí, tú estabas ahí, ¿no? Aunque no puedo recordar tu nombre…”

Habría preferido evitar encontrarme de nuevo con él, pero honestamente estaba comenzando a prepararme para la batalla.

Parecía tener más mujeres con él que la última vez. Algo acerca de él me irritaba. Tal vez era solo que me recordaba a Motoyasu.

“¡Los haremos pagar por la última vez!”

“¡Criminales! ¡Vengan con nosotros pacíficamente!”

“¡Si! ¿Cómo se atreven a avergonzarnos?” sonrió él. Rodeado de su harem de mujeres, parecía tener mucha confianza.

Estas personas estaban comenzando a molestarme. ¿Yo era el único que pensaba que estas mujeres realmente no le gustaban? ¿Que estaba tratando de compensar algo al tenerlas alrededor todo el tiempo?

De hecho, yo probablemente me veía igual para él. Es mejor dejar el asunto de lado por completo.

“¿¡Quieres decir que estás en nuestro país y ni siquiera sabes mi nombre!?”

“¡Idiotas!”

“¡Entonces escucha! Te diré quién está delante de ti. Yo soy la esperanza de las personas, el gran alquimista de este lugar…”

Bien, de hecho, él no era igual que Motoyasu. A las mujeres le gustaba por su sentido retorcido de encanto. Comenzaba a pensar que este tipo era más como Itsuki. ¿Qué me hacía pensar eso?

La presentación sin fin para anunciar su nombre tomó tanto tiempo que yo de hecho me perdí su nombre cuando finalmente lo dijo.

“¡—ESE es quien soy! ¡Ahora conocerás el terror verdadero! ¡No hay razón para dialogar con personas como tú!”

“Claro, como sea. Oye—¿cuál dijiste que era tu nombre?” No pude recordar lo que había dicho.

Tal vez fue debido a todo lo que había pasado con Itsuki, pero incluso si podía recordar este tipo de caras, no podía pensar en preocuparme de aprender sus nombres.

“¡Idiota insolente! ¡Tallaré mi nombre en tu pecho! ¡Así no lo olvidarás!”

Si él estaba tan decepcionado de mí, ¿por qué quería que recordara su nombre? No tenía sentido.

Un gran tigre blanco se movió detrás de él y rugió. La bestia se veía salvaje. Una hilera de baba colgaba de su boca entreabierta.

Pero había algo extraño en todo esto. Había pasado tanto tiempo en este mundo nuevo que mi intuición se había vuelto más precisa de lo que había sido.

“Ciertamente parece que estás confabulado con los ladrones. No es sorpresa que te encuentre repulsivo.”

“¿Ladrones? ¿De qué estás hablando?”

“Naofumi-sama…” dijo Raphtalia, mirándome con unos ojos arrepentidos. Luego ella abrió su túnica y me mostró el arma que había estado escondiendo dentro. Ella estaba sosteniendo una katana desenvainada.

Veamos—es hora de repasar los hechos. Quienquiera que haya robado la katana de las armas vasallas estaba huyendo… y Raphtalia había desaparecido del menú del hechizo de esclavo.

Y las autoridades estaban persiguiendo a quienquiera que tenía la katana…

Estos idiotas probablemente eran los perseguidores… pero…

Sabía lo que estaba pasando, pero no estaba preparado para admitirlo.

“¿Por qué huiste? ¿No los ciudadanos te respetarían? ¿Te recibirían con los brazos abiertos?”

Raphtalia estaba siendo perseguida por el gobierno. Ella estaba siendo tratada como una ladrona—incluso estando con personas tan poderosas como Glass y L’Arc.

“Verá…”