Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 4

Capítulo Extra: El Temible Filolial

―Guah… ¡Ese monstruo es FUERTE!

―…

Fitoria estaba luchando contra los monstruos que surgían de la Ola.

―¡¿Deberíamos retirarnos?!

―¿Crees que podemos?

Fitoria retrocedió y pateó a un monstruo mientras estaba apareciendo.

―¡Guuuah!

Le asestó una patada muy fuerte, pero el monstruo era realmente duro. En realidad no fue derrotado, sino que simplemente volvió a desaparecer en la brecha. Si hubiese sido una persona normal, habría muerto al instante. Pero al parecer había sobrevivido… supongo.

Parecía estar formado de energía pura. Fitoria pensó en utilizar su arma, pero el resto de monstruos no era suficientemente fuerte para soportar sus ataques y no fue necesario.

La Ola se quedó en silencio y las grietas comenzaron a cerrarse. Ésta era una de las Olas del Reloj de Arena del Dragón de las que Fitoria se encargaba. Era su deber, enfrentarse las Olas que tenían lugar en áreas a las que los humanos eran incapaces de entrar. Es lo que el antiguo Héroe le pidió.

―Fiu…

―¡Fitoria! ¡Hemos terminado de repeler a los monstruos!

Uno de sus subordinados filolial corrió hacia ella y la saludó antes de informar que se habían encargado de todos los monstruos.

―Buen trabajo.

Fitoria miró el lugar en que había aparecido la Ola.

¿Por qué los Cuatro Héroes Sagrados no venían a combatir las olas? Fitoria realmente necesitaba investigar eso… Si no lo hacía, ¿cómo podría proteger el mundo?

Escuchó de sus subordinados que los Héroes habían sido invocados, pero no parecían estar haciendo nada. Por el momento, Fitoria podría simplemente centrarse en mantener a los monstruos fuera de su territorio, pero si los Héroes no detenían las olas que tenían lugar en las zonas controladas por los humanos, ella no sería capaz de hacer nada por su cuenta.

Si habían sido invocados, ¿qué estaban haciendo? Quién sabe.

―¡Esto no es bueno!

―¿Um?

Cuando Fitoria estaba recorriendo el mundo en secreto, conoció a una extraña niña. El subordinado al que le confió la chica había vuelto corriendo.

―¿La has llevado a su destino a salvo?

Era una niña con tantas ganas de ser amiga de Fitoria que se había adentrado en el nido de un dragón. La reina filolial luchó para protegerla.

Esto era algo raro en la actualidad. Normalmente, los humanos sólo querían controlar a las demás formas de vida que les rodeaban. Usaban a los filolials como si fueran herramientas y se negaban a reconocer que existían fuerzas más poderosas que ellos. Fitoria tuvo que lidiar con ellos varias veces en el pasado. Fue una auténtica molestia.

El Héroe dijo, con su último aliento, que todos debían trabajar juntos para proteger el mundo. Pero los humanos lo habían olvidado, e intentaron deshacerse de Fitoria y los demás… Si no había ningún Héroe, entonces no tenía sentido proteger a los humanos.

―Ah… ¡lo olvidé!

Aah… ¿por qué ninguno de los amigos de Fitoria tenía buena memoria?

Fitoria se llevó las manos a la cabeza.

―¿Para qué os fuisteis de aquí entonces?

―Nosotros… nosotros…

―¿Nosotros… qué? ¿Qué? Si no podéis hacer vuestro trabajo, tendré que echaros.

Ser expulsado del clan de Fitoria era como una sentencia de muerte. Ella estaba a cargo de todos los filolials salvajes. Es más, si eras desterrado del clan, dejarías incluso de ser un filolial. Lo único que podrían esperar era una muerte horrible. Así de importante era la protección de la Reina.

―¡N-No! ¡Cualquier cosa menos eso! ¡Por favor, perdónenos!

―… ¿Y? ¿Qué es lo que ha pasado?

―Es cierto… ¡Hemos visto a alguien con el mismo aspecto que usted!

Fitoria sintió cómo se movía la pluma de su cabeza.

Si una filolial crecía hasta la forma de reina como ella, sólo podía significar que un Héroe la había criado. Y eso quería decir que había pruebas de que la sucesora de Fitoria había nacido y por consiguiente que los Héroes realmente habían regresado.

―¿Cómo era? ¿De qué color?

Lo primero que tenía que descubrir Fitoria era el aspecto de su supuesta sucesora.

―Um… ¡era blanca! Y le salía baba de la boca.

―¡No era así! ¡Era roja! ¡Y tenía un montón de manos!

―¡Era rosa! ¡Y tenía muchas cabezas!

―¿Estáis seguros de que era un filolial?

Fitoria trató de imaginarse a la próxima Reina Filolial. Era roja, blanca y rosa, y tenía un gran número de cabezas y muchas manos. Sería aterrador ser atacada por tal cosa.

―Uh…

Fitoria se puso las manos en la cabeza y se sentó lentamente.

¡Esa cosa que habían descrito no se parecía en nada a un filolial! Pero tal vez podría ocurrir tal cosa si la había criado un Héroe. Un Héroe había criado a Fitoria, y ella se veía diferente de los otros filolials normales. ¿Significaba eso que era lo que el Héroe quería? O incluso podía ser alguna clase de raza mixta.

Fitoria no quería conocer a una reina filolial con un montón de cabezas y manos. Además, ella no era tan aterradora. Si se suponía que era como Fitoria, probablemente se parecería a ella. Sería extraño que fuese algún otro tipo de criatura.

―¿Qué deberíamos hacer, Reinaaaaaa?

Preguntó un subordinado.

Sería mejor no parecer insegura.

―Um…

Fitoria había empezado a preguntarse qué estaban tramando los Héroes, por lo que éste sería un buen momento para ir a verlo.

―Iré a conocer a esta candidata a Reina Filolial. ¡Preparaos!

―¡Recibido!

Y así, Fitoria volvió a su forma normal de filolial y partió hacia Melromarc, donde sus subordinados dijeron haber visto a la nueva Reina.

―¿Qué deberíamos hacer?

―La gente sospechará si nos ve a todos juntos de esta forma. Separémonos y busquemos al Héroe.

―¡VALEEEEE!

Tras dar órdenes a los subordinados, Fitoria comenzó a investigar. La mejor idea que se le ocurrió fue preguntar a un filolial domesticado. Estos pasaban la mayor parte del tiempo con los humanos, así que debían saber qué estaban tramando. Eran distintos de los salvajes.

De modo que Fitoria fue a una granja de filolials, asomó la cabeza por la cerca y le pregunto al más cercano. Aunque éste era de color negro y tenía una mirada malvada en los ojos.

¿Eso que tenía alrededor del cuello era una etiqueta con su nombre? En escritura humana decía: RELÁMPAGO NEGRO.

―Hey.

―¿Eh? ¿Qué demonios? ¿Crees que puedes hablar sin más con Relámpago Negro?

El filolial negro estaba enfadado y miraba a Fitoria de arriba abajo.

―Aunque eres bastante linda. ¿Qué me dices? Si quieres quedarte conmigo, podría hacer que mi maestro te haga mi concubina.

Realmente no parecía entender las relaciones entre los filolials.

De la parte trasera del corral se acercó corriendo otro, mayor que el primero. Fitoria tendría que enseñarles su lugar. Levantó una pata y la transformó, por lo que se volvió realmente grande muy rápido y golpeó con ella al otro filolial.

―Fube…

―No deberías hablarle así a una bella dama. Sigue haciéndolo y será tu final.

Ups. Ese golpe hizo un sonido bastante bueno. Sería mejor que usase un poco de magia curativa.

―¡Aaaaaaaaaah!

Relámpago Negro huyó con el rabo entre las piernas.

―¡Tú eres la Reina! Por favor, calma tu ira…

El viejo filolial agachó la cabeza.

―Muy bien. De todas formas no estoy tan cabreada. Pero debo señalar que ese filolial tiene una gran necesidad de recibir una educación.

―Estoy seguro de que ya está reflexionando sobre sus actos.

―Bien…

Fitoria recibió algo de comida del viejo filolial. No era muy buena, pero era comida que llevaba mucho tiempo sin probar y le hizo sentirse nostálgica.

Con el paso de los años, había olvidado que los humanos sabían hacer algunas comidas deliciosas. El antiguo Héroe que fue maestro de Fitoria solía hacerle comida todo el tiempo. Sabía muy bien.

―He oído que un Héroe pasó por aquí con una candidata a reina. ¿Has escuchado algo sobre ellos o los has visto?

―Pues…

El viejo filolial le explicó todo lo que había oído sobre los Héroes desde que fueron invocados.

¿El Héroe del Escudo había cometido crímenes y era un fugitivo? ¿Había una chica de cabello azul con él? ¿Pero todo eso no sería algún tipo de conspiración? Um…

―¿Y qué tiene que ver todo eso con la candidata a reina?

―En este momento, el único Héroe que está criando a un filolial es el del Escudo. Yo mismo le he visto. Parece una buena persona.

―¿En serio? ¿El filolial era rosa? ¿Tenía muchas cabezas y brazos?

―No, sólo la cantidad normal.

¡Esos estúpidos subordinados se habían equivocado!

―¿Sabes a dónde han ido?

―La verdad es que no.

―Vale. Bueno, gracias.

―¡Vuelve cuando quieras!

Dejó al viejo filolial y fue a reunirse con sus subordinados. Ellos también habían recopilado información. Sonaba como si todos esos bichos raros estuviesen huyendo hacia el sudoeste, así que la Reina decidió ir también hacia allí.

¿Dónde ESTABA el sudoeste?

Estaba pensando en ello cuando…

―¡GUIAOOOOOOOOOOOOOO!

Sus plumas se pusieron de punta. Su instinto le decía que era el rugido de un dragón. Se giró y vio a un malvado monstruo con el Fragmento del Rey Dragón destruyendo la muralla de un pueblo humano. Delante del monstruo había… una reina filolial rosa. Y un hombre con un escudo montado en su espalda.

Los había encontrado. Sin pararse a pensar, Fitoria salió corriendo tras ellos.

Entornó los ojos para poder verlos mejor y fue invadida por la nostalgia. Sí, fue el día que nació. El héroe la miró y sonrió. Casi sentía esa calidez, una que lo abarcaba todo, otra vez.

No había ninguna duda. Ese hombre con el escudo era un Héroe, pero Fitoria podía sentir algo más: poseía una profunda tristeza y furia en su interior. Debía haber usado la Serie Maldita.

La maldición del arma de un Héroe era muy poderosa. Fitoria la había visto muchas veces. Sin embargo tenían que sacrificar demasiado para usarla. Ellos mismos terminaban gravemente heridos.

No había dudas en su mente. La profunda tristeza y el dolor que albergaba habían desbloqueado la Serie Maldita. Ella quería curar su dolor, quería ayudarle. Por un momento se puso sentimental. Rápidamente parpadeó y volvió a la realidad. Era tan fría como el hielo.

Este mundo no tenía tiempo para los sentimientos.

Vio desde la distancia cómo el Héroe del Escudo, su grupo y su filolial rosa se enfrentaban a un monstruo dragón. Esa chica rosa debía ser la candidata a Reina. Naturalmente, sólo tenía una cabeza. Eran de diferentes tamaños y colores, pero la candidata realmente se parecía a Fitoria.

Pero, observando su batalla, a Fitoria no le pareció muy fuerte, y eso la puso nerviosa.

―Santuario.

Fitoria lanzó un hechizo que evitaría que cualquiera abandonase el campo de batalla.

Tenía demasiadas preguntas: ¿por qué ese Héroe no había estado ayudando a combatir las Olas que se producían por todo el mundo? ¿Qué estaban haciendo los demás?

El mundo necesitaba a los Héroes. No había tiempo para que tan sólo recorrieran un único país. En el peor de los casos… No, no quería hacer eso, pero podría.

Podría ensuciarse las manos por el bien del mundo. Porque Fitoria lo había prometido… hacía mucho tiempo. Se lo había prometido a su Héroe…

– FIN DEL VOLUMEN 4 –