Tate no Yuusha no Nariagari (NL)
Volumen 5
Prólogo: Ascenso de Clase
Me encontraba en el salón principal de la enorme iglesia que gobernaba la plaza de Melromarc. El gigantesco Reloj de Arena del Dragón se alzaba en el centro de la sala con una presencia imponente.
―Siempre que vengo aquí, termino sintiéndome igual. Esa cosa parece más siniestra que sagrada.
―A mí me pasa lo mismo, Naofumi-sama.
―¡La arena roja es taaaaan bonita!
Me llamo Naofumi Iwatani. En el mundo real, era un universitario otaku normal de Japón. Digamos que acabé llegando a este lugar por accidente. Estaba matando el tiempo en la biblioteca pública cuando encontré un viejo libro llamado Los Registros de las Cuatro Armas Sagradas. Empecé a hojearlo sólo para desmayarme y despertar en el mismo mundo que describía el libro. Había sido invocado para convertirme en el Héroe del Escudo.
Al parecer, todo este mundo vivía bajo la amenaza de algo llamado las Olas de la Destrucción. Pronto descubrí qué significaba eso exactamente. Existían unas olas temporales que llegaban en momentos específicos. Cuando una de ellas llegaba, aparecían hordas masivas de monstruos y atacaban a cualquier persona que viviera en las cercanías. Los habitantes de este nuevo mundo me habían invocado del mío propio para que les ayudase a combatir las Olas.
Al principio, cuando llegué, estaba entusiasmado; ¿qué podía ser más emocionante que salir de aventuras en un mundo completamente nuevo? Pero entonces conocí a esa mujer… Incluso ahora, la mayor parte de la población desconfía de mí y me odia. Y todo por culpa esa mujer, ahora conocida oficialmente como Zorra. Me acusó de violación, contó mentiras sobre mí y arrastró mi reputación por el fango.
Todo era mentira, pero fui expulsado del reino y quedé en este mundo solo y a mi suerte. Mi arruinada reputación básicamente aseguraba que nunca encontraría a otro aventurero que viajase conmigo. Bueno, eso era lo que creía en aquel momento. Al parecer estaba equivocado.
Al final, y esto lo explicaré más tarde, terminé quedando por detrás de los otros tres héroes que habían sido invocados. Realmente tomaron la delantera en lo referente a subir de nivel. Así que no sólo era incapaz de obtener ayuda alguna, sino que también me vi obligado a luchar en las batallas de las Olas.
Hacía todo lo posible para subir de nivel, y me las arreglé para mantenerme vivo durante un tiempo. Con el tiempo, fui capaz de derrotar a algunos enemigos que los demás héroes fallaron en eliminar, pero justo cuando pensé que las cosas estaban empezando a mejorar, fui culpado de un crimen todavía más grave.
El país que me había invocado se llamaba Melromarc. Era un reino con supremacía humana gobernado por una reina. Al parecer, la familia real era matriarcal y el trono lo heredaba las mujeres de la familia. La siguiente en la línea de sucesión al trono era la princesa Melty, y me culparon de secuestrarla.
Melty era la hermana pequeña de la Zorra. Ella era… una luchadora, por decirlo suavemente. Su madre confiaba en ella mucho más que en la Zorra, por lo que la nombró la primera en la línea de sucesión para heredar el trono. Muy pronto comprendí que sólo había una forma de librarme de los cargos que me habían impuesto: tenía que averiguar el paradero de la reina e ir a visitarla personalmente. Al final logré encontrarla y limpiar mi nombre.
Una vez que todo salió a la luz, quedó claro que la verdadera responsable detrás de todas las desgracias que se habían acumulado sobre mí era la iglesia nacional de Melromarc, la Iglesia de los Tres Héroes.
La idea esencial de su doctrina es que había cuatro armas que representaban a sus respectivos Héroes. De las cuatro armas, tres eran dignas de adoración, mientras que la otra era merecedora de humillación. Probablemente ya lo hayáis adivinado, pero el Héroe que merecía la humillación era el Héroe del Escudo, yo.
Así que la razón por la que fui perseguido tenía su origen en la religión nacional, y el hecho de que yo hubiera o no violado a alguien no era el verdadero problema. El motivo de todo esto yacía en las relaciones con el país vecino, el gobernado por los demi-humanos. Melromarc estuvo en guerra con ellos durante generaciones.
Los demi-humanos son básicamente iguales que los humanos, excepto porque tienen características en común con los animales. Así que, pese a que se parecen a los humanos y se comportan como ellos, en algunos casos tienen orejas de animales o colas.
Al principio, no estaba muy seguro de qué se suponía que tenía eso que ver conmigo, pero al parecer los demi-humanos rendían culto al Héroe del Escudo. Por lo que al final, los ciudadanos de Melromarc, al igual que su rey, se levantaron en armas contra mí debido a su doctrina religiosa. Incluso ahora, me siento molesto sólo de pensar en ello.
Siguiendo con la historia, hubo una persona que estuvo detrás de toda la conspiración para arruinar mi vida. Era el sumo sacerdote de la Iglesia de los Tres Héroes. Al final nos encontramos cara a cara y combatimos. Gané yo, y con esto básicamente terminó la historia de mi persecución. Pero en mitad de nuestra batalla, tuve que invocar un escudo maldito para derrotar al sumo sacerdote. El escudo se llamaba Escudo de la Furia, y utilicé su habilidad más poderosa, Sacrificio de Sangre. Era una complicada habilidad que me hería al mismo grado que a él. Finalmente logré derrotarlo, pero tuve que pagar un precio; la habilidad debilitó mis estadísticas y me dejó incapacitado y maldecido.
Sin embargo, fui capaz de probar mi inocencia. Finalmente me encontré en igualdad de condiciones con los otros Héroes, y la reina decidió convertir a la Iglesia de los Cuatro Héroes en la religión oficial de Melromarc.
―En serio, parece que sólo usas tus talentos para hacer sufrir a Iwatani-sama.
―Sí, sí que lo parece.
La reina de Melromarc decidió que el rey que había estado sustituyéndola sería oficialmente renombrado como Basura. Se encontraba en medio de su tortura, con su cuerpo encerrado en hielo.
Para castigarle por sus acciones como rey mientras ella se encontraba fuera en misiones diplomáticas, para castigarle por perseguirme, le cambió el nombre y le despojó de su posición real.
―¡AAAAAAAAAARGH!
Miré a la Basura y allí estaba, rodeado de hielo hasta el cuello. Tenía una expresión de agonía, pero no la estaba dirigiendo a la reina que le había castigado; me estaba mirando a mí. Deseaba poder obtener auténtico placer al ver su expresión de dolor… pero no podía. Había algo triste en todo esto, pero debía seguir mirando.
Fue astuto y manipulador. Había hecho todo lo posible para ayudar a la Iglesia a acusarme de secuestrar a la princesa Melty y ahora estaba recibiendo su merecido castigo de parte de la verdadera gobernante del país. Pero la Basura no estuvo involucrado con las acciones tomadas por la Iglesia individualmente.
Una parte de mí pensaba que simplemente debíamos exiliarle y dejarle en este mundo con las manos vacías. Pero si no teníamos cuidado, ¿quién sabe a qué podría llevar algo así? Además, su primera hija, la Zorra, también había sido castigada. Se le arrebató su título real, fue rebautizada como Zorra y tendría que vivir el resto de su vida como una aventurera con el seudónimo de Ramera.
Por otra parte, en ausencia de su madre, la Zorra parecía haber estado viviendo rodeada de lujos a costa de las arcas de la Corona. Ahora tenía impuesta la responsabilidad de devolver todos los fondos que había usado para financiar sus extravagancias.
Por fuera, la reina parecía ser una persona sincera y decente. Reconociendo la auténtica amenaza de la era, la crisis existencial que afrontaba todo este mundo, abandonó el espíritu de esta época con supremacía humana y ofreció ayuda al enemigo nacional, el Héroe del Escudo. Parecía que realmente quería que me uniera a ellos.
Se ocultaba la boca con un abanico y parecía ser joven, probablemente de veintitantos años. Era muy hermosa. Y pensar que ya había dado a luz a dos hijas… no parecía posible.
―¡AAAAARGH!
La Basura seguía encerrado en el hielo, teniendo solamente el cuello y la cabeza libres. Me estaba mirando fijamente, lleno de odio.
Era simple causa y efecto. Él fue quién me invocó a este mundo y después hizo todo lo posible para convertir mi vida en un infierno. El castigo era justo.
Me giré hacia la reina y le sugerí que continuase.
―Creo que eso es suficiente para él. Preferiría que siguieras adelante y me dejaras participar en la ceremonia de ascenso de clase.
Probablemente ya he dicho suficiente para resumir la situación actual y la atribulada historia de mi persecución. Ahora es el momento de repasar los problemas a los que todavía me estaba enfrentando.
Por alguna razón, este mundo en el que me encontraba funcionaba de una forma muy parecida a un videojuego. Todos tenían niveles, y podían aumentarlos derrotando monstruos y acumulando puntos de experiencia. Cuando subías de nivel, tus habilidades tendían a volverse también más poderosas. Y una vez fortalecidas estas habilidades, tus estadísticas incrementaban, lo cual te permitía combatir monstruos más fuertes que antes te habrían vencido fácilmente. Ése era unos de los aspectos más interesantes de este mundo: cuanto más trabajaras, más poderoso te volverías, y este poder se podía utilizar de inmediato. Pero, por supuesto, también había problemas con el sistema.
Como el Héroe del Escudo, estaba equipado con el Escudo Legendario desde el momento en que fui invocado. Las cualidades del escudo limitaban estrictamente la cantidad de daño que yo era capaz de hacer. De hecho, incluso si atacaba a un enemigo con los puños desnudos y lo golpeaba durante todo el día, sería completamente incapaz de infligirle un daño apreciable.
Aunque no todo eran malas noticias. El escudo venía con un enorme poder defensivo y múltiples habilidades muy especiales. Todo eso estaba bien, pero si era incapaz de infligir daño por mi cuenta, no podría participar en batallas a no ser que estuviera acompañado de alguien. Y como si eso no fuera ya bastante malo, la persecución y la baja reputación que sufría me hacían imposible encontrar a alguien que considerase siquiera viajar conmigo.
―Uuff… Supongo que tiene razón.
―¿Por fin ha terminado?
Murmuró Raphtalia para sí misma, evidentemente exasperada.
Raphtalia era una chica que viajaba conmigo. Durante la época que fui incapaz de encontrar a alguien que me ayudara, terminé comprándola como esclava. Fue el único modo de conseguir un atacante en mi equipo. Era una demi-humana, así que tuvo tantas dificultades como yo para vivir en Melromarc.
Tenía orejas y cola de tanuki, y creo que se le llamaba demi-humana de “tipo mapache”. Cuando la compré era sólo una niña, pero al parecer, los cuerpos de los demi-humanos crecen en correlación a su nivel, por lo que creció muy rápido mientras combatíamos por todo el país. Ahora parecía tener unos dieciocho años y era una chica linda y atractiva.
Cuando llegó la primera de las Olas de la Destrucción, Raphtalia perdió la aldea en la que se había criado, y también a sus dos padres. Tras viajar juntos durante tanto tiempo, he empezado a verme a mí mismo como un padre sustituto para ella. En cierto modo, sí que se siente como si fuera mi hija. Era una compañera de la que podía depender.
―Aun así, podría estar todo el día viendo a la Basura ser torturado…
Lancé una sonrisa hacia la Basura.
―¡Naofumi-sama!
―Grr… ¡Escudo!
―¡CÁLLATE!
La reina puso fin a las protestas de Basura de inmediato mientras Raphtalia me regañaba a mí.
Como si no lo supiera. Raphtalia siempre era demasiado seria. No obstante, siempre me vigilaba de cerca. Cada vez que parecía que iba a perder el control, ella intervenía y me tranquilizaba.
―¡Maestro! ¡¿Cuándo va a terminar esto?!
―Muy pronto.
La chica que se acababa de quejar se llamaba Filo. En este momento se veía como una niña rubia. Un mechón de pelo prominente se alzaba desde su coronilla, y tenía unas pequeñas alas de ángel saliéndole por la espalda. Ella también era una de mis compañeras. Es… un poco más difícil de explicar que Raphtalia.
―¿Por qué está tardando tanto?
Originalmente compré su huevo en un juego parecido a una lotería con la intención de tenerla de mascota. Cuando el huevo eclosionó, apareció un filolial. Los filolials son monstruos con forma de pájaro que se podían ver a menudo tirando de carros en los caminos. Sin embargo, si un filolial es criado por un Héroe, se convertirá en algo totalmente distinto. Supongo que eso fue lo que lo causó. En cierto momento, obtuvo la habilidad de transformarse en esta forma humana parecida a un joven ángel.
Si fuese humana, se vería como una niña de unos diez años. Su verdadera forma, si sirve para algo, era la de un pájaro enorme.
Cuando estaba en su forma de pájaro, era en realidad algo llamado Reina Filolial. Tenía un ataque poderoso y era un miembro muy importante de mi equipo, pero debido a que originalmente era un pájaro, tendía a ser más ruidosa y molesta de lo necesario.
En ocasiones viajábamos por el país vendiendo productos para aumentar nuestros fondos. Cada vez que acampábamos en el camino, ella era siempre la primera en despertarse, y a mí me molestaba al momento. Por otro lado, Filo acabó volviéndose la mejor amiga de la segunda princesa, Melty, cuando estuvimos viajando juntos.
En cuanto a su personalidad, era una niña ingenua, con tendencia a sufrir arrebatos exagerados en los momentos más inconvenientes. Sinceramente, sería mucho más linda si aprendiera a mantener la boca cerrada.
―¡Estás pensando algo maaaloooo!
―Supongo que es cierto.
Tanto Raphtalia como Filo podían llegar a ser muy perceptivas. Cada vez que me ponía a pensar en cosas negativas, una de ellas lo notaba al instante. De todas formas, ellas dos eran mis amigas más cercanas.
Así que la razón por la que nos encontrábamos en la iglesia, reunidos alrededor del Reloj de Arena del Dragón, estaba relacionada con el sistema para subir de nivel de este mundo.
El sistema de niveles establecía un límite máximo, aunque no para los Héroes como yo, sino para la gente normal. Raphtalia y Filo ya habían alcanzado el límite de nivel, que era el 40. Si alguien quería superar ese nivel, tenía que pasar por algo llamado ceremonia de ascenso de clase.
La ceremonia empleaba el Reloj de Arena del Dragón, que era controlado por el país.
El propio reloj de arena tenía otros usos. Por un lado, llevaba la cuenta atrás hasta la llegada de la siguiente Ola de la Destrucción, pero también ejercía un papel necesario en la ceremonia de ascenso de clase.
Ya habíamos intentado pasar por esta ceremonia en una ocasión, pero la Basura intervino y nos prohibió participar. Eso no suponía un problema para mí, pero creó una situación en la que ni Raphtalia ni Filo podían seguir subiendo de nivel. Cuando todas las investigaciones y conversaciones concluyeron, expuse este problema a la reina, y ella convocó a la Basura para obtener la verdad. Pero él se mostró ambiguo, dando una excusa detrás de otra. Fue necesario encerrarle en un bloque de hielo para conseguir que dijera la verdad… y al final lo hizo.
Sonreí burlonamente mientras escuchaba su confesión. Aunque supongo que admitirlo me hace parecer malvado. No me importa. Ese hombre convirtió nuestras vidas en un infierno durante meses. ¿Acaso no tenía derecho a obtener cierto grado de placer durante su caída? Pero cualquiera que me viera sonriendo ante su miseria pensaría que soy una mala persona.
―Por cierto, ¿qué ha pasado con las hermanas que vivían aquí?
Las últimas veces que vine a la iglesia estaba llena de monjas que me trataron de una forma terrible. Pero esta vez, al venir aquí, no encontré a ninguna. Habían sido reemplazadas por soldados.
―Acompañaron al sumo sacerdote al campo de batalla y, en consecuencia, fueron todas arrestadas.
Parece razonable. En lo que a mí respecta, se merecen todo lo que les pase.
―Bueno, entonces ¿qué necesitamos para pasar por la ceremonia de ascenso de clase?
―En primer lugar, díganos quiénes quieren participar en la ceremonia.
Hace un tiempo, cuando creía que no podríamos participar en la ceremonia, no sabía qué hacer. No veía más opciones, por lo que decidí ir a Shieldfreeden, un país de demi-humanos, para ver si podía hacerlo allí. Pero justo cuando intentamos llegar a Shieldfreeden, quedamos involucrados en el asunto del secuestro de la princesa. ¿Significaba esto que, después de todo, seríamos capaces de ascender de clase aquí?
Por ahora, simplemente haría lo que dijese la reina. Ella quería saber quiénes necesitaban la ceremonia, así que miré a Raphtalia y a Filo.
―¡¡Yo!! ¡Quiero ser la primera!
Filo levantó la mano con fuerza, desesperada por ser la primera. Miré a Raphtalia, que, estando de acuerdo, asintió.
―Está bien, Filo será la primera.
―¡Sííí!
Filo dio un paso adelante con confianza.
―Ahora, relájate, toca el Reloj de Arena del Dragón y concéntrate.
―¿Así?
Filo volvió a su forma de monstruo y se acercó lentamente para tocar el cristal.
Cuando sus plumas rozaron el cristal, la arena roja en su interior se hinchó y se agitó creando ondas antes de empezar a brillar misteriosamente.
―Muy bien. Ahora comenzaremos la ceremonia de ascenso de clase.
La reina chasqueó los dedos y aparecieron unos soldados rodeando el reloj de arena. Había un patrón grande y complicado grabado en el suelo, formado por una serie de surcos que recorrían la zona. Los soldados se arrodillaron y vertieron un líquido en ellos.
―¿Qué ha sido eso? ¿Lo habéis oído?
―Sigue concentrándote.
―¡Vaaaale!
Filo cerró lentamente los ojos y levantó ambas alas. El reloj de arena se estaba llenando de una luz tenue que se reflejaba en los patrones mágicos del suelo. Filo estaba en el centro, y la luz ganó intensidad hasta que la envolvió por completo.
―Ahora, elige tu futuro deseado.
―¡Eh! ¡Puedo ver algo!
Los ojos de Filo estaban cerrados.
En ese momento, una imagen pequeña y ligeramente distorsionada de ella apareció ante mí, una especie de icono parpadeante, y unas ramas se extendieron desde el icono… Cogiendo prestado el término de los juegos, se veía como algún tipo de árbol de crecimiento.
―¿Es éste el monstruo que elegirá? Iwatani-sama, decida, por favor.
Como acabo de describir, Filo es en realidad un monstruo. Los monstruos que usas en tu equipo pueden controlarse con un sello de control de monstruo, el cual permite al dueño herirle si desobedece o ignora las órdenes. Básicamente me daba el derecho a controlar si vivía o moría.
Parecía que su dueño, yo en este caso, también tenía derecho a decidir si participaba en la ceremonia de ascenso de clase.
―Supongo que también puedo controlar eso.
Ante mis ojos apareció un gráfico de crecimiento de filolial, dividiéndose en muchas direcciones, siendo cada una un indicador de nuevas posibilidades. Y aun así, yo…
―Filo, esto es algo que deberías decidir tú sola. No es mi elección.
Rechacé la elección y apareció una nueva opción, preguntándome si quería que el monstruo eligiese por su cuenta. Seleccioné “sí”.
―¡Oooh! ¡Hay muchas cosas! ¿Cuál debería elegir…?
Filo cerró los ojos y una expresión de alegre expectación se extendió por toda su cara mientras barajaba las posibilidades. Yo podría haber elegido por ella, pero Filo debía al menos tener voz sobre cómo iba a pasar el resto de su vida. Decidí decirle lo mismo a Raphtalia.
―Raphtalia. Ya hablé de esto con Filo, pero después de que terminen las Olas y yo vuelva a mi mundo, tendréis que vivir por vuestra cuenta. Así que tienes que decidir tú misma qué camino vas a seguir. ¿De acuerdo?
―Cualquier futuro que decidas para mí me parecerá bien.
―Tienes que elegir.
―…Está bien.
Asintió, pareciendo decepcionada por alguna razón. Pero sería peor que eligiera yo y más tarde tuviese que arrepentirme de mi decisión. Confiaba en ella, y eso era suficiente razón para permitirle decidir por su cuenta.
Así que, ¿qué elegirá Filo?
La miré y vi que la pluma que tenía levantada en la cabeza ahora estaba brillando.
―¿Eh?
La luz ganó fuerza y pareció vibrar antes de emitir un destello resplandeciente. Era tan brillante que me cegó durante un momento. Parpadeé varias veces para orientarme y después volví a mirar a Filo.
Su apariencia no había cambiado mucho, aunque la pluma vertical sobre su cabeza parecía en cierta forma más espléndida que antes. Se veía como… una pequeña corona.
―La ceremonia de ascenso de clase ha sido un éxito.
―Eso parece.
Abrí el menú de estado de Filo para comprobar qué había cambiado. El símbolo de la estrella que había antes junto a su nivel desapareció, lo que probablemente significaba que su límite de nivel había sido eliminado. Eso debía significar a su vez que ahora podía subir de nivel por encima de su previa limitación. Miré sus estadísticas actuales y descubrí que la mayoría de ellas parecían haberse doblado.
Así que ése es el verdadero poder de la ceremonia de ascenso de clase…
―Jeh… Esto es bastante impresionante.
Las estadísticas de Filo siempre habían estado por encima de la media, y ahora era sustancialmente más fuerte que antes. ¡Decidí comparar sus estadísticas con las mías para ver por cuánto la sobrepasaba, y descubrí que me había superado! Obviamente las estaba comparando con mis estadísticas antes de que la maldición las redujera.
¡De entre mis estadísticas, la única que era más alta que las suyas era mi poder defensivo!
―No he podido elegir…
Filo había cambiado a su forma humana y vino corriendo hacia mí con lágrimas en los ojos.
―¿Qué pasa?
―Quería aprender a escupir veneno, pero entonces, antes de que pudiera elegir una de las rutas que quería, apareció otra opción y se eligió sola.
Hace un tiempo estuvimos combatiendo contra monstruos que podían escupir veneno. Desde entonces, Filo había idealizado en cierto modo ese concepto. Aunque no necesitaba escupir veneno porque ya tenía una lengua venenosa.
―Bueno, por lo menos ahora parece que ese mechón que tienes levantado está brillando.
―Emm…
―Filo, no pierdas la esperanza. Cuando empieces a hacerte más fuerte, todavía tendrás la oportunidad de aprender a escupir veneno.
Raphtalia intentó animar a Filo.
―¡¿De verdad?! ¡Entonces me esforzaré mucho!
―Muy bien, Raphtalia, eres la siguiente.
―Oh, está bien.
Raphtalia estiró el brazo y tocó el reloj de arena tal y como había hecho Filo. Y al igual que antes, todos los soldados que había en la sala se arrodillaron y vertieron un líquido viscoso en los surcos del suelo. En ese momento, de nuevo igual que con Filo, un icono parpadeante apareció en mi campo visual.
Exacto, seleccioné rechazar la elección… Pero, justo entonces, el mechón de Filo se dividió en dos y una de las partes vino volando directamente hacia mí.
―¿Eh? ¡¿Qué?! ¡¡Filo!!
―¡No soy yo!
¿A qué se refería con eso? ¿Quería decir que el nuevo mechón de alguna forma se estaba moviendo y actuando por su cuenta?
Raphtalia nos estaba mirando, con los ojos totalmente abiertos por la sorpresa.
―¡¿Naofumi-sama?!
El mechón flotante causó la aparición de una nueva línea de crecimiento potencial en el árbol de crecimiento de Raphtalia, una que no estaba antes, y entonces la nueva línea se seleccionó sola.
“¡¿Aah?!”, gritó de repente Raphtalia.
Toda la zona quedó envuelta en brillantes luces cegadoras. Apareció una columna de humo. Todo parecía estar procediendo de distinta manera que con la ceremonia de ascenso de clase de Filo.
Un momento después, el humo se disipó y Raphtalia apareció de pie en el mismo lugar que se encontraba antes, tosiendo, pero por lo demás parecía estar bien.
―¡¿Estás bien?!
“S-Sí. Estoy bien, pero…
¡¿Qué está ocurriendo?!
Estaba preocupado, pero abrí la pantalla de estado para revisarla. Al igual que en el caso de Filo, la estrella había desaparecido y la mayoría de sus estadísticas se habían duplicado.
―¡¿Qué ha pasado?!
―No lo sé. Una opción se ha seleccionado sola automáticamente. Me llenó de una horrible sensación de terror, pero ahora todo parece estar bien.
―Menos mal… Pero ¿qué está pasando? ¿Por qué se está decidiendo automáticamente la dirección de vuestro ascenso de clase?
―¿Quién está detrás de ello?
―No lo sé. Pero fue Fitoria quien le dio ese mechón a Filo, ¿verdad?
―Es cierto.
En mitad de todo el desastre del secuestro de la princesa Melty, nos encontramos con una criatura legendaria: la mismísima reina de los filolials.
Filo y la reina hablaron de muchas cosas, y al final ésta le entregó un mechón a Filo, diciendo que le ayudaría en los días venideros. También le hizo algo a mi armadura afirmando que nos ayudaría. A cambio, solamente me ordenó encontrar una forma de unir a todos los Héroes. Me advirtió que, si no lograba que los Héroes cooperasen, tendría que matarnos a todos.
―¿Qué significará eso?
Miré a la reina. Sus ojos estaban brillando.
―¿Habla en serio? Llevo años deseando conocer a la Reina Filolial.
―¡Eso no es lo que estoy preguntando!
La reina parecía saber mucho sobre los Héroes, pero según Melty, también había pasado un tiempo explorando tierras legendarias. ¿Tal vez tenía un interés personal en conocer antiguas leyendas?
Su hija, Melty, albergaba un profundo interés en los filolials. De tal palo tal astilla, supongo. No obstante, no era ni el momento ni el lugar para ponerse poético con los rasgos heredados.
―¿Cómo os sentís?
―Más fuerte de lo normal.
―La pluma de la Reina Filolial… Me pregunto qué significa todo esto.
La reina suspiró, aparentemente desilusionada.
―Sé que ciertas herramientas especiales se pueden utilizar durante la ceremonia de ascenso de clase para obtener ciertos efectos adicionales. No sé lo que significa esto, pero me gustaría pensar que es algo bueno.
―Cierto…
―¿Cuánto han mejorado sus capacidades?
―Por cómo se ve, la mayoría de sus estadísticas se han duplicado.
―¿DUPLICADO?
La reina estaba conmocionada. ¿Es seguro asumir que ese crecimiento era más dramático de lo habitual?
La pluma de la Reina Filolial había afectado de algún modo a la ceremonia. Si aumentó sus estadísticas más de lo normal, ciertamente dudo que fuese algo de lo que quejarse.
―Normalmente, la ceremonia se considera un éxito relativo si uno de los elementos crece un cincuenta por ciento. Comparado con el resultado promedio, esto es realmente impresionante.
En cuanto a nuestras estadísticas, las hay de todo tipo: HP, MP, SP, poder de ataque, defensa, agilidad, fuerza, etc. Podría continuar con otras estadísticas más sutiles, pero éstas son las principales.
Bueno, Raphtalia y los demás no tenían SP. Debía ser una estadística que sólo poseían los Héroes.
El “elemento” que mencionó la reina se refería a una de estas estadísticas. Quiso decir que normalmente sólo una estadística, como por ejemplo el poder de ataque, tendría una mejora del cincuenta por ciento.
―¿En serio? Parece que ha sido un buen trato.
Pero las dos parecían un poco preocupadas de haber pasado por la ceremonia. Supongo que podía simpatizar con ellas sin demasiada dificultad.
Ascenso de clase… Un concepto habitual en los juegos en línea. Lo mejor de este sistema es que tenías libertad para decidir tu rama de crecimiento.
―Bueno… Mantened la cabeza alta.
―Me siento… me siento triste.
―¡Yo también!
―¿Deberíamos intentar rehacer la ceremonia?
La reina sugirió rehacerlo. ¿Era eso siquiera posible?
―¿Puedes hacer eso?
―Normalmente sólo se hace con los criminales convictos, pero no es imposible.
Al parecer, la ceremonia podía ser revertida.
Todo este tiempo había pensado en ello como un análogo del sistema de cambio de oficio encontrado en muchos juegos en línea, lo cual era típicamente algo irreversible y realizable una única vez.
―Con un “restablecimiento de nivel” podemos hacer que alguien regrese al punto en que era incapaz de ascender de clase. Eso restablece los cambios, pero también les revierte al nivel uno.
―¿Nivel uno? Eso no suena nada bien.
Considerando la situación en la que nos encontrábamos, si alguna de ellas cayera al nivel 1, no estaba seguro de que fuéramos capaces de seguir adelante. La próxima Ola llegaría pronto, y tenía la certeza de que nos involucraríamos en todo tipo de conflictos antes de ello. Aun así, ese tipo de castigos existían en los juegos. Parecía bastante razonable que también existiera en un mundo como éste.
Cuanto más pensaba en ello, peor me parecía. ¿Cómo podías coger todo el trabajo y esfuerzo que una persona había invertido para subir de nivel y echarlo por tierra así sin más en un instante?
―¿Y qué deberíamos hacer?
“¡Yo quiero rehacerlo!”, gritó Filo.
―¡Quiero aprender a escupir veneno!
Su lengua ya era bastante venenosa en su estado actual, pero dejé ese problema para otro día.
―La pluma de tu cabeza es la causante de esto, así que no creo que funcione. Volverá a pasar lo mismo.
―Oh…
―¿Raphtalia? ¿Tú qué crees?
―En realidad no tenía ninguna idea sobre cómo quería progresar. Simplemente quería ser más fuerte, y eso se ha cumplido, así que mi ascenso me parece bien.
Raphtalia tenía razón. Este ascenso de clase manipulado había ocasionado unas ganancias de estadísticas mucho mayores. Como resultado, ya era mucho más fuerte que antes.
―De acuerdo… Entonces volvamos al castillo.
―Vale.
―Pero… venenoooooo…
―Ya eres muy venenosa.
―Pero…
Y así, nuestra extraña ceremonia de ascenso de clase llegó a su fin. Nos dimos la vuelta, abandonando a la Basura desplomado ante el reloj de arena, y nos dirigimos de regreso al palacio.
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