Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 4

Capítulo 4: El Legendario Dios Pájaro

 

 

El Dragón Tiranosaurio Rex, derrotado, yacía reducido a tiras ensangrentadas, y había algo brillando entre ellas. Parecía ser alguna clase de mineral brillante. La reina filolial lo recogió y después se giró hacia nosotros.

―Me disculpo por haceros esperar.


―…

Todos estábamos sin palabras. ¡Ni siquiera Filo había sido capaz de causar daño a ese monstruo colosal, y esta enorme reina filolial lo había derrotado muy fácilmente!

―Eres tan grande…

Los ojos de Melty brillaban mientras miraba al enorme pájaro. Sí que cambiaba rápido de humor.

Cada vez que hablaba conmigo rayaba la histeria, pero era cortés cuando lo hacía con otros y obsesivamente aduladora cuando hablaba con Filo u otros filolials.

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―Tú debes de ser el Héroe del Escudo.

―Oh… sí.

Cuando algo del tamaño de un edificio habla contigo, respondes lo mejor que puedes. Si hubiésemos sido enemigos, bueno, no creo que pudiera derrotarla en una pelea… no veía cómo podría ser eso posible. Y si Melty tenía razón, si realmente estábamos encerrados en un campo de fuerza, entonces tampoco seríamos capaces de huir. Incluso pensé en intentar escapar sobre Filo, pero si ésta era una reina filolial, sería como mínimo tan rápida como ella. No había escapatoria.

―¿Necesitas algo de mí?

―Hay muchas cosas que desearía discutir contigo, pero no es de buena educación hablarte de esta forma. Espera un momento, por favor.

La enorme reina filolial cerró los ojos y pareció estar concentrándose. Cuando lo hizo, empezó a encogerse. Finalmente, sus grandes alas se cerraron completamente alrededor de su cuerpo.

Al abrirlas de nuevo, apareció una joven allí de pie, de aproximadamente la misma edad de Filo, con alas en la espalda. Su cabello era plateado con finas mechas de color azul claro y estaba cortado con un peinado que le llegaba a la altura del cuello. Sin embargo había tres mechones levantándose verticalmente desde la coronilla de su cabeza, como remolinos.

Sus ojos eran rojos, y su mirada portaba un aire de autoridad. Su cara era pequeña y bien formada. Bastante linda, en realidad. Llevaba con un vestido rojo y blanco de estilo gótico.

―Permíteme presentarme. Soy Fitoria, la Reina de los Filolials.

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 4 Capítulo 4 Novela Ligera

 

Inclinó la cabeza y sonrió, un movimiento muy infantil que se oponía a la atmósfera de poder y autoridad que la rodeaba. Era difícil describirlo, pero debido a que estaba en su forma humana, en cierta forma tenía la impresión de ser una niña pequeña tratando de actuar como un adulto.

―¡¿Fitoria?! ¡Pero ése es el nombre del filolial de las leyendas!

Melty estaba conmocionada.

―¿De verdad?

―Sí. Hay una leyenda que dice que Fitoria fue criada por los cuatro Héroes Legendarios en el pasado… cuando fueron invocados durante una Ola de la Destrucción.

―En el pasado… Bueno, no sé a hace cuánto tiempo te refieres, pero ¿pudiera ser su sucesora?

Creo recordar que, cuando Motoyasu y yo estábamos siendo invocados, dijeron algo sobre las Olas de la antigüedad. Si estábamos hablando sobre algo de hace tanto tiempo, entonces ella no podía ser el filolial de las leyendas, ¿verdad? Debía ser un nombre que el líder actual de los filolials heredaba o algo así. Si no… ¿cuántos años tenía esta chica?

―Mi nombre siempre ha sido Fitoria, y nunca ha habido otra.

Fitoria inclinó la cabeza hacia un lado, confundida, mientras hablaba. Era muy seria y poderosa, pero ocasionalmente mostraba esos momentos de estupidez animal típica de los filolials.

―¿Estás diciendo que llevas viva desde la antigüedad?

―Síp.

Lo dijo con total naturalidad. Miré a Filo, luego otra vez a Fitoria. Supongo que podía creerlo.

Sólo piensa en lo rápido que ha crecido Filo. Aunque si ella se hubiese hecho tan grande, no creo que hubiésemos sido capaces de alimentarla. Ya teníamos bastantes problemas para hacerlo con el tamaño que tenía, así que no quería que se volviese más grande. Si crecía demasiado como para no poder alimentarla, probablemente tendríamos que separarnos.

Pero entonces recordé cuánto dinero había invertido en Filo. No podía permitir que se desperdiciara.

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―Maestro, estás pensando cosas raras.

―Tienes razón. Esa expresión que está poniendo… significa que está pensando en algo sin relación con esto.

―Podéis leerle muy bien. Yo no tengo ni idea.

―Ya lo comprenderás.

Mocosas molestas. Desearía que dejasen de intentar averiguar lo que estoy pensando.

―Estabas pensando que si Filo se volvía tan grande, tendrías que abandonarla.

―¡Buu!

―¿Abandonarla? ¡¿Cómo puedes plantearte siquiera esas cosas?! ¡Y pensar que hace tan sólo unos minutos le estabas pidiendo que intentase hacerse más grande!

―Tranquilízate. ¡¿Cómo alimentarías tú a algo tan grande?!

―Naofumi-sama… no creo que crezca tanto de la noche a la mañana…

―Claro, pero piensa en lo rápido que ha crecido hasta el tamaño que tiene ahora. ¡Si llegase a otra etapa de crecimiento, podría terminar así!

―…

―¡Raphtalia-san! ¿Por qué no estás diciendo nada?

Melty agarró las manos de Raphtalia y gritó. La parte aterradora era que realmente podría ocurrir. Tal vez.

―Le tomaría un largo tiempo crecer hasta este tamaño, así que no os preocupéis.

Fitoria parecía dudar si intervenir o no, pero levantó la mano y respondió a mis preocupaciones.

―Los filolials normales tienen una esperanza de vida determinada de unas pocas décadas.

Bueno, eso era un alivio. No quería que tuviese una etapa de crecimiento y se convirtiese en una montaña o algo. Pero entonces me di cuenta de que las palabras de Fitoria implicaban que ella había vivido durante mucho más tiempo.

―Ahora, Héroe del Escudo y sus amigas, ¿puedo pediros que os presentéis?

Bueno… tenía razón. Si ella nos había dicho su nombre, supuse que ahora era nuestro turno.

―Soy Naofumi Iwatani. Iwatani es mi apellido, y Naofumi es mi nombre. Suena como si ya supieras que soy el Héroe del Escudo.

―Síp.

Después, Fitoria miró a Raphtalia.

―Mi nombre es Raphtalia. Encantada de conocerte.

―El placer es mío.

―¡Yo soy Filo!

Filo no esperó a que se dirigiera a ella antes de intervenir. Fitoria miró a Filo durante un momento, y entonces dirigió la mirada hacia Melty.

―Nos conocimos antes, ¿cierto? Tú amas a los filolials. En aquel entonces me protegiste. Te doy las gracias por ello.

―Sí. Me llamo Melty Melromarc.

―Bien. Te llamaré Mel-tan.

¿Mel-tan? No tenía buen gusto para los motes.

Cuando estaba en mi mundo, tenía amigos que solían añadirle “-tan” a todo. Esto me lo recordó. Aunque siendo un otaku, probablemente yo también estaba en la misma categoría que la gente que lo hacía…

―Mel-tan… Es un placer conocerte formalmente.

¿Ves? Incluso Melty ha puesto una cara extraña cuando lo escuchó.

―Buu.

Filo movió todo su peso y dio un paso hacia delante. Casi parecía estar intentando proteger a Melty de Fitoria.

¿Estaba celosa? Parecía una amiga celosa que estuviera enfadada porque su amiga estaba hablando con otra chica. Me imaginé a Fitoria diciendo algo como “Filo, comportarse de esa forma no te conseguirá ningún amigo”.

¿Estaría pensándolo demasiado? Me recordaba a una escena traumática de un famoso juego que jugué hace tiempo.

Si todos nos quedábamos en silencio ahora, la conversación discurriría por una dirección extraña. Decidí apresurar las cosas.

―¿Entonces? Por supuesto que te doy las gracias por derrotar a ese enorme monstruo, el Dragón Tiranosaurio Rex… Pero… ¿qué podemos hacer por ti ahora?

―Explicaré todos los detalles sobre ello, pero éste no es un buen lugar para hablar.
Os mostraré el camino, así que seguidme, por favor.

Fitoria señaló a su carruaje. ¿Quería que nos montásemos en él mientras ella nos llevaba a alguna parte?

―Primero deberíamos…

―¿Deberíamos qué?

Fitoria inclinó la cabeza otra vez. Miré hacia el cadáver del Dragón Tiranosaurio Rex. En respuesta, Fitoria frunció el ceño.

―Preferiría que los Héroes no usasen cosas de los dragones para mejorar sus armas.

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Oh, es cierto, los filolials y los dragones no se llevan bien. Y al parecer, la reina de los filolials tiene la misma forma de pensar en ellos. Pero eso no tiene nada que ver conmigo. Tengo que hacer todo lo posible para volverme más fuerte.

―Lástima.

―Muy bien. Entonces, haré que mi clan lo traiga detrás de nosotros. Por favor, subid al carruaje.

―¿Traerás también los órganos? A veces los filolials no pueden controlar su apetito, y necesito más cosas aparte de los huesos.

―Como gustes.

―Gracias.

―Naofumi, eres muy mezquino.

―Lo que sea.

Me acerqué al Dragón Tiranosaurio Rex triturado y dejé que mi escudo absorbiera distintas partes de su cuerpo. Le dejé absorber carne, huesos, escamas, cuernos, colmillos y órganos. Todo eso desbloqueó un escudo… o eso creía. Al parecer no podía desbloquear completamente el escudo sin alcanzar un nivel mayor.

En comparación con nuestra fuerza, el Dragón Tiranosaurio Rex era mucho más poderoso, por lo que supongo que tenía sentido. De todas formas, mi nivel tampoco era todavía lo bastante alto para desbloquear el escudo que obtuve tras derrotar al dragón zombi.

―¿Estás listo?

Preguntó Fitoria tranquilamente.

―Claro…

―Bien. Y tu nombre era Filo, ¿verdad? ¿Puedes transformarte en humana y montar con ellos

―Podría… pero quiero arrastrar el carruaje.

―Ése es mi carruaje, así que no puedes.

No sabía si realmente no podía permitir que otro tirase de él o si estaba rechazando a Filo infantilmente. Quizás en realidad era igual que ella, pero estaba dándose aires de ser realmente importante.

―Um…

―Filo… no seas egoísta. Respeta lo que dice Fitoria.

―¡Vale!

Filo se calmó y cambió a su forma humana.

¿Qué pasa con ellas? Bueno, qué más da.

Todos subimos al carruaje sorprendentemente lujoso de Fitoria. El interior era más espacioso de lo que esperaba. Pero… supongo que íbamos a comenzar un viaje en él.

Estábamos rodeados por una vasta manada de filolials. Si no teníamos cuidado, pronto seríamos detectados. Aunque supuse que Fitoria había conjurado un campo de fuerza sobre nosotros, y eso debería mantener a la gente lejos. Si Motoyasu se daba cuenta de que yo estaba en ese carruaje, empezaría a perseguirlo, no cabe duda.

―Portal…

Fitoria se puso delante del carruaje y tomó las riendas antes de gritar algo. Cuando lo hizo, el escenario a nuestro alrededor cambió al instante.

―¿Qué?

―¡¿Eh?!

―¡¿Q-Qué está pasando?!

―G-Guau…

¿Qué demonios? Esta chica sí que tiene poderes impresionantes.

―¿Nos hemos teletransportado?

Los videojuegos ofrecían a menudo al jugador un medio de transporte mágico que le permitía teletransportarse a lugares en los que ya hubiese estado previamente. Los juegos más famosos parecían tenerlo… así que supongo que también eran parte de este mundo. Sin embargo… si no lo hubiese vivido anteriormente, me habría resultado bastante raro.

El filolial legendario… Sí, tal vez tiene motivos para ostentar ese título.

―Deberíamos poder hablar con seguridad aquí.

Bajamos del carruaje y observamos nuestros alrededores. Estaba oscuro, lo que hacía que fuese difícil distinguirlo bien, pero parecíamos estar en el bosque.

¿Es alguna clase de aldea en el bosque? No… ¿ruinas?

Parecía ser un castillo destruido. Había piedras colocadas en filas y enterradas en el suelo, y por aquí y por allá unas casas de piedra se asomaban desde la penumbra. Las plantas habían crecido por todas partes, y el tamaño y la extensión de las raíces indicaban que estas cosas debían de llevar aquí mucho tiempo.

Más lejos sólo había bosque. Había una densa niebla blanca por todas partes, lo cual limitaba la distancia a la que podías ver. Enredaderas y matorrales lo cubrían todo hasta donde alcanzaba la vista. No podía vislumbrar la forma de salir.

―¿Dónde estamos?

―Éste es el país que los Héroes originales lucharon por proteger, o al menos sus ruinas. Eso es lo que dicen.

―Qué respuesta tan ambigua.

―Bueno, han estado aquí desde antes de que yo naciera. Yo intento velar por ellas.

―¿Vives aquí, Fitoria?

Los ojos de Melty estaban brillando otra vez.

―Más o menos la mitad de mi vida. Mi verdadero hogar es… bueno… No llevo allí a las personas.

―Oh…

―Probablemente el bosque.

―Síp.

―¡Es muy vieeejoooo!

―Realmente puedes sentir su historia.

―Dime cómo te sientes en realidad.

Al decir que es viejo o que sentían su historia… por lo visto Filo y Raphtalia estaban compartiendo la experiencia. En cuanto a mí, la niebla era tan densa que en verdad no lo sabía.

En realidad, no nos “guió” hasta aquí después de todo. Simplemente nos había transportado.

Qué conveniente. ¿Y ahora cómo se supone que vamos a volver?

―Hey, ya que nos has traído hasta aquí, me preguntaba si podrías teletransportarnos hasta un lugar en particular cuando llegue el momento.

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Con un poco de suerte podríamos despistar del todo a Motoyasu. O incluso mejor, podríamos encontrar asilo en el reino demi-humano sin necesidad de confiar en la madre de Melty.

―Acabas de llegar, ¿y estás hablando sobre cómo irte?

―No parece la clase de lugar en el que deberíamos quedarnos.

―¡¿Qué?!


Melty gritó disconforme.

¿De qué va todo esto? ¿De verdad tiene TANTAS ganas de perder el tiempo con los filolials?

Yo quería acortar esto todo lo posible. Solo estábamos de visita. Eso era todo.

―Por el momento, deberíais intentar descansar un poco.

Fitoria levantó la mano y un filolial apareció desde la niebla remolcando un carruaje lleno de leño. Ella le prendió fuego, creando una gran fogata. Era una buena idea, y probablemente no necesitábamos preocuparnos por atraer a los enemigos. El bosque no parecía estar habitado por nada más peligroso que los filolials.

Ya que ellos nos habían invitado y pedido que descansáramos, seguramente no merecía la pena preocuparse. Además, se estaba haciendo de noche. Probablemente deberíamos hablar mientras descansábamos.

―Perfecto. Definitivamente es mejor descansar aquí que donde estábamos antes. Vamos, chicas. Descansemos.

―¡Valeeee!

―Ha sido un día muy largo y duro.

―Sí que lo ha sido… Espero que Keel y los demás estén bien.

―Preocuparse por ellos no les servirá de ayuda. Si intentamos regresar a la aldea, sin duda nos atraparán.

―Sí…

Todos nos sentamos frente a la hoguera y nos relajamos. Teníamos un montón de carne de Dragón Tiranosaurio Rex, y comenzamos a prepararla para la cena. Por suerte, el pozo parecía estar aún lleno de agua. Lo comprobé para cerciorarme de que era seguro y entonces decidí preparar un guiso.

―Llenémonos los estómagos con algo de comida.

Les dije a Raphtalia y a las demás mientras cocinaba.

―…

Filo se metió el dedo índice en la boca y miró con avidez la olla burbujeante.

Había menos que antes a causa de la teletransportación, pero los filolials a nuestro alrededor también miraban hambrientos.

Maldita sea. Resulta difícil comer cuando todos te están mirando fijamente.

―Um… ¿Naofumi?

―Naofumi-sama. Es difícil comer con todos mirándonos.

―Sí, estoy de acuerdo.

―¿Eh? ¿Eso creéis?

Raphtalia y Melty se sentían igual que yo. Sostuvieron sus cuencos y miraron a su alrededor, nerviosas. Filo simplemente estaba sorbiendo ávidamente su comida sin remordimientos.

―¿Quieres un poco?

―¿Puedo?

―Bueno, no tenemos suficiente para alimentarte con el tamaño que tenías antes.

―Es verdad.

Lo único que había hecho era ofrecerle un poco de comida a Fitoria, pero los filolials de alrededor empezaron a hacer ruido en respuesta.

―Silencio.

Todos se quedaron en silencio ante la reprimenda de Fitoria, pero siguieron mirándonos fijamente con una determinación opresiva.

―¡Esto está delicioso!

―Así es.

Ugh. Ahora Filo estaba observándome con esa mirada en sus ojos. Ella y Fitoria eran como dos gotas de agua. Aunque eran de distinto color, así que supongo que eso demostraba que no estaban relacionadas. Con Melty a su lado, todas podrían parecer hermanas. Eran bastante lindas. Podría haberlas dibujado.

―Muy bien.

Raphtalia tenía mejores modales que cualquiera de ellas. Era más decorosa. Melty también era bastante decorosa, pero compartía algo con los voraces filolials que me hacía agruparles juntos.

―¿Qué?

La expresión de Melty cambió y me fulminó con la mirada.

―Nada.

―¿Estabas pensando en algo grosero otra vez?

―Sin comentarios.

―Eso significa que sí, ¿verdad?

―Estaba pensando que esas dos te hacen parecer un poco maleducada. Deberías elegir mejor a tus amigos.

―¡¿Qué has dicho?!

Ahí iba otra vez. Melty podía llegar a ser muy molesta.

―Ya, ya… Estaba…

Raphtalia se detuvo a mitad de la frase para mirar a los filolials que nos rodeaban. Ellos le devolvieron la mirada. Yo tampoco podía ignorarlos. Me sentía como si se me fuera a atragantar la comida. Estaba empezando a resultar molesto.

―¡Esto se está volviendo muy molesto! ¿No podemos conseguir una olla realmente grande? ¡Les prepararé lo que quieran, solo traedme algunas herramientas!

Al final no pude soportar sus incesantes miradas, así que preparé una olla gigante de sopa y les dejé comérsela.

En total me llevó varias horas. Antes de que todos ellos terminasen de comer, Raphtalia, Filo y Melty se habían quedado dormidas. Me encontraba exhausto después de cocinar tanto.

―Fiu…

Estaba limpiando los platos y quejándome para mí mismo sobre por qué tenía que perder el tiempo dando de comer a un montón de pájaros cuando Fitoria se me acercó.

―¿Qué quieres? Ya no queda nada.

―Lo sé.

―Oh. Está bien. Entonces, ¿qué es lo que quieres? ¿No puedes esperar a mañana? Quería descansar un poco.
¿Eh?

Melty y Filo estaban apoyadas contra unos filolials de aspecto esponjoso y dormían profundamente.

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Se ve muy cómodo. Debe de ser estupendo dormir mientras otro hace todo el trabajo. Claramente está acostumbrada a vivir la vida de la realeza.

―Yo estaba pensando lo mismo. Pero es el momento adecuado, por lo que me gustaría hablar un poco.

―¿Qué pasa?

―Me gustaría saber cómo fue liberado el monstruo sellado.

―¿Eh? ¿Entonces viniste sin saber eso?

―No… Acudí allí porque se me informó de que había aparecido una nueva candidata a reina.

―¿Candidata a reina? ¿Te refieres a Filo?

Fitoria asintió.

―¿Puedo hacerte una pregunta?

―¿Qué?

Era una sospecha que había estado creciendo en mi interior desde que nació Filo.

―¿Por qué Filo crece de forma tan diferente a los otros filolials?

Fitoria había dicho que era una candidata a reina. Es por eso que pensé que ella podría conocer la respuesta.

―Porque está siendo criada por un Héroe.

Como sospechaba. Filo se veía claramente diferente a los demás filolials, e incluso podía transformarse en una persona. ¿Era debido a que la estaba criando yo?

―He respondido a tu pregunta. Ahora responde a la mía.

―No sé si podré contarte mucho. ¿Cuánto sabes sobre mí?

―Sé que eres un Héroe que fue invocado aquí debido a las Olas. Sé que eres considerado el enemigo religioso de Melromarc, una nación con supremacía humana.

―Oh…

¿Había aprendido todo eso por el boca a boca entre los filolials?

No sabía cómo de capaces eran los filolials de comunicarse entre ellos, pero nunca habría imaginado que fuesen tan buenos reuniendo y transmitiendo información.

―No soy todopoderosa, ¿sabes? Olvido cosas a menudo.

―Lo has dicho tú, no yo. De todas formas…

Le expliqué todo sobre cómo el Dragón Tiranosaurio Rex había sido liberado de la piedra de sellado. Después empecé a hablarle sobre mí. Le conté cómo había sido invocado y luego acusado y discriminado. Le conté los eventos principales que habían sucedido hasta ahora.

―…Fiu.

Fitoria suspiró profundamente.

―¿Qué?

―Estoy agotada sólo de escuchar las estupideces con las que se están distrayendo los Héroes, teniendo en cuenta que las Olas de la Destrucción son en lo que deberían estar centrándose.

―No soy yo. Son ellos.

―Eso no me importa. Yo sólo tengo que completar la tarea que me confió mi antiguo maestro… el Héroe.

―¿Eh…?

―Desde mi perspectiva, las pequeñas disputas entre humanos y demi-humanos son irrelevantes. El mundo no existe únicamente para las personas. Aun así, no puedo soportar ver la que hay entre los Héroes. Si los Héroes pelean entre ellos, no podré llevar a cabo lo que me confió mi maestro.

―¿Y eso es?

Supongo que quería decir que un Héroe del pasado le había pedido que hiciera algo. Basándome en lo que acababa de contarme, deduje que no podría esperar que Fitoria interviniese en la batalla entre humanos y demi-humanos en ningún momento próximo.

―Suena como si estuvieses diciendo que no planeas colaborar, pero que sientes que tienes que ayudarme porque soy un Héroe.

―Así es. Tanto los humanos como yo estamos en mitad de un conflicto muy largo. Hace mucho tiempo decidí no participar. Decidí que solo me asociaría con mi clan, los filolials.

¿Qué pensará de los humanos un monstruo con una vida tan larga como este filolial? ¿Cómo los usaría? ¿Por conveniencia? No, si hubiese un poder más fuerte, uno que no pudiesen entender, ellos intentarían acabar con él. Aunque al principio podrían tratar de adorarlo o algo así.

¿Es posible que se haya cansado de la autoridad y quiera renunciar al mundo para poder vivir con sus filolials en el bosque? Podría fingir ser un filolial normal y viajar sin más.

Antes de caer dormida, Melty no paró de hablar sobre cómo había conocido a Fitoria. Claramente estaba muy orgullosa de sí misma. Sonaba como si Fitoria se estuviese manteniendo al margen para ver cómo interactuaban los filolials normales con los humanos, o algo así, de todos modos.

―¿Lo saben los Héroes Sagrados? ¿Lo de los relojes de arena? Yo he estado encargándome de la zona que me fue confiada, pero los Cuatro Héroes no parecen estar haciendo su parte en otros lugares.

―¿Relojes de arena? Los conozco.

―¿Entonces por qué no estás participando en las Olas?

¿Qué está ocurriendo?

Tenía un mal presentimiento. Uno muy fuerte. Sabía que había relojes de arena del dragón también en otros países.

Pudiera ser que… ¿esté diciendo que las olas llegan en momentos diferentes en otros países?

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―¿De qué estás hablando?

Lo único que sabía era que las Olas llegaban aproximadamente una vez al mes. Si estuviesen teniendo lugar por todo el mundo, no creo que fuese capaz de hacer mucho.

Lo lógico sería pensar que los demás países intentarían fortalecer sus defensas, de modo que no necesitarían depender de los Héroes para su protección. Oh, bueno. Asumí que uno de los anteriores Héroes debió de haberle pedido a Fitoria que se asegurara de ello. ¿Pero ahora estaba enfadada porque los Héroes invocados no estaban dedicando todas sus energías a combatir las Olas?

―Yo no soy como los otros héroes. Puede que haya sido invocado, pero no sé nada sobre nada. Nadie me explicó nada. Descubrí que había relojes de arena en otros lugares hace unos días.

―Muy bien. Lo comprendo. Tengo otra pregunta.

―¿Qué?

―Siento un poder amenazador viniendo del Escudo. ¿Has usado la Serie Maldita?

―Sabes muchas cosas.

Realmente era la de la leyenda. Incluso sabía sobre la Serie Maldita, es decir, conocía el Escudo de la Ira.

―Entiendo que la Serie Maldita es muy poderosa, pero pide demasiado a cambio. Tarde o temprano te consumirá. No deberías utilizarla.

―Pero hay batallas que no puedo ganar sin usarlo. He sido capaz de controlarlo hasta ahora, así que creo que estaré bien.

Era verdad. Hubo varias batallas que no habría sido capaz de ganar de no ser por el Escudo de la Ira. Ella estaba en lo cierto acerca de que pedía mucho a cambio, pero supuse que estaría bien si era capaz de controlarlo. Siempre y cuando Raphtalia estuviese conmigo, debería ser capaz de luchar contra mi ira.

―¿Estás seguro?

―Sí.

Fitoria estiró la mano y tocó mi escudo. Entonces cerró los ojos.

―La Serie Maldita sobrepasará algún día la fuerza del Héroe del Escudo. La conciencia del dragón entró en el Escudo cuando su núcleo fue absorbido. No debe ser utilizado cerca de la persona que mató al dragón o la ira se volverá demasiado poderosa como para controlarla.

El Escudo de la Ira se volvió más fuerte tras absorber el núcleo del dragón. ¿Significa eso que también absorbió la propia ira del dragón? Si ésa es la razón por la que el escudo se ha vuelto más poderoso, ¿quién es la persona a la que odia? ¿Quién fue el que lo asesinó? ¿Puede que fuera Ren?

El Héroe de la Espada mató al dragón. ¿Así que lo que me está diciendo Fitoria es que no debería usar el Escudo de la Ira cuando Ren esté cerca? ¿Que si lo hacía, el poder se saldría fuera de control? Peleé contra Ren recientemente, pero mantuve mucha distancia. Y en realidad él no estaba tratando de luchar conmigo de todas formas. ¿Es por eso que no ocurrió nada? ¿O es posible que el escudo intentara tomar el control, pero no era lo suficientemente poderoso como para dominarme?

―Pero si quiero sobrevivir a las batallas que están por venir, podría tener que usarlo.

Entendía que era peligroso. Pero si no era capaz de proteger a la gente sin utilizarlo, ¿qué otra opción tenía? Cuando las Olas terminasen y la paz de este mundo fuese restaurada, planeaba volver al mío.

Era fácil decir que el escudo representaba un peligro y que no debía usarlo, pero había situaciones en las que no tenía elección.

―Muy bien. Permíteme cambiar de tema.

―No parece que estés de acuerdo conmigo.

Ella asintió. Supongo que no estaba de acuerdo conmigo, pero parecía preparada para desviar la conversación hacia el siguiente tema.

―El mundo se encuentra en una gran crisis debido a las Olas. ¿Por qué están los Héroes luchando entre ellos?

―No es mi culpa. Son ellos… y del país. Me culparon por un crimen y me discriminan.

―He escuchado lo básico. Eso es irrelevante. Los Héroes no tienen tiempo que malgastar en asuntos tan triviales.

―Qué ideales tan nobles.

―Se me encargó la protección del mundo, pero no puedo hacerlo sola. No puedo lograrlo sin los Héroes.

¿Dice eso después de mostrar tanto poder? ¿Está segura de que no puede salvar al mundo de las Olas sin ayuda?

En base a lo que había visto, ella era mucho más poderosa que Itsuki, Ren y Motoyasu. Y aun así no era lo bastante fuerte para salvar el mundo. O quizás estaba diciendo que sería incapaz de hacerlo para siempre.

¿Eso significa que los Héroes todavía pueden volverse mucho más poderosos? ¿Más que ella? Supongo que siguen siendo Héroes, incluso si están completamente podridos. Si por naturaleza no fuesen útiles, supongo que este país no se molestaría en invocarles desde otro mundo.

―Sinceramente, los asuntos de los humanos no me conciernen. Cómo pelean… contra qué luchan… Pero los Héroes son diferentes.

―¿Por qué?

Fitoria negó silenciosamente con la cabeza.


―Ocurrió… hace mucho, mucho tiempo, tanto que en realidad no puedo recordarlo. Todo lo que recuerdo es que no puedo permitir que los Héroes peleen entre ellos.

¿Ha olvidado precisamente la cosa por la que está tan molesta? Bueno, es un filolial, después de todo. No podía esperar que fuese alguna clase de genio con memoria fotográfica. Sólo hay que mirar a Filo.

Pero ella tenía esa sensación presente todavía. No sabía por qué, pero algo se sentía muy mal. Había estado sintiendo una extraña presión proveniente de Fitoria durante un tiempo. Algo poderoso, algo… agresivo. Me causaba escalofríos en la espalda.

―Lo recuerdo vagamente. Me lo pidieron… Si alguna vez los Héroes comenzaban a luchar entre ellos… entonces, por el bien del mundo, tendría que eliminarlos para que unos nuevos Héroes pudiesen ser invocados.

Ahí estaba. Eso era lo que quería decirme. Estaba diciendo que, si no me llevaba bien con los otros Héroes, nos mataría a todos. La única forma de derrotar a las Olas. Eso era lo que la filolial legendaria tenía que decir, y debía haber una buena razón. Tenía que ser una orden de uno de los Héroes del pasado, pero…

―No es culpa mía. No quieren entrar en razón. Se niegan a llevarse bien conmigo. No hay nada que yo pueda hacer.

Sí. La Zorra me incriminó. La Basura me arrestó y me discriminó, y los otros héroes se volvieron en mi contra sin considerar siquiera mi versión de la historia. No había nada que yo pudiera hacer. Y ahora… después de conseguir todo ese dinero y ganarme la confianza de tanta gente… Me habían culpado de secuestrar a la Princesa Melty y enviaron asesinos para acabar con nosotros. ¿Y Fitoria quería que nos llevásemos bien? Lo único que podía hacer era llevar a Melty con su madre. Eso asestaría un golpe letal a la Iglesia de los Tres Héroes y finalmente encontraría refugio en otro país cuando todo terminara.

¿Ser amigo de los otros Héroes? Imposible.

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―…Muy bien.

Fitoria suspiró, como si se estuviese rindiendo. Entonces, una llama apareció en sus ojos.

―Entonces supongo que no hay más remedio.

Se alejó y caminó hacia la oscuridad. Fue una forma extraña de terminar la conversación.

No me gustaba hacia dónde se estaba dirigiendo esto. Dudaba que fuese a marcharse y dejarnos en paz. Pero yo… no había forma de que pudiese confiar en los otros Héroes. Era imposible.

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