Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 4

Capítulo 12: Pagando la Deuda

 

 

Lo dije sin pararme siquiera a pensar. Mi subconsciente debía odiarles tanto como yo, algo que parecía tener bastante sentido. Aunque, sinceramente, en realidad no había otras opciones además de la muerte. ¿Qué más podría librarme finalmente de mi odio hacia ellos?

―Muerte, ¿umm? Bueno, considerando todos los problemas que han causado, parece apropiado.

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―Sí, y realmente han arruinado las cosas para Melromarc en el ámbito internacional.

Ren e Itsuki estaban hablando fríamente.

Es fácil hablar sobre los asuntos de otras personas. Siempre y cuando no tuviesen que hacerse responsables de lo que dijeran, podrían comentar lo que quisiesen.

―¡Pero tú! Tú…

―¡Será mejor que estés bromeando!

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La reina levantó una mano, y ambos se callaron.

―Si los ejecutamos, ¿realmente estará satisfecho?

Tenía la extraña sensación de que la magia de la reina estaba fluyendo por mí. Esto es a lo que la gente se refiere cuando dice que un escalofrío le recorre la espalda. “Siniestro”… La palabra vino a mí y describió ese sentimiento a la perfección.

―Claro que pueden ser ejecutados. Sin embargo, también hay otras opciones. Podríamos torturarles, dejarles creer que serán liberados y, una vez que su libertad parezca asegurada y una sonrisa cubra su cara, ENTONCES los matamos.

―Tú… en serio, continúa.

―Estoy diciendo que simplemente ejecutarles es aburrido. También podríamos darles trabajos simples, y cuando aprendan a ser útiles, podríamos tenerles como mascotas… domesticándoles hasta la muerte. Yo disfrutaría con eso.

Y pensar que trataría el tema de la eliminación de sus propios familiares sin ninguna emoción… La reina podía ser la persona más siniestra de todo el país.

―¿Crees que en realidad esto era lo que quería? Parece capaz de ello.

―Tienes razón. Eso ha sido realmente frío.

¡Los estúpidos Héroes seguían cambiando de tema!

―En cualquier caso, éstas son simplemente sugerencias. No diré nada más sobre el asunto. Esos son mis auténticos sentimientos.

―Oh, creo que te sigo.

Me estaba diciendo que podía hacer lo que quisiera, pero que no quería que fuesen ejecutados. Ella les castigaría de alguna otra forma.

―Después de todas las acciones malvadas de la Iglesia, se crearía una gran conmoción si la reina ejerciera su autoridad para asesinar a miembros de su propio linaje real. Creo que afectaría a nuestra posición en la comunidad internacional.

―Por otro lado, después de todos los problemas que estos despreciables cretinos han causado, tal vez crucificarles enviaría un mensaje a la comunidad de que vamos en serio.

―Escudo… ¡Bastardo!

La Basura estaba gritando, pero la reina le ignoró y habló.

―Normalmente estaría de acuerdo contigo, pero no creo que eso sea aplicable en el caso de Aultcray.

―¿Por qué no?

―Hace un tiempo, este idiota era bastante impresionante. En el pasado, sus hazañas eran aclamadas en todo el mundo. Él era, y puede que lo siga siendo, respetado por los demás. Si le matásemos…

No sabía qué había hecho la Basura para convertirse en alguien distinguido, pero daba igual. Entendía lo que estaba diciendo: era demasiado famoso. Además, había estado ejerciendo la autoridad real todo este tiempo.

Al parecer, en el pasado fue un guerrero respetado y demostró su valía en muchas batallas. La gente que había trabajado y luchado con él no se quedaría callada si descubriera que había sido ejecutado.

Podría ser interesante ver cómo se desarrollaba todo. Si la Basura era antes un héroe, entonces, después de haberse ensuciado las manos, ahora tendría que seguir viviendo sin el respeto del que solía disfrutar; podría resultar interesante ver desde arriba como se desarrollaba todo.

―Entiendo. Procederemos con tu idea.

―Gracias.

―Pero con una condición: pueden vivir, pero tienen que sufrir.

―Naturalmente… Entonces, ¿cuál debería ser su primer castigo?

Sí… Puedo hacer cualquier cosa excepto matarlos…

―Podríamos empezar cortándoles las manos y los pies…

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―Naofumi-sama…

Raphtalia me estaba mirando como si quisiera decir algo. Probablemente creía que, aunque tuviese la autoridad para ordenar tal cosa y ellos se lo merecieran, debería contenerme un poco.

Qué debería hacer…

Asimismo, si les dejaba ir ahora, ¿cómo podría estar seguro de que tendría otra oportunidad más tarde?

―…NaoFUMI-sama.

La Zorra se limpió las lágrimas y me suplicó. La forma en que pronunció mi nombre era diferente de la entonación de Raphtalia y Melty. ¿Qué estaba tratando de decir?

Sus ojos se encontraban llenos de lágrimas y estaban brillando. Sus mejillas estaban rojas. Realmente se veía como si sus pecados estuvieran empezando a hundirla en las profundidades. Era una verdadera actriz cuando lo necesitaba. Si no supiese ya cómo era, me habría engañado sin duda.

Seguro que usaba esta misma rutina con Motoyasu.

De repente me di cuenta de que me había llamado por mi nombre.

―Por favor, no hagas algo tan tonto como buscar venganza. La venganza sólo engendra más venganza. Si tú, NaoFUMI-sama, mostrases algo de piedad, estoy segura de que la reina estaría agradecida…

―Guah…

Ren estaba mirando a la Zorra como si no pudiese creer a sus oídos. Itsuki también se veía estupefacto. Se rascó la cabeza, confundido. Melty se llevó las manos a la cabeza y miró fijamente al suelo. Raphtalia entornó los ojos con incredulidad. Filo estaba… Filo inclinó la cabeza desconcertada. En cuando a mí…

…Um.

―Muy bien…

Ese día, más tarde, los soldados montaban en sus caballos, filolials y dragones. Montaron encima de cualquier cosa que tuviesen y fueron enviados a todas las aldeas y ciudades del reino para entregar un mensaje.

 

Para tomar responsabilidad por todas las cosas terribles que han ocurrido en Melromarc, desde ahora y por toda la eternidad, el Rey Aultcray y la Princesa Malty serán conocidos por los nombres “ La Basura” y “La Zorra”. ¡Cualquiera que los llame por sus antiguos nombres, sea cual sea la razón, será inmediatamente castigado!

 

Estamparon esto en carteles, folletos y boletines y lo distribuyeron y publicaron en todas las ciudades, pueblos y aldeas de Melromarc. Todos los ciudadanos, independientemente de su posición en la sociedad, leyeron el anuncio y dijeron lo mismo: “¿Qué?”

―¿Qué clase de idiota podría tolerar tal cosa? ¡Estúpido!

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―¿Qué estás haciendo? ¡Eres un demonio!

La cara de la Zorra estaba retorcida por la ira. De ahora en adelante, cuando la gente hablase de estos dos, dirían cosas como “entonces la Zorra era…” o “¿qué hay de la Basura…?”. Se sentía genial. Nunca creí que llegaría a ver esto.

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 4 Capítulo 12 Novela Ligera

 

―Os lo merecíais…

―Yo también lo creo. Es cierto que ese castigo es terrible, pero también parece justo.

Ren e Itsuki no pudieron resistirse a comentar.

―¡Bastardo!

El rostro enrojecido de la Basura se puso incluso más rojo aún y gritó con rabia.

―¡Ajajaja! ¡ÉSA es la cara que he querido ver durante todo este tiempo!

Por fin, todo el mundo le llamaría por el apodo privado que usaba para él: Basura.

―“La venganza sólo engendra más venganza… ¿mostrar piedad?” Qué palabras tan bonitas, te sugiero que sigas tu propio consejo, princesa Ma… quiero decir, Zorra.

―¡Cállate! ¡Nunca te perdonaré!

Se veía como si estuviese preparada para atacarme con un puñetazo, pero los guardias de la reina no permitirían que ocurriera.

―No olvide que la Zorra también tiene un nombre falso de aventurera. ¿Qué haremos con él?

―Ramera.

―¿Ramera…?

Ren e Itsuki no dijeron nada. Parecían estar un poco ofendidos. Supongo que no podía culparles.

―Muy bien, registraré el nuevo nombre como su título de aventurera. Ya no podrá usar el nombre de “Myne” para inscribirse en misiones o quedarse en posadas.

―¡Te mataré! ¡En cuanto me des la espalda, te mataré!

Estaba furiosa, le hervía la sangre. Pero yo me sentía genial. Su pequeño arrebato no conseguiría molestarme.

―Puedes intentarlo cuando quieras. Pero si me atacas, serás ejecutada.

―Sí, ella ha perdido todos sus derechos. Si actúa de esa forma, el sello de esclavo la matará.

Sabía lo que estaba diciendo. Si la reina ejecutase a un miembro de la familia real, causaría problemas. Es por eso que primero la desheredó y cambió su nombre. Así, sería libre de matarla sin preocuparse por las consecuencias. Era astuto y eficiente. Me gustaba. Pero no sólo era eso, sino que también venía con una regla por la que la Zorra no tenía permitido atacarme. Debía querer que ella supiera cómo se sentía ser yo, ser incapaz de atacar.

―Ya, ya… ¿no crees que estás llevando esto demasiado lejos?

Habló Itsuki. Pero no me importaba.

―¡No! ¡Se siente genial!

―Ahora, para obtener la completa cooperación de Naofumi-sama, tendremos que cumplir la petición que hizo hace un tiempo, ¿cierto?

―¿A qué te refieres?

―Antes de que sucediese todo esto, le dijo a la Basura que se arrastrase ante usted sobre sus manos y rodillas, ¿verdad?

La reina dio una palmada y aparecieron varias sombras y caballeros detrás de la Basura. Le sujetaron de los hombros y les obligaron a él y a la Zorra a ponerse de rodillas.

―¡Hey, esperad un momento! ¡¿Quién os creéis que soy?!

―Sí, yo soy el re…

―Una aventurera y un soldado, ¿me equivoco?

La reina les habló con condescendencia mientras estaban arrodillados. Les hizo entender sus nuevas posiciones.

―Vamos, agáchate ante nosotros. Por supuesto, tú también, Zorra. Si desobedecéis, el sello de esclavo os causará dolor.

―Pero… ¡mi Reina! Yo… no… ¡no me inclinaré! ¡No lo haréééééé!

―Tienes que estar bromeando. ¿Por qué me inclinaría ante él? ¡Yo…AAAAAAAH! ¡AY!

Los caballeros les agarraron del cuello por detrás y les forzaron a agacharse hasta que sus frentes rozaron el suelo.

La Zorra estaba furiosa. A pesar de que el sello de esclavo la estaba quemando, siguió resistiéndose. Se arrodillaron con las manos en el suelo, rodeados de sombras, y siguieron gritando.

―Por favor…

―¡AAARRRRGRGGH!

―¡AAAAAAAAAH!

La Zorra y la Basura estaban chillando, impidiendo que los demás pudiesen hablar.

―¡Silencio!

La reina chasqueó los dedos y de inmediato ambos fueron amordazados.

―¡MMMMGHHMMMM!

―¡MMMMUUUUUHHHH!

Utilizaron todas sus fuerzas restantes para oponerse, pero no fueron capaces de ofrecer mucha resistencia.

“¡Por favor! ¡Héroe del Escudo! ¡Le suplico que nos ayude!”, justo así. “¡Héroe del escudo! ¡Por favor, luche por nuestro país!”.

Serían unas excelentes imitaciones de esos dos.

―¿Qué tal?

―¿Quién decíais que erais…?

Se sentía tan bien ver a los dos siendo obligados a inclinarse ante mí. Se sentía genial, pero… Quiero decir que se sentía REALMENTE bien, pero no era exactamente lo que quería.

―No parecen arrepentidos, ¿verdad? Supongo que no hay otra opción…

―¿Estás seguro de que esto no es pasarse?

Ren e Itsuki estaban murmurando entre ellos.

No veía ninguna razón para parar. Todos tenían que ver quiénes eran los malos. Necesitaban entenderlo.

La Zorra y la Basura estaban chillando y protestando violentamente. Casi parecía que iban a sufrir un ataque al corazón y morir ahí mismo. Un rato después se tranquilizaron y se callaron. Les quitaron las mordazas.

La Zorra se veía como si… se veía como si hubiese sido violada. Sus ojos estaban desenfocados, y unas finas lágrimas le caían por las mejillas.

¿Tanto me odia? ¿Tanto odia arrodillarse ante mí?

Ren caminó hacia la Basura y movió la mano frente a su cara. No reaccionó debido a que era incapaz de ver. Habiendo confirmado esto, Ren volvió a donde estaba antes. La Zorra aún seguía llorando.

―Tal vez ya les hayamos torturado suficiente.

La reina levantó la mano y gritó una orden.

―¡Sacadlos de la sala del trono!

―¡Sí!

Ambos fueron llevados fuera de la sala. Después de que los sacaran, me giré hacia Raphtalia, que me estaba mirando decepcionada. Melty también parecía enfadada. Filo estaba sonriendo, divirtiéndose. Pero en general parecía que habían reconsiderado sus opiniones sobre mí.

No dijeron nada, pero parecían estar pensando que lo había llevado demasiado lejos.

―Y con eso termina su castigo por el momento. Amaki-sama, Kawasumi-sama y sus compañeros encontrarán aposentos preparados en el castillo. Les ruego que descansen. Todavía hay asuntos que me gustaría discutir con Iwatani-sama, así que pido que permanezca aquí.

―Ah… ah.

―Preferiría no depositar mi confianza en alguien que se comporta de esa forma, pero…

―Esperad. Comparado con el estado en que ellos han puesto al país, este castigo es muy suave. Podría parecer demasiado, pero eso es sólo porque habéis estado aquí siendo testigos.

―Tal vez sea cierto.

Ren e Itsuki discutieron los eventos del día mientras abandonaban la sala con sus equipos.

―Ahora que les hemos castigado de ese modo, me gustaría pedir su cooperación, Iwatani-sama.

―Muy bien…

No podía pensar en ninguna razón para rechazarla. Aun así, ¿era sensato confiar en alguien dispuesto a tratar a su propia familia de esa forma? Sin embargo, ellos se lo MERECÍAN. Todo era culpa suya. Cosechas lo que siembras.

―¿Qué deberíamos discutir primero? Tengo una idea. Hablemos sobre los Héroes de las leyendas, ¿le parece bien?

La reina empezó a hablar.

―Soy bastante aficionada a la leyenda de los Cuatro Héroes Sagrados. Aunque es un poco distinta de las leyendas de mi país…

―¿En qué sentido?

―Iwatani-sama, creo que ya ha hablado de estas cosas con Melty. ¿Puedo asumir que tiene un conocimiento general sobre el tema?

Asentí.

―En ese caso, como ya sabe, el Héroe del Escudo no aparece en las leyendas de este país. Ha sido borrado permanentemente de las historias, y la gente habla de él como si fuera un demonio.

―…Uh mmm.

El libro que estaba leyendo antes de ser invocado a este mundo, Los Registros de las Cuatro Armas Sagradas, no tenía información sobre el Héroe del Escudo. En cuanto a eso estaba totalmente vacío. Supuse que esas páginas estaban en blanco debido a que yo había sido invocado para llenarlas… pero, ¿pudiera ser que simplemente fueran registros de le versión de Melromarc de la leyenda? Algo parecía estar mal. No creía que mi conjetura fuese acertada, pero supongo que tendría que ir con ella por el momento.

―El Héroe del Escudo trabajó tanto con los humanos como con los demi-humanos. A causa de ello, hubo muchas veces en las que los demás Héroes lo consideraron un enemigo. No obstante, al final siempre fueron capaces de reconciliarse.

Todo empezaba a tener sentido. Si eso era parte de la leyenda, eso explicaría la razón por la que los demi-humanos estaban tan dispuestos a confiar en mí.

―Como sabe, Melromarc es una nación con supremacía humana. Preparamos un distrito especial donde los demi-humanos pudiesen vivir en paz, pero tuvieron una vida muy difícil.

―Uh umm…

Ya había estado en este mundo durante más de tres meses. Sabía que los demi- humanos eran básicamente esclavos en Melromarc.

―Por esos motivos, nuestra relación con Siltvelt es muy mala. Nuestras naciones han luchado entre sí en muchas guerras.

La situación era la contraria en Siltvelt, donde los humanos eran considerados una clase esclava. Melromarc y Siltvelt eran como el agua y el aceite. Era lógico que se llevasen así.

―Así, como quizá ya conozca, la religión de Siltvelt también surgió de la Iglesia de los Cuatro Héroes, pero en vez de adorar a tres Héroes, adoran exclusivamente al Héroe del Escudo.

―Ya me lo imaginaba. Parece que estaba en lo cierto.

―Sí… Ahora, en cuanto a cómo nació la Iglesia de los Tres Héroes… creo que ya lo ha descubierto, ¿verdad, Iwatani-sama?

La iglesia original, la de los Cuatro Héroes, se había separado en dos ramas diferentes en Melromarc y en Siltvelt. En la primera se había convertido en la Iglesia de los Tres Héroes, mientras que en la segunda pasó a ser la Iglesia del Escudo. La reina dijo que los países estuvieron en guerra hacía mucho tiempo, lo cual quería decir que…

―¿Fui invocado en medio del territorio enemigo?

Yo era el hombre santo de sus enemigos. ¿Quién esperaría que me tratasen con respeto? Los humanos no eran tan puros.

Los antiguos libros de la Iglesia de los Tres Héroes estaban, sin duda, llenos de listas de malas acciones realizadas por el Héroe del Escudo. Cosas similares ocurrían en mi mundo. El dios de una religión enemiga pasaba a ser visto como un demonio.

Todo encaja. ¿Pudiera ser que la Basura tiene prejuicios contra mí debido a las guerras que luchó contra Siltvelt?

―Las investigaciones han concluido que todos estos problemas resultaron de las acciones tomadas por la Iglesia, pero tales actos también han vuelto inútil gran parte de mi duro trabajo.

―Tienes mi simpatía.

―Gracias.

―Sí… Melty, tú entiendes todo esto, ¿cierto?

―¡S-Sí!

―Todavía queda el problema principal. Cuando los Cuatro Héroes son invocados, hay una importante ceremonia que se realiza acorde con la gravedad de la situación.

―Pero fueron invocados al mismo tiempo.

―Sí… es por eso que el problema es tan grave.

―Si es un problema tan grande, ¿por qué los demás países no atacan Melromarc?

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―Gracias a mis negociaciones… aunque no puedo llevarme todo el mérito. En gran parte se debe a sus acciones y a las de los otros Héroes.

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―Madre trabajó muy duró. Incluso tuvo fiebre. ¡Así de duro estuvo trabajando!

―Melty.

―¿Q-Qué?

―No estés tan tensa. Tranquilízate un poco. Me estás molestando.

―¡¿Qué has dicho?!

―Ah… parece que Melty finalmente ha empezado a actuar como corresponde a su edad. Como su madre, estoy muy feliz. Evidentemente no voy a compararla con su hermana, pero Melty se ha preocupado por la opinión pública desde muy pequeña. Eso le hacía muy difícil ser ella misma.

―¡Madre, no es eso!

―Hasta que crezcas y te encuentres a ti misma, tal vez deberías quedarte cerca de Iwatani-sama.

―¡Madre!

Melty estaba muy enfadada. Aunque realmente había interrumpido la conversación.

―¿Por qué la Iglesia no me asesinó antes?

―Creo que querían que los otros Héroes lo hicieran ellos mismos.

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―¿Entonces estaban esperando a que los demás Héroes fuesen lo bastante fuertes?

―No se me ocurre una forma mejor de decir esto, pero… a veces, los demás Héroes no parecen pensar mucho en el futuro. Indudablemente la Iglesia creyó que serían fáciles de controlar.

―Ah… sí, puedo entender eso.

Ninguno de ellos podía dejar de pensar que se encontraba en un videojuego. Estaba tan claro como el día que habían sido engañados, pero ellos no se adaptaban a la situación. Nunca dudaron de lo que había frente a sus ojos.

―Por supuesto, también había mucho que hacer por nuestra parte, especialmente en lo que respecta a usted, Iwatani-sama. Muchas, muchas personas de la comunidad internacional rogaron conocerle.

―Eso es…

Recuerdo que Melty había dicho algo parecido. Cuando estaba sin suerte, desnudo y solo, algunas personas se acercaron a mí y yo les dije que no lo hicieran. La reina se dio cuenta de que yo sabía a qué se refería y asintió.

―Gracias a eso, fui capaz de engañarles.

―¿Qué quieres decir?

―Le dije al Consejo que los Héroes estaban ocupados purgando una enfermedad en nuestro país.

Para evitar que el mundo entrase en guerra en una situación como ésa… debió trabajar muy duro. En mi mundo, cuando administraba un gremio en un juego en línea al que solía jugar, hubo veces en que otros miembros del gremio comenzaron peleas. Me costaba muchísimo extinguir los “incendios” que ellos empezaban. Normalmente los habría expulsado, pero según las reglas no podía hacerlo. La reina debía sentirse del mismo modo.

―El golpe final se produjo cuando Iwatani-sama recorrió el país solucionando los desastres dejados por los otros Héroes.

Los demás Héroes habían causado problemas, y yo los arreglé. Eso hizo que el pueblo dudase de su fe en la Iglesia.

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―¿Los demás Héroes no sabían por qué sólo se me discriminaba a mí?

―Kitamura estaba trabajando con la Zorra, y Amaki-sama y Kawasumi-sama recibieron toda su información del gremio. Las personas tienden a creer en la autoridad de la gente a su alrededor. Aceptan todo lo que se les dice.

Así que simplemente creyeron lo que las figuras de autoridad les dijeron… Supongo que, si no tenían acceso a ninguna otra información, lo normal sería hacer eso. Si hubieran sabido que les estaban mintiendo, me habrían apoyado. Es sólo que les habían engañado, por eso se mostraron tan desconsiderados conmigo. Sí, Ren e Itsuki parecieron haberlo descubierto con el tiempo.

―Cuando finalmente tranquilicé a todos y estaba lista para volver a Melromarc, ocurrió todo esto. Nunca me habría imaginado que la Iglesia poseía una réplica de las Cuatro Armas Sagradas.

¿Cómo podría haberlo sabido? ¿Quién se habría esperado que la Iglesia tuviese algo así?

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―El Sumo Sacerdote era un hombre necio… Cuando usted le atacó, podría haber convertido su arma en un Escudo y haber sobrevivido…

―¿Entonces esa cosa también podía transformarse en un escudo?

―Así es, aunque no se puede esperar más de un cuarto del poder del original.

―¿De modo que ése era sólo una cuarta parte de su auténtico poder?

Si subimos de nivel, ¿seremos cuatro veces más poderosos que el Sumo Sacerdote? Resulta difícil de creer. Es sólo una leyenda después de todo. Estoy seguro de que con el tiempo se ha adornado un poco… Espera, pensar en el poder de Fitoria lo hace parecer más probable.

Sinceramente, seguro que todos nosotros éramos demasiado débiles para empezar. Si no encontrábamos pronto alguna forma de subir de nivel, nunca sobreviviríamos a las próximas olas.

―Los actos de la Basura han amenazado con poner fin a un largo periodo de paz. Era un hombre capaz, pero parece que lo único que sabe hacer es agravar conflictos.

Él realmente debía querer mantenerme lejos de Siltvelt. Es por eso que aumentó tanto la seguridad fronteriza.

―Por último… sí, deseo hacer todo lo que esté en mi mano para apoyarle y que siga progresando. Sabiendo eso, ¿todavía le gustaría ir a Siltvelt, contarles la verdad e iniciar una guerra?

―Umm…

Eso significaba que, si quería evitar una guerra, la reina tendría que hacer todo lo que pudiese para protegerme. Sin embargo, para ser sincero, yo en realidad quería decir “adiós” y marcharme. Pero se lo había prometido a Fitoria… y la Serie Maldita era tan poderosa que no podía ignorar las cosas que ella me había dicho.

―Además, ya sea Siltvelt o Shieldfreeden, ¿debería contarle lo que sucedería si les hiciera una visita?

―¿Um?

―Primero, la princesa y todas las hijas de los nobles demandarían audiencias con usted. Las mujeres demi-humanas formarían un harén a su alrededor.

―¡Egh!

¿Me perseguirían queriendo dar a luz al hijo del Héroe del Escudo? Después de lo que había hecho la Zorra, pensar en las mujeres me repugnaba. Lo último que necesitaba en mi vida era más mujeres desagradables.

―No cabe duda de que le darían todo lo que quisiese. Si les pidiera atacar Melromarc, le respaldarían y marcharían hacia sus muertes.

Eso no suena tan mal, pero lo del harén… ¿podría soportarlo? Pero… si quiero sobrevivir hasta que todo esto termine, voy a necesitar la cooperación de los otros héroes. ¿Debería pedirles que vengan conmigo? ¿Ellos estarían de acuerdo siquiera?

―Teóricamente, todo eso estaría bien. Pero recuerde que sin importar a qué país vaya, aquellos en el poder y aquellos que manipulan las creencias de las personas tienen corazones oscuros.

―¿Qué?

―”Pobre Iwatani-sama, padeciendo una poderosa enfermedad tan repentinamente…”

―Ya veo a dónde quieres llegar.

―Le ocurrió a uno de los anteriores Héroes del Escudo.

No quería saber eso. Estaba diciendo que la gente podría adorar al Héroe del Escudo, pero los que estaban en el poder, aquellos que tenían algo que perder, no estarían contentos si yo obtenía sin más todo lo que quisiera. Supongo que eso también tenía sentido. ¿Quién querría que un tipo cualquiera de otro mundo apareciera en sus fronteras y comenzase a cambiarlo todo?

Entendía sus razones, pero yo tampoco quería morir. ¿Qué opciones tenía?

―Dicho sea de paso que, al parecer, algunos aventureros se le acercaron con solicitudes falsas…

―Sí.

Ocurrió un par de días después de ser invocado. Algunos dijeron que querían unirse a mi grupo, pero que tendría que pagarles. Dejé que los globos resolvieran el asunto.

―Unos días después de su reunión, sus cadáveres fueron encontrados horriblemente mutilados.

―¡¿Qué?!

Más cosas que habría preferido no escuchar…

―Es más, unos días más tarde, la guardia de un caballero fue atacada y eliminada por un grupo de gente. No hemos encontrado a los responsables. Puede ser que…

Siltvelt era un país radical. Sonaba como si ambos, el cielo y el infierno, me estarían esperando si fuese allí. Desde luego que eso sería sólo si todo lo que la reina estaba diciendo era cierto.

―Por consiguiente, creo que es más seguro que permanezca aquí, ya que finalmente se ha ganado la confianza de la gente.

―…

Realmente no quería cooperar. Todo el dolor y sufrimiento por los que había pasado no iban a desaparecer sólo porque la reina lo ordenase. A pesar de que ella estuvo directamente involucrada en el castigo de la Basura y la Zorra, sólo estaba haciendo lo que era lógico y se esperaba de ella como la líder del país. ¿Ahora iba a actuar como si me hubiese hecho un favor y pediría mi cooperación? Las cosas eran demasiado fáciles para ella.

No obstante respetaba sus habilidades, pero eso no significaba que confiara en ella. Era fácil decirle lo que deseaba. La verdad era que no quería que yo visitara los demás países. Aun así, si lo que decía era cierto, podría esperar una cálida bienvenida en cualquier país extranjero, no sólo en Siltvelt o Shieldfreeden.

No había nada especial en Melromarc.

―…

Estaba valorando todo lo que había dicho cuando la reina se arrodilló ante mí.

―Todo lo que le ha sucedido hasta el momento ha sido culpa mía, mi responsabilidad. Entiendo que suena como si estuviera pidiéndole demasiado.

Inclinó profundamente la cabeza. Melty se había quedado sin habla por completo. Raphtalia estaba observando con los ojos muy abiertos, asombrada. Incluso Filo parecía entender que estaba teniendo lugar algo importante.

―Pero le suplico que entienda. Yo no… No, este país no tiene otra opción más que confiar en usted. Si tomar mi cabeza calmará su ira, entonces tómela. Si cambiar mi nombre aliviará su furia, hágalo.

―Madre…

―Así que, por favor, muestre clemencia. De ahora en adelante impediré que sea tratado injustamente. Lo juro por mi nombre, Mirellia Q. Melromarc. Firmaré un contrato mágico.

Esta mujer… ¿Primero usa su autoridad para evitar que la Zorra y la Basura sean ejecutados y después ofrece su propia vida?

Si hubiese sido la cabeza de alguno de esos dos podría haberlo pensado un momento, pero en realidad no quería ver muerta a la reina. Melromarc debía estar en una situación realmente mala.

¿Está diciendo que el futuro del país depende de… mí? Si quisiese, podría poner al mundo en su contra y quemar este país hasta las cenizas. Pero…

―Sólo una vez.

―¿Qué quiere decir?

―Una de tus sombras intervino para salvarnos. Y gracias a que tú nos ayudaste, pudimos acabar con el Sumo Sacerdote.

―Eso significa…

―Confiaré en ti, pero sólo una vez. Sin embargo, y no importa lo que ocurra, no volveré a confiar en ti.

―Gracias.

Se inclinó una vez más profundamente y expresó su gratitud.

¿Acaso estaba siendo débil? Pero si seguía dudando de todo, nunca lograría avanzar. Recordé lo que había dicho Fitoria: no hay tiempo para que los Héroes luchen entre ellos. Esa enorme filolial legendaria vendría a asesinarnos si continuábamos peleando.

El enemigo de los Héroes no era un país; eran las Olas. Si los países libraban una guerra entre sí sólo para terminar siendo aniquilados por las Olas, querría decir que ninguno de ellos significaba nada. Y definitivamente no podía olvidar que, en todos los aspectos, los Héroes habíamos perdido la batalla final de la última Ola.

No había ninguna razón para hacer más enemigos. Había estado rodeado de ellos todo este tiempo, pero ahora eso estaba a punto de cambiar. No me importaba lo que le pasara a este mundo, pero la única manera de poder volver al mío era derrotar a las Olas. Tenía que concentrarme en esas catástrofes… en Glass. El simple hecho de darse cuenta de eso fue un gran paso adelante.

La reina se levantó y se cubrió la boca con su abanico.

―¿Podría hacerme el favor de mantener en secreto de los demás Héroes nuestra conversación? Ellos también son humanos. Si escuchasen que uno de los Héroes está recibiendo un trato preferencial…

Estaba en lo cierto. Había muchos puntos en la conversación que preferiría que los demás héroes no conocieran. No sabía lo que harían Ren y Motoyasu, pero parecía que al menos Itsuki podría montar un alboroto. Además, exceptuando acontecimientos posteriores, al parecer mi suerte había mejorado considerablemente.

―De acuerdo. No se lo diré…

―Sí. Gracias. Aceptaré la responsabilidad de la futura gestión de este asunto.

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―¿De veras? Entonces por fin puedo tachar a un enemigo de mi lista…

―Lo siento mucho. Fue invocado a este mundo a pesar de no tener relación con nuestros conflictos… Después fue obligado a combatir. Desearía poder hacer más por usted, pero tengo las manos atadas por ahora. Perdóneme.

―Hemos hablado suficiente de este tema. Pasemos al siguiente. Dijiste que necesitabas discutir algo con los otros tres.

―Sí, pero me gustaría que usted también participase en la conversación. Así que hablemos de ello durante la cena de esta noche.

―Vale.

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