Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 1

Capítulo 2: Los Héroes

—Oh wow…

Escuché el sonido de gente sorprendida por algo y repentinamente me desperté. Mis ojos no estaban preparados para enfocar nada, pero los dirigí al frente igualmente. Había hombres con túnicas, mirándome asombrados, y aparentemente sin palabras.

—¿Qué es todo esto?

Me giré en la dirección de la voz y descubrí a otras tres personas allí. Me rasqué la cabeza.

Estaba en la biblioteca hace unos momentos, pero entonces… ¿por qué? ¿Dónde estaba ahora?

Giré la cabeza hacia la izquierda y la derecha y encontré que estaba en una habitación. Las paredes estaban hechas de piedra. ¿Eso es lo que llaman ladrillo? Aparte de eso, no creo que sea un sitio en el que haya estado antes. Y ciertamente no era la biblioteca.

Miré al suelo. Estaba cubierto con patrones geométricos que han sido dibujados con alguna clase de material fluorescente. También había algún tipo de altar. Se veía como algo mágico, sacado de una fantasía.

Nosotros estábamos de pie en el altar.

Espera un momento, ¿por qué tengo un escudo?

Estaba sosteniendo un escudo. Era ligero como una pluma, y encajaba perfectamente con mi mano. No podía entender por qué lo tenía, así que intenté soltarlo solo para descubrir que era incapaz de hacerlo. Era como si estuviese pegado a mí.

—¿Dónde estamos?

Justo cuando yo estaba pensando lo mismo, el hombre a mi lado, el que estaba sosteniendo una espada, les preguntó a algunos hombres con túnica.

—¡Oh héroes! ¡Por favor salven nuestro mundo!

—¡¿Qué?!

Los cuatro gritamos al mismo tiempo.

—¿Qué se supone que significa eso?

Pero la petición de los hombres vestidos con túnicas me sonaba familiar, como algo que había leído en internet.

—Hay muchas complicaciones en esta situación, pero para ofrecer una respuesta simple a su pregunta, nosotros hemos completado una antigua ceremonia y les hemos invocado a ustedes, los cuatro héroes.

—¿Invocado?

Sí, eso era. Había una alta probabilidad de que todo fuese una broma, pero no parecía mala idea escucharlos. Además, es más divertido que te gasten una broma a ser tú el que se la gasta a otro, de todas formas. No me molestan ese tipo de cosas. Pienso que es divertido.

—Nuestro mundo se encuentra al borde de la destrucción. Héroes, por favor préstennos -su fuerza dijeron los hombres de las túnicas, haciendo una profunda reverencia hacia nosotros.

—Bueno, no haría daño si…

Empecé a responder, pero los otros tres hablaron rápidamente.

—Yo no creo eso.

—Sí, yo tampoco.

—¿Podemos volver a nuestro mundo, ¿verdad? Hablaremos sobre vuestros problemas después de eso.

¿Qué? ¿Creen que está bien hablarle así a alguien? ¿Alguien que estaba haciendo una reverencia hacia nosotros con desesperación? ¿Por qué no pueden guardar sus conclusiones para cuando hayan escuchado toda la situación?

Les miré en silencio, y pronto los tres estaban mirándome a mí. ¿Por qué estaban sonriendo? Todos podíamos sentir como aumentaba la tensión en la habitación.

¡Vaya idiotas! Apuesto a que están felices de haber venido aquí. ¡Pensar sobre si es cierto! Ellos consiguieron la oportunidad de vivir aventuras en otro mundo. ¡Debe ser un sueño hecho realidad! Seguro, es un cliché, pero, aun así, ¿no podemos escucharles por lo menos?

El chico de la espada parece que podría estar en secundaría. Apuntó su espada hacia los hombres con túnica y casi gritó,

—¿No sentís nada de culpa por llamar a la gente a vuestro mundo sin su permiso?

—Además.

Dijo el chico con el arco y flechas.

—Incluso si nosotros os salvamos y traemos la paz a vuestro mundo, vosotros simplemente nos mandaréis de vuelta a nuestro mundo, ¿cierto? Eso suena como un trabajo para mí.

Él estaba mirando a los hombres con túnica.

—Me pregunto cuánto tenéis en cuenta nuestra opinión en esto. ¿Me pregunto cómo iba a valer la pena daros nuestro tiempo? Dependiendo de cómo vaya la conversación, tener en mente que podríamos acabar siendo enemigos de vuestro mundo.

Así que así es como era. Eso es lo que ellos querían. Esto es cuando tratan de averiguar su posición y exigen una recompensa. Bueno, ellos ciertamente son un grupo directo y confiado. Sentí como si de alguna forma estuviese perdiendo contra ellos.

—Sí, bueno, nos encantaría que hablasen con el rey. Él hablará con ustedes sobre las futuras compensaciones en la sala del trono.

Uno de los hombres con túnica, aparentemente su líder, se inclinó sobre una puerta que parecía muy pesada hasta que se abrió, y entonces apuntó hacia la dirección a la que teníamos que ir.

—Como sea.

—Bien.

—No creo que importe con quién hablemos, pero lo que sea.

Mis directos compañeros se quejaron mientras dejaban la habitación en la dirección indicada. No quería que me dejaran solo, así que les seguí.

Caminamos fuera de la oscurecida habitación y fuimos por un pasillo hecho de piedra.

¿Cómo debería describirlo? El aire se sentía fresco… y no puedo pensar en otras palabras para ello. El vocabulario nunca ha sido mi punto fuerte. Fuimos capaces de echar un vistazo a través de una ventana, y el escenario nos dejó sin aliento.

Las nubes estaban alto, alto en el cielo hasta tan lejos como podía ver. Allí, bajo nosotros, una ciudad separada del edificio en el que estábamos, todas las casas bien alienadas, justo como en esas ciudades europeas que puedes ver en un folleto de viaje. Quería parar un momento para verlo todo, pero no había tiempo. Rápidamente pasamos la ventana y atravesamos el pasillo, y pronto llegamos a la sala del trono.

—Huh, ¿así que estos jóvenes son los cuatro Héroes Santos?

Un hombre mayor que parecía importante estaba sentado en el trono. Él se inclinó mientras hablaba. No me dio una buena impresión. Simplemente no puedo soportar a la gente condescendiente.

—Mi nombre es Aultcray Melromarc XXXII, y gobierno estas tierras. ¡Héroes, mostradme vuestras caras!

Casi le grito que se calle, pero me detuve a tiempo. Supongo que está en una posición con autoridad, y parece ser algún tipo de rey.

—Entonces, debería empezar con las explicaciones. Este país, no, todo este mundo está al borde de la destrucción.

Parece una introducción bastante real. Los otros tipos que estaban conmigo hablaron.

—Bueno, supongo que tiene sentido, teniendo en cuenta que nos llamasteis desde otro mundo.

—Sí, eso parece.

Intentaré resumir la historia del rey:

Hay una leyenda sobre el fin del mundo. Muchas olas aparecerán, y bañarán todo el mundo, una y otra vez, hasta que no quede nada. A menos que las olas fueran repelidas y las calamidades que las acompañan evitadas, el mundo estaba condenado. La profecía era de hace mucho tiempo, aunque el tiempo del que hablaba es ahora, este mismo momento. También había un gran y antiguo reloj de arena que marcaría los tiempos. El reloj de arena predijo la llegada de las olas, y su arena empezó a caer hace un mes. De acuerdo a la leyenda, las olas llegarían en intervalos de un mes.

Al principio, los ciudadanos se burlaban de las leyendas. Sin embargo, cuando la arena del reloj empezó a caer, una gran calamidad visitó estas tierras. Una fisura apareció en el país, Melromarc, una fisura hacia otra dimensión. Terroríficas y horribles criaturas salieron de la fisura en grandes números.

En ese momento, los caballeros y aventureros del país fueron capaces de repeler el avance de las criaturas, pero fue predicho que la siguiente oleada sería incluso más terrible.

A este paso, el país estaba condenado, sin ninguna forma de evitar el inminente desastre. Considerando la situación casi sin esperanza, el reino decidió invocar héroes de otro mundo.

Eso lo resume todo.

Oh, por el momento, parece que las Armas Legendarias nos permitían entender el lenguaje de este mundo.

—De acuerdo.

Dijo uno de mis compañeros.

—Creo que entiendo a dónde quieres llegar. ¿Pero eso no significa básicamente que nos estás ordenando ayudarte?

—Todo parece favorable… para ti.

—Concuerdo. Todo esto suena bastante egocéntrico para mí. Si vuestro mundo está en el camino de la destrucción, simplemente déjalo arder. No veo qué relación tiene con nosotros.–

Podía decir por su risa condescendiente que luchó por ocultar que en secreto pensaba que todo esto era realmente genial.

Bien, fue mi turno para hablar después. —Como han dicho, no tenemos la responsabilidad de ayudaros. Si dedicamos nuestro tiempo y nuestras vidas a traer la paz a vuestro reino, ¿conseguiremos algo además de un ‘gracias y hasta pronto’? Quiero decir, supongo que lo que quiero saber es si hay alguna forma de que volvamos a casa. ¿Podrías decirme algo sobre eso?

—Mmmm…

El rey miró de reojo a su vasallo.

—Por supuesto planeamos compensaros a todos por vuestros esfuerzos.

Los héroes, incluyéndome a mí, levantamos los puños celebrándolo. ¡Sí! Fase uno de las negociaciones: completada.

—Naturalmente.

Continuó el rey

—He hecho arreglos para apoyaros financieramente, y también para proveeros de todo lo que podáis necesitar, en agradecimiento por vuestros esfuerzos en nuestro beneficio.

—¿A sí? Genial. Bien, mientras nos prometas eso, no creo que vayamos a tener algún problema.

—No creas que nos has comprado. Siempre que no seamos enemigos, os ayudaré.

—Concuerdo.

—Yo también.

¿Por qué tienen que actuar tan superiores todo el tiempo? ¡Pensar en el lugar en el que estamos! ¿De verdad queréis hacer al rey vuestro enemigo? Sin embargo, supongo que era bueno obtener todos los detalles por adelantado en lugar de arriesgarse a perderlo todo en el camino.

—Muy bien entonces, Héroes. Decidnos vuestros nombres.

Espera un segundo – acabo de notar algo. ¿No suena todo esto parecido al libro que estaba leyendo en la biblioteca? ¿Los Registros de las Cuatro Armas Sagradas?

Una espada, una lanza, un arco… y sí, un escudo.

Incluso los cuatro héroes es lo mismo. ¿Podría ser que de alguna forma haya sido empujado dentro del mundo de ese libro? Estaba empezando a reflexionar sobre esas cosas cuando el chico de la espada, el Héroe de la Espada, dio un paso adelante y se introdujo.

—Mi nombre es Ren Amaki. Tengo 16 años, y soy un estudiante de secundaria.

El Héroe de la Espada, Ren Amaki. Era un joven atractivo. Tenía un buen rostro, y era relativamente bajo, puede que unos 160 centímetros. Si se travistiera, le confundirías con una chica al instante. Su cara estaba muy serena. Su pelo era negro y corto. Sus ojos eran afilados, y su piel blanca. En general, daba una buena impresión. Como un espadachín rápido y delgado.

—Muy bien, ahora voy yo. Mi nombre es Motoyasu Kitamura. Tengo 21 años, y soy un estudiante universitario.

El Héroe de la Lanza, Motoyasu Kitamura. Salió como alguien alegre y amable, algo así como un hermano mayor. Su rostro era al menos tan bien parecido como el de Ren, el tipo de chico que seguro tenía una novia o dos. Probablemente medía unos 170 centímetros. Su pelo estaba atado en una cola de caballo. Normalmente no me gustan las colas de caballo en los hombres, pero a él parecía encajarle. En conjunto se veía como un hermano mayor bondadoso.

—Ok, es mi turno. Soy Itsuki Kawasumi. Tengo 17 años, y todavía estoy en la escuela secundaria.

El Héroe del Arco, Itsuki Kawasumi. Se ve parecido al tipo de personaje calmado que toca el piano. ¿Cómo lo explico? Parecía engreído y, sin embargo, al mismo tiempo, tenía una fuerza no revelada. Había algo indefinido sobre él. Algo incierto. Era el más pequeño de nosotros, probablemente alrededor de los 155 centímetros. Su peinado era ligeramente ondulado, como si tuviese una permanente. Era como un hermano pequeño de voz suave.

Aparentemente todos éramos japoneses, aunque me sorprendería mucho ver a un extranjero aquí, de todos modos.

Oh, ¿ya es mi turno?

—Supongo que soy el último. Mi nombre es Naofumi Iwatani. Tengo 20 años, y soy estudiante universitario.

El rey me miró hacia abajo condescendientemente. Sentí la piel de gallina subir y bajar por mi espalda.

—Muy bien. Ren, Motoyasu, e Itsuki, ¿correcto?

—Su majestad, se ha olvidado de mí.

—Ah sí, perdóneme, Naofumi-dono.

Así que el viejo era un poco lento para entender. Pero sabes… Todavía sentía que había algo fuera de lugar con todos aquí. ¿Y ahora él olvida incluirme en una lista tan corta?

—Ahora bien, Héroes. Por favor confirmen sus estados, y dense una autoevaluación objetiva.

—¿Huh?

¡¿Qué quiere decir con estado?!

—Disculpe, pero ¿cómo se supone que vamos a autoevaluarnos? preguntó Itsuki.

Ren suspiró en alto, como si le molestase tener que explicárnoslo. ¿Quieres decir que todos vosotros no os lo imagináis aún? ¿No os habéis dado cuenta en el momento en que llegasteis aquí?

Oh vamos, él lo sabe todo. ¿Era eso? Supongo que era alguna clase de genio.

—Quiero decir.

Continuó.

¿No habéis notado ningún icono extraño a un lado de vuestro campo de visión?

—¿Huh?

Pero ahora que lo ha mencionado… si miras vagamente, y te fijas en los bordes de tu campo de visión, hay pequeñas marcas ahí. Yo también podía verlas.

—Solo centrad vuestras mentes en ese icono.

Lo hice, y oí un suave pitido, como si estuviese sentado delante de un ordenador, y el icono se expandió hasta ocupar todo mi campo de visión. Era como abrir un navegador de internet.

Naofumi Iwatani

Clase: Héroe del Escudo LV 1

Equipamiento:

• Escudo Pequeño (Arma Legendaria)
• Ropas de otro mundo

Habilidades: Ninguna Magia: Ninguna

Todavía había bastantes otras cosas listadas, pero decidí ignorarlas por el momento.

¿Así que esto es a lo que el rey se refería con estado? Espera. ¿Qué demonios era todo eso? Se sentía como si estuviera en un juego.

—Nivel 1… Eso me pone nervioso.

—Buen punto, a este ritmo, quien sabe si seremos siquiera capaces de luchar.

—¿Qué es todo esto?

—¿Estas cosas no existen en su mundo, oh Héroes? Están experimentando el ‘Estado Mágico’. Todos en este mundo pueden verlo y usarlo.

—¿En serio?

Estaba sorprendido de como todos parecían pensar que era normal, esta expresión numérica del estado de tu cuerpo.

—¿Y que se supone que vamos a hacer? Estos números se ven terriblemente bajos.

—Sí, bueno. Necesitarán ir en un viaje para perfeccionar sus habilidades, y para fortalecer las Armas Legendarias que poseen.

—¿Fortalecerlas? ¿Quieres decir que estas cosas no son fuertes desde el principio?

—Eso es correcto. Los Héroes invocados deben mejorar sus Armas Legendarias ellos mismos. Así es como ellos se volverán fuertes.

Motoyasu estaba girando su lanza y pensando. —¿Por qué no usamos otras armas mientras que estas están mejorando? Para mí parece más inteligente.

Eso parecía una buena idea. Y, además, yo estaba pegado a un escudo, ni siquiera a un arma como es debido. Mejor debería coger otra arma.

Ren cortó para aclarar, —Podemos trabajar en todo eso después. En este momento deberíamos centrarnos en mejorarnos a nosotros mismos, como el rey nos ha dicho que hagamos.

¡Era muy emocionante! ¡Nosotros éramos héroes invocados desde otro mundo! Se sentía un poco como un manga, pero cualquier Otaku que se precie saltaría directamente hacia esta oportunidad. Mi corazón estaba golpeando mi pecho, y no podía calmarme a mí mismo. Parecía que los otros héroes a mí alrededor se sentían de la misma manera.

—¿Vamos a formar un grupo? ¿Nosotros cuatro?

—Esperen solo un momento, Héroes.

—¿Hm?

Justo cuando nos estábamos preparando para salir en una aventura, el rey habló de nuevo. —Ustedes cuatro deberían establecerse por separado, para reclutar a sus propios compañeros.

—¿Por qué es eso?

—De acuerdo a las leyendas

Empezó, —las Armas Legendarias que poseen interferirán las unas con las otras si forman un grupo. Ambos, sus armas y ustedes, solo pueden crecer cuando están separados de los demás.

—Realmente no entiendo todo eso, pero si permanecemos juntos, no podemos aumentar de nivel, ¿cierto?

¿Huh? Todos encontraron instrucciones cerca de sus armas. Todos empezamos a leerlas al mismo tiempo.

Atención:

Las Armas Legendarias y sus propietarios experimentarán efectos negativos si luchan juntos.

Precaución:

Es preferible que los Héroes y sus armas sean usadas individualmente.

—Supongo que es verdad entonces…

¿Pero por qué todo esto suena tan parecido a un juego? Es como si hubiese sido transportado dentro de un juego. De todas formas, los juegos no se sienten tan reales, y había humanos reales viviendo aquí, así que supongo que era una realidad de algún tipo u otro. No obstante, el sistema me recordaba a un juego.

Las instrucciones en las armas eran muy largas y detalladas, pero no había tiempo suficiente para leerlas justo ahora.

—¿Así que cree que deberíamos intentar formar nuestros propios grupos?

—Intentaré asegurar compañeros de viaje para todos ustedes. Independientemente, todo se acerca. Héroes, deberían descansar durante la noche y prepararse mañana. Mientras tanto, yo encontraré compañeros para todos ustedes.

—Muchas gracias.

—Gracias.

Todos le agradecimos al rey y nos retiramos a nuestras habitaciones para pasar la noche.