Overlord

Volumen 12: El Paladín del Reino Sagrado

Capítulo 2: En Busca de Salvación

Parte 4

 

 

Caminaban por las calles de E-Rantel. El destino del grupo era la posada que los guardias de la puerta les habían dicho que era el establecimiento de clase más alta de esta ciudad, el Pabellón dorado.

Neia miraba con mucha atención a la gente que se desplazaba por las calles.

Publicidad M-AR-1

Las palabras de Ryurarius le habían dado la impresión de que esta nación estaba llena de demihumanos y no-muertos. Sin embargo, la realidad era diferente. La mayoría de los peatones eran humanos.

Los únicos no-muertos que ella veía eran grupos de los mismos no-muertos que habían visto cerca de las puertas de la ciudad, así como los no-muertos en forma de caballo con cuerpos de huesos y niebla que tiraban carruajes. Aparte de ellos no había otro tipo de no-muertos.

La situación era bien diferente a los demihumanos, pues de ellos había de todo tipo.

Un grupo de goblins marchaban por las calles en formación cercana, cada uno de ellos irradiando el aura de un veterano experimentado. Eso inmediatamente destrozaba la impresión que Neia tenía de los Goblins. Neia no era la única afectada ante lo que observaba. Jadeos de sorpresa venían del contingente paladín.

También había demihumanos con rostros de conejos en uniforme de sirvienta, así como demihumanos bípedos, parecidos a ranas, pero sólo había visto uno de cada tipo en la ciudad.

Publicidad G-M2



La situación parecía más normal de lo que imaginaba… Bueno, no tan normal, pero aún así, era bastante similar a una nación humana. Apenas se notaba que estaba bajo el yugo de un terrible rey no-muerto.

No había miradas de miedo en los rostros de los ciudadanos que caminaban por las calles. Neia no estaba segura de que esto fuera así porque se habían resignado, se habían acostumbrado a ello o habían decidido que no había necesidad de preocuparse por vivir con los no-muertos. Sin embargo, no había señales de caos en las calles. A veces, hasta escuchaba el sonido de los niños riéndose.

Todo esto la llevaba a suponer que era mucho mejor comparado con Jaldabaoth.

En ese momento Remedios, que viajaba a la cabeza del grupo, detenía repentinamente a su caballo. Como su líder se había detenido, los demás no tenían más remedio que seguir su ejemplo.

“Disculpa, enano-san. ¿Puedo hacerle unas preguntas?”

Remedios se dirigía a tres enanos que trabajaban al lado del camino. Había también tres monstruos-esqueletos haciendo movimientos de tierra bajo las órdenes de los enanos.

El choque cultural y diferencia radical entre las costumbres que había recibido después de entrar en la ciudad había sido tan grande que ahora pensaba que no era una cosa tan extraña ver monstruos-esqueletos. Había incluso un indicio de alivio en su mente que provenía de ver a un posible oponente contra el que incluso ella podía ganar.

“¿Qué? ¿Quiénes son ustedes? ¿De qué país vienes?”

“Pido disculpas por hablar desde el caballo. Sin embargo, somos del Reino Santo y estamos buscando el Pabellón Dorado. ¿Podemos preguntar cómo llegar?”

“¿El Pabellón Dorado? Ahhhh, ese es un lugar con clase.”

Los Enanos les daban una explicación aproximada de como llegar. Sin embargo, difería ligeramente de lo que los guardias de la puerta les habían dicho y sentía como si estuvieran siendo enviados ligeramente fuera de curso. Sin embargo, el verdadero objetivo no era pedir indicaciones.

“Ya veo. Muchas gracias. Gustav, dales una muestra de aprecio.”

Gustav desmontaba de su caballo y extraía de su equipaje una pequeña bolsa de monedas la cual se las entregaba a los enanos.

“¿Están seguros? No hay necesidad de esto sólo por dar indicaciones.”

“Está bien. Después de todo, hemos interrumpido su trabajo.”

“¿De verdad? Entonces, muchas gracias.”

Los Enanos aceptaban gustosos el regalo de Gustav y sonreían.

“Bueno, cuando comamos algo de comida, daremos las gracias a los hombres y mujeres del Reino Santo por ello.”

“No, no hay necesidad… Hablando de eso. ¿Qué hacen aquí?”

“¿Hmm? ¿No lo sabes? Estamos construyendo carreteras. Su Majestad mismo nos lo pidió. Aunque son principalmente los residentes los que están haciendo el trabajo, estamos aquí para servir como asesores técnicos.”

Ha ha ha, los Enanos se reían estruendosamente de todo corazón.

“Ya veo. ¿Y los no-muertos de allí son…?”

“Son esqueletos que nos prestó Su Majestad. Ahhhh, honestamente, no puedes vencer a los no-muertos cuando se trata de puro trabajo manual. Ciertamente ha cambiado la opinión que tenía de ellos.”

“Controlando a los no-muertos, huh…”

“No es que no haya nada raro… Bueno, supongo que no se puede evitar porque son viajeros. Aun así, es de esperar en el Reino Hechicero. He oído que los no-muertos están trabajando en las aldeas cercanas. Después de todo, pueden completar tareas tediosas como la siembra y así sucesivamente con sólo un pedido. Mira. Los muertos vivientes no se cansan, no duermen y no comen. Además, también entienden lo que queremos decir, por lo que lo hacen de forma fantástica cuando se les asigna una tarea dentro de sus posibilidades. Siendo las cosas lo que son, ya ni siquiera necesitas trabajar como un perro. Incluso nuestro país también está empezando a hacer uso de ellos.”

“¿Por tu país, te refieres a una nación de Enanos separada del Reino Hechicero?”

“Oh sí. De ahí venimos, pero ahora nos quedamos en el distrito demihumano del Reino Hechicero.”

“¿Distrito demihumano?”

“Sí. Es donde viven todas las razas que no son humanas. Dicen que solía ser el distrito de los pobres de esta ciudad, pero fue demolido. Luego, fue reconstruida para permitir que razas de todo tipo vivieran cómodamente. Bueno, puede que pase un tiempo antes de que esté completo, pero el trabajo en las viviendas para razas más pequeñas respecto de ustedes los humanos, como nosotros los enanos, ya ha comenzado.”

“¡Estamos aquí para encargarnos de la construcción!”

Un colega del Enano se metía en la conversación.

Publicidad M-M5

“Ya veo. Pero si derribaron el distrito de los indigentes. ¿Adónde fueron los residentes originales?”

Los ojos de Remedios se dirigían a los muertos vivientes.

“No estamos muy seguros, pero creo que los enviaron a las aldeas o algo así. Hay muchas aldeas abandonadas y en ruinas por aquí y escuché que las enviaron allí para reconstruir y trabajar en los campos. Ahí es donde ser capaz de dominar a los muertos vivientes es útil. Si no me equivoco, han empezado a cultivar a gran escala con los no-muertos, o algo así. Por eso los precios de los alimentos en este país son bastante baratos.”

“¡No importa que sea barato! ¡Lo importante es que es bueno! ¡Y el vino! Ohhhh, engordé justo después de mudarme a esta ciudad!”

“Si vuelvo así de gordo, mi mujer me gritará.”

“Apenas llegue me dirá. ¿Dónde está mi parte?”

“¡Mejor adelgazo antes de volver a casa!”

“Ahhhhh, tuvimos mucha suerte cuando lo decidimos al azar.”

Ha ha ha ha. Los enanos volvían a reír estruendosamente.

“Por último, esos no-muertos en forma de caballo. ¿Saben sus nombres?”

“No tenemos ni idea. Aun así, no importa si no lo sabemos. No están haciendo daño a nadie. Son una bolsa de huesos, pero son tan fuertes que los hace perfectos para mover mercancías.”

Lo mismo aquí.

“¡Mucha suerte a todos!”

Después de despedirse de los Enanos, el grupo reanudaba su desplazamiento hacia la posada una vez más.

“Capitana. ¿Por qué les preguntó el nombre de esa criatura en forma de caballo?”

Neia estaba desconcertada. Ella había pensado que eso era lo que más disgustaba a su capitán.

“…Gustav. Eso fue porque actuabas de forma extraña cuando viste esa cosa.”

“¿Estás bromeando…?”

“Oye. ¿Sabes el nombre de ese ser no-muerto?”

“…Bueno, un nombre me viene a la mente…pero creo que me equivoqué. No puede ser, probablemente me equivoqué. No puedo imaginarme que podía controlarse a una criatura no-muerta como esa.”

“Bueno, si tú lo dices, que así sea.”

Y ese era el final de toda la conversación.

Poco después, las instrucciones que habían seguido los llevaban ante una lujosa posada, probablemente el Pabellón Dorado que los guardias de la puerta les habían recomendado. Mientras observaban un nombre que estaba escrito en el letrero, debido a la diferencia del idioma, sólo podían hacerse una idea aproximada de su significado. La escritura del Reino era diferente a la usada en el Reino Santo. Muchos años atrás El Reino y el Imperio habían sido el mismo país, por lo que había muchas similitudes entre ellos, pero el Reino Santo nunca había estado atado a ninguno de esos países, por lo que había una gran diferencia entre ellos.

“Gustav, ve a reservar nuestras habitaciones.”

“Entendido. Dos de ustedes, conmigo.”

Gustav era acompañado por dos paladines, rumbo a la posada. Varios minutos después, uno de ellos volvía.

“Capitana, hemos reservado con éxito las habitaciones. Los establos están detrás de la posada, así que está bien que llevemos los caballos allí.”

“De acuerdo, lo entiendo. Escudera Baraja, traiga los caballos.”

“¡Entendido!”

Cumpliendo la orden ataba los caballos a un árbol delante de la posada y luego, uno por uno, los llevaba a los establos. Cuidar de los caballos era un trabajo de escudero, pero la posada también estaba obligada a ayudar, así que Neia aceptaba su buena voluntad y entraba en la posada.

Apenas cruzaba la entrada sentía una fragancia muy especial en el aire que la hacía pensar que quizás era para evitar que el olor de los establos entrara en la posada.

¿Era algún tipo de madera fragante o perfume?

Desde el exterior, por su apariencia parecía del mismo grado que la posada del Reino, pero después de ver su interior, bien podría estar un grado de calidad por encima de esta última. Incluso se sentía un poco incómoda al caminar hacia el interior con su cuerpo sucio pues bañarse para ellos, después de un largo viaje, era esencialmente sólo enjuagarse con agua hasta que pensaban que no apestaban.

Neia se adelantaba a la habitación de la que el personal de la posada le había hablado y llamaba a la puerta.

“¿Quién es?”

“Escudera Neia Baraja.”

Frente a la puerta había un paladín en armadura. Debido a la gran diferencia entre la ciudad de E-Rantel que tenía en su imaginación y la realidad, sentía que incluso el tiempo necesario para aliviar la fatiga del viaje era una pérdida de tiempo y quería salir a explorar tan pronto como fuera posible.

“Has llegado justo a tiempo. Estamos a punto de empezar la reunión.”

Aunque se preguntaba si necesitaba participar, no servía de nada molestarse por eso. La gente de arriba había hablado y obedecerlos era el curso de acción apropiado.

“Entonces vamos a buscar una audiencia con el Rey Hechicero como planeamos. Gustav, cuento contigo.”

“Por supuesto, Capitana. Pero. ¿Qué otra cosa debemos hacer aparte de eso? El plan original era conocer gente con poder y pedir ayuda…”

Ya que Momon era un aventurero, habían planeado en un principio ir al Gremio de aventureros. Sin embargo, según Ryurarius, el Gremio de Aventureros ahora estaba esencialmente cerrado y las peticiones eran manejadas por el Rey Hechicero.

“Vamos a pasar por el Gremio de todos modos. Veamos si podemos atraer a algunos aventureros ociosos e individuos notables para que vengan al Reino Santo.”

“Entiendo, entonces…”

Gustav daba órdenes a dos paladines y de inmediato se ponían en movimiento.

Neia se preguntaba qué tipo de tareas le asignarían.

Por lo general, era trabajo de un escudero pulir la armadura y las espadas de los paladines, lavar la ropa, entre otras tareas diversas. Planchar y arreglar sus ropas arrugadas también era parte de eso. La mayoría de los paladines habían pasado por tales experiencias.

Por supuesto, nuestra increíblemente talentosa capitana, que se había convertido en un paladín sin tener que ser escudera, no podía haber encontrado tales cosas…

“Entonces, ¿qué hay de los otros? ¿Esperarán dentro de la posada?”


“Ahh, cuando estaba juntando rumores en el Reino pensaba que esta sería una ciudad sombría y oscura. Sin embargo, es mucho más ordinaria de lo que esperaba… Confío en que dejar salir a unas cuantas personas no sería un problema.”

“Aunque es difícil de decir en este momento, creo que no debería haber ningún peligro repentino en eso.”

“¿Es así? Entonces que varias personas vayan a los templos y vean si pueden ayudarnos a conseguir a Momon.”

“El rey de esta ciudad es el Rey Hechicero, un muerto viviente. Creo que no será demasiado bueno tener lazos con los templos.”

Publicidad M-M2

“Aún así, somos paladines. ¿A dónde iremos si no a los templos?”

Gustav tenía una cara compleja. Remedios tenía razón.

“Eso también es verdad.”

“Es recomendable que además del paisaje que el Rey Hechicero nos ha permitido ver, también veamos y escuchemos la vida de la ciudad a través de su gente.”

“Creo que lo que has indicado es válido…”

Pero la gran duda se centraba en un punto. ¿Qué harían o como reaccionarían si vieran algo que como paladines no podían tolerar?

Gustav estaba teniendo problemas para responder porque presisamente estaba pensando en esa pregunta.

Neia por su lado también buscaba responder a su manera dicha pregunta.

Los paladines eran seres que encarnaban la justicia, así que tal vez lo correcto para un paladín sería censurar al Rey Hechicero. Sin embargo, si el resultado de hacerlo significaba que el Rey Hechicero no ayudaría al Reino Santo, es decir, que no podrían salvar a las masas de su sufrimiento. ¿Seguiría siendo correcta esta reacción?

Recordaba que su padre una vez había dicho que no entendía la justicia de un paladín. No lo había pensado mucho durante sus días de entrenamiento con el objetivo de convertirse en un paladín. Pero ahora que el Reino Santo estaba en este estado, tal vez su corazón se había vuelto blando y débil, pero ella había estado pensando en esto todo este tiempo.

Quizás sus dudas podían aclararse si pudiera preguntarle a su madre, pero su madre ya no estaba entre los vivos.

Al final, ella sólo podía confiar en sí misma para encontrar la respuesta.

A medida que Neia continuaba reflexionando sobre estas cosas, el diálogo continuaba. Se había decidido que un par de paladines irían a los templos de los Cuatro Dioses, mientras que dos grupos de dos recogerían información en la ciudad. Remedios y los otros se quedaban atrás para ocuparse de cualquier cosa que podía pasar.

Como era de esperar, Neia recibía la orden de pulir su armadura.

Además le indicaban que cuando terminara la reunión se debía encargar de la armadura de todos.

Las limpiaba de suciedad con un paño húmedo.

Como se podía esperar de una armadura mágica, estaban intactas y sin daños. Si hubiera alguna abolladura, había que martillarlas desde el interior, pero si los dedos eran torpes, eso haría que la superficie se deformara y fuera desigual y fea. Neia no estaba segura de sus habilidades en ese sentido pero afortunadamente la armadura mágica que llevaban los paladines eran de una muy alta calidad.

Estaba muy feliz de enterrar su corazón y su mente en el trabajo, así que no necesitaba pensar en cosas innecesarias.

Y así, con su frente sudada, Neia limpiaba la armadura de todos.

♦♦♦

 

 

La audiencia con el Rey Hechicero llegaba antes de lo esperado. Neia no podía evitar sorprenderse. Eso era porque estaba previsto que ocurriera el día después de que Gustav se hubiera ido a recolectar más información que les pudiera ser útil.

Los paladines del Reino Santo, conducidos por Neia, encontraban que la residencia del Rey Hechicero a la que llegaban era bastante austera. Esto llamaba poderosamente la atención. Tal vez podía ser considerado ostentoso para alguien que tan solo gobernaba una ciudad de este nivel, pero claramente no era apto para alguien que se llamaba a sí mismo Rey. A la vista parecía un edificio construido para propósitos prácticos. No poseía la majestuosidad necesaria de un ambiente que albergaba a un Rey ni tenía una posición reverente en la historia, tampoco existía ese aura de estatus ni mostraba los caprichos de alguien que tenía el poder suficiente para gobernar un Reino.

Era demasiado triste comparado con los palacios reales del Reino o el Reino Santo. Sin embargo, este era la residencia del Rey Hechicero. Como esta había sido una vez una ciudad regional del Reino, probablemente había decidido hacer uso de sus instalaciones después de tomar el control de la misma.

Publicidad G-M3



A medida que los paladines se quitaban los cascos y examinaban el castillo, había tenues rastros de desdén que sólo Neia podía captar. Tal vez comparaban su entorno con el palacio real de su pais.

¿Quién podía culparlos por eso?

Y entonces, Neia veía la Nave Fantasma que habían encontrado previamente. Así como los no-muertos caminando por las calles.

¿Por qué un rey que tenía dominio sobre los no-muertos de ese nivel elegiría quedarse en un palacio viejo tan destartalado?

Tengo la sensación de que hay alguna razón para ello… Si él quisiera un lujoso palacio, le sería muy fácil tenerlo pues todo lo que tendría que hacer es ordenar a los enanos que dirigieran a los incansables no-muertos para que construyeran uno…

Mientras pasaban por las puertas del palacio, había dos filas de criaturas no-muertos, parecidas a la que habían encontrado al llegar a la ciudad. A diferencia de los no-muertos que habían visto en la puerta, eran más delgados y cruzaban sus lanzas en el aire entre ellos.

Banderas colgaban de las puntas de las lanzas cruzadas. A la derecha estaban las banderas del Reino Hechicero y a la izquierda las banderas del Reino Santo.

Debajo de las banderas había un pasadizo por el que podían pasar.

Después de eso, sonaba la música. Aunque era una melodía que no había oído antes, probablemente era mejor aceptarla como parte de la ceremonia de recibimiento.

Súbitamente Neia recordaba una conferencia que había recibido una vez.

El factor más importante para resistir los hechizos era tener una mente clara.

No, no había forma de que esto pudiera ser un ataque mágico. Si esto era una trampa, no había necesidad de izar la bandera del Reino Santo.

Neia caminaba en lo que parecía un camino lleno de sorpresas, mientras al mismo tiempo observaba su entorno con mucha atención.

Había una guardia de honor y las banderas del Santo Reino. Esto era una clara señal de que el Rey Hechicero estaba tratando a su delegación como invitados de honor. Es decir que reconocía a Neia y a los demás como embajadores oficiales en el Reino Hechicero, lo que significaba que Neia también tenía que mantener la reputación del Reino Santo.

Ese sentimiento le agradaba, pero al mismo tiempo la llenaba de un estrés agobiante.

Caminaba por el sendero bajo las banderas colgantes y al final del pasaje con cierta delicadeza Neia respiraba sorprendida.

Una bella mujer aparecía ante ellos. Era una belleza de clase mundial.

Es hermosa… Es increíblemente hermosa…

Tenía una belleza inmaculada. Su vestido blanco, incalculablemente caro, carecía de alguna mancha o suciedad.

Su sonrisa compasiva era suficiente para convencerla, era una mujer que podía haber sido confundida con un ángel. Sin embargo, la realidad era una totalmente diferente, dado el par de alas negras que brotaban de su cintura.

“Bienvenidos, damas y caballeros al Reino Hechicero. Por favor permítanme que me presente. Soy la Supervisora de los Guardianes de Piso y Guardianes de Área en todo el Reino Hechicero de Ainz Ooal Gown. Para usar un término que les resulte más familiar, yo soy la Primer Ministro.”

“Le agradezco su cálida bienvenida. Soy la líder del grupo diplomático del Reino Santo, Remedios Custodio y estoy muy agradecida de que hayan hecho arreglos para reunirse con nosotros.”

“No hay necesidad de agradecer. Su Majestad el Rey Hechicero está profundamente preocupado por los acontecimientos dentro del Reino Santo y por lo tanto ha dicho que es evidente que les diese algo de su tiempo.”

“Estamos muy agradecidos por eso.”

Albedo era toda sonrisas y su presencia irradiaba tal energía que aplastaba las palabras de Remedios. Su belleza antinatural era tal que incluso un miembro del mismo sexo…no, era precisamente porque eran del mismo sexo que sería devorada por ella. La línea de visión de Albedo parpadeaba rápidamente sobre todos, incluida Neia.

“Ahora, Su Majestad os está esperando, así que os guiaré a la sala de audiencias. ¿Puedo pedirles que me sigan?”

“Sí, por supuesto. Entonces. ¿Qué tal nuestras espadas?”

“Ah, sí, está el asunto ese.”

Albedo sonreía entre risas.

¿Por qué sonreía así? Se preguntaba Neia. Los Protocolos normalmente exigían que no podían llevar armas a la presencia de un rey, así que normalmente se les pedía que entregaran sus armas. Esto también era una muestra de confianza de la otra parte.

“Normalmente, nos aferraríamos a ellas para su custodia, pero no hay necesidad de ello.”

“Pueden llevar sus armas.”

Albedo decía algo que Neia no podía comprender.

Remedios también pensaba “¿por qué?”. Seguramente alguien que había pasado todo su tiempo al lado de la Reina tendría aún más razones para cuestionar esto.

Ante las justificadas dudas de los visitantes, Albedo volvía a sonreír.

“Naturalmente, esto se debe a que confiamos en nuestros honorables invitados del Reino Santo y también porque nosotros, como nación que contiene muchos muertos vivientes, debemos parecerles un país bastante extraño. Por lo tanto, siento que permitirles mantener sus espadas los tranquilizará. Por supuesto, no tenemos intención de hacerles daño. Pero si ustedes desean dejarlas con nosotros, podemos cumplir esa petición.”

“Ya veo, siendo así nuestra Nación aceptará la buena voluntad de Su Majestad… Les solicito que guarden las espadas de todos excepto la mía. Le pido disculpas, pero porto un tesoro nacional de mi país, así que espero que entienda que no puedo desprenderla de mis manos bajo ninguna circunstancia.”

“Entiendo.”

Albedo miraba hacia un lado y la criatura no-muerta que aparecía tomaba sus espadas para guardarlas.

Quizás había paladines que no estaban contentos de dar sus espadas a los no-muertos, pero como su Capitán se los había ordenado, no había forma de que pudieran negarse.

Neia miraba a Albedo mientras entregaba su arma.

No había manera de saber lo que estaba pensando mientras seguía sonriendo de esa hermosa manera. Más bien, se podía decir que ella los había mirado con pura buena voluntad, como si estuviera prodigando bondad sincera a Neia y a los demás. Sin embargo. ¿Era correcta la evaluación de Neia? Por ejemplo, cuales serían las consecuencias si había un significado más profundo…

Estaba permitiendo que gente armada se pusiera de pie ante su amo. ¿Era debido a una orden del Rey Hechicero? O… ¿Era porque sabía que no había forma de que pudiéramos hacerle daño?

El Rey Hechicero era un mago increíblemente poderoso. ¿Quizás era la arrogancia de creer que ninguna cantidad de paladines del Reino Santo podía derrotarlo?

O quizás tenía guardias no-muertos listos para la batalla. Albedo-sama no parecía tener ninguna habilidad para pelear…

La Primer Ministro, cuya belleza extraordinaria la mostraba lo más alejada posible de la violencia, sonreía con gentileza.

“Ahora, todos. El Rey Hechicero espera. Por favor, entren y reúnanse con él.”

♦♦♦

 

 

La sala del trono tampoco era tan lujosa como ella se había imaginado. Parecía que había sido puesta en servicio inmediatamente después de ser tomada, sin ninguna renovación.

Sin embargo, el trono mismo resplandecía brillantemente. Se podría decir que irradiaba un resplandor dorado. Seguramente no era forjado de oro macizo. Probablemente debía ser forrado con láminas de oro. Pero aun así, uno podía ver cuánto esfuerzo y gasto debía haber sido necesario para hacerlo, dado el tamaño del trono.

A continuación, la bandera detrás del trono era igual de impresionante. Estaba hecha de algún tipo de tela y de color negro azabache, con una profundidad inconmensurable. Una ligera alteración en los niveles de luz podía hacer pensar que era de un púrpura profundo.

“Saludos, Su Majestad.”

“Todos, inclinaos.”

Ordenaba Remedios.

La escena era espectacular. Paladines inclinándose ante los no-muertos. Aunque Neia se sorprendía de cómo Remedios podía tomar una decisión como esa, no ofrecía resistencia al caer sobre una rodilla y bajar la cabeza. Como escudera que era, ella había aprendido esta práctica ceremonial. Dicho esto, su experiencia con los reyes se limitaba a ver al Rey Santo una vez, como escudera.

Bajaba la cabeza mientras movía los ojos frenéticamente robando miradas a los paladines que la rodeaban.

Parece…que todo está bien.

Obviamente esa era su impresión, tomada con base en mirar solamente sus espaldas. Quizás si ella los hubiera visto de frente, podía haber obtenido una conclusión totalmente diferente pues habría podido observar la cara pálida de la mayoría de ellos.

¡Estará bien! No había sido regañada por nadie, ni siquiera delante del Rey Santo-sama. Papá dijo que yo también lo había hecho bien e incluso me había elogiado.

“Anunciando la llegada de Su Majestad, Ainz Ooal Gown.”

Mientras Albedo hablaba desde donde estaba delante y al lado de su grupo, Neia escuchaba un sonido muy tenue que sólo ella podía captar, como el de un papel rasgandose, seguido por el sonido de pisadas y un pon pon, un sonido de algo duro golpeando el suelo. Pronto, sentía que alguien estaba sentado en el trono.

“Les doy la bienvenida, levanten la cabeza.”

Era muy difícil respirar durante este tiempo. Mirar hacia arriba demasiado temprano o demasiado tarde sería una violación de la etiqueta. Después de unos segundos, levantaba silenciosamente la cabeza.

Y entonces, el ser delante de Neia capturaba su atención.

Overlord Volumen 12 Capítulo 2 Parte 4

 

Era el Rey Hechicero, Ainz Ooal Gown…

Puntos de luz roja brillaban dentro de las orbitas oculares de su cráneo desnudo, junto con una apariencia dignamente no-muerta. Sin embargo, Neia sabía que era algo totalmente distinto.

Publicidad M-M3

Lo primero que la sorprendía era su ropa.

Vestido más ricamente de lo que un noble estaría en su fiesta para celebrar la herencia de su título.

La longitud y extensión de sus túnicas parecían muy cómodas y las mangas estaban sorprendentemente sueltas. El dobladillo y las mangas estaban ligeramente decoradas con oro y púrpura. Llevaba atada a la cintura una banda, pero era extraña y no extraña al mismo tiempo. Por muy raro que fuera, exudaba un sabor exótico y “bello” era la única palabra que ella podía usar para describirlo.

Además, usaba un par de guantes del mismo color que sus ropas, provistos de placas de metal que brillaban en todos los colores del arco iris y esa mano sostenía un bastón místico que parecía como si fueran siete serpientes enrollándose una alrededor de la otra. Debía haber sido la fuente del sonido duro de antes.

Sin embargo, era el halo de irradiación obsidiana que había detrás de él lo que era verdaderamente sorprendente.

…¿Era realmente un no-muerto? De ninguna manera…

En la mente de Neia, los no-muertos eran criaturas como Zombis, Esqueletos, Ghasts y otras criaturas semejantes.

En ese caso, el Rey Hechicero no podía ser descrito como uno de los no-muertos a los ojos de Neia. Por una razón desconocida su cara esquelética no la asustaba. De hecho, se podía decir que tenía un aire de pureza y santidad.

Era un ser poderoso, un ser asombroso, un ser cuyo poder excedía la capacidad de su mente para captar su total significado. En otras palabras, era un Ser Supremo.

Neia olvidaba a Albedo, que estaba junto al trono y miraba con ternura al Rey Hechicero. Se había quedado absorta observándolo.

Lo que la traía de vuelta a sus sentidos era el…

“Bien, entonces.”

Que decía el Rey Hechicero.

“Han recorrido un largo camino desde el Reino Santo, Remedios-dono y ustedes, damas y caballeros de la orden paladina.”

“Muchas gracias, Su Majestad.”

“Aunque podíamos haber organizado un banquete de bienvenida para ustedes, no confío en que ninguno de ustedes esté de humor para tal cosa. Por lo tanto, he tomado el tiempo fuera de mi apretada agenda para arreglar una audiencia con ustedes. Siendo así, en lugar de perder el tiempo en juegos de palabras inútiles y halagos insinceros vayamos directo al corazón del asunto. Espero que no haya objeciones a esto.”

“Para nada, Su Majestad.”

“Muy bien. Entonces, dígame el estado actual del Reino Santo. Hablar sin engaño u omisión le permitirá al Reino Hechicero ayudarlos mejor.”

Después de que Remedios le indicara su comprensión, ella abría su corazón y explicaba en detalle con respecto al estado del Reino Santo.

Neia no entendía cuál era el razonamiento que la había llevado a ser tan comunicativa y tan abierta con su información. Aunque, era muy probable que Remedios sintiera que pensarlo por sí misma era problemático.

El contenido de su discurso era como el que Gustav le había dicho a Blue Rose y terminaba diciendo que la situación en primera línea estaba tensa. Probablemente no quería decir a otra nación algo como que el Reino Santo estaba en vísperas de la destrucción y mucho menos a un rey no-muerto.

“Ya veo. Entonces. ¿Cuál es su objetivo al venir a mi país?”

“Deseamos presentar una petición a Su Majestad. Dicen que el aventurero llamado Momon que ha jurado ante usted, podría luchar a la par con Jaldabaoth, así que nos gustaría poder tomar prestado a ese guerrero. Le ruego que envíe al guerrero Momon a nuestro país.”

El resplandor carmesí en los ojos del Rey Hechicero desaparecía repentinamente y luego se volvía a encender un momento después.

“Como pensaba. También he preparado una respuesta para esta eventualidad…que sería no.”

“¿Puedo preguntar por las razones que llevaron a esa respuesta?”


“Bueno, él es algo así como un símbolo en mi nación. Una parte irremplazable de mi país. Precisamente porque él está cerca, la gente puede vivir tranquila con su corazón.”

“¿Pero no comanda usted legiones de muertos vivientes, Su Majestad?”

“Huhuhuhu.”

El Rey Hechicero se reía en silencio.

“Parece que ustedes, damas y caballeros del Reino Santo, han visto mis fuerzas de no-muertos y las han considerado bastante satisfactorias. Les ofrezco en préstamo estas tropas de no-muertos en reemplazo de Momon. ¿No les parece aceptable este ofrecimiento? Confío en que todos habrán visto y comprobado que todos los no-muertos que mando son bastante poderosos. Deberían ser capaces de eliminar un simple levantamiento demihumano.”

Ante este ofrecimiento Remedios se quedaba sin palabras.

Probablemente se imaginaba la vista de sí misma dirigiendo un ejército no-muerto de regreso al Reino Santo. ¡Imposible! ¡Fuera de todo lugar! ¡Abominable! ¡Inimaginable. Comandar a los no-muertos era totalmente antitético para un paladín.

Era verdad que los no-muertos tenían muchas ventajas como tropas. No necesitaban comer ni descansar, podían esperar en medio de la selva primitiva y se les podía llamar un ejército ideal.

Sin embargo, reclutar a los no-muertos, llamados enemigos de todas las criaturas vivientes debido a su odio a la vida, en sus fuerzas era más aterrador que cualquier otra cosa. Para empezar, traer las tropas de otra nación a su propio país ya era una fuente de malestar. Era fácil de deducir que después de ayudarlos a resolver sus problemas, ellos podían entonces proceder a conquistar el Reino Santo.

“En, en ese caso…”

El Rey Hechicero se reía entre dientes ante la perturbación de Remedios.

“Efectivamente, Remedios-dono. Hay algunos en mi país que piensan igual que tú. El uso de los no-muertos para la agricultura, la labranza y la seguridad son aplicaciones que la gente está aceptando cada vez más. Pero desafortunadamente aquellos de mis ciudadanos que tienen poco contacto con estas actividades no han llegado a aceptarlas por completo. Por supuesto, la situación es mucho mejor que cuando estaba estableciendo mi Reino, pero se necesitará más tiempo para ello. Momon puede escuchar sus preocupaciones y aliviarlas de muchas maneras. Si lo envío ahora, no se sabe cómo el descontento de la gente podría estallar.”

“En ese caso Majestad seguramente los paladines podemos quedarnos aqui y completar el trabajo de construir la confianza en los no-muertos. Lo haríamos con mucho gusto. Mucha gente sabe que los paladines son los enemigos de los no-muertos. ¿No sería muy útil y eficaz que nos quedáramos y declaráramos que los no-muertos de Su Majestad son dignos de confianza?”

“Umu…esa es una propuesta digna de consideración.”

Después de un breve período de meditación, el Rey Hechicero volvía su rostro hacia la mano que no llevaba su bastón.

“…Hmm. Uno puede confiar en alguien que ha pasado por las mismas dificultades que ellos. Seguramente no hay manera de que crean a alguien que apareció de la nada y dijo que los no-muertos eran sus amigos. ¿Verdad? Como yo pensaba, no podrás reemplazar a un aventurero adamantita, que ya es famoso en toda la ciudad.”

Su lógica era impecable.

Por lo tanto, ella no podía refutarlo con lógica. Además, Remedios sentía que usar cualquier forma de atracción emocional sería aún menos efectiva.

El Rey Hechicero preguntaba entonces a Remedios sin mediar palabra alguna.

“…Muy bien. Entonces cambiemos de tema. Deseo preguntar por algunas personas que no mencionaste, Remedios-dono. En el pasado, Momon me dijo que Jaldabaoth comandaba doncellas de considerable poder. ¿Puedo preguntarles si ustedes, damas y caballeros, se han encontrado con gente vestida así en el Reino Santo?”

“No hemos encontrado a nadie vestido así en el Reino Santo. De hecho, sólo nos enteramos de ellas por primera vez cuando conversamos con Blue rose del Reino.”

“Ya veo…lo que significaría que las doncellas podrían ser la carta de triunfo de Jaldabaoth. ¿O eso significa que están activas en otros lugares?”

“No podemos estar seguros.”

“…Creo que mencionaste que el Reino Santo del Sur seguía aguantando. ¿Mantiene comunicaciones secretas con ellos?”

“Hasta cierto punto, sí.”

“…¿Entonces no se han infiltrado todavía en el sur? Tal vez estaba pensando demasiado las cosas. Umu…”

El Rey Hechicero de repente miraba al techo.

“¿Su Majestad siente que los secuaces de Jaldabaoth se han infiltrado en el sur?”

“Yo no dije eso. Pero yo estaba pensando que, si él poseía peones tan poderosos ¿Por qué no los ha usado todavía?… Y creo que le pedí una revelación completa al principio. ¿No lo hice? Por lo tanto, permítanme ir al grano. ¿Qué tipo de remuneración puede ofrecerme el Reino Santo a cambio de la ayuda que mi nación puede proveer?”

Era una pregunta perfectamente normal y totalmente esperada. Sin embargo, contestarla era muy difícil.

“Podemos ofrecer la amistad, confianza y respeto de mi país.”

El Rey Hechicero resoplaba ante la respuesta de Remedios.

Sin embargo, no se podía concluir que la respuesta de Remedios hubiera sido incorrecta. Había momentos en los que todo eso era lo que un paladín necesitaría para precipitarse en una batalla de vida o muerte. Aquel que defendía un pueblo pobre que no podía permitirse pagar una recompensa adecuada y desafiaba a una horda demihumana, sería considerado un ejemplo ante los paladines.

“Eso es lo típico que diría un paladín. Quizás uno de mis amigos del pasado bien podría haber estado dispuesto a tomar medidas basándose sólo en eso. Pero desafortunadamente, esas palabras no pueden conmoverme. He dicho antes que no se dejen engañar por los halagos sin sentido. ¿Puedes ofrecerme algún beneficio tangible?”

“¿Está diciendo que Momon-dono es amigo del Rey Hechicero? ¿Está dirigiéndose a él tan familiarmente porque no es sólo un subordinado?”

Mientras Neia reflexionaba sobre esa pregunta, Remedios permanecía en silencio.

No.

La cruda realidad y que no se podía decir era que Remedios Custodio no estaba en posición de hacer ninguna promesa de ese tipo.

¿Qué pasaría después de que derrotaran a Jaldabaoth?

Por supuesto que lo primero que necesitaban hacer era nombrar al próximo Rey Santo. Sin embargo, la probabilidad de que tal persona escuchara las palabras de un paladín sería muy baja. Si fuera elegido de los nobles del sur, que nunca se habían llevado bien con ella, Remedios y los otros probablemente estarían bajo arresto domiciliario por su incapacidad para proteger a la Reina Santa.

En ese caso, incluso si lograban forjar un pacto con el Rey Hechicero, no había ninguna garantía de que dicho pacto realmente sería respetado. Estaba fuera de duda que este grupo tuviera el derecho de representar a su nación en negociaciones tan delicadas y con implicancias tan sensibles como el probable sometimiento ante otra nación. En última instancia, el verdadero propósito de esta delegación de embajadores había sido crear simpatía entre los comuneros que no entendían la situación.

Por esa razón, no tenían la capacidad de hacer promesas. Nadie podía representar por sí solo a un país entero. El único que podía hacer eso era su rey.

“Perdóneme, Su Majestad. Soy el vicecapitán Gustav Montanis, sirviendo bajo el mando de la capitána Custodio. Por favor, permítame hablar en su nombre.”

El Rey Hechicero levantaba levemente su barbilla, para indicar que el hombre debía continuar.

“Muchas gracias.”

“Lo que Su Majestad pide es algo que no podemos garantizar. Incluso si reclamamos el territorio del Reino Santo, restaurar la tierra que ha sido devastada por Jaldabaoth llevará mucho tiempo. No creo que podamos ofrecerle nada de lo que podamos prometer aquí con tanta prisa. Sin embargo, hay una cosa que quiero decirle a Su Majestad y es el peligro de Jaldabaoth.”

“Umu…sigue adelante.”

“Sí. Los demihumanos desorganizados que amenazaron al Reino en el pasado están ahora bajo el dominio de Jaldabaoth. Si Jaldabaoth no es detenido ahora y se le permite esconderse, no hay manera de saber qué tipo de preparativos puede hacer y dónde se mostrará de nuevo.”

“En otras palabras, está diciendo que ahora es el mejor momento para matarlo, dado que ha mostrado su rostro. Por lo tanto, uno debe erradicar las semillas de cualquier posible discordia lo antes posible. ¿Es eso lo que estás diciendo?”

“Es como usted dice. No esperaba menos de Su Majestad. Por lo tanto. ¿Podemos suplicarle que envíe a Momon-dono?”

“Ya veo. Es una razón perfectamente comprensible. De hecho, ya es hora de que este Jaldabaoth sea exterminado.”

“En ese caso…”

Justo cuando la cara de Gustav se iluminaba de alegría, el Rey Hechicero extendía una mano para detenerlo antes de golpear a su bastón en el suelo.

“Sin embargo, enviar a Momon sigue siendo muy difícil. Incluso si derrota a Jaldabaoth, la ausencia de Momon provocará malestar en nuestra situación política y alarmará a la gente. En ese caso. ¿Qué se debe hacer? Si tuviera más tiempo para estabilizar la política interna de mi nación, enviaría a Momon…con su aprobación, por supuesto. Según lo que han dicho hasta ahora, debían de ser capaz de resistir un poco más hasta que el llegue.”

“Pero, por supuesto… ¿Cuánto tiempo llevará?”

“Umu… Albedo ¿Qué te parece?”

La Primer Ministro que había estado al margen de todo esto mientras tanto informaba a su amo por primera vez.

“Después de considerar la inducción y adaptación gradual de los demihumanos en nuestra nación, demorará el proceso más de lo anticipado. Podría tomar varios años. Sí…si tuviéramos cinco años, no sería un problema.”

“Sólo eso. Confío en que será suficiente.”

Cinco años. Gustav saboreaba las palabras en su boca antes de agitar suavemente la cabeza.

“En ese caso, el tiempo…”

“Ya veo…de hecho. Debería haber considerado la situación de su país. Después de todo, es un pedido de una nación amiga.”

El Rey Hechicero ponía especial énfasis en las palabras “nación amiga”.

“Nuestro país hará todo lo posible para acortarlo esta vez. Albedo ¿Cuánto tiempo mínimo se necesita para llevar esto a cabo?”

“En ese caso podría ser tal vez tres años. Sin embargo, eso podría llevar a disturbios en nuestro país.”

“Eso no se puede evitar. Estamos salvando un país amigo, después de todo. Supongo que habrá alguna pérdida de vidas por nuestra parte…bueno, metafóricamente hablando.”

El Rey Hechicero parecía estar bromeando, pero nadie se reía.

“…Hmm. Entonces. ¿Qué te parece eso? Lo hemos reducido en dos años.”

Ya había hecho una concesión de dos años, pero era claro para ellos que incluso tres años eran demasiado tiempo. ¿Cuánto daño podía ocurrir durante ese tiempo? Y entonces, estaba la pregunta de si el Reino Santo podía incluso sobrevivir como nación durante ese tiempo. No. No había manera de que pudieran lograrlo. Sin embargo, si salieran y dijeran eso, tal vez incluso la promesa de enviar a Momon después de tres años también podía convertirse en algo discutible.

Sin embargo, la posibilidad de salvación del Reino Santo estaba ante sus ojos.

Uno de los miembros de la delegación pensaba que tal vez había venido aquí para este momento. Debía apostar su vida por ello.

Después de prepararse para morir, Neia respiraba hondo y hablaba.

“Mis más sinceras disculpas, Su Majestad el Rey Hechicero.”

“…¿Quién eres tú?”

“Soy Neia Baraja, escudera de la orden paladina del Reino Santo. Entiendo que esto es muy grosero, pero permítame que le pida el envío en el tiempo más corto posible de Momon-dono.”

El Rey Hechicero parecía estar pensándolo profundamente.

“¡Neia! ¡Cómo se atreve una simple escudera como tú a rogarle un favor al Rey Hechicero!”

Sólo se le ocurría una cosa cuando Neia escuchaba la reprimenda de Remedios.

Si tiene que matar a su escudera por su conducta irrespetuosa, por favor espere un poco más.

“Ahh, está bien. Neia, ¿verdad? En ese caso. ¿Cuánto tiempo antes te gustaría que enviara a Momon?”

“Siento que debe ser enviado lo antes posible. Sería de mucha ayuda si pudiera llegar en tan solo un día.”

“¿Insistes en tu petición, aunque sabes que enviar a Momon dañará el reino hechicero?”

“¡Sí!”

Neia inclinaba la cabeza.

Hacía tiempo que se había preparado para pedirle a su capitana que tomara su cabeza si sus palabras disgustaban al Rey Hechicero. Pensaba que de esta manera podía pagar sus pecados con su vida.

Cerraba los ojos, porque sabía que su cabeza podía ser cortada en cualquier momento.

“¡Su Majestad! Me disculpo sinceramente por la falta de respeto de mi escudera. Nunca hemos albergado la más mínima intención de dañar al Reino Hechicero.”

“No, no te preocupes. Como residente del Reino Santo, es natural querer salvar la patria a expensas de los demás… Umu. Albedo. ¿Podemos reducirlo a menos de dos años?”

“Creo que sería muy difícil.”

“En verdad. Aún así, hazlo.”

Neia miraba reflexivamente al Rey Hechicero.

“¡Sí! ¡De inmediato, Su Majestad!”

Quizás las alas de Albedo temblaban porque estaba inquieta por este imprudente esfuerzo, especialmente cuando la poderosa voz de ese gobernante absoluto se dirigía hacia ella.

“Neia… Baraja. ¿Qué tal dos años? Quizá sea demasiado tiempo para ti, pero deberían aguantar mientras los ejércitos del sur permanezcan. Creo que es razonable.”

De hecho, dos años era demasiado tiempo. Sin embargo, ella no podía imponerse más a la generosidad del Rey Hechicero.


“¡Muchas gracias, Su Majestad!”

La gratitud en su voz era genuina, porque sentía que las posibilidades de la salvación de su nación habían surgido justo ahora.

Después de eso, Remedios inclinaba la cabeza.

“¡Muchas gracias, Su Majestad! Estamos profundamente agradecidos de que haya accedido a la petición de nuestra escudera.”

“Está bien. Capitana Custodio, tiene una buena mujer a sus órdenes. Si ella no amara tan profundamente a su país. ¿Cómo se atrevería una simple escudera a hacer semejante súplica al gobernante de otro país?… No estoy tratando de culparla, por supuesto.”

“No, estoy segura de que debe estar encantada con las palabras de Su Majestad.”

“De verdad. Entonces eso será todo. Este ha sido un diálogo beneficioso.”

“Anunciando la salida de Su Majestad, el Rey Hechicero.”

Publicidad M-AB

Neia inclinaba la cabeza en respuesta a las palabras de Albedo.

Una vez más, el bastón golpeaba a lo largo del suelo a tiempo con sus pisadas, de la misma manera que lo había hecho cuando había entrado. Esos sonidos se alejaban cada vez más lejos y pronto oían el sonido de la puerta cerrándose. El Rey Hechicero probablemente había salido de la habitación.

“Se ha ido.”

Cuando Neia levantaba la cabeza, veía a una Albedo de mejillas rojas sonriendo y diciendo.

“Entonces, por favor, permítanme acompañarlos afuera.”

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

26 Comentarios
Mas Votados
Mas Recientes Mas Antiguos
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios