Overlord

Volumen 14: La Bruja del Reino Caído

Capítulo 4: Una Trampa que lo Atrapa Todo

Parte 1

El sonido de pasos sonaba cuando Hilma conducía a tres de sus asociados de los Ocho Dedos a lo largo del corredor de una mansión. Se dirigían hacia la habitación gigante que había elegido uno de los subordinados del Rey Hechicero.

El resto ya estaban allí, esperando la llegada del enviado del Rey Hechicero.

Lo hicieron porque, aunque el subordinado del Rey Hechicero había especificado el día que tenían que reunirse en esta mansión, no habían especificado la hora. Por esa razón, Hilma y el resto de los Ocho Dedos estaban en rotación en el pasillo para evitar un escenario en el que el enviado llegara y lo encontrara vacío.

Si hacían esperar al enviado, sería increíblemente irrespetuoso. Existía la posibilidad de que ellos también tuvieran otra probada del infierno. No importaba cuán minúscula fuera esa probabilidad, tenían que evitarla a toda costa.

Los cuatro habían estado caminando en silencio por un minuto.

Aunque eso se debía en parte al gran tamaño de la mansión, también se debía a que habían amueblado una habitación lejos del salón principal para que fuera la sala de reunión. Si bien podía haber sido mejor haber amueblado una habitación más cercana al pasillo para que fuera un salón, después de deliberar sobre este asunto, finalmente decidieron usar las habitaciones cercanas al pasillo como depósito de equipaje.

El silencio no era exactamente insoportable, pero uno de ellos, Perianne Porson, comenzaba a hablar.

“¿No es un poco ruidoso?”

Hilma se concentró.

De hecho, podía escuchar el sonido de los niños retozando. Dicho eso, sonaba como algo que estaba demasiado lejos de la mansión. Era lo suficientemente silencioso como para no poder escucharlo a menos que lo intentaras. Esto se debía a que la sala estaba muy alejada del ajetreo de la vida, esa era también la razón por la que habían elegido usar las habitaciones cercanas a la sala para el almacenamiento.

Aun así, incluso si Hilma y compañía no lo hubieran encontrado molesto, si el enviado del Rey Hechicero se molestara por esto, ni siquiera podrían imaginar las consecuencias que surgirían.

“Tal vez un poco. ¿Deberíamos decirles que se callen?”

Todos estaban de acuerdo con Olin. Si fueran a advertir a las personas que siguen en la rotación, los demás deberían haber advertido a los niños para cuando les tocara descansar.

¿Se quitó un peso de los hombros de Olin porque había hablado? Él procedió a decir aquello que todos tenían en mente, pero nunca dirían.

“Pero… ¿Verdaderamente vendrá a rescatarnos?”

Probablemente no quería decir eso, pero el estrés de tener que esperar al enviado del Reino Hechicero probablemente lo había afectado.

Habían pasado siete días desde que el ejército de 400,000 hombres del Reino había comenzado su marcha. Poco después de que eso sucediera, escucharon rumores de que el ejército del Reino Hechicero había comenzado a acampar cerca de la capital. Aunque eso fue hace solo un día, el estrés mental que estaban experimentando superaba con creces la fatiga física que también estaban sufriendo.

Habían recibido sus órdenes de uno de los subordinados del Rey Hechicero hace aproximadamente un mes, cuando la guerra acababa de comenzar.

Poco después que el Reino Hechicero había comenzado su marcha hacia la capital, se les había dicho que eligieran alrededor de mil personas del Reino que fueran leales de sobra para poder servirles en el futuro. Los elegidos serían llevados a un lugar seguro.

Por esa razón, mil personas relacionadas con los Ocho Dedos se habían reunido en este lugar.

Sin duda, los Ocho Dedos era una organización gigante si contabas los gruñidos también. De sus filas, Hilma y el resto habían elegido al grupo excepcional y leal, así como a los miembros de su familia también. Por eso había niños presentes.

De lo que no estaban seguros era si realmente vendrían a salvarlos o no.

Los líderes del sindicato de los Ocho Dedos eran todas personas que habían prometido a otros que los salvarían, pero que los arrojarían una vez que ya no fueran útiles. ¿Era su turno esta vez? Estos pensamientos permanecían en sus mentes generando dudas inquebrantables.

Hilma no miró a sus asociados, pero dijo.

“Creo en las palabras de Su Majestad el Rey Hechicero.”

Para Hilma, lo que Olin había expresado era su desconfianza hacia la sinceridad del Rey Hechicero. Olin entraba en pánico. No, estaba mortificado y comenzó a decir.

“¡Yo-yo también lo creo! Lo que acabo de decir no fue para desacreditar a Su Majestad el Rey Hechicero.”

El sonido de la voz de Olin cubría cualquier sonido que los niños pudieran haber hecho mientras resonaba por el pasillo. Olin se daba cuenta de lo que acababa de hacer e inmediatamente cerró la boca y bajó la cabeza.

Nadie más habló mientras se desplazaban a lo largo de todo el pasillo.

Cuando se abrió la puerta, lo que los saludó fue lo que esperaban. Las sonrisas cansadas de sus otros asociados.

El enviado del Reino Hechicero aún no había llegado.

La emoción mezclada de alivio e impaciencia surgía en el corazón de Hilma. Seguramente sus compañeros sentían lo mismo.

“Han llegado. Ahora bien, nos iremos a descansar. Si llega el enviado…”

Un objeto mágico en forma de campanilla descansaba donde Noah Zweden estaba mirando.

Si uno de los dos sonaba, el otro también sonaría.

Sin embargo, si la distancia entre ellos fuera demasiado grande, no tendría ningún efecto. Además, esa era la única forma en que ambos podían comunicarse entre sí, por lo que no era exactamente la mejor herramienta para la comunicación. Esta tarea era lo suficientemente fácil como para que pudieran usarla para este propósito.

“Ahhh, déjamelo a mí.”

Como su representante, Perianne le respondía.

“Dime. ¿Todavía tengo que esperar aquí? Hemos perdido suficiente tiempo, el Rey Hechicero… Su Majestad. Lo entiendo, lo entiendo. No hay necesidad de mirarme con esos ojos de miedo.”

Decía un hombre alto y delgado.

Ese era el jefe de la división de comercio de esclavos, Cocco Doll.

La primera línea del ejército del Reino había sido reforzada por los prisioneros que habían sido mantenidos cautivos en la capital. Cuando fueron liberados, durante el caos y la confusión de esos pocos días, Cocco Doll había sido rescatado y llevado a esta mansión.

Al principio, tenían dos formas en que podían haber tratado con Cocco Doll.

Si era enviado a luchar contra el Reino Hechicero, no tenían ninguna duda en su mente de que habría muerto, por lo que su rescate no fue controvertido. Lo que era controvertido era cómo debían presentarle al Rey Hechicero.

Algunos pensaron que debido a que era un jefe regular, no importaría si no lo presentaban en absoluto. Otros pensaban que, si el Rey Hechicero ya lo conocía y no lo presentaban, terminaría en una tragedia.

Querían evitar ponerse en peligro por muy improbable que fuera, por lo que se decidieron por lo último.

Su oportunidad de presentarlo, de colocarlo en la tajadera, estaba a punto de llegar.

Todos estaban de acuerdo en que era el primero que tenían que presentar, para eliminar cualquier duda de que intentaban ocultarlo.

“Tienes que esperar aquí para que el enviado de Su Majestad el Rey Hechicero pueda verte bien.”

Por esa razón, tenía que esperar en esta habitación. No sabían cuándo vendría el enviado después de todo. Comía y dormía en esta habitación y por eso estaba absolutamente disgustado.

“Quiero decir, les he estado agradeciendo a todos constantemente, agradeciéndoles por sobornar a los guardias para que no me traten tan duramente en la cárcel y agradeciéndoles por salvarme del bosquejo, por haber salvado al pobre y viejo yo.

“¿Qué estás tratando de decir, Cocco Doll?”

A la pregunta de Noah, Cocco Doll respondía con una mirada penetrante.

“Ustedes se han molestado en salvar a alguien que ha perdido todo su poder, conexiones y lacayos. ¿No es eso demasiado sospechoso? ¿Cuál es su objetivo? ¿Por qué han reunido a todos los relacionados con los Ocho Dedos aquí? ¿Estáis planeando matarme?

“¿¡¡Hah!!?”

Hilma estaba completamente congelada. No, no era solo Hilma, todos los demás en la habitación excepto Cocco Doll estaban igual.

Si fueran igualmente culpables, ninguno de ellos podía lavarse las manos de su sangre, probablemente era lo que quería decir:

“¿Q-Qué? Sus expresiones… Acerté… ¿No?”

Hilma observaba sus alrededores. Todos tenían la misma expresión. Una que decía “Este tipo va a tener problemas pronto.” Ella habló como su representante.

“¿De qué estás hablando, Cocco Doll? No, Apéritif. ¿No somos socios?”

“¿Hah?”

Esta vez era el turno de Cocco Doll para sorprenderse. Su expresión era brutal, casi hilarante.

“Tú. ¿Cuál es tu objetivo? Ah, lo entiendo. ¡Todos ustedes son monstruos con sus pieles! ¡Es por eso que cada palabra que sale de sus bocas es un elogio para el Rey Hechicero!”

Cocco Doll gritó con una expresión que era un cruce entre el pánico y el miedo. El monstruo del que hablaba era un cuento popular que las madres solían usar para asustar a sus hijos cuando estaban inquietos por la noche. La mayoría de los aventureros estaban de acuerdo en que tal monstruo realmente no existía.

“¡Pensé que algo estaba mal desde el principio! El hecho de que empezaste una dieta al mismo tiempo era bastante sospechoso. ¡Incluso si reconozco ese punto, la figura de Hilma es tan poco elegante! Ella es demasiado delgada para estar sana. ¡Todo esto podría explicarse si ustedes solo fueran monstruos con sus pieles!”

Hilma miraba a Cocco Doll con calidez en los ojos. Tal dicha, no la había experimentado desde que había salido de ese infierno.

“¿Q-Qué? Tu expresión…”

“No, no te preocupes por mí, Apéritif. Me halaga tu observación.”

“¿Huh?”

“¿Qué?”

“No, no, nada… Nada en absoluto… Estoy hablando en serio, te estoy preguntando sin rodeos. ¿De verdad eres Hilma? ¿Hilma Cygnaeus? ¿No es una hermana gemela o algo así? ¿Te lavaron el cerebro?”

“¿Realmente he cambiado tanto?”

No estaba hablando de lo flaca que se había puesto. Probablemente estaba hablando de su personalidad, ella se había suavizado mucho respecto a como era antes. Normalmente, eso sería un cambio positivo, por lo que su sospecha de ella era sorprendente por decir lo menos.

“Por supuesto, es como si fueras una persona completamente diferente. No, eso se aplica a todos. ¿Los monstruos realmente robaron vuestras pieles?”

“Solo podría decir que experimentamos ciertas cosas que nos hicieron así.”

Todos estaban de acuerdo con lo que Noah había dicho. Cocco Doll estaba aterrorizado.

“¿Qué pasó?… Aunque no quiero escucharlo, todavía quiero saberlo. Uste…”

Una oscuridad delgada, interminable y circular apareció de repente en la habitación. Un objeto semi-ovalado comenzaba a emerger del suelo.

Hilma reconocía esto, era el hechizo [Puerta] que la había llevado tantas veces. Era un hechizo de alto nivel, lo suficientemente alto como para que no hubiera lanzadores de magia dentro del Reino que fueran capaces de hacerlo. Solo un subordinado del Rey Hechicero sería capaz. Ella ya sabía qué significaba la aparición de este hechizo.

Hilma apresuradamente se arrodilló. Después de un tiempo, sentía que Cocco Doll hacía lo mismo.

Hilma enterró la cabeza y apretó el puño.

Había dos resultados posibles.

Estaban siendo eliminados o salvados.

Se podían escuchar los pasos de una persona.

“Pueden levantar la cabeza ahora.”

Frente a la [Puerta] había una doncella cuyo tamaño de busto no coincidía con su edad aparente. Aunque no la había escuchado revelar su nombre directamente, Hilma sabía que se llamaba Shalltear. Nadie aquí era lo suficientemente valiente como para referirse a ella por su nombre, incluso alguien tan despistado como Cocco Doll podía verla solo por la atmósfera de la habitación.

“Estoy aquí para recuperarlos a todos. Aunque escuché que habría más o menos mil-arinsu, ¿Podrían traerlos de inmediato-arinsu?”

“¡Entendido! ¡Por favor, espere un momento!”

Olin salió corriendo de la habitación a toda velocidad. Él tenía la mejor resistencia de todas después de todo.

“Demonio sombra.”

Shalltear llamó y un demonio pronto se materializaba desde las sombras. ¿Cuándo entró en la habitación? Tal vez los había estado monitoreando durante mucho tiempo. Esto no les sorprendía en absoluto. En cambio, todos pensaron, “Como lo pensé.”

Ese Demonio Sombra comenzó a susurrarle al oído a Shalltear. Luego la escuchaban responder con murmullos. Después de que su conversación terminara, Noah comenzó a hablar con voz temblorosa.

“U-Umm… Olin necesitará algo de tiempo para traer a todos. Antes de que eso suceda, hay alguien que queremos presentarle. ¿Le parece bien?”

“Innecesario-arinsu. En lugar de hacer eso, escuché que teníais equipaje para llevar-arinsu, llevado eso primero. Escuché que había bastante, tal vez sería más rápido si mis sirvientes lo hicieran por ustedes. ¿Qué tal ese-arinsu?”

“Si podemos pedirle este pequeño favor…”

Shalltear respondió con un cortante, “por supuesto” antes de lanzar su hechizo. Probablemente era magia de invocación. Unos pocos no-muertos fuertes comenzaron a aparecer a su alrededor. Siguiendo sus órdenes, salieron de la habitación y regresaron con una considerable cantidad de equipaje, que trasladaron a través de la [Puerta].

El equipaje se movía a una velocidad increíble. Justo cuando terminaban de moverse, podían escuchar el sonido de muchos pasos.

Si bien esta podía ser la habitación más grande de la mansión, no podía contener mil personas.

“Ahora, entren por esa puerta en el orden establecido. Dentro hay un pueblo dentro de un bosque-arinsu. Ustedes aparecerán en lo que parece una plaza del pueblo. Esperen ahí.”

Siguieron sus órdenes y entraron por la puerta, en orden.

Aunque era poco probable que ninguno de ellos dudara en entrar al portal, todos ya habían sido advertidos de seguir sus órdenes exactas. Como resultado, había menos confusión de lo que esperaban.

En comparación, los niños de alrededor de “esa” edad estancados y sonrojados eran un problema mayor. Las chicas frustradas por las reacciones de los chicos también eran un problema.

Shalltear era una belleza de clase mundial.

Así que enamorarse a primera vista no era un fenómeno tan inusual, también lo eran los celos de las mujeres.

Sin embargo, Hilma había grabado un hecho en su corazón.

Si esos niños hicieran algo estúpido, ella sería la responsable. Para evitar que eso sucediera, tenía que vigilarlos de cerca. Su atención se centraba especialmente en la niña cuyas manos estaban sobre su pecho plano, intentando comparar tamaños con Shalltear.

Los guardianes tomaban las manos de esos niños y los conducían a través de la [Puerta]. Afortunadamente, nada salió mal.

Hilma y sus asociados fueron los últimos en entrar a la [Puerta]. Tal como lo había descrito, frente a ellas había casas de madera y sus alrededores parecían un bosque.

En la plaza donde los no-muertos habían apilado su equipaje, había cierta conmoción. ¿O fue emoción en su lugar? Dada la cantidad de jóvenes allí, esta última opción era más probable.

¿Fue esta su reacción a su primera vez pasando por una [Puerta]?

“¡Atención!”

Gritaba Noah. Poco a poco, más rápido de lo que esperaba, el ruido se fue apagando.

¿Fue para dejar que todos vieran a Shalltear? Lentamente ascendió hacia el cielo y dijo.

“Actualmente el pueblo todavía está en construcción. Los llevarán allí dentro de una semana, más o menos. Antes de que eso suceda, ustedes vivirán aquí. Solo para que puedan administrar la aldea de manera efectiva, les prestaremos cuatro Golems. Si necesitan mover algo pesado a otra parte, déjenselo a ellos. Los no-muertos actualmente rodean el pueblo, si van a salir del perímetro e intentan volver a entrar, los atacarán. Por esa razón, por favor no crucen el perímetro formado por los muertos vivientes.”

Shalltear miraba a su alrededor para verificar si todos la entendían y continuó.

“Aparte de eso, ustedes decidirán cómo pasarán esta semana. Hemos preparado dos semanas de comida-arinsu, así que deberían estar bien. Volveré en tres días, si tienen algún problema, los escucharé entonces.

Shalltear descendió al suelo y miró a su alrededor, su mirada cayó sobre Cocco Doll.

“Eres uno de los líderes. ¿Correcto-arinsu?”

“¿Eh? ¿Eeeh? Qu-, no, sí. ¿Qué puedo hacer por usted?”

Cocco Doll había experimentado la diferencia de estatus entre él y ella, por lo que hacía todo lo posible por ser cordial.

“Deberías hacer un viaje a la habitación de Kyuokukou-arinsu también.

“¿Eh?”

Shalltear cerró la vieja [Puerta] y abrió una nueva.

¿Era su instinto? Algo le decía a Cocco Doll que algo malo estaba por sucederle, lo que le hizo mirar a su alrededor con una expresión impotente.

Después de que su mirada se encontraba con la de él, Hilma apartó la suya. Ella no podía ir en contra de la decisión de Shalltear. Los otros líderes reaccionaron igual, nadie se atrevió a hacer un sonido.

“¡Espera, espera! ¡No! ¿Por qué ustedes están reaccionando así? ¡Sálvenme!”

“Sí, sí. ¡Vamos-arinsu!”

Shalltear arrastraba a Cocco Doll mientras este gritaba. Frente a ese tipo de fuerza, él había perdido todas las ganas de resistir.

“¡Ahh! ¡No! ¡Sálvenme!”

“Lo siento, Cocco Doll.”

Hilma le susurraba a Cocco Doll, quien desaparecía por la [Puerta]. Después de eso, la [Puerta] desapareció.

Sin embargo, la atmósfera tensa nunca se dispersó. Todos eran atrapados por ese silencio sofocante.

Mil personas, felizmente inconscientes de ese infierno, ocupaban esta plaza. Aun así, podían decir instintivamente qué destino les esperaba a Cocco Doll, quien acababa de desaparecer por la [Puerta]. Por eso nadie se atrevió a moverse.

Entendieron que habían sido traídos a este lugar no por la generosidad de alguien y comenzaban a comprender exactamente cuán aterrador era este lugar.

“No pudimos salvar a Cocco Doll.”

Le decía Hilma a Noah, quien estaba caminando hacia ella.

Ella no quería que nadie más experimentara ese infierno. Eso era lo que tenía en mente, pero eso era imposible. Una intensa culpa la invadía.

“No hay nada que podamos hacer al respecto. Aun así, no es una sentencia a muerte… Sería más apropiado llamarlo bautismo. Después, podrá… Llegar a comprender por qué nos apreciamos tanto los unos a los otros.”

“El bautismo… Es cierto… Si lo pensara así, aliviaría una gran parte de la culpa que siento.”

“Escuchen todos. Aunque puedo entender lo preocupados que están por Cocco Doll, tenemos que discutir nuestro futuro en este momento.”

Tenían que aliviar a las personas allí de sus preocupaciones.

Hilma tomaba la delantera.

Si su objetivo fuera matarlos a todos, ya lo habrían hecho y no traerlos hasta aquí… Y tampoco se habrían llevado a Cocco Doll.

Eso significaba que el Rey Hechicero estaba manteniendo su parte del trato, dadas las acciones de Shalltear.

“Muchas gracias, Su Majestad el Rey Hechicero.”

Hilma bajaba la cabeza. Por supuesto, no tenía idea de dónde estaba ella o dónde estaba el Rey Hechicero, pero esto era lo único en lo que podía pensar que podía expresar adecuadamente su gratitud dada su situación.

Era como una oración.