Regressor Instruction Manual (NW)

Capítulo 109: Recuerdos del Futuro Pasado (Parte 2)

“Señorita Hye-Jin, ¿qué la trae por acá?”

“Maestro, la señorita Jung Ha-Yan ha fallecido. La causa de su muerte aún no está clara, pero suponemos que… que se suicidó” su cara denotaba un profundo pesar; no estaba bromeando.

“¿Qué? ¿Qué es lo que…?”

“Sé que es difícil de creer, pero es verdad” no dejó que terminara mi pregunta.

“Estoy seguro de que estás cometiendo un error…”

Ella agachó la cabeza y negó, en silencio.

“Así que realmente murió” suspiré, aún sin poder creerlo.

“Sí. Los miembros del Gremio del Diablo la encontraron colgada del cuello esta mañana en su habitación” continuó.

“¿No crees que fue un asesinato? ¿Qué hay de la posibilidad de que los asesinos entraran y…?”

“No, estoy segura de que es un suicidio. Encontramos su testamento y… tampoco estoy segura de esto, pero… encontramos cartas ilegibles en la habitación de la señorita Ha-Yan. Es difícil de descifrar porque está encriptada con magia. Después de enterarnos de la noticia, estamos considerando la posibilidad de que haya estado confabulada con otro gremio” me explicó.

“¿Estás diciendo que era una traidora?” fruncí el ceño ante su acusación.

“Es solo una suposición”.

“No creo que sea cierto. Teniendo en cuenta la actuación de la maga genio de Lindel, es ilógico pensar que haría algo así. Si hubiera tenido la oportunidad de confabularse con ellos, habría estado de su lado hace mucho tiempo” señalé.

“El maestro tiene razón, señorita Hye-jin” uno de mis compañeros intervino. “Si no fuera por la famosa maga de Lindel, no habríamos podido mantener la batalla desde el principio. No es exagerado decir que fue gracias a ella que pudimos aguantar hasta ahora. Gracias a la señorita Jung Ha-Yan pudimos ganar las batallas de la Montaña Ramadel, el Muro de Escarcha del Norte e incluso la batalla defensiva de Benigoa. Su confabulación con otro gremio es probablemente una información errónea. E-es posible que lo digan para dividirnos”.

“Su testamento… ¿qué estaba escrito en su testamento, señorita Hye-Jin?” le pregunté.

“Disculpas al azar y garabatos, o al menos eso me dijeron los del Gremio del Diablo. Se negaron a revelar su testamento por completo, así que no fui capaz de confirmarlo. Otra cosa que dijeron fue que… había signos de abuso en su cuerpo” me contó con cierta dificultad.

“¿Estás segura de que no fue asesinada?” pregunté.

“Sí. He oído que las heridas eran de hace mucho tiempo. Especulan con la posibilidad de que fueran autoinfligidas, ya que las heridas no fueron tratadas y se formó pus en ellas. A pesar de que podían tratarse con pociones y magia sagrada, no hizo nada por curarlas” respondió.

“Autoinfligido…”

“Sí, es posible, maestro. He oído que a la señorita Jung Ha-Yan le costaba mucho matar a otros, que tenía pesadillas después de cada combate y que no le gustaba nada participar en batallas. Incluso dudaba en matar a una hormiga… Probablemente la culpa la carcomía, después de participar en tantos combates” tenía sentido. Después de considerar la naturaleza de Ha-Yan, la archimaga de Lindel, era natural que pensara así.

Estar en el campo de batalla fue demasiado para ella…

“Si eso es cierto… entonces es completamente mi culpa. No debería haberla llamado al campo de batalla” dije. Mis lágrimas amenazaban con salir.

“No, no es tu culpa, maestro” se apresuró a decir Hye-Jin, tomándome del brazo con gentileza. “Usted no fue el único que convenció a la señorita Ha-Yan. Todos en el Sacro Imperio, la República y la Unión de Reinos esperaban que Ha-Yan se uniera a la batalla, y la persona que tomó la decisión final fue ella. No tomó su decisión porque usted la convenciera, maestro. La señorita Ha-Yan dijo que siempre estuvo en deuda con los ciudadanos libres del Sacro Imperio y Lindel. Si huyera y se escondiera, estoy segura de que nadie podría encontrarla. Lo más probable es que tenía sus motivos para estar en el campo de batalla”.

Me mordí el labio, sabiendo que pude haberlo evitado.

“Todavía no hemos descubierto la razón por la que se suicidó. Sí, realmente se sentía culpable, pero no creo que se quitara la vida por esa razón. Es un hecho innegable que sentía dolor, pero… estoy segura de que se sentía orgullosa de las cosas que había protegido. Cuando la conocí, ese era el tipo de persona que era”.

Lo había visto con mis propios ojos. Recordaba cómo, a pesar de que le costaba socializar con otras personas, mostraba una leve sonrisa y estrechaba la mano de los soldados a los que salvaba, e incluso mantenía conversaciones con ellos.

“Valió la pena”.

“Tomó una decisión difícil”.

“No fue nada, señor Hyun-Sung. C-Claro que fue difícil, pero todos luchan. Y-y no me siento molesta por ello. Me siento mejor viendo las sonrisas de todos, jeje… gracias por llamarme”.

“No es nada. Debería ser yo quien te diera las gracias”.

Estaba seguro de que Jung Ha-Yan se sentía culpable y tal como dijo Jo Hye-Jin, tuvo que soportar un dolor increíble por sí sola. El hecho de que se suicidara por mi culpa no tenía sentido.

“Entonces, ¿por qué…?”

“Todavía estamos intentando averiguar la razón. Creemos que las cartas encriptadas tienen algunas pistas al respecto. Los magos del continente han hecho todo lo posible por descifrarlas, pero no es fácil” dijo.

“Ya veo…” por unos segundos, me perdí en mis pensamientos. ¿Qué debió de cruzarse por la cabeza de Ha-Yan? ¿Cuánto debió sufrir? ¿Por qué no dijo nada? Ahora, eso ya no importaba.

¡Boom!

De repente, escuché una explosión en un lugar cercano; pensé que era el enemigo, así que desenvainé mi espada como un acto reflejo.

“¡Kim Hyun-Sung!” gritó alguien desde el otro lado de la puerta.

“¡Señorita Kim Ah-Young! No debería…”

“Cállate y abre la puerta. Sé que estás ahí, Kim Hyun-Sung, ¡así que abre la puerta!” insistió.

“¿¡Cuáles son sus intenciones!? ¿¡Por qué tiene tanto apuro!?”

“Abre la puerta mientras te lo pido amablemente. Estoy empezando a perder la paciencia” nos amenazó.

Antes de que pudiera decirle a Hye-Jin que la abriera, la puerta se abrió de par en par, rota por donde estaban los seguros.

“Señorita Ah-Young” era una cara familiar.

“¡Kim Hyun-Sung, bastardo!” Kim Ah-Young gritó.

Caminaba con paso decidido hacia mí, espada en mano y en guardia. Instintivamente también me puse en guardia, y ella atacó; pronto, el sonido de hierro contra hierro llenó la habitación. Los objetos a mi alrededor volaron inmediatamente en todas direcciones y las ventanas se hicieron añicos al no poder soportar la presión.

“¡Bastardo! ¡Has matado a Ha-Yan!” Kim Ah-Young gritó, llena de ira. Podía sentir su gran odio en sus golpes. “¡La arrastraste a la guerra, pedazo de mierda! ¡Es todo por tu culpa, desgraciado!”

“¡Señorita Ah-Young!, ¿qué cree que está haciendo? Estamos en medio de una guerra. ¿¡Cómo se atreve a irrumpir aquí y apuntar con su espada a nuestro maestro del gremio!? Vamos a presentar una queja oficial a tu gremio” Hye-Jin se hizo escuchar por sobre el sonido de la pelea.

“Cállate, Jo Hye-Jin. Si sigues parloteando así, no me quedaré quieta. ¿Queja? Adelante, hazlo” le espetó Ah-Young mientras bloqueaba su espada. “¿Qué sentido tiene presentar una queja en un momento como este? Haz lo que quieras ya que todos vamos a morir muy pronto. Eso me importa una mierda”.

“Pero…”

“Te lo he dicho antes, ¿verdad Kim Hyun-Sung? Ha-Yan no iba a participar en la guerra… murió por tu puta avaricia” detuvo su ataque, y ahora caminábamos en círculos lentamente. La habitación a nuestro alrededor había quedado irreconocible.

“Si Ha-Yan no hubiera participado en el campo de batalla, entonces muchos inocentes habrían muerto, Kim Ah-Young. ¡Por favor, detente!” dijo Jo Hye-Jin.

“¿¡No te dije que te quedaras callada!? Estoy hablando con Kim Hyun-Sung”.

“No tenía otra opción. Aunque nuestro maestro convenció a la señorita Ha-Yan, es gracias a ella que ganamos muchas batallas…” respondí.

“Es por esas batallas que fue asesinada. ¡Ella murió! Deberías haberla escuchado cuando dijo que no quería participar”.

“Todavía no hemos averiguado la razón por la que se suicidó. Aún no se ha confirmado que lo hiciera por el shock de la batalla. Tenemos que comprobar su testamento y las cartas encriptadas” explicó Jo Hye-Jin con voz nerviosa.

“¿Te oyes cuando hablas? Ya hemos llegado demasiado lejos para que digas estupideces como esa, sucios hipócritas. ¡Debería haberles hecho caso!” dijo enfadada.

“¿Quién…?”

“¡No es asunto tuyo!”

“Lo siento, Ah-Young” dije con mucho pesar. Esperaba que se diera cuenta de lo mucho que me dolía su muerte.

“¿Así que ahora te disculpas? Kim Hyun-Sung, bastardo… ¿Un héroe? ¡Lo único que eres es una puta rata!” exclamó.

“Si tan solo pensaras con calma…” alargué mi mano despacio hacia ella, en un intento por tranquilizarla.

“¡Cállate!” me interrumpió y lanzó un tajo contra mi mano. Logré apartarme a tiempo. “Nuestro gremio ya no será parte de esta alianza. Todo era mentira cuando decían que los pueblos que una vez lucharon unos contra otros pueden convertirse en uno. Darse la mano con la República y con la Unión de Reinos era imposible, y escucharte en primer lugar fue un error por mi parte. Kim Hyun-Sung, el héroe que salvó cientos de miles de vidas, es todo mentira. ¿Qué sentido tiene eso cuando Ha-Yan está muerta? ¡Ella está muerta! No me importa cuánta gente se ha salvado gracias a ella. ¿Entendido?”

“¿¡Y crees que a mí no me duele!?” exploté. “¡Yo nunca la obligué, maldita sea! Y aún así, me siento culpable. ¡Siento que quiero morir, Ah-Young! ¡Que debí ser yo en vez de ella! ¡Solo estás siendo una puta egoísta, poniendo todo sobre mis hombros!”

Ah-Young me miró con un odio que nunca había visto en ella. Escupió en el suelo, y se dio media vuelta, lista para irse.

“Por favor espere, señorita Ah-Young” se apresuró a decir Hye-Jin. “Estoy segura de que la señorita Ha-Yan no se quitó la vida porque se sintiera culpable”.

“Y una mierda” Ah-Young se detuvo en el marco de la puerta y se volvió.

“Aunque esa fuera la razón, estoy segura de que ella no querría que actuaras así. Es cierto que sufrió mucho, pero recuerdo claramente lo feliz que estaba la señorita Ha-Yan cuando salvó a toda esa gente” le dijo Jo Hye-Jin.

»Todavía no hemos confirmado la información que está escrita en su testamento y no hemos investigado si fue un asesinato o no. Podría haber una pista en las cartas encriptadas o en su testamento. Después de que la investigación se complete y se revele que la muerte de la señorita Ha-Yan está conectada con nosotros…

“¿Qué harás entonces?”

“Me disculparé por ello con mi propia muerte” concluyó Hye-Jin.

“A mí no me importa tu vida” respondió con un resoplido.

“Yo te acompañaré, Hye-Jin” intervine, esperando que nuestra convicción hiciera cambiar de parecer a Ah-Young. “Después de que todo termine, me disculparé por ello con mi propia muerte”.

“¡Maestro!”

“Esto es lo correcto, Hye-Jin. Estoy seguro de que yo también soy responsable de ello. Y después de que acabe esta guerra, iba a poner fin a mi propia vida a mi manera, de todos modos” le contesté.

Había cometido cientos de errores para llegar hasta aquí… No merecía vivir. Sinceramente, era ridículo intentar disculparme por esos errores ahora, pero no tenía elección: aún quedaba trabajo por hacer.

La duda ensombreció el rostro de Kim Ah-Young. Se quedó ahí, de pie, pensando en nuestras palabras. Se debía de sentir muy acomplejada, con muchas cosas pasando por su cabeza. Justo cuando creí que nos iba a responder…

¡¡¡Boom!!!

Una explosión enorme resonó, junto con el estruendo de las murallas cayendo. Los invasores volvían al ataque.

“¿¡Qué!?”

“¡El enemigo está atacando!”

“¡Maestro!”

“¡Es un ataque! Jo Hye-Jin, justo detrás de la pared… ¡ahhhhhh!” intenté indicarle una ruta secreta, pero un hechizo me interrumpió.

Estaba acostumbrado a ataques que venían de lugares que no podía ver, pero este ataque era un tipo diferente de magia. Dos rayos de luz cayeron sobre nosotros, destruyendo el techo y las paredes. Uno cayó justo sobre Ah-Young, quien logró bloquearlo con su espada gracias a sus reflejos inhumanos.

“¡Debemos salir al patio y reunirnos con los demás!” grité.

“P-Pero…”

“Tenemos que trabajar juntos por ahora. Después de que termine, puedes decidir lo que quieres hacer conmigo, Ah-Young. Por favor, préstame tu fuerza por ahora” me acerqué a ella y le tendí mi mano.

“Maldita sea… ¡No tengo de otra!” me dio un manotazo y se puso en marcha.

“Hye-Jin, ¿Cha Hee-Ra todavía se encuentra en la ciudad?” le pregunté.

“Sí, ha estado enviando señales de refuerzo desde las doce en punto. Los Mercenarios Rojos probablemente se dirigen hacia…”

¡Boooooom!

Una luz blanca se tragó a Lindel, y mi mente se desvaneció.

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Bejemon: Cómo que… Cómo que Ha-Yan se suicidó? ¡Sálganse de NOVA, quiero estar solo!

Ya de verdad, no recordaba este capítulo. Fua, recuerdan mi duda en el cap anterior? Ya me decidí.

Ahora sí, el nombre original del cap es “Recollection of the past”, algo así como “Recordando el pasado” o similares. Decidí mantener el nombre del capítulo 74. En el índice no aparece como (Parte 1), ahí fue mala mía. Como dije, había olvidado este. Bueno, la razón para esto es que identifiquen los capítulos en que Hyun-Sung recuerda su vida pasada con mayor facilidad (además de que me gusta el nombre). Estoy seguro de que no será la última vez que lo use.

Adicional a esto, cambié el punto de vista al de Kim Hyun-Sung. En el original, lo narran en tercera persona.