Regressor Instruction Manual (NW)

Capítulo 110: Recuerdos del Futuro Pasado (Parte 3)

“Era un sueño…” en los últimos meses se había vuelto recurrente, por lo que ya estaba acostumbrado.

Me senté al borde de la cama y miré por la ventana; la luz del sol me deslumbró, y por un momento pude sentir el calor e intensidad de la explosión. Sacudí la cabeza, pero no cambió nada. Me tapé los ojos por unos buenos minutos hasta acostumbrarme, y entonces escuché a alguien llamar a la puerta.

“Señor Hyun-Sung, es hora de nuestra reunión. La señorita Sang-Hee llamó a los miembros de los grupos restantes y a los ejecutivos del gremio”.

“Oh, de acuerdo. Enseguida voy” respondí.

“Empezaremos en media hora. Lo esperaremos”.

“Allí estaré” dije.

Muchas cosas pasaban por mi cabeza.

Cada vez que soñaba con mi primera vida, me despertaba cubierto de sudor, sin poder distinguir la realidad. Miraba a mi alrededor y luego recordaba dónde estaba. Me levanté y arrastré los pies hasta el baño, solo para ver mi rostro demacrado en el espejo. Ojeras empezaban a formarse debajo de mis ojos.

No he podido dormir bien últimamente.

Había estado ocupado, trabajando en el gremio.

El ataque terrorista que ocurrió recientemente no lo experimenté durante mi primera vida y, para empeorar las cosas, nunca había imaginado que alguien haría algo así a esa hora del día, cuando el sol aún no se había puesto del todo.

Bajé la guardia…

Debí saber que Lee Seol-Ho haría algo como eso. Sabía que no tenía una buena relación con Ki-Young, pero nunca imaginé que se reuniría con los japoneses para llevar a cabo un ataque. Gracias a eso, puso al gremio Cariano en una posición favorable, pero el hecho de que Jung Ha-Yan resultara herida era un doloroso error. Ella estuvo muy cerca de perder la vida…

La necesitamos.

Iba a ser la maga que representaría a Lindel -no, al Sacro Imperio de Benigoa en el futuro, y las acciones que mostraría en la guerra, más adelante, irían más allá de la imaginación de cualquiera. Si no moría, era muy probable que la guerra terminara con la victoria de los humanos. Como archimaga de Lindel, respetada por todos, era más poderosa que cualquier héroe y estaba seguro de que en esta vida se le daría el papel más importante. Basándome en lo rápido que había crecido últimamente, ya podía verlo.

Talento.

Era una persona que había nacido con magia. Cuantos más resultados mostraba, más orgulloso me sentía. Los logros de la maga genio de Lindel eran incomparables.

No tenía mucha información sobre Jung Ha-Yan durante mi primera vida. Se unió al Gremio del Diablo como investigadora con la condición de no participar en incursiones ni guerras y, durante mucho tiempo, nunca se mostró al público. Basándome en su personalidad, pude suponer qué tipo de vida había llevado. Debido a la influencia de una situación que yo desconocía, se negaba a socializar con otras personas y se encerraba en su torre. Probablemente su vida era muy aburrida, pues lo único que hacía era estudiar magia todo el día y luego dormir; era posible que nunca hubiera salido a la calle. Además de Kim Ah-Young, se negaba a hablar con otras personas, así que mi suposición era probablemente correcta.

Carece de habilidades sociales.

Eso podría considerarse un defecto, pero había una razón por la que me arriesgaba mucho y la consideraba mi camarada.

El poder no viene de la noche a la mañana. Muchas personas tenían sus propias historias y crecían a través de las dificultades con las que se encuentran en el camino. Algunas personas experimentarían la muerte de un camarada o la traición de un amante, mientras que otras solo podrían desempeñar su papel tras una experiencia cercana a la muerte.

Lo mismo podía decirse de Jung Ha-Yan. La razón por la que era tan fuerte era que siempre estaba en la torre mágica estudiando magia mientras se negaba a socializar con otras personas. Teniendo eso en cuenta, pensé que tal vez enviarla al Gremio del Diablo era lo correcto, pero después de recordar sus últimos momentos, consideré que proteger su mentalidad era más importante que su crecimiento. Pero ahora mismo, el hecho de que Ha-Yan estuviera creciendo era una de las mejores decisiones que había tomado y no solo por fuera, sino también por dentro.

No solo eso…

Ella también estaba en una relación. Esto era algo que no podía imaginar en mi primera vida. Tenía un defecto por el que parecía un poco obsesiva, pero mantener su relación con Ki-Young era la respuesta. Si continuaba así, podría evitar tomar una decisión extremadamente difícil en el futuro, así como eludir el horrible final que acababa de ver en mi sueño. Incluso si me pedía algo que yo no podía darle, Ki Young naturalmente intervendría y la ayudaría.

Lee Ki-Young era un tipo de persona completamente diferente a todos los que había visto hasta ahora, y además era muy competente. Mi suposición debía ser correcta.

Pero no podía dejar que él cargara con todo; necesitaba una persona competente que pudiera manejar este tipo de ataques y otras situaciones importantes cuando yo no estuviera. La persona en la que pensaba era Jo Hye-Jin, mi asistente en mi vida pasada. Era conocida como la diosa de la lanza; tal era su destreza con el arma. Incluso yo tenía problemas para derrotarla.

Puede que ya esté en Lindel…

Mientras pensaba en todo esto, terminé de arreglarme. Entonces salí, y una escena familiar me recibió.

El pasillo estaba completamente desierto. Es como si el mismo gremio me estuviera diciendo que ya no podía más, y que se encontraba en las últimas. En el pasado, los Carianos estaban entre los más grandes, y ahora apenas podíamos hacernos llamar ‘gremio’. Era deprimente. Muchos empleados renunciaron, y por si no fuera suficiente, incluso miembros del grupo dos decidieron irse a otros gremios. Si esto continuaba así, entonces los Caria terminarían por ser olvidados.

Últimamente, Ki-Young había pasado mucho tiempo con Los Mercenarios Rojos y a la gente le preocupaba que fuera a abandonar el gremio, pero yo estaba seguro de que no era así. Tenía una idea de lo que estaba tramando.

Estoy seguro de que quiere que lo haga…

Estaba esperando que yo tomara el poder dentro del gremio.

Es muy competente.

El Lee Ki-Young que yo conocía podría ser capaz de manejar esta situación. La razón por la que no se involucraba últimamente era porque quería darme más poder. Era como si supiera exactamente lo que estaba pensando. Estaba seguro de que pasó mucho tiempo preparando esto.

En el camino a la reunión, un par de compañeros me abordaron.

“Señor Hyun-Sung”.

“¿Sí?”

“Hay un documento al que necesito que le eche un vistazo”.

“Oh, de acuerdo. Déjame ver”.

“También hay algunos asuntos que necesito que atienda. Verá, el señor Ki-Young no está aquí ahora mismo, de lo contrario, no lo molestaría con estos temas…”

“¿Le hiciste saber a Ki-Young que hay una reunión hoy?” le pregunté.

“Sí, he oído que está volviendo ahora mismo. Escuché que ayer estuvo en el gremio de Los Rojos, cuidando de la señorita Ha-Yan”.

“Sí, yo también lo he oído. Por favor, deja los documentos más urgentes en mi habitación. Los revisaré yo mismo después de la reunión y lo discutiré con Sang-Hee” le dije.

“De acuerdo. Por cierto, ¿estaría bien si publicara hoy el anuncio sobre el reclutamiento?”

“Por supuesto. Necesitamos más gente de manera urgente”.

Me hicieron muchas preguntas de camino a la sala de reuniones y supe exactamente qué planeaba Lee Ki-Young. Después de que dejara el gremio dando la excusa de que estaba cuidando de Ha-Yan, mucha gente acabó apoyándose en mí.

Momentos después, por fin llegué a la sala de reuniones. Entré, y un grupo de personas me recibió, entre las que destacaban Lee Sang-Hee, que se veía algo decaída; y Hwang Jung-Yeon, que no paraba de mirarla. Hace unas semanas, estaría llena de gente; sin embargo, ahora podía contar a los asistentes con los dedos de mis manos.

“Estás aquí”.

“Espero no haberlos hecho esperar” las saludé.

“¿Y Ki-Young?”

“Está de camino” dije.

“Eso es un alivio”.

“Parece que hace tiempo que no nos reunimos” el ambiente era algo incómodo. Habían sido días difíciles para el gremio, y nos afectó a todos.

“Sí… Lo siento. Debería haber convocado esta reunión antes, pero… no pude permitirme el lujo. Ocurrieron tantas cosas a la vez…” dijo Sang-Hee con una voz apagada. Sus ojos parecían agotados, pero yo sabía que sería capaz de superar todo esto. En mi anterior vida, había mostrado una resiliencia increíble. “Creo que sería mejor decírtelo ahora aunque el señor Ki-Young no esté aquí todavía”.

“¿De qué se trata?”

“Siento haberles mostrado constantemente este lado de mí” comenzó, pasando su mirada entre los presentes. “Es cuando nos encontramos más vulnerables que debemos de mostrar nuestra mejor cara, y sin embargo… Jaaa… Debí ser más fuerte. El gremio ha recibido golpe tras golpe, y ustedes siguen aquí. Por eso y más, estoy profundamente agradecida. Su apoyo hacia el gremio es invaluable”.

»Mientras descansaba, pensé en muchas cosas. Una de ellas fue con respecto a lo que debería hacer con los Carianos de cara al futuro. Al pensar en todos ustedes, sé que disolver el grupo y enviarlos a todos a un gremio diferente es lo que debería hacer… No, estoy segura de que es la decisión correcta.

Pero el señor Seung-Joon… No, no puedo disolver el hogar que el maestro construyó con sus propias manos. Lamento mucho hacerles esto a todos ustedes, pero espero que se mantengan fieles, y que tengan fe. Fe en que resurgirá, más fuerte que nunca.

“Nos mantendremos firmes” asentí con decisión. Los demás me imitaron.

“Sí, con usted, maestra…” Jung-Yeon empezó a decir.

“Ya no soy la maestra, señorita Jung-Yeon. Es justo que renuncie a este cargo” la cortó.

“¿Qué?” exclamó confundida.

“No solo puse a todos en peligro en el Santuario Maldito, sino que cuando el maestro estaba sano e incluso cuando yacía en cama, yo simplemente llevaba el título” nos explicó. “No me di cuenta de que Lee Seol-Ho estaba confabulando con los japoneses a pesar de que sospechaba de él. Debido a mi relación con él, me negué a ver la verdad”.

“Pero…”

“Este es un puesto que no me corresponde. Y como mencionó el señor Ki-Young, se me puede catalogar como una persona incompetente. Incluso si obtengo el poder sobre el gremio Cariano de nuevo, no sería diferente de antes, por lo que es justo que renuncie. Sé que será difícil, pero podremos seguir adelante”.

“Yo-yo…” Jung-Yeon tartamudeó.

No era inesperado; tenía la sensación de que esto iba a suceder.

Jung-Yeon se iba a negar a creerlo, incluidos un par de los presentes. La expresión de Sang-Hee se volvió aún más seria. Si Lee Ki-Young estuviera aquí, sin duda diría algo ahora mismo. Pero él no estaba, así que el deber recayó sobre mis hombros.

“Si nadie está de acuerdo…”

“No lo estamos” replicó Jung-Yeon, junto con un par de murmullos de parte de los demás.

“… yo tomaré la posición de forma temporal” proseguí. Decir algo así podría hacerme parecer más confiable.

Todos me miraron, sorprendidos. Sang-Hee esbozó una pequeña sonrisa; podía ver agradecimiento y orgullo en sus ojos, mezclados con muchas otras emociones.

“Por supuesto, me será imposible ocuparme de todos los asuntos, pero si todos ustedes me ayudan para que no vaya por mal camino, estoy seguro de que no tardaremos mucho en recuperar la gloria que una vez tuvo el gremio Cariano”.

“Debemos… debemos pensarlo”.

“Todavía hay mucha gente competente en el gremio” añadí.

Al mismo tiempo, oí una voz fuera de la habitación.

“Soy Lee Ki-Young. Voy a entrar…”