Regressor Instruction Manual (NW)

Capítulo 105: Instigar y Fabricar (Parte 1)

“Eres una basura, ¿lo sabías? Y eso me encanta” contestó con una sonrisa de oreja a oreja.

Decidí ignorar su comentario, y di unos pasos hacia atrás.

“Supongo que Lee Seol-Ho y el Gremio Yamato están conectados de alguna manera. Pensé que había algo extraño, pero esto se está convirtiendo en una situación divertida” continuó.

“No estoy tan seguro de que podamos hacer algo al respecto, Hee-Ra, pero es una posibilidad. Aunque ese viejo quisiera matarme, ¿crees que los gremios y grupos dentro de Lindel podrán ignorarte?” pregunté.

“Oh, querido, ¿tratas de adularme?” dijo con tono bromista y poniendo los brazos en jarras.

“En cierto modo…” admití.

“Me gusta tu sinceridad. Continúa” dijo.

“No hay persona en Lindel que no te tenga miedo, así que es correcto suponer que son forasteros los que lanzaron el ataque. Probablemente están formando una fuerza o alianza que les permita no tener que pensar en las consecuencias incluso después de ser atrapados, así que solo elegí el bando que era más probable que hiciera algo así” expliqué.

“Entiendo. Yamato… ahora que lo pienso, esa zorra es la maestra de ese gremio” dijo Cha Hee-Ra.

“¿La conoces?”

“Los maestros de los grandes gremios nos reunimos con regularidad en el Sacro Imperio. Me encontré con ella un par de veces… Supongo que puedo un poco paciente, ya que dijiste todo eso” de repente, puso una mirada seria. “Sabes que las peleas entre gremios está prohibido dentro del Imperio, ¿verdad? Confío en que hallarás una manera”.

Eso espero…

“Puedes irte ahora, tienes cosas que atender. Mis mercenarios te van a escoltar de vuelta”.

“Gracias, Hee-Ra”.

“La lista que me entregaste la última vez ha sido de mucha utilidad. Oh, y sobre Jung Ha-Yan…”

“La dejaré en tu gremio hasta que termine mis asuntos con Seol-Ho” le dije.

“Bien, ella está más segura conmigo. Me gustaría pasar más tiempo contigo, pero… no creo que debamos, considerando cómo te ves ahora mismo”.

“Sí…”

“Nos vemos luego, entonces. Estaría bien si nos encontramos en un lugar más romántico, a la próxima” bromeó.

“Espero con ansias esa ocasión”.

Ambos salimos del edificio y nos despedimos. Ni quiera tuvo que decirle a los de su gremio que me escoltaran, pues se acercaron a mí nada más salir.

Ser regañado por Cha Hee-Ra debe haber sido efectivo. Nunca imaginé que se me echarían encima primero. Un grupo de cuatro guerreros bien armados y de rostro adusto hicieron una formación alrededor mío. Parecían fuertes, lo que hacía más divertido toda esta atención que me estaban brindando.

“Señor Ki-Young” el más viejo de ellos, con cicatrices surcando su rostro malhumorado, se me acercó. “Lo escoltaremos de vuelta al gremio”.

“Gracias” le contesté..

No había razón para que los rechazara. Parecía que habían despejado perfectamente los alrededores, pero aún podía haber algunos invasores más por ahí.

Aunque la posibilidad es baja, es mejor ser lo más cuidadoso posible.

Deok-Gu, Ha-Yan y Hee-Young ya habían llegado al gremio en el tiempo que estuve hablando con Hee-Ra. No vi a Kim Hyun-Sung por allí, así que supuse que estaba intentando descubrir al cerebro del ataque.

Es una persona muy ocupada.

Nunca dejaba de trabajar, incluso cuando su compañera estaba herida. Tal vez eso mismo lo motivó.

Mientras volvía al gremio, tenía varios pensamientos. ¿Cuál sería la forma más miserable de deshacerse del viejo? ¿O cuál sería la mejor manera de matarlo? Pensé que cambiar una parte del plan no era mala idea, pero como quería encargarme de esto lo antes posible, también pensé que adaptarme a la situación cuando sucediera tampoco sería mala idea.

No te dejes llevar.

Si me exaltaba demasiado, no sería diferente a perder el combate. No podía dejar que este suceso me alterara y dejarme llevar por mis emociones. Intenté concentrarme en el dolor que recorría mi cuerpo: los diversos raspones y moretones de las veces que me caí de bruces, el cansancio en mis músculos y el ardor en mis pulmones. En el camino, me fijé en una ventana, y el aspecto que tenía era deplorable, justo como dijo Hee-Ra.

“Aquí estaremos bien” les avisé a mis escoltas.

“Estaremos a la espera no muy lejos de aquí para poder acudir inmediatamente en caso de que ocurra algo dentro del gremio” dijo el más viejo sin siquiera mirarme.

“No hace falta. De todas formas es nuestro gremio”.

A pesar de decir eso, no pensé que fueran a acatar mis órdenes. Antes de que me fuera, el hombre sacó un objeto de su bolsillo.

“Y esto…”

“¿Qué es?” le pregunté mientras lo tomaba con cuidado.

“Hemos preparado este objeto para que puedas enviar una señal de rescate cuando estés en apuros” me explicó.

Miré al hombre a sus ojos, y pude entender su frustración. Su edad daba a entender que era un veterano en su gremio, por lo que tener que proteger a una persona tan despreciable como yo era un buen golpe a su orgullo. Sus ojos revelaban sabiduría; probablemente sabía mis verdaderas intenciones e historia en Lindel. Empecé a sentirme un tanto nervioso, tanto por su presencia como por la posibilidad de que estuvieran formando un equipo especial para mí.

Me gusta que me mantengan a salvo, pero…

Sería molesto que limitaran mi movimiento por ello. Sería mejor hablar de esto con Cha Hee-Ra más tarde.

Después de hacer una reverencia, entré inmediatamente en el gremio y pude ver lo desordenado que estaba el interior. Me imaginaba que se presentaban situaciones similares en todos los gremios, pues lo sucedido fue algo sin precedentes. Era la prueba de que la situación dentro de Lindel había sido resuelta.

Mientras hablaba con Cha Hee-Ra…

Se movieron rápidamente. Una reunión podría llevarse a cabo donde todos los maestros del gremio en Lindel tendrían que asistir. Básicamente, el terrorismo ocurrió porque me tenían como objetivo, pero el lugar donde ocurrió era el problema. Encontrar pruebas del culpable que estaba detrás del ataque podía ser difícil, pero estaba seguro de que discutirían cómo evitarlo la próxima vez. La prensa también publicaría sin duda titulares sobre el atentado y, aunque lamento no haberles dado mucha información, por ahora no necesitaba recurrir a ella.

Entonces empecé a buscar a mis compañeros; Kim Ye-Ri era la única del séptimo grupo que seguía aquí. Supongo que se sentía más cómoda conmigo, pues su cara se iluminó cuando me vio. Lee Sang-Hee, que tenía los ojos hinchados, se acercó a mí con cara de sorpresa, y Hwang Jung-Yeon hizo lo mismo.

“¡Ki-Young! ¿Te ha hecho daño en algún sitio?”

“Estoy bien, señora Sang-Hee” le mentí. Mi aspecto debió de hablar por sí solo, ya que su cara de preocupación no desapareció.

“Claro que no lo estás. ¡Mírate!” le hizo señales a los empleados para que se acercaran, pero la detuve.

“No hace falta, de verdad. Solo necesito un buen baño y dormir. Yo salí prácticamente ileso, comparado con…”

“Oh, sí…” su rostro se ensombreció. “Escuché que Ha-Yan salió herida”.

“Ella está fuera de peligro. Recibió muchos ataques por mí… Solo espero que no le queden secuelas. Cha Hee-Ra ofreció que su gremio la cuidara, y necesitaba tratamiento cuanto antes, así que no me lo pensé. Deok-Du y la Hee-Young fueron con ella para vigilar su estado. En cuanto a Hyun-Sung, estoy seguro de que volverá pronto” expliqué.

“Dios santo…”

“Creo que estar allí será mucho más seguro que aquí” dije.

Era una crítica implícita. Aunque no era un comentario ofensivo hacia Lee Sang-Hee, se veía adolorida. Naturalmente, Lee Seol-Ho y sus lacayos me llamaron más la atención que ella. Ese viejo estaba manteniendo la compostura, contrario a los otros: me miraban con un odio poco disimulado y les costaba mantenerse quietos. La persona que mandaron a matar volvió viva junto con el apoyo de todos los gremios en Lindel. Ahora debían estar lamentando su estúpida decisión. Estaba seguro de que algunos de ellos pensaban que estaría bien fingir ignorancia, pero como me atacaron primero, ahora tenía derecho a tomar represalias.

Viejos pendejos.

Su incompetencia había llegado al límite. Incluso si Seol-Ho y sus lacayos eran inocentes, yo no podía estar en el mismo gremio que ellos. Utilizarían cualquier medio necesario para hacer suyo el gremio.

Cuando me quedé callado, Seol-Ho se acercó para hablarme, como si hubiera estado esperando el momento oportuno.

“Jajaja, ¡qué alivio! Me alegro bastante de verte en buen estado, Ki-Young. Ese ataque fue espantoso…”

Viejo loco.

Tenía talento para molestar a la gente.

“Su cuerpo todavía puede estar afectado por las secuelas de las explosiones. ¿Qué tal si deja que los médicos lo revisen?” sugirió.

“Estoy bien” dije.

“Has pasado por mucho. No puedo creer que te hayas visto envuelto en todo ese asunto. Me dio un vuelco el corazón cuando oí que estabas rodeado de alborotadores desconocidos… Estaba realmente preocupado. Nuestro gremio ya había perdido a muchos miembros y perder a nuevos talentos como tú… sería realmente desgarrador” continuó.

No sonaba muy sincero para alguien que estaba realmente preocupado.

“Ha habido muchas malas noticias últimamente, haciendo que este viejo se sienta ansioso” añadió.

La forma en que estaba tratando de arreglar esta situación era un espectáculo para la vista. Solo tardé un momento en decidir cómo debía empezar la conversación.

“No eran alborotadores ordinarios” comencé a decir mientras fruncía el ceño. “Todos ustedes se enterarán más tarde, cuando lo estén investigando. Lo que ocurrió en la ciudad no fue terrorismo al azar. La gente que asaltó Lindel eran asesinos bien entrenados y no mercenarios ordinarios. También estoy seguro de que su objetivo éramos Ha-Yan y yo”.

“¿Por qué…?” Sang-Hee preguntó confundida.

“Quizá sea por el objeto de rango legendario que tiene el señor Ki-Young, señorita Lee Sang-Hee” le dijo Lee Seol-Ho.

Pffft.

Era una razón convincente, porque aunque el objeto ya hubiera elegido dueño, un objeto legendario seguía siendo un objeto digno de ser robado. Aún así, sería más convincente decir que todo esto era obra de bastardos codiciosos si el objeto no hubiera seleccionado aún a su dueño. Sin embargo…

“No creo que ese sea el caso”.

“¿A qué se debe eso?”

“Los miembros del gremio Cariano son los únicos que saben que he obtenido un objeto de rango legendario, además de que la espada me ha elegido como dueño. No tengo ni idea de quién filtró la información, pero estoy seguro de que la gente no se fijará en un objeto que ya tiene dueño, sobre todo cuando la Reina Mercenaria también podría convertirse en su enemiga” expliqué.

“Información…”

Lee Sang-Hee parecía realmente sorprendida por la posibilidad de que se filtrara la información que se había compartido dentro del gremio.

Qué ingenua eres.

No sabía lo que los Carianos significaban para ella, pero este gremio había sido contaminado hace mucho tiempo.

“Creo que me atacaron por mi curiosidad” dije.

“¿Perdón?”

“Intento ser cuidadoso al decir esto, pero tengo mis sospechas sobre la muerte del maestro del gremio” le dije a Lee Sang-Hee.

“Oh…”

“Simplemente, hay muchas cosas raras alrededor de su muerte. Sí, es cierto que se encontraba débil por la maldición, pero aún así… Para cuando acabamos con Juliena, la maldición debió irse, ¿no?”

Lee Seol-Ho me miró como preguntándome de qué estaba hablando.

No fuiste tú.

Pensé que quizá Lee Seol-Ho no era realmente el culpable. El hecho de que me atacaran podría deberse a su orgullo o a que querían vender el gremio a los japoneses. Desde el principio, Seol-Ho creyó que no seríamos capaces de limpiar la mazmorra. Si no lo conseguíamos, el maestro del gremio estaría muerto. Ahora que lo pensaba, realmente no había razón para que matara al maestro. Por supuesto, podría haberlo hecho para acelerar un poco las cosas o por motivos personales, pero…

Cada vez es más probable que el maestro del gremio muriera de causas naturales…

Con la condición de que Lee Seol-Ho no estuviera fingiendo. No importaba cuál fuera la verdad.

La situación se estaba poniendo emocionante. Desde mi punto de vista, me sentía un poco ansioso por inculpar a alguien.

“Creo que es posible que lo asesinaran. Cuando murió el maestro del gremio, no había nadie en su habitación y mientras estábamos en nuestra expedición, la gente que se quedó en el gremio no pensó en la posibilidad de que pudiera haber sido asesinado. En realidad, parecía que ocultaban algo, para ser exactos” dije.

“¿Qué estás…?”

Mentira.

“Pensé en la posibilidad de que un enemigo exterior pudiera ser el responsable de ello, sin embargo… no había ningún informe interno sobre lo ocurrido después de que nos fuéramos. Creo que lo correcto es pensar que ocurrió dentro del gremio” expliqué.

Todos compartieron miradas, atónitos.

“Lo que estoy diciendo son los resultados de mi investigación. No tuve tiempo suficiente, pero pude reunir algunas pistas y, cuando volvía del trabajo, me atacaron. Debe de haber alguien intentando ocultar la verdad” proseguí.

Se me daba bien decir tonterías.

Era mejor abordarlo con detalles. Tenía muchas pruebas, evidencias físicas y convicciones, pero no tenía tiempo suficiente para reconstruirlo todo. Necesitaba tiempo para hacer la autopsia del cuerpo del maestro del gremio y tenía que ser más meticuloso a la hora de acorralar a Lee Seol-Ho.

Pero la situación había cambiado mucho. ¿Por qué? Porque fui atacado. Ese solo hecho creó un marco que me ayudó a resolver el rompecabezas que no pude completar antes del ataque.

Lee Seol-Ho estaba obviamente reprimiendo sus emociones. Cuando empecé a hablar, parecía como si acabara de comerse un montón de mierda.

“Sabe, señorita Lee Sang-Hee. Creo que hay un asqueroso traidor dentro de los Carianos. El culpable que asesinó al maestro del gremio” le dije.

La verdad no era lo que hacía girar al mundo.

Lo que lo hace son las mentiras.