Eiyuu Ou (NL)

Volumen 7

Extra: Rafinha vs. León

La débil luz de la luna brillaba a través de una ventana redonda y un zumbido palpitante resonaba desde lejos. Más cerca de Inglis, había una respiración débil y una sensación de calor. Rafinha fue la fuente de ambos. Estaban a bordo del buque de guerra del [Frente SteelBlood] , en ruta aKarelia, pasando una noche tranquila juntos.

Eso fue inusual. Típicamente, los ronquidos enérgicos de Rafinha hacían las noches muy animadas. Inglis se había acostumbrado, pero a otros les costó mucho soportarlo. Cuando compartían habitaciones en su expedición a Alcard, Leone y Liselotte necesitaban tapones para los oídos para pasar la noche. Cuando acamparon, incluso Lahti, una tienda más allá, se había quejado.

Rafinha solo dormía así de tranquila cuando pasaba por algo doloroso o triste, cuando su estado mental estaba inestable. Habiendo crecido con ella, Inglis lo sabía muy bien. Por mucho que Rafinha intentara parecer que estaba tomando las cosas bien, debe haber estado ansiosa por el peligro inminente para Rafael. Descansando, esos pensamientos empeoraron aún más, y sus preocupaciones hicieron desaparecer sus enérgicos ronquidos.

“Está bien, Rani. Todo irá bien. Haré que todo sea mejor”. Inglis yacía junto a Rafinha, acariciando su cabello. Rafinha la estaba usando como una almohada cubierta de maleza, abrazándola y apoyando su cabeza en el pecho de Inglis. Todavía dormían a menudo en la misma cama, pero Rafinha solo se aferraba a ella tan silenciosamente en momentos como este cuando algo la preocupaba profundamente. Si Inglis pudiera ignorar esos problemas, no le importaría mucho. Este fue el único momento en que pudo ver el rostro tranquilo y dormido de Rafinha.

“Hermano… Haremos todo lo posible…” Rafinha hablaba en sueños. Debe haber estado soñando con luchar duro para salvar a Rafael.

“Si, lo haremos. Hagamos nuestro mejor esfuerzo”. Inglis frotó la espalda de Rafinha y estuvo a punto de cerrar los ojos, solo para sentir que algo se deslizaba por su pecho. La culpable fue la mano de Rafinha.

Inglis suspiró. Alcanzar inconscientemente el pecho de Inglis en momentos como este era un hábito que Rafinha tenía desde hacía mucho tiempo, muy posiblemente desde que la tía de Inglis, Irina, la acunó para que se durmiera cuando era bebé. Rafinha le había hecho esto a Inglis incluso antes de que Inglis tuviera algo que alcanzar. Seguramente Rafinha no se dio cuenta de que todavía lo hacía, e Inglis no rechazó particularmente el hábito del sueño, reconociendo que ayudaba a Rafinha a sentirse a gusto. Quizá por eso Rafinha todavía lo hacía. En cualquier caso, para Inglis, los ronquidos habituales eran una queja mayor.

“Tal vez se hicieron tan grandes porque hiciste esto…” Inglis se rió con ironía y cerró los ojos. Se preguntó si tal vez ese pensamiento le había venido a la mente debido a los persistentes esfuerzos de Rafinha por hacer crecer la suya a través de un masaje en el baño.

Rafinha apretaba, apretaba y apretaba, como si su mano se hubiera vuelto más enérgica. No, ambas manos. Inglis sintió esas suaves manos deslizarse dentro de su ropa— “Mm… E-Espera, Rani… No tan fuerte… ¡Nnn!”

Tal vez estoy demasiado agotado. Inglis pensó que su prima probablemente estaba haciendo lo habitual, así que abrió los ojos…

Se encontraron con los de Rafinha, que estaban abiertos de par en par. “¡¿Ah?! ¡Rani!”

“¿Vaya? Ah, estás despierto. ¿Eso te emocionó un poco?”

“¡A-Absolutamente no! ¡Ni siquiera estaba dormido todavía! ¡Y no hagas cosas raras cuando estés despierto! ¡Caramba!

“Eh, cuando me desperté, tu pecho estaba justo frente a mis ojos, y no te quejabas, ¡así que pensé en divertirme un poco! ♪ Tuve un mal sueño, así que quería algo para aligerar mi estado de ánimo”.

“¿Cuál fue el sueño?”

“Estuvimos todos en el funeral de Rafael”. La voz de Rafinha vaciló un poco.

“Rani…” Inglis abrazó a Rafinha con fuerza. “Solo por esta vez, ¿de

acuerdo? Saca ese mal sueño de tu cabeza. Pero trata de ser un poco más amable”.

Rafinha se rió entre dientes. “Está bien. Sólo quiero ver cuánto has crecido. No es como si fuera un bebé”.

Pero has estado haciendo esto desde que eras un bebé. Bueno, si no te das cuenta de esto, no hay razón para mencionarlo.

“¡Pero, mmm! Estoy bien despierto ahora. No sé si podré volver a dormirme”. Rafinha se deslizó de la litera. La luz de la luna que entraba por la ventana aún no mostraba señales del amanecer.

“Tal vez hacer algo de ejercicio, entonces?” preguntó Inglis.

“Sí. Eso me ayudará a distraerme, ¡y es una excusa para un refrigerio a medianoche!

Entonces, ¿al hangar? Era lo suficientemente grande para hacer ejercicio, y actuaba como almacenamiento para la cola de Fufailbane, que habían traído como una sola pieza. Podrían cortar un poco para ese refrigerio de medianoche.

“Sí. Vamos, Cris.

Sin embargo, no estaban solos.

¡Sonido metálico! ¡Bash-bash-bash!

Mientras Inglis y Rafinha se dirigían hacia el hangar, fuertes ruidos resonaron desde adentro, como si alguien estuviera golpeando algo.

“¡León!” los dos gritaron al mismo tiempo.

Leon estaba golpeando la cola del dragón en el hangar con sus guanteletes artefacto. Inglis podría haber jurado que esas armas tenían una forma un poco diferente a la de antes. En cualquier caso, los fuertes ecos hablaban de la intensidad de los golpes.

“¿Hmm? Oh, hola, ustedes dos. ¿No podías dormir? Sin embargo, debes asegurarte de descansar cuando puedas.” Leon se secó el sudor de la frente y sonrió.

“Sí… Asegúrate de descansar tú también, Leon”, respondió Rafinha. “¿Estás entrenando? Es demasiado tarde.”

“Supongo… Lo siento, pero estoy tomando prestada esta cosa que trajiste. Esta es la cola de un dragón, ¿verdad? Las escamas son increíblemente duras, son perfectas para perforar”.

“No me importa, pero ¿no te haría más bien un objetivo en movimiento?” Inglis sonrió mientras llamaba a Leon.

“No, gracias. No creo que le diera a ese objetivo sin importar cuánto le di puñetazos, y es posible que me devuelva el golpe con tanta fuerza que vomitaré sangre. No quiero lastimarme demasiado como para hacer algo cuando estamos a punto de pelear contra un Prismer”.

“¿En serio? Una dama finalmente se arma de valor para invitarte a un coqueteo nocturno, ¿y tú la rechazas? Eso no es amable… Y yo también tenía tanta curiosidad por tu nuevo Artefacto…” Inglis estaba literalmente boquiabierto por la anticipación.

“No creo que la mayoría de las damas tengan la definición de ‘coqueteo’ que tú tienes…” Leon se rió irónicamente y volvió a golpear la cola del dragón.

Sus golpes eran intensos, pero desiguales e inconexos. No como él en absoluto. Inglis pensó que podría saber por qué.

“Este hermano de Lahti, el príncipe Windsel, que está al mando de las fuerzas de Alcardian que se acercan al campamento donde Leone y los demás se quedaron atrás, ¿es fuerte?” Inglis preguntó con una sonrisa, y Leon dejó de golpear de nuevo.

“Algunos de nosotros también nos hemos infiltrado en Alcard. Solo estaban allí para recopilar información, por supuesto.

El Prism Flow no cayó mucho sobre Alcard, por lo que el daño de las bestias mágicas fue limitado. Por lo tanto, la dependencia de Alcard de Highland

era limitada, y el [Frente Steelblood] , organizado para oponerse a Highland, no lo consideraba un teatro de operaciones importante. Sin embargo, el aumento de la actividad de Highland, primero a través de Evel y luego de Tiffanyer, debe haberlos convencido de que necesitaban ojos en el suelo. “Pero sí, sobre el Príncipe Windsel, su oficial al mando… se rumorea que acaba de recibir una Runa de clase especial”.

“¡¿Clase especial?!” Rafinha jadeó. “¡¿Como la de Rafael o la tuya?! ¡Pensé que era algo con lo que uno nacía!”

“Bueno, he oído hablar de Runas de clase baja mejorando a Runas de clase media. No es raro que crezcan, aunque se necesita otro paso por la pila bautismal. Pero esta es la primera vez que escucho que uno se convierte en una clase especial.

“Pero, pero entonces… ¿Tienen que luchar contra un caballero tan fuerte? Oh entonces-!”

León hizo una pausa. “¿Y que?”

Rafinha negó con la cabeza. “Oh nada…”

Debió sentir que sería insensible decir algo más. Y ella tenía razón. Inglis estuvo de acuerdo. Por eso le había hecho a Leon la pregunta principal que tenía. Leon no estaba así de insomne debido a la preocupación por la próxima pelea con Prismer. Estaba preocupado por Leone. Fue un antiguo caballero santo. Sabía la verdad detrás de las [Hyeral Menas] , y era un guerrero con convicciones firmes. Rafinha mencionar repentinamente la

situación no lo desviaría de su camino. Estaba preocupado por Leone, pero tenía que enfrentarse al Prismer. Estaba atrapado entre la espada y la pared, y claramente lo estaba devorando por dentro, pero no podía dejarse llevar.

“Oye, Leon, ¿qué tal si entrenas conmigo en lugar de con Chris? No podía dormir, así que vine aquí para hacer ejercicio”.

“¿Hmm? Supongo que no me importa.

“¡Gracias! ¿Deberíamos apostar algo a los resultados?

“¿Cómo qué? Hmm, ¿qué tal una comida? Comes mucho más que yo, así que de cualquier manera ganas esa”.

“No, otra cosa. Si gano, te bajas de este barco.

Entender los sentimientos de Leon, no puedes simplemente señalarlos, tienes que darle la excusa que necesita, pensó Inglis. Así es como se hace. Buen pensamiento, Rani.

“¡Oh! ¿Y si gano? preguntó León.

“Lloraré”, respondió Rafinha en broma, sacando la lengua.

“Oye, vamos, no quiero ser el tipo de persona que hace llorar a las niñas”. Rafinha se rió entre dientes. “Creo que no serás tan malo”.

“Uh, Inglis, dame una mano aquí o algo…”

“En ese caso, yo seré el árbitro”, ofreció Inglis. “¡Comenzar!”

“¡Oye, oye, vamos! ¡Esto es cruel! ¡Me estás obligando a esto!” León protestó. Pero su expresión era una mueca de vergüenza, no de ira.

“¡Entonces, prepárate! ¡Aquí vengo!” Frente a Leon, Rafinha desenvainó su arco artefacto.

-FIN DEL VOLUMEN 7-