Eiyuu Ou (NL)

Volumen 7

Capítulo 5: Inglis, 15 años: Escudero y Capitán II

Parte 2

Apenas una hora después, Inglis y Rafinha estaban en una habitación del palacio. El sonido de la tela arrastrándose había cesado: Inglis había terminado de cambiarse. Su cabello, que había sido despeinado por la batalla, también estaba recién peinado.

“¡Ahí, eso es perfecto! ¡Realmente te ves bien en absolutamente todo! ♪

¡Ahora date la vuelta para mí, gira, gira! ♪ ¡Y dame una sonrisa!”

“Por supuesto. Por supuesto, Rani. Inglis, siguiendo las instrucciones, giró dos veces, luego una tercera, frente a un gran espejo. Su capa, que flotaba en el aire mientras lo hacía, estaba bordada con una versión grande y muy visible de la insignia de él, o ella, que comandaba la Guardia Real de Karelia.

“¡Este conjunto es genial! Siempre pensé que sería muy lindo”.

“Sí, tienes toda la razón. Rani. Inglis siempre había admirado el atuendo que usaban sus amenazantes amigas Hyerales.

“¡Y creo que es perfecto para lo que estamos a punto de hacer! No quiero obsesionarme demasiado con las formalidades, ¡pero realmente marca la diferencia!”. Su respiración estaba entrecortada por la emoción.

“Me encanta lo lindo que es esto. Además, ahora coincido con Eris y Ripple”. El uniforme preparado para su nombramiento se basó en el que usaban las dos [Hyeral Menas] , pero este tenía una insignia de rango

agregada a la capa. Reflejaba la cultura y las tradiciones de Karelia. Inglis había apreciado cómo se veían en uniforme, y se sintió afortunada de probárselo ella misma.

“Creo que están insinuando que debes seguir sus pasos y no hacer nada tonto”.

“Bueno, no tengo intención de ser como ellos. Estoy adoptando un enfoque diferente, uno en el que tendré una pelea divertida en la que nadie tiene que sacrificarse”.

“Ganarás, ¿verdad? ¿Llegaremos a tiempo? La expresión de Rafinha se volvió repentinamente seria cuando agarró la mano de Inglis. La batalla aquí con Rochefort solo había sido un preludio. Fue muy bueno haber tenido la oportunidad de probar la espada de escamas de dragón y una nueva técnica que la utiliza, pero la verdadera pelea esperaba. El Prismer

aún no había llegado a la base de operaciones avanzada en Ahlemin, pero después de una breve ceremonia, tenían que darse prisa. Rafinha estaba

claramente preocupado.

“Déjamelo a mí”, respondió Inglis. Soy tu escudero, Rani. No dejaré que suceda nada que te entristezca”.

“Recuerda, yo creo en ti.”

“Lo sé. Todo irá bien. De todos modos, vamos. Su Majestad y Reddas están esperando.

Los demás habían esperado a que Inglis y Rafinha se cambiaran antes de la ceremonia. Tomando la mano de Rafinha, Inglis la condujo fuera del camerino, con el pecho apretado por el nerviosismo. “Hmm… Creo que esto está un poco apretado”.

Quizás también era el uniforme. La tela estaba incómodamente estirada un poco sobre su pecho.

“Supongo que es para Eris y Ripple… Es un poco… restrictivo…” Mientras hablaba, jugueteaba con su blusa para aflojarla. Eso, al menos, mejoró un poco las cosas.

Rafinha la miró de mal humor. “¿Qué estás haciendo, presumiendo? ¡La mía está tan floja!

“Vaya…? Aha ja ja, creo que el tuyo se ve genial. No te preocupes por eso. Está bien. Eres adorable.”

Cada vez que Rafinha le lanzaba una mirada sobre este tema, Inglis normalmente encontraba las manos de Rafinha sobre ella o Rin

arrastrándose agresivamente sobre ella, por lo que Inglis trató apresuradamente de suavizar las cosas.

Rafinha también se había cambiado con el uniforme de capitán de la

Guardia Real. El corte era el mismo, pero donde se tensaba para Inglis, colgaba sin fuerzas para ella.

Cuando salieron del vestidor, fueron recibidos por las voces de Reddas y los caballeros.

Varios caballeros jadearon. “¡Ay! Cómo-”

“¡Esos uniformes se ven tan bien en ambos!” exclamaron otros.

Al escucharlos, Inglis trató de animar a Rafinha. “¿V-Ves? Todos dicen que nos quedan bien. Estará bien.”

Rafinha suspiró y su expresión malhumorada se convirtió en nerviosismo. “¿Estás… estás seguro de esto? ¿Hacerme hacer esto…?

Inglis y Ripple vestían el uniforme que usaban Eris y Ripple, y ambos portaban la insignia que los marcaba como comandantes. Inglis sería, para esta batalla, el lugarteniente de la Orden de la Guardia Real y el teniente

coronel de la Guardia Real en el campo. Rafinha sería, por ahora, el capitán de la Orden de la Guardia Real y el coronel de la Guardia Real en campaña. Eso fue lo que Inglis había respondido por Rafinha, cuando el rey Carlias le había pedido su deseo.

“Estará bien. Su Majestad dio su asentimiento. Deberias estar orgulloso.” “P-Pero… aún…”

“Estarás bien. Estamos haciendo lo mismo de siempre, ¿recuerdas? En otras palabras, enfréntense cara a cara con un enemigo poderoso, juntos. Podía pensar en ello como el Rey Carlias dando su sello de aprobación a sus

acciones. “Es temporal, así que podemos volver a la academia de caballeros cuando termine, y después de todo, soy tu escudero. De esta manera es más natural. Si el mando fuera solo mío, como escudero no podría exigir el debido respeto, ¿verdad?

¿En qué mundo podría un escudero superar en rango a su caballero, a quien se suponía que debían servir? En ese momento, ya no se les podía llamar

escuderos. Pero Inglis Eucus estaba seguro de que ella era la escudera de

Rafinha. Así era como ella había elegido vivir, y eso era absoluto. Entonces, incluso si fuera una formalidad, quería que Rafinha se parara por encima de ella. Por eso Inglis era el teniente y el teniente coronel, y Rafinha el capitán y el coronel.

Rafinha rió divertida. “No estoy muy seguro de lo que quieres decir con eso, pero estoy seguro de que tienes tus razones”.

“Sí.” Si Rafinha no hubiera hecho nada, esto hubiera sido imposible, pero gracias a que el Rey Carlias se ofreció a cumplir un deseo para Rafinha, Inglis pudo aprovechar esta oportunidad para arreglar sus posiciones como tal. El rey Carlia sin duda sintió que esto la mantendría con una correa más corta, lo cual estuvo bien para Inglis. Esto le permitiría sentirse más

cómoda cuando entrara en batalla con el Prismer, por lo que no le presentó ningún problema. Era una situación de ganar-ganar.

“Pues bien. Se supone que el coronel emite las órdenes estratégicas del teniente coronel, ¿verdad? Creo que la tradicional es ‘haz algo al respecto’.

¿Está bien?”

“Si, entendido.”

Los dos se sonrieron mientras se abrían paso ante el Rey Carlias. Lleno de olores tentadores, el salón ya estaba preparado para un banquete. Inglis había oído que algo estaba planeado como una celebración, pero no

esperaba esta cantidad o calidad de comida. “¡Oh, esto es increíble!”

“¡Guau!” Rafinha jadeó. ¡Quiero un poco de pescado! ¡Y luego un poco de cangrejo y camarones!”.

“Sí. ¡Hemos estado comiendo tanta carne de dragón últimamente, algunos mariscos serán un buen cambio de ritmo! La carne de dragón puede haber sido la cosa más deliciosa que jamás hayan probado, pero después de toda la carne todo el tiempo, era solo humano querer algo de variedad. Y la

selección de platos parecía ser justo lo que se necesitaba para satisfacer esos antojos.

El rey Carlias se aclaró la garganta. “Y aquí estáis los dos, preparados para la batalla que decidirá el futuro de nuestra tierra. Esos uniformes te sientan bien.

Inglis y Rafinha asintieron con satisfacción a su saludo. “¡Gracias!” Los dos se inclinaron con reverencia y se arrodillaron ante él.

“La situación no permite demoras. Seré breve: en este momento de peligro, encomiendo a Inglis Eucus y Rafinha Bilford con plena autoridad sobre la Guardia Real. ¡Debes partir de inmediato hacia Ahlemin y destruir el Prismer!

“¡Sí!” Nuevamente, las voces de Inglis y Rafinha se superpusieron.

“¡Lady Inglis! ¡Señora Rafinha! ¡Felicidades!” Reddas fue el primero en alzar la voz y comenzar a aplaudir.

Los caballeros también dieron sus propios aplausos. “¡Felicidades!” “¡Guíanos bien!”

“Entonces, he preparado un banquete exiguo para ti”, pronunció el rey. “Al menos por un corto tiempo, pueden refrescarse”.

“¡Sí! ¡Gracias!”

Sin embargo, justo cuando los ojos de Inglis y Rafinha comenzaron a brillar, un caballero entró corriendo, presa del pánico.

“¡Su Majestad! ¡Su Majestad! ¡Un mensaje de Ahlemin! ¡El Prismer se acerca a las afueras de la ciudad!

“¡¿Qu-?! ¡Eso es antes de lo que había escuchado!” exclamó Inglis. La

suposición había sido que tenía varios días libres, pero los movimientos del Prismer parecían haber cambiado. No podía estar segura de lo que eso

significaba, pero probablemente no era bueno. No había tiempo que perder. “¡Tenemos que darnos prisa al lado de Rafael!” Rafinha insistió.

Sin embargo…

Grrrg! ¡Grrrrrrrrgl!

A veces sus estómagos tenían planes diferentes.

Inglis y Rafinha se miraron y luego se inclinaron profundamente. “¡Perdónanos, Su Majestad!”

En poco tiempo, los dos estaban fuera.

“¡Muy bien, Cris! ¡Máxima velocidad adelante!”

“¡Sí! ¡Vamos!” Inglis tiró con fuerza del selector de modos de la [Star Princess] .

¡Clunk! ¡Zurrrrr!

Sus motores rugieron a la vida. Teniendo en cuenta la distancia a Ahlemin, esta era la forma más rápida. Había sido cargado a bordo del barco de [Frente Steelblood] cuando regresaron de Alcard y utilizado por Reddas, quien fue el primero en llegar al palacio.

“¡Estaban fuera!”

“Mm. ¡Cuento con usted!” El rey Carlias asintió a Inglis y Rafinha. Le dispararon sus mejores expresiones intrépidas.

Inglis y Rafinha tomaron eso como una señal para partir. Cada uno llevaba un paquete grande. Específicamente, era la comida que acababa de ser

servida. Lo habían envuelto para irse, con las capas blasonadas con insignias que les acababan de dar. No podían hacer nada como comerlo frente al Rey Carlias, pero eso no significaba que no pudieran engullirlo mientras volaban.

“¡Lady Inglis es verdaderamente impredecible!” “¡¿Envolviendo la comida en su capa?!”

“Estoy asombrado…”

Mientras la [Star Princess] se alejaba, los caballeros murmuraron entre ellos.

“Un asunto insignificante frente a otros mucho mayores. Después de todo, un ejército marcha sobre su estómago”, respondió el rey Carlias con calma.

◆◇ ◆

El pueblo de Ahlemin había pasado una noche sin dormir, atormentado por la tensión y el clamor.

“¡Date prisa! ¡El enemigo ya casi está aquí! ¡A vuestros lugares!”

“¡Todas las entradas a los túneles están abiertas! ¡Prepárate para retroceder rápidamente en cualquier momento!”

Este Prismer había sido encerrado en hielo, originalmente enterrado en Ahlemin. El desarrollo de la ciudad siempre había tenido en cuenta la presencia del Prismer al planificar. Los túneles subterráneos eran solo un aspecto de esto, y se habían ampliado aún más en preparación para esta

batalla. Se habían traído alimentos y suministros, transformando el lugar en una fortaleza subterránea. Bajo el embajador Theodore y su predecesor, el embajador Muenthe, las fuerzas de Karelia habían comenzado a adoptar Flygears y Flygear Ports, pero la mecanización de sus fuerzas estaba lejos de ser completa. Estos preparativos estaban destinados a permitir que la

infantería a pie permaneciera a cubierto mientras luchaba en un área amplia.

Mientras los caballeros salían nerviosamente de sus túneles para tomar posiciones para luchar contra el Prismer, Yua observó la espeluznante

escena sin comprender. Estaba sentada en el techo del edificio más alto de la ciudad, con las piernas colgando en el aire. Pensó que probablemente era el edificio donde se había guardado el Prismer. Otros habían comentado que no era el mejor lugar para relajarse, pero a ella le gustaba estar allí. Se

sentía como en casa, de alguna manera. Cuando tenía tiempo libre, holgazaneaba en el techo, que era precisamente lo que estaba haciendo ahora.

“¡Oye! ¡Yuá!” Escuchó que su nombre era llamado por un Flygear que se acercaba.

“¿Qué tal, Larguirucho?” Era su compañero de clase en la academia de caballeros, Morris, uno de sus pocos amigos.

“¡¿A qué te refieres con ‘sup?! ¡¿No ves la conmoción?! ¡Viene el prisma!

Silva gritó enojado desde un Flygear separado. La mayoría de los

estudiantes de la academia de caballeros se habían reunido en un solo lugar, pero cuando Yua todavía estaba ausente, le preguntaron a Morris por su ubicación. Naturalmente, Silva había venido a recogerla.

“Lo siento, Cuatro Ojos. Se siente bien aquí…”

“Todo un pez gordo, ¿no es así?”, se burló Silva. “Sin miedo a nada, incluso en una situación como esta, simplemente sigo con mi vida como siempre”.

“Ah, alabanza. Gracias.”

“¡No, eso no fue un elogio! ¡Fue sarcasmo!” Aunque, si fuera honesto, sería un elogio a medias. Mientras todos los demás intentaban reprimir su miedo y enfrentarse al Prismer, Yua estaba tranquila y no afectada. Eso fue impresionante, al menos.

“Vaya, mirándote empiezo a pensar que podríamos tener una oportunidad. No estás intimidado en absoluto”. Morris suspiró.

“No hay razón para sentirse intimidado”, respondió Yua. “No es tan aterrador… Sabes, puedo sentirlo…”

“De todos modos… ¡agrupémonos y unámonos a la directora Miriela!

¡Morris te llevará! dijo Silva.

“Cosa segura.” Yua saltó ágilmente sobre el Flygear de Morris.

“¡Muy bien, vamos!” Con Silva a la cabeza, fijaron rumbo al sector que discurría a lo largo del muro oriental. Navegando por el aire sobre la ciudad, Silva de repente gruñó. “¡Aquí vienen! ¡He visto un enjambre de bestias mágicas!”

Un grupo de bestias mágicas parecidas a pájaros salpicaban el cielo del este. Silva gritó para informar rápidamente a los caballeros formados en el suelo. “¡Todo el mundo! ¡He visto al enemigo al este! ¡Varias bandadas de bestias mágicas parecidas a pájaros! Pero llevan algo en los pies… Espera, ¡esos

son humanoides! ¡Bestias magicitas humanoides!”

“¡¿Son qué?!”

“¡¿Que demonios?!”

“¡¿Es eso posible?!”

Un revuelo se extendió entre los caballeros en el suelo. ¿Se equivocó Silva? Ciertamente no estaba mintiendo. Aún así, había visto bestias mágicas demihumanas antes, pero estas parecían diferentes. Y además, sabía que los demihumanos habían sido eliminados. No había forma de que hubiera más.

Entonces, ¿qué eran estos?

El Prismer tuvo un efecto como el Prism Flow mismo, transformando la fauna local en bestias mágicas. ¿Eran estos Highlanders que se habían transformado, ya que eran vulnerables al Prism Flow? No, eran demasiados. No había forma de que tantos Highlanders se hubieran acercado al Prismer. Vivían en Highland precisamente para poder evitar la amenaza de Prismers y Prism Flow.

“¡S-Silva! ¡¿Que son esos?!” preguntó Morris.

“¡No sé! De todos modos, ¡tenemos que decírselo al director! Silva y los demás corrieron hacia el puerto Flygear de la academia de caballeros, que se cernía sobre los muros del este. Allí estaba Miriela, al mando de sus alumnos.

“¡Directora Miriela!” llamó Silva.

“¡Ay, Silva! ¡Gracias por traer a Yua!”

¡Hay una emergencia! ¡¿Qué son esas bestias magicitas humanoides?!

¡Dudo que sean Highlanders, y ¿no fueron eliminadas las bestias mágicas demihumanas?!”

“¡No lo sé, pero no tenemos tiempo para pensar en eso ahora mismo! ¡Las bestias magicitas son bestias magicitas! ¡Intercéptalos sin dudarlo!” Miriela dijo bruscamente, con una expresión severa.

“Pero-!” Justo cuando Silva habló, sintió algo como una niebla matutina que repentinamente llenó el aire a su alrededor. Brillaba débilmente, en todos los colores del arco iris.

Los caballeros en el suelo estaban alborotados.

“¡¿Eh?! ¡¿Que es eso?!”

“¿Está haciendo algo como Prism Flow?”

“¡Mantente en guardia! ¡Incluso el animal más pequeño a tu alrededor puede convertirse en una bestia magicita!”

De repente, un caballero se derrumbó después de dejar escapar un gutural “¡gahhhhh!” Entonces, así como así, su cuerpo comenzó a transformarse. Se hinchó, adquirió una piel exterior dura y pétrea y empezó a brillar como una gema.

“¡¿E-Se convirtió en una bestia magicita?!” gritó otro caballero. “¡Imposible! ¡¿Cómo puede un hombre convertirse en una bestia magicita?!” Silva jadeó. Sus temores no se habían equivocado. Estaba viendo un horror desplegarse ante sus ojos. No era ningún truco, ninguna ilusión. Esta era la realidad. Y ese caballero no era el único que gritaba…

“¡Gah! ¡Aaagh! ¡Quema! ¡¿El polvo de prisma…?!” Morris, pilotando un Flygear con Yua detrás de él, comenzó a temblar y retorcerse. Como si algo estuviera escondido debajo de su ropa, una luz brillante brilló en todos los colores de su pecho.

¡Morris! No sé qué es esa cosa, ¡pero deshazte de ella! ¡Es peligroso!”

Pero las palabras de Silva no le llegaron a tiempo. El Flygear perdió el control y se estrelló contra el suelo.

“¡¿Ah-?!” Yua logró saltar y aterrizar de forma segura. Pero Morris, junto con el avión, se detuvo con fuerza y, al igual que el caballero anterior, su cuerpo comenzó a transformarse. “Tutor…?” ella preguntó.

“¡Grahhhhhhhh!”

Con eso, Morris ya no era humano.