Eiyuu Ou (NL)

Volumen 7

Capítulo 3: Inglis, 15 Años: El Frente Oriental III

Parte 1

“Nnn… ugh…”

Cuando Rafael recuperó la conciencia, pudo distinguir la imagen borrosa de una ventana redonda con forma de mirilla. A través de él, solo vio el color

azul. “El cielo…? ¡¿Estoy en un barco?! Espera, ¡¿qué le pasó al Prismer?!”

Luego se dio cuenta de que tenía que estar de regreso a bordo del barco del embajador Theodore, que sirvió como base de los Paladines para esta operación, mirando a través de un ojo de buey. Lo último que recordaba era que, durante la batalla con Rochefort, el Prismer con forma de pájaro se había liberado de su hielo y disparado innumerables ráfagas de luz.

“¡Ay, Rafael! ¡Gracias a Dios, estás despierto! Eris exclamó.

“¿Te sientes bien? ¿Te duele algo? Preguntó Ripple. Ambos estaban en la cabaña con él. Probablemente lo habían estado cuidando.

“Estoy bien. Gracias por protegerme. Estaban preocupados por él, pero ellos mismos estaban en un estado lamentable. El cuello y el brazo de Ripple estaban vendados, y Eris llevaba un parche en el ojo. Ambos habían saltado al frente para protegerlo del ataque del Prismer. Fue gracias a ellos que estaba sano y salvo.

“Estaremos bien. ¡Las [Hyeral Menas] son difíciles! ¡Espera un poco y estaremos todos mejor!” Ripple vitoreó.

“Sí, por favor, no te preocupes por nosotros”, estuvo de acuerdo Eris. “Nos vemos mucho peor de lo que nos sentimos. Solo estamos cubriendo nuestras heridas para que los que nos rodean no se preocupen. No tienen ningún efecto sobre nuestra movilidad”.

Rafael hizo una pausa, inseguro. “Oh… gracias a ambos. Er, ¿cuánto tiempo he estado inconsciente?

“¿Has estado fuera por… alrededor de siete días?” Dijo Ripple. “Sí, eso suena bastante bien”, estuvo de acuerdo Eris.

“¡¿Una semana entera?! ¡¿Tanto tiempo lejos de mis deberes con el Prismer activo?! ¡¿Qué pasó después de que me desmayé?!”

“El Prismer avanza hacia la capital. No parece tener prisa, por lo que nos mantenemos en su camino, organizando una retirada lenta mientras lo vigilamos”.

“Hasta ahora, no hay ciudades en su camino”, intervino Ripple. “Así que supongo que tal vez no haya daños significativos…”

“Ya… ya veo”, dijo Rafael. “Pero el Prismer es como una masa de Prism Flow: ¿son bestias mágicas creadas por eso que se desbordan en el área circundante y atacan pueblos y aldeas?”

“Sí, eso ha estado sucediendo”, confirmó Eris. “Los paladines se han dividido en varios escuadrones y están eliminando a las bestias mágicas que llegan a las aldeas cercanas al camino del Prismer bajo el mando del príncipe Wayne y el embajador Theodore”.

“Ya veo… ¿Nuestras fuerzas son suficientes?”

“Las cosas están bien”, dijo Ripple. Por ahora, nosotros… ¿tenemos refuerzos?

“¿Qué quieres decir con ‘respaldo’, Lady Ripple?” Preguntó Rafael.

“El [Frente SteelBlood] . Parecen estar cazando las bestias mágicas que genera el Prismer, reduciendo su número”.

“¡¿El [Frente SteelBlood] ?! ¡¿Está… está bien?!”

“’Cualquier puerto en una tormenta’, acordaron el príncipe y el embajador”, señaló Eris. “Estaba un poco en conflicto al principio, pero puedo ver su punto. Sufrimos grandes pérdidas en esa última pelea, por lo que los Paladines por sí solos son insuficientes para proteger a la gente.

“Está bien”, dijo Rafael. “Entonces supongo que podemos contar con ellos por ahora, Chris y Rani dijeron que también tienen una [Hyeral Menas] . Y ahí está León…”

“Sí…” Eris estuvo de acuerdo.

“¿Ver? ¡Estará bien!” Dijo Ripple. “¡Tenemos que mirar hacia adelante, no hacia atrás!” No pudo evitar tratar de mantener el ánimo de todos, y Rafael se encontró sonriendo y asintiendo.

“¡Sí, Lady Ripple! Por cierto, ¿qué fue de él… de Rochefort?

“No lo sé… Quedó impresionado por el mismo ataque que nos atrapó a nosotros, y no lo vi después. Tampoco tengo idea de dónde terminaron el resto de las fuerzas de Venefic”.

“Manejando una amenaza hieral transformada como esa, no hay duda real sobre lo que le sucedió”, señaló Eris. “Supongo que sus fuerzas retrocedieron a sus propias tierras después de perder a su general”.

“Ya veo”, dijo Rafael. “Me pregunto por qué eligió hacer algo tan suicida”.

“No entiendo. Ni siquiera parecía estar en un estado mental claro”, estuvo de acuerdo Eris.

“Sí… era un desastre. Ese arrebato suyo probablemente despertó al Prismer”, dijo Ripple.

“Me pregunto por qué pudo recibir la bendición de una [Hyeral Menas] …”, dijo Rafael. “Pensé que a menos que sus corazones fueran uno, ella no podría transformarse en un arma…”

“Eso sugeriría que su [Hyeral Menas] aceptó su elección de acciones”, señaló Eris.

“A mí no me lo pareció”, dijo Rafael.

“No estoy seguro, ya que ella se había transformado cuando llegué, pero…” “Lo mismo aquí”, dijo Ripple. “¿Cómo es ella?”

“Su nombre es Arlés. Ella es una demihumana como tú, Ripple, pero parecía completamente diferente, más melancólica…” explicó Rafael.

“¿Que se supone que significa eso?” Preguntó Ripple. “¿Estás diciendo que soy demasiado impertinente?”

“¡Ah, ejem…! Es solo que… pensé que la mayoría de los semihumanos tenían una personalidad optimista como la tuya.

“Bueno, eso depende de la persona, ¡ya sabes! Pero… ¡oh, cierto! ¡Su telepatía!

“¿Eh? ¿Qué quieres decir?”

“¿Recuerdas que te dije que escuché una voz que nadie más escuchó cuando Eris y yo fuimos a ver cómo estaba el Prismer?” Esa debe haber sido la telepatía de esa chica de Arles. Ambos somos demihumanos, así que debe haber sido…

“Oh, cierto, la forma en que te comunicas”.

Anteriormente, la telepatía de Ripple se había utilizado para atraer a las bestias mágicas, que alguna vez fueron demihumanos, a una trampa. Aquí,

sin embargo, estaba funcionando como debería, permitiéndoles comunicarse incluso a distancia.

“Sí. Pensé que era el único demihumano que quedaba, así que no me di cuenta. Así que hay otra [Hyeral Menas] demihumana…”

¿Has oído la voz de lady Arles? ¿Qué tenía que decir?

“Quería que huyéramos… como si estuviera preocupada por nosotros”.

Entonces, ¿lady Arles estaba preocupada por lo que estaba haciendo Rochefort?

“Sí. Al menos eso pienso.”

“No lo entiendo…” Rafael se desplomó y sacudió la cabeza. “¿Eh?”

“¿Qué quieres decir?” preguntó Eris.

“Entonces por qué…?” Continuó Rafa. “¿Por qué Rochefort podría transformarla en un arma? Se supone que ese es el poder supremo, solo disponible cuando el corazón de uno se une con el de una [Hyeral Menas] ; si ella estuviera preocupada por ti, Ripple, no puedo ver cómo se alinearían sus voluntades”.

“La alineación de voluntades no es la única forma en que los corazones pueden ser uno”, señaló Eris.

“Así es”, estuvo de acuerdo Ripple. “Pero es un poco triste. Todavía debe ser joven… No me refiero físicamente, me refiero aquí. Ripple palmeó su pecho para indicar lo que había debajo: su corazón.

“¿Eh? ¿Qué quieres decir?” Preguntó Rafael.

Las dos [Hyeral Menas] guardaron silencio, un poco desconcertadas por la ingenuidad de Rafael en este departamento. Era un joven atractivo, correcto, amable, compasivo, abnegado, la imagen de un héroe, pero tan ingenuo.

“De todos modos, dejémoslo así”, dijo Rafael. No tiene sentido insistir en ello, nunca volveremos a ver a Rochefort. Estoy más preocupado por nuestra propia situación”.

“Sí. Sin embargo, desearía haber podido hablar más con Arles…”, dijo Ripple.

“Las [Hyeral Menas] no mueren,” dijo Eris. “Algún día, podemos enfrentarnos nuevamente a ella y a su nuevo caballero sagrado”.

“Sí, pero ella debe estar pasando por un momento tan difícil en este momento…”

Estoy seguro de que lo es. Sin embargo, por doloroso que sea, solo ella puede salir de él”. Eris y Ripple asintieron el uno al otro, con los ojos bajos, como si recordaran algo.

“Por cierto, Lady Eris, ¿dónde estamos ahora?” Preguntó Rafael.

Estamos por encima de Ahlemin. Si el rumbo del Prismer sigue siendo el mismo, pasará por aquí, donde pasó tanto tiempo descansando. Hemos juzgado que es probable que haga otra visita”.

“Realmente no sé cómo piensan los Prismer, pero tal vez le gustó el lugar”. sugirió Ripple.

“Entonces… la batalla decisiva se lleva a cabo cuando llega aquí”, dijo Rafael.

“Sí”, confirmó Eris. “Al menos, eso es lo que el príncipe y el embajador han planeado. Si pasa por aquí, el Prismer podría llegar a la capital. Tenemos que lidiar con eso antes de eso. No solo tendremos los Paladines; las levas feudales también se están reuniendo en Ahlemin”.

“Creo que los niños de la academia de caballeros también vendrán”, dijo Ripple. “Vi a Miriela yendo a ver a Wayne hace un momento”.

“¡Oh, hola a todos! ¿Necesitas algo?” La puerta de la cabaña se abrió y la directora Miriela asomó la cara.

“¿Eh? ¿Miriela? Preguntó Ripple.

“Escuchar a escondidas es de mala educación”, comentó Eris.

“¡Oh, lo siento! ¡Escuché mi nombre justo cuando llegué aquí!” Miriela tardíamente llamó a la puerta mientras hablaba.

“Ja, ja, ja… Me alegro de verte, Miriela”, dijo Rafael. Cuando era estudiante en la academia, había pasado gran parte de su tiempo entrenando con ella, quien en ese momento ya se había graduado y era un cadete de caballero sagrado. Habían mantenido una amistad desde entonces.

“Rafael… Escuché que estabas inconsciente, recuperándote de tus heridas de batalla. ¡Me alegro de que estés bien!”

“Sí, Lady Eris y Lady Ripple me cuidaron muy bien”. “Excelente. Eris, Ripple, ¿cómo están sus heridas?

“¡Bien, bien, ya casi estoy curado!” Ondulación respondió. “Sí, el mío también”, estuvo de acuerdo Eris.

“Miriela, lamento que hayan tenido que movilizar a los alumnos de la academia”, se disculpó Rafael. “Todo se debe a mi falta de valor…”

“¿Qué estás diciendo?” protestó Miriela. Por supuesto que no… De todos modos. Escuché que el enemigo está empuñando una [Hyeral Menas] como arma contra otros humanos. Me alegro de que todavía estés a salvo, después de haber enfrentado eso. Lo que viene después aún no se ha decidido”.

“Sí… Por cierto, ¿Rani y Chris también vendrán?”

“No, están en una misión especial a Alcard en el norte, y todavía están allí”.

Eris y Ripple habían hablado con el príncipe Wayne y el embajador Theodore acerca de convocar a Inglis y Rafinha mientras Rafael dormía, pero parecía que habían cometido un grave error de cálculo. Si las chicas aún hubieran estado en la capital, ella ya habría estado aquí, pero al haber

sido enviadas como enviadas especiales a Alcard, es posible que no lleguen antes que el Prismer. Si el Prismer les ganó a Ahlemin, Eris y Ripple tendrían que hacer todo lo posible para resistir el mayor tiempo posible.

“Ya veo… Me gustaría terminar esto antes de que se vean arrastrados a esto…” Estaba preocupado no solo por la amenaza directa de que Inglis y Rafinha fueran arrastrados a la pelea con el Prismer, sino también por la posibilidad para que lleguen después de su victoria pero sean testigos de su muerte. Si era posible, quería protegerlos de ambos. Aunque no estén de acuerdo o no entiendan…

“¡N-No, Rafael! ¡No debes impacientarte! Incluso si no podemos derrotar al Prismer, ¡podríamos cambiar su curso y ahuyentarlo! ¡Haremos todo lo posible para que eso suceda!”. Miriela insistió.

“Sí. Gracias.”

“Pero si llega a eso, si no hay otra opción… no podemos hacer nada más que confiar en ti. Lo siento Rafael. Tengo una Runa de clase especial, pero te

estoy presionando todo esto. ¡Lo siento mucho!” Miriela inclinó la cabeza profundamente. Normalmente, ella era tranquila y tolerante. Pero ahora, su voz temblaba y parecía probable que rompiera a llorar.

“No. Cada uno tenemos nuestro lugar… y yo acepto el mío. Usted también es importante para nuestro futuro. Construye la fuerza que protegerá esta tierra. Creo que el Príncipe Wayne tenía razón cuando te eligió para entrenar a una nueva generación de caballeros, armados con la nueva tecnología de las Tierras Altas”.

“Pero siempre me ha preocupado que solo estaba huyendo y… no, lo siento. No es momento para mis quejas. No con lo que te pesa.

“Estaré bien. No te preocupes por mí. Cuando llegue el momento, haré lo que deba. No importa qué.” Rafael sonrió y asintió a Miriela.

“Rafael, realmente eres una persona increíble. Mirándote, me siento como si fuera un niño pequeño… Me avergüenzo de mí mismo”.

Un caballero sagrado era la última esperanza del país, de la humanidad. Un héroe, brillando en gloria para que todos lo vean, aunque no tan glorioso

como proclama, debido al efecto, mantenido en secreto del público, de ejercer una amenaza hieral.

Así como un caballero sagrado se enfrentó a bestias mágicas, también deben fortalecer su voluntad, perfeccionar sus creencias, para enfrentar al segador que los acecha. Su realidad era mucho más cruda de lo que parecía a los

extraños. Sin embargo, empujado a esto, Rafael aún mantuvo el porte de ese héroe. Sorprendió a Miriela. Sin embargo, al mismo tiempo, la dejó con un profundo respeto por él.

“¿E-En serio? Perdón…”

“No, no es necesario que te disculpes”.

“Está bien, Miriela”, intervino Eris. “No eres solo tú. A veces nos sorprendemos sintiéndonos de la misma manera”.

“Sí, también estamos impresionados por él. Sus padres lo criaron bien”. Ondulación asintió.

Rafael se rió. “Bueno, Rani recibió la misma educación”.

“Creo que es una chica muy agradable”, dijo Miriela. “A veces un poco malhumorado, pero con buen corazón”.

“Mm… Tienes razón”, coincidió Ripple. “Un fuerte sentido de la justicia, pero amable”.

“Ella tiene una fuerte brújula moral”, dijo Eris. “Ella me recuerda a ti.”

“Aunque supongo que se ha ganado la reputación de ser un poco exagerada por pasar tanto tiempo con Inglis”, agregó Miriela. “Ella definitivamente come un poco demasiado”.

“Tal vez es más que Inglis es manejable porque Rafinha la vigila”, sugirió Ripple.

“Sí estoy de acuerdo. No entiendo a esa chica… Ni su poder, ni cómo piensa, ni nada sobre ella”, dijo Eris.

“Parece la cosita más delicada y preciosa, pero en el fondo hay un demonio tratando de salir”, coincidió Miriela.

“Me pregunto cómo resultó de esa manera…”, reflexionó Eris.

Pero era precisamente ese poder inexplicable, ese intrépido espíritu de lucha, lo que necesitaban en este momento. No había otra manera de derrotar a un Prismer que no fuera que un caballero sagrado ejerciera su [Hyeral Menas]

, y después de esa batalla, la vida del caballero se agotaría sin importar nada. Eris quería romper ese ciclo, esa tragedia recurrente. Si lo hiciera, el destino de Rafael cambiaría. Era demasiado joven para morir.

Rafael no pudo evitar reír irónicamente. “Ja, ja, ja, los padres de Chris no son tan diferentes de los míos”.

“De todos modos, debería irme ahora. Los estudiantes que traje conmigo están esperando”. Miriela se despidió de Rafael y los demás y salió a la bodega del barco. Allí, los mejores alumnos de la academia esperaban su regreso. A la cabeza estaba un senior con una Runa de clase especial, un caballero sagrado cadete—Silva.

“¡Directora! ¿Cómo está sir Rafael?”

Acababa de volver en sí cuando yo llegué. No te preocupes, está bien”. “Ya veo. Desearía haberlo saludado también”. Para Silva, Rafael era un

modelo a seguir respetado. Un hombre que encarnaba todo lo que esperaba ser como un santo caballero.

En el pasado, Miriela había invitado a Rafael a la academia de caballeros para un entrenamiento especial, y el rostro de Silva se iluminó cuando le pidió un partido a Rafael. Seguramente, Silva ahora esperaba con ansias lo que podría aprender al ver a Rafael en acción contra el Prismer; aún no sabía la verdad de la relación entre los santos caballeros y las [Hyeral Menas] . Desafortunadamente, no podía hablar de asuntos tan complicados con él en la habitación, así que le pidió que la esperara para ver cómo estaba Rafael.

“Lo siento. No quería que nada interfiriera con su recuperación. ¡Pero en cambio, he traído a alguien que extrañabas aún más!”

Ripple se asomó por detrás de Miriela. “¡Hola! ¿Cómo están todos?” Su

estado de ánimo era completamente inapropiado para la situación, y Miriela se alegró de haber elegido ignorarlo y alegrar las cosas de todos modos.

“¡Lady Ripple!” Silva jadeó. “¡Sí, he podido entrenar duro sin ningún problema, gracias a ti y a los demás que defienden nuestro país!”

“Bueno, estamos en este lío porque no hemos logrado protegerlo… Perdón por arrastrarlos a todos a esto”.

“No, si puedo ayudar de alguna manera, ¡estaría feliz de hacerlo! Si hay

alguna preocupación sobre el estado de Sir Rafael, ¡puedo luchar junto a ti en su lugar! ¡Solo pregunta!”

Miriela quedó impresionada por su determinación y pensó que podría llegar un día en que pelearía junto a Ripple, pero no hoy. Como mínimo, necesita saber la verdad, aceptarla y aun así estar decidido a luchar. Hasta entonces, si Rafael cae y se necesita un reemplazo, lucharé junto a Eris y Ripple. Un maestro no sacrifica a sus alumnos. Incluso si eso significa ignorar las órdenes del Príncipe Wayne, no me doblegaré a eso, se juró a sí misma.

“¿Eh? ¿Qué pasa, directora Miriela? preguntó Silva. “Te ves pálido.” “¡Oh, no es nada!” Miriela insistió. “¡Estoy bien!”

“Bueno, haré todo lo posible para asegurarme de que no tengas que pelear, así que no seas tan duro contigo mismo. ¡Solo anímanos!” Ripple palmeó el hombro de Silva.

“¡S-Sí! ¡Haré mi mayor esfuerzo! ¡Incluso Yua se está tomando esto en serio, así que por supuesto que yo también puedo!”

Silva parecía inusualmente tenso ante el contacto físico de Ripple. Sin

embargo, sus palabras eran ciertas. Yua estaba esperando pacientemente en lugar de quejarse o dormir la siesta. En cambio, estaba sentada junto a las puertas abiertas de la bahía del hangar, golpeando con los pies el casco

exterior mientras miraba fijamente.

“¡Oh, guau, tienes razón! ¡Yua no está durmiendo ni tratando de irse! ¡Qué buena chica!” Ripple fingió jadear. Esto era una anomalía en sí misma, pero en cualquier caso, Ripple se acercó a Yua y la llamó. “¡Cuánto tiempo sin verte, Yua! ¿Como has estado?”

“¿Dama Orejas de Perro? Buenas tardes. Tus orejas y tu cola se ven tan lindas hoy”.

“Ajá, gracias, realmente no les presto atención. Son solo algo que tengo. De todos modos, siento haberte arrastrado hasta aquí, ¿sabes? Pero tenemos que trabajar todos juntos para esta lucha”.

“Sí. Está bien. Lo haré lo mejor que pueda.” Yua no tenía expresión, pero parecía llena de motivación por cualquier razón.

“¿Incluso tú, Yua? ¡¿Miriela, Silva?!, ¡¿escucharon eso?!” “S-Sí… ¿Qué te pasa, Yua?” preguntó la directora Miriela.

“Yua, me alegra escuchar eso, pero las cosas aquí serán un poco diferentes de lo normal”, dijo Silva.

“Me siento bien en este momento. Estar aquí se siente nostálgico”, dijo Yua. “¿Te sientes nostálgico, Yua?” Preguntó Ripple.

“Sí. ¿Quizás me recuerda a mi papá? “‘Quizás’?”

“Realmente no lo recuerdo…”

“Sería bueno que lo vieras de nuevo algún día, ¿verdad?” Dijo Ripple.

“Sí.” Yua asintió con indiferencia y comenzó a dar golpecitos con los pies nuevamente mientras miraba hacia la ciudad de abajo. “Hmm-hm- hmmmm… ♪” Realmente parecía sentirse bien, mientras un leve murmullo escapó de sus impasibles labios.