Eiyuu Ou (NL)

Volumen 7

Capítulo 2: Inglis, 15 Años: El Frente Oriental II

Parte 2

Después de que Inglis explicara la verdadera naturaleza de las [Hyeral Menas] y los caballeros sagrados, la conmoción de Reddas resonó en la habitación. “¡¿Q-Qué?! ¡¿Es eso cierto, Lady Inglis?!”

“Sí, lo es. Estoy seguro de ello. Entiendo por qué puedes tener tus dudas, pero…”

“Es cierto que en todas las historias que he escuchado, el caballero sagrado ha muerto después de la batalla con el Prismer, pero pensé que era

simplemente por lo intensa que fue la batalla, y que mi hermano Silva lucharía lo suficientemente bien como para dar un contraejemplo.”

“No es así. Para Highland, los caballeros sagrados lo suficientemente fuertes como para derrotar a un Prismer deben ser derrotados antes de que puedan mostrar sus colmillos contra Highland también”, explicó Inglis. “La

superficie es su jardín, y lo mantienen bien podado no solo destruyendo el Prismer sino también al caballero sagrado que encarna la máxima fuerza por parte de los países de la superficie: es un plan inteligente, uno que refuerza la relación de status quo entre los superficie y Highland.”

Reddas gruñó con desdén. “Lady Inglis, ¿estás diciendo que las [Hyeral Menas] que son nuestros guardianes también son, para mi hermano Silva, segadores aquí para quitarle la vida?”

“Podrías decirlo. Y creo que es por eso que el número de personas que saben la verdad se mantiene al mínimo. Si esto fuera ampliamente conocido, las [Hyeral Menas] se resentirían, incluso se opondrían. Lo cual sería motivo de preocupación para los gobernantes del país. En la práctica, no hay forma de proteger a los países de la superficie que no sea con [Hyeral Menas] , por lo que, para garantizar la unidad, es preferible que sean reverenciados

como guardianes. Que ni siquiera tú, el capitán de la Guardia Real, lo sepas es una prueba en sí misma. Me imagino que la información se limita a los mismos caballeros santos y a la familia real.

“Pero eso es, Lady Inglis, incluso si eres tú quien lo dice, no puedo creerlo tan fácilmente”.

“Pero, Sir Reddas”, intervino Liselotte con cautela, “d-debe ser cierto.

Recuerda lo que dijo el hermano de Leone, lo que Leon acaba de decir. Que lo que Inglis estaba a punto de decirnos era cierto. Inmediatamente supo de qué iba a hablar.

“Sí. Así es, Liselotte”, confirmó Inglis.

“Yo… Leon, no sabía… No tenía idea…” Leone miró al suelo, su voz vacilante.

“Debe haber decidido que tal arreglo no podría proteger verdaderamente a la gente de la superficie. Los caballeros sagrados pueden proteger a la gente de Prismers, sí, pero no de Highland o los Highlanders”, explicó Inglis.

“S-Sí, supongo… Ah, cómo desearía que hubiera venido con nosotros…” Leone apretó sus manos temblorosas frente a su pecho.

Inglis no podía ver el rostro de Leone, inclinado como estaba, pero estaba segura de que la niña estaba haciendo todo lo posible por contener las lágrimas. “Pero él causó problemas para ti y para la gente de Ahlemin. Creo que simplemente pensó que no podía enfrentarte después de eso.

“Es tan propio de él. Siempre actúa tan frívolo, pero en realidad es increíblemente sincero”.

“Sí.” Inglis sonrió y colocó una mano sobre el hombro de Leone. Mientras lo hacía, Liselotte se acercó desde el otro lado y sus manos se superpusieron.

“Rafael es un poco diferente a León. Creo que él cree, incluso si no cambia las cosas con Highland, si aparece un Prismer, alguien tiene que luchar y proteger a la gente de él. Ninguno de ellos está bien o mal; simplemente lo ven de otra manera. Ambos entienden eso del otro. Por eso Rafael no le guarda rencor a Leon, y por eso Leon dijo que quiere que ayudemos a Rafael.

“C-Correcto…”, murmuró Leone, asintiendo profundamente.

“Llevan tales cargas que nunca supimos…”, comentó Liselotte. Rafinha, mientras tanto, abrazó en silencio a Inglis.

“Rani… Eso debe haberte sorprendido. Sé que es algo difícil de escuchar.

¿Estás bien?” preguntó Inglis.

“Lo siento, Chris”, dijo mansamente. “¿Eh?”

“Debe haber sido duro mantener esto en secreto. Lamento no haber estado ahí para ti”.

“Rani… gracias. Eso es muy amable.

Rafinha debe haberse sorprendido al escuchar noticias tan terribles que llegaron tan cerca de casa, pero aun así aprovechó la oportunidad para mostrar preocupación sobre cómo afectaba a otros. Inglis estaba contenta de que Rafinha hubiera crecido amable y fiel a sí misma, contenta y orgullosa como un abuelo artificial que se describe a sí mismo.

“Estoy bien. Perdón por ocultarlo todo este tiempo. Ripple me lo había pedido, así que…” agregó Inglis.

“Bueno… esa parte me hace enojar un poco”. El abrazo de Rafinha a Inglis se hizo más fuerte.

“¡Ay! V-Vamos, ¡te lo compensaré!” “¿Está seguro?”

“Por supuesto. Es por eso que Eris y Ripple me están llamando, ¿verdad? No estoy obligado por nada. Entonces, si derroto al Prismer, Rafael no tiene que morir. Nadie tiene que sentir ese dolor. Estoy seguro de que a Eris y Ripple les duele ver morir a los caballeros sagrados una y otra vez. Y no me quejo exactamente de la posibilidad de priorizar a un enemigo poderoso. Así que funciona para todos”.

“¡Es tan propio de ti, Chris!” Rafinha salió de su depresión abatida.

Quedaban algunas lágrimas secas, pero su expresión había recuperado su brillo habitual. “No estoy muy seguro de lo que dice sobre ti estar contento con la situación, pero supongo que ¡vamos a combatir el fuego con fuego!”

“Bueno, eso no es muy educado, pero sí, voy a acabar con ese Prismer con la espada que me dio Fufailbane”. Inglis se rió entre dientes. “¡De todos modos, no es más que una gran bestia mágica gorda!”

Una poderosa espada forjada con las escamas de un antiguo dragón: un Prismer sería el primer enemigo perfecto para ella. Las bestias mágicas realmente eran grandes enemigos. Tenían un enfoque único para luchar, no como Fufailbane o Evel con sus intrigas y conspiraciones para evitar batallas desventajosas.

“Yo, eh, no creo que el Sr. Dragón te lo haya dado”.

“Cierto, cierto, más bien se lo quitaste a la fuerza”, observó Leone.

“Supongo que eso es combatir el fuego con fuego”, dijo Liselotte. “Los dragones antiguos son seres peligrosos”.

“¡Eso es lo que pasa con tu enfoque, Chris! ¡Todos se queman!”

“¡Caramba, por qué están siendo tan malos!” Inglis se quejó. “Ah, bueno, supongo que eso significa que te sientes mejor. De todos modos, entonces,

¿qué vamos a hacer? Esta fue mi razón para sugerir que deberíamos regresar rápidamente, pero…”

Rafinha ahora sabía la verdad sobre los santos caballeros. Inglis sugeriría regresar a Karelia ahora, pero si Rafinha decidiera no hacerlo, aceptaría.

“Hmm…” La frente de Rafinha se arrugó.

Leona habló. “¡No hay necesidad de preocuparse por eso, Rafinha! ¡Regresa ahora mismo!”

“¡Leona… pero—!”

“¡Entiendo tu preocupación! ¡Liselotte y yo nos quedaremos aquí para tratar de lidiar con el ejército alcardiano! ¡Nos separaremos, tú e Inglis regresarán ahora! ¿Está bien, Liselotte?

“¡Precisamente! ¡Si no lo hubieras dicho, me habría hecho a mí mismo! añadió Liselotte.

“Gracias a los dos…”, comenzó Rafinha.

“¡Si te apuras, llegarás a tiempo! ¡Puedes salvar a Rafael! Si lo hace, estoy seguro de que aliviará la culpa de Leon”, dijo Leone.

“¡Gracias!” Rafinha respondió. “Entonces, los dos regresaremos a Karelia. Lahti, Pullum, ¡lamento que no hayamos podido terminar esto con ustedes!”.

Lahti negó con la cabeza. “No, solo estoy agradecido por todo lo que has hecho por nosotros. Ojalá pudiéramos ir todos juntos a Karelia”.

“¡Inglis, Rafinha, cuídense!” dijo Pullum. Una vez que te ocupes del Prismer, ¡vuelve a Alcard! ¡Me aseguraré de que haya muchas golosinas!”

“¡Bueno, eso es algo que esperar! ¿Verdad, Cris? “¡Sí, definitivamente no podemos perder!”

Inglis y Rafinha se saludaron con la cabeza y luego se volvieron hacia Reddas, que esperaba cerca. “Está bien, Reddas. Volvamos rápidamente a Carelia.

“¡Sí! ¡Gracias, señora Inglis! Entonces, deberíamos pasar por el campamento donde está estacionado Duke Bilford y cambiar a un clíper… “No, eso no será necesario. Tenemos un paseo.

Vrrrm…. Vrrrm… Vrrrm…

Como si respondiera a Inglis, el latido de un motor sonó desde arriba del techo. La nave del [Frente SteelBlood] que Leon había traído había bajado para recibirlos.

“Y ahí está ahora. Vamos, Rani. Reddas, tú también. Inglis los condujo afuera, donde al mirar hacia arriba, vieron un barco de guerra flotando, lo suficientemente grande como para arrojar sombras sobre todo el

campamento.

“¡¿Ah ?!” Reddas jadeó. “Esto es un Highland—”

“El que capturó el [Frente SteelBlood] cuando Lord Evel visitó el palacio”. Lo habían reparado y lo estaban utilizando para sus propios fines. De los barcos disponibles para los caballeros de Karelia, probablemente solo el barco personal del embajador Theodore coincidía.

Estaban tan bien equipados como las fuerzas reales.

“¡¿El [Frente SteelBlood] ?! ¡N No, Inglis! ¡Pensar que has unido fuerzas con tales bribones!

“La necesidad carece de ley. Nuestra primera prioridad es cumplir las órdenes de Su Majestad, ¿no es así?

“¡P Pero si abordamos ese barco, el enemigo nos tendrá en la palma de su mano! ¡No sabemos cuándo podrían decidir atacarnos!”

Y si lo hacen, estaré agradecido. Será un buen calentamiento mientras viajamos. De todos modos, quería probar mi nueva espada.

Reddas suspiró. “Tan audaz como siempre, Lady Inglis. Entendí. ¡Te acompañaré sin importar el riesgo!”

“Por supuesto. Vamos, Rani, estás de acuerdo con esto, ¿verdad?

“Sí”, dijo Rafinha. “Pero… ¿tal vez sería más rápido si tomáramos el [Star Princess] ?”

Sería más lento con tres a bordo. E incluso con solo dos, no creo que aguante a toda velocidad todo el camino de regreso a Karelia. Funcionaría para el último tramo, pero hasta cierto punto creo que es mejor si lo guardamos en este barco. Y además…”

“¿Sí?”

“Un barco tan grande puede transportar eso”. Los ojos de Inglis se dirigieron al área fuera del campamento donde Leone y Liselotte habían instalado su carnicero. Allí, una cola de dragón fresca, cortada no hace mucho tiempo, yacía imponente.

“¡¿Carne fresca?! ¡¿Quieres decir que quieres traerlo todo?!”

“Sí. Si lo llevamos allí rápido, seguirá siendo bueno. Vamos a traerlo con nosotros y dárselo a Rafael.

“¡Es una gran idea! ¡Solo sé que le encantará!”

“¡De acuerdo entonces! ¡Vamos a devolvérselo a él!”

Con eso decidido, no tardaron en prepararse para partir. “¡Vamos, Rani!

“¡Sí! ¡Espera, Rafael! ¡Te ayudaremos e incluso traeremos la sabrosa carne del Sr. Dragón como recuerdo!

Inglis y Rafinha asintieron el uno al otro, con expresiones serias en sus rostros. Inglis tenía toda la cola de dragón colgada del hombro, Rafinha sostenía una gran cantidad de cecina de dragón. Incluso Reddas se vio obligado a trabajar como portero para obtener más cecina.

“La expresión de su rostro no coincide en absoluto con el resto de ella”, comentó Lahti.

“Bueno, ella siempre es así. Y llevarle ese recuerdo a Rafael realmente demuestra lo entusiasmada que está por ayudar”, dijo Leone.

“Sí, es como ellos. Probablemente sea mejor que mostrarse todo sombrío,

¿verdad?

“¡Estarán bien!” dijo Pullum. “¡Y luego, debemos asegurarnos de que no se arrepientan de seguir adelante!”

Mientras los espectadores restantes miraban, la bahía de carga del acorazado volador del [Frente SteelBlood] se abrió y una cara se asomó. “¡Guau, seguro que tienes algo de equipaje! ¡Espera un minuto, lo derribaremos!”

“¡No es necesario, tenemos prisa! Sin embargo, ¿podrías retroceder un momento? preguntó Inglis.

“¿Eh? ¿Qué vas a… ahhhh?!”

Cuando el caza del [Frente SteelBlood] respondió, Inglis ya había

comenzado a correr, todavía con la cola de dragón. Mientras lo hacía, volvió a mirar a Leone ya los demás. “¡Nos vemos en la academia de caballeros!

¡Haaaaah!” Saltando con fuerza, como si la cola del dragón no tuviera peso, se elevó ágilmente hacia el cielo y hacia la bodega de carga del barco.

Thuuud!

El impacto de su aterrizaje hizo que todo el barco se tambaleara. “¡Ahhhhh!”

“¡¿Ella…ella saltó?! ¡¿Llevar esa cosa enorme?!”

“¡Eso no era algo de lo que un humano fuera capaz! ¡No es de extrañar que nuestro líder la quisiera!”

Inglis se inclinó cortésmente ante los sorprendidos combatientes del [Frente SteelBlood] . “Te agradecería que me llevaras esto a Karelia”.

“Eh, ¿seguro…?”

“Mirándola de cerca…”

“Wow, ella es muy linda. Tal vez incluso más linda que Sistia”.

Leon emergió de entre los hombres. “Vamos, no dejes que Sistia te escuche decir eso. No es una gran fan de Inglis”.

“Sin embargo, no me molesta particularmente…” comentó Inglis.

“Conoces a Sistia, siempre con ganas de pelea”.

“En efecto. Y disfruto mucho estar rodeado de gente beligerante”.

León se rió. No has cambiado. Bueno. Eso es justo lo que necesitamos en este momento”.

Rafinha apareció frente a ellos en el [Star Princess] , llevándolo a la bodega mientras seguía a Inglis. “¡León! ¿No deberías estar hablando con Leone?

Todavia puedes-!”

“Nah, estamos en una carrera contra el tiempo aquí. Si no te llevo allí rápido, y de todos modos, realmente no creo que pueda enfrentarla todavía. No importa cómo intente arreglar las cosas, ella ha pasado por mucho por mi culpa, ¿verdad? Incluso si sabe por qué, tiene un propósito: derribarme y redimir el nombre de nuestra familia. No quiero quitarle eso a ella también. No he sido un muy buen hermano. Leon se rascó la nunca avergonzado y se apartó de Inglis y Rafinha.

“Está bien. Ella me dijo que sin importar las razones que tuvieras, todavía estaba decidida a derrotarte”, dijo Rafinha.

“¿Eh, Rani?” Inglis intervino. “No recuerdo que Leone haya dicho eso”. Mirando, pudo ver a Rafinha haciéndola callar.

“Ya veo… Bueno, supongo que está bien. Todavía tiene eso”, dijo Leon. “Estaba bromeando”, dijo Rafinha.

“¡¿Eh?!” soltó León.

“Ella nos dijo que quería que nos apuráramos que, si ayudamos a Rafael, también aliviaría tu culpa”.

“¡Ay…! Así que ella-”

“¿Cuál preferirías que fuera?” Rafinha sonrió mientras le preguntaba a Leon en broma.

“Vamos, no me hagas preguntas como esa”. León levantó las manos con exasperación.

“Déjanos ayudar a Rafael a nosotros. Pero… incluso si ahora mismo no es el momento, ¡quiero que le des a Leone una buena disculpa y te reconcilien!

¡¿Bueno?!” “Rafinha—”

“Bueno, va a ser menos ‘nosotros’ y más solo Chris, ¡pero como sea!”

“No, está bien, Rani”, dijo Inglis. “Puedes usar mi poder como quieras. ¿Y eso no lo convierte en tu poder también?

León se rió. “Ustedes dos se llevan tan bien. Sí, Rafinha, espero que las cosas salgan así”.

“¡Gran!” Rafinha vitoreó. “De todos modos, ¡vamos! ¡Máxima velocidad adelante!”

“Vamos, Rani. Están teniendo la amabilidad de llevarnos a casa —le recordó Inglis.

“Nah, está bien”, dijo Leon. “Hay algo en Rafinha que me hace querer

escuchar lo que tiene que decir”. Leon se volvió hacia los luchadores que lo rodeaban y levantó la voz para dar la orden. “¡Muy bien, vamos!

¡Desechar!”

“¡Ey ey!” En respuesta, los combatientes del [Frente SteelBlood] se dispersaron a sus puestos.

“De todos modos, déjame mostrarte tu cabaña”, comenzó Leon. Pero primero… aquí. Entregó a Inglis ya Rafinha un cuadrado doblado de gruesa tela negra.

“¿Qué es esto?” preguntó Inglis.

“El mismo uniforme que todos los demás aquí. Esa es la versión femenina. No llamarás tanto la atención por aquí con esos. Pruébatelos si te apetece. O simplemente tirarlos a la basura de otra manera”.

“Bueno… Chris, ¿deberíamos?” preguntó Rafinha. “Son agradables, pero…”

Mientras trabajaban juntos por ahora, [Frente SteelBlood] era una banda guerrillera anti-Highland. Desde la perspectiva de un caballero de Karelia, deben ser reprimidos. A Rafinha le preocupaba si realmente estaba bien usar su uniforme, aunque fuera por poco tiempo. No obstante, definitivamente le gustó el diseño y quería probárselo. Ella dudaba, pero aun así había dicho que eran agradables.

“Creo que está bien. Después de todo, la ropa en sí no hizo nada malo”. Incluso Inglis encontró el uniforme agradable a la vista, y disfrutó mucho probándose ropa nueva.

Tenía muchas ganas de admirarse en el espejo más tarde.