Eiyuu Ou (NL)

Volumen 7

Capítulo 2: Inglis, 15 Años: El Frente Oriental II

Parte 1

El Archiseñor de las Tierras Altas Evel había convertido al antiguo dragón Fufailbane, que una vez había dormido debajo de esta tierra, en un antiguo dragón mecánico y partió de las tierras que rodeaban las ruinas de Leclair. Su plan de manipular a Alcard para que atacara Karelia había sido solo un objetivo secundario en comparación con la obtención del antiguo dragón, y con eso completo, había regresado a Highland imperturbable por asuntos menores. La presencia del dragón había proporcionado un alivio temporal de la escasez de alimentos, pero su poder también estaba mucho más allá de lo que Lahti y la gente de Alcard podían reunir, lo que lo había dejado como un amenazante cabo suelto.

Por lo tanto, la ausencia tanto de Fufailbane como del intrigante Evel llevó a los lugareños a respirar aliviados. Solo Inglis, privada de la oportunidad de luchar contra el antiguo dragón mecánico, se sintió apenada por su partida, pero también tenía algo que esperar.

Dos informes urgentes habían llegado repentinamente al campamento.

La primera fue que las fuerzas alcardianas previamente estacionadas en la frontera de Karelia ahora se acercaban a Leclair.

La segunda fue que muy lejos, en las fronteras orientales de Karelia, el frente de guerra contra Venefic había comenzado a colapsar; el Prismer que los Paladines habían reubicado en la frontera oriental estaba haciendo retroceder a las fuerzas de Carelia. El Prismer parecía estar avanzando hacia Chiral.

Al enterarse de esto, Rafinha había insistido en que su hermano, el caballero sagrado Rafael, y las [Hyeral Menas] estacionadas con él, Eris y Ripple, seguramente podrían manejar la situación por sí mismos. Ella creía que su grupo debería completar sus deberes en Leclair primero, es decir, que deberían priorizar el trato con las fuerzas alcardianas que marchaban sobre ellos.

Inglis, sin embargo, negó con la cabeza en desacuerdo. Era extremadamente raro que ella no estuviera de acuerdo con Rafinha una vez que su prima había tomado una decisión, por lo que Rafinha reaccionó con sorpresa. “Me sorprende que elijas la opción que te dará menos peleas, Chris. ¿O te preocupa que Rafael derribe el Prismer sin ti si no te apuras? Ya te lo dije, nosotros somos los que podemos proteger a la gente aquí, ¡así que eso es lo que tenemos que hacer! ¡¿Bueno?!”

“No, Rani, eso no está bien. Eso no está muy bien.

“¿Cris…? Siempre quieres que yo decida qué hacer… ¿Hice algo que te molestó?

“Eso no es lo que quise decir. Solo… Eris y Ripple me quieren allí. Por eso tenemos que darnos prisa.

El mensajero no había dicho que Rafael había muerto en acción. Si lo hubiera hecho, seguramente habría sido la noticia más importante. A partir de eso, Inglis pensó que podía deducir un poco más sobre la situación.

Primero, Rafael estaba a salvo. En segundo lugar, el Prismer, ahora activo de nuevo, avanzaba hacia Chiral. Si Rafael hubiera tomado una [Hyeral Menas] transformada como su arma y luchado para detener el Prismer, las noticias habrían sido una de dos cosas: “El santo caballero ha muerto en la batalla, pero detuvo el Prismer”, o “el santo caballero ha muerto”. murió en la batalla y no pudo detener al Prismer. No habría posibilidad de un mensaje diferente.

Como no era ninguno de los dos, Rafael aún no se había comprometido a una batalla decisiva con el Prismer. Cuanto más avanzara el Prismer hacia Chiral, más daño causaría. Inglis conocía a Rafael desde que era un bebé en

su nueva vida, y él era un tipo maduro y sensato, pero definitivamente no era del tipo que se recuesta y observa cómo el Prismer hace lo peor. Inglis podía imaginar a Eris y Ripple haciendo todo lo posible por contenerlo, haciendo todo lo posible para mantener el daño al mínimo mientras esperaban que ella llegara y lo destruyera.

De esa manera, Rafael no tendrá que morir. Ese es el único rayo de

esperanza por el que están apostando. Para mí, él es familia. Y lo que es más importante, si algo le pasa a Rafinha, se le romperá el corazón. La perseguiría por el resto de su vida. No puedo dejar que eso le pase a ella.

¿Te quieren allí? ¿Por qué? Una vez que un Prismer está activo, cuanto más tiempo lo dejes, ¡más daño hace! Rafinha no entendió.

“¿Entonces quieres decir que Lady Eris y Lady Ripple están evitando una pelea total con Prismer?” preguntó Leona. “¿Pero por qué?”

“Ahora que lo pienso…” intervino Liselotte. “Cuando la larva de Prismer

apareció en Chiral, ni Lady Ripple ni el director escucharon con amabilidad la solicitud de Silva de que Ripple se transformara, ni al hermano de Leone le gustó la idea. Al final, Inglis intervino y se volvió irrelevante…”

“Ella hizo una gran entrada, noqueándolo… ¿pero tal vez tenía una razón más allá de querer pelear ella misma?” Leona razonó.

“¡Cris! ¡¿Me estás escondiendo algo?! ¡¿Qué es?!” exigió Rafinha. “Bueno…” Inglis se apagó, sin saber qué decir.

Intentar ocultarlo por más tiempo sería inútil. Inglis pensó que la verdad tendría un impacto significativo en la decisión de Rafinha aquí. Si lo

supiera, Inglis dudaba que pudiera priorizar el trato con la fuerza alcardiana dirigida por el hermano de Lahti, el príncipe Windsel. Si ella lo supiera y

aun así insistiera en quedarse, Inglis estaría de acuerdo, pero…

En cualquier caso, no puede tomar una decisión adecuada hasta que

conozca todos los detalles de la situación. Necesito asegurarme de que ella sepa la verdad.

“Sí. Lo siento Rani. Hay algo que no te he dicho, pero antes de hacerlo…” Había sido mejor quedarse callado hasta ahora. Inglis volvió la mirada hacia los caballeros de Lahti que estaban cerca, no, más allá de ellos, hacia uno de los civiles que estaban cerca. “Lo siento, Leon, pero ¿podrías explicarle a Rani y a los demás lo que están pensando Eris y Ripple?”

“¡¿Huuuh?!” Rafinha y las otras chicas se quedaron boquiabiertas.

El hombre al que llamó se desplomó en los hombros, aceptando su derrota. “Vio a través de mí, ¿no? Estoy impresionado de que pudieras resolverlo tan fácilmente. Probablemente esto sea decirlo un poco sin rodeos para una chica linda como tú, pero eres como un animal”. Cuando Leon se quitó la capucha para revelar su rostro, emergió su familiar sonrisa irónica.

“Me enorgullezco de sentir a los poderosos”, respondió Inglis con una sonrisa propia.

“Dale un descanso. No voy a pelear contigo.

“Desafortunadamente, esos tampoco eran mis planes”. Sin embargo, es un buen momento, pensó Inglis. Tener a alguien aquí para respaldar mi historia hará que Rafinha y los demás sean más propensos a aceptarla.

“¡¿León?! ¡Increíble, realmente es él!” Liselotte jadeó. “¡Hermano! ¡¿Cuándo entraste aquí?!” Leona gritó.

“Hace un rato”, respondió Leon. “Ustedes, niños, se estaban divirtiendo mucho, pensé que sería una pena interrumpirlos, pero tal vez sea bueno que me haya visto”. En otras palabras, probablemente había llegado al mismo tiempo que los mensajeros.

“Sin embargo, tenía la impresión de que el [Frente Steelblood] había decidido no intervenir en Alcard”. preguntó Inglis.

“Bueno, algo así. No estoy aquí por Alcard. El jefe me envió aquí por tu culpa.

“¿Y cómo puedo ayudarte hoy?”

“La mitad ya está hecha. Acabas de escuchar lo que está pasando con el frente oriental. En cuanto al resto… el [Frente Steelblood] intervino para manejar las bestias mágicas de Prismer que los caballeros no pueden, pero ya sabes. Bien podría estar escupiendo al viento si no nos ocupamos del propio Prismer. Y por eso te quiere el jefe. Más específicamente, quería que te encontrara y te trajera a él. ¿Estás listo para ir? Ride está aquí. León

señaló hacia el cielo, donde la sombra de un gran barco emergía de las nubes.

“Ya veo. Ciertamente es muy amable de su parte, pero voy a tener que pedirle que espere un momento. Necesitamos explicarle las cosas a Rani y a los demás primero”.

“Si seguro. Solo trata de no tardar demasiado. Estamos cortos de tiempo. Ah, y sé que probablemente no signifique mucho viniendo de mí, pero… ayuda a Rafael. Por favor.”

“Por supuesto. Ese era mi plan. Rani, todos, ¿deberíamos ir a algún lugar sin escuchar oídos? Inglis señaló la cabaña donde habían estado alojados. “¿Y tal vez tú también, Leon?”

“No, gracias, pero pasaré. No parece que vaya a ser una conversación muy divertida. En lugar de eso, me dirigiré hacia arriba y me prepararé para partir. Solo… todos, lo que Inglis está a punto de decirles es cien por ciento cierto. Presta atención, aunque duela”. Habiendo dicho su parte, León giró sobre sus talones y se fue.

¿Quiere que ayudes a Rafael? preguntó Rafinha, su voz volviéndose suave. “Quiero decir, supongo que luchar junto a él sería útil, pero…”

“Eso es algo a considerar”, dijo Leone.

“De hecho”, estuvo de acuerdo Liselotte. “Pero, de todos modos, vamos a ir”.

Otra voz resonó desde arriba, interrumpiéndolos. “¡Lady Inglis! ¡Lady Ingliiis! Era una voz masculina profunda y retumbante. Inglis lo reconoció, y la cara de la que emanaba.

“¡¿Reddas?!”

Reddas, capitán de la Guardia Real de Karelia, había aparecido en un Flygear.

“No puedo creer que esté aquí”, reflexionó Rafinha, sorprendido. “El capitán de la Guardia Real…”, dijo Leone.

“¿Por qué diablos está él aquí?” preguntó Liselotte.

Reddas era un hombre sorprendentemente amigable para alguien con su apariencia y tenía una reverencia inusual por Inglis, pero su posición como capitán de la Guardia Real no estaba en duda. Actuar como mensajero estaba muy por debajo de él. Esto fue inusual.

“¡Ah, señora Inglis! ¡Te he estado buscando tanto! ¡Pero simplemente contemplar tu belleza borra todo el agotamiento!”

“Ja, ja, ja… uh, gracias”, respondió Inglis. “Cuando dices que me estabas buscando, ¿se trata del asunto del despertar de Prismer?”

“¡Ah, entonces esa noticia ya llegó aquí! ¡De hecho, Lady Inglis! ¡Pero las órdenes especiales que tengo son de antes de eso!”

“¿Desde antes? ¿Qué quieres decir?”

“¡Las dos [Hyeral Menas] , habiendo determinado que el Prismer probablemente despertaría pronto, solicitaron su presencia en el frente!”

“¿Eris y Ripple? Ya veo…” La deducción de Inglis del informe del primer mensajero de que Eris y Ripple la estaban esperando había sido correcta. No solo eso, la llamada había llegado antes de que Prismer despertara, aunque había recibido la noticia en el otro orden.

“Después de recibir la noticia del Príncipe Wayne y el Embajador Theodore, Su Majestad ordenó que se hiciera. Fui elegido para transmitir una orden tan importante que no se olvide, aunque me disculpo por haber tardado tanto en encontrarte.

“No, lo hiciste bien. Gracias.” Inglis se inclinó cortésmente ante Reddas.

“¡Eh, Chris, tenías razón! ¡Eris y Ripple realmente te quieren!” comentó Rafinha.

“Y el [Frente SteelBlood] también te está llamando…”, dijo Leone. “Parece que eres muy popular, Inglis”, dijo Liselotte.

“Supongo. Fufailbane y Evel no parecían estar muy interesados, así que me alegro de que haya alguien que me quiera”.

“¿Qué es lo que te convierte en la primera opción para algo con implicaciones para el país tan serias como un Prismer?” preguntó Rafinha. “No lo entiendo”.

“Es porque no estoy obligado por nada, ¿sabes? Eso es lo que necesitan. Eris, Ripple, incluso Rafael”, dijo Inglis.

“¿Eh?” La suave sonrisa de Inglis se encontró con miradas de confusión de las otras chicas. Y de Reddas, presumiblemente, él tampoco sabía la verdad.

“De todos modos, hay algo que necesito decirles a todos. Vamos.” Inglis llevó a Rafinha y a los demás a la casa en la que se alojaban.