Eiyuu Ou (NL)

Volumen 7

Capítulo 1: Inglis, 15 Años: El Frente Oriental I

Parte 6

Se estrelló contra el escudo dorado de Rochefort y se rompió con un poderoso rugido. “¡Aaaagh!” Rochefort se desaceleró aún más, hasta detenerse. Ripple, habiendo abandonado su avión, saltó ágilmente hacia el Flygear de sus aliados.

“¡Gracias! ¡Buen tiempo!” Eris dijo.

“¡Vi lo que estaba pasando! ¡Ustedes dos están en un lío!”

“Sí”, respondió Rafael, “pero gracias a ti, lo lograremos”. Mientras hablaba, Flygear entró en el enjambre de bestias mágicas.

“¡No te vas a escapar! ¡No te dejaré!” Rochefort rugió mientras se zambullía en el enjambre que lo perseguía. La energía perdida desatada por su escudo barrió bestia tras bestia a su alrededor, destruyéndolas. La franja de destrucción que dejó atrás fue mucho más amplia y poderosa incluso que el reciente asalto de Rafael.

“¡Esta funcionando!” Rafael dijo. “Él realmente es temible, aunque…” “¡Pero no sabemos cuánto tiempo podrá seguir así!”. Dijo Ripple.

¡Tenías razón, Rafael! Eris estuvo de acuerdo con él. “Si dejamos que él y las bestias mágicas se desgasten mutuamente…”

Era más fácil esconderse entre las bestias mágicas que poco antes. En algún momento, Rochefort habría consumido toda su energía, y para entonces, con suerte, las bestias también habrían sido aniquiladas.

“¡Estás tratando de esconder árboles en un bosque-!” Rochefort gritó, deteniéndose en el lugar y levantando su escudo.

“¿Él se detuvo?” Preguntó Rafael.

“¿Qué-” Ripple se quedó sin aliento, deteniéndose en seco cuando Eris terminó su oración. “¡¿Está haciendo?!”

El escudo brilló aún más, su luz formando una esfera alrededor de Rochefort. “¡Haré volar todo el bosque!” terminó.

Skreeeeeeeeeech!

La luz explotó de él mientras el sonido resonaba. Las bestias mágicas tocadas por él se desmoronaron y se evaporaron.

“¡¿Cómo puede seguir disparando algo así ?!” Rafael gritó. “¡Es tan rápido!” Ondulación entró en pánico.

“¡Oh, no!” Eris lloró. “¡No podemos escapar de eso!” La luz se extendió rápidamente, acercándose a ellos. “¡Ahhhhhh!”

Cuando fueron tragados por la luz, una feroz conmoción los envió volando.

La visión de Rafael se oscureció por un momento, luego su espalda se estrelló contra algo.

¡Krshhhh!

Al mismo tiempo, escuchó un golpe. Algo resplandeciente llenó su visión cuando sintió un escalofrío. “Es esto…? ¡¿Es este el hielo de Prismer?!” Rafael había caído en el hielo que recubría el Prismer de escarcha.

“Uf…” murmuró Eris. “¡Ay!” Ripple aulló.

Ellos también habían sido atrapados por el hielo del Prismer. Era justo decir que había amortiguado su caída con relativa suavidad.

Irónicamente, Prismer, su mayor enemigo, los había salvado. “¡No puedo creerlo, se supone que eres nuestro enemigo!” Rafael miró fijamente al

Prismer, aún atrapado en su hielo. Había aterrizado cerca de su cabeza, y sus gigantescos ojos prismáticos, ahora, parecían brillar mientras miraban hacia atrás.

“¡¿Qu-?!” Rafael jadeó. Él estaba seguro de ello. ¡Habían hecho contacto visual! “¡Señora Eris! ¡Señora Onda! ¿Viste eso? ¡El Prismer solo me miró!”

“¡S-Sí! ¡Yo lo vi!” Eris dijo. “¡Está casi completamente despierto!” “¡Oh, no!” Ondulación jadeó. “¡Se está despertando!”

Pero Rochefort no se detuvo. “¡Ahora, déjame acabar contigo!”

“¡Parada! ¡No molestes más al Prismer! ¡Provocarás su despertar! ¡Si cree que lo estás atacando, lo contrarrestará! Rafael protestó.

“¡Aplastarlos a ambos a la vez resuelve ese problema!” Cuando Rochefort dio el golpe final—

Gruessshhhhhh!

Con un ruido monumental, el hielo que envolvía al Prismer se hizo añicos. El impacto, que se sintió como si hubiera estallado desde adentro, envió a Rafael y a los demás a volar hacia adelante salvajemente desde el hielo.

Eventualmente golpearon el suelo, rebotando un par de veces antes de detenerse a una distancia asombrosa.

“¡Gaaah…! ¡E-Es—! ¡Este es-!” Rafael tartamudeó. “¡Ay! ¡El Prisma…! Eris jadeó.

“¡Está despierto!” Ripple gritó horrorizado.

Estaban en el suelo ante un pájaro tremendo, su cuerpo brillando con todos los colores del arco iris. Era hermoso, era sublime, pero era el mayor

enemigo de un caballero sagrado o de una [Hieral Menas] . ¡Ahora era el momento de tomar el verdadero poder de una [Hieral Menas] a mano y luchar!

Eso le costaría la vida a Rafael. Pero se había decidido a hacerlo. Desde el día en que se convirtió en caballero sagrado, había vivido sabiendo que ese día también llegaría. No era que quisiera perder la vida. Quería ver crecer a Rafinha e Inglis con sus propios ojos. Quería hacer todo lo posible por Ymir, mientras era un hijo leal a sus padres.

Pero a pesar de que tenía esas esperanzas, mucho más importantes eran las esperanzas de toda la humanidad encarnadas en santos caballeros y [Hieral Menas] . Fue a través de esa ferviente creencia que tomó su decisión.

“¡Señora Eris! ¡Señora Onda! Si ha llegado a esto, ¡luchemos con ustedes como armas! ¡Con el Prismer revivido, no debemos dudar!”

“¡E-Espera, Rafael!” Eris tartamudeó. “¡No se apresure en esto! ¡Tenemos tiempo para tener cuidado y evaluar la situación!”

“¡Así es!” Ondulación estuvo de acuerdo. “¡No hay garantía de que el Prismer vaya directo a un pueblo! ¡Esperemos hasta el último minuto!”.

“¡Pero si no derribamos el Prismer aquí, existe la posibilidad de que cause mucho daño!”

“¡No quiero que dejes de lado tu vida en un quizás!” Eris ladró de vuelta. “Por favor entiende. ¡Es demasiado pronto!”

“¡Así es!” Dijo Ripple. “Y además-!”

Mirándolos, Rochefort se rió. “¡Ja, ja, ja, ja, ja! Sin espinas, ¿verdad?

¡Mirad esto, debiluchos! ¡Aplastaremos a ese Prismer! ¡Me deberás la vida y me adorarás hasta que exhales tu último aliento en tu lecho de muerte!

Apuntó el foco de su ataque al Prismer parecido a un pájaro, y se precipitó con su escudo brillante en alto.

“¡Huir! ¡Déjanos esto a nosotros y sal de aquí!” Ripple escuchó un eco en su cabeza.

“¡¿Eh?! ¡Acabas de escuchar algo! Era la voz de antes… ¡Quiere que les dejemos esto a ellos y huyamos!”

“¡No, no escuché nada!” Rafael insistió. “¡Yo tampoco lo escuché!” Eris dijo.

Si nos está diciendo que se lo dejemos a ellos, tiene que ser— Pensamiento ondulado.

No puede ser Rochefort. Debe ser la [Hieral Menas] transformada en el

escudo en sus manos. Me encantaría preguntarle por qué nos dice esto, pero ahora no es el momento de charlar.

“¡Toma esto!” Rochefort se había acercado al Prismer.

Reconociendo su ataque, volvió su mirada hacia él. Y el brillo en sus ojos de arco iris se intensificó: tratando de bloquear su camino, el Prismer envió

cristales de colores del arco iris que brotaron del suelo. “¡Eso no me detendrá!”

¡Krsh! ¡Krsshh! ¡Krrrshsh!

Rochefort los atravesó mientras avanzaba hacia el Prismer. ¡Golpeó su

escudo levantado contra él con un fuerte golpe! Mientras luchaba contra el poder del Prismer, el escudo brilló intensamente y comenzó a tallar el

cuerpo de la gigantesca bestia.

“¡¿Esta funcionando?!” exclamó Rafael.

“Pero…! ¡Si eso es todo lo que tiene…! Eris comenzó. “¡Esto podría ser malo!” Onda terminada.

“¡¿Qué quieres decir?!” Preguntó Rafael.

¡Squawwwwwk!

Antes de que Eris o Ripple pudieran responder a la pregunta de Rafael, Prismer lloró y extendió sus alas.

“¡Gaaah!” La fuerza de la reacción del Prismer envió a Rochefort volando hacia atrás, pero rápidamente se enderezó en el aire y se arriesgó a otro

ataque. Su rápido movimiento golpeó con precisión de nuevo la herida del Prismer.

¡Fshhhhhh!

Sin embargo, su ataque de seguimiento no profundizó la herida. De hecho, no solo fue ineficaz; ayudó activamente al Prismer, que absorbió el poder. Sanó ante sus ojos.

“¡¿Q-Quéaaaaaa?!” Los ojos de Rochefort se abrieron como platos. “¡¿Qué es esta bestia ?!” Sintiendo la situación en la que se encontraba, dio un paso atrás por un momento. Honestamente, no estaba peleando con abandono,

estaba peleando por instinto salvaje. Sin embargo, esta exhibición fue claramente un fenómeno extraño.

“¡Lo sabía!” Eris dijo. “¡Es como antes, no, incluso más!”

“Sí”, estuvo de acuerdo Ripple. “¡No recuerdo que haya comenzado a absorber cosas tan rápidamente la última vez!”

“¡¿Se hizo aún más fuerte mientras dormía ?!”

“¡¿Qué quieren decir ustedes dos ?!” Rafael intervino apresuradamente.

“¡Ese Prismer aprende extremadamente rápido!” Eris explicó. “¡Recuerda nuestros ataques y se vuelve cada vez más resistente a ellos!”

“¡Eventualmente, aprende a absorber los ataques!” Ondulación agregó. “¡Es por eso que no pudimos terminarlo la última vez que apareció!”

“¡En este punto, el escudo ya no le hará nada! ¡Sin un ataque diferente—!”

“Él tiene la luz que hizo volar el enjambre de bestias mágicas y probablemente otros ataques, pero… ¡pero esos no funcionarán más de una o dos veces! ¡Parece que está aprendiendo incluso más rápido que la última vez!”

“¡Entonces tenemos que unir fuerzas con él y atacar!” sugirió Rafael. “¡Es nuestra única opción!”

Eris y Ripple negaron con la cabeza. “¡No! ¡Tenemos que detenerlo y elaborar un plan juntos!” Eris insistió.

“¡Sí!” Ondulación estuvo de acuerdo. “¡Si continúa, todo lo que puede hacer ese escudo dejará de funcionar!”

“¡Pero si esperamos tanto, quemará todo su poder!” Rafael protestó. “¡Mira cuánto está usando! ¡Ahora mismo es nuestra única oportunidad de luchar junto a él!”

Mientras debatían, innumerables bestias mágicas comenzaron a aparecer a su alrededor. No solo pájaros, sino también animales, insectos, bestias de todo tipo aparecieron uno tras otro alrededor del Prismer.

Rafael inhaló profundamente. “¡¿Que está pasando?!”

“¡El Prismer está encarnando el propio Prism Flow!” Eris explicó.

“¡Así que todos los animales a su alrededor se están convirtiendo en una bestia magicita!” Ondulación agregó.

“Entonces, en poco tiempo, este lugar…”, comenzó Rafael.

El Prismer de repente comenzó a brillar intensamente, con un brillo muy parecido al del escudo de Rochefort.

“¡Bastardo! ¡¿Estás usando la misma luz que…?!” Mientras Rochefort hablaba con total aversión, la luz nacida del Prismer se convirtió en innumerables balas que llovieron sobre el área.

¡Rat-tat-tat!

Las bestias mágicas fueron diezmadas, el paisaje se convirtió en un páramo lleno de cráteres y la lluvia de fuego se acercó a Rafael, Eris y Ripple. El temible poder de cada disparo, su velocidad, su precisión, ¡este fue un

ataque que no pudieron evitar!

“¡Rafael!” Eris y Ripple cubrieron a Rafael consigo mismos, tensándose cuando golpeó uno de los disparos del Prismer.

Eso fue lo último que vio Rafael antes de perder el conocimiento.