Eiyuu Ou (NL)

Volumen 7

Capítulo 1: Inglis, 15 Años: El Frente Oriental I

Parte 1

Mientras Inglis y sus amigos se movían en Alcard hacia el norte, los

acontecimientos estaban en marcha en el este de Karelia, cerca de la frontera con Venefic.

Un escuadrón Flygear dirigido por Rafael Bilford inspeccionó un enjambre casi infinito de bestias mágicas parecidas a pájaros. Más allá de ellos yacía un enorme bloque de hielo y dentro de él, un Prismer, el mismo Prismer que él y Ripple habían transportado a la frontera en su misión anterior.

Anteriormente se había mantenido bajo estrecha observación en Ahlemin, una ciudad más alejada de Karelia, pero un aumento observado en la tasa en la que generaba bestias mágicas hizo que lo colocaran a lo largo de la frontera para limitar el daño que esas bestias podrían causar… Y durante el enfrentamiento con las fuerzas de Venefic a lo largo de la frontera, había

convocado incluso más bestias mágicas que antes.

Los paladines podrían ignorar con seguridad al Prismer rimebound si mantuviera a su camarilla. Sin embargo, si las fuerzas de Karelia avanzaran en masa, Venefic sin duda decidiría interceptarlos. La situación actual era difícil.

“¡Caballeros!” Rafael gritó. “¡Con el avance del ejército de Venefic, no podemos darnos el lujo de sufrir grandes pérdidas aquí! ¡Tenga cuidado y trate de mantener las pérdidas al mínimo!”

“¡Sí, señor!”

“¡Comprendido!” “¡Como ordenes!”

La moral estaba alta cuando los caballeros respondieron a la llamada de Rafael, pero la duda lo estaba carcomiendo. Para conservar la fuerza contra las bestias magicitas en preparación para un choque con Venefic, esta puede haber sido la decisión apropiada, pero se suponía que la primera prioridad de esa fuerza era defender a todos de las bestias magicitas. No podía entender por qué las personas de la superficie pelearían entre sí mientras aún

enfrentaban la amenaza de las bestias mágicas. Era demasiado maduro,

seguramente, para rechazar la misión por esos motivos, pero, aun así, tenía sus dudas.

“¡Escuchen todos! Sé que Rafael también les acaba de decir esto, ¡pero no se esfuercen demasiado y se lastimen! ¡Mantenerse a salvo es lo que importa!” Ripple animó alegremente a los caballeros.

“¡Ay! ¡La cara sonriente de Lady Ripple está con nosotros otra vez!” “¡No me di cuenta de cuánto lo extrañaba!”

“¡Necesitábamos eso!”

Ella estaba regresando a los Paladines después de su estadía en la academia de caballeros. Los paladines confiaron en la [Hieral Menas] no solo por su poder sino también como inspiración en el campo de batalla.

“¿Ves, Eris?” Ripple aguijoneó a su compañera [Hieral Menas] . “¡Estaban tan tristes sin mí! ¿No les ha estado dando sonrisas mientras se mezclaba

con ellos? Esa parte es importante, ¿sabes?

“Bueno, he estado pasando tiempo con ellos. Creo que logré cubrirte”, respondió Eris.

“¿Está seguro?” Ripple miró de reojo a los caballeros.

“Bueno, hemos visto mucho más de ella con nosotros últimamente…”, dijo un caballero.

“Pero no hay sonrisas”, agregó otro.

“Parece que ha estado aún más nerviosa últimamente”. “Realmente no lo parece”, resumió Ripple.

“¡Bien, discúlpeme! ¡Lamento no estar tan alegre como tú!”. Eris respondió.

“Está bien. Algunos tienen habilidades sociales y otros no”, dijo Rafael,

aliviando la tensión. “Lady Eris ha estado haciendo todo lo posible en lo que es buena”.

“Ah. Seguro que eres bueno para suavizar las cosas, Raf. Ripple le dio unas palmaditas en la espalda.

“Jajaja gracias.”

“De todos modos, basta de eso”, comenzó Eris. “Voy a hacer lo que mejor hago. Órdenes de atacar, por favor. Desenvainó sus espadas gemelas y se preparó para el grupo de bestias mágicas que tenía delante.

La expresión de Rafael se endureció mientras asentía. “¡Todas las manos, prepárense para el combate! ¡Después de una descarga de largo alcance, Lady Eris liderará un asalto cercano para acabar con el enemigo!

“¡Sí, señor!” Los caballeros prepararon sus artefactos como uno solo. Las formas variaban, pero cada una estaba equipada con un Gift capaz de realizar ataques de largo alcance.

Los paladines eran hábiles en el combate contra las bestias mágicas. Cada miembro de la orden poseía múltiples artefactos, adecuados tanto para el combate cuerpo a cuerpo como para el largo alcance, y todos los usaban bien. En particular, muchos Artefactos de clase baja tenían Dones simples

adecuados para el combate de largo alcance, como lanzar llamas o bolas de fuego, o disparar flechas de hielo, por lo que al menos una opción estaba disponible para cada miembro.

“Listo, apunta…”

Por orden de Rafael, los caballeros se prepararon al unísono. Sus artefactos

surgieron con llamas y hielo, relámpagos y viento. Rafael los sintió detrás de él mientras vigilaba al enemigo que se aproximaba. Las bestias mágicas

avanzaron en un grupo indiferenciado. En poco tiempo, se acercaron lo suficiente para que los caballeros desencadenaran sus ataques.

¡Están dentro del alcance! ¡Fuego!”

A la orden contundente de Rafael, innumerables proyectiles de llamas y hielo, relámpagos y viento volaron a su lado. Las andanadas dieron en el blanco en menos de un segundo. Bestia magicita tras bestia magicita

cayeron, golpeadas directamente.

Entre la lluvia de fuego, Ripple se destacaba, una cortina de balas de sus armas gemelas doradas abrumaba a sus enemigos.

“¡Guau! ¡Aún lo tienes, Lady Ripple!” los caballeros vitorearon.

“Parece que te sientes bien, entonces”. Eris se sintió aliviada de que Ripple no hubiera perdido el ritmo.

“¡Claro que soy yo! ¡Después de toda la ayuda que Inglis y los demás me dieron, tengo que hacer lo mejor que pueda como una [Hieral Menas] !

Eris se rió entre dientes. “Supongo que debería aprender de eso. Rafael! ¡El enemigo se ha dispersado! Acerquémonos y terminémoslos individualmente”.

Eris tenía razón; las bestias mágicas, habiendo sido recibidas con fuego de largo alcance, eran muchas menos que antes. Se habían dispersado en todas direcciones, bajo presión.

“Muy bien, ¡carga! ¡Destruye las bestias mágicas dispersas una por una! Para limitar las pérdidas, ¡asegúrate de superarlos siempre en número!” Rafael ordenó.

Los gritos de guerra de los caballeros resonaron, pero Eris ya estaba delante, con su Flygear a toda velocidad. “¡Seguimos adelante!”

“¡Ooh, Eris, realmente te estás metiendo en eso!” Ondulación comentó.

No puedo dejar que te robes el espectáculo, ¿verdad? Maneja los controles, si no te importa. Dejando el pilotaje a Ripple, Eris se inclinó sobre la proa del Flygear. Golpeó una figura galante, su resistencia a la pura resistencia del viento dejó en claro que sus habilidades físicas estaban mucho más allá de las de una persona normal. “Muy bien, ¡aquí va! ¡Primero en la pelea!”

“¡Sí! Ripple respondió, mientras traía el Flygear en una trayectoria directamente entre dos bestias mágicas.

“¡Toma esto!” Eris gritó.

Slashhh!

Mientras pasaba, sus espadas atravesaron a las bestias mágicas a ambos lados, los bordes afilados partieron a las bestias en dos. Sus cuerpos se estrellaron contra las colinas rocosas de abajo. “¡No he terminado aún!”

“¡Sí! ¡Consigue tantos como quieras!” Ripple rápidamente giró el Flygear en busca de las otras bestias mágicas.

Eris se mantuvo tan firme como una estatua a través de los rápidos giros y vueltas, derribando bestia magicita tras bestia magicita. Ripple quitó una mano de los controles para hacer llover fuego con una de sus propias armas, acumulando un recuento de muertes por sí misma. Parecía que el dúo podía cazar a todo el grupo por sí mismos.

Los caballeros hablaron entre ellos mientras los seguían. “¡Guau, póngalos a los dos juntos y los números ni siquiera importan!”

“¡Vamos a respaldarlos!”

“Ni siquiera estoy seguro de que nos necesiten…”

Si bien no sería bueno depender simplemente de las [Hieral Menas], la forma de luchar de los paladines era unirse a ellos, inspirados al heroísmo por su presencia. Con Ripple de regreso, no solo los caballeros sino que Eris también había recuperado algo que faltaba. Cada uno de ellos era confiable a su manera.

Y esto, a su vez, fue gracias a Inglis, Rafinha y los demás en la academia de caballeros que salvaron a Ripple. Mientras observaba la batalla, Rafael pensó en ellos.

Chris, Rani… Gracias a vosotros, Ripple ha vuelto sano y salvo. Muchas gracias. ¡Ahora es nuestro turno de defender nuestro país! ¡Así que no te preocupes por nosotros! ¡Estudia mucho en la academia!

Sin embargo, por lo que Ripple había dicho, la cafetería de la academia había sido destruida, por lo que podrían tener problemas para encontrar

suficiente para comer. Sería una lástima que tuvieran que pasar hambre, por lo que Rafael se preguntó si después de esta misión debería pasar por su casa en Ymir en el camino de regreso y traerles algo de comida que se mantuviera bien. La situación se había vuelto lo suficientemente estable

como para que tuviera la libertad de considerar tales cosas, y el número del enemigo estaba disminuyendo rápidamente sin infligir daños significativos a sus propias fuerzas.

“¡Señor Rafael! ¡Hemos hecho retroceder a las bestias mágicas!” pronto informó su segundo al mando.

“¡Excelente trabajo, todos! ¡Trata a los heridos de inmediato! ¡Dejaremos atrás una patrulla y regresaremos al portaaviones!

“¡Sí, señor!” respondieron los caballeros, y los paladines comenzaron su regreso al barco del embajador Theodore muy animados.

“¡Hola Rafael! ¡Me quedaré un rato y comprobaré las cosas!”. Ondulación ofrecida.

“Ciertamente, Lady Ripple. Sin embargo, por favor, no te esfuerces demasiado”.

“Estará bien. Solo voy a echar un vistazo rápido.

“Iré también, entonces,” dijo Eris. “Rafael, tú y los demás pueden regresar primero”.

“Muy bien. ¡Entonces, la fuerza principal regresará primero!” Rafael dijo. La mayor parte de los soldados pronto se fueron, dejando una patrulla, además de Eris y Ripple.

“¡Señora Eris! ¡Señora Onda! ¡Seguiremos protegiendo el área!” dijo un caballero.

“¡Seguro gracias!” Ripple respondió con una sonrisa amable y saludó a los caballeros que se dispersaban.

“Entonces, ¿de qué se trata esto, Ripple?” preguntó Eris.

“Bueno… quiero echar un vistazo más de cerca a ese Prismer congelado. Parece diferente de cuando lo traje aquí.

“¿En realidad? Yo estaba en otras órdenes entonces…”

“Cuando lo traje aquí, comenzó a traer algunas bestias mágicas en el camino, pero ni de lejos tantos. Así que…”

“¿Se está volviendo más fuerte, quieres decir?”

“Puede ser. Creo que, si miro más de cerca, podré decirlo”. “Entiendo. Vamos.”

Eris y Ripple se saludaron con la cabeza y establecieron el curso del Flygear directamente hacia el Prismer. Fue un vuelo corto, y aunque no aparecieron nuevas bestias mágicas, ambos comenzaron a temblar.

“Ugh… Eris…” Ripple gimió.

“Me di cuenta inmediatamente sin que tú siquiera dijeras nada. Esto es…” “Sí… ¡No me sorprendería si se despertara ahora mismo!”

Eris y Ripple eran [Hieral Menas] experimentadas. Hacía tiempo que habían dejado de contar, o incluso de pensar en los años que habían pasado. Habían luchado con más prismas de los que les correspondían.

Y por eso sabían que el gran poder era una fuerza lo suficientemente fuerte como para destruir un país entero.

Cada vez que lo enfrentaban, esperaban que fuera la última. Sin embargo, reconozcámoslo, lo hicieron, una y otra vez. Y ahora, podían sentir ese poder directamente frente a ellos. Podría despertar en cualquier momento.

Su tranquila capa de hielo ya no era más que su propio capricho, y ¿quién sabía cuándo cambiaría su estado de ánimo? Podrían ser años. Podrían ser décadas.

También podría ser cualquier segundo ahora _ Eris y Ripple no tenían forma de conocer sus pensamientos.

“Ha llegado el momento de luchar contra un Prismer… otra vez…”, murmuró Eris.

El momento en que un Prismer despertó fue también el momento en que el verdadero poder de una [Hieral Menas] tuvo que ser aprovechado para

convertirse en un arma, para ser empuñada por un caballero sagrado.

Y ese santo caballero, como la última luz de la humanidad, se quemaría frente a ese Prismer.

Gane o pierda, el caballero caería.

Eris lo había visto suceder una y otra vez. No importa cuánto trataran de resistir, ese destino era inevitable. Y esta vez, fue el turno de Rafael. Pronto se enfrentaría a su destino.

No importaba cuántas veces lo experimentara, no podía acostumbrarse, no podía permitirse acostumbrarse, al dolor en su corazón. Cuando la mano de Eris comenzó a temblar, Ripple la cubrió suavemente con la suya para

calmarla. Eris tenía fama de brusca y distante, pero eso no podía estar más lejos de la verdad; ella era más sensible que la mayoría.

Desde la perspectiva de una [Hieral Menas] , este destino era una necesidad. Para el caballero sagrado o su familia, no era diferente a la visita del segador.

Fue porque esto le pesaba que se mantuvo a distancia, sin ganas de abordar el tema. Y fue porque esto pesaba tanto que, llegado el momento, ella fue la más impactada psicológicamente.

Necesito apoyarla, pensó Ripple. “Bueno, si alguien puede cambiar las

cosas, ¡es esa chica Inglis! ¡Solo sé que esta vez encontrará la manera de que resulte diferente! No voy a entrar en su personalidad aquí, pero solo en términos de poder, ¡ella es increíble!”

“S-Sí… tienes razón. Ella es la única esperanza que nos queda…”

“De todos modos, volvamos. Necesitamos decirles lo que vimos, para que podamos mantener las cosas en un punto muerto y no provocar al Prismer más de lo necesario. Y mientras tanto, ¿tal vez podamos traer a Inglis aquí?

¿Rafael no se opondrá? Él no quiere exponerla al peligro…”

“Suena como el tipo de cosa que diría, sí. Pero definitivamente quiere ir a lugares peligrosos, así que creo que es una oportunidad para conocerla mejor y darle algunas pistas”.

“Bueno, eso sería entre ella y nosotros. Y eso suponiendo que pueda hacer algo con Prismer. Por ahora, ¿por qué no planteamos la idea, pero con el

embajador Theodore, no con Rafael? Eris sugirió. “La parte sobre el Prismer en sí, debemos contarle a todos, por supuesto”.

“Si, tienes razón. Eso podría funcionar… siempre y cuando Venefic coopere”.

Si bien era cierto que no había tiempo que perder con respecto al Prismer, la misión de los Paladines era contener a las fuerzas de Venefic que habían

avanzado hacia la frontera. Y los Paladines fueron los que habían movido el Prismer allí para empezar. Su intención había sido limitar los daños en

Ahlemin, su posición original, y presentar un obstáculo para la invasión planeada de Venefic, pero nadie sabía si esa decisión había ayudado o

entorpecido las cosas. Solo el tiempo lo diría.

“Ciertamente espero que lo hagan”, dijo Eris. “Si un Prismer está haciendo su movimiento, no es momento para que la gente luche entre ellos”.

Existían [Hieral Menas] para proteger a los humanos de las bestias mágicas. No tenían ningún deseo de ver pelear a la gente de la superficie, y aunque podría ser su deber participar, sonaba discordante con su naturaleza. Dicho esto, ciertamente no podrían oponerse a enfrentarse a los invasores.

“De todos modos, volvamos”.

“Sí, nos vamos”. Ripple giró el timón y el Flygear cambió de rumbo y se dirigió hacia su portaaviones. Aunque después de una corta distancia…

“Por favor… Por favor…” Una voz sonó en la cabeza de Ripple. “Qué…? ¿Oye, Eris? ¿Dijiste algo?”

“¿Hmm? No, no dije nada”. Eris sacudió la cabeza confundida. “¿Eh? Podría haber jurado que escuché a alguien hablando…” Sin embargo, Eris no parecía haber oído nada.

“Por favor… retira tus fuerzas, huye… Si no lo haces, algo terrible sucederá…”

“¡Ay…! ¡Ahí está de nuevo! ¡Me está diciendo que quiere que retrocedamos!” exclamó Ripple.

“¡¿Qué?! ¿Quién? ¿Es el prismer? Me pregunto si quiere que usemos nuestras fuerzas en lugar de tenernos solo a nosotros dos…”

“No me parece. Si fuera el Prismer, ¿no deberías poder oírlo?

Eris también era una [Hieral Menas] . Si se trataba de una bestia magicita que interactuaba con otras [Hieral Menas] , no había ninguna razón por la que Eris no pudiera escuchar la voz. Además, en la larga experiencia de

Ripple como [Hieral Menas] , nunca había escuchado la voz de un Prismer. Los prismas eran encarnaciones absolutas de la destrucción con las que era imposible comunicarse.

“Entonces, ¿eso significa… que no estás completamente curado? ¿Estás bien? ¿Te duele en alguna parte? Eris acribilló a Ripple con preguntas claramente preocupadas.

“Bueno, es cierto que nada cambió en lo que me hicieron, así que no estoy exactamente curado…”

Ripple había estado convocando accidentalmente a sus parientes, los demi humanos, que se habían convertido en bestias mágicas. Se había

aprovechado de ella con el objetivo de devastar Karelia a través de implacables ataques de bestias mágicas. Su condición utilizaba la habilidad única de los demi humanos para comunicarse telepáticamente entre sí y, por lo tanto, las únicas bestias mágicas que estaba convocando eran aquellas que anteriormente habían sido demi humanos.

Con su especie a punto de extinguirse, acabar con los demi humanos

convertidos en bestias mágicas evitaría que Ripple produjera más de ellos. Inglis había propuesto la solución más contundente posible: convocarlos a todos hasta que no quedaran más. Por lo tanto, mientras Ripple permaneció sin cambios, la trampa que se le había implantado se volvió ineficaz cuando simplemente no quedó nada para invocar.

El embajador Theodore, alineado con la facción del Triunvirato en la política de las Tierras Altas, había dicho que este era un castigo promulgado por sus rivales, la Liga Papal, por la elección de Karelia de alinearse con el Triunvirato, que estaban dispuestos a prestar y alquilar Flygears y [Monturas Flygear] a la superficie…

Ripple había sido creado como una [Hieral Menas] por la Liga Papal, mientras que Eris lo había sido por el Triunvirato. Por lo tanto, mientras Ripple había caído bajo sus efectos, Eris no. Era probable que también

hubiera una trampa similar esperando dentro de ella, pero el Triunvirato no tenía necesidad de castigar a Karelia.

Tradicionalmente, Karelia había mantenido una política de no favorecer ni al Triunvirato ni a la Liga Papal. Tener tanto a Eris del Triunvirato como a

Ripple de la Liga Papal fue una clara prueba de ello. Esto fue gracias a los tratos del Rey Carlias con Highland. Sin embargo, el Príncipe Wayne no

estuvo de acuerdo y buscó activamente fortalecer el ejército de Karelia con Flygears y [Monturas Flygear] del Triunvirato. Su objetivo parecía ser un movimiento hacia la paridad militar entre Highland y la superficie. El

embajador Theodore, su amigo personal, no solo aprobó sino que apoyó estos movimientos. Su plan produciría resultados maravillosos si se permitiera que fructificara, pero también era arriesgado.

Los cambios en Ripple… La invasión de Venefic…

Ambos, seguramente, estaban relacionados con las acciones de los dos líderes.

“No me siento diferente, y nada me está pasando físicamente. La voz tampoco parecía hostil…” Ripple luego dirigió su atención al interlocutor invisible. “¿Hey Quién eres tú? ¿Cómo puedes hablar conmigo? ¿Qué va a pasar si no retrocedemos?

“Tú eres el único que puede escuchar mi voz… Si esto continúa, se desarrollará una tragedia innecesaria… así que, por favor…”

“¿Una tragedia innecesaria? No entiendo lo que eso significa. Soy un pragmático aquí. Sé que Prismer va a causar problemas, pero si retrocedemos demasiado, no podremos detener a Venefic, necesito una razón más concreta…

“Por favor… Por favor… Huye…” La voz se desvaneció.

“¿Oyeeeey? ¡Hola! ¿Qué ocurre? ¡No puedo oírte! ¡¿Estás bien?!” Eris miró a Ripple con preocupación. “No escuché nada de eso”.

“Umm… Realmente no entiendo lo que pasó. Regresemos. Hay que lidiar con el Prismer, tenemos que traer a Inglis aquí.

“Entiendo. Pero dime si pasa algo, ¿de acuerdo?

“Le causé muchos problemas a los paladines ya todos en la academia de caballeros, pero hay un lado positivo”, dijo Ripple vacilante.

“¿Mmm?”

Ondulación se rió entre dientes. “Eres incluso más amable que de costumbre”. Le lanzó una sonrisa traviesa a Eris.

“¡¿Ah?! Sheesh, este no es el momento. Solo me preocupa que, si no te sientes bien, nos faltará personal…

“Claro, claro, gracias. ¡Ahora vámonos!” “Sí…”

El Flygear que llevaba a los dos regresó a la nave nodriza a toda velocidad.