Infinite Dendrogram (NL)

Volumen 16: Las Posibilidades Tartareanas

Capítulo 3: El Hombre Demacrado

Parte 2

No era el único confundido. Los soldados y AR-I-CA tampoco vieron nada.

Sin embargo, cualquiera con Truth Discernment vio que no era mentira, y los ojos del hombre estaban enfocados en el espacio como si realmente hubiera algo allí.

“Está diciendo que es la esposa de tu oponente político y que tú los derribaste y los mataste.”

“E-Espera…”

“Y… Fria no es ni mucho menos la única que está enterrada bajo esta mansión. Ohh… Me preguntaba por qué no hay niños muertos en las calles de esta ciudad. Los estabas recogiendo… Espera, algunos murieron después de que consiguieras el Orb… Un total de ciento noventa y ocho, parece. Y la mayoría murieron como esclavos…”

“¡Espera! ¿Qué estás diciendo?” Gritó el alcalde, totalmente confuso.

No era porque el hombre dijera tonterías. Todo lo contrario: conocía perfectamente los hechos que el alcalde había cometido bajo su mansión, hasta el número de personas implicadas.

Para completar el ritual y obtener «una nueva vida eterna», había reunido cadáveres en secreto e incluso había matado esclavos, pero el hombre demacrado lo sabía todo.

Incluso sabía de los pecados que había cometido el alcalde mucho antes de conocer el ritual.

“Ohh… Lo siento.” Dijo el hombre. “Resulta que tengo esta habilidad, Soul Sight… que, bueno, me permite ver almas. Eso incluye a la gente que ya no está con nosotros. Puedo hablar con ellos e incluso negociar. De hecho, Fria me habló de tus crímenes a cambio de que le hiciera cierto favor.”

Al oír estas palabras, el alcalde se quedó estupefacto.

Era muy consciente de la habilidad que este hombre acababa de nombrar.

“¡Soul Sight…! Eso… ¡Esa es la habilidad de trabajo definitiva de la agrupación de nigromantes…!”

“… ¿Eh? Ohh… Lo siento… Aún no me he presentado.”

El hombre se llevó la mano al pecho…

“Mi nombre es Benetnasch. Mi trabajo es… King of Tartarus.”

… y se declaró de forma trascendente.

“¡¿King… King of Tartarus?!” Exclamó asustado el alcalde, retrocediendo. Todos los soldados del alcalde se pusieron delante de él, pero sus expresiones eran severas, mostrando claramente su miedo a Benetnasch.

A diferencia de los Maestros, que tenían avatares bien formados creados por las IA de control, los tian nacían con un conjunto de talentos que les impedía, salvo a unos pocos, adquirir trabajos superiores. Esto les hacía muy conscientes de lo poderosos que eran sus portadores.

“Entonces, déjame preguntar de nuevo… ¿Podemos hablar de ese Orb que tienes?” Preguntó Benetnasch.

“¡Planeas quitármelo…!” Dijo el alcalde, sin intención de seguir ocultando la verdad. Si las estadísticas de Benetnasch, tal y como aparecían en Reveal, eran falsas y él era en realidad King of Tartarus, entonces era justo suponer que tenía accesorios con habilidades como Truth Discernment.

El alcalde también utilizó un objeto mágico para activar una barrera alrededor de la mansión que impediría que la gente se diera cuenta de lo que ocurriera en su interior.

Al fin y al cabo, si alguien se enterara de los pecados a los que Benetnasch había aludido, ni siquiera su cargo de alcalde le salvaría de un severo castigo.

“Por ahora, sólo quiero verlo.” Dijo Benetnasch. “Aún no sé si tiene el poder que busco. Si no lo tiene, me echaré atrás…”

“¿Y si es así?” Exclamó el alcalde.

“Si resulta que tiene el poder que quiero… me gustaría tenerlo. A través de un intercambio, por supuesto.”

“¿Un intercambio…?” Preguntó el alcalde.

Benetnasch asintió con la cabeza antes de responder: “Las almas de aquí me han hablado de muchos de tus crímenes… pero no denunciaré ninguno de ellos al congreso de Caldina si tienes lo que quiero. Oh, pero si no es lo que quiero, lo denunciaré a pesar de todo. Es lo que prometí a tus víctimas.”

“El alcalde hizo una mueca de dolor. El robo era un delito que podía hacer que te incluyeran en una lista de buscados. Por eso, Benetnasch quería conseguir el Orb con un trueque en lugar de simplemente llevárselo, pero para el alcalde eso no era mejor que un chantaje.

Los tribunales de Infinite Dendrogram utilizaban Truth Discernment sin restricciones, por lo que los testimonios verbales tenían tanta gravedad como las pruebas físicas. Incluso si ese no hubiera sido el caso, un registro de la mansión del alcalde habría arrojado pruebas de sobra.

Esto podría no haber sido un problema inmediato, ya que esta ciudad todavía estaba en la palma de su mano. Sin embargo, si la memoria no le fallaba, la capital de Drag-Nomad se encontraba a un día de viaje en carroza de dragón. Benetnasch sólo tardaría dos días en denunciar sus crímenes ante el congreso y regresar aquí con los funcionarios del gobierno a cuestas, quizá incluso menos si Benetnasch dispusiera de algún medio de transporte más rápido.

El alcalde de Cortana era poderoso incluso entre la élite de Caldina, pero los pecados que había cometido eran tan numerosos y graves que incluso él tendría que enfrentarse al juicio.

Perdería su título de alcalde, así como el propio Orb, antes de que concluya el ritual dentro de tres días.

¡Aún no he logrado todo lo necesario para convertirme en inmortal! ¡Es demasiado pronto para que me atrapen! Pensó angustiado el alcalde. Por un momento, pensó en rechazar la oferta de Benetnasch y huir de Cortana en cuanto sus crímenes fueran denunciados.

Después de todo, el alcalde no tenía que realizar el ritual en su mansión. Podía poner los cadáveres necesarios en un inventario, encontrar un lugar seguro y secreto fuera de Cortana, y completarlo allí. Sin embargo, antes de que pudiera decidirse a hacerlo…

“E-s-o… n-o… e-s… b-u-e-n-o.”

… oyó una voz en su cabeza: las palabras fluidas, pero no fluidas, de De Vermis, el Orbe que le servía.

¿Por qué? Preguntó el alcalde.

“D-e-j-a-r… l-a c-i-u-d-a-d… s-i-g-n-i-f-i-c-a… l-a m-u-e-r-t-e.” Respondió el Orb. Sus palabras hicieron que el alcalde soltara un grito ahogado.

La razón por la que Benetnasch quería obtener el Orb mediante un intercambio en lugar de por la fuerza era que aquí había muchos testigos potenciales. El King of Tartarus aún no había sido incluido en la lista de buscados, pero si intentaba robar el Orb de la mansión del propio alcalde, sin duda sería tachado de criminal. Por eso estaba adoptando un enfoque suave.

Pero si dejo Cortana y busco un lugar donde nadie me encuentre…

“P-o-d-r-í-a-s-s-e-r-a-s-e-s-i-n-a-d-o.” De Vermis cortó el pensamiento.

El alcalde no había considerado ese ángulo. Lejos de miradas indiscretas, Benetnasch podría matarlo y llevarse el Orb sin que nadie se diera cuenta.

No había ninguna garantía de que ese fuera el plan del King of Tartarus, pero la idea seguía llenando de miedo al alcalde, instándole a dar un paso atrás.

“Ya veo. Así que se iría para denunciarme… y luego me mataría… En ese caso…” Murmuró el alcalde, cubierto de sudor y colgando la cabeza.

“¿Hm…? ¿Ocurre algo? ¿Estás hablando con alguien? Espera… Ahora que lo miro… Tu cuerpo… El alma que hay dentro es…” Dijo Benetnasch, mirándole con expresión preocupada.

Su mirada no se dirigía a la cara del alcalde, sino a algo que estaba muy por debajo de la superficie, algo que sólo él podía ver.

¡Esta es mi única oportunidad…! ¡Si me deshago de él ahora…!

“… E-n-t-o-n-c-e-s-t-e-n-d-r-á-s-u-n-a-n-u-e-v-a-v-i-d-a-e-t-e-r-n-a.” De Vermis terminó el pensamiento del alcalde por él. Los Maestros asesinados no volvían en tres días enteros. Si lo mataban aquí, Benetnasch no podría denunciarlo antes de que el alcalde terminara su ritual y se convirtiera en inmortal.

Normalmente, desafiar a un Trabajo Superior —así como a un Maestro con un Embryo Superior— sería una auténtica temeridad. Sin embargo, el King of Tartarus era un trabajo que comandaba a los undead.

Los undead eran monstruos sin cuerpos vivos. Esto les daba una fortaleza casi inagotable, pero a cambio eran vulnerables a muchas cosas: la luz del sol, el fuego y los ataques sagrados, por nombrar algunos.

Era mediodía y hacía un calor abrasador. En un ambiente como este, cualquier undead destinado a marchitarse en cuestión de momentos.

Eso significaba que Benetnasch no podía emplear a ninguno de sus monstruos, quedando sólo su propio y frágil ser.

El alcalde sabía bien que los hechiceros de la retaguardia tenían bajas estadísticas físicas, y esto era suficiente información para convencerle de que podía ganar esta batalla.

Firme en su decisión, el alcalde levantó la cabeza y alzó la mano derecha, mostrando su Jewel.

“¡Call! ¡Flame Dragon! ¡Saint Dragon!” Alzó la voz para activar una habilidad e invocar a dos de los Pure-Dragons que había adquirido utilizando su enorme riqueza. Ambos eran del tipo dragón celeste, pero uno era un dragón de fuego de escamas rojas, mientras que el otro era un dragón de escamas blancas del elemento santo.

“¡¿Alcalde?!” Exclamaron los soldados, sorprendidos de que pasara a la ofensiva contra un superior.

“¡Mátenlo! ¡Ahora no puede usar sus undead!” Les instó el alcalde. “¡Y tengan en cuenta que si mis crímenes quedan al descubierto, serán juzgados junto conmigo!”

“¡Ah!” Todos los soldados expresaron su sorpresa. Habían actuado como la mano del alcalde durante mucho tiempo, ayudándole a cometer muchos actos sucios. Incluso antes de que comenzara los preparativos para el ritual, habían hecho muchas cosas terribles en su nombre.

Para ellos, el gran pago hacía que mereciera la pena, pero no se podía negar que eran tan culpables como el alcalde.

Con esa idea en mente, se armaron de valor y se enfrentaron a Benetnasch.

“Yo… realmente no puedo recomendar el uso de la fuerza.” Dijo Benetnasch, todavía aparentemente tratando de ser considerado con todos los presentes. “Si utilizan la violencia contra mí, estaré legalmente autorizado a contraatacar.”

Las peleas entre Maestros estaban completamente fuera de la ley tian, pero no era el caso de los conflictos entre tian y Maestros. Los Maestros que mataban tians eran incluidos en las listas de buscados, mientras que los Maestros que eran atacados por tians podían legalmente tomar represalias… en defensa propia.

Benetnasch lo sabía bien, y precisamente por eso mostraba preocupación —o quizá piedad— por esas personas que levantaban una mano contra él.

“Realmente creo que deberían reconsiderarlo.” Dijo. “También me dirijo a ustedes, Pure-Dragons. Por favor, absténganse. Seguramente morirán si no lo hacen.”

Mostró una simpatía extra a los dos dragones convocados por el alcalde. Sin embargo, las grandes bestias sólo rieron como respuesta.

Estas inteligentes criaturas podían sentir el aura de la muerte en Benetnasch, así que sabían bien que era un nigromante. A plena luz del día, ni siquiera podía aspirar a igualar a estos portadores del fuego y el poder sagrado.

Así, las advertencias de Benetnasch cayeron en saco roto.

“¡Mátenlo!” Ordenó el alcalde, provocando que los dos dragones prepararan sus ataques de aliento…

“Awaken Undead—Aragorn.”

… sólo para que sus cabezas sean cortadas un momento después.

Separadas de sus cuerpos, las grandes cabezas de dragón se elevaron en el aire antes de caer al suelo. Una llovizna de llamas y resplandor sagrado escapó de sus gargantas abiertas antes de que sus cuerpos enteros se disolvieran en motas de luz y desaparecieran.

“¿Eh…? ¿Ah?” El alcalde y sus soldados se quedaron mudos, en parte porque los dos dragones habían muerto en un santiamén, pero aún más por el gigantesco objeto que había aparecido ante sus ojos.

Era un esqueleto entero y macizo, que poseía la majestuosidad de un fósil de dinosaurio cuadrúpedo consagrado en un prestigioso museo. Había un tenue resplandor en las cuencas vacías de sus ojos, y su cola era una hoja cuyo filo brillaba más que cualquier espada de leyenda; sin duda, la misma arma que libró a los dragones de sus cabezas.

“… Demasiado domesticados y sobrealimentados. Demasiada carne y grasa en esos huesos. Eran más cerdos que dragones.” Dijo el esqueleto con voz imponente, su desdén por los dragones demasiado obvio.

Sin embargo, referirse a esta criatura como un mero «esqueleto» no reflejaba la verdad. En realidad, se trataba de un «High-End King-Edge Skeleton Dragon» y su verdadero nombre era Aragorn.

Antaño un Antiguo UBM Legendario llamado «Bladedragon King, Drag-Edge», había sido derrotado y como resultado se había convertido en la recompensa especial MVP de Benetnasch en forma de «Full-Body Skeleton of the Bladedragon». Ahora, Benetnasch lo había revivido utilizando Nigromancia.

“… Y ahí está.” Dijo Benetnasch con un suspiro. “Esos Pure-Dragons parecían del tipo que te desagradaría. Sabía que no te opondrías a ellos.”

“Es un pecado grave degradar una vida fuerte. Por lo tanto, los dragones nunca deben caer tan lejos como lo han hecho.”

Cabe destacar que Benetnasch había invocado a Aragorn utilizando una impresionante técnica que combinaba la función Instant Release del inventario donde había guardado el esqueleto de Aragorn con un lanzamiento perfectamente sincronizado de Awaken Undead.

“… Al menos salvaré sus almas.” Dijo Benetnasch, sacando de su túnica un objeto parecido a un cristal.

Parecía un Crystal of Resentment, de los que se usan para desbloquear el trabajo del King of Corpses, pero a diferencia de esa piedra, brillaba con todo tipo de colores.

Una vez que terminó, había un poco más de rojo y blanco que antes.

“¡¿Cómo…?!” Exclamó el alcalde, ya algo recuperado del susto. “¡Estamos a plena luz del día! ¡¿Por qué este undead no se ve afectado…?!”

“Mi Embryo tiene una habilidad pasiva que anula las vulnerabilidades relacionadas con la luz solar y el fuego de todos los undead de mi grupo. Eso les permite funcionar bien incluso a la luz del día.”

Era una negación rotunda de lo único que había llevado al alcalde a creer que ganaría.

Había ignorado la existencia de los Embryos —posiblemente lo que definía a los Maestros— y eso le había llevado a su asombrosa derrota. Pero eso ya no importaba.

Lo único que importaba era el resultado.

“Esta es ahora una situación en la que no sería castigado si le hiriera, tal y como advertí que sería.” Dijo Benetnasch, y tenía razón. El alcalde acababa de atacarle con intención de matar.

Este era un mundo lleno de bandidos violentos y otros peligros humanoides, por lo que las leyes de autodefensa eran mucho más laxas que en la vida real. Por eso, Benetnasch podía matar al alcalde sin ser castigado.

“Lo volveré a preguntar… ¿Puedo ver el Orb?” Dijo mientras extendía su mano derecha.

“Ghhnh…” El alcalde dejó escapar un gemido. Habiendo perdido a los dragones con los que contaba, sentía que apenas podía moverse. Sus soldados estaban retrocediendo lentamente.

Todos podían sentir la enorme diferencia de poder entre ellos y Aragorn. No eran ni estúpidos ni lo bastante valientes como para desafiar a una criatura a la que no podían esperar derrotar aunque dieran la vida por ello.

¿Qué puedo hacer…? ¡¿Qué puedo hacer…?! Pensó el alcalde presa del pánico, pero no le llegó ninguna respuesta. Si Benetnasch lo deseaba, Aragorn podría cortarle la cabeza igual que había decapitado a aquellos dragones.

Ese miedo hizo que el alcalde echara mano al Orb que llevaba en el bolsillo cuando, de repente…

“V-e-a-l-s-ó-t-a-n-o.”

… volvió a oír la voz de De Vermis.

“… ¿Qué?” Preguntó el alcalde.

“E-s-u-n-p-o-c-o-p-r-o-n-t-o-p-e-r-o-p-u-e-d-o-r-e-a-l-i-z-a-r-e-l-r-i-t-u-a-l.”

“¡¿Puedes hacer eso?!”

“N-o-a-l-a-p-e-r-f-e-c-c-i-ó-n. N-o-l-o-s-u-f-i-c-i-e-n-t-e. P-e-r-o-e-s-p-o-s-i-b-l-e.” Dijo De Vermis.

Esto no eran más que buenas noticias para el alcalde. Aunque no fuera perfecto, ganar cierto grado de inmortalidad y poder le rescataría de su situación actual.

Recomponiéndose, dio media vuelta y corrió hacia su mansión.

“Ah. Espe—”

“Le cortaré las piernas.” Antes de que Benetnasch pudiera decirle a alguien que esperara, Aragorn hizo su movimiento y blandió su espada-cola.

Le cortó fácilmente las piernas al alcalde…

“¡OWWAAAHHHHHHH…! ¡AAAHHHHHHHH!”

… pero a pesar de ello siguió corriendo.

“… ¿Qué?” Murmuró Aragorn mientras lo veía pasar. La chispa de las cuencas de sus ojos temblaba, como si no pudiera creer lo que veían sus inexistentes ojos.

No salió sangre de las piernas cortadas del alcalde. En su lugar, algo mortalmente blanco brotó de la herida y rápidamente adoptó la forma de piernas de repuesto.

A Benetnasch y Aragorn, la masa blanca les pareció un enjambre de gusanos, y el alcalde utilizó esas patas de gusano para entrar corriendo en la mansión.

Benetnasch le vio desaparecer en el interior, con una expresión un poco más sombría que antes.

“… Mi amigo.” Dijo Aragorn. “Ese no parece ser el objeto que buscas.”

“… Sí. Lo más probable es que no.” Benetnasch dejó escapar un suspiro cansado… No era una expresión de desesperación, sino una ligera sensación de esfuerzo malgastado y resignación ante un futuro arduo. Este esfuerzo en particular había sido en vano, pero le esperaban otros.

“Pero debería confirmarlo, por si acaso.” Añadió Benetnasch. “E incluso si resulta que no es lo que quiero, quizá pueda cambiarlo por un Orb con el poder adecuado.”

“¿De verdad?”

“Quiero decir, ya tengo el Orb que convierte el agua en tierra. Si consiguiera uno más, tendría dos cosas que podría inter—Necro Aura.” Benetnasch interrumpió sus palabras y le dio a Aragorn un aumento de estadísticas.

Al momento siguiente, sonó un melódico motor, seguido de una lluvia de artillería.

“¡RRHHOOAAAGHH!” Rugió Aragorn mientras corría a cubrir a Benetnasch con su cola de espada.

El robusto esqueleto desvió los proyectiles, y el King of Tartarus no sufrió daño alguno.

Cuando la lluvia de artillería se detuvo, Benetnasch y Aragorn miraron a su atacante en lo alto del cielo.

Allí vieron a un Magingear azul cantor, Blue Opera.

Sólo podía pertenecer a Ace, AR-I-CA la “Blue Sky Songstress” de Sefirot, el clan más importante de Caldina.

Y, en efecto, era exactamente quien acababa de atacarle.

“… Sinceramente, pensaba limitarme a ver cómo se desarrollaba esto, pero si tú también tienes un Orb, ¡no puedo ignorarte!” AR-I-CA habló a través de los altavoces de la máquina.

Esos eran los pensamientos sinceros de AR-I-CA en ese momento. En el mejor de los casos, el Orb resultaba ser algo que Benetnasch no quería, lo que le obligaba a abandonarlo. Después de eso, pensaba arreglar las cosas con el alcalde.

Pero Benetnasch ya tenía un Orb propio y planeaba hacerse con el del alcalde sin importarle su uso para él. Eso le convertía en otro objetivo y en un competidor.

La propia AR-I-CA no esperaba este combate, pero no podía dejar pasar la oportunidad.

… También está la Murder Princess, pensó. Si ella causa problemas, este tipo probablemente escapará. Eso hará que sea difícil conseguir su Orb. Tengo que terminar con esto aquí y ahora.

Había decidido derrotar a Benetnasch, tomar su Orb, luego perseguir al alcalde y tomar la suya.

También creía que era su única oportunidad de luchar contra Benetnasch.

“Un Magingear azul… AR-I-CA de Sefirot, ¿verdad?” Dijo Benetnasch. “He oído… ciertos rumores.”

“Yo también he oído hablar de ti.” Respondió AR-I-CA. “Como el hecho de que siempre tienes a tu lado a una bonita Maiden de cabello morado. Odia estar en la cresta, ¿verdad? Espera un minuuuto. No la veo por ninguna parte.”

Lo dijo en un tono despreocupado, antes de mirar a su alrededor. Benetnasch seguía mirándola, sin responder.

“Yo también conozco tus habilidades.” Continuó. “Puedes usar tu habilidad de protección de undead desde cualquier distancia, pero la necesitas a tu lado para usar tu ult absolutamente rota.” Esas palabras hicieron que los ojos del nigromante se abrieran de par en par. “Entonces… Bailemos, ¿sí? Solo los dos.”

La verdad de su afirmación inquietó ligeramente a Benetnasch.

Un momento después, Blue Opera reanudó sus ataques, con la intención de acabar con esto mientras el Embryo Superior de Benetnasch estaba en otra parte.