Monogatari (NL)

Volumen 19: Orokamonogatari

Capitulo 2: Cabeza Hueca Suruga

Parte 11

“Disculpas por la espera. He tenido una larga charla con Araragi-senpai, aunque dado el problema en el que se ha metido Tetas Grandes-senpai, era de esperar. Pero eso me pone en un aprieto—por una vez, en un momento de necesidad, supongo que tendré que darles un mínimo de ayuda… oh, Suruga-senpai, ¿qué pasa? De repente pareces en paz.” Dijo Ougi-kun mientras giraba despreocupadamente su teléfono en la mano, mientras yo me palpaba las mejillas para ver si lo parecía.

“No, nada.” Fue mi respuesta. “Aunque un poco, soñé despierta. Vi un par de caras que no había visto en mucho tiempo.”

“¿Eh?” Respondió Ougi con cara de incredulidad.

Aunque probablemente también se esté asegurando de no haber tenido nada que ver con mi cambio de compostura.

“Entonces sigamos examinando la clave, Suruga-senpai.” Dijo.

“… ¿Todo bien con la llamada? ¿Qué dijo Araragi-senpai?”

“Ah, no necesitas preocuparte por él. Araragi-senpai no está tan molesto como crees. La razón por la que no has podido contactar con él es porque está metido en un problema, como siempre. Aunque esta vez es más que Araragi-senpai es Hanekawa-senpai quien tiene problemas.”

La noticia de que Araragi-senpai no está tan molesto como pensaba me hizo querer saltar de alegría, pero me preocupa más que Hanekawa-senpai estuviese en problemas.

Aunque es el tipo de persona que nunca se empantanaría, no puedo ignorar que se supone está en el extranjero.

“No, por el momento, sería mejor no entrometerse. Tendremos que esperar y ver—Araragi-senpai está entre la espada y la pared. Dada la situación en la que se encuentra Tetas Grandes-senpai, ayudarla probablemente acabaría siendo contraproducente.”

“……”

Creo que estamos hablando a escalas muy diferentes.

No, es de una escala comparable—sobre todo por la posibilidad de que la momia se esté reproduciendo por toda la tierra.

“Bueno, de todos modos, cuando los pechos crecen demasiado, tiemblan y rebotan y se vuelven demasiado pesados, lo que es un dolor para quien los tiene, así que eso es todo.”

Ougi-kun resumió (ni de lejos).

“Así que sobre la clave, estaba hablando con ese tonto de Araragi-senpai, cuando se me ocurrió una teoría—”

Volviendo al tema que nos ocupa.

Pero, con un «ah, no hace falta que teorices, Ougi-kun», le interrumpí.

“Lo descifré. Ya sé que dice.”

“¿Eh?”

Esa mirada de ciervo ante los faros del chico de las tinieblas valió la pena—haber atrapado a esta encarnación hueca no fue, desde luego, una victoria hueca para mí[46].