Monogatari (NL)

Volumen 19: Orokamonogatari

Capitulo 1: Fiasco Sodachi

Parte 11

Mi segundo día como estudiante transferida.

Había estado gimiendo y pensando toda la noche, e incluso había estado a punto de fingir una enfermedad para intentar quedarme en casa, pero al final no había forma de saltarme la clase delante de la virtuosa pareja Hakobe.

De alguna manera me las había arreglado para mentirles diciendo: «La escuela fue divertida—creo que podré hacerlo bien en esa escuela», pero al final perdí los nervios.

Podría ser que la virtuosa pareja Hakobe hubiera fingido ser engañada por esa mentira transparente e infantil, pero incluso si eso fuera cierto, encerrarme en mi segundo día como estudiante transferida, ¿no significaría que no he crecido en absoluto desde que estaba matriculado en la Secundaria Naoetsu?

Es demasiado tarde para intentar cambiar lo que alguien piensa de mí, pero ni siquiera podría soportar imaginarme a Araragi pensando: «Ella nunca cambia, ¿verdad?»

Así que, poniéndome cabezota, me puse el uniforme y me dirigí hacia la Secundaria Shishikurasaki—quizá, al llegar a clase, exista la posibilidad de que lo de ayer fuera todo un sueño (¡como si eso pudiera ser!).

Dejando las cosas al azar.

A pesar de mi imagen mental de él, eso parece algo que haría el verdadero Araragi Koyomi. Me pregunto lo agradable que sería poder actuar sin pensar como él.

Y ser capaz de actuar aunque pensara.

Si ese hombre no fuera Araragi Koyomi, querría aprender de su ejemplo sobre cómo vivir—al menos por esta mañana, intentaré ser esa clase de persona.

Pero aunque debiera alegrarme por ello, o aunque debiera alegrarme en medio de la desgracia, cuando por fin llegué al aula, seguía atrapada en el dilema entre Yurugase Amiko y Suzubayashi Lily.

Vamos, ¡elige una de ellas! Pero, aunque me presionaron para que respondiera, me las ingenié para arreglármelas sin elegir entre esas dos maravillosas alternativas—hablando de eso, estoy agradecida de que alguien como yo parezca popular de alguna manera—, pero la razón por la que una persona odiosa como yo se las arregló sin verse obligada a hacer esa dura elección no fue que hubiera conseguido tener una buena idea a tiempo. Cualquier cosa que intente hacer, cualquier fracaso que intente cometer, nada de eso tiene ningún efecto en mi vida—si me lo digo a mí misma, parece que mi vida es sólo el problema de otra persona.

En otras palabras, fue porque las circunstancias cambiaron.

Yo no había cambiado, cambiaron las circunstancias.

Las circunstancias, o más bien debería decir, las condiciones del dilema—a pesar de ello, sin saber cuándo rendirme, pretendía dar una vuelta por el interior de la escuela; pero cuando entré en el aula en el último minuto antes del timbre, Suzubayashi Lily estaba allí, como era de esperar, pero Yurugase Amiko no.

Estaba ausente.

… ¿Ausente?

No, no, no, debe ser una broma.

¿Ayer no parecía tan animada cuando intentaba hablar con ella?

¿Fingía estar enferma? ¿Estaba haciendo lo que yo no?

Pero, ¿por qué Yurugase Amiko fingiría estar enferma?

¿No sería mejor para mí quedarme en casa, después de verme presionada a elegir entre dos compañeras pendencieras en mi segundo día como estudiante transferida, que para Yurugase Amiko? ¿Está intentando escapar de mí, la obstinada alumna que no dejaba de acercarse a ella?

Me escandalizaría que eso fuera cierto—aunque no iría tan lejos como para decir que ayer habíamos resuelto nuestra disputa en el tejado después de las clases, deberíamos haber llegado a un acuerdo provisional.

Puedo decirlo con certeza, pero no creo que Yurugase Amiko piense que soy una amenaza. En lugar de no venir ella misma a clase, estoy segura de que habría optado por un plan para echarme de la clase… pero, bueno, incluso esa hipótesis podría ser el resultado de mi imagen mental de ella, sin pulir ni refinar.

Sea como fuere, una de las partes que se me presentaba como opción se había retirado antes de que llegara el momento de elegir—por mucho que pueda enredar las cosas yo sola, por mucho que sea una chica con ese temperamento, no elegiré nada. No puedo elegir nada.

Muchas veces me han tirado de la escalera de una forma u otra, y muchas veces personalmente he pateado la escalera, pero ni siquiera yo puedo subir una escalera que ha sido derribada desde el principio, así que ahora que hemos llegado a esto, supongo que no tengo más remedio que afiliarme a la facción de Suzubayashi Lily. O mejor dicho, estrictamente hablando, es la facción de todos excepto Yurugase Amiko.

Mientras estaba aturdido por este imprevisto, tomé asiento y escuché: “Uena’, tran’fe. Un día tranquilo, ¿cie’to?”

La voz estaba cargada de sarcasmo, pero no pude detectar hostilidad—tal y como pensaba, pertenecía a Suzubayashi Lily.

Sin saber qué decir, le devolví el saludo con una sonrisa fea y forzada que hice en el acto, y así empezó mi segundo día como mi nuevo yo.