Monogatari (NL)

Volumen 19: Orokamonogatari

Capitulo 3: Desatada Tsukihi

Parte 5

Técnicamente, la porción principal (por así decirlo) de la Babosa Tofu había abandonado Sengoku Nadeko hace mucho tiempo—no es una excentricidad particularmente fuerte o persistente.

Con el fin de proporcionarle una vida tranquila e ininterrumpida, el estafador le había dado a la estudiante unos cuidados paliativos, introduciéndole una excentricidad falsa, la excentricidad en sí misma es una existencia muy vaga.

La excentricidad empezó a desintoxicarla desde que regresó de las montañas, y había cumplido su función casi por completo al salir del hospital, pero aún quedarán restos.

Desechos.

Para decirlo más literalmente: una imagen posterior.

Lo mismo que cuando el estafador plantó la Abeja de Fuego en Araragi Karen—aún reside en su memoria y espíritu, una secuela natural.

Dicho esto, también era posible pedir ayuda a Araragi Karen, pero dado que está atrapada entre un hermano inmortal y una hermana inmortal, intentando vivir como un ser humano normal… ya tiene bastante con lo suyo, así que decidí dejarla en paz.

Con la esperanza de que continúe este milagro de milagros.

Además, aunque Araragi Tsukihi pasó por alto mi verdadera identidad por poco, no voy a arriesgarme de nuevo con Araragi Karen—quién sabe lo que pasaría con esta investigación encubierta.

Será Sengoku Nadeko quien me ayude a devolver las cosas a la normalidad.

“Experimentar ser una excentricidad… no, rehabilitarse de ser una diosa, hizo necesario su uso, pero ahora no la necesitas, ¿verdad? Puedes darme esa imagen posterior. Fingiré que es un monstruo y me encargaré de él delante de Araragi Tsukihi. Encaja perfectamente en el papel.”

La Babosa Tofu no es una excentricidad inmortal, y por lo tanto cae fuera de mi experiencia. Pero dado que son sobras, podría encargarme de cualquier cosa. No quiero sonar avariciosa, pero limpiezas como esta te costarían si las hiciera un especialista, aunque estoy limpiando el desastre de Kaiki Onii-chan, así que supongo que es alguna coincidencia.

A saber, el aguijón de abeja plantado en Araragi Karen podría tener que ser limpiado por mí algún día. Acabo de pensar en ello, pero dada su situación, ese aguijón podría haberla ayudado a no sufrir un shock anafiláctico relacionado con las excentricidades. Si lo miras de esa manera, entonces podría ser mejor que no hiciera nada…

“B-Bien… Y-Ya veo. Kaiki-san hizo eso…”

La expresión de Sengoku Nadeko se volvió compleja.

Las sobras pueden ser sobras, pero como alguien que tiene trozos de excentricidades aún en su interior, esperaba una reacción más incómoda, pero no parece ser el caso.

“A Kaiki-san, ¿le ha ido bien?

Ella hizo esa pregunta fuera de lugar.

Digo fuera de lugar, puede que lo haya preguntado para quitárselo de la cabeza.

Así que realmente ha soltado los colmillos.

¿Hasta qué punto sabe que fue un engaño del estafador? Por otra parte, podría haber caído en la trampa voluntariamente, a pesar de saberlo todo—tal actitud no puede descartarse.

“Está bien.” Mentí.

Nunca he visto que a ese hombre pálido y enfermizo le vaya bien—lo más que puedo decir es que tiene estabilidad económica.

“Entonces, ¿cómo… la sacamos? Para algo como esto… ¿Se tiene que hacer alguna ceremonia? ¿Todo lo que tengo que hacer es ponerme un bañador del colegio?”

No tengo ni idea de dónde viene ese malentendido, pero por la respuesta de Sengoku Nadeko, puedo decir que al menos ha tenido un poco de experiencia. Ahora que lo pienso, para soportar dos exorcismos en medio año, esta chica ha tenido una vida dura.

“Podemos saltarnos eso… no queda mucho tiempo.”

“¿S-Saltarnos eso?”

“Una cosa que me separa de Oshino Onii-chan es nuestra atención a los detalles. Yo soy menos estricta con las cosas. Más del tipo de persona que profesa que el fin justifica los medios…’

Un enfoque tan contundente procedía de otro especialista, la onmyōji violenta Kagenui Yozuru, pero no hay tiempo para detalles. Si filtrara la parte en la que Onee-chan y yo somos especialistas en tratar con excentricidades inmortales, eso sería otra madriguera de conejo.

Es increíble que Sengoku Nadeko vea a Araragi Tsukihi como una amiga valiosa. Si ella supiera que, de hecho, me colé en la casa de los Araragi para matar a Araragi Tsukihi si fuera necesario, sería una fuente de gran fricción.

Así que mantuve la boca cerrada, me coloqué junto a Sengoku Nadeko y saqué una sola hoja de genkō yōshi lisa de la estantería que había sobre su escritorio.

“Dije eso, pero deberíamos hacer lo mínimo… ¿podrías dibujar sobre esto?”

“¿Mm? Dibujar…”

“Eres buena dibujando, ¿verdad? Entonces dibuja una babosa. Es toda resbaladiza y viscosa, así que es muy sencillo, ¿no?”

“N-No, ¿no es difícil? ¿Porque es resbaladiza y viscosa?”

Mi petición ha sido recibida con reticencias por parte de Sengoku Nadeko—parece que los organismos primitivos son los más difíciles de dibujar.

“Y, además, ¿por qué estoy dibujando un manga con una babosa como protagonista? Es un concepto demasiado novedoso…”

“No hace falta dibujar un manga. Puedes considerarlo como un diseño de personajes.”

“Diseño de personajes…”

“Si no puedes dibujarlo, entonces yo puedo hacerlo, pero sería más efectivo si fuera la persona afligida quien lo dibujara. Después de cierto proceso, lo que queda de la Babosa Tofu se transferiría de tu cuerpo a esta hoja genkō yōshi.”

“… ¿Cómo la excentricidad del dios serpiente estaba sellada dentro de un talismán?”

“Algo… como eso.”

De hecho es completamente diferente, pero para que lo entienda alguien de fuera, le daré un pase. La fuente y el origen de ese dios son parcialmente tabúes, así que explicarlo lo complicaría todo muy rápido.

“Entendido. Entonces, Ononoki-chan, espera un momento. Yo la dibujaré.”

Una vez dicho esto, se sentó en su silla y sujetó el lápiz—¿va a dibujarla desde cero? La calidad no es tan importante, la verdad; un par de líneas bastarán…

Por otra parte, para un creador, «eso bastará» es probablemente algo prohibitivamente inconcebible. Con ese pensamiento, me puse a su lado mientras terminaba su dibujo.

Qué alguien se concentre en lo que hace no es malo… Lo digo yo, pero ver el proceso creativo de otra persona y esperar se vuelve aburrido muy rápido.

El silencio también es embarazoso.

Esta chica ha madurado mucho desde entonces (no por fuera, sino por dentro), no estaría burlándose en secreto de mí por cometer un error en mi trabajo, ¿verdad?—estos pensamientos paranoicos empezaron a entrar en mi mente. Si ella tiene la impresión de que yo encubriría mis errores alistando a un lego, entonces simplemente es una lástima.

Soy una profesional, llevando a cabo un plan infalible para guardar un secreto—bueno, no tiene sentido especular demasiado en los pensamientos de esta chica, que conozco muy bien.

Para dejar de pensar demasiado, decidí hacer algunas preguntas que no me interesan personalmente.

“Usas un bolígrafo de pluma de cuchara y finges que encaja en tu imagen, pero ¿has presentado tu trabajo a alguna editorial o concurso? He oído que los que debutan pronto tienen su propio editor en la adolescencia.”

“¿Hm? Ahh, bueno, esto se puede hacer incluso con un rotulador. Incluso entre los profesionales, oirías a bastantes de ellos decir: «¿cuánto tiempo vamos a seguir con algo tan antiguo como la tinta?» o algo así.”

Ella respondió con una no-respuesta.

Tan concentrada estaba, que puede que ni siquiera estuviera escuchando—resulta que Araragi Tsukihi no es la única estudiante de escuela media que no escucha a la gente.

“Si es digital, entonces, no es para tanto… pero, la búsqueda de un mejor equipo se sumaría a esa inversión inicial… um, ¿qué estabas preguntando?”

“Preguntaba si has enviado tu trabajo. Aunque últimamente, hay más gente que se auto publica… ¿lo mismo aplica para ti?”

“Oh, no. No estoy en absoluto en ese… territorio.”

¿En serio?

“Intenté enviarlo a una editorial, pero hoy en día parece que tiene poco efecto. También lo publiqué anónimamente en Internet, pero tampoco fue lo ideal…”

“Mm hmm…”

Al principio fue un capricho, pero el hecho de presentarse en Internet, por no hablar de las editoriales, demuestra una enorme mejora para alguien cuyas habilidades sociales eran pésimas.

“Pero tienes un computador. Pensé que habías dicho que sería caro.”

“Ah, no es eso, hoy en día puedes conectarte a Internet incluso con las consolas. En términos de especificaciones, comparado con un PC normal, probablemente podrías ir más lejos con una consola… es sólo la idea de digitalizar, no me veo haciéndolo…”

“¿……?”

No podía seguir el ritmo.

Por suerte, estaba a punto de terminar la babosa. Terminé el tema diciendo: “Bueno, no siempre se puede conseguir lo que uno quiere.” Viendo que yo empecé esta conversación, terminarla también es sólo mi responsabilidad.

“Mm, en efecto.”

Sengoku Nadeko dejó su pluma y se dirigió a los screentones. Screentones, por todo lo bueno en el mundo.

Si la dejara a su aire, incluso se tomaría su tiempo para rellenar el fondo, mientras con un cúter cortaba ese screentone 61[56].

“Yo[57]—” Dijo. “No siempre consigo lo que quiero, y eso me hace feliz.”

Eso dijo la que siempre ha vivido la vida a su manera, la chica más dulce que la fruta acaramelada.