Sasaki To Pii-chan (LN)

Volumen 2

Capítulo 6: Poderes Psíquicos Y Mahou Shoujos

Parte 3

Las plumas de la cola de Pii-chan se movieron.

Nunca había visto una reacción así.

—No te forzaré ni nada, por supuesto…

—Entonces me gustaría mucho que me llevaras contigo cuando lo hagas. Los Smartphone son esos dispositivos altamente portátiles que siempre usas afuera,

¿no? He oído que con uno puedes navegar en Internet sin importar tu ubicación. Y en realidad había un modelo en particular que me interesaba.

—Seguro. Podemos ir juntos a la tienda.

Pii-chan, se veía tan emocionado. La forma en que su pico se abría y cerraba era demasiado linda. Apuesto a que había encontrado un producto que le llamo la atención. Imaginarlo hizo que mi corazón se acelerara. Debí haberlo sugerido desde antes. Me hizo pensar en cuando obtuve mi primer teléfono celular; una experiencia conmovedora.

—Pero primero tendremos que hacer algo con esto.

—Estás en lo correcto. 

El hermoso gorrión asintió con firmeza, con la mirada fija en el hombre que estaba sobre el cargamento.

En algún momento u otro, el usuario del huracán se había movido para pararse a su lado.

—¿Alguna queja con que yo me ocupe a mi modo de esto? —Pii-chan le preguntó de nuevo a Futarishizuka. Su tono me tranquilizó: tenía la sensación de que este gorrión estaba a punto de entrar en modo de combate.

—Yo… Sí, si puedes, pero-—

—¿Porque tuvimos que llegar a esto, Shizu? ¿No te estás pasando ya?

—¿Pasarse? ¡Nos lanzaste granadas, maldito demente!

El Akiba-chan que estaba parado sobre la pila de carga tenía la expresión más tranquila mientras hablaba—

—Ustedes dos, no intervengan. Miren como me encargo de esto.

…Pero Pii-chan no se inmutó. En cambio, declaró triunfalmente que se encargaría del asunto solo.

El gorrión revoloteó lejos de mi hombro.

Según él, no podía usar ciertos hechizos de magia avanzada cuando estaba lejos de mí. Si se había ido volando, eso significaba que tenía mucha confianza, y que en estos momentos Futarishizuka y yo no éramos más que una carga. Los dos nos miramos en silencio.

—Ya veo. Así que puedes usar a tu familiar tanto para atacar como para defender.

—…

Pii-chan observó a su oponente mientras flotaba en el aire, batiendo sus alas. Debería poder volar sin necesidad de usar magia. Le agradecí sinceramente que continuara con su acto de gorrión, incluso en este lío.

Y así, en este almacén adquirido por Futarishizuka, comenzó su batalla.

El Akiba-chan fue el primero en hacer un movimiento. Extendió la palma de su mano frente a él y gritó: —¡Las llamas carmesíes del infierno arden eternamente, incineran a todos aquellos que me desafían!

—¿Mmm…?

Qué línea tan sorprendentemente fantástica.

De repente tuve la sensación de haber escuchado esas palabras antes en alguna parte—

«Ah, sí. Él personaje principal de un videojuego que se había vuelto popular recientemente lo decía cuando usaba su hechizo».

Lo siguiente que supe fue que apareció un círculo mágico a sus pies. De allí brotó un haz redondo de llamas.

—¡Oh! —Futarishizuka exhaló. — ¡¿No es como la magia que utilizan tú y tu pájaro?!

—Dijiste que no podía generar ningún fenómeno natural.

—No dije que no pudiera; sólo dije que nunca lo había visto. De cualquier manera, ¿te parece eso un fenómeno natural? Parece más algo sacado de un cuento de hadas que fenómeno natural.

—¿A qué te refieres?

—Quiero decir, se ve más como el hechizo de un videojuego al que jugué bastante…

—Oh, ¿entonces también conoce ese juego, señorita Futarishizuka?

—Oh, ¿tú también?

—Si… Pero asumí que este tipo no podía generar nada que no tuviera una forma sólida.

—Yo también.

Quizás se había esforzado para mantener esa cualidad de su habilidad deliberadamente en secreto— incluso de sus aliados—y ahora que se enfrentaba a un enemigo poderoso como Pii-chan, tenía que deshacer el “sello”, por así decirlo. O tal vez había aumentado sus poderes psíquicos y recientemente había adquirido la capacidad de dar forma a una gama más amplia de cosas—

«No, aguarda. ¡Aguarda!»

Si no recuerdo mal, sólo podías usar ese hechizo cuando tenías algo equipado; más específicamente, cuando llevabas un tipo de anillo. Si, hipotéticamente, eso también era cierto para él, entonces…

Con gran prisa, revisé las manos del Akiba-chan. Y allí estaba—un anillo con un diseño peculiar en su dedo.

—Con que así es.

Debió haberle dado forma al anillo que necesitaba para usar la magia, no al hechizo en sí. Pero si era capaz de hacer eso, significaba que podía lograr mucho más de lo que pensábamos. ¡Incluso podía conjurar objetos de mundos ficticios!

—Señorita Futarishizuka, ¿no podría ser que tus antiguos colegas simplemente nunca confiaron demasiado en ti?

—Oye… ¡Si lo dices así, suena feo!

La bola de llamas viajó directamente hacia Pii-chan. Su apariencia exagerada le otorgó una sensación de poder todavía mayor—

El pájaro, sin embargo, acostumbrado a tales fenómenos, lo apartó con seguridad. No distingo la clase de hechizo que uso, pero las llamas se disiparon con un batir de sus alas. Las crecientes llamas que se dispersaban en todas direcciones me recordaron a los fuegos artificiales.

—Eh. ¿Eso no te sorprendió?

—¿Sorprenderme de qué?

Pero el Akiba-chan aún no se había rendido.

Una vez más, una bola de fuego apareció frente a él. Pero esta vez era mucho, MUCHO, más grande. Su último tiro había sido del tamaño de una pelota de voleibol, y ahora éste rivalizaba con los contenedores del almacén. Si esa cosa explotara, no lograríamos salir de aquí. ¿Si quiera él podría librarse de las llamas?

—Ese imbécil nos va a matar de colateral… —dijo Futarishizuka, con el rostro visiblemente tenso.

Pii-chan se estaba encargando de esto, así que tenía fe de que todo saldría bien. Pero eso no significaba que no hubiera peligro. En ese caso, era mi turno de usar el hechizo de barrera; el mismo que había bloqueado el impacto directo del avión que se estrelló. Eso debería ayudar un poco, al menos.

De prisa, canté el hechizo y, con un esfuerzo, se levantó una barrera invisible. También incluí a Futarishizuka dentro.

—Se acabó.

Al mismo tiempo, el Akiba-chan había disparado la bola de fuego hacia Pii-chan.

No había mucha distancia entre ellos dos. Se acercó en un abrir y cerrar de ojos y golpeó a Pii-chan de frente.

Sin embargo, esa bola de fuego también desapareció en el aire con un solo batir de sus alas. ¿Qué había pasado? Las llamas habían ardido tan violentamente, pero era como si alguien hubiera rociado un extintor sobre ellas—y de repente, simplemente se extinguieron. No quedó ni una brasa.

—Whoa, espera. ¿Qué pasa con tu familiar? Esto no tiene sentido.

Incluso el Akiba-chan se mostró sorprendido por esto. Se veía desconcertado.

A juzgar por lo que había estado diciendo, los familiares eran un poder psíquico conocido en el mundo moderno. Probablemente no eran los mismos que los del otro mundo, pero probablemente podría usar este hecho para ocultar la verdadera identidad de Pii-chan. Tendría que investigarlo más a fondo cuando tuviera tiempo.

Por cierto, el usuario del huracán que había estado junto al Akiba-chan hace un momento ya no se encontraba por ningún lado. Parece que también se trató de otro constructo de fantasía. Debió haberlo utilizado como medio de movimiento.

—¿Un poder para manipular el espacio usado de forma demasiado creativa…? Pero entonces cuál es-—

—Mi turno.

—¡Ack…!

El pequeño gorrión se elevó por los aires. El Akiba-chan se preparó para un ataque.

Pero en ese momento, hubo un cambio en sus manos.

Otro anillo apareció en uno de sus dedos.

Un momento después, una bola de fuego salió disparada desde debajo del encantador gorrión. Tenía el mismo diseño que el ataque anterior del Akiba-chan, pero de aproximadamente un metro de ancho. Me empecé a preocupar por el calor, siendo que nos hallábamos en un espacio cerrado.

Sin embargo, justo antes de golpearlo, se escuchó un ruido seco y estridente—y se disipó. Como si hubiera rebotado en una barrera invisible.

—¿Oh? Parece que puedes anular magia.

—¡Te diste cuenta! ¿Qué tal? Fue sorprendente,

¿verdad?

La causa fue sin duda el anillo adicional. Había dado forma a una fantasía sobresaliendo en defensa, al igual que nuestra barrera mágica. No estaba seguro de las habilidades físicas del hombre, pero si podía simplemente equipar estos extraños objetos y usarlos inmediatamente, era una fuerza a tener en cuenta.

—Es ese anillo, ¿no? —reflexionó Futarishizuka. — Es del mismo juego.

—¿Tú también lo notaste?

En este punto, las posibilidades de lo que podría generar como fantasías se ampliaron para cubrir incluso meta elementos ficticios como bombas diseñadas con el fin de destruir el mundo y espadas capaces de dividir dimensiones. Era aterrador. Mis sentimientos eran complicados: por un lado, quería ver algo así; por el otro,

¡ciertamente no ahora!

—Pero sabes, —murmuró el Akiba-chan, moviéndose de nuevo—este no es realmente el momento para para solo quedarse esperar un golpe.

El siguiente cambio fue más notorio.

Esta vez, su mano agarró un arma blanca. La hoja en sí tenía treinta o cuarenta centímetros de largo y su diseño recordaba a un cuchillo grande.

—¡Espera! ¿¡Eso no es…!?

—Oh, ¿sabes qué es?

Futarishizuka fue la primera en reaccionar y gritó tan pronto como lo vio.

«Habiendo vivido tanto tiempo, probablemente tenía un gran conocimiento en este campo. Qué confiable». Como todavía no entendía los detalles de los poderes psíquicos, tener a alguien a mi lado para explicarme realmente me tranquilizó.

—…Es otro elemento de un RPGcon el que yo estaba obsesionada…

Olvida lo que dije. Es solo otro videojuego más.

—No sabía que le gustaban tanto los videojuegos, señorita Futarishizuka.

—Alguien con mucho tiempo se aburre.

—¿Qué tipo de objeto sería ese entonces?

—Borra a cualquiera que corta de la existencia.

—¡¿QUÉ QUIERES DECIR CON BORRAR?!

—Es útil para derrotar a enemigos con mucha armadura. Pero no obtienes puntos de experiencia por ello…

Ya se estaba tomando como costumbre el hablar como so no supiera de lo que yo estaba hablando. ¿Es que me estaba tomando el pelo, o simplemente era un síntoma de la vejez? Si fuera lo último, tendría que pensar un poco en la forma en que haríamos las cosas en el futuro.

—Si lo corta con esa espada, desaparecerá de la existencia.

—¿¡Señorita, exactamente a que nos referimos con “existencia”!?

—¡Eso es lo que decía en la ventana de ayuda del juego! Cuando lo usas para atacar y logras dar un golpe, no importa si haces poco daño, derrotas al enemigo. Sin embargo, no funciona contra jefes y tampoco obtienes puntos de experiencia por ello.

—¡-—¡

Eso realmente nos ponía en una situación bastante difícil. No sé hasta qué punto la magia curativa sería capaz de cambiar la situación.

Naturalmente, me volví hacia mi pájaro y lo llamé.

¡Si fuera posible, quería huir ya mismo él!

—¡Pii-chan, no dejes que esa espada te toque!

—¿Qué es? ¿Sabes algo?

—¡Ella dice que si te golpea desaparecerás de la existencia!

—¿Una especie de borrado existencial? Mmm…

Pero el Akiba-chan nos estaba mirando. Estaba seguro de que reaccionaría inmediatamente sin importar lo que intentáramos. Teniendo en cuenta lo variados que eran sus métodos de ataque, no podíamos hacer ningún movimiento indiscreto. Siempre existía la posibilidad de que diera forma a alguna otra fantasía con una mecánica de muerte instantánea.

«¡PII-CHAN, POR FAVOR, VUELVE A MI HOMBRO!»

—¡¿Es que nunca puedes mantener la maldita boca cerrada, Shizu!

—¡Elegiste un juego que acaba de salir, pedazo de imbécil!

—Es no juego muchos retro…

Ahora se estaba quejando con Futarishizuka.

Había oído que algunos niños de hoy en día tenían muchos problemas con los juegos de pixel art. Dado que el 3D realista era la norma ahora, se habían acostumbrado a los diseños de píxeles más toscos. Personalmente, ver que salían más juegos con una estética pixel art me tranquilizó.

—Me encuentro cada vez más interesado en estos llamados poderes psíquicos.

—¡Y yo encuentro odiosa tu actitud condescendiente! —respondió el Akiba-chan.

El usuario del huracán se volvió a materializar a su lado.

Lo siguiente  que supe fue que la espada había

abandonado su mano y volaba por el aire. Su objetivo probablemente era usar el poder telequinético al mismo tiempo para dirigirlo directamente hacia Pii-chan. ¿Cada fantasía era igual de fuerte por sí sola y él podía combinarlas? ¡Estaba desbalanceado!

A una velocidad cegadora, la punta de la espada se disparó hacia Pii-chan. Pero hasta ahí llego. Fue bloqueada por un hechizo de barrera que cubrió al pájaro desde todos los ángulos.

Pero momento después, alguien apareció detrás de Pii-chan.

Por el traje la reconocí como la mujer de la bolera que podía teletransportarse; una veinteañera que se veía muy sexy. Probablemente era una de las fantasías del Akiba-chan. En su mano, agarró la misma espada que había sido detenida por la barrera.

Y ésta—apareció en medio del ala de Pii-chan.

—Hrgh…

—Con eso debería bastar —dijo alegremente el Akiba-chan.

Lo primero había sido solo un farol. El verdadero objetivo del hombre era utilizar a la psíquica de teletransportación para atacar a Pii-chan desde un punto ciego. Teniendo en cuenta que, para empezar, Pii-chan no sabía nada de ella, debió tomarlo completamente desprevenido.

—¡Pii-chan! —No pude evitar gritar.

—No hay necesidad de entrar en pánico. Quédate ahí y no hagas nada.

—¡Pero…!

¡¿Cómo podía estar tan tranquilo?!

«¡Te daré todo el chateaubriand que quieras una vez que lleguemos a casa! ¡También te conseguiré un plan de datos ilimitados para tu teléfono inteligente! ¡Así que, por favor, no desaparezcas! ¡Después de todo lo que me has mostrado simplemente no podría seguir con mi vida ahora!»

La idea de que su jaula transparente permanecería vacía para siempre me aterraba más que cualquier fantasía.

¡No   habían   pasado   ni   seis   meses desde que nos conocimos…!

Pero esa patética punzada en mi pecho fue sólo momentánea.

—Espera. ¿Qué pasa?

El Akiba-chan dejó escapar una exclamación de sorpresa.

Sus ojos estaban puestos en la mujer que había apuñalado a Pii-chan. ¿Fue mi imaginación o su cuerpo se estaba desvaneciendo mientras hablábamos? Yo también quedé asombrado.

Era exactamente lo que me imaginaría si escuchara la frase “desaparecer de la existencia”.

—Parece que mis hechizos funcionan incluso contra estas habilidades psíquicas tuyas.

—¡¿Por qué mi fantasía se desvanece?! ¡¿CÓMO REFLEJAS UN MALDITO BORRADO EXISTENCIAL!?! ¡Eso va más allá de una simple manipulación del espacio!

—¿No tienes ni idea de lo que puedo hacer, verdad?

—Ugh…

Ahora que lo pienso, recordé que Pii-chan me dijo una vez que tenía un hechizo defensivo que podía reflejar todos los fenómenos sobrenaturales bajo el sol, como la magia o las maldiciones. Eso coincidía exactamente con lo que acababa de ver.

Y ahora, el Akiba-chan era el que estaba a la defensiva. Si atacaba sin pensar, fácilmente podría ser el próximo en desaparecer. No sabía que el pequeño y lindo gorrión con el que acababa de pelear era un gran mago que podía usar tantos hechizos como estrellas había en el cielo. Su confianza rápidamente se convirtió en ansiedad.

—Tenía a mi disposición varias otras opciones para salir de esa por si no funcionaba, pero ahora sé que varios de mis trucos pueden aplicarse a este sistema.

Pii-chan, flotando en el aire, avanzó un poco mientras hablaba.

El Akiba-chan retrocedió hasta que su espalda chocó con el contenedor.

—¿Qué demonios eres…? No lo entiendo.

—Yo tampoco te entiendo del todo. Este mundo está lleno de todo tipo de cosas que no entiendo. Aprender es un placer en sí mismo. Cuando el hombre deja de aprender; cuando olvida su deseo de mejorar, lo que sigue es la muerte de la mente. Con el tiempo, una mente muerta matará incluso el cuerpo.

Mientras tanto, la hoja que atravesaba su pequeño cuerpo se disipó como algodón de azúcar corroyéndose por la saliva. La sangre se había desbordado de la herida, pero una vez que activó su magia curativa, desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

—¡E-espera, detente! ¡Si tanto la quieres, puedes tenerla!

—¿Tenerla?

—¡Shizu! Tu bureau la rechazó, ¿verdad? ¡Ya tuve suficiente de esta basura!

El Akiba-chan dejó de pelear—parecía sentirse superado por completo. La otra espada que flotaba frente a Pii-chan también se disipó. Finalmente, giró sobre sus talones para alejarse de nosotros en clara frustración.

No pude evitar pensar que todavía podría estar tramando algo. Pero considerando lo que podía perder si continuaba luchando, se veía bastante creíble.

—Oh. ¿Ya te rindes?

—No vale la pena. ¿Parezco la clase de idiota que arriesgaría su vida por un capricho?

—…Entiendo.

Pii-chan se vio un poco decepcionado. ¿O fue solo mi imaginación? Era fantástico que tuviera una mente increíblemente curiosa, pero como dueño, la seguridad de mi mascota era mi primera prioridad.

Solo esperaba que fuera más cuidadoso en el futuro.